Lecciones en el capítulo 1

La iglesia de los tesalonicenses era una iglesia sana y firme. A pesar de la tribulación que experimentaban y la tentación a su alrededor, seguían creciendo como creyentes y brillando en su testimonio en medio de gran oscuridad.

Eran creyentes genuinos, porque dice que se habían “convertido de los ídolos a Dios”. Manifestaban un cambio en su vida desde que fueron salvos por la fe en Jesucristo. Es lamentable ver personas que profesan haber sido salvas, pero que no muestran evidencia de su salvación y de vida espiritual. No se ve ningún cambio o diferencia con respecto a su vida en el mundo y en el pecado. En Tesalónica los cristianos hacían evidente que “si alguno está en Cristo nueva criatura es”.

Eran creyentes activos, porque dice que “partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor”. Estaban testificando y compartiendo el evangelio con otros. Es necesario que toda iglesia se mantenga activa en el evangelio, llevando las buenas nuevas de salvación a otras personas, bien sea de manera pública o privada.

Eran creyentes ejemplares, porque habían “sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya”. Su comportamiento como creyentes, su conocimiento de las Escrituras y caminar en la voluntad de Dios eran dignos de ser imitados por otros.

Que seamos nosotros también imitadores de los creyentes en Tesalónica.

Ejemplo debo dar;
mi vocación cumplir,
y mis talentos dedicar
a Cristo en servir.

Miguel Mosquera