Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellosLucas 24:15
¡Cuán anhelada era esta compañía en estos momentos! La cadena de eventos que habían ocurrido en Jerusalén en la última semana era difícil de asimilar. Tantas cosas habían ocurrido, que quizás no sabrían por dónde empezar a contar. Jesús, en quien ellos tenían su esperanza, había sido arrestado, condenado y muerto en una cruz. ¿Se habían equivocado sobre el Señor? Parece que no hay esperanza, ya es muy tarde para cualquier acción por cuanto Jesús ha muerto.
Las dudas sobre la soberanía y el control de Dios nos hacen estar como estos dos discípulos camino a Emaús. Cuestionamos a Dios porque las cosas no salen como esperamos. La situación puede volverse tan difícil que incluso nos preguntamos si habría salida, si Dios todavía está en control, si al punto en que se ha llegado todavía hay alguna solución.
Dios siempre está en control. El Señor mismo se acercó a ellos. Comienza a caminar y a conversar con ellos, les hace compañía. Se interesa por lo que están pasando y les pregunta. Escucha todo lo que tienen que decir, sus preocupaciones, el giro que las circunstancias habían dado, las dudas que tienen. Son tan abiertos con el Señor que incluso le dicen que han recibido noticias que Jesús había resucitado, pero no lo creían. La paciencia y compasión del Señor son evidentes.
Finalmente, el Señor abre su boca para exponerles las Escrituras y mostrarles que todo estaba dentro del plan de Dios y que nada había salido de su control. Les da respuestas, ánimo y fortaleza. Les habla directamente al corazón (Lucas 24:32).
Estos dos discípulos no son los únicos en estar en una situación así. Algún creyente leyendo esto puede estar pasando por lo mismo. Cristo se acerca, te hace compañía, está dispuesto a escuchar todo lo que tengas que decirle. Sé abierto con Él, háblale con confianza. El escritor a los Hebreos le escribe a estos creyentes que han estado pasando por persecución, y les dice, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
De la misma manera, el Señor Jesucristo te mostrará que, a pesar de estas dificultades, Dios siempre ha estado, y estará, en control y todo es parte de su plan.
Miguel Mosquera
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