Un buen amigo mío me invitó a una actividad para jóvenes. Después de escuchar el evangelio varias veces quedé convencido de mi pecado y, mientras leía Romanos 5:6 en mi cuarto, confié en Cristo para mi salvación. Bajé las escaleras y compartí la noticia tan emocionante de mi nueva fe en Cristo, hubo sólo un silencio muy incómodo, aunque no duró mucho. Mi papá fue el primero en mostrar su desaprobación y, luego, mi mamá comenzó a decirme todas las atrocidades que se han cometido en el nombre de la religión. Desde ese momento en adelante, siempre parecía haber una tensión en el ambiente que nunca desapareció. ¿Qué debo hacer ahora?
Este escenario puede estar reflejando el estrés que has experimentado en tu propia casa cuando confiaste en Cristo como Salvador. Mientras que la vida en Cristo es la mejor vida posible, no es fácil, y puede ser especialmente difícil para jóvenes cuyos padres no son salvos.
El Poder de una Vida Piadosa
Dios les ha dado a tus padres asientos en primera fila para ver cómo Él trabaja en ti y te guía en tu vida cristianaEl comportamiento y las palabras son dos maneras poderosas de comunicar la verdad y muchas veces van mano a mano. Cuando el compartir el evangelio no es algo bienvenido en casa, en ese caso en particular, la vida del creyente dirá lo que la boca no puede. La demostración del fruto del Espíritu en Gálatas 5:22-23, (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza) serán un testimonio convincente de la belleza de tu Señor. Tú puedes ser la sal que hace que ellos tengan sed por tu Salvador.
El Poder del Espíritu Santo
Nunca fue la intención que la vida cristiana fuera vivida por energía y esfuerzos humanos. Se alimenta de la vida de Dios adentro, el poder del Espíritu Santo, el cual mora en todos los creyentes. Este poder está presente, no solamente para producir cambios en tu carácter, sino también para proveer la sabiduría necesaria en situaciones difíciles. Leyendo la Palabra de Dios y sometiéndote a la verdad que Él te revela, el poder de Dios transformará tu vida. Dios les ha dado a tus padres asientos en primera fila para ver cómo Él trabaja en ti y te guía en tu vida cristiana. Este mismo Espíritu Santo utilizará lo que ellos ven para obrar en la vida de tus padres. Quién sabe, tú puedes ser el vínculo que Dios usará, en su momento, para guiarles a la salvación.
El Poder de Límites Apropiados
Dios te dio a tus padres y necesitas respetar su autoridad. En la Biblia, Dios manda, «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre» (Efesios 6:1-2). Obedecer significa acatar y seguir las instrucciones que te dan.
El propósito principal en nuestras vidas es amar y obedecer a Dios, así que, cuando obedeces a tus padres, obedeces a Dios. Al estar dispuesto y deseoso de obedecerles estás honrando al Señor. Sin embargo, si tus padres te inducen a cometer pecado o te dirigen en la dirección de decisiones pecaminosas, entonces debes, con respeto, hacerles saber que no puedes desobedecer a Dios. Cuando el apóstol Pedro experimentó este conflicto con el sanedrín en Jerusalén, él dijo, «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5:29). Tus padres pueden alejarte de otros creyentes y prohibirte el privilegio de seguir adelante con el bautismo o la comunión de la asamblea, pero habrá el momento en que estés fuera de casa y tomes tus propias decisiones. Si no te permiten tener una Biblia en casa debes respetar esto, y puedes leer y memorizar las Escrituras mientras estés fuera de casa. A pesar del comportamiento de tus padres, Dios espera que les honres. Honrar a alguien significa estimarlos, tratarlos con respeto. Dios tiene este estándar y, en lo que Dios te pida, siempre te dará la fuerza para obedecer su mandamiento de obedecer a tus padres, sin importar lo difícil que sea.
El Poder de la Oración
A medida que esperas en Él en oración, te revelará de su persona de maneras en que te sentirás satisfecho y te dará pazDios ha permitido estas dificultades por una razón. En vez de frenarte, ellas te pueden ayudar a ser la persona que Dios quiere que seas. A medida que le buscas, Él trabaja en tu vida para transformarte más y más a la imagen de Su Hijo. Nunca subestimes el poder de la oración. Cuando te sientas solo y que no te entienden, siempre puedes encontrar refugio en Él. Cuando tu corazón está quebrado, Él te consolará y fortalecerá con su amor. No importa hasta qué punto de desespero tu situación haya llegado, Él siempre será capaz de suplir tu necesidad y cuidar de ti. Él quiere que eches «toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Pedro 5:7). La oración es esencial a fin de desarrollar una relación más íntima con Dios. Te pone en línea con sus planes y propósitos. A medida que esperas en Él en oración, te revelará de su persona de maneras en que te sentirás satisfecho y te dará paz. Aunque no recibas aquello por lo que estás orando, puedes tener la seguridad que, aun una respuesta negativa, es para tu bendición y para la gloria de Dios. Recuerda que Dios conoce sobre tu situación y ésta no durará para siempre. Cuando te mantienes fiel a Él, estarás dándole más gloria. El momento llegará en que serás independiente y tendrás la libertad de vivir para Dios como lo has querido. Hasta que llegue ese momento, persevera.
Bryan Joyce
Traducido de Truth & Tidings
Usado con permiso
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