Cuando un problema va más allá de nuestra capacidad o conocimiento, nos sentimos vulnerables y comenzamos a angustiarnos. ¡No sabemos qué hacer!

No hay nada que esté fuera del conocimiento del Cristo que todo lo sabe. No le estaba tomando por sorpresa, sino que Él sabía lo que había de hacer. También estaba usando esta oportunidad para poner a prueba la confianza de sus discípulos en el poder de Dios.

Felipe propone una solución que es inviable: doscientos denarios era mucho dinero y mucha cantidad de pan para conseguir rápidamente. Andrés propone una solución que es insuficiente: cinco panes y dos pececillos no alcanzarían para esta gran multitud. Sin embargo, las limitaciones humanas no son obstáculo para el poder de Cristo. Él ya tiene una solución. Su poder se manifiesta y perfecciona por medio de nuestra debilidad y limitaciones. Nuestros obstáculos son oportunidades para manifestar la grandeza de Dios.

Si estás pasando por alguna situación que va más allá de tu capacidad, confía en el Señor. No hay angustia ni preocupaciones en la mente del Cristo. Él ya sabe lo que va a hacer.

Si nuestros recursos se han agotado,
si fuerzas nos falta para terminar,
si al punto ya estamos de desesperarnos,
el tiempo ha llegado en que Dios puede obrar.

Miguel Mosquera