1
Marcos 5.19; Hechos 10.42,43
A casa vete y cuenta allĆ
que Cristo te salvĆ³;
que tus amigos vean en ti
lo que Ćl por gracia obrĆ³.
c
A casa vete y vean en ti
que Dios te hizo bien,
y puede ser que los de allĆ
lo buscarƔn tambiƩn.
A casa vete y cuenta allĆ
que Cristo comprendiĆ³
tu gran necesidad, y asĆ
su sangre derramĆ³.
Ve, cuenta a los de en derredor
que Ćl satisfarĆ”
sus almas, puesto que en su amor
la cruz sufrido ha.
Ve, cuenta a los de mƔs allƔ
que en Cristo hay perdĆ³n,
y que Ćl a todos salvarĆ”,
si quieren salvaciĆ³n.
2
Juan 7.37, 14.3, 5.40, 17.24
A Jesucristo ven sin tardar,
que entre nosotros hoy Ćl estĆ”;
y te convida con dulce afƔn,
tierno diciendo: Ā«VenĀ».
c
Ā”Oh cuĆ”n grata nuestra reuniĆ³n!
cuando al fin en celestial mansiĆ³n
con Ćl estemos en comuniĆ³n,
gozando eterno bien.
Piensa que Ćl sĆ³lo puede colmar
tu triste pecho de gozo y paz;
y porque anhela tu bienestar,
vuelve a decirte: Ā«VenĀ».
Su voz escucha sin vacilar,
y grato acepta lo que hoy te da.
Tal vez maƱana no habrƔ lugar;
no te detengas, ven.
3
Apocalipsis 4.1, 21.4, 22.5
A la tierra marchamos
do viven los santos
en gozo y gloria y honra inmortal.
Y tĆŗ, que sin Dios corres
presto a la muerte,
oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial?
c
ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir?
ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir?
Oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial?
En ese paĆs ni dolor ni gemido
jamƔs en sus prados cabida tendrƔn.
Y tĆŗ que te sientes del mal oprimido,
oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial?
AllĆ” no hay pobreza; poseen los salvos
inmensas riquezas con Cristo JesĆŗs.
AllĆ” no hay enfermos,
estƔn todos sanos.
Oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial?
Ven, pues, con nosotros.
JesĆŗs es la puerta,
y franca la entrada al cielo te da;
al reino de Dios, a su gloria eterna.
Oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial?
4
Apocalipsis 3.20; Salmo 22.26; Proverbios 1.28
A tu puerta Cristo estĆ”. Ćbrele.
Si tĆŗ le abres, entrarĆ”. Ćbrele.
Tu pecado quitarĆ”,
luz y paz derramarĆ”,
dĆa alegre te serĆ”. Ćbrele.
Ćbrele, oh pecador. Ćbrele.
Abre ahora al Salvador. Ćbrele.
Te ofrece salvaciĆ³n,
del pecado el perdĆ³n.
SaciarĆ” tu corazĆ³n. Ćbrele.
Ā”Oh! no le hagas esperar. Ćbrele.
Tal vez pronto marcharĆ”. Ćbrele.
Ā”QuĆ© dolor despuĆ©s tendrĆ”s,
cuando en vano clamarƔs,
y perdido te hallarĆ”s! Ćbrele.
5
2 Timoteo 1.12; 2 Corintios 5.1; Salmo 17.15
Al cielo voy, al cielo voy,
yo confĆo en JesĆŗs.
Ćl me salvĆ³, Ćl me salvĆ³;
por mĆ Ćl ha muerto en la cruz.
Yo te verƩ, mi Salvador,
yo te verƩ a Ti, SeƱor,
en dulce luz y resplandor,
yo te verƩ, mi Salvador.
Al cielo voy, al cielo voy,
yo confĆo en JesĆŗs.
Ćl me salvĆ³, Ćl me salvĆ³;
por mĆ Ćl ha muerto en la cruz.
Tu pura sangre carmesĆ
la culpa vil borrĆ³ de mĆ;
y gozarĆ© ventura allĆ.
Yo te verƩ, mi Salvador.
Al cielo voy, al cielo voy,
yo confĆo en JesĆŗs.
Ćl me salvĆ³, Ćl me salvĆ³;
por mĆ Ćl ha muerto en la cruz.
Feliz aquel que en Ti confiĆ³
y Salvador te proclamĆ³.
En Ti tambiƩn espero yo;
yo te verƩ, mi Salvador.
6
Romanos 6.23, 8.32; Colosenses 2.9
Al mundo impĆo Dios amĆ³,
perdido en su maldad,
y a gran precio le salvĆ³,
de buena voluntad.
c
Ā”Oh quĆ© amor! Ā”quĆ© inmenso amor!
No hay otro amor asĆ;
Dios desde el cielo al Salvador
mandĆ³ a morir por mĆ.
Y ahora es mĆo por la fe
el don de Dios, JesĆŗs.
Mi redenciĆ³n por sangre fue,
la sangre de la cruz.
La gloriosa plenitud
de la Divinidad
en Cristo estĆ”; por su virtud
me da la santidad.
AliƩntate, oh alma fiel,
pues Cristo te darĆ”
felicidad aquĆ con Ćl,
y gloria eterna allĆ”.
7
Lucas 4.18, 7.13; IsaĆas 61.1; Juan 1.18
Al pobre hoy se pueden dar
noticias del amor
con que JesĆŗs le ha de colmar
de bienes y favor.
Pues en su santo corazĆ³n
alberga tierna compasiĆ³n
del pobre en su dolor,
del pobre en su dolor.
Al ciego vista quiere dar
que pueda a Cristo ver;
por sus caminos siempre andar
y gozo en Ćl tener.
Mirar la gloria de su faz
y conocer su dulce paz,
sin nunca mƔs temer,
sin nunca mƔs temer.
A los que encadenados van
con grillos del error,
enseƱa —sueltos de SatĆ”n—
que Cristo es su SeƱor.
En Cristo el alma suelta es
y goza libertad despuƩs,
sirviendo al Salvador,
sirviendo al Salvador.
El quebrantado corazĆ³n
en Cristo encontrarĆ”
mayor que humana compasiĆ³n;
Dios, Padre le serĆ”.
Pues en JesĆŗs se revelĆ³
el mismo Dios que nos amĆ³,
y que nos amarĆ”,
y que nos amarĆ”.
8
ZacarĆas 13.1; Salmo 51.7; IsaĆas 1.18
Ā”Alabado el gran manantial
que de sangre Dios nos mostrĆ³!
Ā”Alabado el Rey que muriĆ³;
su pasiĆ³n nos libra del mal!
Lejos del redil de mi dueƱo,
vime pecador, perdido y vil.
El Cordero sangre vertiĆ³;
me limpia sĆ³lo este raudal.
c
SĆ© que sĆ³lo asĆ
me emblanquecerƩ.
LĆ”vame en tu sangre, JesĆŗs,
y nĆvea blancura tendrĆ©.
La punzante insignia llevĆ³;
en la cruz dejĆ³ de vivir.
Grandes males quiso sufrir;
no en vano Cristo sufriĆ³.
Al gran manantial conducido,
que de mi maldad ha sido fin,
Ā«LĆ”vameĀ» le pude decir,
y nĆvea blancura me dio.
Padre, de Ti lejos vaguƩ;
extraviose mi corazĆ³n.
Como grana mis culpas son;
no con agua limpio serƩ.
A tu fuente magna acudĆ;
tu promesa creo, oh JesĆŗs;
la eficaz virtud de tu don,
la nĆvea blancura me dĆ©.
9
1 Juan 2.1; IsaĆas 48.18; Apocalipsis 7.14, 21.4,25; Juan 14.2
AllĆ” en la gloria, delante del gran trono,
JesĆŗs, mi abogado, intercede por mĆ.
Mi causa en sus manos siempre prevalece,
tambiĆ©n abogado serĆ” Ćl para ti.
c
Ven, pues, a JesĆŗs;
ven, pues, a JesĆŗs;
la misma ventura en Ćl hay para ti.
Una paz tengo, profunda como un rĆo,
que nace de Cristo, su bendito autor.
Comprola muriendo en el triste Calvario;
tambiƩn para ti es el don de su amor.
Blancos vestidos yo tengo, que en la sangre
lavƩ del herido Cordero de Dios.
De todo pecado me limpia Jesucristo;
tambiĆ©n por su cruz tienes tĆŗ salvaciĆ³n.
Una morada yo tengo que me aguarda,
por Ćl preparada en la casa de Dios.
AllƔ no hay mƔs noche, ni angustia, ni llanto;
tambiĆ©n tĆŗ entrarĆ”s si de Ćl vas en pos.
10
GƔlatas 2.20; Mateo 7.13; Apocalipsis 4.1
AllĆ la puerta abierta estĆ”,
su luz es refulgente;
la cruz fulgura mƔs allƔ,
seƱal de amor ferviente.
c
Ā”Oh cuĆ”nto me amas, Cristo, asĆ
que te entregaste TĆŗ por mĆ!
Por mĆ, por mĆ,
y quiero entrar por Ti.
Y los que buscan salvaciĆ³n,
la entrada franca tienen.
No hay pobres, ricos, ni naciĆ³n
para los que a ella vienen.
Pasado el rĆo mĆ”s allĆ”,
en la feraz pradera,
la paga de la cruz estĆ”:
eterna primavera.
11
Ćxodo 19.12,16; Salmo 51.4; Romanos 7.12
Andaba yo en males mil,
absorto en la vida vil,
muy lejos del SeƱor.
La voz oĆ del SinaĆ
clamando a gritos hacia mĆ:
Ā«Que muera el pecadorĀ».
Ā”Ay! Ā”ay! de mĆ, que pecador,
he obrado contra mi SeƱor
y su ira beberƩ.
Con truenos ya la Ley decĆa
que muerta estĆ” el alma mĆa;
sin duda morirƩ.
Angustia asĆ me atormentĆ³,
mas Cristo por allĆ pasĆ³
y viome con amor.
Ā«Ven, alma triste, ven a mĆĀ»,
me dijo Ćl, y recibĆ
al tierno Salvador.
La justa Ley me condenĆ³;
mas Cristo ya me libertĆ³,
sufriendo allĆ en la cruz.
Con gozo siempre cantarƩ,
de eternas penas escapƩ
por viva fe en JesĆŗs.
12
Mateo 27.22, 6.24; Hechos 17.31
Ante Pilato JesĆŗs estĆ”;
todos los suyos se fueron ya.
Pregunta se oye, y ĀæquĆ© serĆ”?
ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo?
c
ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo?
No puedes ser neutral;
pronto tendrƔs que decirte:
ĀæConmigo quĆ© harĆ” Ćl?
Aun hoy a prueba estĆ” JesĆŗs;
puedes negarle, dejar la luz;
fiel puedes ser y tomar tu cruz.
ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo?
ĀæA Cristo quieres tĆŗ rechazar,
como Pilato y ser neutral?
ĀæQuieres tus culpas a Ćl contar?
ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo?
Cristo, te tomo por Salvador;
te reconozco por mi SeƱor.
Digo, gozƔndome en tu amor:
Ā«Ahora soy de CristoĀ».
13
Mateo 22.10; Lucas 14.22, 13.25
AĆŗn hay lugar —escucha pecador—
en el banquete eterno del SeƱor.
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
Entra al festĆn, que muchos gozan ya,
y allĆ JesĆŗs un sitio te darĆ”.
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
AĆŗn hay lugar, la puerta franca estĆ”;
mas entra pronto, que a cerrarse va.
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
Ćngeles mil te dicen con amor:
Ā«Entra a gozar la gloria del SeƱorĀ».
Ā”Oh, sĆ! Ā”oh, sĆ! hay sitio para ti.
Pronto, tal vez hoy mismo, morirƔs.
Pasa al banquete, o tarde clamarƔs:
Ā«Ā”Ay, me perdĆ! No hay sitio para mĆĀ».
14
Lucas 15.2; Romanos 8.3; 1 Timoteo 1.15
Bienvenida da JesĆŗs
(crƩelo, pobre pecador)
al que, en busca de la luz,
vague ciego y con temor.
c
Volveremos a cantar:
Cristo salva al pecador.
Claro hacedlo resonar:
Cristo salva al pecador.
Ven. Con Ćl descansarĆ”s.
Ejercita en Ćl la fe.
De tus males sanarƔs;
a JesĆŗs tu amigo ve.
Hazlo, porque asĆ dirĆ”s:
Ā«Ya no me condenarĆ©.
Ya la Ley no pide mƔs;
la cumpliĆ³ JesĆŗs, lo sĆ©Ā».
Recibirte prometiĆ³;
date prisa en acudir.
Necesitas, como yo,
vida que Ćl te harĆ” vivir.
15
Hechos 10.38; IsaĆas 12.5; Salmo 126.3
CantarƩ a Cristo por su gran amor,
cĆ³mo vino para ser mi Salvador.
Ā”Tan humilde fue el lugar
en el pueblo de JudĆ”,
donde Cristo vino por amor de mĆ!
c
Es sin igual en su infinito amor,
pues en la cruz allĆ,
su vida dio por mĆ.
Yo cantarĆ© su dulce nombre, sĆ;
Ā”oh Salvador eterno! loores doy a Ti.
CantarƩ a Cristo, quien en humildad
obrĆ³ siempre la divina voluntad.
Los enfermos Ćl sanĆ³,
a los muertos levantĆ³,
a los pobres Ćl colmĆ³ por su bondad.
CantarĆ© a Cristo, quien muriĆ³ por mĆ;
contarĆ© lo que Ćl ha hecho para mĆ.
Mis pecados Ćl llevĆ³,
mi perdĆ³n y paz comprĆ³;
siempre cantarĆ© su dulce nombre, sĆ.
16
Apocalipsis 21.27; 1 Juan 1.9; Juan 10.9
Cargado estoy de males y pesar;
miro hacia el cielo y quiero allĆ entrar.
Aunque no puede en Ć©l caber el mal,
alguien me llama al reino celestial.
Tan vil soy yo, ĀæquiĆ©n puede hacerme entrar
al santo ambiente del divino hogar?
Āæal brillo estar del trono eterno allĆ?
Dice una voz: Ā«Entrar podrĆ”s por mĆĀ».
Por mƔs que anhelo libre estar del mal,
menos parezco al gran Original.
Mas desde el cielo suena nueva aquĆ:
Ā«Tu mal confiesa, libre estĆ”s por mĆĀ».
La voz celeste es la del Salvador;
es Ćl quien hace entrar al pecador.
JesĆŗs es quien su sangre derramĆ³;
del mal me libra, pues por mĆ muriĆ³.
SĆ, TĆŗ por mĆ respondes, oh SeƱor;
TĆŗ me ganaste el cielo, Salvador.
Tus sufrimientos danme entrada allĆ;
yo por tu muerte vida tengo aquĆ.
Ninguna ofrenda traigo, mi SeƱor,
con que reconocer tu grande amor.
Indigno soy, Ā”haz que mi gratitud
pruebe de tu perdĆ³n la plenitud!
17
IsaĆas 4.6, 32.2; Marcos 4.37, 6.51
CariƱoso Salvador,
huyo de la tempestad
a tu seno protector,
fiƔndome de tu bondad.
CĆŗbreme, JesĆŗs SeƱor,
de las olas del turbiĆ³n;
hasta el puerto, oh Redentor,
guĆa TĆŗ mi embarcaciĆ³n.
Otro asilo ninguno hay;
indefenso acudo a Ti.
Mi necesidad me trae,
porque mi peligro vi.
Solamente en Ti, SeƱor,
tengo yo consuelo y luz.
Vengo lleno de temor
a tus pies, SeƱor JesĆŗs.
Cristo, Salvador, en Ti
sĆ³lo puedo yo confiar.
Ā”Oh! protĆ©geme a mĆ
en el turbulento mar,
hasta que la tempestad
de la vida terrenal
cese con tranquilidad
en el puerto celestial.
18
Romanos 4.7, 5.1, 8.1
ĀæCĆ³mo puede el pecador
su perdĆ³n aquĆ saber?
ĀæCĆ³mo puede el Salvador
esto hacerle comprender?
El que siente la verdad
en su propio corazĆ³n
dice con seguridad:
Ā«Dios me ha dado el perdĆ³nĀ».
Quien confĆa que JesĆŗs
por su redenciĆ³n muriĆ³,
que Ćl su sangre en la cruz
por salvarle derramĆ³,
halla por la fe solaz,
gozo y divino amor,
y en su alma tiene paz,
santa paz en el SeƱor.
19
JeremĆas 8.20; Romanos 14.12; AmĆ³s 4.12
ĀæCĆ³mo puedes pecar
sin temor contra Dios,
echando en olvido su amor?
ĀæCĆ³mo puedes vivir rechazando la voz
de Cristo, tu buen Salvador?
c
El verano acabĆ³, la cosecha pasĆ³,
y tenemos que ir y la cuenta rendir
delante del trono de Dios.
ĀæCĆ³mo puedes pensar
que al infierno tĆŗ vas,
sin estremecerte de horror,
sin pedir a tu Dios
mientras tengas lugar
que tenga de ti compasiĆ³n?
Cuando acabe el verano
y llegue la mies,
la muerte vendrĆ” con su hoz,
y tendrƔs que dar cuenta
ante Cristo, tu juez;
entonces no habrĆ” salvaciĆ³n.
Cuando Dios haya puesto
su trono de luz,
llamƔndote a su tribunal,
y buscares en vano refugio en JesĆŗs,
Ā”quĆ© espanto y terror sentirĆ”s!
20
Mateo 11.28; Lucas 5.8; Juan 7.37
Con voz benigna te llama JesĆŗs,
invitaciĆ³n de puro amor.
ĀæPor quĆ© le dejas en vano llamar?
ĀæSordo serĆ”s, pecador?
c
Hoy te convida; hoy te convida;
voz bendecida,
benigna convĆdate hoy.
A los cansados convida JesĆŗs;
con compasiĆ³n mira el dolor.
TrƔele tu carga, te bendecirƔ,
te ayudarĆ” el Salvador.
Siempre aguardando contempla a JesĆŗs:
Ā”tanto esperar! Ā”con tanto amor!
Hasta sus plantas ven, mĆsero, y trae
tu tentaciĆ³n, tu dolor.
21
Apocalipsis 1.5; Salmo 16.11
ConfĆo yo en Cristo,
quien en la cruz muriĆ³.
Por esa muerte listo,
al cielo viajo yo.
Con sangre tan valiosa
lavĆ³ mis culpas Ćl;
la derramĆ³ copiosa
mi Salvador tan fiel.
Me cubre su justicia
de plena perfecciĆ³n.
Eres, JesĆŗs, delicia,
eres mi salvaciĆ³n.
JesĆŗs, en Ti descanso,
reposo TĆŗ me das;
con calma ahora avanzo
al cielo donde estƔs.
A disfrutar invitas
contigo, mi SeƱor,
delicias infinitas
y celestial amor.
Espero yo mirarte,
oir tu dulce voz.
Espero yo cantarte,
mi Salvador y Dios.
22
Hebreos 4.16; IsaĆas 55.1; Mateo 5.17
Creed, pecadores, JesĆŗs salvarĆ”.
Dejad vuestras dudas
al trono de gracia;
venid confiados, JesĆŗs salvarĆ”.
JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”.
Venid confiados, JesĆŗs salvarĆ”.
Venid los sedientos, JesĆŗs salvarĆ”.
Venid a la fuente,
tomad de las aguas,
tomad libremente, JesĆŗs salvarĆ”.
JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”.
Tomad libremente, JesĆŗs salvarĆ”.
Confiad en su sangre, JesĆŗs salvarĆ”.
La cruz ha vencido;
su muerte en ella
la Ley ha cumplido; JesĆŗs salvarĆ”.
JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”.
La Ley ha cumplido; JesĆŗs salvarĆ”.
23
Romanos 5.6; 1 Corintios 6.20; Hebreos 7.25; Salmo 27.8,9
Cristo, en Ti confĆo, salvaciĆ³n me das.
Sin Ti estoy perdido, no merezco mƔs.
Pero TĆŗ viniste mi alma a rescatar,
para que en la gloria yo pudiera entrar.
c
En tu amor confiando buscarƩ tu faz,
porque en tu presencia tengo gran solaz.
DueƱo de mi vida, amante Salvador,
ya me encuentro cautivado por tu amor.
Cristo, a Ti te alabo, ya no mueres mƔs;
has resucitado y en la gloria estƔs.
TĆŗ por mĆ intercedes ante el trono allĆ,
y me guardas cada dĆa junto a Ti.
Cristo, a Ti te espero, vienes pronto ya.
Fiel es tu promesa; sĆ, se cumplirĆ”.
EstarƩ contigo, semejante a Ti,
y alabanzas gratas cantarĆ© yo allĆ.
24
JosuĆ© 20.3; IsaĆas 4.6; Hebreos 6.18; Efesios 2.8; Salmo 32.5 al 7
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
SĆ³lo tu gracia me salva, SeƱor;
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
Tu sangre preciosa vertida por mĆ
me da tan segura morada en Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
Me haces justicia con gracia y amor;
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
La duda me hacĆa vivir en el mal,
ahora es cambiada en fe espiritual.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
vengo a Ti, sĆ³lo a Ti.
Has padecido, salvĆ”ndome asĆ;
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
AfĆ”n infinito, y todo por mĆ;
por eso, Dios santo, dirĆjome a Ti.
Cristo, refugio de mĆ, pecador,
gloria a Ti, sĆ³lo a Ti.
25
Efesios 1.7; 1 Pedro 1.19; Hebreos 9.22; Romanos 3.25, 5.9
Cristo su preciosa sangre
en el Calvario dio;
por nosotros pecadores
la vertiĆ³.
Con su sangre tan preciosa
hizo redenciĆ³n;
y por eso Dios te brinda
el perdĆ³n.
Es la sangre tan preciosa
del buen Salvador
lo que quita los pecados
y el temor.
Sin la sangre es imposible
que haya remisiĆ³n;
por las obras no se alcanza
salvaciĆ³n.
26
NĆŗmeros 2.2; Salmo 20.5; Apocalipsis 5.9
Con valor inmenso despleguemos hoy
la bandera de la cruz,
la verdad del evangelio, el honor
del soldado de JesĆŗs.
c
Adelante, adelante
en pos de nuestro Salvador.
Nos da gozo y paz nuestro Rey;
adelante con valor.
Prediquemos siempre lo que dice Dios
de la sangre del SeƱor,
cĆ³mo limpia del pecado al mortal
y le compra salvaciĆ³n.
En el mundo proclamemos con fervor
esta historia de la cruz.
Bendigamos sin cesar al Redentor,
quien nos trajo paz y luz.
En el cielo nuestro cƔntico serƔ
alabanzas a JesĆŗs.
Nuestro corazĆ³n allĆ rebosarĆ”
de amor y gratitud.
27
Salmos 32, 51 y 34; 1 Timoteo 1.13,14
Ā”CuĆ”n bendito es el hombre
perdonado por JesĆŗs,
con el corazĆ³n lavado
en la sangre de la cruz!
SĆ, es bienaventurado
al que Dios no contarĆ”
ni engaƱo ni pecado,
mas su gracia le darĆ”.
Triste, envuelto en el silencio,
mis pecados escondĆ.
Ā”QuĆ© pesares de conciencia,
quĆ© miserias padecĆ!
Mas por fin desesperado,
descubrĆ mi aflicciĆ³n;
mis pecados confesando,
en JesĆŗs busquĆ© perdĆ³n.
EscuchĆ³ Ćl mis clamores,
mis pecados perdonĆ³,
y de todas mis angustias,
compasivo, me librĆ³.
Ā”Gloria a Ti, SeƱor eterno,
adorable Salvador!
Ā”Gloria a Ti en las alturas,
Dios de vida, Dios de amor!
28
Mateo 11.28; Proverbios 18.24; Hebreos 9.26
Ā”CuĆ”n dulce en los oĆdos
del triste pecador
la voz de Cristo suena,
su amante Salvador!
Ā«Ven, alma trabajada
de penas y dolor;
descarga en mĆ tus culpas,
tu angustia y tu temorĀ».
c
Ven, sĆ, ven a mĆ. Ven, sĆ, ven a mĆ.
Alma atribulada, ven, sĆ, ven a mĆ.
Ven, sĆ, ven a mĆ. Ven, sĆ, ven a mĆ.
Alma atribulada, ven, sĆ, ven a mĆ.
ĀæDeseas un amigo
eternamente fiel,
sostƩn en tus flaquezas,
autor de todo bien?
Acude, pues, a Cristo,
y en Ćl encontrarĆ”s
perdĆ³n, descanso y gozo,
amor y dulce paz.
SĆ, Cristo es el camino,
la vida y la verdad,
el solo sacrificio
que expĆa la maldad;
el solo sacerdote,
el solo mediador.
Cristo, sĆ, sĆ³lo Cristo
es nuestro Salvador.
29
Hebreos 9.27; Hechos 10.42; AmĆ³s 4.12
Cuando llegues a morir,
cuando dejes de vivir,
y entres en la eternidad,
ĀæcĆ³mo entonces te hallarĆ”s?
Pronto el Juez se sentarĆ”,
pronto al mundo juzgarĆ”.
ĀæCĆ³mo a Dios contestarĆ”s?
ĀæCĆ³mo entonces te hallarĆ”s?
Al llegarte a despedir
de los salvos, y decir:
Ā«Ya no nos veremos mĆ”sĀ»,
ĀæcĆ³mo entonces te hallarĆ”s?
30
Lamentaciones 1.12; Filipenses 2.6
Cuando oĆa contar del amor de JesĆŗs,
mi alma no lo comprendĆa.
Me contaban su angustia
y dolor en la cruz,
mas mi alma no se conmovĆa.
No podĆa comprender el afĆ”n y la fe
con que hablaban de Cristo y su amor;
mas ahora yo puedo decirlo tambiƩn:
JesĆŗs es mi Salvador.
c
JesĆŗs es mi Salvador,
JesĆŗs es mi Salvador.
Mas ahora yo puedo decirlo tambiƩn:
JesĆŗs es mi Salvador.
Me decĆan que JesĆŗs era el Hijo de Dios,
de todas las cosas Creador.
Siendo en forma de Dios,
forma de hombre tomĆ³;
asĆ pudo ser Salvador.
Este mundo al SeƱor
de la gloria en la cruz,
le colgĆ³, despreciando su amor.
Pero Dios me hizo ver en la cruz mi salud;
JesĆŗs es mi Salvador.
31
1 Timoteo 1.15; 1 Pedro 2.25; Hebreos 7.25; Romanos 4.24,25
Cuando perdido anduve
en noche terrenal,
de su hogar glorioso vino Cristo el SeƱor;
hasta el mundo vino
la gran obra a terminar
de la salvaciĆ³n del pobre pecador.
c
Cierta, cierta, cierta es la palabra
que JesĆŗs, que JesĆŗs vino acĆ” a salvar;
a salvarnos a los pecadores,
y su vida en precio de rescate dar.
Cuando perdido anduve,
vino el buen Pastor;
vino en busca del cordero que se perdiĆ³.
A sufrir la muerte le llevĆ³ su gran amor,
y con regocijo a su cordero hallĆ³.
Gracias a Cristo que a la muerte
se entregĆ³
para abrir la puerta de su hogar celestial;
de la muerte victorioso Dios le levantĆ³,
y en la gloria vive para perdonar.
c
Gracias, gracias, gracias doy a Cristo
que muriĆ³, que muriĆ³ y resucitĆ³
por salvarme, y justificarme.
Ahora agradecido en Ćl confĆo yo.
32
GƔlatas 3.4,5; Romanos 7.6; 1 Juan 3.2
De la Ley libre: Ā”dicha indecible!
Cristo sufriĆ³ la pena terrible.
Rota su liga, al preso soltĆ³;
Cristo por siempre nos salvĆ³.
c
Ā”Nos salvĆ³! ĀæPor quĆ© no le admites?
Ā”Nos salvĆ³! ĀæQuĆ©, amigo, me dices?
Cree en el SeƱor, que nos libertĆ³,
Cristo por siempre nos salvĆ³.
Ā”No mĆ”s cautivos! Ya no hay cadena,
Cristo nos dio la vida eterna.
Ā«Ven a mĆĀ», dijo, cuando llamĆ³.
Cristo por siempre nos salvĆ³.
Ā”Hijos de Dios! Ā”Paternidad santa!
Vida perpetua, libre de falta,
nos brinda; y con gran poder
Cristo la muerte ha de vencer.
33
Romanos 6.17,18; Ester 9.22; Hebreos 2.15
De mi tristeza y esclavitud,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs.
A tu alegrĆa y a tu virtud,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi pobreza y enfermedad,
a tu salud y rica bondad;
a tu presencia de mi maldad,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi flaqueza y falta de luz,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs.
Al eminente bien de tu cruz,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
Del sufrimiento que es terrenal
a Ti, mi mƩdico celestial,
para ser libre de todo mal,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi soberbia y falta de paz,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs,
para morar en dulce solaz,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De mi tristeza a tu gran amor,
a Ti, JesĆŗs, mi consolador,
para por siempre darte loor;
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De ese terror que la tumba me da,
vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs,
a la alegrĆa y luz de tu hogar
vengo, JesĆŗs, a Ti.
De la indecible profundidad,
a tu redil de tranquilidad,
a ver tu faz por la eternidad,
vengo, JesĆŗs, a Ti.
34
Juan 3.14; 1 Timoteo 1.15; Hebreos 6.18
De tal manera Dios amĆ³
a los perdidos, que mandĆ³
a Jesucristo acudir,
y por su redenciĆ³n morir.
Movido por el mismo amor,
al mundo vino el Salvador,
trocando el trono de la luz
por el madero de la cruz.
JesĆŗs muriĆ³, y todo aquel
que presuroso viene a Ćl,
en Ćl refugio encontrarĆ”,
y vida eterna gozarĆ”.
35
Apocalipsis 21; 2 CrĆ³nicas 9.6; Juan 10.3
De una hermosa ciudad he leĆdo
en el reino de Dios mƔs allƔ.
De su muro de jaspe he sabido;
de oro puro es aquella ciudad.
Por el medio va el rĆo de vida,
cual cristal resplandecen sus aguas;
mas ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
c
Ā”Oh! no se puede contar,
Ā”oh! no se puede contar.
Ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
De mansiones de luz he leĆdo,
preparadas por mi Salvador,
y los suyos que aquĆ le han servido
ya descansan con Cristo el SeƱor.
Ni el pecado ni el llanto allĆ entran,
y ninguno se envejecerĆ”;
mas ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
De JesĆŗs tan amante he leĆdo,
que recibe al mƔs vil pecador,
perdonƔndole todo el delito,
cuando vuelve con fe al Salvador.
TambiĆ©n sĆ© que protege y guĆa
todo aquel que al redil quiere entrar;
mas ni aun la mitad de sus glorias
al hombre se puede contar.
36
Lucas 15.20; 1 Timoteo 1.16; Efesios 2.13
Del paĆs distante donde no hay sostĆ©n,
Padre, pan, ni casa: Ā”ven, hijo, ven!
c
Bienvenido seas hoy al real hogar.
Dios el beso de su amor te espera dar.
Ā”Ve la puerta abierta! ĀæSabes para quiĆ©n?
Para ti, hoy dĆa, Ā”ven, hijo, ven!
Al hogar paterno, donde hay todo bien,
del paĆs del hambre, Ā”ven, hijo, ven!
Ojos compasivos tu venida ven;
fiestas te preparan; Ā”ven, hijo, ven!
Mas si tal convite tratas con desdƩn,
ĀæcuĆ”l serĆ” tu suerte? Ā”Ven, hijo, ven!
37
Lucas 15.5; Romanos 6.17; 2 Corintios 1.5
Descarrieme cual oveja,
pero Cristo me buscĆ³
y me recogiĆ³ en su seno;
al camino me volviĆ³.
c
CantarƩ la grata historia
de JesĆŗs mi Salvador,
quien muriĆ³ en el Calvario
por mĆ, un pobre pecador.
Fui esclavo del pecado,
Cristo vio mi perdiciĆ³n.
Con su sangre derramada
Ćl comprĆ³ mi redenciĆ³n.
Muchas veces tengo penas,
mas JesĆŗs ve mi aflicciĆ³n;
con su voz de amor consuela
mi abatido corazĆ³n.
38
Efesios 5.14; Juan 10.28; Hebreos 5.9
Ā”Despierta! triste pecador,
Ā”oye, sĆ; oye, sĆ!
porque te dice el Salvador:
Ā«Ā”Ven a mĆ, ven a mĆ!
A tu penoso trabajar
preparo dulce bienestar,
en donde puedes descansar.
Ā”Oye, sĆ, ven a mĆ!Ā»
Ā«Yo soy la fuente del perdĆ³n,
Ā”oye, sĆ; oye, sĆ!
