¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela (2 Reyes 18:25)
Fue lo que hizo Rabsaces, su segunda estrategia, decirle al pueblo y al rey que Dios mismo lo había enviado. Quería hacerles bajar la guardia para que abrieran la puerta y dejaran entrar al ejército enemigo. Una vez el enemigo adentro no habría escape a la destrucción. Ezequías se mantuvo firme. Ezequías vivía en comunión con Dios, obedeciendo su palabra y ejercitado en la oración, es por eso que al escuchar las palabras de Rabsaces inmediatamente supo que no era Dios quien lo enviaba.
Muchas veces nos confundimos en cuanto a la voluntad de Dios, interpretando mal las circunstancias y, engañados por el enemigo, tomamos el camino equivocado. Cuando andamos en comunión con Dios podemos discernir su voluntad y darnos cuenta si las oportunidades que se nos presentan son realmente de parte de Dios o si es el enemigo tratando de engañarnos para hacernos fallar. Aunque todas las circunstancias nos hablen a favor, si lo que vamos a hacer es contrario a la Palabra de Dios entonces es claro que no es Su voluntad que lo hagamos. El Señor nos ayude a mantenernos firmes contra las asechanzas del diablo.
Miguel Mosquera
Foto en portada y texto: Isolated Mousetrap por Charles Rondeau (mod. 1018x460px)