¿Es María la ‘Reina del Cielo’?
Cuando una creencia no tiene su punto de partida en la Palabra de Dios va a ser muy difícil defenderla con la Biblia cientos de años después. Sin embargo, encontré un artículo hace un tiempo donde trataban de defender este título de María como la reina del cielo utilizando el ejemplo de Salomón cuando le dijo a su madre Betzabé que se sentara a su diestra. Este relato está en 1 Reyes 2:19, “Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra”. Además, quienes defienden esta idea dicen que, a lo largo de la historia de los reyes, siempre es mencionada la madre del rey. La conclusión a la que llegan es que la madre del rey ha sido considerada reina madre, por lo que, ya que Cristo es el Rey del cielo, María tiene que ser la reina del cielo.
Salomón ilustra algunas verdades preciosas sobre Cristo como Rey, sin embargo, la conclusión a la que llegan es incorrecta, ya que uno no puede estirar las ilustraciones más allá de las verdades que nos presenta la misma Palabra de Dios, porque eso no sería otra cosa que inventar. Por ejemplo, Salomón adoró a otros dioses y puso un yugo pesado sobre el pueblo. Sería una blasfemia querer aplicar cualquiera de estos dos aspectos al Señor Jesucristo. Aquello que nos sirve de ilustración en cuanto a Cristo tiene que estar de acuerdo con la doctrina del resto de la Palabra de Dios, de la misma manera es con María.
Ahora, vamos un poco más allá y notemos tres errores fundamentales con respecto a utilizar este pasaje para aplicarlo a Cristo y María.
- En primer lugar, es importante recordar que el pacto del reino fue con David, no con Salomón. Las Escrituras no nos mencionan el nombre de la madre de David, ni mucho menos ninguna participación en su reino.
- Cuando Betzabé vino a Salomón, éste le trajo una silla para que se sentara junto a él, no un trono. Era un gesto de cortesía y respeto hacia su madre, pero de ninguna manera le estaba dando una posición de autoridad en su reino.
- La única petición que leemos que Betzabé hizo a Salomón le fue negada. Betzabé pidió a Salomón que diera a Abisag sunamita a Adonías por mujer (1 Reyes 2:20-25). Esta única petición no solamente le fue negada, sino que terminó en la ejecución de Adonías. Betzabé no pudo interceder ni ayudar en otorgar la petición a Adonías ni tampoco pudo evitar que Adonías muriera.
Si Betzabé llegara a poder ilustrarnos a María, solamente nos ilustraría que no tuvo ninguna capacidad para interceder a favor de otros, ni de conceder ninguna petición.
Ahora, la expresión ‘reina del cielo’ sí aparece en la Biblia, no para describir a María ni tampoco para usarse en un sentido positivo, sino más bien para referirse a la idolatría de la diosa Astoret. La referencia se encuentra en Jeremías 7:18, “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira”. También en Jeremías 44:17-19,25 aparece varias veces. Baal era la deidad masculina, mientras que Astoret era la deidad femenina. El culto a Astoret estaba mayormente ligado a las mujeres, pero era hecho con la aprobación de los maridos, así como también involucraba a los niños.
Astoret tenía sus altares donde se le ofrecía incienso y se le hacían peticiones. El pueblo estaba en una condición espiritual tan oscura que atribuyeron su miseria a que no le estaban rindiendo culto a Astoret: “Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo” (Jeremías 44:18), en lugar de darse cuenta que era todo lo contrario, por haber dejado a Dios para servir a Astoret. ¿Algún parecido con lo que ocurre con María hoy día? El culto a Astoret era rechazado completamente por Dios, provocándole a ira.
Lamentablemente, la adoración a Astoret fue introducida primeramente por Salomón, cuando se desvió de Dios para adorar a otros dioses (1 Reyes 11:5).
María fue una mujer ejemplar en muchos aspectos, pero no es la reina del cielo, no está sentada a la diestra de Dios ni puede interceder con peticiones delante del trono de Dios.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre… el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos… Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro1 Timoteo 2:5; Hebreos 8:1; Hebreos 4:16
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