En mĆ hay vida, salvaciĆ³n,
Ā”ven a mĆ, ven a mĆ!
Si del castigo huyendo vas,
en mĆ refugio encontrarĆ”s,
y vida eterna en mĆ tendrĆ”s.
Ā”Oye, sĆ, ven a mĆ!Ā»
Ā«Los que me buscan con afĆ”n,
Ā”oye, sĆ; oye, sĆ!
jamƔs desatendidos van,
Ā”ven a mĆ, ven a mĆ!Ā»
La compasiĆ³n del Redentor
te dice a ti hoy, pecador:
Ā«AdmĆteme por tu pastor.
Ā”Oye, sĆ; ven a mĆ!Ā»
Ā«Si quieres la felicidad,
Ā”oye, sĆ; oye sĆ!
si buscas la tranquilidad,
Ā”ven a mĆ, ven a mĆ!
Tus lƔgrimas enjugarƩ,
y tus heridas sanarƩ.
La vida eterna te darƩ,
Ā”oye, sĆ, ven a mĆ!Ā»
39
Salmo 60.4; 1 Timoteo 6.12; 2 Timoteo 2.3
Despliegue el cristiano
su santa bandera,
y muƩstrela ufano del mundo a la faz.
Ā”Soldados valientes!
Ā”el triunfo os espera,
seguid vuestra lucha constante y tenaz!
Despliegue el cristiano su santa bandera,
domine baluartes y almenas a mil.
La Biblia bendita conquista doquiera,
y ante ella se incline la turba gentil.
Despliegue el cristiano su santa bandera,
predique a los pueblos el libro inmortal,
presente a los hombres la luz verdadera
que vierte ese claro luciente fanal.
Despliegue el cristiano su santa bandera,
y muƩstrese bravo, batiƩndose fiel.
Para Ć©l no habrĆ” fosos,
para Ć©l no hay barrera,
que lucha a su lado el divino Emanuel.
40
Salmo 1; Oseas 13.3
Dicha grande es la del hombre
cuyas sendas rectas son,
lejos de los pecadores,
lejos de la tentaciĆ³n.
A los malos consejeros
deja, porque teme el mal.
Huye de la burladora
gente impĆa e inmoral.
Antes en la Ley divina
cifra su mayor placer,
meditando dĆa y noche
en su divinal saber.
Ćste, como el Ć”rbol verde,
bien regado y en sazĆ³n,
frutos abundantes rinde
y hojas que perennes son.
Cuanto emprende es prosperado,
duradero le es el bien.
Muy diversos resultados
sacan los que nada creen;
pues los lanza como el tamo
que el ciclĆ³n arrebatĆ³,
de pasiones remolino
que a millones destruyĆ³.
En el juicio ningĆŗn malo
por lo tanto se alzarĆ”;
entre justos congregados,
insensatos nunca habrĆ”.
Porque Dios la vĆa mira
por la cual los suyos van;
otra es la de los impĆos:
al infierno bajarƔn.
41
Lucas 1.4; 2 Timoteo 3.15; 1 Corintios 15.1
Dime la antigua historia
del celestial favor,
de Cristo y de su gloria,
de Cristo y de su amor.
DĆmela con llaneza
propia de la niƱez,
porque es mi mente flaca
y anhela sencillez.
c
Dime la antigua historia,
cuƩntame la victoria,
hƔblame de la gloria
de Cristo y de su amor.
Dime esa grata historia
con lentitud; y asĆ
conocerƩ la obra
que Cristo hizo por mĆ.
DĆmela con frecuencia,
pues soy dado a olvidar,
y el matinal rocĆo
suele el sol disipar.
Dime tan dulce historia
con tono claro y fiel.
MuriĆ³ JesĆŗs, y salvo
yo quiero ser por Ćl.
Dime esa historia siempre,
si en tiempo de aflicciĆ³n
deseas a mi alma
traer consolaciĆ³n.
Dime la misma historia,
si crees que tal vez
me ciega de este mundo
la falsa brillantez.
Y cuando ya me alumbre
de la gloria la luz,
repĆteme la historia:
Ā«Quien te salva es JesĆŗsĀ».
42
1 Juan 4.7,8; GƔlatas 4.7; Hebreos 12.28
Dios de amor, Dios de amor,
a Ti vine, un pecador.
Nada de bueno habĆa en mĆ,
mas de lo bueno que no merecĆ,
todo en Ti encontrƩ,
todo en Ti encontrƩ.
Dios de amor, Dios de amor,
cuando vine con temor,
me recibiste y me diste lugar
con alegrĆa en tu buen hogar.
Y como hijo yo entrƩ,
y como hijo yo entrƩ.
Dios de amor, Dios de amor,
gracias doy por tu favor.
Aunque el siervo de casa saldrĆ”,
el que es hijo permanecerĆ”,
y Ćl hartura tendrĆ”,
y Ćl hartura tendrĆ”.
Dios de amor, Dios de amor,
me consagro con fervor.
MƔs fielmente te quiero servir,
y por Ti sĆ³lo ya quiero vivir.
Haz TĆŗ que sea asĆ,
haz TĆŗ que sea asĆ.
43
Mateo 25.46; Juan 5.28,29; Hechos 17.30 al 34; Proverbios 16.25
ĀæDĆ³nde estarĆ”s en la eternidad?
ĀæNunca has sufrido tal ansiedad?
ĀæEn quĆ© sentido has de contestar?
ĀæDĆ³nde estarĆ”s en la eternidad?
c
Ā”Eternidad! Ā”Eternidad!
ĀæDĆ³nde estarĆ”s en la eternidad?
Unos se acogen al Salvador,
ya desechando su viejo error.
Ellos con Cristo lugar tendrƔn;
a eterna gloria los suyos van.
Otros siguiendo su voluntad,
desconociendo su maldad,
andan por senda de rebeliĆ³n
que los conduce a perdiciĆ³n.
Tu indecisiĆ³n puede ser fatal.
Ā”Piensa que el alma es inmortal!
Dios quiere darte la salvaciĆ³n
y de su gracia la redenciĆ³n.
44
Mateo 7.13,14; Romanos 6.23; Apocalipsis 20.15
Dos Ćŗnicos caminos hay,
por ellos todos van.
SegĆŗn el hombre escoja aquĆ,
tendrĆ” su eternidad.
c
La paga del pecado muerte es, muerte es.
La paga del pecado muerte es, muerte es.
Mas la vida eterna es el don de Dios
por el SeƱor JesĆŗs.
Mas la vida eterna es el don de Dios
por el SeƱor JesĆŗs.
Por el camino ancho va
la grande multitud;
pensando sĆ³lo en su placer,
se olvidan de JesĆŗs.
Por el camino angosto van
los salvos por JesĆŗs.
NegĆ”ndose, en pos de Ćl
caminan con su cruz.
Los engaƱados de SatƔn
tendrƔn un triste fin:
el fuego eterno de dolor,
el lloro y el gemir.
Los que andan con JesĆŗs aquĆ,
si sufren aflicciĆ³n,
tendrĆ”n su recompensa allĆ,
eterno galardĆ³n.
45
Lucas 15.10; Juan 10.15, 20.27
El buen Pastor al verme
perdido e infeliz,
llegando a donde estaba
me trajo a su redil.
Y al ver que Cristo me salvĆ³,
el cielo entero se alegrĆ³.
c
Soy salvo por su gracia,
su tierno amor me sacia,
su preciosa sangre me lavĆ³,
y hasta hoy su brazo me guardĆ³.
Me seƱalĆ³ sus llagas,
su sangre me mostrĆ³.
Me dijo: Ā«Por salvarte
la vida puse yoĀ».
JamĆ”s oĆ tan dulce voz,
llenome de la paz de Dios.
Al recordar mi vida
de olvido de JesĆŗs,
no sƩ por quƩ quisiera
morir por mĆ en la cruz.
Mas creo su palabra fiel,
y vida eterna tengo en Ćl.
Yo encuentro en su presencia
descanso y dulce paz,
y espero el grato dĆa
en que verƩ su faz.
Y mientras en el mundo estƩ
sus alabanzas cantarƩ.
46
Juan 3.16,17,36; Ezequiel 18.4
El evangelio santo
anuncia al pecador
que Dios al mundo amĆ³
y diole un Salvador.
c
Y quien en Cristo creerĆ”
de vida eterna gozarĆ”,
de vida eterna gozarĆ”.
Ā«Aquel que peca muereĀ»,
asĆ Dios sentenciĆ³.
Mas Cristo, por amor,
su propia vida dio.
El Salvador del mundo
no vino a condenar;
mas vino por su cruz
los hombres a salvar.
47
2 CrĆ³nicas 9.6; JeremĆas 31.3 Efesios 3.19; Oseas 11.4
El grande amor del Salvador,
muriendo en vez del pecador,
su santo empeƱo por salvar:
ĀæquiĆ©n lo podrĆ” contar?
c
ĀæQuiĆ©n puede tal amor contar?
ĀæQuiĆ©n puede tal amor contar?
El grande amor del Salvador:
ĀæquiĆ©n lo podrĆ” contar?
La maravilla de su amor,
cruz afrentosa, cruel dolor,
que padeciĆ³ en mi lugar:
ĀæquiĆ©n lo podrĆ” contar?
Incomparable Salvador,
Ā”cuĆ”n tierno es tu precioso amor!
Ā”cuĆ”n imposible de contar!
Ā”cuĆ”n grande y sin par!
48
Lucas 7.50; Hecho 4.12; Tito 3.5; JeremĆas 2.22; 2 Reyes 7.3
El llorar no salva;
aunque corra por mi faz
llanto amargo en profusiĆ³n,
no me lavarƔ jamƔs.
El llorar no salva.
c
LƔgrimas y vida dio,
precio inmenso de mi paz,
quien del cielo descendiĆ³.
Es JesĆŗs quien salva.
Obras no me salvan.
Cuanto yo pudiera hacer
es del todo ineficaz,
pues no me hace renacer.
Obras no me salvan.
c
Vida nueva tengo en Ćl,
quien la Ley de Dios cumpliĆ³,
quien en GĆ³lgota expirĆ³.
Es JesĆŗs quien salva.
Aplazar no salva.
DelinquĆ, perdido estoy;
oigo del amor la voz;
muere mi alma si no voy.
Aplazar no salva.
c
Por mi bien se apresurĆ³
Cristo, en quien confĆo yo.
Ćl con mi maldad cargĆ³;
es JesĆŗs quien salva.
49
Romanos 5.8; Santiago 4.8; 2 Timoteo 2.12
El mensaje del SeƱor
Ā”escuchad, escuchad!
Y loor a vuestro Dios
Ā”tributad, tributad!
Ā”Oh, cuĆ”n grande es su piedad
para el pobre pecador!
Pues nos salva por confiar
en JesĆŗs, Salvador.
Acercaos a JesĆŗs,
Ā”confiad, confiad!
Ćl nos dice: Ā«A mĆ venid,
Ā”descansad, descansad!Ā»
Ā”Oh! Āæpor quĆ© rechazarĆ©is
el amor del Redentor?
Digno es Ćl de recibir
nuestra fe, nuestro amor.
En la viƱa del SeƱor
Ā”trabajad, trabajad!
Y a JesĆŗs el Salvador
Ā”alabad, alabad!
Si sufrĆs aquĆ por Ćl,
con Ćl siempre reinarĆ©is,
y en la eternidad allĆ
gozarƩis, gozarƩis.
50
Juan 8.12, 9.25 Hechos 26.23; 2 Corintios 4.4
El mundo perdido en pecado se vio;
JesĆŗs es la luz del mundo.
Mas en las tinieblas la gloria brillĆ³;
JesĆŗs es la luz del mundo.
c
Ā”Ven a la luz! No quieras perder
gozo perfecto al amanecer.
Yo ciego fui, mas ya puedo ver;
JesĆŗs es la luz del mundo.
Cual niebla deshace del sol el calor,
JesĆŗs es la luz del mundo.
AsĆ toda duda disipa su amor;
JesĆŗs es la luz del mundo.
Ā”Oh! ciegos y presos del lĆ³brego error,
JesĆŗs es la luz del mundo.
El manda lavaros y ver su fulgor;
JesĆŗs es la luz del mundo.
51
Hebreos 10.10; 1 Timoteo 1.15; 2 Corintios 9.15
El Salvador JesĆŗs muriĆ³
por nuestra redenciĆ³n,
y su perfecta ofrenda ya
es base del perdĆ³n.
Ahora ofrece salvaciĆ³n
a todo aquel que cree,
palabra del SeƱor que bien
merece nuestra fe.
Pues aceptemos sin dudar
el indecible don,
y por la obra de la cruz
busquemos salvaciĆ³n.
52
Apocalipsis 21.2,18, 22.14; 1 Pedro 1.4
En la ciudad de Dios
no cabe el pecador.
Puro es su brillo,
puro es su brillo,
sin mancha es su fulgor.
Perdona mi maldad,
soy pobre pecador.
Lava mis culpas,
lava mis culpas,
bendito Salvador.
Tu hijo quiero ser
por siempre, mi SeƱor.
TĆŗ eres mi amparo,
TĆŗ eres mi amparo,
contra el vil tentador.
Ā”Oh! cuando arriba estĆ©,
salvado por tu cruz,
puro y sin mancha,
puro y sin mancha,
verƩ tu hermosa luz.
53
Salmo 23.2; Hebreos 13.20; Juan 1.16
Es Jesucristo la vida, la luz;
Ćl nos demuestra la felicidad.
El Redentor quien ha muerto en la cruz
por darnos libertad.
c
Ćl es Pastor enviado
y divino Emanuel.
Ćl me conduce por sendas de paz,
como a su oveja fiel.
Quita del alma la incredulidad,
limpia las manchas de infiel corazĆ³n.
Es su carƔcter la suma bondad;
nos tiene compasiĆ³n.
Fuente preciosa de gracia y bondad,
que purifica de toda maldad.
Feliz quien toma de su plenitud
y de su santidad.
54
1 Timoteo 1.15; Juan 19.30; Hechos 10.42,43
Es palabra fiel y digna
que JesĆŗs, el Salvador,
ha venido al pobre mundo
a salvar al pecador.
c
Ā”Mensaje tan glorioso!
Hoy yo proclamarƩ
la salvaciĆ³n eterna
en Cristo, por la fe.
Ćl ha consumado la obra
por su sacrificio fiel.
Ahora el Padre satisfecho
nos acepta sĆ³lo en Ćl.
De la muerte ya triunfante,
en la gloria Ćl hoy estĆ”.
El Cordero fue inmolado,
y por ti Ćl abogarĆ”.
Mas el mismo Jesucristo,
que te quiere ya salvar,
llegarĆ” muy pronto en juicio
y te puede condenar.
Pues, acepta ahora mismo
el mensaje de su amor;
y, salvado por su sangre,
obedece al Salvador.
55
Juan 6.69; Hechos 2.36; 2 Timoteo 2.19
EstĆ” mi Salvador aquĆ,
el amoroso Cristo,
Aquel que se entregĆ³ por mĆ:
bendito Jesucristo.
c
Nombre digno de mi honor,
nombre digno de mi amor,
nombre de mi Redentor:
Cristo, Jesucristo.
Os dice Ćl: Ā«Ā”Venid a mĆ!Ā»
OĆd la voz de Cristo.
Seguidle poco tiempo aquĆ,
y reinarƩis con Cristo.
Doy gracias a mi Redentor,
confĆo yo en Cristo.
Su nombre a mĆ me infunde amor,
su dulce nombre Cristo.
Venid, cantad a nuestro Dios,
al glorioso Cristo.
Cantad con corazĆ³n y voz
al santo nombre Cristo.
56
EclesiastƩs 3.11; Mateo 25.46; Lucas 16.25
Ā”Eternidad! Ā”QuĆ© grande eres!
Ā”Eternidad, que nunca mueres!
Oh dime: ĀæDĆ³nde yo irĆ©?
ĀæQuĆ© suerte allĆ yo encontrarĆ©?
Feliz o triste, ĀæcuĆ”l serĆ”?
Ā”La eternidad se acerca ya!
Ā”Eternidad! ĀæQuĆ© cuentas llevas?
Ā”Eternidad! ĀæCon quĆ© me pagas
las horas del carnal placer,
las obras que dejƩ de hacer?
Pesar o gozo, ĀæcuĆ”l serĆ”?
Ā”La eternidad se acerca ya!
Ā”SeƱor JesĆŗs! Ā”Mi fiador!
Ā”SeƱor JesĆŗs! Ā”Mi Salvador!
La vida diste TĆŗ por mĆ,
mi espĆritu halla paz en Ti.
La eternidad no espanta ya,
la eternidad no espanta ya.
Ā”Eternidad! Ā”Suprema gloria!
Ā”Eternidad! Ā”De amor la historia!
Ā”Que corran siglos a su fin;
que suene el Ćŗltimo clarĆn!
Ā”Oh ven, SeƱor, ven sin tardar!
Ā”La eternidad se acerca ya!
57
Mateo 25.32,46, 7.13,14; Juan 5.29
Francas las puertas encontrarƔn,
unos, sĆ; otros, no.
De alguien las glorias sin fin serƔn,
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Calles de oro, mar de cristal,
pleno reposo, perfecto amor;
unos tendrƔn celestial hogar.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Fieles discĆpulos de JesĆŗs,
— unos, sĆ; otros, no -
logran corona en vez de cruz.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Mora el Rey en gloriosa luz;
con Ćl no puede haber dolor.
De alguien serĆ” esta beatitud.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Llegan a tiempo, pasando bien,
unos, sĆ; otros, no.
Unos las puertas cerradas ven.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Ciegos y sordos hoy nada creen;
tarde lamentarƔn tal error.
El que desdeƱan serƔ su Juez.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Son herederos del porvenir,
— unos, sĆ; otros no —
los que procuran por Dios vivir.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
Cuando concluya la dura lid,
en compaƱĆa del Salvador,
alguien serĆ” sin cesar feliz.
ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo?
58
1 Juan 1.5, 4.8; 2 Corintios 4.4; Salmo 85.10
Grata nueva Dios proclama
hoy al mundo pecador;
dulce nueva revelada
en la cruz del Salvador.
c
Luz divina resplandece;
muestra al triste pecador
que en la cruz de Cristo juntas
tu justicia y gran amor.
Ciego el hombre, y obcecado
en las sendas del error,
desconoce y desconfĆa
de este Dios, del Dios de amor.
Con ofrendas, obras vanas,
sacrificios sin valor,
piensa el hombre acongojado
propiciar su Creador.
Habla TĆŗ a los corazones;
muƩstrate Dios Salvador;
y sin fin proclamaremos:
Ā”Dios es luz! Ā”Dios es amor!
59
Lucas 8.39; Juan 16.33; Apocalipsis 22.4
HallƩ un buen amigo,
mi amado Salvador;
contarĆ© lo que Ćl ha hecho para mĆ.
HallƔndome perdido e indigno pecador,
me salvĆ³, y ya me guarda para sĆ.
Me salva del pecado,
me guarda de SatƔn,
promete estar conmigo hasta el fin.
Ćl consuela mi tristeza,
me quita todo afƔn;
grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ.
JesĆŗs jamĆ”s me falta,
jamƔs me dejarƔ;
es mi fuerte y poderoso protector.
Del mundo yo me aparto y toda vanidad
para consagrar mi vida a mi SeƱor.
Si el mundo me persigue,
si sufro tentaciĆ³n,
confiado en Cristo puedo resistir.
La victoria me es segura
y elevo mi canciĆ³n:
grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ.
Yo sƩ que Jesucristo
muy pronto volverĆ”,
y entretanto me prepara un lugar
en la casa de su Padre,
mansiĆ³n de luz y paz,
do el creyente fiel con Ćl ha de morar.
LlegƔndome a la gloria,
con Ćl yo estarĆ©
y contemplarĆ© su rostro siempre allĆ.
Con los santos redimidos
gozoso cantarƩ:
grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ.
60
2 Timoteo 4.7,8; Deuteronomio 30.19
Hay, una vez pasada esta vida
con sus pesares, cuitas y afƔn,
paz y reposo y una bienvenida,
que los creyentes gozarƔn.
Hay un hogar, do se verĆ” cumplida
del alma la continua oraciĆ³n;
donde jamƔs serƔ entristecida
por disensiĆ³n, por disensiĆ³n.
Hay esperanza para el creyente
que le alza de este mundo mƔs allƔ,
y de la tumba saca refulgente
la vida que no pasarĆ”.
Corona hay por Cristo preparada;
el fiel cristiano ve su brillantez
y dice, fija en ella la mirada:
Ā«SĆ, mĆa es; sĆ, mĆa esĀ».
Vestido hay que Cristo ha provisto.
ĀæNo quieres tĆŗ el alma revestir?
Ā”Oh! tĆŗ que vagas lejos y perdido,
al Salvador hoy debes ir.
Creyendo en Ćl tendrĆ”s el mismo cielo,
mas rechazƔndole te perderƔs.
Oh, ĀæcuĆ”l, eterna dicha o eterno duelo,
escogerƔs, escogerƔs?
61
Hechos 1.1, 10.33; Salmo 126.3; Lucas 8.47
Hermano, dinos hoy algo de JesĆŗs;
dinos otra vez la historia de su amor.
DeclƔranos tu fe, gozo y gratitud;
dinos otra vez la historia de su amor.
ĀæSigues siempre cerca de tu SeƱor?
ĀæArde tu alma del primer fervor?
ĀæEstĆ” tu copa llena de bendiciĆ³n?
Dinos otra vez la historia de su amor.
c
Dinos otra vez la historia
del amor del Salvador.
Tan bendita y grata historia,
nos harĆ” cantar su gloria.
Dinos otra vez la historia de su amor.
Al escuchar tu voz que habla del SeƱor,
dinos otra vez la historia de su amor.
Tal vez un pecador se convierta a Dios;
dinos otra vez la historia de su amor.
Muchos tienen sed en su corazĆ³n,
en el mundo buscan diversiĆ³n.
SeƱƔlales la fuente de bendiciĆ³n;
dinos otra vez la historia de su amor.
La ayuda que te ha dado en la tentaciĆ³n,
dinos otra vez la historia de su amor.
Las pruebas de tu fe y su compasiĆ³n,
dinos otra vez la historia de su amor.
Dinos que JesĆŗs es tu amigo fiel,
que es tu capitƔn y gran pastor.
Socorro oportuno has hallado en Ćl;
dinos otra vez la historia de su amor.
62
Apocalipsis 3.20; Mateo 23.37
Hoy JesĆŗs te quiere hablar,
pobre pecador.
No le quieras rechazar
de tu corazĆ³n.
c
Ā”A tu puerta llama, dale entrada, sĆ!
La visita bienhechora hoy es para ti.
ĀæNada vale ya su voz
en tu corazĆ³n?
ĀæNada puede en ti el amor
de tu Salvador?
Pecador, Āæpor quĆ© vivir
sin la salvaciĆ³n?
Y Āæpor quĆ© has de resistir
mƔs a tu SeƱor?
63
Romanos 5.5,6; Hechos 1.11; Hebreos 9.24, 10.20
JesĆŗs del cielo sobre nos
derrama su bondad;
con ricos dones y la voz
de su amor y gran piedad.
c
Yo creo, sĆ, que TĆŗ por mĆ
moriste en una cruz;
salvado soy, salvado soy
y a la gloria voy.
SeƱor amado, hacia Ti
los ojos mirarƔn
de los hermanos en la fe
que pronto te verƔn.
SĆ, volverĆ” y cumplirĆ”
lo que Ćl nos prometiĆ³;
y el buen camino Ćl abrirĆ”
por donde Ćl mismo entrĆ³.
64
Juan 19.25; Romanos 11.36; IsaĆas 41.18, 49.10, 58.11
Junto a la cruz, do muriĆ³ el Salvador
por mis pecados, clamaba al SeƱor.
Ā”QuĆ© maravilla! JesĆŗs me salvĆ³;
Ā”a su nombre gloria!
c
Ā”A su nombre gloria!
Ā”A su nombre gloria!
Ā”QuĆ© maravilla!
Ā”JesĆŗs me salvĆ³!
Ā”A su nombre gloria!
Junto a la cruz recibĆ el perdĆ³n,
limpio en su sangre es mi corazĆ³n.
Me gozo ya de su bendiciĆ³n,
Ā”a su nombre gloria!
Junto a la cruz hay el manantial
de agua de vida, cual el cristal.
Mi sed allĆ Cristo pudo apagar,
Ā”a su nombre gloria!
Ven sin tardar a la cruz, pecador,
donde te espera el gran Redentor.
AllĆ de Dios hallarĆ”s el amor;
Ā”a su nombre gloria!
65
Juan 3.16, 14.6; IsaĆas 53.10
La grata nueva suena
por el mundo en derredor,
ofreciendo vida eterna
al indigno pecador.
De tal manera Dios
a la humanidad amĆ³,
que a JesĆŗs su bien amado
a morir le entregĆ³.
c
Ā”Escuchad! Ā”Escuchad!
el mensaje de perdĆ³n.
Ā”Aceptad! Ā”Aceptad!
de JesĆŗs la salvaciĆ³n.
La grata nueva ofrece
a los hombres el perdĆ³n.
No rechaces, no, su oferta
de tan grande salvaciĆ³n.
El camino es JesĆŗs
a la gran ciudad de luz;
nadie viene al Padre sino
por el Salvador JesĆŗs.
La grata nueva ruega
al que vacilando estĆ”,
para que no pierda tiempo
mientras hay lugar allĆ”.
No tengas, pues, temor
de este mundo en derredor.
En JesĆŗs hay un amigo
quien es nuestro Redentor.
La grata nueva dice
cĆ³mo Dios nos da perdĆ³n
por los mƩritos de Cristo
en su gran expiaciĆ³n.
La vĆctima fue Ćl,
y las culpas Ćl llevĆ³.
Satisfizo la justicia
y a su pueblo redimiĆ³.
66
NĆŗmeros 21.9; Juan 3.14, 12.32, 19.30
La mirada de fe al que ha muerto
en la cruz
infalible la vida nos da.
Mira, pues, pecador, mira pronto
a JesĆŗs,
y tu alma la vida hallarĆ”.
c
Ve, ve, ve a JesĆŗs.
Que si miras con fe
al que ha muerto en la cruz,
al momento la vida tendrƔs.
ĀæSu penoso sufrir en la cruz quĆ© valiĆ³,
si tus culpas no estaban allĆ?
ĀæQuĆ© valiĆ³ su morir, si tu deuda no fue
con su sangre pagada por ti?
Ni el gemir, ni el llorar,
de la culpa el baldĆ³n
o la pena quitarte podrĆ”.
SĆ³lo Cristo en la cruz,
padeciendo hasta el fin,
ha podido tu carga llevar.
Con inmensa bondad
tus pecados tomĆ³,
y por ellos la muerte cruel.
De inefable sufrir compasivo abrazĆ³,
para darte la vida y el bien.
No vaciles ni tengas temor, oh mortal,
pues JesĆŗs en la cruz anunciĆ³,
exclamando con voz
de clemencia y poder:
Ā«Consumada es la redenciĆ³nĀ».
Oye, pues, con placer
el decreto de Dios;
bondadoso la vida te da;
y recibe con fe el mensaje de amor,
que te anuncia el perdĆ³n y la paz.
67
Marcos 2.17; IsaĆas 43.25; Juan 18.11
La tierna voz del Salvador
nos habla conmovida.
OĆd al MĆ©dico de amor,
quien da a los muertos vida.
c
Nunca los hombres cantarƔn,
nunca los Ɣngeles de luz
mƔs dulce nota elevarƔn
que el nombre de JesĆŗs.
Ā«Borradas ya tus culpas sonĀ»,
su voz hoy te pregona.
Recibe, sĆ, su bendiciĆ³n,
y goza la corona.
La negra copa del dolor,
JesĆŗs, has apurado,
por dar al pobre pecador
tu amor, oh bien Amado.
Y cuando venga el Salvador,
al cielo subiremos;
arrebatados en amor,
su nombre cantaremos.
68
IsaĆas 40.6 al 9; Job 9.25; JeremĆas 21.8
La vida es ficticia, efĆmera flor,
del sol a la tarde, la agosta el ardor.
Antes que se mustie, la debes llevar,
cual ofrenda grata, de Dios al altar.
SĆ; desde la infancia hasta la vejez,
se pasan los aƱos con gran rapidez.
Y llega la muerte, sin verla venir:
y el alma, Āæno sabes a dĆ³nde ha de ir?
Incierta es la hora de tu cierto fin.
Ā”Ay de aquel que tema
del juicio el clarĆn!
Reflexiona, oh hombre:
ĀæQuĆ© de ti va a ser:
o eterna desdicha, o eterno placer?
69
Santiago 4.14; 1 Pedro 1.24; Hebreos 9.27
La vida pasa con gran rapidez,
la vida pasa, la vida pasa.
QuizƔs la muerte muy cerca estƩ.
La muerte llega, la muerte llega,
y pronto, pronto cada cual,
y pronto, pronto cada cual
se encontrarĆ”, se encontrarĆ”
en la eternidad.
La vida pasa con rapidez,
y cuƔndo acabe, ninguno sabe;
y llega el juicio de Dios despuƩs,
el juicio llega, el juicio llega,
y pronto, pronto cada cual,
y pronto, pronto cada cual
se encontrarĆ”, se encontrarĆ”
en la eternidad.
La vida pasa con rapidez;
la vida es breve, la vida es breve,
y el dĆa de gracia ahora es.
Mas del maƱana, ninguno sabe,
y Cristo llama a cada cual,
y Cristo llama a cada cual
a estar con Ćl, a estar con Ćl
en la eternidad.
70
Apocalipsis 3.20; IsaĆas 65.12, 66.4
Llaman, llaman, ĀæquiĆ©n va allĆ”?
Ā”Abran, abran! ĀæquiĆ©n serĆ”?
Ā«Soy un huĆ©sped muy hermoso,
en el mundo sin igual.
Mi semblante es cariƱoso;
Āæno podrĆ© pisar tu umbral?Ā»
Llaman, llaman, ĀæquiĆ©n va allĆ”?
Abran, abran, aĆŗn estĆ”.
Ā«Ā”Oh quĆ© puerta tan cerrada!
Ā”CuĆ”n difĆcil es de abrir!
Ā”Mi visita es despreciada,
no me quieres recibir!Ā»
Llaman, llaman, ĀæquiĆ©n va allĆ”?
Ā”Abran, abran, no se va!
Ā«De rocĆo estoy baƱado;
no me canso de esperar.
Ā”Ay del corazĆ³n helado
que me llegue a rechazar!Ā»
Abro, abro, oh Salvador;
entra, entra, en tu amor.
Tu paciencia me ha vencido,
soy, de corazĆ³n, de Ti;
entra TĆŗ y, bienvenido,
haz morada ahora en mĆ.
71
Mateo 14.32, 8.27
Lleno de angustia y temores,
en brava y oscura mar,
el hombre perdido navega,
cual barco en la tempestad.
Olas de mal le rodean,
nubes de gran pavor.
El naufragio eternal le amenaza
y su alma llena el terror.
c
Mira, oh turbado, tu Salvador cerca estĆ”.
Vio tu peligro y con suma bondad
acude a librarte de ruina y dolor;
domina los vientos, las nubes y el mar
y te abre el puerto del bienestar.
Su voz potente en la tempestad
trae paz, dulce paz.
Recibe a Cristo y navegarƔs
en calma y paz.
Contra las olas y el viento
batalla con ansiedad.
Valiente procura librarse
del bravo mar de impiedad.
Mas ya sus fuerzas gastadas,
rendido y sin valor,
desmayando desea un refugio,
un guĆa y un Salvador.
Fuerte y solĆcito acude
JesĆŗs, y con gran bondad
aborda la frƔgil barquilla,
y calma la tempestad.
Libre de todo peligro,
salvo, seguro y en paz,
hoy con Cristo navega el marino
a eterna felicidad.
72
2 Corintios 8.9; Romanos 5.20; Lucas 2.14
Maravilla de clemencia,
prueba de infinita gracia,
compasivo amor que sacia,
contemplamos en JesĆŗs.
Por nosotros pecadores
Ćl de rico pobre se hizo.
La justicia satisfizo
por nosotros al morir.
La justicia satisfizo
por nosotros al morir.
Grande fue el amor que tuvo
a las almas tan perdidas,
del pecado ennegrecidas;
con su sangre las limpiĆ³.
Gloria a Dios en las alturas
que a los hombres paz ha dado,
y al que tenga mƔs pecado
y confiese, da perdĆ³n,
y al que tenga mƔs pecado
y confiese, da perdĆ³n.
