Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!Filipenses 4:4
La fuente del gozo viene del Señor, por eso lo enfatiza en este versículo: “Regocijaos en el Señor”. Una de las primeras lecciones del gozo es que no pone la mirada o la atención en uno mismo. El apóstol no se goza por lo que tiene, puede o hace. Se goza en ver lo que el Señor está haciendo en otros. Mirando las menciones del capítulo 1 podemos aprender preciosas lecciones.
Pablo ve a los creyentes en Filipos y se goza en la obra que Dios está haciendo en ellos: “rogando con gozo por todos vosotros… estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (1:3-5). Una obra divina en desarrollo es motivo de gozo.
Pablo se goza en que Cristo sea predicado. En la predicación del evangelio es exaltado el nombre de Cristo y esto es motivo de gozo: “por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún” (1:18).
La voluntad de Dios es para el provecho de los creyentes, y Dios lo seguirá usando a él con este propósito: “aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe” (1:25).
Así que, hermanos, “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
Gozo tenemos por Cristo Jesús,
felicidad mediante su cruz;
puras delicias andando en la luz,
y gozaremos de gloria sin par.
Gloria sin par, con el Señor;
gloria sin par, por su favor;
vamos muy pronto al célico hogar,
do gozaremos de gloria sin par.
Miguel Mosquera
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