He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivoSantiago 5:11
Job fue un hombre que pasó por pruebas muy difíciles, perdiendo toda su riqueza y sus hijos en un día, además de luego también perder la salud. Sin embargo, en todo esto Job no atribuyó a Dios despropósito alguno.
Si bien Job no da respuesta sobre el porqué el justo sufre, sí nos enseña que Dios puede usar las pruebas del creyente con un propósito. Santiago nos señala ese doble propósito de las pruebas:
La paciencia de Job. “…habéis oído de la paciencia de Job”. Dios utiliza las pruebas para formar nuestro carácter conforme al carácter de su Hijo Jesucristo. Como el escultor que golpea la piedra con martillo y cincel, porque tiene como fin producir una pieza de arte; así nuestro Escultor divino permite ‘golpes’ que vayan formando el carácter de Cristo en nosotros. La paciencia es un atributo divino que Dios dejó preciosamente esculpido en la vida de Job. Así hace con nosotros.
“El Señor es muy misericordioso y compasivo”. No debemos juzgar a Dios a primera vista. A través de las pruebas Dios se revela a nosotros para que le conozcamos más y nos demos cuenta de que, a través de las dificultades, Él se muestra muy misericordioso y compasivo.
“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9)
Sus propósitos perfectos
a su tiempo cumplirá,
y lo que es ahora amargo
dulce fruto llevará.
La incredulidad es ciega,
pues no mira más allá;
a la fe Dios se revela:
todo nos aclarará.
Miguel Mosquera
Comparte este artículo