Lo que entendemos como la deidad de Cristo es simplemente que Jesucristo es Dios. Esta doctrina está bajo ataque en nuestros días y ha hecho que la mentira y el error se han propagado con mucha rapidez.
La deidad de Cristo es una doctrina esencial y fundamental de la Palabra de Dios por lo que negarla es blasfemar contra la persona de Cristo, el Hijo de Dios. Muchos argumentan que Jesús nunca dijo que era Dios, pero si lo hubiese dicho ¿le habríamos creído? Decir las palabras no implican la verdad del asunto, y que cualquiera puede decir, incluso hoy día, que es Dios y no por el hecho que lo diga esto es cierto. Pero sí encontramos muchas evidencias que demuestran que Él mismo estaba dando a entender que era Dios. Otros se atreven a decir que fueron los discípulos que deificaron a Jesús y malinterpretaron quién era Él verdaderamente. Sin embargo, Jesús dijo a sus discípulos: “el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también” (Juan 15:26-27), y luego, “cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad… Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-14). De manera que el Espíritu Santo enseñaría a los discípulos la verdad sobre Cristo para que ellos nos dejaran sus escritos en los cuales aprendemos más de Cristo. Así que el testimonio de quienes escribieron acerca de Él es igualmente verdadero, ya que es consistente con el resto de las Escrituras y con las palabras de Jesús, por lo tanto, es necesario tomarlo en cuenta. Despreciar lo que ellos escribieron es despreciar al Dios que les reveló lo que habían de escribir (Mateo 10:40; 1 Pedro 1:10-11)
Para hablar de la deidad de Cristo estudiaremos algunas referencias directas que lo afirman y también obras o atributos únicos de Dios que son aplicados directamente al Señor Jesucristo, como evidencia que Él es igual a Dios.
Referencias directas
Juan 1:1
Juan comienza su evangelio hablando sobre el Verbo: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. El Verbo es una referencia directa a Jesús, ya que dice más adelante: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14).
En el v.1 se dice claramente “el Verbo era Dios”. No hay manera de refutar la claridad con que se dicen estas palabras. Sin embargo, hay quienes han tratado de “reinterpretar” este versículo para su propia confusión.
¿Un Dios o el Dios?
Uno de los argumentos más comunes es que no hay el artículo “el” en el original griego, por lo que no se trata de ‘el Dios Todopoderoso’ sino más bien de ‘un dios’. Decir esto es ser inconsistente con el resto del capítulo, ya que los versículos 6, 12, 13 y 18 tampoco tienen el artículo ‘el’, en el original griego, y es más que evidente que en cada uno de estos versículos se está hablando del Dios Todopoderoso. Por ejemplo, el v.18 dice “A Dios nadie le vio jamás”, aquí se entiende claramente que se refiere al Dios Todopoderoso a pesar de no tener el artículo ‘el Dios’.
Además de esto, encontramos que hay versículos donde sí se usa el artículo ‘el Dios’ con relación al Señor Jesucristo, como Juan 20:28, donde Tomás responde al Señor: “¡Señor mío, y Dios mío!”. En este versículo, literalmente dice el original griego “¡el Señor mío, y el Dios mío!”. Allí aparece el artículo dando a entender que no se estaba refiriendo a ‘un dios’, sino al único Dios Todopoderoso.
(Al buscar una Biblia interlinear griego-español es posible darse cuenta de estas referencias en cuanto al artículo ‘el’ en estos versículos)
¿Era Dios o llegó a ser Dios?
Otra objeción sobre este versículo tan claro es que este versículo debería decir: “el Verbo llegó a ser Dios”. Sin embargo, es importante hacer la distinción que en griego el verbo ‘ser’ (eimi) se distingue del verbo ‘llegar a ser’ (ginomai). En el v.1 se usa el verbo ‘eimi’ que está bien traducido como ‘ser’, mientras que en el v.3 hacer referencia a la creación y se usa el verbo ‘ginomai’ – “nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Por lo tanto, concluimos que el v.1 al ser traducido “el Verbo era Dios”, la traducción es correcta, y el mensaje es contundentemente claro de que Jesús es Dios.
Juan 20:28
El incrédulo Tomás no estaba dispuesto a aceptar la resurrección de Jesús. Sin embargo, al verle resucitado sus palabras fueron claras: “¡Señor mío, y Dios mío!”
