Enseñar y edificar, ese era el lema del rey Josafat. Josafat fue un buen rey que reinó en Judá y tuvo temor de Dios. Leemos de Josafat que fue un rey que se interesó en aprender de la ley de Dios y que también otros aprendieran, porque puso a sus príncipes para que recorrieran Judá y enseñaran al pueblo los mandamientos de Dios. Le dio valor a la Palabra de Dios y a conocer la voluntad de Dios y que otros también la conocieran y la valoraran.

También edificó ciudades de protección y de almacenamiento. Recursos y refugio para el pueblo. Tenía visión a futuro, por lo que almacenó cuando había abundancia, no desperdició los recursos pensando solamente en el presente. Una buena administración era necesaria en el reino de Judá. Las fortalezas darían refugio al pueblo en tiempos de guerra.

¡Cuán útiles son los hombres como Josafat en el pueblo de Dios! Hombres interesados en otros, no en sí mismos. Hombres que quieran enseñar la Palabra de Dios y que edifiquen al pueblo de Dios. Dispuestos a dar y no ocupados en recibir o quitar. Quienes busquen el bien y la seguridad del pueblo de Dios, con humildad y mansedumbre.

Sigamos los buenos ejemplos. Sé un Josafat.

Quiero seguir las pisadas del Maestro,
quiero ir en pos de mi Rey y Señor;
y modelando por Él mi carácter
canto con gozo a mi Redentor.

Miguel Mosquera