¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alasSalmo 36:7
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del OmnipotenteSalmo 91:1
Además de su sentido literal, la sombra en las Escrituras tiene varios significados. En el Nuevo Testamento, encontramos las sombras referidas a aquello que es figura de alguna verdad celestial, como el tabernáculo que es figura de Cristo: “los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8:5). En el Antiguo Testamento, encontramos las sombras en el sentido de algo que es muy breve: “Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra” (Job 8:9); tiene también el sentido de algo oscuro, que infunde temor: “Aunque ande en valle de sombra de muerte” (Salmo 23:4).
El otro significado es el que tenemos en estos versículos. Es un lugar de descanso y protección, un lugar de refugio. El creyente es atraído por la misericordia de Dios y esto le lleva a refugiarse bajo la sombra de sus alas. ¿Qué nos atrae? La comprensión de Dios sobre lo que podamos estar pasando, Él escucha nuestro clamor, nuestro corazón, nuestras circunstancias. Por difíciles que sean, Él las comprende. Bajo su sombra experimentamos la compasión de Dios, echando su bálsamo en nuestras heridas para darnos alivio.
También somos atraídos por el poder de Dios. Es la sombra del Omnipotente, es el abrigo del Altísimo. No hay nada más alto que Él, no hay nada más poderoso que Él. Ningún enemigo le puede hacer frente, ni mucho menos vencer.
Bajo su sombra tenemos tranquilidad. Bajo su sombra tenemos seguridad.
Bajo las alas del Dios eterno
hallo refugio y protección.
Estoy tranquilo, estoy seguro,
en Él confía mi corazón.
Miguel Mosquera
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