Mateo 1:23
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. El cumplimiento de esa escritura es directamente aplicado a Jesús. El nombre Emanuel, significa Dios con nosotros, y el significado mismo nos lo da las Escrituras.
Filipenses 2:5-6
“Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”. Aquí tenemos dos frases para notar la deidad de Jesucristo: Forma de Dios e igual a Dios. La primera tiene que ver con sus características o atributos como Dios, es una referencia a su esencia divina, la segunda con su posición como Dios, es decir, sus glorias y gozos celestiales que le corresponden como a Dios
En este punto quiero aclarar que Cristo no se despojó de su deidad al venir al mundo y hacerse hombre. Cuando el versículo siguiente dice que Él "se despojó a sí mismo", se está refiriendo a su posición como Dios, sus glorias celestiales, no a su esencia divina, ni a sus atributos como Dios (más sobre este tema al final del siguiente estudio)
Colosenses 2:9
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. En el versículo anterior se está advirtiendo precisamente contra las falsas enseñanzas referentes a Cristo, entre las cuales está negar la deidad de Cristo, y por eso el versículo 9 refuta contundentemente esta falsa enseñanza al señalar que en Jesús habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. No es una parte de ella, no es ninguna forma inferior a la Deidad, sino que toda la plenitud de la Deidad.
1 Timoteo 3:16
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne”. Esta referencia es directamente dirigida al Señor Jesucristo.
Hebreos 1:8
“Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo”. No es muy difícil notar a Quién se está refiriendo como Dios: es el Hijo. ¿Quién lo está diciendo? Dios es quien está dando testimonio acerca del Hijo.
Romanos 9:5
“...de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén”. Algunos argumentan que la expresión “Dios sobre todas las cosas” es una doxología, o una expresión de alabanza, en lugar de una afirmación de la deidad de Cristo. Sin embargo, esto no corresponde con la construcción de la oración ni tampoco con el contexto.
La oración:
John McArthur dice:
Estas palabras no son tanto una bendición como lo son una afirmación de la divina majestad y señorío de Cristo. Sin excepción en la Escritura, tanto en Hebreo del Antiguo Testamento como en el griego del Nuevo Testamento, las doxologías siempre colocan la palabra “bendito” antes del nombre de Dios. Aquí, Pablo usa la forma inversa, Dios bendito, indicando sin lugar a dudas que el apóstol está intencionalmente igualando a Cristo con Dios. Lo que precede a Dios es ‘el cual’, y lo que precede a ‘el cual’ es ‘Cristo’
(MacArthur, J. F., Jr. (1991). Romans (Vol. 2, p. 16). Chicago: Moody Press)
Ver como ejemplo de las doxologías 2 Corintios 1:3; Efesios 1:3; 1 Pedro 1:3
El contexto:
Pablo está expresando su tristeza por el pueblo de Israel y traza el gran privilegio que ellos han tenido a lo largo de la historia, culminando con lo más grande que ellos han recibido: (1) la adopción, (2) la gloria, (3) el pacto, (4) la promulgación de la ley, (5) el culto, (6) las promesas, (7) los patriarcas y (8) Cristo, es decir, el Mesías, el cual es Dios sobre todas las cosas. En este sentido ascendente de privilegio para los israelitas y culmina expresando lo más grande que ellos han recibido, esto es, el Mesías, Dios manifestado en carne. La tristeza del apóstol viene debido a que, a lo largo de la historia, ellos han rechazado lo que Dios ha hecho a favor de ellos, y más trágico aún, rechazaron a Dios mismo.
1 Juan 5:20
“Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna”. La primera parte del versículo se refiere indiscutiblemente a Jesucristo. Luego dice: “Éste es”, haciendo referencia directa a quien ha estaba mencionando, es decir, al Hijo Jesucristo. De manera directa Juan el apóstol dice que Jesús es el verdadero Dios.
