Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebíaDaniel 1:8
Daniel no consintió con este plan y “propuso en su corazón no contaminarse con la comida del rey”, escogiendo primero ser fiel a su Dios. ¿Con qué nos estamos alimentando espiritualmente? ¿Son las noticias, Facebook, televisión e internet nuestra alimentación diaria? Hay tanta información disponible que fácilmente se nos puede pasar el día viendo una y otra sin dar importancia a la Palabra de Dios, el verdadero alimento espiritual.
Daniel pidió hacer la prueba por 10 días. ¡10 días! Este tiempo fue suficiente para ver una diferencia en aquellos otros jóvenes. No hace falta mucho tiempo para ver la diferencia entre uno que se alimenta de la dieta de este mundo con respecto a uno que se alimenta de la Palabra de Dios.
Es por eso que, a lo largo de su vida, Daniel nunca perdió su identidad, y siempre se leemos de él asociado a los hebreos y a los cautivos de Judá. Aunque estaba en Babilonia, todos sabían que no era de Babilonia.
Así debe ser con nosotros, Cristo dijo: “están en el mundo… no son del mundo… No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:11,14,15).
Precepto es del Señor
que gloria yo le dé,
cuidando el alma que me dio,
viviendo por la fe.
Miguel Mosquera
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