Danos socorro contra el adversario, porque vana es la ayuda del hombreSalmo 108:12
David era un gran hombre porque vivía consciente de su constante necesidad de Dios. Uno lee los dos libros de Samuel y se maravilla de las grandes victorias y hazañas de David, pero al leer los salmos nos damos cuenta del secreto de sus victorias: su confianza en Dios.
El socorro de Dios es necesario. Nuestro orgullo muchas veces es impedimento para recibir ayuda. Queremos demostrar que podemos hacer las cosas solos, que tenemos la capacidad para obtener los logros o que contamos con la habilidad de resolver nuestros problemas. Si bien Dios nos ha hecho seres inteligentes y capaces, también somos seres que dependemos de Dios. Pero, para buscar su ayuda, necesitamos dejar nuestro orgullo de lado.
El socorro de Dios está al alcance. David ha experimentado en muchas ocasiones que Dios está deseoso en escuchar nuestro clamor y buscar su ayuda. Por eso David acude a Dios en busca de socorro: “Danos socorro”.
El socorro de Dios es suficiente. Aunque está rodeado de hombres muy valientes, David sabe que la ayuda del hombre es vana, es inútil. Sin embargo, no hay ninguna circunstancia en la que Dios no pueda socorrer.
“Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra” (Salmo 124:8).
¿El camino es difícil y duro
con las pruebas que hay que enfrentar?
¿Lo sientes cada vez más oscuro,
Y habituado ya estás a llorar?
Hoy acude ante el trono de gracia
hallarás el socorro y solaz.
Él oye tu oración, dará consolación:
Dios en su trono está.
Miguel Mosquera
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