Nombres
Los nombres de Dios lo identifican, bien sea con alguno de sus atributos o con alguna de sus obras. Notemos algunos de los nombres divinos que también son utilizados por el Señor Jesucristo. Comenzaremos con los más evidentes:
Nombres que denotan alguna característica:
Santo:
Dios
“¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo” (Isaías 40:25)
Cristo
“Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida” (Hechos 3:14)
Verdad:
Dios
“De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso” (Romanos 3:4)
Cristo
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea” (Apocalipsis 19:11)
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6)
Dios Fuerte:
Dios
“El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte” (Isaías 10:21)
Cristo
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6)
Señor de señores:
Dios
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho” (Deuteronomio 10:17)
Cristo
“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles” (Apocalipsis 17:14)
Nombres que denotan lo que Dios hace:
Salvador:
Dios
“Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí” (Isaías 45:21)
Cristo
“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13)
Pastor:
Dios
“Jehová es mi pastor; nada me faltará” (Salmo 23:1)
Cristo
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11)
“Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas" (1 Pedro 2:25)
Vida:
Dios
“Jehová mata, y él da vida; Él hace descender al Seol, y hace subir” (1 Samuel 2:6)
Cristo
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4)
Redentor:
Dios
“No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor” (Isaías 41:14)
Cristo
“no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención” (Hebreos 9:12)
Algunas referencias adicionales:
Roca:
Dios
“Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto” (Deuteronomio 32:4)
Cristo
“y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Corintios 10:4)
Yo Soy:
Dios
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” (Éxodo 3:14)
Cristo
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58)
Podemos ver por la reacción de los judíos ante las palabras del Señor Jesucristo que Él estaba utilizando lenguaje que solamente debe ser atribuido a Dios, por eso tomaron piedras para apedrearlo (Juan 8:59).
Primero y Postrero:
Dios
“Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (Isaías 44:6)
Cristo
“Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió” (Apocalipsis 2:8)
No podríamos dejar de mencionar la expresión “de gloria” usada para Dios:
- Hechos 7:2 - “El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham”
- Efesios 1:17 - “el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria”
- 1 Corintios 2:8 - “nunca habrían crucificado al Señor de gloria”
Incluimos además la referencia que corresponde al Espíritu Santo:
1 Pedro 4:14 - “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros” (LBLA)
Con relación a la palabra “gloria” (gr. doxa) W. E. Vine nos dice que es usada “de la naturaleza y obras de Dios en su propia manifestación, esto es, lo que Él es y hace esencialmente, exhibido de cualquier manera en que Él se revela a Sí mismo en este respecto, y particularmente en la persona de Cristo, en quien esencialmente su “gloria” ha resplandecido siempre y siempre resplandecerá (Juan 17:5,24; Heb 1:3)
Sus Atributos
Los atributos divinos son características que identifican a Dios como tal, por ejemplo, Dios conoce todas las cosas, Él es eterno, justo, puro, etc. Estos atributos los vemos también en el Señor Jesucristo:
Omnipotente
Filipenses 3:20-21 nos dice – “Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”. Esta es una manera clara de describir lo que es la omnipotencia de Dios: “el poder por el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
Omnisciente
Esto significa que Dios conoce todas las cosas. Así es descrito el Señor Jesucristo también en los evangelios:
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- Juan 2:25 – “no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre”
- Juan 4:29 – “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?”
- Juan 16:30 – “Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios”
- Juan 21:17 - “Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”
Omnipresente
La promesa del Señor Jesús a sus discípulos antes de ascender al cielo era que estaría con ellos todos los días. Sus discípulos se esparcirían por el mundo entero, esta promesa solamente puede ser cumplida porque Cristo puede estar en todo lugar. También Cristo prometió que moraría en cada creyente, así como el Padre mora en cada creyente, lo cual es otra evidencia de su omnipresencia.
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- Mateo 28:20 – “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
- Juan 14:23 – “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”
- Mateo 18:20 - Cristo también está dondequiera los creyente se reúnen en su nombre como iglesia – “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
Otra evidencia de que el espacio no es limitante para el Señor son las palabras que le dijo a Nicodemo en Juan 3:13 – “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo”. Habla de Cristo en el cielo (en tiempo presente) al mismo tiempo que había descendido del cielo y estaba con Nicodemo.
Eterno
La profecía concerniente al lugar de nacimiento del Señor Jesucristo, dice: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2).
Inmutable
La palabra inmutable significa que no puede cambiar. Dios es inmutable – “yo Jehová no cambio” (Malaquías 3:6). El Señor Jesucristo es inmutable – “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.
