Siempre estaremos rodeados de pruebas, tentaciones y circunstancias difíciles. En este versículo podemos aprender tres cosas en cuanto a Dios, que están relacionadas con las pruebas y tentaciones.

Dios es fiel: una de las cosas que tendemos a hacer cuando somos probados es cuestionar a Dios y su fidelidad, pero Él no ha dejado de tener interés por nosotros, ni de actuar equilibradamente conforme a su carácter. Dios no cambia, sus principios no cambian; las circunstancias no cambian a Dios, porque Él es el mismo ayer, y hoy y por los siglos.

Dios nos guarda: Él no nos dejará ser probados más allá de nuestra capacidad. Dios conoce nuestros límites, sabe lo que somos capaces de enfrentar y no permitirá que seamos tentados o probados más allá de nuestras fuerzas. Si estamos pasando por momentos difíciles, no pensemos: “esto es más fuerte o grande que yo”. Sin nosotros saberlo Dios nos ha preservado de todo lo que está fuera de nuestra capacidad.

Dios da la salida: la vía de escape es Dios mismo. Si estamos pasando por pruebas, Él es el lugar de sanidad. Si estamos pasando por tentación, Él es el camino de santidad. Cualquiera sea nuestra circunstancia, Dios quiere que acudamos a Él por refugio y protección. Él es la salida.

A Jesús, pues, acude;
en sus brazos tu alma
hallará dulce calma.
Él te hará vencedor.

Miguel Mosquera