«Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre» (2 Reyes 18:3)
Este versículo bien resume el reinado de este gran hombre Ezequías. Dos cosas importantes podemos ver en este rey: primero, su deseo era agradar a Dios. No estaba buscando la fama y aprobación del pueblo o de los reinos cercanos, fuesen más grandes o más pequeños; su deseo era hacer lo correcto delante de los ojos de Jehová, el Dios que lo escudriña todo. En segundo lugar, siguió el ejemplo de David, el varón conforme al corazón de Dios. Fueron varios los reyes de Judá de los cuales se dice que «hicieron lo bueno», sin embargo, hasta los tiempos de Ezequías solamente un rey, Asa, más o menos doscientos años antes de Ezequías, había hecho lo bueno conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. En el período de los reyes David siempre es tomado como el modelo para comparar los demás reinos, fue el rey que anduvo en los caminos de Dios, haciendo su voluntad y obedeciendo su Palabra, por lo cual Dios lo llama el «varón conforme a mi corazón». Ezequías no conoció a David, ¿cómo, entonces, supo lo que había hecho David para seguirle? Ezequías tenía las crónicas de los reyes que relataban todo lo que había hecho David y su gran fe en Dios.
Pienso que, como Ezequías, debemos ocuparnos en agradar principalmente a Dios. Asimismo hacía el apóstol Pablo, que nos dice: «así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones» (1 Tesalonicenses 2:4). Aprendemos de Romanos 8 que en la carne no podemos agradar a Dios, es por eso que debemos poner lo espiritual primero y vivir según el Espíritu.
David es figura de Cristo en muchos aspectos y, nuevamente, lo vemos aquí como el ejemplo perfecto para nosotros seguir. Seguramente a nuestro alrededor habrá hombres espirituales que son ejemplos dignos de imitar, sin embargo, siempre debemos considerar que nuestro ejemplo a seguir es Cristo. Otros pueden fallar, incluso los más sabios, pero Cristo nunca nos va a fallar. «Porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas» (1 Pedro 2:21). Y, ¿cómo vamos a aprender de Él? Buscando a Cristo en las Escrituras para conocer su carácter, su vida, su persona y aprender más de Él.
Miguel Mosquera
Foto en portada y texto: Following like sheep!por Angus bajo la licencia CC BY-NC-ND 2.0 (mod. 1018x460px)