Entonces se levantaron unos de la sinagoga… disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablabaHechos 6:9-10
Hechos capítulo 7 nos destaca a un hombre que estaba sumergido en la Palabra de Dios. Era evidente que la estudiaba con interés y dedicación. Esteban no era un predicador, sino más bien, un servidor en las mesas, atendiendo a las viudas. Pero las Escrituras ocupaban un lugar importante en su vida, y cuando Dios le dio la oportunidad de testificar se hizo evidente su conocimiento de la Palabra de Dios.
¿Será que tengo este mismo interés en leer, estudiar y aprender de la Biblia? ¿Podría yo resumir con la misma precisión los acontecimientos del Antiguo Testamento, o incluso del Nuevo Testamento? Era su convicción en la Palabra que le dio el valor de testificar ante unos hombres que querían su muerte. Era su comunión íntima con el Señor lo que le llevó a morir con una serenidad completa y con los ojos puestos en el Cristo glorificado.
Esteban fue el primer mártir de la iglesia. Esteban era un hombre que conocía la Palabra.
Lee la Biblia; sus bellas historias
traen al alma salud celestial.
Llenen tu espíritu todas sus glorias,
y gozarás de su luz eternal.
Ama la Biblia, lee la Biblia,
sigue a la Biblia: de Dios es el don.
Miguel Mosquera
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