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¡Hey, esto es contigo!

El Señor Jesucristo mostró un especial interés por Jerusalén y mientras hacia su última entrada a esta ciudad, dijo:

¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. 
Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, 
y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. 
Lucas 19:42-44 

Este poderoso mensaje es muy personal. Cristo habla de «tu día», lo que nos hace pensar en oportunidad; se refiere a «tu paz», lo que nos hace pensar en una necesidad; y también «tu visitación», donde notaremos la bondad de Dios.

Tu día

La oportunidad de ser salvo es ahora. La invitación es para el presente, «este tu día». No hay mejor momento para considerar el asunto de la salvación que ahora. Cristo dijo en Mateo 5:25 «Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel». Tienes una cuenta pendiente con Dios por tus pecados. Nuestro pecado nos ha hecho enemigos de Dios (¿Qué es el pecado?), como lo dice Romanos 5:10 «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo». La única manera de ser reconciliado con Dios y tener el perdón de tus pecados es a través del Señor Jesucristo y su obra en la cruz. Pero tienes que ser salvo, pronto. Hoy es tu oportunidad.

Tu paz
La intranquilidad viene por la incertidumbre del futuro
Este mundo está sediento de paz. A diario se escucha en las noticias y tu también estás anhelando paz en tu corazón. La religión lo que hace es que «curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz» (Jeremías 6:14). La paz que necesitas es la paz con Dios por medio del Señor Jesucristo. Él dijo «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» (Juan 14:27). La intranquilidad viene por la incertidumbre del futuro. ¿Dónde estará tu alma después de la muerte? Cristo puede darte la seguridad de la vida eterna y que creyendo en Cristo puedes saber con certeza que después de la muerte estarás en el cielo. «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano» (Juan 10:27-28). Eso es seguridad.
Tu visitación

Dios se manifestó en carne y habitó entre nosotros. «Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora» (Lucas 1:78). Cristo caminó las calles de Jerusalén, hizo milagros, enseñó en el templo pero el pueblo le rechazó y le crucificó fuera de la ciudad y como consecuencia la ciudad fue destruida en el año 70 d.C (¿Cuál es el peor pecado?). Pero la razón por la que Cristo vino fue para dar su vida en la cruz por tus pecados, para poder morar en tu corazón. Te está hablando y llamando para que creas en Él y le recibas en tu corazón. A quien le rechaza, y no cree en Él, le espera el juicio y la ira de Dios. «¿Cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?» (1 Pedro 4:17). Es por eso que te decimos, «no seas incrédulo, sino creyente». (Comoce más de ¿Cómo puedes ser salvo?)

Miguel Mosquera

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