En la tentación
Es posible que el Señor Jesús meditaba en el libro de Deuteronomio cuando estaba en el desierto. Las tres ocasiones que responde a Satanás son citas de la Biblia, todas en el libro de Deuteronomio. Tentaciones diferentes una de otra, pero para todas la Biblia tenía la respuesta adecuada para contrarrestar el ataque.
Cristo citó los versículos con precisión, sin restarle ni agregarle nada. Esto es importante porque el diablo también le citó las Escrituras, pero con mala intención y omitiendo parte del versículo. Este fue uno de los errores de Eva, en el huerto del Edén, cuando citó las palabras de Dios no las citó con precisión, sino que les agregó, diciendo: “ni le tocaréis”. No así el Hijo de Dios quien usó bien las Escrituras.
También las citó con autoridad, diciendo: “Escrito está”. Satanás usa la duda como un arma para hacer hacernos caer. No había ninguna duda en Cristo sobre la autoridad de las Escrituras.
Sobre temas controversiales
A veces es difícil encontrar respuestas a temas que tienden a ser controversiales en nuestros días. Uno de los temas controversiales durante los días de Cristo era el trabajo en el día de reposo. La respuesta del Señor viene de las Escrituras: “¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer...?” (Mateo 12:3-4).
La respuesta deja a sus enemigos sin palabras. No hubiesen pensado en esta historia, y posiblemente nosotros tampoco, pero esta rapidez para citar casos específicos de la Biblia en el contexto correcto viene de una meditación constante en las Escrituras. Por eso dice de Él: “tu ley está en medio de mi corazón”.
¿Eran importantes las Escrituras para Cristo? Absolutamente sí. Él meditaba en ellas, las usaba correctamente. Aprendamos a ser como Él, quienes “usan bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
Miguel Mosquera
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