¿Alguna vez te has preguntado quién dirige el espectáculo? ¿Estás administrando la tecnología o la tecnología te administra a ti?
Cualquier diccionario decente nos dirá que la tecnología es la aplicación práctica del conocimiento en un área particular o la capacidad que nos es dada para la aplicación práctica del conocimiento. Como tal, entendemos que el creyente no está de ninguna manera en contra de la tecnología, sería prácticamente imposible vivir sin ella. El mismo diccionario nos dice que la administración es el control y la organización de algo o un uso acertado de los recursos para llevar a cabo un objetivo. Nos enfrentamos a diario a una batalla para usar y controlar apropiadamente la tecnología a fin de que no adquiera un rol muy grande en nuestras vidas.
Avance
Ventajas
A veces nos preguntamos cómo hacía la gente para sobrevivir sin los celulares, tablets y computadoras. No hay duda que la tecnología nos proporciona a los creyentes muchas ventajas. Es admirable poder ser capaces de ver a los nietos por video aun cuando están a miles de kilómetros de distancia. Los programas bíblicos que nos ayudan en nuestro crecimiento espiritual y en el estudio de la Biblia abundan.
Sin embargo, con las ventajas, también debemos notar las desventajas. Esperamos respuestas instantáneas a nuestros correos y mensajes de texto. Queremos que las personas estén disponibles 24 horas al día los 7 días de la semana, para responder a todas nuestras necesidades. Esperamos que la marca del WhatsApp cambie a azul y no entendemos por qué nuestro amigo no ha contestado. Esto no ayuda con nuestra paciencia. La habilidad para buscar un versículo de la Biblia rápidamente nos puede hacer dependientes de un programa y ahorrarnos el «trabajo» de tener que memorizar las Escrituras; por lo que no hay diligencia, sino pereza espiritual.
Acumulación
Otro gran peligro en el cual podemos caer es en la trampa de siempre «necesitar lo más nuevo». Dios dice, «Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13:5). Uno de los retos que los creyentes enfrentamos es la falta de contentamiento con lo que poseemos, y esto incluye la tecnología. ¿Esperamos ansiosamente el lanzamiento del siguiente iPhone? Las publicidades están dirigidas a hacernos pensar que el iPhone que compramos en el 2015 ya es anticuado, o que la computadora que estamos usando tiene un procesador extremadamente lento y, por lo tanto, necesitamos actualizarla.
Vivimos en una sociedad que nunca se satisface, y siempre está acumulando más y mejor tecnología. No me mal interprete, ¡no estoy abogando para que regresemos a los teléfonos analógicos o a las computadoras Atari! Pero, mientras el mundo constantemente nos presiona para que «actualicemos», debemos considerar seriamente delante del Señor, ¿es realmente necesario? ¿Si es así, esta actualización es necesaria en este momento? Esto nos lleva a otro asunto en relación con la tecnología.
Acceso
Adicción
No te vas a perder de algo de suma importancia si pones tu teléfono en «modo avión», por ejemplo, cuando te sientas para leer y orar sin distraccionesLos expertos dicen que la adicción a la tecnología funciona de una forma similar a otros tipos de adicción. Cuando alguien pone «me gusta» a nuestra foto o publicación en Facebook, o nos envía un mensaje de texto, nuestro cerebro es afectado positivamente. Comenzamos a anhelar esa atención, lo cual puede probar ser dañina a largo plazo en dos maneras: 1) la adicción como tal. Considera el hecho de que el norteamericano «promedio» pasa más de 10 horas al día con el teléfono. 2) El peligro de convertirse en egocéntrico por el uso excesivo de las redes sociales; considera como evidencia el incremento destacado del número de «selfies» que se han tomado y publicado en los últimos años.
Consejo
Parte de la solución es guiar mediante el ejemplo. Si eres un padre o un líder en la asamblea, muestra a la nueva generación que hay una forma mejor, no solamente en cuanto a la acumulación de la tecnología, pero también en el acceso que tienes a ella. Muestra interés genuino al hablar con la gente; no sientas la necesidad de revisar tu teléfono varias veces mientras hablas con tu hijo, o con otro creyente. Las relaciones son vitales. Podemos tener 2500 «amigos» en Facebook y aun así sentirnos solos.
Haz el compromiso de poner tu tecnología a un lado por ciertos períodos de tiempo durante el día. El uso de un temporizador te puede ayudar con esto. Te podrías sorprender de la libertad que comenzarás a sentir al hacer esto. No te vas a perder de algo de suma importancia si pones tu teléfono en «modo avión», por ejemplo, cuando te sientas para leer y orar sin distracciones. Tu recompensa será mucho más grande que cualquier cosa que pienses que te podrías perder.
Marcos Caín
Traducido de Truth & Tidings
Usado con permiso
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