Pero engordó Jesurún, y tiró coces (engordaste, te cubriste de grasa); entonces abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la Roca de su salvación(Deuteronomio 32:15)
‘Jesurún’ es un nombre dado al pueblo de Israel y significa ‘pequeño pueblo recto’. Aparece 4 veces en las Escrituras y tres de ellas es de forma positiva. En Deuteronomio 33:5 leemos de Jesurún siguiendo la dirección de Dios, reconociendo a Dios como Rey sobre ellos. Luego, en el v. 26, Dios viene a ser el refugio de Jesurún. Finalmente, en Isaías 44:2, Jesurún es el ‘escogido de Dios’. Israel (Jesurún) gozó de grandes privilegios al ser el pueblo de Dios.
La referencia a Jesurún en Deuteronomio 32 es completamente diferente. Este pueblo que ha gozado de los privilegios de conocer a Dios y recibir sus instrucciones, se llenó de orgullo y se olvidó de Dios. En lugar de recibir la dirección de Dios, pensó que le iría bien siguiendo su propio camino. Ya no reconocía a Dios como Rey, sino que ‘tiró coces’, es decir, se rebeló contra la autoridad de Dios. Dejó el consejo, se hizo sabio en su propia opinión.
Deuteronomio 32:14 habla de la prosperidad de Jesurún después que llegó a la tierra prometida. Su prosperidad les llenó de orgullo, y el orgullo los llevó a la ruina.
Dios aborrece la altivez de corazón y lo coloca en la misma lista junto con el que causa discordia entre hermanos, la lengua mentirosa y los homicidas (Proverbios 6:16-19). El orgullo es el camino directo a la caída, “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18).
La Palabra de Dios nos exhorta a estar “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión” (Romanos 12:16), a seguir el ejemplo del Señor Jesucristo, quien dijo, “aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Así que, “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:6).
Miguel Mosquera
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