…han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado… Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho1 Reyes 19:14; 2 Reyes 6:1
En primer lugar, Dios le dijo a Elías que había 7000 personas que nunca se habían inclinado a Baal. Más adelante, cuando Elías va a ser llevado al cielo, recorre junto con Eliseo tres lugares (2 Reyes 2): Bet-el, Jericó y el Jordán. En cada uno de estos lugares encuentran un grupo de profetas. Elías no estaba solo. Unos años más tarde, Eliseo encuentra un grupo de profetas que iba en aumento y que el lugar donde estaban era muy pequeño para ellos reunirse. La obra de Dios no siempre se identifica con grandes avivamientos, pero en el oscuro reino de Israel había una obra pequeña que estaba creciendo.
A veces puede parecer que estamos solos y que, en medio de un mundo que ha dado las espaldas a Dios, no queda nadie que honre a Dios. Así como Elías podemos desconocer mucho de lo que Dios continúa haciendo. Él sigue preservando un remanente fiel que honra su nombre.
Donde las tinieblas son mayores, más visible es la luz.
Si en tu servicio lo has dado todo,
al proclamar en Jesús salvación;
ten, pues, valor aunque otros no crean;
Cristo lo entiende, da su bendición.
Que cuando mi vida haya acabado,
pueda decir “he guardado la fe,
también la buena batalla he peleado”
Él me dirá “buen siervo y fiel”.
Miguel Mosquera
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