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¿Cuál es la diferencia entre la comisión en Mateo 28 y Marcos 16?

Antes de ascender al cielo el Señor Jesucristo envió a los discípulos en lo que yo llamaría una doble comisión. Hay quienes piensan que lo dicho por el Señor en Mateo 28 es lo mismo que dijo en Marcos 16, sólo que con diferentes palabras. Sin embargo, hay una diferencia entre estos dos pasajes.

Veamos primero estos versículos:

Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandadoMateo 28:19-20
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenadoMarcos 16:15-16
Comencemos primeramente con Marcos 16

Esta viene a ser la labor del evangelista, “predicar el evangelio a toda criatura”. Anunciar las buenas nuevas a quienes no conocen a Cristo como Salvador para que sean salvos. Note que dice “toda criatura”, es decir, éstos que escuchan las buenas nuevas de salvación no son salvos. De éstos que escuchan el mensaje, “el que creyere y fuere bautizado, será salvo”. El énfasis está en el “creer” para ser salvo, por eso dice después “el que no creyere, será condenado”.

El bautismo es importante para el que ha creído, no para completar su salvación sino para testificar públicamente su identificación con Cristo y como símbolo de lo que ha ocurrido en su vida, con motivo de su salvación. En la obra del evangelista el bautismo es el punto final de su labor.

Ahora examinemos Mateo 28

Esta viene a ser la labor del maestro. Aquí no se refiere a “criaturas” sino que utiliza la expresión “haced discípulos”. A quienes se refiere son a aquellos que ya han sido salvos y necesitan ser instruidos en las enseñanzas de la Palabra de Dios. Por eso no hay referencia a “creer”.

En este caso el bautismo no es el punto final, sino que es el punto de partida. La manera de hacer discípulos es bautizándoles, ya que este sería la primera muestra de obediencia a Cristo como Señor. Pero esto no es lo único, y aquí no termina la labor del maestro, sino que dice “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”.

Si un recién convertido tiene el deseo de obedecer las enseñanzas de Cristo lo primero que tiene que hacer es bautizarse. En Marcos 16 vemos que hay quienes no creen, sin embargo, no encontramos esto en la comisión de Mateo 28. Es el deseo de Dios de que todo creyente sea obediente a su Palabra y un fiel seguidor, discípulo, de Cristo.

Esta imagen puede ayudarnos un poco más a entender lo que hemos dicho:

Dios quiere que las personas sean salvas, por eso ha capacitado a creyentes evangelistas para que lleven las buenas nuevas de salvación. Ahora, Dios tiene un propósito más allá de solamente salvar a hombres y mujeres de sus pecados, y quiere que sean verdaderos seguidores e imitadores de Cristo, y para esto ha capacitado a maestros que enseñen a los creyentes las instrucciones de la Palabra de Dios.

Esto no significa, por supuesto, que un evangelista no pueda enseñar o que un maestro no pueda predicar. Pablo le habló a Timoteo sobre la necesidad de hacer ‘obra de evangelista’ (2 Timoteo 4:5) y también de ocuparse en la lectura pública y la enseñanza (1 Timoteo 4:13). En muchas ocasiones podemos encontrar estas dos actividades en una misma persona. El que haya una distinción no significa que se contradicen o que van separadas. Estas actividades no chocan entre sí, más bien se complementan y van de la mano una con la otra.

No se puede hacer un discípulo de alguien que no ha puesto su confianza en Cristo, ya que es inútil enseñar a obedecer a alguien que no ha sido salvo. Solamente uno que ya es salvo puede ser un verdadero discípulo. Asimismo, es necesario que sepamos la necesidad de enseñar a aquellos que han sido salvos a ser obedientes a los mandamientos del Señor.

Que el Señor continúe enviando predicadores y maestros a su obra.

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