73
Filipenses 2.5 al 11; Colosenses 2.15; 2 Corintios 4.17
Me gozo en JesĆŗs,
quien su trono de luz
dejĆ³ por tomar mi lugar en la cruz.
c
Ā”Alabanzas al Cordero!
de mi vida el poder.
TriunfĆ³ en el madero.
Ā”aleluya! AmĆ©n.
Mis culpas sentĆ,
y contrito acudĆ
a Cristo, refugio eternal para mĆ.
Y asĆ tengo yo
en JesĆŗs que me amĆ³,
la paz y el perdĆ³n que su sangre comprĆ³.
Si hay penas aquĆ,
gozo eterno hay allĆ,
do Cristo prepara lugar para mĆ.
74
Lucas 23.34; Salmo 51; Juan 1.16
Me habla ya, SeƱor JesĆŗs,
tu dulce voz de amor,
que desde el Ɣrbol de la cruz
invita al pecador.
Yo soy pecador,
nada hay bueno en mĆ.
Ser objeto de tu amor
deseo, y vengo a Ti.
Nos ofreces el perdĆ³n
de toda iniquidad,
si el llanto inunda el corazĆ³n
que acude a tu piedad.
Yo soy pecador;
ten de mĆ piedad,
dame llanto de dolor,
y borra mi maldad.
TĆŗ prometes aumentar
la fe del que creyĆ³,
y gracia sobre gracia dar
a quien en Ti esperĆ³.
Creo en Ti, SeƱor,
sĆ³lo espero en Ti.
Dame tu infinito amor,
pues basta para mĆ.
75
Apocalipsis 22; Juan 14.2; Salmo 17.15
Meditad en que hay un hogar
en la margen del rĆo de luz,
donde van para siempre a gozar
los creyentes en Cristo JesĆŗs.
c
MƔs allƔ, mƔs allƔ,
meditad en que hay un hogar,
mƔs allƔ, mƔs allƔ, mƔs allƔ,
en la margen del rĆo de luz.
Meditad en que amigos tenƩis
de los cuales marchamos en pos,
y pensad en que al fin los verƩis
en el alto palacio de Dios.
En que mora JesĆŗs meditad,
donde seres que amamos estƔn,
y a la patria bendita mirad
sin angustias, temores, ni afƔn.
Reunido a los mĆos serĆ©,
mi carrera a su fin toca ya.
En mi hogar celestial entrarƩ,
donde mi alma reposo tendrĆ”.
76
Juan 10.15,28; Daniel 9.26; IsaĆas 4.6, 32.2
MesĆas que muere perdĆ³n por ganar,
MesĆas que puede salvar del pecar;
es Ćl el MesĆas que es menester,
MesĆas que es bueno tener.
c
ĀæEs de ti? ĀæEs de ti?
ĀæEs tuyo mi buen Salvador?
Pastor que al rebaƱo su vida darƔ,
pastor que de todo lo protegerĆ”.
Es Ćl el pastor que es menester,
pastor que es bueno tener.
Piloto que sabe el peligro del mar,
y puede los barcos al puerto guiar.
Es Ćl el piloto que es menester,
piloto que es bueno tener.
Refugio del frĆo y del gran ventarrĆ³n,
refugio del juicio y la condenaciĆ³n.
Es Ćl el refugio que es menester,
refugio que es bueno tener.
77
Lucas 15.11; 1 Pedro 2.25
Mirad al hijo prĆ³digo,
del padre se apartĆ³.
Miseria, engaƱo y escasez
fue lo que allĆ encontrĆ³.
c
Yo me levantarƩ;
irƩ a mi padre y le dirƩ:
Ā«Contrito heme aquĆ:
yo he pecado contra el cielo,
y tambiĆ©n contra tiĀ» .
Desesperado dijo asĆ:
Ā«Con hambre siempre estoy;
perezco si me quedo aquĆ,
junto a mi padre voyĀ».
Ā«Delante de Ćl yo me pondrĆ©,
pidiendo su favor.
Humilde me confesarƩ
indigno de su amorĀ».
Al ver a su hijo regresar,
el padre se alegrĆ³.
Dispuesto estaba a perdonar;
de besos le colmĆ³.
78
1 Juan 3.16, 4.9,10; Lucas 23.45; Mateo 27.5
Mirad al Salvador JesĆŗs,
al PrĆncipe benigno,
por mĆ muriendo allĆ en la cruz,
por mĆ, tan vil, indigno.
c
De amor la prueba hela aquĆ:
el Salvador muriĆ³ por mĆ.
Por mĆ, por mĆ,
JesĆŗs muriĆ³ por mĆ.
Del sol la faz se oscureciĆ³
al ver su agonĆa.
La dura peƱa se partiĆ³;
oĆdlo, alma mĆa.
Y yo tambiƩn al ver la cruz,
por ella soy vencido.
Mi corazĆ³n te doy, JesĆŗs,
hoy a tu amor rendido.
79
Juan 19.30; Tito 3.5; Romanos 4.25, 5.15; Colosenses 1.9
Nada tuyo, pecador,
de valor serĆ”.
Todo hizo el Salvador,
largo tiempo ha.
c
Ā«Ā”Consumado es!Ā» Ā”Oh! sĆ,
hecho todo estĆ”.
ĀæQuĆ© mĆ”s necesitas? di:
Nada, nada ya.
Cuando de su hogar bajĆ³
a obrar y morir,
todo ya cabal quedĆ³,
Ć³yele decir:
Mientras de tal obra el don
dejes de aceptar,
las tuyas fatales son;
muerte han de llevar.
Busca en Cristo el perdĆ³n
con deseo fiel,
y hallarƔs tan grato don
sĆ³lo, sĆ³lo en Ćl.
80
GĆ©nesis 19.17; 2 Corintios 6.3; JeremĆas 4.6, 51.50; Ćxodo 3.7
No os detengƔis, venid a Cristo,
Ćl os llama con amor.
No os detengĆ”is, JesĆŗs ha visto
vuestras culpas y dolor.
c
No os detengƔis, no os detengƔis,
nunca, nunca, nunca.
Cristo por salvarnos dio
su sangre cuando Ćl muriĆ³.
No os detengĆ”is, perdĆ³n alcanza
quien confĆa en el SeƱor.
No os detengƔis, y sin tardanza
acudid al Redentor.
No os detengĆ”is, JesĆŗs ha muerto
por el pobre pecador.
No os detengƔis, camino cierto
es JesĆŗs el Salvador.
No os detengĆ”is, JesĆŗs da calma
al cargado de dolor.
No os detengƔis, la paz del alma
os ofrece el Salvador.
81
Lucas 15.4; IsaĆas 53.6; 1 Pedro 2.25
Noventa y nueve ovejas son
las que en el prado estƔn.
Mas una sola sin pastor
por la montaƱa va.
Del buen redil se apartĆ³,
y vaga en triste soledad,
y vaga en triste soledad.
Por esta oveja el Buen Pastor
se expone con piedad,
dejando solo aquel redil
al que ama de verdad;
Y al espeso bosque va,
su pobre oveja a rescatar,
su pobre oveja a rescatar.
Oscura noche ve venir,
y negra tempestad;
mas todo arrostra y a sufrir
lo lleva su bondad.
Su oveja quiere restituir,
y a todo trance restaurar,
y a todo trance restaurar.
Sangrando llega el Buen Pastor,
la oveja herida estĆ”.
El bosque siente su dolor,
comparte su ansiedad.
Empero Cristo con amor
su oveja pudo rescatar,
su oveja pudo rescatar.
82
Job 7.6; Salmo 68.2; IsaĆas 55.6; Santiago 4.14; Lucas 13.25
Nuestra vida acabarĆ”,
cual las hojas caerĆ”,
cual el sol se ocultarĆ”.
Busca a Dios.
Vuela cada dĆa veloz,
y volando da su voz:
Ā«Ven a dar tu cuenta a DiosĀ».
Busca a Dios.
c
Busca a Dios, busca a Dios.
Entre tanto tengas tiempo,
busca a Dios.
Si te atreves a esperar,
Dios la puerta cerrarĆ”.
Te dirĆ”: Ā«Es tarde yaĀ».
Busca a Dios.
Pierde el hombre su vigor,
se marchita cual la flor,
desvanece cual vapor.
Busca a Dios.
Como el rĆo a prisa va
hasta entrar al vasto mar,
vas asĆ a la eternidad.
Busca a Dios.
Clama a Dios de corazĆ³n
con sincera contriciĆ³n,
por JesĆŗs Dios da perdĆ³n.
Busca a Dios.
Si no escuchas al SeƱor,
si desprecias su perdĆ³n,
te acarreas perdiciĆ³n.
Busca a Dios.
83
2 Reyes 7.9; IsaĆas 57.20; Juan 16.33
Nuevas alegres para decirles
tengo yo ahora, y estas son:
que mis pecados son perdonados,
y con JesĆŗs tendrĆ© galardĆ³n.
Y que tambiĆ©n, aĆŗn queda lugar
en la casa celestial
para aquellos que quisieran
la salvaciĆ³n aceptar.
Goces mundanos ya he dejado;
no quiero mƔs tan falso placer.
Paz prometieron, mas engaƱaron,
no me pudieron satisfacer.
Mejor estoy con mi Salvador,
al cielo voy por su favor.
Ćl me guĆa cada dĆa
en su amor y verdad.
Ya no me importa lo que dijeren
los enemigos de mi SeƱor.
Ćl me ha buscado y me ha salvado,
voy a la gloria, reino de amor.
Siempre yo tengo luchas aquĆ;
dulce descanso tengo allĆ.
Ā”Oh quĆ© gozo para mi alma
cuando me llame el SeƱor!
84
Efesios 1.17; Colosenses 1.14; Hebreos 9.12; Salmo 40.3, 103.1 al 4
Oh alma mĆa, a tu SeƱor
eleva cƔnticos de loor,
por la tan grande salvaciĆ³n
que tienes por su redenciĆ³n.
c
Ā”QuĆ© redenciĆ³n! Ā”QuĆ© grande paz,
que TĆŗ, SeƱor, por ella das!
Ya canto con alegre son
de tu grandiosa redenciĆ³n.
Del bien muy lejos caminƩ
y contra Dios me rebelƩ.
Mas ya de Cristo es mi canciĆ³n;
soy salvo por su redenciĆ³n.
Feliz el dĆa cuando vi
lo que hizo Cristo para mĆ.
GozĆ”ndome de mi perdĆ³n,
cantĆ© yo de su redenciĆ³n.
De mi virtud no quiero hablar,
pues en JesĆŗs mi todo estĆ”.
Mi paz y mi justicia son
el fruto de la redenciĆ³n.
Ā”Oh pecador! JesĆŗs a ti
te dice: Ā«Ven, Ā”oh! ven a mĆ.
AcĆ©ptame en tu corazĆ³n
y goza de la redenciĆ³nĀ».
85
Salmo 38.4,17; Romanos 5.6, 10.9
Ā”Oh cansado caminante!
ahora pƔrate a escuchar
a JesĆŗs quien tan amante
te ha venido a rescatar.
c
Ā”Oh, no hagas mĆ”s demora!
A JesĆŗs, amigo, ve;
Ćl te salvarĆ” ahora
si tĆŗ vas a Ćl por fe.
Con pecado tan cargado
ve a Dios en confesiĆ³n;
y de Ćl, ya perdonado,
tĆŗ tendrĆ”s la salvaciĆ³n.
Aunque dƩbil, siempre piensa
en JesĆŗs y su bondad.
Ćl serĆ” tu gran defensa
contra toda la maldad.
Con vestido muy hermoso
Ćl te quiere hoy vestir,
para que con Ćl gozoso,
tĆŗ a la gloria puedas ir.
86
Juan 6.68; Hechos 13.26, 4.12; Santiago 1.21
Ā”Oh, cantĆ”dmelas otra vez!
bellas palabras de vida.
Hallo en ellas consuelo y paz,
bellas palabras de vida.
SĆ, de luz y vida,
son apoyo y guĆa.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son!
bellas palabras de vida.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son!
bellas palabras de vida.
Jesucristo a todos da
bellas palabras de vida.
Hoy recĆbelas, pecador,
bellas palabras de vida.
Bondadoso te salva
y al cielo te llama.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son!
bellas palabras de vida.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son!
bellas palabras de vida.
Grato el cƔntico sonarƔ,
bellas palabras de vida.
Tus pecados perdonarĆ”,
bellas palabras de vida.
SĆ, de luz y vida,
son apoyo y guĆa.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son!
bellas palabras de vida.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son!
bellas palabras de vida.
87
Salmo 16.2,11; JeremĆas 2.13, 8.15
Ā”Oh! Cristo en Ti, sĆ, sĆ³lo en Ti,
mi corazĆ³n hallĆ³
la paz, perdĆ³n, que con afĆ”n
sin descansar buscĆ³.
c
Ya ningĆŗn bien sin Cristo habrĆ”;
Ćl sĆ³lo para mĆ.
Luz, gozo, paz y gran felicidad
se encuentran sĆ³lo Cristo en Ti.
El mundo con afƔn probƩ
y mi alma lo gustĆ³.
Mas descontento me quedƩ
y mi alma se afligiĆ³.
GemĆ por paz, felicidad;
busquelas mƔs que a Ti.
Mas cuando Cristo me salvĆ³,
me satisfizo a mĆ.
88
2 Corintios 6.2; GĆ©nesis 6.3; Hechos 17.31
Oh, hombre, tu Dios
de su gloria te llama
con dulces acentos de su corazĆ³n.
Escucha la voz que del cielo proclama:
que hoy solamente es el dĆa del perdĆ³n.
c
Que hoy solamente
es el dĆa del perdĆ³n.
Que hoy solamente
es el dĆa del perdĆ³n.
Su corazĆ³n, lleno de tierno cuidado,
de lejos conoce tu gran rebeliĆ³n.
Al Hijo en rescate por todos ha dado,
mas hoy solamente es el dĆa del perdĆ³n.
c
Mas hoy solamente ...
Si tĆŗ le rechazas, Ćl ha de dejarte,
y no te valdrĆ” de JesĆŗs rico don.
AcƩptale, amigo, si quieres salvarte,
pues hoy solamente es el dĆa del perdĆ³n.
c
Pues hoy solamente ...
MƔs tarde el SeƱor traerƔ para juicio
delante del trono al ruin pecador.
Entonces no es tiempo de huir
del suplicio,
pues hoy solamente es el dĆa del perdĆ³n.
c
Pues hoy solamente ...
89
Ezequiel 34.16; Lucas 5.32, 14.21
Ā”Oh llamad a los perdidos,
tan lejanos del redil!
Atraed a los huidos
al cuidado pastoril.
Ā”SĆ, llamad a los peores,
sumergidos en maldad!
Por salvar los pecadores
Cristo espera. Ā”SĆ, llamad!
Ā”Oh llamad a los cansados
por esfuerzos sin valor!
Sin sus obras son salvados
los que creen al SeƱor.
Ā”SĆ, llamadlos! Dios invita
a que acepten su bondad,
y con sumisiĆ³n contrita
a Ćl vengan. Ā”SĆ, llamad!
Ā”Oh llamadlos, que conozcan
al que da la salvaciĆ³n!
Y que nunca mƔs carezcan
de su grande provisiĆ³n.
Ofrecedles vida eterna,
celestial felicidad,
y con caridad fraterna
siempre al pecador llamad.
90
1 Juan 4.10; MalaquĆas 3.6; Hebreos 12.28
Ā”Oh tierno Salvador JesĆŗs,
del mundo TĆŗ la clara luz!
Me das perdĆ³n, me das sostĆ©n;
bendĆceme con todo bien.
c
Moriste TĆŗ, SeƱor JesĆŗs,
por mis pecados en la cruz;
con gratitud tu fiel amor
recuerdo yo, mi Salvador.
Por ese amor, Ā”quĆ© grato bien!
te quiero yo a Ti tambiƩn.
Tu corazĆ³n, cuĆ”n puro amor
sintiĆ³ por mĆ, oh Salvador.
Has sido mi amigo fiel;
confĆo en Ti, oh Emanuel.
No cambiarĆ”, oh Salvador,
jamĆ”s por mĆ tu fiel amor.
La sangre diste TĆŗ por mĆ;
con ella salvo fui por Ti.
Yo gozarƩ felicidad
contigo por la eternidad.
Conmigo moras ya, JesĆŗs,
y vivirƩ contigo en luz.
91
Mateo 11.28; Juan 7.37, 8.12
OĆ la voz del Salvador
decir con tierno amor:
Ā«Venid a mĆ y descansad,
cargado pecadorĀ».
Al Redentor, tal como fui,
cansado yo acudĆ.
Y luego dulce alivio y paz
por fe de Ćl recibĆ.
OĆ la voz del Salvador
decir: Ā«Venid, bebed;
Yo soy la fuente de salud
y apago toda sedĀ».
Con sed de Dios, del vivo Dios,
buscaba al Salvador.
Lo hallĆ©; mi sed Ćl apagĆ³,
y hoy vivo por su amor.
OĆ su dulce voz decir:
Ā«Del mundo soy la luz.
Miradme a mĆ y salvos sed;
hay vida por mi cruzĀ».
MirĆ© al SeƱor, y luego en Ćl
mi guĆa y sol hallĆ©.
Y en esa luz de vida yo
aquĆ siempre andarĆ©.
92
Mateo 9.13; Juan 8.36; 1 Juan 2.12
OĆd palabra de JesĆŗs:
Ā«Yo salvo al pecadorĀ».
OĆd palabra de JesĆŗs:
Ā«Yo salvo al pecadorĀ».
c
Ven a Cristo, ven a Cristo;
Ćl te salvarĆ”.
Ahora mismo ven a Cristo
y Ćl te salvarĆ”.
Ven, pecador, ven a JesĆŗs;
Ćl te libertarĆ”.
Ven, pecador, ven a JesĆŗs;
Ćl te libertarĆ”.
Perdido, ven, ven a JesĆŗs;
Ćl te perdonarĆ”.
Perdido ven, ven a JesĆŗs;
Ćl te perdonarĆ”.
93
Juan 6.37, 7.37, 10.11; Apocalipsis 22.12
Palabra fiel es de JesĆŗs,
oh pecador, a ti:
Ā«Yo no desecharĆ© jamĆ”s
a quien acude a mĆĀ».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
Ā«Si alguno tiene sed,
el agua de la vida Yo
de balde le darĆ©Ā».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
Ā«Yo te consolarĆ©;
cargado y trabajado, ven,
descanso te darĆ©Ā».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
Ā«El buen Pastor Yo soy;
a las ovejas que escogĆ,
la vida eterna doyĀ».
Palabra fiel es de JesĆŗs:
Ā«En breve Yo vendrĆ©,
y galardĆ³n al siervo fiel
conmigo traerĆ©Ā».
94
Job 7.6, 14.10; Deuteronomio 30.19
Pasan dĆas, meses, aƱos
con pasmosa rapidez,
y nosotros pronto iremos
de este mundo. ĀæY quĆ© despuĆ©s?
Muchos viven descuidados
de su eterna salvaciĆ³n;
y al morir, desesperados,
pasan a la perdiciĆ³n.
Otros a JesĆŗs se entregan,
confesando su maldad.
Creen que su sangre limpia
del pecado, y tienen paz.
Vida y muerte estƔn delante;
salvaciĆ³n y perdiciĆ³n.
Tienes tĆŗ que decidirte;
ĀæquĆ© serĆ” tu decisiĆ³n?
SĆ³lo un paso ahora falta;
no vaciles, pecador.
Es el paso decisivo
de entregarte al Salvador.
95
Romanos 5.1; 2 Corintios 5.17; Efesios 2.9
Paz con Dios, busquƩ ganarla
con febril solicitud,
mas mis Ā«obras meritoriasĀ»
no me dieron la salud.
c
Ā”Oh quĆ© paz JesĆŗs me da!
paz que antes ignorƩ.
Todo nuevo se tornĆ³
desde que su paz hallƩ.
Lleno estaba yo de dudas,
temeroso de morir;
hoy en paz, maƱana triste,
con temor del porvenir.
Al final en desespero,
Ā«Ya no puedoĀ», dije yo.
Y del cielo oĆ respuesta:
Ā«Todo hecho ya quedĆ³Ā».
De mis obras despojado,
vi la obra de JesĆŗs.
Supe que la paz fue hecha
por la sangre de su cruz
96
Lucas 19.10; Colosenses 1.14; Apocalipsis 21.27
Pecador, JesĆŗs te busca
y te ofrece salvaciĆ³n.
Ā”Oh! no esperes la maƱana,
no rechaces el perdĆ³n.
c
Hoy acude tĆŗ a JesĆŗs,
ahora mismo ve a la cruz,
y hallarĆ”s perdĆ³n y luz.
Si la muerte a ti llegare,
pecador, Āæa dĆ³nde vas?
Sin perdĆ³n de tus pecados
no entrarƔs al santo hogar.
No deseches a este amigo;
tanto Ćl hizo ya por ti.
Oye, pues, su buen mensaje:
Ā«Pecador, por ti sufrĆĀ».
97
Marcos 2.17; Hechos 19.18; Lucas 13.25
Pecador, JesĆŗs te llama,
Ā”cuĆ”nto le haces esperar!
ĀæPor quĆ© ingrato asĆ rechazas
al que quiƩrete salvar?
c
Deja entrar al Rey de gloria,
Ć”brele tu corazĆ³n.
CuƩntale tu triste historia;
en sus labios hay perdĆ³n.
Para el mundo tus desvelos
guardas siempre, pecador;
nada para el Rey del cielo,
quien muriĆ³, tu Redentor.
Cristo llama, hoy te llama,
mas no siempre llamarĆ”.
Date prisa, que maƱana
no tendrƔs tal vez lugar.
98
Proverbios 8.17; Lucas 15
Pecador, ven a Cristo JesĆŗs,
y feliz para siempre serƔs;
que si tĆŗ le quisieras tener,
al divino SeƱor hallarƔs.
c
Ven a Ćl, pecador.
Ven a Ćl, pecador,
que te espera tu buen Salvador.
Ven a Ćl, pecador. Ven a Ćl, pecador,
que te espera tu buen Salvador.
Si cual hijo que necio pecĆ³
vas buscando a sus pies compasiĆ³n,
tierno amigo en JesĆŗs hallarĆ”s,
y tendrĆ”s por su sangre perdĆ³n.
Cual oveja que huyĆ³ del redil,
da tĆŗ voces al buen Salvador,
y en los hombros llevada serƔs
de tan fuerte y amante Pastor.
99
Romanos 8.38,39; Juan 14.27; 2 Timoteo 2.19
Por la justicia de mi Dios,
por sangre que JesĆŗs vertiĆ³,
alcanzo paz, poder, perdĆ³n,
y cuanto bien me prometiĆ³.
Que sĆ³lo Cristo salva, sĆ©;
segura base es de mi fe,
segura base es de mi fe.
AsĆ turbada no verĆ©
mi paz, su incomparable don.
Aunque Ćl un tiempo oculto estĆ©,
me dejarĆ” su bendiciĆ³n.
En mĆ no puede haber jamĆ”s
ninguna base real de paz,
ninguna base real de paz.
En la tormenta sostendrĆ”,
el pacto que jurĆ³ y sellĆ³.
Siempre su amor perdurarĆ”,
su amor que mi alma redimiĆ³.
La roca eterna me da,
base Ćŗnica que durarĆ”,
base Ćŗnica que durarĆ”.
100
2 Corintios 6.2; Juan 5.40
ĀæPor quĆ© demoras, amigo?
ĀæPor quĆ© hoy no quieres venir?
Es Cristo JesĆŗs quien te llama;
al cielo con Ćl podrĆ”s ir.
c
ĀæPor quĆ©, por quĆ©
a Cristo no quieres venir?
ĀæPor quĆ©, por quĆ©
hoy mismo no quieres venir?
Oh di, ĀæquĆ© esperas, amigo,
ganar demorƔndote mƔs?
Es sĆ³lo Cristo quien salva,
Ćl sĆ³lo podrĆ” darte paz.
ĀæNo sientes que Dios, amigo,
hoy habla a tu corazĆ³n?
Ā”Oh! Āæpor quĆ© el pecado no dejas,
y aceptas ya la salvaciĆ³n?
ĀæPor quĆ© demoras, amigo?
La gracia ya terminarĆ”,
y Cristo, que pronto hoy salva,
mƔs tarde en el juicio vendrƔ.
101
Juan 5.42; IsaĆas 55.1; Marcos 6.42
Preste oĆdos el humano
a la voz del Salvador.
RegocĆjese el que siente
el pecado abrumador.
Ya resuena el evangelio
de la tierra en ancha faz,
y de gracia ofrece al hombre
el perdĆ³n, consuelo y paz.
Vengan todos los que sufren,
los que sienten hambre y sed;
los que dƩbiles se encuentran
de este mundo a la merced.
En JesĆŗs hay pronto auxilio,
hay hartura y bienestar,
salvaciĆ³n y fortaleza
cual ninguno puede dar.
Vengan cuantos se acongojan
por lograr con quƩ vestir,
y a su afĆ”n tan sĆ³lo rinden
servidumbre hasta el morir.
Un vestido hay mƔs precioso,
blanco, puro y eternal.
Es JesĆŗs quien da a las almas
ese manto celestial.
ĀæPor quĆ© en rumbo siempre incierto
vuestra vida recorrƩis?
A JesĆŗs venid, mortales,
que muy cerca le tenƩis.
Ćl es vida en tierra y cielo,
y el exceso de su amor
os mejora la presente
y os reserva otra mejor.
102
Juan 14.3; 2 Corintios 5.2; Apocalipsis 21.3
Promete a los suyos el Salvador
un hogar, un hogar,
morada celeste de paz, amor y bienestar,
do libres de pena, sin mancha ni mal,
gozando con Cristo la dicha eternal,
contemplan los fieles en gloria y luz
el rostro de aquel que muriĆ³ en la cruz.
c
SĆ, por mĆ; sĆ, por mĆ;
Cristo prepara un dulce hogar.
SĆ, por mĆ; sĆ, por mĆ, un dulce hogar.
A todos ofrece el buen Salvador
este hogar, este hogar,
y amante les dice: Ā«A mĆ venid y descansadĀ».
En esta bendita morada jamƔs
ni muerte ni duelo podrƔn penetrar.
En ella no hay noche, pues Cristo JesĆŗs,
Cordero divino, es del cielo la luz.
c
SĆ, a ti; sĆ, a ti;
Cristo te ofrece un dulce hogar.
SĆ, a ti; sĆ, a ti, un dulce hogar.
DejĆ³ por nosotros el Salvador
su hogar, su hogar,
y quiso su vida en la triste cruz sacrificar,
a fin de librarnos de condenaciĆ³n,
abriendo el camino de la salvaciĆ³n.
OĆd, pues, con gozo el mensaje de amor
que ya nos proclama: Ā”JesĆŗs es SeƱor!
103
Lucas 18.37, 19.3
ĀæQuĆ© significa el gran rumor?
ĀæQuĆ© significa el gran tropel?
ĀæQuiĆ©n puede un dĆa y otro asĆ
la muchedumbre conmover?
Responde el pueblo en alta voz:
Ā«Pasa JesĆŗs de NazaretĀ».
ĀæQuiĆ©n es, decid, el tal JesĆŗs
que manifiesta tal poder?
ĀæPor quĆ© a su paso la ciudad
se agolpa ansiosa en torno de Ćl?
Lo dice el pueblo, oĆd su voz:
Ā«Pasa JesĆŗs de NazaretĀ».
JesĆŗs, quien vino acĆ” a sufrir
angustia, afƔn, cansancio y sed;
y dio consuelo, paz, salud
a cuantos viera padecer.
Por eso alegre el ciego oyĆ³:
Ā«Pasa JesĆŗs de NazaretĀ».
Aun ahora viene el Salvador
dispuesto a hacernos mucho bien,
y amante llama a nuestro hogar
queriendo en Ćl permanecer.
Se acerca ya; Āæno oĆs su voz?
Pasa JesĆŗs de Nazaret.
Se repiten las Ćŗltimas dos lĆneas de cada estrofa.
104
Mateo 27.22; JosuƩ 24.15; Romanos 11.22
ĀæQuĆ© voy a hacer?
ĀæMe entregarĆ© a JesĆŗs,
o me endurecerƩ?
ĀæQuĆ© escogerĆ©?
ĀæEl mundo y su placer,
o a Cristo seguirƩ?
c
Yo sĆ, yo sĆ, yo sĆ,
confiado, oh Cristo, en Ti,
te seguirƩ. Comprado soy;
tu sangre el precio fue,
y tuyo quiero ser.
Tu grande amor
me ablanda el corazĆ³n,
despierta en mĆ la fe.
Yo creo en Ti;
no puedo ya dudar,
a Cristo mirarƩ.
105
Ćxodo 32.26; Marcos 8.34; 1 Corintios 1.18
ĀæQuiĆ©n es de la parte
del buen Salvador,
pronto a dedicarse ahora a su SeƱor,
y que abandonando su falaz vivir,
quiere acĆ” servirle y aun con Ćl sufrir?
c
ĀæQuiĆ©n de Cristo
al lado quiere caminar?
ĀæQuiĆ©n hasta Ćl desea los demĆ”s guiar?
Por tu rica gracia, por tu grande amor,
henos de tu parte, para Ti, SeƱor.
No ambicionamos gloria ni poder,
mas queremos ya tu voluntad hacer.
Quien tu perdurable gracia llegue a ver,
vese constreƱido de tu parte a ser.
No con oro o plata, oh JesĆŗs, SeƱor,
TĆŗ nos redimiste, con divino amor.
Fue con sangre tuya, Ā”quĆ© gran expiaciĆ³n!
con que TĆŗ efectuaste nuestra redenciĆ³n.
La batalla dura siempre habrĆ” de ser;
enemigos fuertes hemos de tener.
Mas omnipotente es nuestro CapitƔn;
ha vencido ya la fuerza de SatƔn.
106
1 Juan 1.7; Lucas 6.19, 8.46; Romanos 1.16
ĀæQuieres ser libre del vicio y del mal?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
ĀæQuieres por Ćl la victoria ganar?
Por siempre poder hay en Ćl.
c
Hay poder, sĆ, sin igual poder
en JesĆŗs que muriĆ³.
Hay poder, sĆ, sin igual poder
por la sangre que vertiĆ³.
ĀæQuieres ser puro, aceptable al SeƱor?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
Te limpiarĆ” con la sangre que dio.
Por siempre poder hay en Ćl.
ĀæQuieres ser libre de tu vanidad?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
Pide a JesĆŗs que te dĆ© su humildad,
por siempre poder hay en Ćl.
ĀæQuieres a Cristo servir y agradar?
En Cristo JesĆŗs hay gran poder.
ĀæQuieres corona de vida ganar?
Por siempre poder hay en Ćl.
107
Ćxodo 17.6; Deuteronomio 32.31; Salmo 61.2
Roca abierta ya por mĆ,
tengo abrigo siempre en Ti.
Es tu sangre, oh JesĆŗs,
por mĆ derramada en cruz,
el remedio eficaz
de mi culpa contumaz.
Todo celo vano es;
vanas son mis lƔgrimas.
TĆŗ, oh JesĆŗs mi Salvador,
sĆ³lo puedes perdonar.
En tu cruz estĆ” el perdĆ³n;
sĆ³lo en Ti hay salvaciĆ³n.
En mi vida terrenal
y en mi hƔlito final,
cuando te verĆ©, JesĆŗs,
en el trono de la luz,
roca abierta ya por mĆ,
dame siempre abrigo en Ti.
108
IsaĆas 1.18, 43.25; Oseas 14.1; Ezequiel 33.11
Rojos son tus pecados,
como grana Dios los ve.
Rojos son tus pecados,
como grana Dios los ve.
Aunque parezcan ser pocos,
Ćl asĆ los ve.
Mas en Ćl ten confianza;
mas en Ćl ten confianza,
dice que los borrarĆ”;
dice que los borrarĆ”.
Escuchad que os suplica:
Ā«Oh volved a vuestro DiosĀ».
Escuchad que os suplica:
Ā«Oh volved a vuestro DiosĀ».
Ćl os darĆ” gran consuelo
y su eterno amor.
Para darnos la vida;
para darnos la vida,
Ćl a Cristo entregĆ³,
Ćl a Cristo entregĆ³.
Perdonarte Ćl desea
toda tu iniquidad.
Perdonarte Ćl desea
toda tu iniquidad.
Si tĆŗ le dejas entrar
en tu corazĆ³n,
Ćl te harĆ” como la nieve;
Ćl te harĆ” como la nieve,
y contigo cenarĆ”,
y contigo cenarĆ”.
Oh, no dudes a Cristo,
su palabra cumplirĆ”.
