Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejorFilipenses 1:9-10
El apóstol está preso por causa del evangelio. Sin embargo, estas circunstancias Dios las ha tornado para bien: “las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12). El estar preso no sería lo que el apóstol más hubiese querido, pero el Señor lo había encaminado para bien. No se trataba de Pablo, sino del progreso del evangelio. Él quizás no entendería esto al principio, al momento que fue arrestado, sino un tiempo después. Aun circunstancias adversas para nosotros Dios las puede encaminar para bien. Recordemos que Él ve las cosas desde una perspectiva distinta a la nuestra.
Más adelante en el capítulo, Pablo va a expresar cuál es su preferencia. Él dice: “teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23). Era lo que él quería y, sin duda alguna, era lo mejor para él. ¿Cuál era la voluntad de Dios? Lo dice más adelante: “quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto… aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe” (Filipenses 1:24-25). No se trataba de Pablo, sino del progreso de los creyentes.
A veces puede ser difícil, incómodo o hasta doloroso. Podemos no entenderlo al momento, pero lo entenderemos después. La voluntad de Dios siempre es lo mejor.
Haz lo que quieras de mí, Señor;
Tú el Alfarero, yo el barro soy;
dócil y humilde anhelo ser;
cúmplase siempre en mí tu querer.
Miguel Mosquera
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