Sus Obras
Hay obras que llevan la marca de Dios, ya que ningún hombre ni ser creado puede hacerlas y que las Escrituras atribuyen directamente al Señor Jesucristo
Creación
“Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3) - “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16)
Además, vemos el poder de Jesús sobre su creación
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- “Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:26-27)
- “hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado … Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él” (Marcos 11:2,7)
- “Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar” (Mateo 14:25)
Perdón de pecados
“¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? … Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” (Marcos 2:7,10)
Conocer los pensamientos
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- “Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos” (Lucas 5:22)
- “Mas él conocía los pensamientos de ellos” (Lucas 6:8)
- “Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte” (Lucas 7:39-40). En esta ocasión se hace evidente que Jesús supo lo que Simón estaba pensando.
- “Y Jesús, percibiendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí” (Lucas 9:47)
- “Mas él, conociendo los pensamientos de ellos” (Lucas 11:17)
- “Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?” (Lucas 24:38)
Dar vista a un ciego de nacimiento
“Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo … Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego” (Juan 8:6-7,32)
Poder sobre la muerte
Jesús dijo en Juan 5:21 que “Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida”. Esto se hizo evidente durante su ministerio cuando resucitó a algunos de los muertos, pero más poderoso es cuando Él mismo resucitó de los muertos. Él dijo en cuanto a su muerte y resurrección – “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” (Juan 10:17-18)
Recibió adoración como Dios
Solamente Dios es digno de adoración. Hombres rechazaron adoración – “Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre” (Hechos 10:25-26). Ángeles rechazaron adoración – “Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios” (Apocalipsis 22:8-9).
Jesús fue adorado como Dios
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- Mateo 14:33 – “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios”
- Mateo 28:9 – “he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”
- Juan 9:38 – “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró”
Si Jesús no es Dios, entonces debió corregir a quienes intentaron adorarle, sin embargo no lo hizo.
Tampoco es que personas lo hicieron por error, sino que Dios mismo ordena la adoración a Él, lo cual leemos en Hebreos:
Hebreos 1:6 – “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios”
Igualdad de posición con Dios
Este es el tema al que se refiere el gran pasaje de Filipenses 2:5-11. Comienza describiendo a Cristo en la gloria: “siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios”. Termina en el lugar más alto: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo”. La expresión “exaltó hasta lo sumo” aparece una sola vez en las Escrituras y es referido a Cristo. El diccionario Thayer nos dice que esto significa: “exaltar al más alto rango y poder, elevar a suprema majestad”.
Además de esto, tres veces en el libro de Hebreos se nos dice que Cristo se sentó a la diestra de Dios, haciendo evidente su igualdad con Dios:
- Hebreos 1:3 – “se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”
- Hebreos 8:1 – “tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos”
- Hebreos 12:2 – “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”
La visión de Isaías
Cuando leemos el relato de la visión de Isaías en el capítulo 6, no nos queda duda de la majestad y gloria descritos por el profeta al ver el trono de Dios alto y sublime. El apóstol Juan hacer referencia a esta escena, y las palabras de Dios en Juan 12:39-40 – “Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: “Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane”. Al describir lo que allí ocurrió Juan dice que “Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él”. Es claro, por los versículos 35, 36, 37 y 42 que en todo el contexto se está refiriendo al Señor Jesucristo.
Las Palabras de Jesús
En tres ocasiones intentaro apedrear al Señor Jesucristo bajo la acusación que se estaba haciendo igual a Dios. Los judíos entendían muy bien sus palabras y por eso reaccionaron de esta manera:
- Juan 5:18 – “Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios”
- Juan 8:59 – “Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue”
Esta ocasión en Juan capítulo 8 merece especial atención, por las palabras del Señor: “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”. Jesús no simplemente estaba diciendo que Él era antes que Abraham, ya que si fuera así hubiese dicho “Antes que Abraham fuese, yo era”. Él utiliza intencionalmente la expresión “YO SOY” para indicar su eternidad y su deidad. Jesús está utilizando el título divino usado por Dios en Éxodo 3:14 – “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”.
- Juan 10:30-31 – “Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle”
Todas estas escrituras son más que evidencia clara de la deidad del Señor Jesucristo. No es solamente un versículo que lo dice, sino que lo vemos a lo largo de todo el Nuevo Testamento. Para que alguien niegue que Jesús es Dios le sería necesario cambiar la Biblia (cosa que en efecto tuvieron que hacer los Testigos de Jehová para poder apoyar esta falsa doctrina que ellos enseñan), pero cambiar la Palabra de Dios a conveniencia es un pecado muy grave que conlleva a una sentencia severa de parte de Dios – “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18-19).