Oh, no dudes a Cristo,
su palabra cumplirĆ”,
porque verdad es su nombre,
nuestro Redentor.
Dile que tĆŗ le crees;
dile que tĆŗ le crees,
y con Ćl tĆŗ reinarĆ”s;
y con Ćl tĆŗ reinarĆ”s.
109
Salmo 36.9; Juan 7.37,38; IsaĆas 55.1
ĀæSabes dĆ³nde hay una fuente
pura de divino amor,
cuyas aguas celestiales
manan con ferviente ardor?
Esta fuente inagotable,
de eficacia y de valor,
es el Redentor bendito,
el precioso Salvador.
c
Es JesĆŗs la viva fuente,
donde he apagado yo
esa sed que consumĆa
mi angustiado corazĆ³n.
Esa fuente siempre pura
nunca su cristal perdiĆ³;
y sus aguas refrescantes
se te ofrecen, pecador.
Si sediento y fatigado,
a JesĆŗs la fuente vas,
satisfecho y aliviado
al momento quedarƔs.
Ā”Oh! recibe pues su oferta;
no rechaces, no, su amor.
Dile: Ā«De esas aguas dame,
y sabrĆ© su gran valorĀ».
Sin dinero y sin precio,
se te ofrece el grato don:
vida eterna, paz y gozo,
de tus culpas el perdĆ³n.
110
Colosenses 1.20; Mateo 14.30
Salvador, a Ti yo acudo,
PrĆncipe de amor.
SĆ³lo en Ti hay paz y vida
para el pecador.
c
Cristo, Cristo, tierno Salvador,
mi humilde ruego escucha;
Ā”sĆ”lvame, SeƱor!
SalvaciĆ³n y paz buscando,
vengo yo a tu cruz.
En tu muerte estoy confiando;
Ā”sĆ”lvame, JesĆŗs!
Son tus mƩritos la fuente
de mi salvaciĆ³n.
En tu muerte solamente
hallo paz, perdĆ³n.
111
Romanos 8.35; Hebreos 6.18
Si angustiado y triste estƔs,
ven al Salvador.
Paz y alivio encontrarƔs
en el buen Pastor.
Ćl tu voz escucharĆ”
y consuelo te darĆ”.
A tu lado ahora estĆ”
Cristo el Salvador.
Mira que por ti muriĆ³
Cristo el Salvador.
En la cruz su vida dio
nuestro Redentor.
Hoy te llama, atiende, sĆ,
pues te dice: Ā«Ven a mĆĀ».
Todo bien hay para ti
en el Salvador.
Es JesĆŗs amigo fiel,
tierno Salvador.
SĆ³lo en Ćl tendrĆ”s el bien;
dile tu dolor.
Ćl tus culpas borrarĆ”,
tus dolores calmarĆ”.
Nunca te abandonarĆ”
Cristo el Salvador.
112
IsaĆas 48.18; Filipenses 4.7; 3 Juan 2
Si paz cual un rĆo es aquĆ mi porciĆ³n,
si es como las olas del mar;
cualquiera mi suerte, es ya mi canciĆ³n:
Ā«EstĆ” bien, con mi alma estĆ” bienĀ».
c
EstĆ” bien. EstĆ” bien.
EstĆ” bien con mi alma, estĆ” bien.
Por mĆ”s que SatĆ”n me tentare a mĆ,
en esto consuelo tendrƩ:
que Cristo, al ver cuƔn perdido yo fui,
en la cruz por mi alma muriĆ³.
Pecado llevĆ³, y las gracias le doy;
completo el trabajo estĆ”.
Llevolo en la cruz y ya libre estoy;
Ā”oh mi alma, bendice al SeƱor!
Que viva por Cristo, y sĆ³lo por Ćl.
Y si yo muriese, bien sƩ
que no temerƩ, porque Cristo es fiel
y mi alma en su paz guardarĆ”.
Mas no es la muerte
que espero, SeƱor;
la tumba mi meta no es.
Tu pronta venida, en tu tierno amor,
esperando mi alma hoy estĆ”.
113
JeremĆas 13.23, 2.22
Si yo mis pecados pudiera lavar,
o sangre o pena tambiƩn ofrendar,
si obras valieran en pago del mal,
no fuera el Calvario el solo caudal,
el solo caudal, el solo caudal;
no fuera el Calvario el solo caudal.
Mas sĆ© que no tengo de mĆ santidad,
no puedo limpiarme de tanta maldad.
Ni santo ni arcƔngel ofrece, audaz,
quitar mis pecados y darme solaz,
y darme solaz, y darme solaz;
quitar mis pecados y darme solaz.
Ā”Oh Cristo bendito! por Ti sĆ³lo hay paz.
Tu obra, tu sangre, caudal eficaz.
TĆŗ llamas al hombre muriendo de sed:
Ā«En mĆ es la fuente, venid y bebedĀ».
Ā«Venid y bebed, venid y bebed.
En mĆ es la fuente, venid y bebedĀ».
114
Salmo 17.15; Hebreos 11.16, 12.22 al 24
Siempre hablamos del mundo dichoso,
de los goces que Dios nos darĆ”,
del paĆs halagĆ¼eƱo y hermoso.
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
c
ĀæQuĆ© serĆ”, quĆ© serĆ”?
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
ĀæQuĆ© serĆ”, quĆ© serĆ”?
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
Siempre hablamos
del triunfo y la gloria
que en los cielos sin fin reinarƔn,
de los himnos de amor y victoria.
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
Siempre hablamos del dĆa esplendente
que en el santo paĆs brillarĆ”,
de JesĆŗs, Salvador del creyente.
Mas hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
Ni pecados, ni llanto, ni duelo,
ni pesares ningunos habrĆ”
en la casa de Dios, en el cielo.
Pues hallarnos allĆ, ĀæquĆ© serĆ”?
115
IsaĆas 1.18; 1 Pedro 1.19; Romanos 8.37
SĆ³lo tu preciosa sangre, Cristo Salvador,
el pecado quitar puede de este pecador.
c
Ā”Oh! con tu preciosa sangre
lĆmpiame, SeƱor.
Aun por mĆ la derramaste
en tu gran amor.
Y si mi pecado fuere como el carmesĆ,
puro mĆ”s que blanca nieve, me pondrĆ”s a mĆ.
SĆ³lo tu preciosa sangre salvaciĆ³n me da.
Haz que sin cesar me guarde libre de pecar.
Por la sangre del Cordero soy el vencedor
de SatĆ”n y del pecado; Ā”gloria al Salvador!
116
Lucas 2.14; IsaĆas 12.5; Apocalipsis 5.9
Suenen dulces himnos, gratos al SeƱor,
y Ć³iganse en concierto universal.
Desde el alto cielo baja el Salvador
para beneficio del mortal.
c
Ā”Gloria, gloria sea a nuestro Dios!
Ā”Gloria! sĆ, cantemos a una voz.
Y el cantar de gloria,
que se oyĆ³ en BelĆ©n,
sea nuestro cƔntico tambiƩn.
Salte de alegrĆa, lleno el corazĆ³n,
la abatida y pobre humanidad.
Dios se compadece viendo su aflicciĆ³n,
y le muestra buena voluntad.
Lata en nuestro pecho noble gratitud
hacia el que nos brinda redenciĆ³n;
y a JesĆŗs el Cristo, quien da salvaciĆ³n,
tributemos nuestra adoraciĆ³n.
117
Juan 6.37, 68; 1 Juan 4.18
Tal como soy, sin mƔs decir,
que a otro yo no puedo ir,
y TĆŗ me invitas a venir,
bendito Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy, sin demorar,
del mal queriƩndome librar;
me puedes sĆ³lo TĆŗ salvar,
bendito Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy, en aflicciĆ³n,
expuesto a muerte, perdiciĆ³n,
buscando vida, paz, perdĆ³n,
bendito Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy, tu grande amor
me vence, y con grato ardor
servirte quiero, mi SeƱor;
bendito Cristo, vengo a Ti.
118
Lucas 18.24, 13.24; Efesios 2.12
Ā”Tan cerca del reino! ĀæPor quĆ© no entrarĆ”s?
Ā”Tan cerca! Pues, pasa hoy mismo el umbral.
La voz de ‘maƱana’ es voz de SatĆ”n.
Ā”Tan cerca! y tal vez nunca llegues a entrar.
c
ĀæQuisieras salvarte?
EntrƩgate a Cristo; te quiere salvar.
Ā”Tan cerca! que tĆŗ oyes la alegre canciĆ³n
de los que se gozan en su Salvador.
Ā”Tan cerca! y al mundo no quieres dejar,
y Cristo te espera y te quiere salvar.
Ā”Sin Cristo morir! ĀæquĆ© esperanza tendrĆ”s?
Morir sin ser salvo: Ā”perdido estarĆ”s!
No corras el riesgo de eterno penar;
entrƩgate a Cristo, te quiere salvar.
119
Hechos 24.25, 26.28, 17.30 al 32; 2 Pedro 3.9
ĀæTe sientes casi resuelto ya?
ĀæTe falta poco para creer?
Pues, Āæpor quĆ© dices a Jesucristo:
Ā«Hoy no. MaƱana te seguirĆ©Ā»?
ĀæTe sientes casi resuelto ya?
Pues vence el casi, con Cristo ven,
porque hoy es tiempo, pero maƱana
tarde, muy tarde pudiera ser.
Sabes que el casi no es de valor
en la presencia del justo Juez.
Ā”Ay del que muere casi creyendo!
Ā”Completamente perdido es!
120
Apocalipsis 3.20; 1 Juan 5.4
ĀæTemes que en la lucha no podrĆ”s vencer?
ĀæContra las tinieblas has de contender?
Abre bien la puerta de tu corazĆ³n,
deja al Salvador entrar.
c
Deja al Salvador entrar.
Deja al Salvador entrar.
Abre bien la puerta de tu corazĆ³n,
y entrarĆ” el Salvador.
ĀæEs tu fe muy dĆ©bil en la oscuridad?
ĀæSon tus fuerzas pocas contra la maldad?
Abre bien la puerta de tu corazĆ³n,
deja al Salvador entrar.
ĀæQuieres ir gozĆ”ndote en la senda aquĆ?
ĀæQuieres que el SeƱor te utilice a ti?
Abre bien la puerta de tu corazĆ³n,
deja al Salvador entrar.
121
LevĆtico 25.9; JosuĆ© 6.4; Hebreos 2.14,15
Tocad trompeta ya,
y con alegre son
a todo el mundo proclamad
eterna redenciĆ³n.
c
JesĆŗs el Redentor
nos fue propiciaciĆ³n,
y por su sangre, con dolor,
nos trajo salvaciĆ³n.
A todos publicad:
Ā«JesĆŗs resucitĆ³Ā».
Que ya de la mortalidad
los lazos quebrantĆ³.
Ā«Vosotros, que el favor
del cielo no tenƩis,
si vais a Cristo, por su amor
su gracia gozarĆ©isĀ».
Llamadlos sin cesar;
id, proclamad perdĆ³n.
Decid a todos sin tardar
que busquen salvaciĆ³n.
122
Marcos 16.15; Hechos 10.42
Todo aquel que oye, vaya a proclamar:
Ā«SalvaciĆ³n de gracia puĆ©dese aceptarĀ».
Al perdido mundo dƩbese anunciar:
Ā«Ā”Id al Salvador JesĆŗs!Ā»
c
Todo aquel que cree debe procurar
estas buenas nuevas siempre predicar:
Que JesĆŗs de gracia quiere perdonar.
Ā”Id al Salvador JesĆŗs!
Todo aquel que quiere, vaya sin tardar;
franca estƔ la puerta y podƩis entrar.
Cristo es el camino al celestial hogar.
Ā«Ā”Id al Salvador JesĆŗs!Ā»
Firme es la promesa, oye pecador.
ĀæQuieres tĆŗ la vida? Mira al Salvador;
Ćl a todos llama con divino amor.
Ā«Ā”Id al Salvador JesĆŗs!Ā»
123
Lucas 2.7; Juan 10.10; Mateo 27.18; Marcos 13.26
TĆŗ dejaste tu trono y corona por mĆ
al venir a BelƩn a nacer.
Mas a Ti no fue dado el entrar al mesĆ³n,
y en pesebre te hicieron yacer.
c
Ven a mi corazĆ³n, oh Cristo,
pues en Ć©l hay lugar para Ti.
Ven a mi corazĆ³n, oh Cristo, ven,
pues en Ć©l hay lugar para Ti.
TĆŗ viniste, SeƱor,
con tu gran bendiciĆ³n,
para dar libertad y salud.
Mas con odio y desprecio
te hicieron morir,
aunque vieron tu amor y virtud.
Alabanzas sublimes los cielos darƔn
cuando vengas glorioso de allĆ,
y tu voz nos dirĆ” de las nubes: Ā«Venid
al hogar celestial junto a mĆĀ».
124
Proverbios 18.24; Juan 17.3; Hebreos 13.8
Un amigo hay mƔs que hermano,
Cristo el SeƱor,
quien llevĆ³ en cuerpo humano
nuestro dolor.
Este amigo moribundo,
padeciendo por el mundo,
demostrĆ³ su amor profundo.
Ā”Dadle loor!
Conocerle es vida eterna,
Cristo el SeƱor;
todo aquel que quiera venga
al Redentor.
Por nosotros Ćl derrama
vida suya, pues nos ama,
y a su lado a todos llama.
Ā”Dadle loor!
Hoy, ayer, y por los siglos
Cristo el SeƱor
es el mismo fiel amigo;
ven, pecador.
Ćl es pan en el desierto,
nuestro guĆa, nuestro puerto.
Es su amor el mismo cielo:
Ā”Dadle loor!
125
Juan 3.3; 1 Pedro 1.3
Un hombre llegose de noche a JesĆŗs,
buscando la senda de vida y luz,
y Cristo le dijo: Ā«Si a Dios quieres ver,
tendrĆ”s que renacerĀ».
c
TendrƔs que renacer.
TendrƔs que renacer.
De cierto, de cierto, te digo a ti:
TendrƔs que renacer.
Y tĆŗ, si quisieras al cielo llegar
y con los benditos allĆ descansar;
si vida eternal tĆŗ quisieras tener,
tendrƔs que renacer.
Oh hombre, no debes jamƔs desechar
palabras que Cristo dignose hablar.
Porque si no quieres el alma perder,
tendrƔs que renacer.
Amigos han ido con Cristo a estar,
que mucho quisieras un dĆa encontrar.
Hoy este mensaje pues debes creer:
tendrƔs que renacer.
126
Hechos 26.23; Juan 12.35
Vagaba yo en la oscuridad,
mas me salvĆ³ JesĆŗs,
y con su amor y gran bondad
llenome de su luz.
c
Gozo tengo en mi corazĆ³n,
gozo, gozo por su salvaciĆ³n.
Desde que a JesĆŗs vi y a su lado fui,
de su amor el gozo yo he sentido en mĆ.
Las nubes y la tempestad
no apartan a JesĆŗs,
y en medio de la oscuridad
me gozo de su luz.
Andando asĆ en la luz con Dios
encuentro plena paz.
Voy adelante con fervor,
dejando el mundo atrƔs.
Verele pronto como Ćl es,
raudal de toda luz,
y gozarƩ en la eternidad
a causa de su cruz.
127
Juan 10.15, 6.37
ĀæVagas triste y angustiado?
ĀæBuscas tĆŗ solaz?
Ā«Ven a mĆĀ», te dice Cristo, Ā«y halla pazĀ».
ĀæHay seƱales que me indiquen
que mi guĆa Ćl es?
Las heridas de sus manos y sus pies.
ĀæHay corona que le adorne,
si es Rey para mĆ?
SĆ, corona, mas de espinas, hay allĆ.
Si le busco, si le sigo,
ĀæcuĆ”l serĆ” su don?
Del pecado, del infierno, redenciĆ³n.
Si le pido que me salve,
Āæme recibirĆ”?
Puesto que por ti Ćl ha muerto, salvarĆ”.
128
Mateo 28.19; Marcos 16.15; Lucas 24.47
Ve, cristiano, y predica
de JesĆŗs, tu Salvador.
SĆ, ve a todos y explica
el mensaje de su amor.
c
SĆ, irĆ© a predicarles
el santo y bendito evangelio.
SĆ, irĆ© a explicarles
el mensaje de su amor.
Diles que ellos son culpables;
que Ā«ya condenadosĀ» son.
Y con tonos muy amables,
diles de la salvaciĆ³n.
Diles de celestes goces
por la sangre de JesĆŗs,
que con penas tan atroces
derramĆ³ en la cruenta cruz.
Diles que ha resucitado,
que glorificado estĆ”,
que un hogar ha preparado
do mƔs muerte nunca habrƔ.
Diles que muy pronto viene,
y que grande galardĆ³n
reservado Cristo tiene
para los que salvos son.
129
Lucas 1.79; Mateo 28.18 al 20
Ved los millones que entre las tinieblas
yacen perdidos, sin un Salvador.
ĀæQuiĆ©n, quiĆ©n irĆ” las nuevas proclamando,
que por JesĆŗs Dios salva al pecador?
c
Ā«Todo poder mi Dios me dio;
ahora, a mis siervos mando Yo.
Id al mundo y proclamad el evangelio;
Y estoy con vosotros siempreĀ».
Ā«A mĆ venidĀ», la voz divina llama.
Clamad: Ā«VenidĀ», en nombre de JesĆŗs.
Para salvarnos de la muerte eterna
su vida Ćl ofreciĆ³ en dura cruz.
Que venga pronto el dĆa tan glorioso
cuando los redimidos se unirƔn
en coro excelso, santo y jubiloso;
eternamente gloria a Dios darƔn.
130
Mateo 11.28; Apocalipsis 22.17
Ā«Ven, ven a mĆĀ»; en tonos de amor
a ti te llama el tierno Salvador.
Ā«Con los pecados agobiĆ”ndote,
ven, ven a mĆ, descanso te darĆ©Ā».
c
Ā«Ā”Ven, ven a mĆ! Ā”Oh ven, ven a mĆ!
Ven, ven a mĆ, descanso te darĆ©,
paz Yo te darĆ©, paz Yo te darĆ©Ā».
Ā«Cansado con la lucha de dolor
en esta vida, pobre pecador,
tus dudas y tristezas quitarƩ.
Ven, ven a mĆ, y la paz Yo te darĆ©Ā».
Desanimado, lleno de temor,
sin conocer que Dios es amor,
no temas mƔs; acƩrcate con fe.
Ā«Ven, y la vida eterna te darĆ©Ā».
Ā«Descanso y paz y vida perennal
a ti ofrezco, y de todo mal
del triste mundo Yo te librarƩ,
y goces cĆ©licos Yo te darĆ©Ā».
131
NĆŗmeros 10.29; Romanos 9.23; Hebreos 11.10,14, 12.22 al 24
Venid, pecadores, que Dios por su amor
al cielo nos llama, que es patria mejor,
do nunca la aurora perdiĆ³ su fulgor;
do brilla la gloria del Dios Creador.
c
SĆ, sĆ, Ā”venid, oh venid!
Al cielo nos llama, que es patria mejor.
Dejemos, hermanos, aparte el dolor;
que arriba en los cielos, el mundo cantor
de espĆritus puros proclama SeƱor
a Cristo, Dios-Hombre,
el gran Redentor.
Trabajas y sufres aquĆ, pecador;
el pan de que comes regĆ³ tu sudor.
Mas Dios te reserva por suerte mejor
primicias celestes de eterno valor.
132
Ezequiel 18.31; Apocalipsis 22.17; Santiago 4.14
Ā”Volveos, volveos! Āæpor quĆ© morirĆ©is?
Pues Dios ya se acerca con gracia y favor.
JesĆŗs os convida, Āæpor quĆ© no vendrĆ©is?
y lucha el EspĆritu con incansable amor.
RendĆos, rendĆos, de Dios a la voz,
el bien ofrecido anhelantes buscad.
La sangre preciosa que Cristo vertiĆ³,
perdĆ³n nos ofrece, consuelo y solaz.
La vida se pasa cual humo sutil;
muy pronto JesĆŗs viene y no tardarĆ”.
A todos los suyos conduce al redil;
los malos empero arrojados serƔn.
Venid, pues, ahora, buscando la luz,
venid a la patria del Dios de verdad.
Marchemos constantes en pos de JesĆŗs,
y al fin en el cielo veremos su faz.
133
Salmo 69.4; Romanos 4.5; Hebreos 10.14
Yo confĆo en JesĆŗs,
y salvado soy.
Por su muerte en triste cruz
a la gloria voy.
c
Todo fue pagado ya,
nada debo yo.
SalvaciĆ³n perfecta da
quien por mĆ muriĆ³.
Todo hizo mi SeƱor,
me salvĆ³ sĆ³lo Ćl.
Con ternura y gran amor,
Ćl me guarda fiel.
Mi perfecta salvaciĆ³n
eres TĆŗ, JesĆŗs;
mi completa redenciĆ³n,
mi gloriosa luz.
En el cielo te verƩ,
tierno Salvador;
tu presencia gozarƩ,
Ā”oh JesĆŗs, SeƱor!
134
Salmo 1.6; Lucas 7.50
Yo quisiera cantar sin cesar, y honrar
a JesĆŗs, mi amado Salvador,
quien me hizo pensar que debĆa dejar
para siempre la senda del error.
c
Ā”Mi Salvador! Ā”Mi Salvador!
Te alabo, mi Rey y SeƱor.
A JesĆŗs acudĆ, el perdĆ³n recibĆ,
y ahora feliz estoy en Ćl.
Ćl me dijo: Ā«Ten fe, Yo contigo estarĆ©,
y de toda maldad te guardarĆ©Ā».
ServirĆ© a JesĆŗs, predicando la luz,
y gozoso con Ćl yo vivirĆ©.
Ćl me da protecciĆ³n y gratuita salvaciĆ³n;
en la lucha yo firme quedarƩ.
135
Apocalipsis 22.1 al 4
Ā”A la luz, a la luz,
al encuentro de JesĆŗs!
Ā”CuĆ”nto mi alma le desea!
Ā”Oh, quĆ© gozo cuando vea
quien por mĆ sufriĆ³ en la cruz!
Pronto haz, pronto haz,
Cristo, PrĆncipe de paz,
que con todos los salvados,
por tu sangre rescatados,
yo contemple allĆ tu faz.
Ā”Dulce son, dulce son
de los Ć”ngeles canciĆ³n!
Si las alas yo tuviera
volarĆa a aquella esfera,
a los montes de Sion.
Ā”QuĆ© serĆ”, quĆ© serĆ”,
cuando al cielo entre ya!
do las calles brillan de oro,
me reciba el santo coro.
Ā”CuĆ”nto gozo espera allĆ”!
Ā”Sumo bien, sumo bien,
celestial JerusalƩn!
Fuentes, Ɣrboles de vida,
arpas, dad la bienvenida;
llƩvanos, Dios, a tu EdƩn.
136
Santiago 5.13; IsaĆas 65.24; Lucas 11.9; Apocalipsis 5.8
A Ti, Dios mĆo, en oraciĆ³n,
con mi cuidado terrenal
allĆ©gome, y de corazĆ³n
te manifestarƩ mi mal.
Ā”Oh cuĆ”ntas veces tuve en Ti
refugio de mi tentaciĆ³n!
Y Ā”cuĆ”ntas cosas recibĆ
de Ti, Dios mĆo, en oraciĆ³n!
A Ti, Dios mĆo, en oraciĆ³n,
confiando en tu fidelidad,
elevarĆ© mi peticiĆ³n,
la voz de mi necesidad.
Yo sƩ que escucharƔs allƔ,
que me darĆ”s tu bendiciĆ³n;
que fortaleza me vendrĆ”,
de Ti, Dios mĆo, en oraciĆ³n.
Ahora, oh Dios, en oraciĆ³n
aliento y gozo a mi alma da.
En este mundo de aflicciĆ³n
de orar necesidad habrĆ”.
Mas desde el dĆa en que yo estĆ©
contigo en suma perfecciĆ³n,
mis oraciones cambiarƩ
en una eterna adoraciĆ³n.
137
Hebreos 4.9; 1 Pedro 2.9
A todos los cristianos
ofrece el Salvador
descanso en sus mansiones
de gloria, paz y amor.
Ansiemos presurosos
la oferta a disfrutar;
y pronto viviremos
sin cuitas ni pesar.
c
Alabemos a Dios,
que del mal nos librĆ³
y a gozar con Jesucristo
para siempre nos llamĆ³.
JesĆŗs, el Rey de gloria,
nos llama con afƔn
allĆ” do los salvados
con Dios el Padre estƔn.
Mas hoy debemos todos
luchar hasta vencer,
quitando al enemigo
su cetro y su poder.
JesĆŗs en esta lucha
nos fortalecerĆ”;
su EspĆritu potente
el triunfo nos darĆ”.
Clamemos con fe viva,
pidamos sin cesar
que Cristo victoriosos
nos lleve a descansar.
138
Efesios 3.12; 1 Juan 4.17
A tu presencia, oh Dios bendito,
vengo y proclamo con gran fervor
cuĆ”nta alegrĆa tengo en mi alma,
quƩ dulce calma ya por tu amor.
No mƔs me escondo de tu presencia,
con confianza ya puedo estar.
CesĆ³ mi miedo; de tu mirada
no tengo nada que recelar.
Supe que me amas, puesto que he visto
en Jesucristo prueba sin par
de que, no obstante mi indigna historia,
tengo en tu gloria propio lugar.
Gracia divina en Ti se encuentra,
y se concentra divino amor.
Cristo del cielo vino a salvarme
y pruebas darme de tu favor.
139
Lucas 16.5; Efesios 2.4 al 7
Al acabar la vida aquĆ
en este mundo de pesar,
para gozar en gloria allĆ
y ante Ti, SeƱor, estar,
entonces, sĆ, sabrĆ© mejor
lo que te debo por tu amor.
Al recibir, SeƱor JesĆŗs,
de Ti mi cuerpo celestial,
y ante el trono de la luz
servirte, libre ya del mal,
entonces, sĆ, sabrĆ© mejor
lo que te debo por tu amor.
Al escuchar el dulce son
del himno que te entonarĆ”
en armoniosa perfecciĆ³n
la Iglesia tuya en gloria allĆ”,
entonces, sĆ, sabrĆ© mejor
lo que te debo por tu amor.
TĆŗ me buscaste en tu bondad
y me salvaste por la fe.
Que viva, pues, en santidad
mientras aquĆ en el mundo estĆ©.
AyĆŗdame a mostrar mejor
lo que te debo por tu amor.
140
1 Tesalonicenses 4.17; 2 Tesalonicenses 1.10; 1 Corintios 15.58
Al Salvador rechaza
el mundo pecador,
la sorda muchedumbre
ajena de su amor.
Mas Ćl vendrĆ” glorioso,
el dĆa cerca estĆ”;
aquel dĆa majestuoso llega ya.
c
De los dĆas el mĆ”s bello,
del tiempo el principal;
poco tarda su llegada
con triunfo celestial.
De alegrĆa pura, colmo
al siervo leal y fiel,
ha de ser el dĆa grande de Emanuel.
AlumbrarĆ” los cielos
glorioso resplandor,
mas brillarĆ” la Iglesia
con gloria superior.
Y al Salvador divino
todo ojo mirarĆ”
en el dĆa majestuoso que vendrĆ”.
Ya no tendremos pruebas,
ni culpas, ni pesar,
mas grande regocijo
y eterno bienestar.
Seremos semejantes
a nuestro Redentor
en el dĆa majestuoso de esplendor.
Acerque el bello dĆa
el fiel y fuerte amor
de los que consagramos
la fuerza a su labor.
Busquemos al perdido
por Cristo, el buen Pastor,
para el dĆa majestuoso de su amor.
141
Ćxodo 13.21, 17.6; JosuĆ© 4.23; Hebreos 11.26
Ā”Alma mĆa! Dios te llama;
oh, no dejes de acudir.
Con su poderosa mano
el camino te ha de abrir.
Ćl ha roto la cadena,
ya de Egipto salvo estƔs;
libertado de la pena
con tu Dios caminarƔs.
El desierto estĆ” delante
— triste, seca soledad —
mas de la celeste fuente
beberƔs en libertad.
Luz divina te rodea
y tus pasos guiarĆ”.
Tras la noche y la pelea,
hay la paz que durarĆ”.
ĀæSon de Egipto los placeres
para ti sĆ³lo ilusiĆ³n?
El SeƱor de sus tesoros
saciarĆ” tu corazĆ³n.
Si el camino fuese largo,
sostendrate su virtud;
como el Ɣguila renueva
fuerzas de tu juventud.
Cuando al fin de tus desvelos
entres en tu posesiĆ³n,
y ese amor allĆ celebres
en la celestial mansiĆ³n,
quien allĆ” te habrĆ” guiado,
conocido te ha de ser;
de su amor bien comprobado
vas la gloria pronto a ver.
142
Romanos 12.2; Filipenses 3.14
Anhelando amor perfecto,
paz, pureza y santidad,
a tus plantas, con fe plena,
Ā”heme aquĆ, Dios de bondad!
c
Cual ofrenda me consagro,
constreƱido por tu amor;
cuerpo, espĆritu y alma
doy a Ti, mi Salvador.
Tuyo sĆ³lo sea yo, SeƱor.
Ya vencido por tu gracia,
hoy me rindo a Ti, JesĆŗs.
Redimido por tu sangre,
soy trofeo de tu cruz.
Toma, oh Cristo, lo que es tuyo;
pon tu sello sobre mĆ:
que tu semejanza tenga,
y te glorifique aquĆ.
143
Juan 10.28; Filipenses 3.9
Aunque fƔlteme la fe,
Cristo me tendrĆ”.
Aunque el diablo bĆŗsqueme,
Cristo me tendrĆ”.
c
Cristo me tendrĆ”,
salvo me tendrĆ”.
Es tan grande su poder,
siempre me tendrĆ”.
No cual yo le tengo a Ćl,
Cristo me tendrĆ”.
DĆ©bil soy y no muy fiel,
mas Ćl me tendrĆ”.
Soy objeto de su amor,
Cristo me tendrĆ”;
y me gozo en su favor,
Cristo me tendrĆ”.
Ya jamƔs me perderƩ,
Cristo me tendrĆ”.
Pues su vida le costƩ,
y Ćl me sostendrĆ”.
144
Habacuc 3.2; Oseas 6.3; Salmo 63.1
AvĆvanos, SeƱor. Sintamos el poder
del Santo EspĆritu de Dios
en todo nuestro ser.
c
AvĆvanos, SeƱor,
con nueva bendiciĆ³n;
inflama el fuego de tu amor
en cada corazĆ³n.
AvĆvanos, SeƱor; tenemos sed de Ti.
La lluvia de tu bendiciĆ³n
derrama ahora aquĆ.
AvĆvanos, SeƱor; despierta mĆ”s amor,
mĆ”s celo y fe en tu pueblo aquĆ
en bien del pecador.
145
Salmo 42.1, 73.25; Hebreos 6.19,20
Braman vientos, rugen mares
con furiosa tempestad.
Cristo a Ti mi alma clama, a Ti, no mƔs.
Cristo a Ti mi alma clama, a Ti, no mƔs.
Lazos miles echa el diablo,
siempre astuto y audaz.
DĆa y noche en Ti confĆo, en Ti, no mĆ”s.
DĆa y noche en Ti confĆo, en Ti, no mĆ”s.
Este mundo es engaƱoso,
brillo falso y fugaz.
Da JesĆŗs eterno gozo; JesĆŗs, no mĆ”s.
Da JesĆŗs eterno gozo; JesĆŗs, no mĆ”s.
Siento mucho mi pecado,
me acusa SatanƔs.
Cristo es mi abogado; Cristo, no mƔs.
Cristo es mi abogado; Cristo, no mƔs.
En los tristes nubarrones,
ĀæquiĆ©n verĆ” de Dios la faz?
ĀæQuiĆ©n defenderĆ” mi causa? Cristo, no mĆ”s.
ĀæQuiĆ©n defenderĆ” mi causa? Cristo, no mĆ”s.
Cuando entre a la patria,
disfrutando eterna paz,
al SeƱor serĆ” la gloria, a Ćl no mĆ”s.
Al SeƱor serĆ” la gloria, a Ćl no mĆ”s.
146
Salmo 95.1, 71.18; Colosenses 3.16
Canta, oh buen cristiano;
dulce es el cantar,
hace el camino llano
y quita el pesar.
Canta en las noches tristes,
canta en la clara luz;
almas asĆ salvadas
cantan de JesĆŗs.
Canta, oh buen cristiano,
lleno tu corazĆ³n;
himnos lo hacen sano,
y del cielo son.
Tanto hay en este mundo
de angustias y dolor,
canta el amor profundo
de tu Salvador.
