Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadoresLucas 7:34
¡Cómo sería para el santo Hijo de Dios experimentar este tipo de calumnia! Las palabras de estos hombres eran con el fin específico de hacerle daño y destruir su reputación. Seguramente buscaban también en Cristo una mala reacción, con el fin de acusarle.
La respuesta del Señor a estas críticas y calumnias nos hacen ver que Él tenía pleno control sobre sí mismo. Él no les responde de la misma manera como le tratan ellos. No se enoja con sus palabras y ni les devuelve el ataque. Con mansedumbre y templanza el Señor “no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:23). Esta no es la manera en que el mundo lo hace, pero es cómo Él lo hizo.
Quizá haya alguno que ha experimentado esto mismo: que otros exageren los hechos y los saquen de contexto con el fin de hacernos daño. No podemos controlar lo que otros dicen, pero sí cómo reaccionamos. Es muy doloroso y el Señor lo sabe. Él lo experimentó, y nos enseña cómo podemos hacer frente a la situación.
Miguel Mosquera
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