Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás… Porque toda la tierra que ves, la daré a tiGénesis 13:14-15
Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernosGénesis 22:13
Comenzaremos con la segunda referencia a Abraham alzando sus ojos. Se trata de cuando Abraham iba a ofrecer a su hijo Isaac en el altar. Dios detuvo su mano de hacerlo y cuando Abraham alzó sus ojos vio aquel carnero trabado al zarzal. ¡Cuán importante contemplar el Carnero del sacrificio! Esto es evidentemente una ilustración de nuestro Señor Jesucristo y su obra en la cruz. Nunca dejemos de contemplar y apreciar lo que Cristo hizo por nosotros. No mediante un crucifijo o una imagen, ya que esto es idolatría; sino por la fe meditar en su obra por nosotros. Pablo dijo: “lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14).
Una constante y correcta apreciación en el sacrificio nos dará una correcta apreciación de las bendiciones y promesas que tenemos en Dios, de manera que el mundo ya no nos engaña con su brillo y atractivo porque sabemos que tenemos mucho más en nuestro Señor Jesucristo. ¿Por qué Abraham miraría la llanura del Jordán con la prosperidad que ofrecía cuando Dios había prometido darle toda la tierra que miraran sus ojos, al norte, sur, este y oeste? Las promesas de Dios son mucho mayores que lo que este mundo puede ofrecer. Hemos sido bendecidos “con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:4).
Este mundo jamás podrá igualar lo que tenemos en Cristo.
Cuando tempestades hay en derredor
y desanimados sois y con temor,
ved las bendiciones que el Señor os da,
y contadlas todas; son de Jehová.
Ved lo mucho que el Señor os da.
Ved lo mucho que el Señor os da.
Bendiciones: son de nuestro Dios.
Ved las bendiciones que el Señor os da.
Miguel Mosquera
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