Canta, oh buen cristiano;
Dios guardarĆ” tus pies,
y Ćl sostendrĆ” tu mano
hasta la vejez.
ĀæSabes que al diablo invitas
cuando medroso estƔs?
Pon ante Dios tus cuitas
y Ćl darate paz.
147
1 Corintios 13.1; Efesios 3.19
ConcĆ©deme, JesĆŗs, poder
y gracia para comprender
cuƔn dulce es el amar.
Hazme, SeƱor, con santidad
del cielo la felicidad
aun aquĆ gozar.
La santa sed inspĆrame
de conocerte a Ti. SabrƩ
entonces el poder
de tu perfecta salvaciĆ³n,
y gozarĆ” mi corazĆ³n
de celestial placer.
Ā”Oh! santifĆcame, SeƱor,
mi alma llena de tu amor.
PermĆteme oir
tu voz, tu rostro contemplar,
tus perfecciones admirar,
y asĆ por Ti vivir.
148
IsaĆas 41.10; Salmo 23.4, 56.4
Conmigo queda, oscurece ya,
y densa noche luego caerĆ”.
Me dejan otros, clamo pues a Ti.
Ā”AmpĆ”rame, SeƱor, oh, queda aquĆ!
Veloz la vida pasa a su final;
se desvanece lo que es terrenal;
gran decaimiento alrededor se ve.
Ā”Oh, TĆŗ que nunca cambias, quĆ©date!
Te necesito cada dĆa mĆ”s;
tu gracia vence al tentador audaz.
A no ser TĆŗ, ĀæquiĆ©n me soportarĆ”?
Ā”JesĆŗs, ayudador, conmigo estĆ”!
A nadie temo, si conmigo estƔs;
tristeza y llanto pronto quitarƔs;
la tumba pierde todo su terror.
Ā”Conmigo queda, pues, oh Salvador!
Delante ponte; luz y guĆa sĆ©.
Ā”Oh, resplandece y dirĆgeme!
Ya amanece, sombras dejo atrƔs
morir no temo si conmigo estƔs.
149
Judas 3; 2 Timoteo 2.12; Hebreos 10.23, 12.14 14
Contendamos, jĆ³venes, por la fe,
aunque brame el mundo con SatanƔs.
En la lucha nunca nos vencerƔn,
pues JesĆŗs nos guardarĆ”.
c
Si sufrimos aquĆ, reinaremos allĆ
en la gloria celestial.
Si llevamos la cruz por amor de JesĆŗs,
la corona Ćl nos darĆ”.
No seamos tibios de corazĆ³n,
ni dejemos nunca el primer amor.
Mantengamos firme la profesiĆ³n
de la fe en el Salvador.
Procuremos todos la santidad,
sin la cual ninguno verƔ al SeƱor.
Gozo, paz y eterna felicidad
Cristo ofrece al vencedor.
150
Salmo 34.1; 2 Timoteo 1.8
Cristiano, alaba a tu SeƱor,
proclama sus bondades.
Anuncia a todos su favor,
su gracia y sus verdades.
c
Alaba siempre,
alaba al Salvador.
Canta, Ā”oh! canta
la historia de su amor.
Las nuevas de la salvaciĆ³n
declara al angustiado.
Ensalza siempre con canciĆ³n
a Aquel que te ha salvado.
Con fe, constancia y gran valor
sƩ siempre buen testigo.
Dirige el triste pecador
a Cristo, el fiel amigo.
En todo tiempo, sin temor,
confiesa a Jesucristo.
No te avergĆ¼ences del SeƱor,
que en cruz por ti ha sufrido.
151
Hebreos 13.8; MalaquĆas 3.6
Cristo es todo para mĆ,
en calma y tempestad;
Ćl es mi gozo, vida y paz,
camino y verdad.
Y cuando mi alma triste estƩ,
su gran consuelo yo tendrƩ;
es siempre el mismo amigo
el SeƱor JesĆŗs.
Cristo es todo para mĆ
en prueba y tentaciĆ³n;
en su poder yo vencerƩ
la fuerza de SatƔn.
En tiempo de debilidad
encuentro en Ćl seguridad;
es siempre el mismo amigo
el SeƱor JesĆŗs.
Cristo es todo para mĆ;
disfruto de su amor.
Feliz en Ćl no temerĆ©,
me cuida mi SeƱor.
Y cuando en valle oscuro estƩ,
confiadamente yo andarƩ;
es siempre el mismo amigo
el SeƱor JesĆŗs.
152
Salmo 121; Deuteronomio 31.6; Hechos 23.11 Hebreos 13.5
Cristo estĆ” conmigo, quĆ© consolaciĆ³n;
su presencia quita todo mi temor.
Tengo la promesa de mi Salvador:
Ā«No te dejarĆ© nunca;
siempre contigo estoyĀ».
c
No tengo temor, no tengo temor.
JesĆŗs me ha prometido:
Ā«Siempre contigo estoyĀ».
No tengo temor, no tengo temor.
JesĆŗs me ha prometido:
Ā«Siempre contigo estoyĀ».
Fuertes enemigos siempre cerca estƔn;
Cristo estƔ mƔs cerca;
guƔrdame del mal.
Ā«Ten valorĀ», me dice, Ā«soy tu ayudador.
No te dejarƩ nunca;
siempre contigo estoyĀ».
El que guarda mi alma nunca dormirĆ”.
Si mi pie resbala, Ćl me sostendrĆ”.
En mi vida diaria Ćl es mi guardador.
Ā”Oh quĆ© fiel su palabra!
Ā«Siempre contigo estoyĀ».
153
Filipenses 4.7; Romanos 15.13
Cual la mar hermosa es la paz de Dios,
fuerte y gloriosa, es eterna paz;
grande y perfecta, premio de la cruz,
fruto del Calvario, obra de JesĆŗs.
c
Descansando en Cristo
siempre paz tendrƩ.
En JehovĆ” confiando,
nada temerƩ.
En el gran refugio de la paz de Dios
nunca hay molestias, es perfecta paz;
nunca negra duda, pena ni pesar,
vejaciones crueles, pueden acosar.
Toda nuestra vida cuidarĆ” JesĆŗs;
Cristo nunca cambia, Ćl es nuestra paz.
Fuertes y seguros en el Salvador,
siempre moraremos en su grande amor.
Oh, SeƱor amado, TĆŗ nos das quietud;
por tan gran reposo, tengo gratitud.
Haznos conocerte, te amaremos mƔs;
sĆ© TĆŗ nuestro dueƱo, PrĆncipe de paz.
c
Descansando en Cristo,
tengo siempre paz.
En JehovĆ” confiando,
hallo gran solaz.
154
1 Corintios 3.14; 1 Tesalonicenses 1.3; Juan 4.36
Cual las estrellas que por la maƱana
siempre se pierden del sol al fulgor,
pasar quisiera yo asĆ de este mundo,
bien recordado por obras de amor.
c
SĆ, recordado, bien recordado,
bien recordado por obras de amor.
Pasar quisiera yo asĆ de este mundo,
bien recordado por obras de amor.
ĀæEn la cosecha que obreros recogen
se olvidarĆ” la pasada labor?
No, pues cuando ellos
los campos despojen,
se acordarƔn de mis obras de amor.
Toda verdad en la vida sembrada,
cual la semilla del buen sembrador,
ha de quedar, y —la vida pasada—
se acordarƔn de mis obras de amor.
Muy pronto viene en las nubes del cielo
para buscar a su Iglesia el SeƱor;
y a todo siervo que fiel se ha mostrado
Ćl premiarĆ” por sus obras de amor.
155
1 Tesalonicenses 1.9,10, 4.16; Job 14.14,15; 1 Corintios 15.23, 58
Cuando la trompeta del SeƱor
se toque, la final,
con fulgor apunte el dĆa eternal,
y los redimidos suban
a su casa celestial,
cuando allƔ se pase lista yo estarƩ.
c
Cuando allĆ” se pase lista,
cuando allĆ” se pase lista,
cuando allĆ” se pase lista,
cierto estoy que por su gracia allĆ estarĆ©.
Cuando todas sombras huyan
en la gran resurrecciĆ³n
de los muertos en JesĆŗs sin corrupciĆ³n,
y en las nubes al SeƱor reciban,
Ā”quĆ© consolaciĆ³n!
Cuando allƔ se pase lista yo estarƩ.
Trabajar es mi deseo sin
cesar por el SeƱor,
siempre hablando de su gracia
y de su amor.
Cuando acabe aquĆ mi obra y me llame
el Salvador,
cuando allƔ se pase lista yo estarƩ.
156
Salmo 30.5,11; Juan 13.1; Apocalipsis 19.7
Cuando venga Cristo no habrĆ” dolor;
cuando venga Cristo no habrĆ” temor.
Por los suyos viene Cristo el SeƱor,
pues siempre los amarĆ”.
c
Pues siempre los amarĆ”,
pues siempre los amarĆ”.
A los suyos viene a recoger,
pues siempre los amarĆ”.
Todo llanto cesa al venir JesĆŗs,
y la vida acrece al venir JesĆŗs.
Por dolor el canto, por nubes luz,
pues siempre los amarĆ”.
Al venir JesĆŗs no habrĆ” mĆ”s morir,
al venir JesĆŗs no habrĆ” mĆ”s gemir.
Y de todo mal viene a redimir,
pues siempre los amarĆ”.
Ā”Oh, quĆ© gozo habrĆ” al venir JesĆŗs!
Pues despertarĆ”, al albor de luz,
a los nuestros, y los traerĆ” JesĆŗs,
pues siempre los amarĆ”.
157
Colosenses 3.17; 1 Corintios 13.13; 1 Pedro 5.7
De JesĆŗs el nombre guarda,
heredero del afƔn.
Dulce harĆ” tu copa amarga;
tus afanes cesarƔn.
c
Suave luz, manantial
de esperanza, fe y amor.
Sumo bien celestial
es JesĆŗs el Salvador.
De JesĆŗs el nombre estima,
Ćl es siempre fuerte y fiel.
Alma dƩbil, combatida,
hallarĆ”s asilo en Ćl.
De JesĆŗs el nombre ensalza,
cuyo sin igual poder
del sepulcro nos levanta,
renovando nuestro ser.
158
Mateo 9.36, 18.10 al 14; Ezequiel 34.22
De ovejas cuƔntas vagan;
del redil muy lejos van.
En la montaƱa triste
con frĆo y hambre estĆ”n;
o en tenebroso bosque,
en medio del zarzal,
o en peƱa peligrosa,
expuestas a gran mal.
c
Vayamos a buscarlas
en el nombre del SeƱor,
y gran gozo habrĆ” para quien podrĆ”
atraerlas al Pastor.
Oh, ĀæquiĆ©n irĆ” a buscarlas,
quiĆ©n, por la compasiĆ³n
de Dios, irĆ” a buscarlas,
do estĆ”n en perdiciĆ³n?
ĀæQuiĆ©n se darĆ” molestias,
quiƩn sufrirƔ dolor
por gozo de encontrarlas,
y traerlas al Pastor?
Felices nos harĆa
el asĆ poder hablar:
Ā«Pastor, hemos salido
tus ovejas a buscar;
y lejos las hallamos,
despuƩs de pruebas mil,
y aquĆ te las traemos,
que estĆ©n en tu redilĀ».
159
1 Pedro 2.24, 5.7; Salmo 55.22
DejĆ© todas mis cuitas a JesĆŗs,
quien llevĆ³ mis pecados en la cruz,
el magnĆfico dĆa en que por fe
en la cruz por salvarme le mirƩ,
y la carga terrible de mi alma Ćl quitĆ³
y su voz tan suave mi dolor disipĆ³.
DejƩ todas mis cuitas al SeƱor,
porque quita a las penas su amargor,
y las lƔgrimas dora del mortal,
con su tierna sonrisa celestial.
El desierto miramos que se torna en vergel,
cuando en su camino vamos confiados en Ćl.
DejƩ todas mis cuitas al SeƱor;
de mi siempre benigno protector
en el puerto seguro al fin anclƩ,
y reposo en sus aguas encontrƩ.
Tengo en Ćl mis consuelos, es mi guĆa, mi luz,
y mi espĆritu encontrĆ³ la paz en JesĆŗs.
Ā”Oh! ven con tus cuitas al SeƱor,
alma martirizada de dolor,
a su lado la dicha lograrƔs,
y librada de angustias vivirƔs.
En su amor tan caro hay lugar para ti;
y perfecto amparo, oh alma, tienes allĆ.
160
Juan 10.11; Salmo 116.12; GƔlatas 2.20
Del trono celestial
al mundo descendĆ;
sed, hambre padecĆ,
cual mĆsero mortal.
Y todo fue por ti;
ĀæquĆ© has hecho tĆŗ por mĆ?
Mi sangre derramƩ,
y en mi agonĆa cruel
bebĆ vinagre y hiel.
Mi lecho una cruz fue,
y todo fue por ti;
ĀæquĆ© sufres tĆŗ por mĆ?
Por darte salvaciĆ³n
sufrĆ por ti, morĆ.
Tu sustituto fui,
llevĆ© la maldiciĆ³n.
Y todo fue por ti;
ĀæquĆ© has dado tĆŗ por mĆ?
Del Padre celestial
cumplida bendiciĆ³n,
la eterna salvaciĆ³n,
la dicha perennal,
te doy de gracia a ti.
No dudes, ven a mĆ.
161
Salmo 57.8, 103.1; Efesios 5.14; Lucas 24.53
Ā”DespiĆ©rtate, mi corazĆ³n!
Bendice a tu SeƱor,
cantando en himnos de loor
que Dios es Dios de amor.
Inmenso amor, amor sin fin,
que quiso Dios mostrar,
buscando al pobre pecador,
dispuesto a perdonar.
c
Ā”DespiĆ©rtate, mi corazĆ³n!
y alaba, alaba al Salvador,
cantando en himnos de loor
que Dios es Dios de amor.
Amor que quiso quebrantar
a Cristo en mi lugar;
amor que quiso en dura cruz
su sangre derramar.
Amor que busca hasta encontrar
al pobre pecador;
amor divino, amor sin par,
amor del Salvador.
Comprado a precio tan real,
la sangre del SeƱor,
ĀædĆ³nde hallarĆ© con quĆ© pagar
tal gracia, tal amor?
SĆ, su bondad excede aĆŗn,
dignƔndose tambiƩn
tenerme a mĆ cercano a sĆ
siempre jamƔs. AmƩn.
162
1 Tesalonicenses 1.9,10; 1 Juan 4.4
DespuƩs de contemplar la cruz,
mis Ćdolos dejĆ©;
camino nuevo yo emprendĆ,
y dicha allĆ encontrĆ©.
c
Va bien, va bien,
va bien con los salvos, bien.
Lo sĆ© por cierto, es asĆ:
va bien, con los salvos, bien.
De Egipto escapar logrƩ,
a CanaƔn me voy.
El Salvador mi guĆa es;
confiado en Ćl estoy.
Cuando a tentarme SatanƔs
su sutileza emplea,
confĆo sĆ³lo en el SeƱor,
y gano la pelea.
En hora de oscuridad
en Dios yo confiarƩ,
pues su promesa firme estĆ”:
Ā«Yo no te dejarĆ©Ā».
DespuƩs de terminar la lid
al cielo subirƩ.
AllĆ esperando Cristo estĆ”,
y en gloria vivirƩ.
163
Salmo 85.10; 1 Juan 1.5, 4.8; Hechos 7.55
El amor de Dios es grande;
no podrƔ jamƔs cesar;
mƔs aumenta, mƔs se expande
cuanto mƔs le dan lugar.
A pesar de ser tan santo,
da perdĆ³n al pecador,
y el vigor de nuestra vida
nos es dado en ese amor.
DemostrĆ³ la cruz de Cristo
que era Dios un Dios de amor
y de luz, que allĆ se ha visto
esplendente cual albor.
La eternal justicia hallaba
en la cruz satisfacciĆ³n,
a la par que Dios mostraba
su clemente corazĆ³n.
Ā”Oh quĆ© triunfo mĆ”s brillante!
En el cielo un hombre entrĆ³,
y es allĆ” representante
de su pueblo a quien salvĆ³.
Santo amor fue revelado
por el hecho de la cruz,
y JesĆŗs ha demostrado
su justicia en plena luz.
SĆ, descansan los creyentes,
viendo en gloria a su SeƱor.
Paz y gozo permanentes
tienen por su fiel amor.
Y los fuertes eslabones
—simpatĆa y comuniĆ³n—
unen ya sus corazones
con los que de Cristo son.
164
Salmo 19.2 145.2; Daniel 2.44
El dĆa que diste, SeƱor, se acaba
y cae de noche la oscuridad.
Con himnos de loores a Ti principiaba,
y ahora celebran de Ti la bondad.
Las gracias te damos que toda tu Iglesia,
cual gira el mundo en su luz solar,
por toda la tierra continua vigilia
de dĆa y de noche ya puede guardar.
En cada comarca, paĆs, continente,
en tanto el sol otro dĆa trae,
las sĆŗplicas se oyen del alma creyente;
tambiƩn alabanza que no se decae.
El sol, que al dejarnos al sueƱo nos llama,
despierta a hermanos de mƔs allƔ.
AsĆ de hora en hora sin fin se proclama
tu gloria divina que no pasarĆ”.
Imperios potentes el mundo ha perdido;
se van sus glorias y majestad;
mas tu excelso reino con los que han creĆdo,
sus glorias retiene por la eternidad.
165
1 Reyes 10.6; 2 Timoteo 2.13; 1 Juan 3.21
Ā”El SeƱor no me engaƱa!
Es muchĆsimo mejor
que el concepto mƔs sublime
que tenĆa del SeƱor.
Cuanto mƔs yo le conozco,
tanto mƔs le encuentro fiel,
y deseo que los otros
vengan a creer en Ćl;
y deseo que los otros
vengan a creer en Ćl.
Ā”El SeƱor no me engaƱa!
Del pecado me salvĆ³
y de toda la tristeza
que mi espĆritu oprimiĆ³
su presencia me ha librado,
y su beso que me da
me asegura que por siempre
su amor no cesarĆ”;
me asegura que por siempre
su amor no cesarĆ”.
Ā”El SeƱor no me engaƱa!
Otra vez Ćl volverĆ”,
y mi corazĆ³n me indica
que el dĆa cerca estĆ”.
Este mundo, dice el hombre,
ningĆŗn cambio sufrirĆ”.
Cristo dice: Ā«Vengo en breveĀ»,
y seguridad me da.
Cristo dice: Ā«Vengo en breveĀ»,
y seguridad me da.
Ā”El SeƱor no me engaƱa!
Todo en todo Ćl me es:
Salvador, quien santifica,
mƔs precioso cada vez.
Tiene Ćl ya mis afectos,
suple mi necesidad.
Ā”El SeƱor no me engaƱa!
Es el colmo de bondad.
Ā”El SeƱor no me engaƱa!
Es el colmo de bondad.
166
Hebreos 12.2,28; GƔlatas 2.20
En la dolorosa cruz
padeciĆ³ por mĆ JesĆŗs;
por la sangre que vertiĆ³,
mis pecados Ćl expiĆ³.
LavarĆ” de todo mal
ese rojo manantial,
el que abriĆ³ por mĆ JesĆŗs
en la dolorosa cruz.
c
SĆ, fue por mĆ.
SĆ, fue por mĆ;
fue por mĆ muriĆ³ JesĆŗs
en la dolorosa cruz.
Ā”Oh, quĆ© amor! Ā”quĆ© inmenso amor
revelĆ³ mi Salvador!
La maldad que hice yo,
al Calvario le llevĆ³.
Ahora a Ti mi todo doy,
cuerpo y alma tuyo soy;
mientras permanezca aquĆ,
hazme siempre fiel a Ti.
Yo de Cristo sĆ³lo soy,
a seguirle pronto estoy.
Al bendito Redentor
servirƩ con firme amor;
sea mi alma ya su hogar,
y mi corazĆ³n su altar.
Vida emana, paz y luz,
del Calvario, de la cruz.
167
2 Corintios 1.4; Hebreos 4.15
En mis angustias me ayuda JesĆŗs;
sobre mi alma derrama su luz.
Todos los dĆas consuelo me da,
cada momento conmigo Ćl estĆ”.
c
Cada momento me guardas, SeƱor,
cada momento en tu gracia y tu amor.
Vida abundante yo tengo en Ti;
cada momento TĆŗ vives en mĆ.
Voy ante el trono de gracia con fe;
oye mi voz y mis lƔgrimas ve.
Cristo JesĆŗs en los cielos allĆ,
cada momento se acuerda de mĆ.
Cristo es mi roca, mi libertador;
Ćl es mi escudo, mi gran defensor.
En mi conflicto al SeƱor mirarƩ
cada momento, y salvado serƩ.
168
Filipenses 1.23; 1 Juan 3.2; 1 Corintios 13.12; 2 Corintios 3.18
En presencia estar de Cristo,
ver su rostro, ĀæquĆ© serĆ”?
cuando al fin en pleno gozo
mi alma le contemplarĆ”.
c
Cara a cara espero verle
mƔs allƔ del cielo azul.
Cara a cara en plena gloria,
yo verĆ© al SeƱor JesĆŗs.
SĆ³lo tras oscuro velo
hoy le puedo aquĆ mirar,
mas ya pronto viene el dĆa
que su gloria ha de mostrar.
Ā”CuĆ”nto gozo habrĆ” con Cristo
cuando no haya mƔs dolor,
cuando cesen los peligros
y ya estemos en su amor!
Cara a cara, Ā”cuĆ”n glorioso
ha de ser asĆ vivir!
Ā”Ver el rostro de quien quiso
nuestras almas redimir!
169
GĆ©nesis 24.65; Efesios 5.25 al 27; Juan 14.3; Apocalipsis 3.4
En tristeza y tempestades una luz se ve;
es de Cristo la promesa: Ā«Pronto volverĆ©Ā».
En la luz, la paz, la gloria del celeste hogar
Ćl me espera y apareja para mĆ lugar.
Largo tiempo me ha guiado en el mundo aquĆ,
mas ya veo la morada lista para mĆ.
Y Ćl en medio de la gloria no se olvidarĆ”
de mi nombre, pues grabado en su mano estĆ”.
Ni la mĆŗsica del cielo es tan dulce son
como las pisadas mĆas a su corazĆ³n.
Ni la gloria de los cielos se completarĆ”
mientras que su amada esposa aĆŗn ausente estĆ”.
ĀæQuiĆ©n es Ć©ste que a encontrarme viene en grande amor,
cual estrella de maƱana, de la luz albor?
Es Aquel que en cruz cruenta padeciĆ³ una vez;
aun en gloria le conozco, pues el mismo es.
Ā”CuĆ”n bendito es el encuentro, el desierto atrĆ”s,
y el estar en su presencia sin salir jamƔs!
Ćl, en toda su hermosura, yo, por su favor,
compartiendo de su Padre plenitud de amor.
Do el pecado no penetra, con Ćl estarĆ©;
y en la santidad perfecta con Ćl andarĆ©,
hecha compaƱera idĆ³nea para el Salvador,
y por siempre mostrarase su inmenso amor.
Ćl, que tuvo la tristeza de la cruz atroz,
yo, que en el desierto oscuro fui de Cristo en pos,
el placer comĆŗn tendremos en la gloria allĆ:
yo al estar en su presencia, y Ćl al verme a mĆ.
170
Salmo 93.4; Marcos 4.39
Es nuestra vida cual vapor
que, navegando sin timĆ³n,
contra las olas de terror
camina a eterna perdiciĆ³n.
Sobre la mar que tan feroz
agĆtase con gran pavor,
en tonos claros una voz
estĆ” clamando con amor.
c
Socorro hay y salvaciĆ³n
de la tormenta y tempestad;
pues es JesĆŗs por su pasiĆ³n
camino, vida, luz, verdad.
El nƔufrago en su gran temor,
la noche acercƔndose,
desesperado con terror
el bote salvavidas ve.
Con rapidez camina ya,
a bordo estĆ” el Salvador
con brazos fuertes a salvar;
del mar y viento es SeƱor.
Se oye un grito: Ā«Ā”SĆ”lvame!
Perezco en aguas del terror;
seguro me refugiarƩ
en la ternura de tu amor.
El ancla mĆa fija estĆ”,
mi Salvador es mi sostƩn.
El cable firme quedarĆ”
en toda furia del vaivĆ©nĀ».
171
Salmo 139.23; 2 Corintios 3.18
EscudriƱa mi corazĆ³n;
a Ti me consagro, JesĆŗs.
ConcƩdeme un santo fervor,
pues mi alma desea, pues mi alma desea,
desea tu luz.
Me postro a tus pies, oh SeƱor.
El mundo nada es para mĆ;
ĀæquĆ© vale su gloria o placer?
HallƩ mi tesoro, hallƩ mi tesoro,
tesoro en Ti.
Confiado me entrego a Ti,
Ā”oh limpia TĆŗ mi corazĆ³n!
TransfĆ³rmalo, mi Salvador;
TĆŗ sĆ³lo lo puedes, TĆŗ sĆ³lo lo puedes,
potente SeƱor.
SeƱor, recibĆ tu perdĆ³n,
tu gozo y tu paz por la fe.
Contigo soy ya vencedor.
Ā”Aleluya al SeƱor! Ā”Aleluya al SeƱor!
a Cristo, el SeƱor.
172
Salmo 60.4; 1 Corintios 15.58
Ā”Estad por Cristo firmes,
soldados de la cruz!
Alzad hoy la bandera
en nombre de JesĆŗs.
Es vuestra la victoria
con Ćl por capitĆ”n;
por Ćl serĆ”n vencidas
las huestes de SatƔn.
c
Ā”Estaos firmes, soldados de la cruz!
Alzad hoy la bandera
en nombre, en nombre de JesĆŗs.
Ā”Estad por Cristo firmes,
hoy llama a la lid!
Con Ćl, pues, a la lucha,
soldados todos id.
Probad que sois valientes
luchando contra el mal.
ĀæEs fuerte el enemigo?
Pues Cristo es sin igual.
Ā”Estad por Cristo firmes!
Las fuerzas son de Ćl;
el brazo de los hombres
jamƔs seraos fiel.
VestĆos la armadura,
velad en oraciĆ³n;
deberes y peligros
demandan mĆ”s tesĆ³n.
Ā”Estad por Cristo firmes!
Bien poco durarĆ”
la lucha de batalla,
victoria viene ya.
Y a aquel que al fin venciere
corona se darĆ”;
Ć©l, con el Rey de gloria,
por siempre reinarĆ”.
173
Mateo 26.32, 28.19; Hechos 1.8; Efesios 6.11
Firmes y adelante, huestes de la fe,
sin temor alguno, que JesĆŗs nos ve.
Jefe soberano, Cristo al frente va,
y la regia enseƱa tremolando estƔ.
c
Firmes y adelante, huestes de la fe;
sin temor alguno, que JesĆŗs nos ve.
MuƩvese potente la Iglesia de Dios;
de los ya gloriosos marchamos en pos.
Somos sĆ³lo un cuerpo, y uno es el SeƱor;
una la esperanza, y uno nuestro amor.
Tronos y coronas pueden perecer;
de JesĆŗs la Iglesia constante ha de ser.
Nada en contra suya prevalecerĆ”,
porque la promesa nunca faltarĆ”.
174
Romanos 8.31; Mateo 24.35
Gozaos en el SeƱor,
que todo bien nos da,
pues Ćl por vosotros estĆ”.
Redimidos por su sangre,
Āæde quĆ© tenĆ©is temor,
siendo JesĆŗs el Redentor?
c
Si Dios es por nosotros,
si Dios es por nosotros,
si Dios es por nosotros,
ĀæquiĆ©n serĆ” en contra?
ĀæQuiĆ©n, quiĆ©n, quiĆ©n?
ĀæQuiĆ©n serĆ” en contra de nosotros?
SƩ fuerte en el SeƱor,
ceƱido de poder,
sin Ćl nada puedes hacer.
Aunque vengan tentaciones,
sƩ firme para el bien,
y Cristo te serƔ el sostƩn.
Confiad en el SeƱor,
que su promesa es fiel,
constante y segura cual Ćl.
Pues asĆ lo ha dicho Dios:
Ā«Aun la tierra pasarĆ”,
mas mi palabra quedarĆ”Ā».
Estad en el SeƱor,
gozaos en su bondad;
en Ćl sĆ³lo hay seguridad.
De su mano arrebatar,
al que en Ćl confĆa ya,
nunca jamƔs permitirƔ.
175
Colosenses 1.27; 1 Pedro 5.10; Judas 24
Gozo tenemos por Cristo JesĆŗs,
felicidad mediante su cruz;
puras delicias andando en la luz,
y gozaremos de gloria sin par.
c
Gloria sin par, con el SeƱor;
gloria sin par, por su favor;
vamos muy pronto al cƩlico hogar,
do gozaremos de gloria sin par.
Gracia gozamos y santo favor,
misericordia de nuestro SeƱor.
Paz disfrutamos por su grande amor,
y gozaremos de gloria sin par.
Gloria serĆ” nuestro Salvador ver,
gloria con Ćl siempre permanecer.
Gloria eternal y constante placer;
sĆ, gozaremos de gloria sin par.
176
1 Corintios 15.1; Salmo 126.3; Apocalipsis 1.5, 5.9
Grato es decir la historia
del celestial favor,
de Cristo y de su gloria,
de Cristo y de su amor.
Me agrada referirla,
pues sƩ que es la verdad,
y nada satisface
cual ella mi ansiedad.
c
Ā”QuĆ© bella es esa historia!
Mi tema allĆ” en la gloria
serĆ” la antigua historia
de Cristo y de su amor.
Grato es decir la historia,
mĆ”s Ćŗtil al mortal,
que en gloria y portentos
no reconoce igual.
Me agrada referirla,
pues me hizo mucho bien;
por eso a ti deseo
decĆrtela tambiĆ©n.
Grato es decir la historia,
que, antigua sin vejez,
parece al repetirla
mƔs dulce cada vez.
Me agrada referirla,
pues hay quien nunca oyĆ³
que para hacerlo salvo
el buen Pastor muriĆ³.
Grato es decir la historia;
el que la sabe ya
parece que de oĆrla
sediento aĆŗn estĆ”.
Y cuando el nuevo canto
en gloria entonarƩ,
serĆ” la antigua historia
que en vida tanto amƩ.
177
Cantares 2.16 etc.; Lucas 7.38, 8.35, 10.39
Hay un amigo celestial,
mejor que todo terrenal.
De Dios es Hijo, y a la vez
es mi SeƱor, sĆ, mĆo es.
c
SĆ, mĆo es. Amor me da,
conmigo vive, cerca estĆ”.
En Ćl encuentro encantos mil
y bien lo sĆ© que mĆo es Ćl.
SĆ, mĆo es. Por mĆ muriĆ³;
Ćl del pecado me librĆ³,
y hoy sentƔndome a sus pies
con gozo digo: Ā«MĆo esĀ».
Y cuando en el cielo estƩ,
su gloria toda yo verƩ,
y como nunca ya despuƩs,
podrĆ© cantar que mĆo es.
178
Salmo 23; Hebreos 13.20
JehovĆ” es mi Pastor,
me apacienta con amor,
en sus pastos delicados pacerƩ.
Descansando sin temor
al abrigo del SeƱor,
de las aguas de reposo beberƩ.
c
El SeƱor me pastorea,
nada aquĆ me faltarĆ”.
Junto a Ćl caminarĆ©,
en su brazo confiarƩ.
Nada del amor de Dios me apartarĆ”.
Mi pastor me guardarĆ”,
siempre me confortarĆ”.
Por las sendas de justicia me guiarĆ”.
En el tiempo de dolor
me serĆ” consolador,
en mi corazĆ³n su paz infundirĆ”.
Ā”Oh, cuĆ”n fiel es mi Pastor!
Tan constante es en su amor
que mi copa rebosando siempre estĆ”.
Cuando en valle oscuro estƩ,
mal ninguno temerƩ;
a la casa de mi Dios irƩ a morar.
179
Apocalipsis 21.9; Hebreos 12.22
Ā”JerusalĆ©n celeste!
VisiĆ³n de paz dichosa,
de Cristo santa esposa,
radiante de esplendor.
Su fƔbrica es divina;
son vivos sus sillares,
y de Ɣngeles millares
la ciƱen en rededor.
Ciudad del Rey eterno,
de perlas son sus puertas
continuamente abiertas
al mĆsero mortal.
Y en su recinto moran
los que por fe se elevan
y el sello augusto llevan
del Verbo celestial.
Felices moradores
allĆ perenne canto
profieren al Dios Santo
que de ellos se apiadĆ³.
Y honor y gloria entonan
al inmortal Cordero,
que amante en el madero
por ellos se ofreciĆ³.
