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¿Cómo usted puede ser salvo?

La Salvación está al alcance de todo Ser Humano

Sin duda alguna la salvación es la más importante de todas las iniciativas de Dios. La creación de este vasto inmensurable universo fue una obra mucho menor que la realización del plan divino para salvar a los pecadores.

Es la cosa más necesaria de su vida
La salvación de pecadores nunca se basa en que Dios meramente haga caso omiso, o cierre sus ojos como si fuera, al pecado. Dios salva al pecador sobre una base enteramente justa y conforme con su carácter santo. Se llama la gracia. Ella depende de Dios, de manera que el hombre no puede obrar por su salvación ni puede merecerla.

Sin embargo, la aceptación de la salvación que Dios ofrece es la cosa más sencilla que hay en la vida. Uno no tiene que ser rico, sabio o educado. La edad no es barrera ni lo es el color de la piel.

La recepción de los enormes beneficios de la redención divina se basa en las más sencillas de condiciones de manera que no hay persona alguna en el universo entero para quien la oferta no sea válida.

Es más: Es la cosa más necesaria de su vida. «¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?» (Hebreos 2:3). «Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos» (Hechos 17:30,31).

El Plan de Salvación es Sencillo

Ser salvo no es un ejercicio intelectual ni un proceso mecánico. Con todo, sin darse cuenta o no, hay tres elementos.

Los Resultados de la Salvación son Grandes

Las consecuencias son inexplicablemente maravillosas.

Sus pecados son quitados. «Vio Juan a Jesús que venía a Él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29).

Posee de una vez la vida eterna y segura. «Este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida» (1 Juan 5:11,12).

Es hecho una nueva creación en Cristo. «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son h
echas nuevas» (2 Corintios 5:17).

El Espíritu Santo hace su morada en su vida. «Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros» (1 Corintios 6:19).

¡Y nunca será condenado! «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre» (Juan 10:27-29).

Esta es de veras la mayor transacción de la vida. Es la meta de toda persona, es lo máximo de nuestra existencia.

Reconozca su obligación; acepte la oferta. Tome para sí mismo el plan de salvación que se señala arriba, de manera que nazca de nuevo y eternamente en la familia de Dios. «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). «A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1:12).

Donald R. Alves

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