Y, ¿qué de estos versículos?
Ahora veremos dos argumentos principales que son utilizados para negar la deidad de Cristo:
El Primogénito de la creación
En Colosenses 1:15 el apóstol Pablo enseña que Jesús “es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”. Quienes niegan la deidad de Cristo afirman que al decir que Jesús es el Primogénito de toda creación está dando a entender que Jesús fue el primer ser creado, ya que primogénito tiene que ver con el primero. Sin embargo, esta afirmación tiene varios problemas.
En primer lugar, está contradiciendo el resto de las escrituras que ya hemos citado y que muestran con claridad la deidad de Jesús, el Hijo de Dios. Un principio clave de interpretación bíblica es que no tomamos un versículo para interpretar toda la Biblia, sino que a la luz de la enseñanza de la Biblia es que debemos interpretar un versículo, ya que la Biblia no se contradice a sí misma sino que se explica a sí misma.
En segundo lugar, contradice el mismo contexto de lo que sigue al versículo 15, porque dice después: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. Aquí está indicando claramente que Jesús es el Creador de todas las cosas y que también todo fue creado para Él. Jesús es antes de todas las cosas y sostiene todas las cosas. Él no puede ser creación y Creador a la misma vez. Si Él es creado no puede ser Creador, y si es Creador, entonces no puede ser creación.
Esto nos sigue dejando la incógnita de qué significa este título de Primogénito de toda creación. La palabra primogénito no solamente significa primero sino que también tiene el significado de principal. Veamos varios versículos que corroboran esta afirmación:
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- Éxodo 4:22 – “Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito”.
Israel (Jacob) como persona no era el primero. Fue segundo en su familia después de Esaú. Si lo consideramos en relación a Dios tampoco era primero, ya que las promesas vinieron en primer lugar a Abraham, el abuelo de Israel. Si tomamos a Israel como nación tampoco era la primera nación, ya que muchas otras naciones fueron antes que Israel. Dios no está hablando en orden cronológico, sino en orden de jerarquía. Israel era principal para Dios ya que las promesas habían sido hechas a Abraham y su descendencia, lo que implica a Israel como principal o primogénito. - Salmo 89:27 – “Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra”.
Este versículo se refiere a David (v.20). David no fue el primer rey en el mundo, tampoco fue el primer rey en Israel, pero sería el primogénito dice Dios. Si lo entendemos como el principal y no como el primero comprenderemos el lenguaje que el Espíritu Santo utiliza; David, el hombre conforme al corazón de Dios, sería el principal entre los reyes. - Jeremías 31:9 – “Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito”.
Efraín tampoco era primero, sino que el primero era Manasés. Sin embargo, por la bendición Efraín fue principal, como lo dijo Jacob al bendecir a Manasés y Efraín: “Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés”.
- Éxodo 4:22 – “Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito”.
De manera que Jesús como el Primogénito de toda creación no tiene que ver con ser el primer ser creado, sino con ser el principal, porque es el Creador de todas las cosas. Esto concuerda con el sentido de lo que se dice después en el contexto: “para que en todo tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18).
El Padre mayor es que yo
El Señor Jesucristo dijo en una ocasión: “porque el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28). Si Él es igual con el Padre, ¿cómo es que dice que el Padre es mayor? Nuevamente, no debemos tomar el versículo como algo aislado del resto de las Escrituras, ya que esto nos llevará a confusión.
Comencemos confirmando lo que Jesús dice en este mismo capítulo en relación a su naturaleza divina e igualdad con el Padre. En el v.7 dice – “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais”, luego en el v.9 dice – “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” y también en el v.11 – “Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí”. Así que Cristo no está definiendo su naturaleza como persona, sino más bien su sujeción al Padre. Esto está en concordancia con lo que sigue más adelante en el v. 31 cuando Jesús dice: “Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago”. Cristo, cuando estuvo aquí en la tierra, se sujetó voluntariamente a la voluntad del Padre en todo momento y es en esa obediencia a Él que Jesús dice: “el Padre mayor es que yo”.
Queda más que evidente por las Escrituras que el Señor Jesucristo es Dios, igual a Él en gloria y esencia, poder y majestad. Negar la deidad de Jesús es deshonrar a Dios, rechazar a Cristo y acarrear confusión y condenación.
Miguel Mosquera
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