Al mismo Cristo amamos,
y al mismo Dios servimos
los que por fe vivimos
ansiando allĆ volar.
Y pronto gozaremos,
pasando sus umbrales,
las dichas eternales
del suspirado hogar.
180
Juan 16.33; Mateo 10.38, 16.24
JesĆŗs, veraz amigo,
contigo salvo estoy,
seguro del peligro,
por siempre, igual que hoy.
No quiero los placeres
que el necio mundo da;
te quiero y tambiƩn quieres
contigo verme allĆ”.
ĀæDĆ³nde es que yo reposo
sino en tu grande amor?
Nadie es tan bondadoso
cual es mi Salvador.
Mis sendas esclareces,
guiando aquĆ mis pies.
De mĆ te compadeces,
pues TĆŗ mis cuitas ves.
ĀæPor quĆ© sentir tristeza?
Tu nombre celestial
serĆ” mi fortaleza
y mi poder cabal.
TomƩ la cruz y sigo
a Ti, mi Redentor,
y siempre irƔn conmigo
tu gracia y tu favor.
En toda mi tristeza,
en toda mi aflicciĆ³n,
JesĆŗs es mi firmeza,
Ćl es mi salvaciĆ³n.
No temo del peligro;
me guarda mi SeƱor.
Ā”Querido y buen amigo,
JesĆŗs mi Salvador!
181
Marcos 16.15; Hechos 10.42,43; Apocalipsis 22.20, 6.15
La historia de la redenciĆ³n,
la voz del evangelio,
llevad a toda la naciĆ³n,
a cada aldea y pueblo:
el nacimiento de JesĆŗs,
su vida en este mundo,
su muerte amarga de la cruz,
la gloria de su triunfo.
El evangelio de JesĆŗs
proclama paz al hombre;
las buenas nuevas de perdĆ³n
se anuncian por su nombre.
La noche eterna de dolor
al mundo estĆ” llegando;
la Iglesia espera a su SeƱor,
la noche va pasando.
Sostiene dura lucha aquĆ
la Iglesia militante,
y sirve a Cristo siempre allĆ
la Iglesia hoy triunfante.
En derredor del trono estƔn,
sus palmas tremolando,
sus arpas de oro sin cesar
loores tributando.
JesĆŗs nos dice: Ā«He aquĆ,
Yo vengo muy en breveĀ».
Ā«AmĆ©nĀ», decimos, Ā«sea asĆ,
tu Iglesia anhela verteĀ».
Mas, cuando venga, temblarƔn
impĆos y pecadores,
y todos le confesarƔn
SeƱor de los seƱores.
182
Apocalipsis 22.16; 2 Pedro 1.19
La noche se pasa, las sombras se van;
la Estrella del Alba no puede tardar.
El dĆa aguardamos con ferviente afĆ”n;
por ver su llegada bueno es madrugar.
AĆŗn duerme este mundo; no siente ni ve,
dispuesto en la sombra de noche a quedar.
Mas si Ć©l Ā«la venida gloriosaĀ» no cree,
al hijo del dĆa bueno es madrugar.
QuƩ suerte dichosa por tal porvenir,
Ā”en luz refulgente su faz contemplar!
Oh quƩ dignidad su semblanza adquirir;
Ā”conviene por tal bendiciĆ³n madrugar!
Momentos dichosos, JesĆŗs, para Ti,
tu amada Iglesia a la gloria llevar.
Su consumaciĆ³n efectuando asĆ:
Ā”por tal alegrĆa bueno es madrugar!
183
Romanos 13.12; 1 Tesalonicenses 4.17
La noche termina y el dĆa amanece,
del alba brillante la luz aparece;
de Cristo la vuelta gloriosa esperamos,
descendiendo en las nubes de luz.
c
Pronto viene JesĆŗs,
rodeado de gloria y de luz.
Ā”Aleluya, Cristo vuelve!
Ā”Aleluya, amĆ©n! Ā”Aleluya, amĆ©n!
Con gozo su rostro divino veremos,
y luego a su imagen cambiados seremos.
Con cuerpo glorioso veloz subiremos
a verle en las nubes de luz.
Su magnificencia y gloria veremos.
El mundo, el pecado, hermanos, dejemos;
asĆ con gran gozo le recibiremos
cuando Cristo nos venga a llevar.
184
1Juan 4.9,10; Hebreos 10.12 al 14
La obra de JesĆŗs
revela santo amor,
y da justicia, paz y luz
al triste pecador.
JesĆŗs ya terminĆ³
la grande redenciĆ³n.
Con tierno amor Ćl derramĆ³
su gracia y su perdĆ³n.
Teniendo en Ćl la luz,
benditos somos ya,
ansiando con solicitud
el cielo do Ćl estĆ”.
185
Hechos 1.8; 1 Pedro 2.21; Filipenses 3.20
La palabra del SeƱor predicad, predicad;
con anhelo y oraciĆ³n predicad, predicad.
Ante el mundo burlador
sed testigos de su amor;
el poder del Salvador predicad, predicad.
El ejemplo del SeƱor imitad, imitad;
su humilde y tierno amor imitad, imitad.
Su constancia en la oraciĆ³n,
su paciencia en la aflicciĆ³n,
su bondad y compasiĆ³n imitad, imitad.
La venida del SeƱor esperad, esperad.
Ćl vendrĆ”, no tardarĆ”; esperad, esperad.
Como siervos del Gran Rey,
trabajad con celo y fe.
Si sembrƔis, recogerƩis; esperad, esperad.
186
1 Corintios 3.7; 2 Timoteo 3.17
La palabra hoy sembrada,
hazla, Salvador, nacer;
para darle crecimiento
sĆ³lo tienes TĆŗ poder.
Ricos frutos TĆŗ nos puedes conceder.
Ricos frutos TĆŗ nos puedes conceder.
Ā”Oh, prepara muchas almas
al servicio del SeƱor!
Y salvadlas por tu gracia,
bondadoso Salvador.
Tu Iglesia mostrarĆ” tu grande amor.
Tu Iglesia mostrarĆ” tu grande amor.
187
Juan 10.11; Hebreos 13.20; 1 Pedro 5.4
Las ovejas celebramos
del Pastor el grande amor;
sĆ³lo en Ti nos reposamos,
oh JesĆŗs, TĆŗ, buen Pastor.
Como ovejas fluctuantes,
anduvimos sin tu amor;
de los pastos abundantes
alejadas, buen Pastor.
Por los montes, afanado,
nos buscaste con amor;
para ser de tu rebaƱo
nos tomaste, buen Pastor.
TĆŗ nos das el pasto sano
y nos guardas con amor;
las ovejas de tu mano
nada temen, buen Pastor.
SĆ³lo en pos de tus pisadas,
conducidas por tu amor,
vamos hacia las moradas
donde estƔs, oh buen Pastor.
188
Lucas 15.6; Efesios 2.3; Juan 15.5
Lejos de mi Padre Dios
fui por Cristo hallado;
por su gracia y por su amor
fui por Ćl salvado.
c
Es JesĆŗs mi SeƱor,
mi alegrĆa eterna.
Ćl me amĆ³ y me salvĆ³
en su gracia tierna.
Es JesĆŗs, mi Salvador,
fiel en su constancia;
toda mi necesidad
suple su abundancia.
Cerca de mi buen Pastor
vivo cada dĆa;
toda gracia en su SeƱor
halla el alma mĆa.
GuĆ”rdame, SeƱor JesĆŗs,
para que no caiga;
cual sarmiento de la vid,
vida de Ti traiga.
189
Marcos 13.33; Tito 2.13; 1 Corintios 15.51;
Luz en la noche, canciĆ³n en la tristeza,
la fe nos da bendita esperanza.
Vivimos cada dĆa esperando la maƱana,
porque viene a llevarnos el SeƱor.
c
Ā”QuĆ© bendita esperanza:
JesĆŗs nos viene a llevar!
Gloria, gloria sea a Ćl,
porque siempre nos es fiel.
Ven pronto, oh nuestro Salvador.
Astro brillante y faro que nos guĆa,
segura ancla que sufre la tormenta;
refugio del alma, constante esperanza,
que vendrĆ” pronto nuestro Salvador.
Orden de Cristo, que suena
cual trompeta,
el corazĆ³n anima, al mal vencemos:
Ā«Velad y siempre orad,
porque pronto volverĆ©Ā».
Esperamos a nuestro Redentor.
La muerte vencida,
el cuerpo transformado,
hecho a su imagen; como Ćl seremos.
Nos elevarĆ” a la morada celestial,
cuando venga el bendito Salvador.
190
Ezequiel 34.26; Santiago 5.7; 2 Corintios 13.14
Ā«Lluvias de bendiciĆ³n grandesĀ»,
es la promesa de amor.
Hoy te pedimos las mandes
de tu presencia, SeƱor.
c
Las lluvias grandes,
mƔndanos, oh Salvador.
Haz que sintamos de nuevo
mƔs de tu gracia y tu amor.
Ā«Lluvias de bendiciĆ³n grandesĀ»,
Ā”cuĆ”nta falta hacen aquĆ!
Las gotas ya recibimos,
lluvias pedimos a Ti.
AquĆ rogĆ”ndote estamos;
oye TĆŗ nuestra oraciĆ³n.
Toda la gloria te damos
a Ti por tu bendiciĆ³n.
Ya vendrƔn las lluvias grandes;
TĆŗ las darĆ”s sin tardar.
Mientras aquĆ esperamos,
haz que las veamos llegar.
191
Filipenses 3.12; 2 Corintios 7.1
MƔs santidad dame, mƔs odio al mal;
mƔs calma en las penas, mƔs alto ideal.
MĆ”s fe en mi Maestro, mĆ”s consagraciĆ³n;
mĆ”s celo en servirle, mĆ”s grata oraciĆ³n.
MĆ”s prudente hazme, mĆ”s sabio en Ćl;
mƔs firme en su causa, mƔs fuerte y mƔs fiel.
MƔs recto en la vida, mƔs triste al pecar;
mƔs humilde hijo, mƔs pronto en amar.
MĆ”s pureza dame, mĆ”s fuerza en JesĆŗs;
mƔs de su dominio, mƔs paz por la cruz.
MĆ”s rica esperanza, mĆ”s obras aquĆ;
mĆ”s ansia del cielo, mĆ”s gozo de allĆ.
192
2 Corintios 12.9; Hebreos 11.34
Mi mano ten, SeƱor; yo flaco y dƩbil,
sin Ti no puedo riesgos afrontar.
Tenla, SeƱor; mi vida el gozo llene,
al verme libre asĆ de todo azar.
Mi mano ten; la vĆa es tenebrosa,
si no la alumbra tu radiante faz.
Por fe yo alcanzo a percibir su gloria;
Ā”cuĆ”n grande gozo! Ā”cuĆ”n profunda paz!
Mi mano ten, SeƱor, y a mis oĆdos
lleguen palabras de divino amor.
Alienta asĆ mi alma atribulada
para seguirte con un nuevo ardor.
Mi mano ten; el enemigo fuerte
no cesa cada paso en disputar.
Mas nada puede si TĆŗ estĆ”s conmigo,
porque en tu fuerza yo he de triunfar.
Mi mano ten. Se extienden
ya las sombras,
el sol se pone, nuestro dĆa va.
Contigo quiero andar; que TĆŗ ilumines
los pasos que en el mundo tu hijo da.
193
Filipenses 1.23; Apocalipsis 22.12
Mi Redentor, el Rey de gloria,
que vive yo seguro estoy.
Ćl da coronas de victoria;
con gozo pronto al cielo voy.
c
Que permanezca no pidƔis
entre el bullicio y el vaivƩn;
el mundo alegre hoy dejara
aun cuando fuese algĆŗn EdĆ©n.
La cita nada mƔs aguardo,
que el Rey me diga: Ā«Hijo, venĀ».
En mi SeƱor JesĆŗs confĆo;
su sangre clama a mi favor.
Es dueƱo de mi albedrĆo;
estar con Ćl es lo mejor.
ConsuƩlome en su larga ausencia
pensando: Ā«Pronto volverĆ”;
entonces su gloriosa herencia
a cada fiel JesĆŗs darĆ”Ā».
194
1 Timoteo 6.11 al 16; Romanos 8.37
Mirad el gran amor: Ā”aleluya, aleluya!
de nuestro Salvador: Ā”aleluya, aleluya!
Su trono Ćl dejĆ³, al mundo descendiĆ³,
su sangre derramĆ³ por salvar al pecador.
Ā”Aleluya, aleluya! demos gloria a JesĆŗs.
Ā”Aleluya, aleluya! somos salvos por su cruz.
Luchemos con valor: Ā”aleluya, aleluya!
en nombre del SeƱor: Ā”aleluya, aleluya!
El diablo rugirĆ”, el mundo burlarĆ”,
pero el Salvador serĆ” con nosotros hasta el fin.
Ā”Aleluya, aleluya! confiemos en JesĆŗs.
Ā”Aleluya, aleluya! venceremos por su cruz.
Ā”Muy pronto volverĆ”! Ā”aleluya, aleluya!
Ā”QuĆ© gozo nos darĆ”! Ā”aleluya, aleluya!
Gloriosa reuniĆ³n, eterna bendiciĆ³n
y grata comuniĆ³n, para siempre con JesĆŗs;
Ā”Aleluya, aleluya! para siempre con JesĆŗs.
Ā”Aleluya, aleluya! redimidos por su cruz.
195
Santiago 5.8; Mateo 19.28, 25.31
Muy cercano estĆ” el dĆa
cuando volverĆ” JesĆŗs,
con la majestad y gloria
que le dio su Padre Dios.
De sus santos rodeado,
en la nube bajarĆ”;
de Cristo serĆ” el reinado,
y el pecado quitarĆ”.
c
Ā«Ven, SeƱor JesĆŗs, ven prontoĀ»,
claman todos con ardor.
Ā«He aquĆ Yo vengo presto,
prestoĀ», dice el Salvador.
Tu venida, Jesucristo,
librarĆ” la humanidad
de SatƔn, autor inicuo
de su gran calamidad.
CesarƔn todos los males
por el reino de JesĆŗs.
Ā”Alegraos, oh mortales!
Ā”Ved el triunfo de su cruz!
Ā”CuĆ”nto anhelan y desean
la venida de JesĆŗs
los creyentes ya salvados
por la obra de su cruz!
Ā«Ven y siĆ©ntate conmigo
en mi tronoĀ», el Rey dirĆ”.
Ā«Has sufrido y has vencido,
de mi gloria goza yaĀ».
196
Juan 14.23; 1 Juan 3.20
No importa dondequiera estƩ,
JesĆŗs conmigo siempre estĆ”.
Lo ha prometido, y tengo fe
que su promesa cumplirĆ”.
c
Do Cristo estĆ” el cielo es,
y Cristo estĆ” en mi corazĆ³n.
Morando en mĆ, derrama paz
y toda rica bendiciĆ³n.
Es mi deber andar con Ćl,
orando para no caer,
velando contra el mundo infiel,
confiando siempre en su poder.
Yo sƩ que flaco y dƩbil soy
y sƩ que es fuerte SatanƔs.
MƔs poderoso es mi SeƱor,
me guardarĆ” de tropezar.
197
1 Corintios 6.19,20, 7.23
No soy mĆo, Jesucristo,
TĆŗ me redimiste a mĆ;
me compraste con tu sangre,
pertenezco ahora a Ti.
c
No soy mĆo, Ā”oh no!
No soy mĆo, Ā”oh no!
Pertenezco a JesĆŗs.
Todo a mi SeƱor consagro,
pues por mĆ muriĆ³ en la cruz.
No soy mĆo; yo confĆo
mi alma a Cristo el Salvador.
Ya mi todo a Ti he dado,
constreƱido por tu amor.
No soy mĆo; mis talentos
traigo a Ti, SeƱor JesĆŗs,
para siempre ser usados
a la gloria de mi Dios.
No soy mĆo; TĆŗ me aceptas
por tu gracia, Salvador,
y contigo allĆ” en la gloria
gozarƩ tu eterno amor.
198
Efesios 6.20; 1 Tesalonicenses 2.2
No te dƩ temor hablar por Cristo,
haz que brille en ti su luz.
Siempre a quien te redimiĆ³ confiesa;
todo debes a JesĆŗs.
c
No te dƩ temor, no te dƩ temor,
nunca, nunca, nunca.
Es tu Salvador amante;
nunca pues te dƩ temor.
No te dƩ temor hacer por Cristo
cuanto de tu parte estĆ”.
Obra con amor, fe y constancia;
tus trabajos premiarĆ”.
No te dƩ temor sufrir por Cristo
los reproches o el dolor.
Sufre con amor sus pruebas todas,
cual sufriĆ³ tu Salvador.
No te dƩ temor vivir por Cristo
esa vida que te da.
Si en tu mucho afĆ”n en Ćl confiares,
de todo bien te saciarĆ”.
No te dƩ temor morir por Cristo;
vida luz, verdad es Ćl.
Ćl te llevarĆ” con su ternura
a su cƩlico vergel.
199
Mateo 9.38, 13.3,25; Salmo 126.5
Obreros somos del SeƱor,
llamados por su grande amor;
semilla vamos a sembrar
que el Salvador ha de regar.
El mundo entero el campo es,
y el tiempo va con rapidez,
y SatanƔs, mal sembrador,
cizaƱa siembra sin temor.
c
Al trabajo vamos hoy,
pues JesĆŗs nos llama.
Lluvias de gran bendiciĆ³n
el SeƱor derrama;
la semilla crecerĆ”, el aumento nos darĆ”;
vamos, vamos, vamos a sembrar.
Los sembradores del SeƱor
sembremos con ferviente ardor
semilla de la incorrupciĆ³n
que brote para salvaciĆ³n.
Gavillas tan preciosas son
los hijos de la redenciĆ³n,
que el Salvador JesĆŗs comprĆ³
cuando en la cruz por nos muriĆ³.
JesĆŗs muy pronto bajarĆ”,
y a la gloria llevarĆ”
la Iglesia que es su galardĆ³n,
trofeo de la redenciĆ³n.
El triunfo de su obra aquĆ
Ćl gozarĆ” en la gloria allĆ;
el triunfo de su majestad,
su gozo por la eternidad.
200
Salmo 119.46, 35, 33, 47, 91
Ā”Oh! hĆ”blame, SeƱor, y hablarĆ©
en ecos vivos de tu dulce voz;
y, como hallado tuyo, buscarƩ
a los perdidos para Dios.
Ā”Oh! guĆame, SeƱor, y guiarĆ©
al pobre errado que tan lejos va.
Dame alimento y yo tambiƩn darƩ
al pobre hambriento tu manĆ”.
EnsƩƱame, SeƱor, y enseƱarƩ
siempre las cosas tuyas en sazĆ³n.
Dame palabras, y yo alcanzarƩ
al que es de triste corazĆ³n.
Ā”Oh! llĆ©neme, SeƱor, tu plenitud.
Haz que rebose tu favor en mĆ;
que con fervor declare la virtud,
bondad y amor que encuentro en Ti.
Haz que te sirva, oh Cristo mi SeƱor,
en lo que sea tu santa voluntad;
que tu servicio tenga por honor,
ahora y en la eternidad.
201
1 Pedro 5.7; Mateo 11.29; 1 Tesalonicenses 5.17
Ā”Oh! Ā”quĆ© amigo nos es Cristo!
nuestras culpas Ćl llevĆ³,
y nos manda que llevemos
todo a Dios en oraciĆ³n.
ĀæSomos tristes, agobiados,
y cargados de aflicciĆ³n?
Esto es porque no llevamos
todo a Dios en oraciĆ³n.
ĀæTe hallas dĆ©bil y oprimido
de cuidados y temor?
A JesĆŗs, refugio eterno,
dile todo en oraciĆ³n.
ĀæTe desprecian tus amigos?
CuĆ©ntale en oraciĆ³n;
en sus brazos de amor tierno
paz tendrĆ” tu corazĆ³n.
Jesucristo es nuestro amigo,
de esto pruebas nos mostrĆ³;
pues para llevar consigo
al culpable, se humanĆ³.
El castigo de su pueblo
en su muerte Ćl sufriĆ³.
Cristo es el amigo eterno,
sĆ³lo en Ćl confĆo yo.
202
2 Timoteo 1.12; 1 Corintios 10.13
OĆ la voz de amor,
la sangre contemplƩ;
mirƩ en la gloria a mi SeƱor
y paz con Dios hallƩ.
Mi paz es eternal;
no mƔs seguro estƔ
el trono estable, celestial,
del santo JehovĆ”.
FluctĆŗa, sĆ, mi amor;
mi gozo viene y va.
La paz con Dios, mi Salvador,
jamƔs se mudarƔ.
VarĆo yo, mas Ćl,
que en mi lugar muriĆ³,
es inmutable, y siempre fiel
a lo que prometiĆ³.
La tumba abierta ya
deshace mi pavor,
y mi confianza entera estĆ”
en Cristo, mi SeƱor.
203
Mateo 28.19,20; 2 Corintios 5.20; Salmo 72.8
OĆd, oĆd, lo que nos manda el Salvador:
Ā«Marchad, marchad, y proclamad mi amor,
porque he aquĆ Yo con vosotros estarĆ©;
los dĆas todos hasta el fin os guardarĆ©Ā».
c
Id, pues, por el mundo.
Id, pues, y predicad el evangelio.
Id, pues; va adelante
el todopoderoso Salvador.
Ā”Gloria, gloria, aleluya a JesĆŗs!
Ā”Gloria, gloria, aleluya a JesĆŗs!
Nuestras almas Ćl salvĆ³,
nuestras manchas Ćl lavĆ³.
Proclamemos pues a todos su amor.
Pensad, pensad, la condiciĆ³n del pecador.
Ā”QuĆ© triste es! Ā”quĆ© lleno de dolor!
Sin luz, sin paz, camina a la eternidad
y no conoce el gran peligro en que Ć©l esta.
Salid, salid, embajadores del SeƱor.
Buscad, buscad al pobre pecador;
aprovechad el tiempo que el SeƱor nos da,
pues pronto el dĆa de salvaciĆ³n se acabarĆ”.
Mirad, mirad, la hora presto llegarĆ”.
JesĆŗs vendrĆ” su reino a disfrutar;
de mar a mar habrĆ” prosperidad y paz;
sus alabanzas cantarĆ” la humanidad.
204
Lucas 19.5; Juan 1.12, 13.20
Ā”Pasad, pasad, oh Maestro, el umbral!
La voz oĆ que aliviarĆ” mi mal;
pĆŗsose el sol; ruge la tempestad.
Ā”Os necesito, Salvador, entrad!
Mal preparado estoy, JesĆŗs, SeƱor,
por la visita del divino amor,
y nada tengo con que agasajar
a quien se digna en mi casita entrar.
HuĆ©sped eterno, aĆŗn ahora entrad;
os lo suplica mi necesidad.
Vuestra presencia todo cambiarĆ”;
entrando vos la confusiĆ³n huirĆ”.
No intento ahora preparar lugar
do el Rey de gloria pueda en mĆ posar.
Todo es tan pobre, bajo, ruin aquĆ,
Ā”peor aĆŗn hacer que espere allĆ!
Ā”Venid! — no para hallar en mĆ, SeƱor,
digno lugar que more vuestro amor,
mas a quitar mi noche, miedo y mal
con vuestra luz y gloria celestial.
205
IsaĆas 40.11, 66.2
PastorƩanos, SeƱor potente,
cuida, oh buen Pastor, tu grey;
tu sustento placentero dale,
tu redil, tu suave ley.
Alta ciencia, providencia,
tuyas para nuestro bien.
Bendecido, Rey ungido,
a santificarnos ven.
Tu bondad divina da a los pobres
salvaciĆ³n y santidad;
a pesar de ser tan pecadores,
no nos has de desechar.
Comunicas dotes ricas
al que implora tu perdĆ³n,
paz estable, inefable,
en el nuevo corazĆ³n.
206
Filipenses 4.7; Hechos 10.36
Ā”Paz, dulce paz! que brota de la cruz.
Nos habla paz la sangre de JesĆŗs.
Ā”Paz, dulce paz! hacer la voluntad
de Cristo en nuestra vida da la paz.
Ā”Paz, dulce paz! cargados de dolor;
descanso y paz tenƩis en el SeƱor.
Ā”Paz, dulce paz! en la separaciĆ³n;
la paz de Cristo da consolaciĆ³n.
Ā”Paz, dulce paz! en cuanto al porvenir,
JesĆŗs nos guĆa y guarda hasta el morir.
Ā”Paz, dulce paz! la muerte alrededor;
JesĆŗs venciĆ³ la muerte y su terror.
Ā”Paz, dulce paz! no tardarĆ” JesĆŗs,
y nos darĆ” celeste paz y luz.
207
Romanos 8.16; Juan 10.9; Cantares 6.3
Por la gracia del SeƱor
gĆ³zome en su gran amor;
el EspĆritu en mĆ
testifica que es asĆ.
Ā”Oh, quĆ© paz, perfecta paz;
no me perderƩ jamƔs!
Pues por su infinito amor
suyo soy y mĆo es Ćl.
Pues por su infinito amor
suyo soy y mĆo es Ćl.
A la luz de tal amor,
lo que veo en derredor
tiene hermosuras mil
que sin Cristo nunca vĆ.
Canta el pƔjaro mejor,
mƔs brillante es toda flor,
ya que puedo yo decir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ»,
ya que puedo yo decir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ».
En la lucha terrenal
me protegerĆ” del mal,
pues su brazo fuerte y fiel
me conserva para Ćl.
El estar con Ćl aquĆ
es el cielo para mĆ.
Y muy grato es sentir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ».
Y muy grato es sentir:
Ā«Suyo soy y mĆo es ĆlĀ».
Soy de Ćl, sĆ soy de Ćl
por su amor tan tierno y fiel.
Cuando pruebas muchas son,
me conforta el corazĆ³n.
Lo de aquĆ se cambiarĆ”,
nuestra vida pasarĆ”;
mas por la eternidad
suyo soy y mĆo es Ćl,
mas por la eternidad
suyo soy y mĆo es Ćl.
208
1 Timoteo 4.15,16; 1 Corintios 9.27
Precepto es del SeƱor
que gloria yo le dƩ,
cuidando el alma que me dio,
viviendo por la fe.
Ejemplo debo dar;
mi vocaciĆ³n cumplir,
y mis talentos dedicar
a Cristo en servir.
Devoto debo ser,
pues a su vista estoy;
su rostro llegue asĆ a ver,
contento donde voy.
En oraciĆ³n velar,
confiando sĆ³lo en Ćl.
Si fuere de olvidar capaz,
sin fuerza me verƩ.
209
1 Juan 3.2; 1 Corintios 15.51; IsaĆas 61.3
Pronto JesĆŗs de los cielos vendrĆ”;
dulce es pensarlo y gran gozo nos da.
Transformaranos su rostro al ver;
esta es la meta al fin del correr.
c
Nos cambiarĆ”, nos cambiarĆ”,
al ver de Ćl la gloriosa faz.
Nos cambiarĆ”, nos cambiarĆ”,
al ver de Ćl la faz.
Los separados unidos serƔn,
no mƔs ausentes de Cristo estarƔn.
A los que duermen resucitarĆ”,
y a su imagen Ćl los cambiarĆ”.
Oscuras nubes Ćl disiparĆ”;
noche en dĆa Ćl transformarĆ”.
Las tempestades Ćl ha de cambiar
en dulce calma; el llanto, en cantar.
Ćl harĆ” fuerte lo dĆ©bil al fin,
todo perfecto que ahora es ruin;
y por tristezas su gozo darĆ”;
consigo en gloria a su Iglesia tendrĆ”.
210
1 Pedro 5.7; Romanos 8.28
Que lo sabe todo el Padre
es mi certitud,
y que en gracia Ćl por mĆ vela
con solicitud.
Todo cuanto Dios permita
obra para bien,
y deseo solamente
responderle: Ā«AmĆ©nĀ».
Bien sƩ yo que lo futuro
en su mano estĆ”;
con desvelo permanente
Ćl me guiarĆ”.
Aunque en mi camino encuentre
penas y dolor,
siempre tras de fuertes pruebas
veo su favor.
Gusto de contarle cuanto
me sucede aquĆ,
cierto que su buen cuidado
llega aun a mĆ.
Y despuƩs con buen agrado
de su amor gozar,
gracias le darƩ por cuanto
Ćl me quiera dar.
Confiadamente, entonces,
puedo aquĆ vivir
sin recelos ni cuidados
por mi porvenir.
Pues mi Padre Dios me asiste
con divino amor,
siendo aquel que me sostiene
Cristo el Salvador.
211
Job 19.25; Salmo 19.14; Tito 2.14; Apocalipsis 5.9
Redentor, Ā”oh quĆ© belleza
en tal tĆtulo se ve!
Cristo sĆ³lo, con certeza,
digno de llevarlo fue.
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa tuyo ser!
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa tuyo ser!
En miseria sumergido,
de SatƔn esclavo fui;
TĆŗ escuchaste mi gemido
cuando sin valor me vi.
Redentor, Redentor,
TĆŗ me diste libertad.
Redentor, Redentor,
TĆŗ me diste libertad.
Cuando en tu celeste gloria
al final he de llegar,
y con himnos de victoria
tus loores entonar,
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa celestial!
Redentor, Redentor,
Ā”quĆ© alegrĆa celestial!
212
Deuteronomio 33.27; 2 Tesalonicenses 1.7
Salvo en los fuertes brazos
del tierno Salvador,
dulce reposo tengo
en su inmutable amor.
Vivo bien protegido
contra el poder del mal;
Cristo me ha recogido
del hondo cenagal.
c
Salvo en los fuertes brazos
del tierno Salvador,
dulce reposo tengo
en su inmutable amor.
En el desierto triste
por donde paso aquĆ,
con su bondad me guĆa
bien apoyado asĆ.
Ćl siente simpatĆa
por todo mi dolor;
lo cambia en alegrĆa
con su sincero amor.
A mis necesidades
Ćl cuida de atender;
mis dudas, mis errores
consigue esclarecer.
Sobre mi oscura vĆa
lanza celeste luz;
mi protector y guĆa
siempre serĆ” JesĆŗs.
Deseo acĆ” servirle
mientras ausente estĆ”;
y cuando venga en nubes
Ćl me recogerĆ”;
dĆa en el cual su rostro
en plena luz verƩ,
y su divina gloria
sin nieblas mirarƩ.
213
1 Corintios 4.2; Lucas 16.10; JosuƩ 23.14
Seguid a JesĆŗs, andad en su luz,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
Servidle de amor, luchad con valor,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
c
Sed fieles a Cristo el SeƱor,
su gracia abundante jamƔs faltarƔ.
Su brazo potente os defenderĆ”;
sed fieles a Cristo el SeƱor.
Tentados serƩis, conflictos tendrƩis,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
A vuestro favor estĆ” el Salvador,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
JamƔs JehovƔ os ha de faltar,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
Os sustentarĆ”, y el triunfo os darĆ”,
sed fieles a Cristo el SeƱor.
214
Lucas 1.79; Judas 24
SeƱor JesĆŗs, con tu esplendor benigno
guarda mi pie.
Densa es la noche, Ɣspero el camino;
mi guĆa sĆ©.
Harto distante de mi hogar estoy,
que al dulce hogar de las alturas voy.
Amargos tiempos hubo en que tu gracia
no supliquƩ.
De mi valor fiando, en la eficacia
no tuve fe.
Mas hoy deploro aquella ceguedad;
dame, oh SeƱor, tu grata claridad.
GuiĆ”ndome TĆŗ la noche es esplendente,
y cruzarƩ
el valle, el monte, el risco y el torrente
con firme pie;
hasta que empiece el dĆa a despuntar,
y entre al abrigo de mi dulce hogar.
215
Salmo 48.14; Hechos 27.24; 2 Corintios 5.8; Filipenses 1.23
SeƱor JesĆŗs, te ruego el cuidado
que nadie sino TĆŗ darme podrĆ”.
En vida y muerte estĆ” TĆŗ a mi lado;
por gracia, oh mi SeƱor, conmigo estƔ.
c
Conmigo estĆ”; preciso tu poder,
pues SatanƔs quisiƩrame vencer.
Conmigo estĆ” en sombra y clara luz;
en vida y muerte, Ā”oh! conmigo estĆ”.
Si cualquier enemigo me asalta,
si en mar embravecido el barco va,
si mi esperanza o mi coraje falta,
por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”.
Cuando el camino mĆo es deleitoso,
de Ti, SeƱor, necesidad habrƔ;
y cuando es muy oscuro y doloroso,
por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”.
Cuando en el rĆo oscuro de la muerte
ninguno sino TĆŗ me salvarĆ”;
socĆ³rreme, SeƱor, con brazo fuerte;
por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”.
