Estas palabras fueron dichas por Faraón cuando Moisés vino a su presencia para que dejara ir al pueblo de Israel.

Faraón es figura de Satanás, el cruel enemigo de Dios que quiere mantener al ser humano esclavizado en el pecado. La estrategia del Faraón era que el pueblo de Israel se mantuviera tan ocupado que no tuviera tiempo de pensar en su libertad o en su futuro, sino solamente en las dificultades del día.

Es la misma estrategia que utiliza el enemigo Satanás, quien quiere que las personas se mantengan ocupadas en su pecado para que no se interesen en las cosas eternas. Con trabajos y retos, placeres y entretenimiento, al ser humano se le va la corta vida pensando en lo que corresponde al día, y no piensan en el destino eterno de sus almas. ¡Qué gran engaño que le ha sido muy efectivo al diablo! Si alguien muestra interés en la salvación, en seguida vienen otras preocupaciones en las cuales enfocarse y pronto se olvidan de la Palabra.

Si todavía no eres salvo, Dios quiere darte la libertad del pecado: “si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). Esta debe ser tu prioridad, ser salvo de la condenación eterna. “No haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos 3:12-13).

Oh, hombre, tu Dios de su gloria te llama
con dulces acentos de solicitud.
Escucha la voz que del cielo proclama:
Que hoy solamente es el día de salud.

Miguel Mosquera