…para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios1 Pedro 4:2
Uno puede mirar atrás en la vida y lamentarse de errores que uno ha cometido, tiempo que ha malgastado, oportunidades desperdiciadas y decisiones equivocadas. Tiempo en el cual no hicimos la voluntad de Dios y no lo dimos todo al Señor, sino que dimos lugar a la carne. Estos pensamientos perjudican la paz en nuestro corazón, afectando nuestro presente y desanimándonos para el futuro.
En el antiguo pacto se revivían constantemente los pecados del pasado cada vez que se ofrecían sacrificios, ya que estos sacrificios no eran suficiente para quitar los pecados. Pero ahora, Cristo ha ofrecido el sacrificio perfecto, «porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados» (Hebreos 10:14).
Somos hijos de Dios y Él nos ama. Nos da otra oportunidad para hacer lo que es correcto y lo que está de acuerdo a su voluntad. Cristo es nuestro Abogado, si nos humillamos delante de Dios y confesamos nuestros pecados «Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad». Así podremos ver hacia adelante y pedir al Señor que nos enseñe a conocer su voluntad y a seguirla, para que no vivamos el «tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios».
Miguel Mosquera
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