Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del díaGénesis 18:1
Los árboles en las Escrituras tienen un significado especial. Nos llevan a considerar el árbol de la cruz, donde el Señor Jesucristo dio su vida por nosotros. En el Antiguo Testamento encontramos árboles mencionados en varias ocasiones. En Génesis 18:1 este árbol nos conduce a la comunión. En Génesis 35:4 el árbol nos llama a la consagración. En Jueces 6:11 el árbol nos ilustra la protección.
El encinar de Mamre, que está en Hebrón, fue el lugar donde moró Abraham después que se separó de Lot (Génesis 13:18). Lo primero que se nos dice es de un altar que Abraham edificó. Bajo el árbol Abraham podría contemplar el sacrificio y apreciar la verdad de la redención por la sangre derramada. ¿Es nuestro deseo morar bajo la cruz de Cristo? No en el sentido físico, por supuesto, sino que nuestro corazón esté siempre contemplando y considerando lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz.
Es bajo ese mismo árbol que Abraham está disfrutando el descanso del calor del día en Génesis 18 y Jehová le apareció y conversó con él. Abraham disfrutó de la comunión y la conversación con Dios allí bajo el árbol. Es por medio de la cruz de Cristo que hemos encontrado el descanso de nuestros pecados y la reconciliación con Dios, para que podamos disfrutar de una comunión estrecha y sin impedimentos con el Dios de la gloria.
Bajo la cruz de Cristo
anhelo yo estar
me cubre cual Peñasco fuerte
contra el vendaval.
Refugio es del peligro y
oasis al andar,
del intenso sol, del feroz calor,
me puedo resguardar.
Miguel Mosquera
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