Primeramente, debemos distinguir entre el reino y la iglesia, ya que no son lo mismo. El reino tiene que ver con el gobierno de Dios, como lo expresó Daniel a Nabucodonosor: “el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien Él quiere... tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna” (Daniel 4:25-26).
Dios dio a Adán el señorío sobre la creación, pero él falló pecando contra Dios y desobedeciendo su mandamiento. A pesar de ello, Dios sigue teniendo dominio sobre su creación, y llegará el momento cuando el propósito de Dios se cumplirá al colocar un Hombre, Cristo, como Rey sobre el mundo entero.
Este programa de Dios a través de las edades podemos apreciar partiendo desde el acercamiento del Rey hasta la manifestación futura del reino, cuando aparezca el Rey en gloria.
El acercamiento del Rey
La predicación de Juan el Bautista, así como del Señor Jesucristo, llevaba el mensaje: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2). Cristo no venía a establecer el reino en ese momento, sin embargo, el acercamiento del Rey hacía cercano el reino mismo
En Jerusalén fue anunciado a los líderes de Israel que “el Rey de los judíos, que ha nacido” (Mateo 2:2). Esto fue tomado con mucha seriedad por Herodes, pero con total indiferencia por el pueblo de Israel. Años más tarde, cuando Juan el Bautista comienza su ministerio le anuncia al pueblo que “el reino de los cielos se ha acercado”. Su ministerio era preparar el camino del Rey, anunciar su llegada, para esto el corazón del pueblo debía arrepentirse con el fin de recibirle.
Las enseñanzas de Jesús demostraron la capacidad del Rey. En Mateo 5 se dan los principios de comportamiento en el reino. Establece la importancia del cumplimiento de la ley (Mateo 5:17-20) y la lleva más allá, enfatizando el principio del amor, hacia el prójimo, hacia los enemigos y hacia los perseguidores (Mateo 5:21-48).
Las enseñanzas de Cristo fueron seguidas por los milagros, que sirvieron de confirmación sobre lo que estaba enseñando. Los capítulos 8 y 9 desarrollan estos milagros, seguidos por los milagros y la predicación de los discípulos quienes fueron enviados para propagar las noticias del reino.
De allí, el capítulo 12 representa un punto de inflexión dentro del desarrollo del ministerio del Señor Jesucristo. En Mateo 12:14 se nos dice: “salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle” y, después de esto, dijeron: “Éste no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mateo 12:24).
El Rey estaba siendo rechazado, como claramente lo dijeron más adelante: “Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César” (Juan 19:15). Esto nos dirige a Mateo 13 cuando el Señor les revela a los discípulos los misterios del reino a través de 7 parábolas.
La ausencia del Rey
En el tiempo presente estamos viviendo la ausencia del Rey, quien está vivo en los cielos a la diestra de Dios. Los misterios del reino de los cielos son verdades que habían estado ocultas y han sido revelada a nosotros. Cristo revelo este misterio en parábolas debido a que ya le habían rechazado y, por lo tanto, las verdades presentadas aquí serían para luz para aquellos que le recibieron, aunque dejarían en oscuridad e ignorancia a quienes le rechazan (Mateo 13:13-15).
Aunque esto no significa que el reino en el tiempo presente sea la iglesia, los creyentes en Cristo reconocemos el señorío y la soberanía de Cristo y, por lo tanto, nos sujetamos a sus principios y su autoridad. Al mismo tiempo, hay en el reino lo verdadero y lo falso, como está ilustrado en la parábola del trigo y la cizaña y no será sino hasta el fin de los tiempos, en el regreso de Cristo que esto sea cuidadosamente separado, la cizaña para ser quemada y el trigo para ser guardado.
La aparición del Rey
Los judíos esperaban que su Mesías estableciera su reino en su primera venida y, por eso, en Lucas 19:11 el Señor les relata una parábola porque ellos “pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”. Más adelante, el Señor relata los eventos previos a su venida en gloria y explica que éstas serán señales de que “está cerca el reino de Dios” (Lucas 21:31).
Esta aparición es descrita en Mateo 24, con las señales que ocurrirán durante la tribulación, luego la venida de Cristo en gloria y el establecimiento del reino milenario. La manifestación del reino de Cristo es todavía futura, cuando Él venga en gloria y establezca su reino en esta tierra por mil años. Será un reino de equidad, justicia y paz. Era a este reino al que el Antiguo Testamento se refirió en muchas ocasiones. Es entonces cuando Cristo reinará visiblemente, se sentará sobre el trono de David su padre, no solamente para reinar sobre Israel, sino sobre el mundo entero.
Miguel Mosquera
Compartir