Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
(Mateo 4:3-4)
El tentador trabaja muy sutilmente. Quiere ver que todo parezca algo legítimo sin mostrar el mal que hay detrás de sus tentaciones. Se presenta en el momento oportuno, después que el Señor ha ayunado por cuarenta días y tiene hambre. Aunque Satanás había estado tentando al Señor durante todo este tiempo no fue sino hasta el final que dejó esta tentación en particular, sabiendo que el Señor ya tenía hambre y la necesidad le impulsaría a satisfacerla. La estrategia antigua y efectiva del enemigo: poner en duda la palabra y la naturaleza de Dios. Así comenzó con Eva, “con que Dios os ha dicho” (Génesis 3:1). Ahora está cuestionando a Cristo: “Si eres Hijo de Dios”, en pocas palabras “demuéstramelo”. El Señor sabía que Satanás estaba consciente que Él era el Hijo de Dios, así que no va a ceder a su sutileza. Claro que Jesús podía convertir las piedras en pan y al hacerlo finalmente podría satisfacer su hambre, pero tres cosas nos vienen a la mente de por qué el Señor no lo hizo:
- En primer lugar, complacer la petición de Satanás. Ya hemos mencionado del carácter de este ser, su maldad, su sutileza, su deseo de oponerse a Dios. Cualquier petición de Satanás tiene un trasfondo maligno, por lo tanto no debemos ceder ante sus peticiones. Ese trasfondo lo podemos ver en las otras dos razones.
- El Espíritu Santo había guiado a Jesús al desierto, obviamente que las circunstancias de la escases de alimento eran parte de la voluntad de Dios para mostrar la perfección de Cristo a pesar de las adversidades. Cristo no fue obediente porque Dios haya hecho que todo en su vida haya sido favorable, sino que también en la escasez se mantuvo obediente a la voluntad del Padre. Saciar su hambre convirtiendo las piedras en pan le estarían haciendo desobedecer la voluntad del Padre al cambiar las circunstancias a su favor para no tener que sufrir más. Aunque se vea muy inofensivo, el siguiente paso a esto sería alejarlo de ir a la cruz para no tener que sufrir. Es una de las cosas que el enemigo disfruta más, alejarnos de la voluntad de Dios en nuestra vida.
- Finalmente, Satanás le está diciendo al Señor “piensa en ti”. Tienes hambre, satisfácela. La vida del Señor se caracterizó por ser una vida de entrega, hasta el momento de la cruz. Nunca estaba buscando su propio beneficio o satisfacción, sino siempre mostrando gracia y cuidado a los otros.
Cristo no duda ni por un momento, tiene el versículo apropiado para destruir los argumentos del enemigo, “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Miguel Mosquera
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