216
Salmo 118.27; LevĆtico 7.5; 2 Corintios 5.21; Apocalipsis 1.18
SeƱor JesĆŗs, tomaste mi lugar,
cual vĆctima ligada en el altar.
Su fuego conseguiste TĆŗ apagar,
SeƱor, por mĆ, por mĆ.
Tu sangre sĆ³lo, oh Cristo, a mi favor;
tu muerte de justicia por amor;
pecado hecho como transgresor,
SeƱor, por mĆ, por mĆ.
Tal como fuiste, TĆŗ eres hoy, SeƱor,
pues inmutable es tu divino amor.
En gloria vives como Salvador,
SeƱor, por mĆ, por mĆ.
ConfĆo en tu probada caridad.
SĆ© mi refugio TĆŗ en la tempestad.
EnsƩƱame a gozar de tu amistad,
SeƱor, a mĆ, a mĆ.
217
Lucas 24.32; 2 Timoteo 2.12; Apocalipsis 22.1
Sentimos en el corazĆ³n
el gozo de la salvaciĆ³n,
el gozo del SeƱor.
Conmueve todo nuestro ser,
nos hace el alma enardecer
de amor a nuestro Dios.
Venid, hermanos en JesĆŗs,
miremos juntos a la cruz
de nuestro Salvador.
AllĆ su sangre derramĆ³,
allĆ la obra consumĆ³
de nuestra salvaciĆ³n.
Si aquĆ sufrimos aflicciĆ³n,
tendremos pronto la mansiĆ³n
que Cristo prometiĆ³.
JesĆŗs prepara un buen lugar
do eternamente morarĆ”
con Ćl su servidor.
Y cuando estemos en la luz
de la presencia de JesĆŗs,
Ā”quĆ© gozo nos serĆ”!
La fuente del divino amor
de nuestro amado Salvador
jamƔs se agotarƔ.
218
1 Juan 3.1; Judas 12; Efesios 1.5
Ser de Dios los hijos caros,
en JesĆŗs sublime don;
en JesĆŗs nos mira el Padre
y nos da su bendiciĆ³n.
c
Ā«Mirad cuĆ”n grande el amor,
cuƔn grande el amor
que el Padre hanos manifestado,
que hijos, hijos de Dios
seamos por siempre llamadosĀ».
Llevaremos de Ćl la imagen
de su gracia y su poder;
darnos de su gloria parte
Ćl dignose prometer.
Y sin Ćl la vida es vana,
es de abrojos un erial;
sin aguas, estƩril nube,
y de males, manantial.
Mas si de Ćl somos los hijos
por su graciosa adopciĆ³n,
la herencia de sus bienes
gozaremos en Sion.
219
Hebreos 6.18; Romanos 8.21
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, salvaciĆ³n tendrĆ”s
del castigo espantoso, del infierno horroroso.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, salvaciĆ³n tendrĆ”s.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, salvaciĆ³n tendrĆ”s.
c
SalvaciĆ³n, libertad y perdĆ³n,
si tĆŗ acudes a JesĆŗs.
SalvaciĆ³n, libertad y perdĆ³n,
si tĆŗ acudes a JesĆŗs.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, libertad tendrĆ”s
de la vida pecadora, de la carga abrumadora.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, libertad tendrĆ”s.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, libertad tendrĆ”s.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, el perdĆ³n tendrĆ”s;
sĆ, por todos tus pecados, conocidos e ignorados.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, el perdĆ³n tendrĆ”s.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, el perdĆ³n tendrĆ”s.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, plena paz tendrĆ”s
en tus luchas y temores, en tus penas y dolores.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, plena paz tendrĆ”s.
Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, plena paz tendrĆ”s.
220
Mateo 9.38; Juan 4.35
Siervos de Dios Ā”mirad!
La mies ya blanca estĆ”,
la siega espera actividad,
o el tiempo pasarĆ”.
Siervos de Dios Ā”obrad!
El DueƱo de la mies
dispƩnsanos tal potestad
que sin medida es.
Siervos de Dios Ā”orad!
Hay mucho aĆŗn que hacer.
Las buenas nuevas anunciad
a todos por doquier.
221
2 Timoteo 2.3; 1 Pedro 3.15
ĀæSoy yo soldado de JesĆŗs,
un siervo del SeƱor,
y temerƩ llevar la cruz,
sufriendo por su amor?
c
Yo hablarƩ por mi SeƱor,
confesarƩ mi fe.
Su EspĆritu me ayudarĆ”;
yo testificarƩ.
Lucharon otros por la fe;
cobarde no he de ser;
por mi SeƱor pelearƩ,
confiando en su poder.
Es menester que sea fiel,
que nunca vuelva atrƔs,
que siga siempre en pos de Ćl;
su gracia me darĆ”.
222
Salmo 73.25; Cantares 3.3,4
Tesoro incomparable,
JesĆŗs, amigo fiel;
refugio del que huye
del adversario cruel.
Sujeta compasivo
a Ti mi corazĆ³n,
ya que para salvarme
sufriste la pasiĆ³n.
Delicias TĆŗ de mi alma,
pan de la eternidad
del cual yo me alimento
en mi necesidad.
En mi flaqueza extrema
se cumple tu virtud,
y en medio de mis males
TĆŗ quieres mi salud.
Dirige a mĆ tu rostro,
JesĆŗs, lleno de amor,
sol puro de justicia,
dulce consolador.
Sin tu influencia santa
la vida es un morir;
gozar de tu presencia,
esto sĆ³lo es vivir.
JesĆŗs, riqueza mĆa,
mi amante Salvador,
en mi flaqueza TĆŗ eres
mi fuerte protector.
JamƔs el enemigo
podrĆ” quitar mi paz;
por mƔs que lo intentare,
aliento me darƔs.
Al mundo de falacias
no pertenezco ya.
El cielo es mi morada;
allĆ mi Amado estĆ”.
A donde Cristo habita,
con ansia quiero ir;
en sempiterno gozo
con Ćl quiero vivir.
223
2 Timoteo 2.6; Juan 6.27
Ā”Trabajad, trabajad! somos siervos de Dios;
seguiremos la senda que el Maestro trazĆ³.
Renovando las fuerzas con bienes que da,
el deber que nos toca cumplido serĆ”.
c
Ā”Trabajad, trabajad!
Ā”Esperad y velad!
Ā”Confiad, siempre orad!
que el Maestro pronto volverĆ”.
Ā”Trabajad, trabajad! Hay que dar de comer
al que el pan de la vida desea tener.
Hay enfermos que irƔn a los pies del SeƱor
al saber que de balde los sana su amor.
Ā”Trabajad, trabajad! Fortaleza pedid;
al reinado del mal con valor combatid.
Conducid los cautivos al Libertador,
y decid que de balde redime su amor.
224
Hechos 1.11; 1 Tesalonicenses 4.17; Marcos 13.32
TĆŗ ya vienes, oh Dios mĆo;
TĆŗ ya vienes, oh mi Rey.
Toda lengua te confiesa,
mira el gozo de tu grey.
TĆŗ ya vienes y la gloria
de tu reino viene ya,
a travƩs del velo santo,
Ā”quĆ© consuelo y paz nos da!
c
TĆŗ ya vienes, TĆŗ ya vienes,
en las nubes vienes, sĆ.
TĆŗ ya vienes, y nosotros
subiremos hacia Ti.
TĆŗ ya vienes, TĆŗ ya vienes,
oh JesĆŗs, el Salvador.
Ā”Oh quĆ© gozo estar contigo,
ver la gloria de tu amor!
TĆŗ ya vienes, ni una sombra
tu hermosura ocultarĆ”;
las tristezas y el pecado
tu poder disiparĆ”.
TĆŗ ya vienes, oh bien mĆo,
gozarĆ” mi corazĆ³n;
por tu muerte yo soy hecho
de tu reino poseedor.
Ā”TĆŗ ya vienes! La esperanza
nunca nos engaƱarƔ.
No sabemos dĆa ni hora,
mas la gloria cierta estĆ”.
SĆ, TĆŗ vienes, y tu mesa
garantĆa ya nos da,
por la comuniĆ³n contigo,
de la posesiĆ³n allĆ”.
225
GƔlatas 2.20; Juan 17.9,10
Ā”Tuyo, SeƱor!
JamƔs tendrƩ amor
a lo que no te agrade a Ti;
ha muerto el mundo para mĆ,
pues tuyo soy.
Ā”Tuyo, SeƱor!
Corona, gozo, honor,
sĆ³lo eres TĆŗ, y nada acĆ”
mi corazĆ³n encantarĆ”,
pues tuyo soy.
Ā”Tuyo, SeƱor!
Reposo en tu favor,
y sƩ que por la eternidad
me guardarƔs en tu bondad,
pues tuyo soy.
Ā”Tuyo, SeƱor!
Con mƔs ferviente ardor
te adorarƩ y te servirƩ,
en tanto que en el mundo estƩ,
pues tuyo soy.
Ā”Tuyo, SeƱor!
Conozco el gran valor
de tu promesa que vendrƔs,
y digo: Ā«Ven, no tardes mĆ”s,
pues tuyo soyĀ».
226
Filipenses 3.7 al 14; Salmo 17.15
Tuyo soy, SeƱor, sĆ³lo tuyo soy,
redimido por tu amor;
mas cual siervo fiel quiero yo seguir
y mƔs cerca estar de Ti.
c
MƔs cerca, cerca de Ti
llƩvame, mi Salvador.
SĆ, mĆ”s cerca,
cerca yo quisiera estar
de Ti, mi Salvador.
SĆ³lo a Ti, JesĆŗs, me consagro hoy,
constreƱido por tu amor;
y mi ser entero gozoso doy,
a servirte a Ti, SeƱor.
Ā”QuĆ© profunda paz y felicidad
guardan hoy mi corazĆ³n!
cuando por la fe puedo ver tu faz
en mĆ”s grata comuniĆ³n.
Del amor divino jamƔs sabrƩ
la profunda inmensidad,
hasta que, oh SeƱor, yo contigo estƩ
en la gloria celestial.
227
Hebreos 6.19; Romanos 8.39
Un ancla tenemos que el tĆŗmido mar,
por mucho que ruja, no puede quebrar
la dulce esperanza que infunde JesĆŗs,
legada en su muerte
de angustia en la cruz.
Allende los cielos el trono de Dios,
que rige supremo en el reino de amor,
esta ancla fijemos que firme estarĆ”,
pues Dios, nuestro Padre, no nos faltarĆ”.
Y cuanto mƔs ruja la cruel tempestad,
mƔs firme tomemos el cable de fe;
que furia de vientos, ni embates del mar,
no pueden del puerto la entrada vedar.
228
Juan 16.16; 1 Juan 2.28; 2 Timoteo 2.12
Ā”Un poco! El Salvador vendrĆ”
y a su pueblo llevarĆ”
al santo celestial hogar
que nos ha ido a preparar;
a estar con Ćl, su rostro ver,
y nuestras gracias ofrecer.
Ā”Un poco! El Salvador vendrĆ”;
sĆ, poco tiempo resta ya.
Que duƩlame no serle fiel,
placer me dĆ© servirle a Ćl.
Pues listo deberĆa ser
quien al SeƱor espera ver.
Ā”Un poco! El Salvador vendrĆ”.
Ā”Oh! ĀæquiĆ©n su cruz rechazarĆ”?
ĀæQuiĆ©n en los pasos del SeƱor
sufrir no quiere por su amor?
Su gloria recompensarĆ”
los sufrimientos de acĆ”.
Ā”Un poco! Ā”Ven, oh ven, SeƱor!
La Iglesia tuya con ardor
desea alcanzar su hogar,
el nuevo cƔntico cantar,
tu gloria ver, estar allĆ
en todo semejante a Ti.
Puede repetirse las Ćŗltimas dos lĆneas de cada estrofa.
229
Apocalipsis 1.7; 1 Tesalonicenses 4.14
Un poco mĆ”s, JesĆŗs vendrĆ”,
y todo santo le verĆ”.
Ćl llamarĆ” a su Iglesia fiel,
y subiremos juntos a Ćl.
c
Ā”QuĆ© dĆa serĆ” de gloria, luz y paz!
La casa del Padre serĆ” nuestro hogar.
Un poco mĆ”s, JesĆŗs vendrĆ”,
el llanto y lloro acabarƔn.
Del peregrino el corazĆ³n
sediento exclama: Ā«Ven, SeƱorĀ».
JesĆŗs vendrĆ”. VendrĆ”n tambiĆ©n
los santos que han dormido en Ćl.
Ā”Dichoso dĆa de reuniĆ³n!
DespuĆ©s, no habrĆ” separaciĆ³n.
230
1 Tesalonicenses 4.13 al 18; 1 Juan 3.2
Un poco, un poquito
de tiempo esperamos,
JesĆŗs de los cielos muy pronto vendrĆ”.
Orando, leyendo y cantando velemos,
pues pronto oiremos el grito: Ā«AquĆ estĆ”Ā».
Con mando y con voz
de arcƔngel del cielo,
y al son de trompeta el SeƱor bajarƔ.
AsĆ le esperamos con ansia y deseo,
y muertos o vivos nos recogerĆ”.
A los que en JesĆŗs
han dormido sabemos
que Dios juntamente con Ćl traerĆ”,
y no antes de ellos nosotros iremos;
mas todos unidos Ćl nos llamarĆ”.
Aquellos que han muerto
serƔn los primeros,
que Cristo a su mando resucitarĆ”;
nosotros los vivos seremos postreros,
mas juntos JesĆŗs nos arrebatarĆ”.
Arriba en los cielos, visible y glorioso,
JesĆŗs a nosotros se revelarĆ”;
consigo en la gloria de eterno reposo,
por Ćl rescatados, JesĆŗs nos pondrĆ”.
231
Mateo 13.3,30; 1 Corintios 3.2
Ved que acercĆ”ndose el dĆa va,
en que el SeƱor en su gloria vendrƔ
a recoger en su alfolĆ
lo que sembramos en tanto aquĆ.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
c
Vamos sembrando con vivo amor
dulces palabras de nuestro SeƱor;
siempre obrando con celo y con fe,
para que rica cosecha nos dƩ.
Entre zarzales podrĆ” caer
cierta semilla y no florecer;
mas el SeƱor a segar vendrƔ,
y su buen fruto recogerĆ”.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
Muy largo tiempo podrĆ” pasar
antes de ver su semilla brotar;
mas ciertamente el SeƱor vendrƔ
y su buen fruto recogerĆ”.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
En todo tiempo sin desmayar
vamos sembrando y orando a la par;
pues prestamente el SeƱor vendrƔ
y su buen fruto recogerĆ”.
Ćl mucho fruto recogerĆ”,
sĆ, su fruto recogerĆ”.
232
Salmo 30.5; Filipenses 4.6
Ven, alma que lloras, ven al Salvador,
en tus tristes horas dile tu dolor.
Dile, sĆ, tu duelo, ven tal como estĆ”s;
habla sin recelo, y no llores mƔs.
Tu pena y tristura, dile a tu SeƱor,
tu cruel desventura, engaƱos y error.
En su tierno seno descanso hallarƔs;
ven, porque Ćl es bueno,
y no llores mƔs.
TĆŗ mismo al cansado enseƱa la luz;
guĆa al angustiado a Cristo JesĆŗs.
La bendita nueva de celeste paz
a los tristes lleva, y no llores mƔs.
233
Salmo 87.7; IsaĆas 12.3; Oseas 11.4
Ven, de todo bien la fuente,
ven, eterno Salvador,
ven, ayĆŗdame a cantarte
dignos cantos de loor.
TĆŗ, SeƱor, por mĆ moriste;
quiero yo por Ti vivir.
SĆ³lo TĆŗ eres mi esperanza,
sĆ³lo TĆŗ mi porvenir.
Triste yo era y extraviado
cuando Cristo me buscĆ³;
de la muerte por salvarme
Ćl su sangre derramĆ³.
En su muerte de cariƱo
vida, paz, perdĆ³n hallĆ©;
y por Ćl la vida eterna
en el cielo gozarƩ.
De tu gracia, oh bien amado,
soy continuo deudor;
mƔs y mƔs a Ti me atraes
por los lazos de tu amor.
Ven, de todo bien la fuente,
fuente de mi salvaciĆ³n;
doy a Ti mis alabanzas,
doy a Ti mi corazĆ³n.
234
2 Pedro 1.19; Apocalipsis 22.16; Mateo 25.21
Yo espero la maƱana
de aquel dĆa sin igual,
en que la alegrĆa emana,
y su gozo es eternal.
c
Esperando, esperando
otra vida sin dolor,
do me den la bienvenida
de JesĆŗs mi Salvador.
Yo espero la victoria,
de la muerte al fin triunfar,
recibir la eterna gloria
y mis sienes coronar.
Yo espero entrar al cielo,
donde reina eterno amor.
Peregrino soy, y anhelo
las moradas del SeƱor.
Pronto espero unir mi canto
al triunfante y celestial,
y poder cambiar mi llanto
por un canto angelical.
235
Hebreos 13.15; Salmo 3.5, 51.17
Yo por Cristo defendido,
a tu nombre doy loor;
yo con bienes soy provisto
que no tuvo mi SeƱor.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
La pobreza y los dolores
Cristo se dignĆ³ pasar;
y mi Dios con pecadores
no encontraba do posar.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
A tu sombra, Dios clemente,
yo tranquilo dormirƩ;
y tu amor, Omnipotente,
yo mi vida fiarƩ.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
Soy yo indigno, TĆŗ piadoso;
sƩ que no has de desechar
al que viene presuroso
tu piedad a impetrar.
Alabanzas, alabanzas
doy a Ti, mi Salvador.
236
Hebreos 2.9, 8.1; 1 Timoteo 1.17
A Cristo coronad, divino Salvador,
sentado en alta majestad
es digno de loor.
Al Rey de gloria y paz loores tributad,
y bendecidle al Inmortal
por toda eternidad.
A Cristo coronad,
SeƱor de nuestro amor;
al triunfante celebrad,
glorioso vencedor.
Potente Rey de paz
el triunfo consumĆ³,
y por su muerte de dolor
su grande amor mostrĆ³.
A Cristo coronad, SeƱor de vida y luz,
con alabanzas proclamad
los triunfos de la cruz.
A Ćl, pues, adorad, SeƱor de salvaciĆ³n;
loor eterno tributad de todo corazĆ³n.
237
Juan 1.17; GĆ©nesis 45.13
A Dios la gloria dada
serĆ” por su bondad
y gracia revelada;
en su loor cantad.
Nosotros te adoramos,
Dios nuestro, con fervor.
Tu gracia celebramos
y tu divino amor.
Con gozo agradecemos
tan grande salvaciĆ³n;
y acĆ” celebramos
tu tierna compasiĆ³n.
TambiƩn magnificamos
tus glorias, oh JesĆŗs;
las glorias que miramos
radiosas en tu cruz.
Al Padre, como al Hijo,
por tanta bendiciĆ³n,
rendid con regocijo
profunda adoraciĆ³n.
238
1 Timoteo 1.17, 6.16; Efesios 3.21; 2 Corintios 13.14; 1 Juan 5.7
A nuestro Padre Dios
demos en alta voz gloria a Ćl.
Al Dios que nos amĆ³
de modo que nos dio
al Hijo que muriĆ³: Ā”gloria a Ćl!
A nuestro Salvador
rindamos con fervor gloria a Ćl.
Su sangre derramĆ³,
con ella nos lavĆ³,
el cielo nos abriĆ³: Ā”gloria a Ćl!
Por el Consolador
que dionos el SeƱor Ā”load a Dios!
Mora en la eternidad
la Santa Trinidad:
Ā”hermanos, alabad al trino Dios!
239
1 Corintios 11.24; Hebreos 13.15;
A tu palabra, mi SeƱor,
humilde vengo aquĆ,
y en esta cena con amor
memoria harƩ de Ti.
Indigno soy de tal lugar,
pues siempre malo fui,
mas TĆŗ viniste a rescatar
y a libertarme a mĆ.
Antes perdido me encontrƩ,
mas ya salvado soy;
y de tu amor me acordarƩ
al darte gracias hoy.
GetsemanĆ, con su sudor
y copa como hiel;
la cruz con todo tu dolor
y tu agonĆa cruel.
Tu muerte allĆ, SeƱor JesĆŗs,
y la escondida faz
del santo Dios, cuando en la cruz
me procuraste paz.
SĆ, aquĆ, SeƱor, me acordarĆ©
de todo tu favor,
y con los tuyos cantarƩ
mis cƔnticos de loor.
240
GƔlatas 4.6; Romanos 8.15; Lucas 15.22
Ā”Abba, Padre! te adoramos
en el nombre de JesĆŗs.
Dios y Padre te llamamos,
hechos hijos de la luz.
Ya del juicio libertados
por la sangre del SeƱor,
y por Ćl reconciliados,
disfrutamos de tu amor.
PrĆ³digos un tiempo fuimos,
y alejados del hogar,
mas tu voz de amor oĆmos,
pues quisĆstenos llamar.
Por JesĆŗs nos perdonaste
y nos allegaste a Ti,
nos besaste, y nos sentaste
en tu comuniĆ³n aquĆ.
Por tu mano revestidos
del ropaje de salud,
en tu casa recogidos
por tu gran solicitud;
redimidos y lavados
por la sangre de JesĆŗs,
restaurados, bien amados,
hechos hijos de la luz.
Ā”Abba! Todos te alabamos,
muy contentos de saber
que los bienes que gozamos
claro dan a comprender
que TĆŗ encuentras complacencia
en mostrarnos tu favor,
y por tal benevolencia
te alabamos con fervor.
241
Salmo 19.14; Juan 20.29
Acepta, buen Pastor y Rey,
las alabanzas de tu grey;
acepta su ferviente amor
por la corona de tu honor.
Que sea nuestra devociĆ³n
continua, dulce comuniĆ³n
con el que en triste cruz muriĆ³,
y por su muerte nos salvĆ³.
El buen Pastor es siempre fiel.
Ā”Dichosos los que creen en Ćl!
En Ćl tendrĆ”n felicidad,
ahora y por la eternidad.
242
Juan 20.29; 1 Corintios 10.16,17, 11.23 al 26
AquĆ tu rostro puedo ver, SeƱor;
a lo invisible alcanza aquĆ la fe.
De nuevo abrazo aquĆ
tu inmenso amor,
y mi solicitud en Ti echarƩ.
AquĆ del pan partido tomarĆ©
y de la copa de tu comuniĆ³n.
El nombre de mi Dios invocarƩ,
gozĆ”ndome en la paz de salvaciĆ³n.
La culpa del pecado mĆa fue,
mas tuya fue la sangre de la cruz.
Por ella y tu justicia tengo, sƩ,
perdĆ³n, vestido y paz, SeƱor JesĆŗs.
SĆ³lo en tu brazo eterno confiarĆ©;
no tengo apoyo mƔs que en Ti, SeƱor.
EstĆ” mi fortaleza en tu poder;
basta de veras, basta, Ā”oh Redentor!
Al levantarnos de la cena aquĆ,
la fiesta pasa, mas no asĆ el amor.
Todo se va, mas TĆŗ te quedas, sĆ;
cerca, muy cerca, amado Salvador.
243
Romanos 8.32 al 34; IsaĆas 1.24; Lucas 11.22
Bendito nuestro Dios
que nos ha dado el Hijo de su amor,
el don que incluye todo otro don.
Ā”Bendito nuestro Dios!
ĀæQuĆ© bien no nos darĆ”,
que dio sin precio su inefable don,
don despreciado por el pecador?
ĀæQuĆ© bien no nos darĆ”?
Ā”Ni al Hijo perdonĆ³!
Verdad que aquieta todo mi temor
y vence la naciente rebeliĆ³n.
Ā”Ni al Hijo perdonĆ³!
ĀæQuiĆ©n nos condenarĆ”?
JesĆŗs muriĆ³, resucitĆ³ y subiĆ³,
y aboga por nosotros hoy con Dios.
ĀæQuiĆ©n nos condenarĆ”?
Nos justifica Dios.
Tal gracia, ĀæquiĆ©n la puede revocar,
o quiƩn los grillos vuelve a colocar?
Nos justifica Dios.
Nuestro es el triunfo ya.
El Fuerte de Israel se presentĆ³,
luchĆ³ y venciĆ³. La muerte cautivĆ³;
nuestro es el triunfo ya.
244
Hebreos 2.12; Lucas 7.37,38; Apocalipsis 22.17
ContĆ©mplote, SeƱor JesĆŗs,
y al ver tu gran bondad
entiendo con mƔs clara luz
cuƔn grande es mi maldad.
Ā”CuĆ”n poderoso el gran amor
que de la gloria allĆ
te trajo para el pecador,
te trajo para mĆ!
Me maravillo al contemplar
tu vida terrenal,
y al ver tu afƔn en libertar
al hombre de su mal.
Mas, Ā”oh quĆ© triste galardĆ³n
te dan, SeƱor JesĆŗs!
RechĆ”zante, y por baldĆ³n
te clavan a la cruz.
Te espero, y Ā”quĆ© gozo das!
TĆŗ triunfas, mi SeƱor;
y de la tumba al cielo vas
con majestad y honor.
Te espero aĆŗn y clamo, Ā«Ven,
contigo quiero estar.
Con huestes cƩlicas tambiƩn
desĆ©ote adorarĀ».
245
1 Pedro 1.19; Hebreos 3.1; Salmo 17.15
Cordero, TĆŗ, de Dios,
bebiendo TĆŗ por nos
la copa amarga en triste cruz,
salvƔstenos.
Confiamos en tu amor,
JesĆŗs, el Salvador;
pues eres Sacerdote fiel
y buen Pastor.
SĆ³lo eres TĆŗ sostĆ©n,
y TĆŗ nos guiarĆ”s
hasta la gloria, oh Salvador,
a ver tu faz.
246
Salmo 22.31; Juan 14.11; Romanos 15.9 al 12; Apocalipsis 19.5
Cristo siempre digno fuiste
de obtener cordial loor,
que el amor que nos tuviste
joya es de tan gran valor.
Todos juntos te rendimos
gracias por tu caridad;
que en tu santa vida vimos
revelada la verdad.
En tu muerte soportaste
toda nuestra maldiciĆ³n,
cuando TĆŗ nos demostraste
tu divino corazĆ³n.
Alabanzas excelentes
son las que has de recibir
por tus glorias esplendentes,
ahora y en lo porvenir.
Ā”Alabadle, alabadle!
Ā”Santos, vuestra voz alzad!
Fervorosos, adoradle
por su sin igual bondad.
247
Marcos 16.6; Efesios 4.8; 1 Corintios 15.20
Cristo ya ha resucitado, Aleluya,
de la muerte ha triunfado, Aleluya.
El poder de su virtud, Aleluya,
cautivĆ³ la esclavitud, Aleluya.
El que al polvo se humillĆ³, Aleluya,
vencedor se levantĆ³, Aleluya,
y cantamos en verdad, Aleluya,
su gloriosa majestad, Aleluya.
El que a muerte se entregĆ³, Aleluya,
el que asĆ nos redimiĆ³, Aleluya,
hoy en gloria celestial, Aleluya,
reina en vida triunfal, Aleluya.
Cristo nuestro Salvador, Aleluya,
de la muerte vencedor, Aleluya,
pronto vamos sin cesar, Aleluya,
tus loores a cantar. Aleluya.
248
Cantares 1.3; Salmo 138.2
Cual mirra fragante que exhala en redor
su rico perfume, suavĆsimo olor,
tu nombre, oh mi Amado, en mi corazĆ³n
infunde alegrĆa y satisfacciĆ³n.
Cual voz conocida, si escucha el viador
perdido en el bosque, le inspira valor,
tu nombre me anima, haciendo saber
en donde el descanso se puede obtener.
Cual faro avistado, distante en el mar,
por nƔufrago a punto de desesperar,
tu nombre, trayendo mensaje de paz,
el corazĆ³n llena de dulce solaz.
Cual luz que, brillando en alto fanal,
al nauta en la noche seƱala el canal,
tu nombre, esparciendo benƩfica luz,
al puerto celeste me guĆa, JesĆŗs.
JesĆŗs, tierno nombre de precio y valor,
tu nombre bendito, JesĆŗs Salvador,
por cima de todos, sin par, sin igual,
exhala fragancias de amor celestial.
249
1 Timoteo 6.15,16; Mateo 17.1 al 9
Del homenaje y del honor
de toda nuestra adoraciĆ³n,
sĆ³lo eres digno, Salvador,
tema de celestial canciĆ³n.
A Ti queremos alabar.
Indignos somos del honor,
pues nadie puede tributar
lo que mereces, oh SeƱor.
De vida TĆŗ eres manantial;
contigo estĆ” la clara luz.
Amor divino y eternal
se encuentra en Ti, SeƱor JesĆŗs.
Anticipamos, Salvador,
el dĆa de tu reino aquĆ,
en que te rendiremos loor,
viendo en la gloria sĆ³lo a Ti.
250
Salmo 8.5; Apocalipsis 4.11, 5.12
Ā”Digno, digno, digno,
SeƱor JesĆŗs, TĆŗ eres!
Cuando nadie al Padre podĆa contentar,
TĆŗ viniste al mundo,
y en la cruz muriendo,
la obra redentora pudiste consumar.
Ā”Digno, digno, digno!
Te vemos coronado,
pero no de espinas del mundo pecador.
Nos regocijamos
que TĆŗ que nos salvaste
tienes ya corona de gloria y de honor.
Ā”Digno, digno, digno!
En breve los ancianos
sus coronas echarƔn del trono
en derredor.
Te darƔn la gloria,
la honra y la potencia,
porque TĆŗ eres solo de todo el Creador.
Ā”Digno, digno, digno!
Un cƔntico celeste
todos los salvados darƔn a una voz:
Ā«Inmolado fuiste,
y los has redimido
de los pueblos todos y lenguas para DiosĀ».
Digno en tu persona
y digno en tus obras;
la creaciĆ³n del mundo
y tu grande redenciĆ³n.
Digno, siempre digno,
aquĆ te tributamos
nuestras gratitudes de todo corazĆ³n.
251
Juan 19.25,30; Marcos 15.37 al 39
Dulces momentos consoladores,
los que yo paso junto a la cruz.
AllĆ sufriendo crueles dolores,
veo al Cordero, Cristo JesĆŗs.
Veo los brazos de su amor abiertos
que me convidan llegar a Ćl;
y haciendo suyos mis desaciertos,
por mĆ sus labios gustan la hiel.
Veo su angustia ya terminada,
hecha la ofrenda de expiaciĆ³n;
su noble frente, triste, inclinada,
y consumada mi redenciĆ³n.
Dulces momentos, ricos en dones
de paz y gracia, de vida y luz.
SĆ³lo hay consuelos y bendiciones
cerca de Cristo, junto a la cruz.
252
Hebreos 10.21, 13.15; 1 Timoteo 1.17
En Cristo habiendo hallado
pontĆfice real,
por Ćl a Dios llegamos
con libertad filial,
y siendo su santuario
el Ćŗnico lugar
en donde a nuestro Padre
podemos alabar.
Con jĆŗbilo venimos,
con himnos de loor.
Alegres celebramos
las glorias del SeƱor,
perfumes difundiendo
de suave adoraciĆ³n,
al que fue siempre digno
de toda bendiciĆ³n.
PontĆfice divino
tenemos en JesĆŗs;
gozosos nos hallamos
en su celeste luz.
Y nuestros sacrificios
de gracias y loor
en coro alegre suben
por Cristo a Ti, SeƱor.
Honor y excelsa gloria
te damos, nuestro Dios;
de corazones gratos
es eco nuestra voz.
Ā”Oh santo Dios y Padre,
perfecto es tu saber!
Ā”Augusto y ensalzado,
oh TĆŗ, Supremo Ser!
253
Salmo 34.1, 71.8; Lucas 1.47; IsaĆas 28.16, 4.6; Cantares 5.16
En todo tiempo alabarƩ
el nombre de JesĆŗs,
las glorias de mi Redentor,
los triunfos de su cruz.
Mi espĆritu se alegra en Ćl,
mi Dios y Salvador;
el escogido de diez mil,
el Cristo del SeƱor.
PontĆfice, Profeta y Rey;
Pastor y Amigo fiel;
cimiento estable de mi fe,
mi todo yo hallo en Ćl.
Escondedero del turbiĆ³n
y sombra del calor;
habiendo padecido, Ćl
es mi Consolador.
Es luz y guĆa, escudo y sol,
que gracia y gloria da.
Tal es mi Amado, y a Ć©ste yo
he de ensalzar y amar.
