Enoc

MiguelDevocionales

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios (Hebreos 11:5)

La Biblia está llena de personajes que lograron grandes hazañas, habiendo puesto su confianza en Dios. El capítulo 11 de Hebreos es como si fuera el “Salón de la Fama de la Fe”, donde se mencionan a muchos de estos personajes y un evento, el más resaltante, que lo identifica. Vimos a Abel, que ofreció el sacrificio; a Noé, que construyó el arca; Abraham, ofreció a su hijo; y otros. De hecho este capítulo no los menciona todos pero, ¿te has preguntado cuál fue la hazaña de Enoc para estar entre ellos? Pudiéramos decir: “fue llevado al cielo sin ver muerte”. Eso de por sí es algo grande pero no lo hizo Enoc, eso fue algo que Dios hizo. Uno piensa en Elías, la única otra persona que no vio muerte, y Elías hizo bastante antes de ser llevado al cielo pero, ¿qué hizo Enoc, para ser el único en la historia, aparte de Elías, que no vio muerte? La respuesta es sencilla y está en nuestro versículo: la hazaña de Enoc fue que “tuvo testimonio de haber agradado a Dios”. Una carrera de constancia, perseverancia, fidelidad y una carrera que terminó bien.

Génesis 6 nos habla de cómo eran las personas en los tiempos de Enoc y por qué Enoc era diferente. Había “hombres de renombre”, mientras algunos buscaban la aprobación de los demás, Enoc estaba buscando la aprobación de Dios. La tierra estaba llena de maldad, los pensamientos de ellos eran de continuo solamente el mal y toda carne había corrompido su camino sobre la tierra, pero Enoc caminó con Dios. ¿Estoy buscando la aprobación de los que me rodean o la aprobación de Dios? Enoc fue una luz que brilló en medio de tantas tinieblas. No hace falta calcular estadísticas para darnos cuenta que el mundo de hoy está en densas tinieblas como lo estaba en los días de Génesis 6. Cristo dijo: “Vosotros sois la luz del mundo… Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos (Mateo 5:14,16).

¿Estás buscando hacer algo grande para Dios, alguna hazaña por la cual puedas ser recordado? Puedes comenzar con esta: “agrada a Dios”, para Él eso es grande.

Quiero consagrarme hoy,
sin reservas todo doy.
Holocausto en el altar,
sólo a Dios quiero agradar,
sólo a Dios quiero agradar.

Romer Miguel Mosquera