Consejos para Cristianos en Crisis – Me siento espiritualmente estancado

Mi vida espiritual parece estar fría y estancada. ¡Necesito ayuda! Pareciera que fueran semanas o meses desde la última vez que tuve un pensamiento fresco durante mi lectura diaria o que me mantuve despierto más de tres minutos mientras oraba. ¿Es mi condición seria?

El estar frío normalmente es causado por el entorno. Si vivieras en el Polo Norte, a menos que te abrigues muy bien cuando estas a la intemperie (eso habla de estar separado adecuadamente) y aprovechas cualquier oportunidad para calentarte (eso nos habla de la comunión con otros creyentes) el frío y su lentitud resultante va a ser la norma aceptable. Puedes funcionar bien con las manos y los pies fríos, pero una vez que tu corazón se enfría por debajo de los 35ºC, viene la hipotermia y puede resultar fatal si no se atiende rápidamente. La mejor manera de combatir la hipotermia espiritual es de la manera que los dos hombres a Emaús hicieron en Lucas 24. Comunión cercana con el Señor a través de las Escrituras, la cual te proveerá de una “buena calentura” que el mundo no va a poder quitar.

El estancamiento es causado normalmente por una inactividad o poco movimiento. Tenemos un arroyo que pasa por nuestro terreno y, cuando llega el final del verano, con frecuencia deja de fluir lo que resulta en un agua oscura y maloliente. Cualquier tipo de vida pronto muere. Las fuentes, ríos y arroyos necesitan una fuente de salida del agua, así como una fuente de entrada a fin de ser de bendición. ¿Estás involucrado con las actividades apropiadas para tu edad y etapa en la vida? Si eres salvo, ¿has sido bautizado? Si ya eres bautizado, ¿estás en la comunión de la asamblea? Por ejemplo, hermanos jóvenes, ¿estás tomando parte en las reuniones de adoración y oración? Hermanas jóvenes, ¿estás aprovechando la oportunidad de invitar niños a la escuela dominical y visitar las viudas en tu asamblea? ¿Alguna vez le has hablado a tus compañeros de clase o de trabajo acerca de tu Salvador o les has contado cómo fuiste salvo/a?

Algunos de nosotros que somos más tímidos podríamos darles un texto de la Biblia o un folleto apropiado. La ocupación sin la devoción no es la respuesta al estancamiento. Sin embargo, Santiago nos dio el principio, “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17). Una completa inactividad espiritual sólo producirá un espíritu seco y una actitud moribunda.

¿Qué tan seria es mi situación?

El reconocer que algo está mal es un paso gigantesco hacia el diagnóstico y la corrección

Hace como dos años me comencé a dar cuenta que algo estaba mal en mi vida. Afectaba mis pensamientos, mis hábitos y, especialmente, mi habla. Al principio trataba de no prestarle mucha atención atribuyéndolo a las circunstancias y estrés, pero a medida que progresaba, comencé a darme cuenta que era algo serio y que necesitaba enfrentarlo y arreglarlo lo antes posible.

El reconocer que algo está mal es un paso gigantesco hacia el diagnóstico y la corrección. Así como la salud física, la mayoría de las veces el decaimiento espiritual también es progresivo. Cuando se trata de la salud física, no es muy sabio estar haciendo diagnósticos propios leyendo páginas de internet, pero en las cosas espirituales es el mejor lugar para comenzar, no el internet, ¡sino con una biblia abierta!

No podemos esperar que no vamos a pasar por valles de adversidad, golpes de monotonía o, incluso, el lecho del cansancio, pero hay momentos en que cuando sabemos que algo realmente va mal. Debemos someternos a la luz escudriñadora de Dios, el bisturí del Cirujano Divino, y finalmente al Bálsamo de Galaad.

David había llegado a este punto en el Salmo 139. Él sabía que era algo serio. Nunca te vas a equivocar al dirigirte al Gran Médico. David primero reconoció las cualidades del Señor en saber y tratar su situación. Reconoció (v.6) que él mismo no tenía el conocimiento o las habilidades. No debes confiar en cualquier doctor en el internet o en otros que dicen tener las respuestas. En mi caso, le consulté a quienes yo sabía que tendrían el mejor interés en mí. ¿Les has preguntado a los ancianos en tu asamblea local por algunos consejos o ayuda en tu estancamiento espiritual? Podrías sorprenderte al saber que ellos han pasado por los mismos síntomas que estás experimentando… y también la cura.

En el Salmo 139, David se da cuenta que su condición de frialdad y estancamiento es causada tanto por sus acciones como por sus pensamientos (v.2). Él sabe que el Señor conoce su pasado, su futuro y está activamente interesado en sus circunstancias presentes (v.5). Más adelante en el salmo reconoce que la raíz del problema es su enemigo: Satanás, el mundo y la pecaminosidad de su propia carne. Casi el resto del salmo se trata de cómo pensar de manera correcta, es decir, pensar de la manera en que piensa Dios.

Si reconoces que tu condición es seria un buen examen propio incluirá preguntas como éstas:

¿Con qué me he estado alimentando últimamente?

¿Nada de comida? Por ejemplo, si mi Biblia tiene mucho polvo porque no la he abierto en días.

¿Comida chatarra? Por ejemplo, películas indebidas, videos de Youtube, etc.

¿Dónde he estado que he quedado expuesto al virus o veneno?

Falsa doctrina sobre Cristo o la iglesia

Evolución o influencias modernas

¿Con quién he estado andando recientemente que me he contagiado?

Amigos incrédulos que me estimulan a cosas que no son lícitas

Amigos materialistas que sólo piensan en lo que tienen

¿Qué he hecho (o he dejado de hacer) que puede haber causado esta apatía?

Pecado secreto o no confesado

Pensamientos duros o negativos sobre otros creyentes

Similar a la experiencia espiritual de David yo tuve que someterme a la luz de la resonancia magnética la cual reveló que tenía un tumor creciendo dentro de mí, probablemente por años, y que necesitaba ser extraído. Hace un año, me acosté en la camilla quirúrgica y confié en el neurocirujano para que hiciera algo que yo no podía hacer por mi propia cuenta (y en esta ocasión era una ¡cirugía cerebral!).

¿Puede mi condición espiritual ser más seria?

David viene a Dios nuevamente en el Salmo 51 con un clamor más angustiante debido a que la razón de su frialdad y estancamiento era su propio pecado voluntario y descarado. Si no has leído este salmo recientemente, entonces hazlo. Fíjate si no hace un eco de tu propia alma y te guía a considerar la cruz donde cada pecado fue pagado y, gracias a Dios, tu corazón puede ser limpiado y el gozo de tu salvación devuelto.

Tim McCalley
Traducido de Truth & Tidings
Usado con permiso