En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos1 Juan 3:16
El amor debe ser PRIMORDIAL, ya que debe ser el móvil de nuestras acciones: “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Corintios 16:14). El amor es SACRIFICIAL, ya que está dispuesto a entregarlo todo: “ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico” (2 Corintios 8:9). También el amor es INCONDICIONAL y por eso puede ser mostrado a cualquier persona sin buscar nada a cambio: “yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos” (2 Corintios 12:15).
Esta es la clase de amor que está dispuesto incluso a dar la vida por otro, como lo expresa el apóstol Juan. A pesar de ser humanamente imposible tenemos ejemplos de ello en el Nuevo Testamento:
- Aquila y Priscila “que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles” (Romanos 16:4)
- Epafrodito, quien “por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí” (Filipenses 2:30)
Hermanos, que nuestro “amor sea sin fingimiento” (Romanos 12:9)
Oh, lléname, Señor Jesús;
rebose tu amor en mí;
que fiel refleje yo tu luz,
y glorifique sólo a Ti.
Miguel Mosquera
Comparte este artículo