Gihón

MiguelDevocionales, Vida Cristiana

Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo (2 Crónicas 32:30) 

gihonJusto antes de la invasión de Senaquerib, rey de Asiria, a Jerusalén, Ezequías cubrió todas las fuentes de aguas que había afuera de la ciudad con el fin de que el enemigo no tuviera agua al rodear la ciudad (2 Crónicas 32:2-3). Sin embargo, de todas las fuentes que había alrededor Ezequías escogió una de ellas para hacer un túnel y traer el agua dentro de la ciudad, y escogió las fuentes de Gihón.

Gihón queda al lado de Cedrón, un lugar que nos habla de sufrimiento y dolor. Fue el torrente de Cedrón que cruzó David y muchos del pueblo de Israel cuando salieron de Jerusalén huyendo de Absalón, llorando y lamentando la tragedia de la rebelión de Absalón contra su padre y contra el trono (2 Samuel 15:23). Fue también este mismo torrente que cruzó el Señor Jesucristo, junto con sus discípulos, cuando se dirigía hacia el Getsemaní (Juan 18:1), donde sería traicionado por Judas y como consecuencia sería llevado fuera de la ciudad para ser crucificado. Cedrón nos hace pensar en los sufrimientos del Señor Jesucristo, al ser entregado en manos de pecadores, ser escarnecido y afrentado y luego crucificado.

Gihón, sin embargo, es mencionado en relación al ungimiento de Salomón como rey (1 Reyes 1:32-34). Gran parte del pueblo pensaba que el rey después de David sería Adonías, así que David envió al sacerdote Sadoc y al profeta Natán para que llevaran a Salomón a las afueras de la ciudad, a Gihón, le ungieran rey sobre Israel, tocaran trompeta y gritaran «¡Viva el rey Salomón!». Gihón me hace pensar en las glorias de Cristo como el rey. La cruz no fue el fin para el Señor, sino que resucitó de entre los muertos, Dios le ha exaltado y sentado a su diestra en los cielos y pronto vendrá como el «Rey de reyes y Señor de señores».

Cristo es el tema central de la Biblia. Así se lo mostró el Señor a aquellos caminante a Emaús: «!Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían» (Lucas 24:25-27). Leamos las Escrituras para aprender más de Él.

Miguel Mosquera
Foto en portada y texto: Spring water por Mark Yang (mod. 1018x460px)