Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padreLucas 1:32
Desde el anuncio del nacimiento del Señor Jesucristo se hace ver su dignidad. En este versículo tan corto vemos tres títulos que exaltan la persona de Cristo.
Grande
No era grandeza política ni económica la que el Señor tuvo en su encarnación. En el trono de Judea había uno conocido como Herodes el Grande. Aunque tenía título y posición en este mundo fue un hombre perverso; a los ojos de Dios no había ninguna grandeza. La grandeza del Señor no venía dada por los lujos de los que gozaba ni por la cantidad de propiedades que tenía. Era grande a los ojos de Dios. Moralmente impecable, hablaba con autoridad y verdad, sus obras demostraban su poder; era grande en su carácter perfecto. Dios se complacía con cada aspecto de la persona de Cristo. El mundo le menospreció; sin embargo, Dios sí le dio el aprecio correcto que merecía. Llegará el momento en que también su grandeza será manifestada al mundo entero, entonces Cristo será Rey de reyes y Señor de señores.
Hijo del Altísimo
El diablo quiso ser “semejante al Altísimo” (Isaías 14:14), pero ninguno puede ocupar el lugar de Dios, ni ser igual a Dios. Cristo es el Hijo del Altísimo, lo cual no solamente muestra la relación eterna y perfecta con el Padre sino también la igualdad que tiene con Él; “decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18).
No puede haber otro más alto que Él. Hoy día leemos de muchas listas de grandes personajes, los más ricos, más influyentes, mejores deportistas, mejores cantantes, etc; y muchos anhelan encabezar esta lista. Es bueno recordarnos que sobre todos está Cristo el Señor. Pedro predicaría unos años más tarde: “A este Jesús resucitó Dios… exaltado por la diestra de Dios… Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hechos 2:32-36).
Rey de Israel
“Dios le dará el trono de David su padre”. En Lucas cap. 1 leemos de cómo en Jesús se cumple la promesa del pacto hecho a Abraham en cuanto al pueblo de Israel y también la promesa hecha a David en relación al trono de Israel. Cristo es el cumplimiento de las promesas de Dios.
No se sentó sobre el trono de Israel en su primera venida. En desprecio al Señor, Pilato escribió sobre la cruz: Jesús nazareno Rey de los judíos. El pueblo de Israel dijo: “no tenemos más rey que César”. Desconocieron la grandeza, autoridad y superioridad de Cristo, le rechazaron como rey, sin embargo, no importa cuán astuto y poderoso los seres humanos sean para ir en contra del Hijo de Dios, esto nunca frustrará los planes que Dios está llevando a cabo para vindicar, exaltar y honrar a su Hijo.
¿Qué lugar ocupa Él en tu vida?