El 20 de Julio de 2012 James Holmes llegó al cinema Century 16, en Aurora, Colorado; en el gran estreno de la película Batman: El Caballero de la Noche. Estaba vestido completamente de negro, con chaleco, máscara anti-gas, casco antibalas y pantalones antibalas. La sala estaba repleta, unas 400 personas esperaban el comienzo de la película. Hubo quienes pensaban que venía disfrazado de acuerdo a la película, otros pensaban que estaba por hacer una broma a los asistentes y había quienes incluso pensaron que era parte de la publicidad por parte de la gerencia del cine. Sin que nadie lo esperara Holmes lanzó dos bombas de gas y comenzó a disparar con dos pistolas y un rifle automático matando a 12 personas e hiriendo a otras 70.
El 12 de diciembre de 2012, Adam Lanza entró en la escuela primaria de Sandy Hook, Connecticut con dos pistolas y un rifle automático y mató a 20 niños y 6 adultos, para luego quitarse la vida.
El 2 de diciembre de 2015, 14 personas murieron y 22 resultaron heridas cuando Syed Farook y Tashfeen Malik interrumpieron la celebración anual de personal del Departamento de Salud Pública de San Bernardino, con varios rifles y disparando a los presentes. Los disparos duraron entre 2 y 3 minutos en los cuales dispararon más de 100 balas.
El 12 de junio de 2016, Omar Mateen mató a 49 personas e hirió a otras 53 en un club nocturno en Orlando, Florida. Este a llegado a ser la masacre más sangrienta en la historia de los Estados Unidos.
Pero detrás de esto hay un elemento en común, no solamente para las masacres que tristemente han ocurrido en Estados Unidos, sino para todo mal que hay en el mundo. Es el pecado. «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron» (Romanos 5:12). El mal está en nosotros, «Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre» (Marcos 7:21-23).
No te puedes librar del pecado por ti mismo. Necesitas con urgencia ser librado por Cristo.El pecado se manifiesta de muchas formas diferentes. Se adueña de la persona y lo hace su esclavo. «De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado» (Juan 8:34). El pecado es cruel y lleva a personas a cometer actos de homicidio como los que hemos descrito. El pecado también se disfraza de «bueno» y lleva a personas a tener malos pensamientos, avaricias, engaños, envidias; y les hace creer que eso no es «tan malo». Es pecado igualmente.
Si alguien llegara a su casa con un rifle de asalto, seguramente no lo dejaría entrar. Dios es santo y tampoco permitirá que alguien entre a su casa, el cielo, con pecado. Es necesario ser limpio de pecado. ¿Cómo puede hacerse esto? «la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 Juan 1:7). Cristo murió en la cruz para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. La persona que cree en el Señor Jesucristo como Salvador, Dios dice que «seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades» (Hebreos 8:12).
No te puedes librar del pecado por ti mismo. Necesitas con urgencia ser librado por Cristo. Él dijo «Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres» (Juan 8:36). «Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia» (Romanos 5:17).
¿Quieres ser libre del vicio y del mal?
Virtud hay en Él, virtud en Él.
¿Quieres por Él la victoria ganar?
Por siempre virtud hay en Él.
¿Quieres ser puro, aceptable al Señor?
Virtud hay en Él, virtud en Él.
Te limpiará con la sangre que dio.
Por siempre virtud hay en Él.
¿Quieres ser libre de tu vanidad?
Virtud hay en Él, virtud en Él.
Pide a Jesús que te dé su humildad.
Por siempre virtud hay en Él.
Hay poder, sí, sin igual poder
en Jesús que murió.
Hay poder, sí, sin igual poder
por la sangre que vertió.
Miguel Mosquera
Fuente: Orlando gun is becoming mass shooters’ weapon of choice, Christopher Ingraham. The Boston Globe. Consultado el 30 de mayo de 2017
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