Septiembre de 1939 fue un mes sangriento en la historia de Polonia. Las fuerzas alemanas comenzaron su avance por el oeste, norte y sur de este país arrasando con todo lo que conseguían a su paso. Cientos de miles de habitantes murieron y este sería apenas el comienzo, ya que Polonia fue uno de los países que más sufrió durante la Segunda Guerra Mundial.
Aquellos que sobrevivieron esta masacre fueron arrestados y llevados a campos de concentración donde fueron esclavizados, torturados y muchos de ellos asesinados cruelmente. En 1940 se estableció el Gueto de Varsovia, en una de las ciudades principales de Polonia, el cual sirvió como lugar de transición para millones de judíos que luego eran llevados a los campos de concentración.
Unas 5000 personas morían mensualmente en el Gueto, de hambre o enfermedad. Para evitar una mayor proliferación de enfermedades y el eventual contagio a soldados alemanes, el Departamento de Control de Epidemias visitaba a diario el Gueto haciendo inspecciones. Fue a través de este departamento que una enfermera polaca, Irena Sendler, consiguió pases para entrar en el Gueto, su objetivo iba más allá de controlar las enfermedades y epidemias, su deseo era: ayudar a salvar judíos.
El riesgo que corría Irena era enorme. Los nazis comenzaron a sospechar de sus actividades hasta que finalmente la arrestaron en 1943. Fue torturada pero no lograron sacarle ninguna información sobre los niños o sobre otras personas involucradas en los rescates. Finalmente fue condenada a muerte, sin embargo, poco antes de su ejecución logró escapar y siguió trabajando para ayudar a los judíos.
La valentía de Irena nos lleva a pensar en Jesús, el Hijo de Dios. Vino del cielo y se identificó con nosotros, anduvo entre los hombres y, aunque hizo grandes milagros y enseñó a las multitudes las verdades de Dios, su objetivo principal era «buscar y salvar lo que se había perdido». Hasta la cruz fue, no solamente arriesgando su vida, sino dando su vida por nosotros.
El profeta Isaías escribió que Jesús fue enviado a «predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel» (Isaías 61:1). Cristo te puede y quiere librar de las cadenas del pecado. Tienes que confiar en Él. Los padres de los niños a quienes Irena ayudó tenían que confiar en ella, era su único medio de salvar a sus hijos. Así es quien quiere ir al cielo, tiene que confiar en el único medio de salvación el cual es Jesucristo. No esperes más.
Miguel Mosquera
Fuente:
Irena Sendler – Wikipedia
Irena Sendler – Auschwitz Children
El ángel de Varsovia – Irene Sendler – Mujeres en la Historia
Invasion of Poland – Wikipedia
Gueto de Varsovia – Wikipedia
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