Está dividido su corazónOseas 10:2
En los tiempos de Oseas pasaba lo mismo. El pueblo se había desviado tras los ídolos y Dios envía al profeta para hacerles ver su mal camino. La infidelidad de Israel es el tema central del mensaje y por eso Dios le ordena a Oseas que se case con una mujer ramera a la cual se le hace tan difícil mantener su fidelidad matrimonial y esto es un mensaje directo al pueblo que se fue tras los ídolos e hicieron pacto con otras naciones, dejando a Dios.
El mundo atrae mucho nuestra atención. Son muchas las tentaciones que hacen desviar nuestra mirada de nuestro Salvador. El diablo engaña. Y todo esto es para enfriar nuestro amor al Señor. El apóstol Juan nos enseña que «si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Juan 2:15-17).
El mandamiento que el Señor nos dejó fue: «amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas» (Marcos 12:30). Él lo hizo, y nos dejó ejemplo para que sigamos sus pisadas.
Miguel Mosquera
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