Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo1 Tesalonicenses 5:23
Es un tremendo gozo y aliento el saber que el Señor Jesucristo viene otra vez por su pueblo. Nos consolamos al pensar en lo que Dios tiene preparado para el creyente en el futuro. Podemos estudiar con detenimiento la escatología y aprender muchas cosas en cuanto a los eventos futuros. Todo esto está bien, la venida de Cristo nos trae ánimo, consuelo y conocimiento, pero debe también afectar nuestra vida presente. Al saber que Cristo viene otra vez y que seremos reunidos con Él para estar siempre en su presencia, nos debe estimular a vivir en la expectativa de su venida. Conscientes que en cualquier momento vendrá y, ¿cómo está mi vida delante del Señor? ¿Tengo mi vida en orden si Él viniera hoy?
En el capítulo 5 de la carta a los Tesalonicenses el apóstol Pablo apela a la vida práctica mediante una serie de consejos espirituales que van desde el versículo 12 hasta el final. Trabajar, cuidar, pastorear, mostrar bondad, gozo, constantes en la oración, agradecidos, no apagando el Espíritu y examinándolo todo, son algunas de las ocupaciones del creyente mientras esperamos al Señor. ¿Estoy ocupado en estas cosas? ¿Tengo mis prioridades bien establecidas?
Que estemos viviendo en la expectativa de su venida. ¡Ojalá fuera hoy!
¡Firmes!, hermanos fieles, velad,
siempre por Cristo constantes obrad;
y su venida hasta el fin esperad.
Sí, pronto vuelve el Señor.
Miguel Mosquera
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