Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?Ester 4:14
Sin embargo, cuando el Señor Jesucristo estaba en el huerto de Getsemaní, oró: «Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:42). Así estaba en los planes eternos de Dios que la salvación fuese obrada en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. No había otra manera. Si Cristo no hubiese ofrecido su vida en sacrificio por nuestros pecados no habría esperanza para nosotros.
Hoy podemos gozarnos que el Hijo de Dios se entregó voluntariamente a morir por nosotros. No lo hizo presionado o de manera forzada por el hecho que esa era la única forma posible de comprar nuestra redención. El amor muchas veces es demostrado por aquello que somos capaces de dar. Cristo demostró su amor a Dios dando su propia vida, «Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago» (Juan 14:31) y también demostró su amor por nosotros como lo dice Efesios 5:2: «Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros».
Miguel Mosquera