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El Pueblo que conoce a su Dios

El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará Daniel 11:32

El mundo, hundido más y más en la oscuridad y el engaño del pecado, se jacta del aumento en el conocimiento de la ciencia, sin embargo, el conocimiento más sublime para el creyente es conocer a su Dios. Por eso Dios dice: “no se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová” (Jeremías 9:23-24).

Conocer a Dios va más allá de solamente escuchar o saber sobre Él. Conocer a Dios viene como resultado del disfrute de una relación personal con Dios. Esto fue lo que experimentó Enoc al caminar con Dios (Génesis 5:22), Abraham al conversar con Dios (Génesis 18) y Moisés al contemplar a Dios (Éxodo 33).

Los que conocen a Dios dedican tiempo para meditar en su Persona y su Palabra. Los que conocen a Dios dan prioridad a la oración en sus vidas porque saben que esto les acerca a su presencia. Los que conocen a Dios buscan su presencia y su rostro en los tiempos de la prueba, porque saben que de su presencia viene el consuelo y la fortaleza. Los que conocen a Dios leen y estudian su Palabra para conocer el camino por donde deben andar y lo siguen.

Es en el disfrute de una relación estrecha con su Dios donde el creyente puede encontrar la fuerza para mantenerse firme en medio de la adversidad y donde puede encontrar la dirección para actuar conforme a la luz de su Palabra.

Cerca, más cerca, ¡oh Dios, de Ti! 
Cerca yo quiero mi vida llevar. 
Cerca, más cerca, ¡oh Dios, de Ti! 
Creo en tu gracia que puede salvar. 

Miguel Mosquera

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