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Caleb decidió ir en pos de Dios

Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión Números 14:24

Seguir la corriente de la multitud es una actitud muy popular en nuestros días, bajo la bandera de que si la mayoría lo hace entonces deben estar en lo correcto. Pablo lo describe en Efesios 2:2, “siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire”. Algunos han hecho experimentos sociales donde se ve a personas haciendo y diciendo lo que los demás hacen sin siquiera saber la razón de por qué lo hacen. Y esto no solamente se ve en entre los incrédulos, pero también entre cristianos. Cualquier cosa que sea popular, van detrás de ello sin ninguna convicción por la Palabra de Dios.

Ahora, no se trata de ser diferentes movidos por rebelión, siendo testarudos y causando problemas a otros. Es más bien, ser diferentes movidos por convicción por la Palabra de Dios y en obediencia a ella. La obediencia a la Palabra de Dios nunca ha sido algo popular entre las multitudes, pero es lo que honra a Dios.

Caleb no siguió la corriente de los demás espías que habían sido enviado a explorar la tierra prometida. Junto con Josué tomó una posición diferente, estaba convencido que Dios podía darle la victoria a su pueblo sin importar lo imponente de los muros del enemigo ni la estatura de los gigantes. Habría grandes obstáculos, pero Dios es más grande. Los demás espías hablaron de regresar y desanimaron al pueblo, Caleb y Josué hablaron de continuar, confiando en el poder de Dios con ellos y la promesa de que les había de dar la tierra en posesión.

La mayoría se desanimó, pero Caleb decidió ir en pos de Dios. ¿Cuál es tu decisión?

Firmes y adelante, huestes de la fe, 
sin temor alguno, que Jesús nos ve. 
Jefe soberano, Cristo al frente va, 
y la regia enseña tremolando está. 

Miguel Mosquera

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