Gozosos en la esperanza 

Romanos menciona 9 veces la esperanza. La esperanza tiene que ver con tener la expectativa de algo que va a ocurrir. 

La esperanza está muy relacionada con la fe. Romanos 8:24 nos enseña que esperamos lo que no vemos. La esperanza puede incluso desafiar la razón, para alcanzar aquello que es imposible. Romanos 4:18 dice que Abraham “creyó en esperanza contra esperanza”. La esperanza de ver su descendencia, cuando era viejo y no tenía hijos, iba en contra de la ciencia misma. Esta esperanza es algo seguro, porque viene del “Dios de esperanza” (Romanos 15:4). “Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5:2). Dios va a cumplir sus promesas. 

Podemos descansar en la seguridad de la esperanza en las promesas de Dios. 

Sufridos en la tribulación 

Las dificultades son causa de sufrimiento, malestar, y hasta desánimo. Al hablar de ser sufridos en la tribulación no está diciendo que debemos dejarnos derrotar por el sufrimiento, mucho menos mostrar un espíritu de queja ante la prueba. Esta palabra “sufridos” lleva la idea de “resistir”. Otra traducción dice, “pacientes en la tribulación”. 

Es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Los creyentes en Roma experimentarían en unos años una intensa persecución, donde incluso muchos de ellos darían su vida por causa de su fe. Es por eso que en el capítulo 5 nos habla de la paciencia como el primer resultado de la tribulación (Romanos 5:3). 

El ejemplo que debemos seguir es del Señor mismo, “quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:23). En la tribulación lo dejaba todo en manos de Dios. 

Constantes en la oración 

Conociendo que vivimos en un mundo que ataca la Palabra de Dios y pone en duda la seguridad de la esperanza que tenemos. Un mundo donde hay tantas pruebas y tribulaciones. La oración no es algo opcional, sino un requisito indispensable. No podemos dejar de orar.

Una hermana con muchas preocupaciones decía: “cuando estoy en la reunión de oración siento como mi carga se hace más ligera”. Cuando oramos nuestro espíritu recibe fuerzas y nuestra carga la ponemos en los hombros del poderoso Salvador. 

Que estemos “gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en la oración”.

Miguel Mosquera