Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo1 Tesalonicenses 4:16
La venida del Señor Jesucristo es el tema principal de la carta a los tesalonicenses. Ellos eran nuevos creyentes, sin embargo, era necesario que ellos también supieran en cuanto a los eventos futuros. A veces pensamos que es un tema solamente para algunos más experimentados, pero es más bien una doctrina fundamental que debemos conocer, ya que trae aliento a nuestra vida espiritual y es un estímulo para continuar sirviendo al Señor, como dice el último versículo de este capítulo: “alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:18).
Este es un evento importante. Viene el Señor mismo, no enviará ningún delegado ni tampoco un ángel, Él mismo viene por nosotros. Es un evento inminente. Cristo viene con autoridad, nadie podrá detener su venida, ni siquiera las fuerzas del mal que tanto se oponen a Dios. Ninguno podrá impedir que los creyentes suban para estar para siempre con Cristo. Es un evento instantáneo, ya que 1 Corintios 15:52 dice que será “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos”. Será un evento irreversible porque estaremos para siempre con el Señor.
Gloriosa esperanza que tiene todo creyente y que sirve de consuelo y aliento el día de hoy.
La noche termina y el día amanece,
del alba brillante la luz aparece;
de Cristo la vuelta gloriosa esperamos,
descendiendo en las nubes de luz.
Pronto viene Jesús,
rodeado de gloria y de luz.
¡Aleluya, Cristo vuelve!
¡Aleluya, amén! ¡Aleluya, amén!
Miguel Mosquera
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