¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?Isaías 40:27
Dios es infinito, su conocimiento es infinito y sus recursos también. Aunque la ciencia misma no conoce el número de las estrellas del universo; Dios fue el que las creó, las cuenta y las llama por nombre. Ninguno le puede enseñar a Dios algo que Él no sepa. Las naciones con toda su arrogancia y jactancia son para Dios como una gota de agua que cae del cubo o como menudo polvo en la balanza. Todo esto se nos presenta en el capítulo 40 de Isaías. Dios es infinito, su conocimiento es infinito y sus recursos también.
Al final del capítulo se oyen las palabras del pueblo desanimado de Israel: “mi camino está escondido de Jehová”. Ellos han llegado a pensar que Dios no conoce las circunstancias por las cuales ellos están pasando, ellos se sienten como si sus fuerzas se han acabado, sienten que ya sus recursos se les agotaron y nadie se apiada de ellos. ¡Cuántas veces no pasamos por una situación similar!
A Dios no se le agotan los recursos: “No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance” (v.28). Sus fuerzas no se acaban, pero más aún, Él nos imparte su fuerza para que podamos continuar. “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas… los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas” (vv.29-30).
Es sólo por medio de Él, y esperando en Él, que podemos continuar. Siempre fue así, siempre será así; pero a veces necesitamos agotar nuestras propias fuerzas para saber que es así. El Dios Omnipotente está a nuestro lado.
Si nuestros recursos se han agotado,
si fuerzas nos falta para terminar,
si al punto ya estamos de desesperarnos,
el tiempo ha llegado en que Dios puede obrar.
Su amor no termina, su gracia no acaba,
un límite no hay al poder del Señor;
pues de sus inmensas riquezas en gloria,
abunda su gracia, abunda su amor.
Miguel Mosquera
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