El templo, el trono y la casa

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Después edificó Salomón su propia casa... Hizo asimismo el pórtico del trono en que había de juzgar... Así terminó toda la obra que dispuso hacer el rey Salomón para la casa de Jehová1 Reyes 7:1,7,51

Estos tres edificios forman parte de la gran arquitectura de Salomón. El primero en ser construido fue el templo, y el primero en ser terminado. Salomón tenía sus prioridades bien establecidas al comienzo de su reinado, por lo que lo más importante para él era comenzar por la casa de Dios. Poniendo a Dios en primer lugar, todo lo demás quedaría en su debido orden. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Estos edificios también estaban construidos en la misma propiedad. Su casa (vida familiar), su trono (vida laboral) y el templo (vida espiritual) estaban todos conectados. Así debe ser en nuestra vida. Hay quienes piensan que la vida en la iglesia es asunto de Dios, la vida en la casa es asunto familiar y la vida de negocios es asunto mío. Piensan que una cosa no tiene por qué estar vinculada con la otra. Pero así no es.

Cualquiera sea el entorno que nos rodee, debemos andar “como hijos de luz”. Nuestro andar debe traer honra a Dios, bien sea que nos encontremos en la iglesia, o en el trabajo, o en la casa. Lo mismo nuestro hablar o la forma de comportarnos. Todo está conectado.

Los edificios fueron construidos sobre las mismas piedras de fundamento. Piedras grandes y costosas. Los principios que guían mi vida en la casa de Dios son los mismos principios que guían mi vida familiar y también la laboral. No hay distinciones. No se puede ser una persona en la casa o el trabajo y otra en la iglesia. La Palabra de Dios debe ser la que guía mis principios, mi comportamiento y mis decisiones.

“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10).

Quiere Jesús que yo brille
mientras que viva acá,
y que le complazca siempre
en clase, juego, hogar.

Miguel Mosquera

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