… hay un Dios en los cielos… y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días… el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad… el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruidoDaniel 2:28,36,44
Lo que mucho de estos poderosos olvida es que no importa cuán alto se eleven en términos humanos, siempre habrá Uno que está por encima de todos ellos. En el libro de Daniel se nos revela esto en repetidas ocasiones. Allí Dios se revela como el Altísimo, el Dios del cielo, Quien está por encima de todo gobierno y Quien otorga el reino a quien quiere.
En Daniel 2 encontramos el sueño de Nabucodonosor y a Daniel revelando el significado de este sueño. Daniel tiene que enseñar a este gran rey que “hay un Dios en los cielos” que tiene un programa sobre este mundo que va a llevar a cabo.
Nabucodonosor pensaba que por su astucia y estrategia había ganado todo lo que tenía, pero necesitaba saber que era el Dios del cielo quien le había dado ese dominio y majestad. De la misma manera ocurriría con el resto de los reinos presentados, hasta llegar a los pies de hierro con barro cocido, refiriéndose a nuestros días, cuando los reinos se mezclarán mediante alianzas humanas, pero no se unirán el uno con el otro.
Por último, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, será permanente. Es el reino de nuestro Señor Jesucristo. Dios sigue teniendo el control, incluso en los asuntos humanos, y llevará a cabo su plan hasta su final.
El sueño de Nabucodonosor abarca más de 2,500 años de historia. Los reinos pasan, los grandes vienen y van; pero Él sigue siendo el Dios del cielo.
¡Glorioso monte de Sion
con gozo ya se elevará!
El fuerte Rey de salvación
reina en poder de mar a mar.
De su trabajo el Señor verá,
y satisfecho se gozará.
Su reino siempre durará;
Cristo ya viene otra vez.
Miguel Mosquera
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