«Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre» (2 Reyes 18:3)
Pienso que, como Ezequías, debemos ocuparnos en agradar principalmente a Dios. Asimismo hacía el apóstol Pablo, que nos dice: «así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones» (1 Tesalonicenses 2:4). Aprendemos de Romanos 8 que en la carne no podemos agradar a Dios, es por eso que debemos poner lo espiritual primero y vivir según el Espíritu.
David es figura de Cristo en muchos aspectos y, nuevamente, lo vemos aquí como el ejemplo perfecto para nosotros seguir. Seguramente a nuestro alrededor habrá hombres espirituales que son ejemplos dignos de imitar, sin embargo, siempre debemos considerar que nuestro ejemplo a seguir es Cristo. Otros pueden fallar, incluso los más sabios, pero Cristo nunca nos va a fallar. «Porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas» (1 Pedro 2:21). Y, ¿cómo vamos a aprender de Él? Buscando a Cristo en las Escrituras para conocer su carácter, su vida, su persona y aprender más de Él.
Miguel Mosquera
Foto en portada y texto: Following like sheep!por Angus bajo la licencia CC BY-NC-ND 2.0 (mod. 1018x460px)