254
1 Corintios 10.16, 11.23 al 26
En tu cena nos juntamos
para celebrar, SeƱor,
tu pasiĆ³n, angustia y muerte
y ensalzar tu grande amor;
grande amor, grande amor,
y ensalzar tu grande amor.
Redimidos, ya tenemos
por tu muerte comuniĆ³n.
En el pan te recordamos,
Cristo nuestra salvaciĆ³n;
salvaciĆ³n, salvaciĆ³n,
Cristo nuestra salvaciĆ³n.
En la copa confesamos
que tu sangre es eficaz.
Por tu salvaciĆ³n perfecta
esperamos ver tu faz;
ver tu faz, ver tu faz,
esperamos ver tu faz.
Por tu gracia congregados
en tu paz y con amor,
en espĆritu cantamos
siempre a Ti, oh Redentor;
Redentor, Redentor,
siempre a Ti, oh Redentor.
255
Apocalipsis 4.11, 5.9,12, 19.1 al 8
Es digno nuestro Salvador
de nuestra adoraciĆ³n.
Venid, cantemos su loor
de todo corazĆ³n.
c
Ensalcemos a JesĆŗs,
aclamemos con jĆŗbilo:
Ā”Aleluya, aleluya, aleluya! AmĆ©n.
JesĆŗs es digno del amor
de los que redimiĆ³.
Es digno de una vida fiel
de celo y devociĆ³n.
Si somos salvos por JesĆŗs,
debemos elevar
un cƔntico de gratitud
y culto sin cesar.
256
Juan 1.17; Hebreos 10.12
Fue por JesĆŗs que Dios mostrĆ³
su grande caridad,
y a los perdidos revelĆ³
su gracia y su verdad.
La cruz es prueba de su amor,
su muerte vida da;
Ćl por nosotros padeciĆ³,
ahora es nuestra paz.
Pasada estĆ” la tempestad,
pasĆ³ su gran dolor;
Ćl permanece en majestad,
por siempre vencedor.
Por lo que Ćl hizo, nuestra paz
segura y cierta estĆ”;
mƔs tarde al contemplar su faz
su amor nos bastarĆ”.
257
GƔlatas 3.27; Juan 4.23; 1 Timoteo 6.17
Ā”Gloria a Dios! porque su gracia
en nosotros abundĆ³,
y su fiel misericordia
en nosotros se mostrĆ³.
Ā”Gloria a Dios! porque no mira
nuestra vieja iniquidad;
bondadoso nos reviste
de justicia y santidad.
Ā”Gloria a Dios! que de fe pura
hinche nuestro corazĆ³n,
y del Hijo que ama tanto
nos concede el sumo don.
Ā”Gloria a Dios! que aquĆ nos une
en perfecta y dulce paz,
por su diestra protegidos,
alumbrados por su faz.
Ā”Gloria a Dios! a quien complace
recibir nuestra oraciĆ³n,
nuestros cantos de alabanza,
nuestra pura adoraciĆ³n.
Ā”Gloria a Dios! que en abundancia
toda bendiciĆ³n nos da.
Y si Ćl obra asĆ en la tierra,
Āæen los cielos quĆ© serĆ”?
258
Juan 19.30; Hebreos 1.13; Apocalipsis 22.12
Gloria rindamos a JesĆŗs,
pues nuestras culpas Ćl llevĆ³;
su vida dando en una cruz,
a nuestras almas rescatĆ³.
Ya consumada la obra es
que para Dios Ćl emprendiĆ³;
y, satisfecho de una vez,
Dios a su diestra le ensalzĆ³.
Te vemos exaltado allĆ,
y viĆ©ndote, de corazĆ³n
queremos dirigirte a Ti,
SeƱor JesĆŗs, la adoraciĆ³n.
Viviendo en tu divina paz,
librados de la esclavitud,
sabemos que TĆŗ volverĆ”s,
trayƩndonos cabal salud.
259
Apocalipsis 5.12; Lucas 9.51; 1 Timoteo 6.16
Gloria sea, gloria eterna,
a JesĆŗs, al que muriĆ³,
al que por amor perfecto
su preciosa vida dio.
Ā”Gloria sea, gloria sea,
a aquel que nos rescatĆ³!
Ā”Gloria sea, gloria sea,
a aquel que nos rescatĆ³!
SĆ, su amor es verdadero,
nada lo podrĆ” falsear.
Firme anduvo hasta el madero;
nunca pudo vacilar.
Ā”Gloria sea, gloria sea,
al que asĆ nos supo amar!
Ā”Gloria sea, gloria sea,
al que asĆ nos supo amar!
Celebremos esa historia
consumada con la cruz.
Cantaremos siempre: Ā«Gloria
sea a Ti, SeƱor JesĆŗsĀ».
Ā”Aleluya, aleluya,
al que mora en alta luz!
Ā”Aleluya, aleluya,
al que mora en alta luz!
260
Hebreos 10.20, 2.11; 1 Pedro 2.9
JesĆŗs muriĆ³; su sangre abriĆ³ la entrada
dentro del velo, celestial lugar
en donde el alma, ya purificada,
cerca del Padre pudiese llegar.
Por Cristo entrando, nada allĆ tememos;
su gloria no nos puede anonadar;
en luz estamos y permanecemos
firmes, tranquilos y sin desmayar.
Contigo ahĆ, SeƱor, nos encontramos
con quien nos trajo para nuestro Dios,
en cuya gracia paternal estamos,
gozosos de elevarle nuestra voz.
Por Ti, JesĆŗs, el Hijo bien amado,
por sĆ³lo Ti tenemos admisiĆ³n;
por Ti llegamos, todos como hermanos,
con voz de canto y de adoraciĆ³n.
Oh Dios, de corazĆ³n te agradecemos
que te dignaste al hombre aproximar
a tu regazo, pues, que asĆ quedamos
cual hijos admitidos a tu hogar.
Cual sacerdotes somos consagrados
al Padre para dar adoraciĆ³n;
y ofrenda espiritual de rescatados
rendĆmoste, SeƱor, de corazĆ³n.
261
Filipenses 2.10; Mateo 1.21; Hechos 5.41
Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre
a los que te queremos!
Siempre a tu amor real loor
de gracias rendiremos.
Tus glorias celebramos
del fondo de nuestra alma,
con gratitud por tu salud
y de tu paz la calma.
Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre!
Por Ć©l se ve que TĆŗ amas
tu pueblo aquĆ, unido a Ti,
y en su redor derramas
el gozo de tu gracia
para tus redimidos,
que ya te dan con santo afƔn
loores merecidos.
Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre!
Nos habla de tu vida,
y tu poder en bien hacer,
tu gloria conocida.
Cual Hombre de Dolores
al mundo TĆŗ viniste,
mas por tu cruz, con bella luz
al hombre bendijiste.
Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre!
Es tuya la corona;
divinidad y humanidad
estƔn en tu persona.
Nos revelaste el Padre,
su grande amor mostraste;
su gracia acĆ”, su gloria allĆ”,
TĆŗ sĆ³lo desplegaste.
262
Filipenses 2.7; GƔlatas 6.14; 1 Corintios 2.8; 2 Corintios 8.9
La cruz sangrienta al contemplar
do el Rey de gloria padeciĆ³,
riquezas quiero despreciar
y a la soberbia tengo horror.
Mi gloria y mi blasĆ³n serĆ”n
la cruz de Cristo mi SeƱor,
y lo que di a la vanidad
ya le dedico con amor.
Sus manos, su costado y pies
de sangre manaderos son,
y las espinas de su sien,
mi aleve culpa las clavĆ³.
Cual vestidura regia allĆ,
la sangre cubre al Salvador;
y pues muriĆ³ JesĆŗs por mĆ,
por Ćl al mundo muero yo.
ĀæY quĆ© podrĆ© yo darte a Ti
a cambio de tan grande don?
Es todo pobre, todo ruin;
toma, oh SeƱor, mi corazĆ³n.
263
Juan 3.14, 12.34, 19.30; 1 Pedro 3.18
Levantado fue JesĆŗs
en la dolorosa cruz
para darme paz y luz.
Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo!
Soy yo indigno pecador;
Ćl es justo Salvador;
dio su vida en mi favor.
Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo!
Por mis culpas yo me vi
en peligro de morir;
mas JesĆŗs muriĆ³ por mĆ.
Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo!
El rescate a Dios pagĆ³.
Ā«Consumado esĀ», declarĆ³.
Dios por eso me aceptĆ³.
Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo!
264
Job 26.14, 36.33; IsaĆas 2.22
Load al gran Rey, su gloria anunciad;
su amor a su grey con gracia cantad.
Es nuestro escudo, baluarte y sostƩn,
el Dios poderoso de siglos sin fin.
Ā”CuĆ”n fuerte es Dios! Ā”Mortales temblad!
OĆmos su voz en la tempestad;
brocado de estrellas es su pabellĆ³n,
y vientos y rayos sus Ɣngeles son.
Tu inmensa bondad, ĀæquĆ© lengua dirĆ”,
o quiƩn tu verdad jamƔs sondearƔ?
Con suma largueza tus manos proveen,
y es fiel tu promesa a los que en Ti creen.
El frĆ”gil varĆ³n —aliento que va—
su consolaciĆ³n en Ti hallarĆ”.
Tu misericordia no puede faltar,
y a tu eterna gloria le conducirƔs.
Ā”Tremendo poder! Ā”IlĆmite amor!
Misterioso Ser, te damos loor.
CuĆ”n maravillosa tu gran creaciĆ³n;
mas Ā”oh, quĆ© asombrosa es tu gran redenciĆ³n!
265
Hebreos 1.3, 10.7; Colosenses 1.18
LoĆ”moste, SeƱor JesĆŗs,
quien eres ensalzado;
el Salvador, que por amor
del mundo fue humillado.
En Ti podemos contemplar
la imagen de Dios Padre,
quien tanto amĆ³, que te entregĆ³,
y en Ti ya nos recibe.
De aquella eterna comuniĆ³n,
do con el Padre estabas,
venir quisiste a reunir
a los que se extraviaban.
En Ti el pecado se cargĆ³,
la maldiciĆ³n llevaste;
fue sĆ³lo asĆ, muriendo allĆ,
que nuestra paz compraste.
TĆŗ levantado al cielo estĆ”s,
y no hay quien nos condene.
Salvada estĆ” tu Iglesia ya
y paz perfecta tiene.
En majestad sentado estƔs,
Cabeza de tu Iglesia.
Digno eres, sĆ, que dente allĆ
loor y gloria eterna.
Pues alabƔmoste, SeƱor,
por lo que TĆŗ nos eres,
y hasta que veƔmoste
rogamos que nos guardes.
Ven pronto para conducir
tu Iglesia de este suelo,
para ocupar su eterno hogar
contigo allĆ en el cielo.
266
Hebreos 9.11 al 14, 6.18; Lucas 11.22; 1 Corintios 9.25
Ni sangre hay, ni altar;
cesĆ³ la ofrenda ya;
no sube llama ni humo hoy,
ni mƔs cordero habrƔ.
Mas por el sacrificio de la cruz,
nos quita la maldad la sangre de JesĆŗs.
Con gratitud, SeƱor,
la sangre veo brotar
que dio la paz al pecador,
triunfando en su lugar.
Gran triunfo sobre el reino de SatƔn:
ni queda un enemigo, ni otra lucha habrĆ”.
Con gratitud, SeƱor,
tu gracia acepto yo,
que sobrepuja nuestro mal.
Del Padre es este amor;
amor del Hijo eterno que muriĆ³;
y amor del Santo EspĆritu, del Trino Dios.
Con gratitud, SeƱor,
acudo para tomar
de la esperanza que nos das,
cual ancla, firme estĆ”
del velo adentro, donde el Precursor
entrĆ³, y hoy vive por nosotros ante Dios.
Con gratitud, SeƱor,
corona espero yo.
De vida y gloria ceƱirƔs
a cada vencedor.
NingĆŗn laurel marchito el Juez darĆ”,
mas como el trono eterno de JehovĆ” serĆ”.
267
1 Juan 4.10,19; Juan 14.19; Colosenses 2.15
No fue por nuestro amor a Ti
del Hijo tuyo el don;
de amor la fuente hela aquĆ:
tu corazĆ³n.
SeƱor JesĆŗs, quĆ© grande amor
te trajo y nos ganĆ³,
que soportando asĆ el dolor,
la cruz sufriĆ³.
Cuando en Calvario Dios a Ti,
su hijo, abandonĆ³,
fue por la muerte tuya asĆ
que nos salvĆ³.
Es consumado todo ya,
el velo se rompiĆ³.
Venciste, y tu pueblo acĆ”
contigo entrĆ³.
Las dudas cesan, oh SeƱor,
al verte vivo allĆ,
resucitado y vencedor.
Hay paz por Ti.
Hoy ante el trono, oh Salvador,
queremos adorar,
rendirnos a tu grande amor
y gracias dar.
268
1 Corintios 11.28; IsaĆas 53.5
Obediente a tu mandato,
participa hoy tu grey
de tu cena, y con gozo
acercƔmonos con fe.
Lo que hiciste en el Calvario
por el pobre pecador,
anunciamos en tu nombre,
recordando tu amor.
Recordando tus angustias,
oh divino Redentor,
y la copa de amargura
que por todo pecador
en el GĆ³lgota apuraste,
soportando tu dolor.
Te loamos y adoramos,
oh bendito Salvador.
Gracias, oh JesĆŗs, te damos,
en tu santa comuniĆ³n;
en tu gracia disfrutamos
tu clemencia, tu favor.
Tuya fue la cruz, mas nuestra
es la dicha, es el bien.
Ā”Que la gloria toda sea
tuya para siempre! AmƩn.
269
Efesios 2.13; Mateo 3.17; Filipenses 1.11
Oh Dios de grande amor,
gozamos de tu luz,
y disfrutamos tu favor
por medio de JesĆŗs.
Oh Dios de gracia y de bondad,
gozamos ya de tu amistad.
En Cristo tu placer
completo se encontrĆ³,
pudiendo por su cruz saber
que la obra consumĆ³,
y nos podemos hoy gloriar
en quien nos vino a rescatar.
Eterna es nuestra paz,
SeƱor JesĆŗs, por Ti;
tu bendiciĆ³n y tu solaz
gozamos desde aquĆ.
SĆ³lo eres nuestra salvaciĆ³n;
TĆŗ llenas nuestro corazĆ³n.
270
Cantares 2.4l Efesios 3.19,21
Ā”Oh! ĀæquiĆ©n jamĆ”s
pudo expresar tu amor,
o sondear la hondura, oh Salvador,
del manantial en el Divino Ser,
o la extensiĆ³n, o grande altura ver,
de tal amor?
ĀæQuiĆ©n pudo amor tan vasto conocer?
El cielo no lo pudo contener,
mas hasta nuestro mundo rebosĆ³,
pues al morir en cruz JesĆŗs mostrĆ³
de Dios amor.
ĀæQuiĆ©n pudo cabalmente dar loor
al Dios Omnipotente y Salvador,
que fuese digno de tan grande amor?
El culto que rendimos al SeƱor,
Ā”cuĆ”n dĆ©bil es!
Mas tu condescendiente caridad
nos muestra que la gran benignidad
que abrigas en tu tierno corazĆ³n
sabrĆ” la voz de nuestra adoraciĆ³n
avalorar.
Mas cuando en pura luz tu Iglesia ve
su Amado faz a faz (ya no por fe),
entonces, en sus himnos de loor,
el culto digno de tan grande amor
resonarĆ”.
271
Lucas 2.14; Juan 1.14; 2 Timoteo 1.10
OĆd un son en la alta esfera:
Ā«En los cielos gloria a Dios;
al mortal paz en la tierraĀ»,
canta la celeste voz.
Con los cielos alabemos
al eterno Rey; cantemos
a JesĆŗs, a nuestro bien,
con el coro de BelƩn.
Canta la celeste voz:
Ā«Ā”En los cielos gloria a Dios!Ā»
El SeƱor de los seƱores,
el Ungido celestial,
a salvar los pecadores
vino al mundo terrenal.
Loor al Verbo encarnado,
en humanidad velado;
gloria al Santo de Israel,
cuyo nombre es Emanuel.
Canta la celeste voz:
Ā«Ā”En los cielos gloria a Dios!Ā»
PrĆncipe de paz eterna,
Ā”gloria sea a Ti, JesĆŗs!
De tu heredad paterna
nos trajiste vida y luz.
Has tu majestad dejado,
y buscarnos te has dignado;
para darnos el vivir,
a la muerte osaste ir.
Canta la celeste voz:
Ā«Ā”En los cielos gloria a Dios!Ā»
272
1 Pedro 2.24; IsaĆas 53.6; GĆ”latas 2.20
Ā”QuĆ© carga inmensa, oh SeƱor,
fue impuesta sobre Ti!
TĆŗ padeciste por amor
el mal que merecĆ,
cuando en la cruz, SeƱor JesĆŗs,
moriste en vez de mĆ.
CĆ”liz de muerte y maldiciĆ³n
henchido para mĆ,
tomaste TĆŗ con sumisiĆ³n,
bebiĆ©ndolo por mĆ,
y su amargor volviĆ³ tu amor
en bendiciĆ³n por mĆ.
Su santa vara Dios blandiĆ³,
hiriƩndote a Ti;
Dios mismo te desamparĆ³,
para ampararme a mĆ.
Tu sangre, en don de expiaciĆ³n,
vertiste TĆŗ por mĆ.
De Dios la cĆ³lera estallĆ³,
cayendo sobre Ti;
el rostro Dios de Ti apartĆ³,
para aceptarme a mĆ.
Por tu dolor, JesĆŗs SeƱor,
no hay ira para mĆ.
Por mĆ, SeƱor, moriste TĆŗ;
por tanto en Ti morĆ.
TĆŗ vivo estĆ”s y vivo yo;
no hay muerte para mĆ.
Y por tu honor Ā”oh Salvador!
hay gloria para mĆ.
273
Romanos 8.34; Salmo 122.7; IsaĆas 26.1
Ā”QuĆ© segura estĆ” la Iglesia!
protegida de JehovĆ”,
Dios su muro de defensa,
Dios morando siempre en ella.
ĀæQuiĆ©n la puede condenar?
c
ĀæQuiĆ©n nos puede condenar,
si JehovĆ” por nosotros estĆ”?
ĀæQuiĆ©n nos puede condenar,
si JehovĆ” por nosotros estĆ”?
Ā”QuĆ© feliz estĆ” la Iglesia,
y quƩ rica en el SeƱor!
Ćl la ampara en su flaqueza,
la enriquece en su pobreza,
el tesoro de su amor.
Dios socorro da a su Iglesia
en los dĆas de aflicciĆ³n.
La consuela en su tristeza
con la luz de su presencia;
todo cambia en bendiciĆ³n.
274
Mateo 27.51; Hebreos 6.19, 9.3, 10.20
Ā«Rasgose el veloĀ». Ya no mĆ”s
distancia mediarĆ”.
Al trono mismo de su Dios
el alma llegarĆ”.
Ā«Rasgose el veloĀ». Ā”Sombras id!
La luz resplandeciĆ³;
la cara misma de su Dios
JesĆŗs ya revelĆ³.
Ā«Rasgose el veloĀ». Hecha estĆ”
eterna redenciĆ³n.
El alma pura y limpia ya
no teme perdiciĆ³n.
Ā«Rasgose el veloĀ». Dios abriĆ³
los brazos de su amor.
Entrar podemos donde entrĆ³
JesĆŗs, el Salvador.
El Salvador sentado estĆ”
en alta majestad,
purgados los pecados ya
segĆŗn la santidad.
Entremos, pues. Ā”Oh! adorad
al Dios de amor y luz.
Las preces y las gracias dad
en nombre de JesĆŗs.
275
Juan 19.17; IsaĆas 53.5, 12; Hebreos 12.2
Rechazado por todos JesĆŗs saliĆ³,
llevando su cruz,
y a la cumbre del GĆ³lgota Ćl subiĆ³,
llevando su cruz.
Cual oveja delante del trasquilador,
en silencio estuvo por mĆ el SeƱor,
llevando su cruz.
c
Ā”Oh, quĆ© maravilla!
ĀæPuede ser que Ćl por mĆ la llevĆ³?
Ā”Oh, quĆ© maravilla!
SĆ, por mĆ la cruz llevĆ³.
Aunque supo Ćl bien que tendrĆa dolor
llevando su cruz,
el castigo llevĆ³ con un santo ardor,
llevando su cruz.
Pues la cruz tan pesada no se igualĆ³
al pecado y al juicio que allĆ cargĆ³,
llevando su cruz.
No habrĆan podido tomarle allĆ,
llevando su cruz;
mas su voluntad era morir asĆ,
llevando su cruz.
Ćl puso la vida, y volviola a tomar,
y el gozo propuesto pudo estimar,
llevando su cruz.
Toda carga se fue que tomĆ³ aquel dĆa,
llevando su cruz,
y jamĆ”s volverĆ” por la misma vĆa,
llevando su cruz.
Al verle en la gloria del porvenir
las gracias darĆ© que saliĆ³ a morir,
llevando su cruz.
276
Romanos 4.25; Juan 12.32; 1 Corintios 11.26
RecordƔmoste, SeƱor,
en tu muerte de dolor
por salvar al pecador,
y te adoramos.
En tu cruz, oh Salvador,
vasto amor se nos mostrĆ³
cuando Dios te abandonĆ³,
y te adoramos.
Levantado ahora estƔs
para no morir jamƔs.
En tu amor nos guardarƔs,
y te adoramos.
Pronto, completada ya,
tu Iglesia subirĆ”
y contigo gozarĆ”
de eterna gloria.
Hasta entonces, oh SeƱor,
de tu mesa alrededor,
de los sĆmbolos de amor
participaremos.
277
Mateo 18.20; Lucas 22.19,20; Juan 20.26
Reunidos cual hermanos
en memoria del SeƱor
comuniĆ³n ya disfrutamos,
rodeando al Salvador.
RecordƔmosle en su muerte
y la sangre que vertiĆ³.
Celebramos hoy la cena
que JesĆŗs instituyĆ³.
Disfrutamos su presencia,
alabamos al SeƱor.
Ya no muertos, mas en vida,
nos gozamos en su amor.
278
Juan 1.1, 17.4; Mateo 27.54
Salvador, en Ti confĆo
y te adoro en santidad;
te presento el culto mĆo
ante el trono de verdad.
Me uno con tu Iglesia aquĆ
para dar loor a Ti.
Te alabamos porque TĆŗ eres
Hijo del eterno Dios;
igualdad con Ćl posees,
santo, justo Salvador.
Insondable es tu saber;
sin igual es tu poder.
Oh SeƱor, te contemplamos
al salir del cielo allĆ”;
en el mundo te miramos
siempre activo en tu bondad.
Toda perfecciĆ³n se ve
en tu humilde andar de fe.
Cuando al fin en cruz te vemos
en tu pena y amargor,
entenderlo no podemos;
Ā”quĆ© infinito es este amor!
Oh SeƱor, henos aquĆ;
nos postramos ante Ti.
279
IsaĆas 6.3; Apocalipsis 4.8
Ā”Santo, santo, santo!
SeƱor omnipotente,
siempre el labio mĆo loores te darĆ”.
Ā”Santo, santo, santo! Te adoro reverente,
Dios en tres personas, bendita Trinidad.
Ā”Santo, santo, santo!
En numeroso coro
santos escogidos te adoran sin cesar,
de alegrĆa llenos, y sus coronas de oro
rinden ante el trono y el cristalino mar.
Ā”Santo, santo, santo! La inmensa
muchedumbre
de Ɣngeles que cumplen
tu santa voluntad
ante Ti se postra, baƱada de tu lumbre;
ante Ti que has sido, que eres y serƔs.
Ā”Santo, santo, santo! Por mĆ”s
que estƩs velado,
e imposible sea tu gloria contemplar,
santo TĆŗ eres solo, y nadie hay a tu lado,
en poder perfecto, pureza y caridad.
Ā”Santo, santo, santo!
La gloria de tu nombre
vemos en tus obras en cielo, tierra y mar.
Ā”Santo, santo, santo!
Te adorarĆ” todo hombre;
Dios en tres personas, bendita Trinidad.
280
Salmo 42.7; JonƔs 2; Marcos 15.34; Hebreos 10.12
SeƱor, nos recordamos
de tu pasiĆ³n aquĆ,
cual sustituto santo,
sufriendo tu alma asĆ.
El cƔliz de amargura,
con plena sumisiĆ³n,
TĆŗ mismo lo agotaste,
SeƱor, Ā”quĆ© redenciĆ³n!
Las olas vengadoras
de cĆ³lera penal
por sobre Ti pasaron
con peso judicial;
y tu alma sumergida
probĆ³ la maldiciĆ³n
debida a los perdidos,
por nuestra salvaciĆ³n.
Sabemos que tu muerte
quitĆ³ la acusaciĆ³n
en contra del pecado;
Ā”quĆ© grande expiaciĆ³n!
Mas, ĀæcuĆ”l no fue el tormento
que tu alma allĆ” sufriĆ³,
cuando el divino rostro
de Ti Dios apartĆ³?
Y, ĀæquiĆ©n dirĆ” quĆ© gozo
el Padre en Ti sintiĆ³
en ese mismo instante
en que Dios te dejĆ³?
Mas a su diestra ahora
sentado en gloria estƔs,
do esperas el momento
en que TĆŗ volverĆ”s.
281
Lucas 23.33; Hebreos 2.9; Marcos 16.6
SeƱor, queremos acudir
por fe al Calvario, y contemplar
la muerte de JesĆŗs, y asĆ
su amor sentir, y descansar.
En su obra consumada allĆ
tenemos hoy reposo y paz.
Su espĆritu angustiado fue
desamparado de su Dios.
Llevando nuestras culpas, Ćl
gustĆ³ la muerte y maldiciĆ³n.
TĆŗ le ensalzaste, y puede ver
el fruto de su redenciĆ³n.
Nos alegramos en pensar
que su agonĆa se acabĆ³.
La muerte ya no puede mƔs;
la tumba ya su presa dio.
EstĆ” sentado en majestad,
y coronado vencedor.
282
Juan 1.14; Mateo 1.21; 1 Corintios 15.24
SeƱor, TĆŗ eres Hijo del Padre potente,
aun antes del mundo creado existente.
En Ti se reĆŗnen las glorias celestes,
loores te rinden del cielo las huestes.
JesĆŗs, Emanuel es tu nombre selecto;
viniste a la tierra cual hombre perfecto.
Moriste en la cruz, Ā”oh misterio sublime!
Tu muerte al humano perdido redime.
Cristo, en la magnĆfica altura sentado,
esperas el dĆa glorioso, anhelado,
en el que serate este mundo sujeto,
y el plan de tu Padre hallarase completo.
283
Santiago 2.7; Hechos 3.16, 4.12; IsaĆas 53.3
SeƱor, tu nombre amamos,
y en humildad venimos;
la fortaleza y bendiciĆ³n
por siempre te atribuimos.
Cantamos tus loores
con alma y voz unidas;
pues TĆŗ eres digno, y sĆ³lo TĆŗ,
de honor, poder y gloria.
SeƱor, tu nombre amamos,
de Dios su amor declara;
cuando el mundo no existĆa aĆŗn,
TĆŗ al hombre vil amabas.
Amor eterno el tuyo,
que hallĆ³ en nosotros gozo;
vendiste todo por comprar
el Ā«especial tesoroĀ».
SeƱor, tu nombre amamos;
del nacimiento habla,
do principiose en humildad
tu senda solitaria.
VarĆ³n, TĆŗ, de dolores,
las penas te afligieron;
bebiste el cƔliz de amargor,
de espinas te ciƱeron.
SeƱor, tu nombre amamos:
Cordero designado,
sin mancha alguna de maldad,
la nuestra TĆŗ has llevado.
Cumplida la gran obra,
y tuya la victoria,
vestido y coronado estƔs
con majestad y gloria.
284
Mateo 26.26 al 28; Hebreos 10.20; Juan 14.11
SeƱor, TĆŗ nos invitas
tu cena a celebrar,
dejando nuestras cuitas,
tu amor a disfrutar.
Tomando nuestra suerte,
tornaste, oh Salvador,
emblemas de tu muerte
en festival de amor.
Tu cuerpo lacerado
nos trajo salvaciĆ³n;
el pan TĆŗ nos has dado
por santa comuniĆ³n.
La copa de amargura
bebiste TĆŗ, oh JesĆŗs;
mas cƔliz de dulzura
nos diste por tu cruz.
Ya tu obra consumada
en su totalidad
abrionos una entrada
a tu felicidad.
No solamente vemos
tus hechos, oh SeƱor;
ahora conocemos
tu corazĆ³n de amor.
Y el Padre —conocido
en Ti, su rico don—
se siente complacido
de nuestra adoraciĆ³n.
285
GƔlatas 3.13; Colosenses 2.14; Salmo 69.4
Somos por JesĆŗs salvados
y gozamos de la luz,
de la maldiciĆ³n librados,
rescatados por la cruz,
por el indecible amor
de JesĆŗs, el Salvador.
Sorprendente es contemplarle
en la cruz, do se entregĆ³
a cargarse del pecado,
por lo cual Dios le dejĆ³.
Y hecho por nos maldiciĆ³n,
tuvo roto el corazĆ³n.
Satisfizo Ćl la demanda
que Dios en la Ley dictĆ³,
cuando diose por ofrenda
y con sangre nos comprĆ³.
Todo ha consumado ya,
y Dios satisfecho estĆ”.
Alabanzas tributemos
al que tal amor mostrĆ³;
alabanzas siempre demos
al que tanto se humillĆ³.
Al eterno Salvador,
demos sempiterno loor.
286
1 Pedro 2.9; 1 Corintios 1.9, 6.11
Todos juntos levantemos
gracias al buen Salvador;
siempre es grande su paciencia,
y eternal su dulce amor.
Ā”Aleluya, aleluya,
proclamemos su loor!
El divino Rey eterno
nos rodea con favor;
santifica a los creyentes
y perdona al pecador.
Ā”Aleluya, aleluya,
proclamemos su loor!
Que tengamos, pues, confianza,
fiel es nuestro Salvador,
y en el cielo reunidos
cantaremos su loor.
Ā”Aleluya, aleluya,
cantaremos su loor!
287
Hebreos 2.14; Apocalipsis 19.12
Ā”Triunfo, triunfo! Cantemos la gloria
del Rey poderoso, por cuya victoria
quedĆ³ abolido el poder de la muerte.
El fuerte vencido por uno mƔs fuerte;
JesĆŗs vencedor, y vencido SatĆ”n.
El Crucificado, por Dios coronado,
SeƱor glorioso serƔ proclamado.
Daranle honores, dominio y grandeza
los siglos futuros, eterna realeza
de que Ćl es digno y muy pronto tendrĆ”.
Su frente celeste ciƱendo corona,
los hombres honrando su santa persona,
el cetro terrestre en breve empuƱando,
en paz le veremos cual rey dominando
en cielos y tierra el reino de Dios.
288
Salmo 2; Apocalipsis 17.14, 19.16
Ā”Ved a Cristo, ser de gloria!
es del mundo el vencedor.
De la guerra vuelve invicto;
todos deben darle loor.
c
Coronadle, coronadle,
coronadle Rey de reyes.
Homenaje tributadle,
tributad al Salvador.
Pecadores se burlaron,
despreciando al Salvador,
mas los santos redimidos
hoy proclƔmanle SeƱor.
Exaltadle, exaltadle;
ricos triunfos trae JesĆŗs,
en los cielos entronado
en la refulgente luz.
Escuchad las alabanzas
que se elevan hacia aquel
que por nos fue inmolado.
Dad honores a Emanuel.
289
Marcos 15.34; Juan 19.30; GƔlatas 6.14
Ved al divino Salvador
en la cruz, en la cruz,
morir en vez del pecador
en la cruz, en la cruz.
Gimiendo triste clama asĆ:
Ā«Eloi, Āælama sabactanĆ?Ā»
Ā”Oh ved cuĆ”l agoniza allĆ,
en la cruz, en la cruz!
La gran batalla peleĆ³
en la cruz, en la cruz.
Victoria plena consiguiĆ³
en la cruz, en la cruz.
Del hondo abismo libre ya,
Ćl dice: Ā«Consumado estĆ”Ā»,
y al Padre Dios su vida da
en la cruz, en la cruz.
La triste historia cantarƩ
de la cruz, de la cruz.
Tan sĆ³lo me gloriarĆ©
en la cruz, en la cruz.
PerdĆ³n y paz poseo yo,
allĆ do Cristo padeciĆ³;
do Ćl por mĆ la vida dio
en la cruz, en la cruz.
290
Apocalipsis 1.5; Efesios 1.3; Salmo 51.7
Venid, cantad de gozo en plenitud,
y dad loor a quien su sangre dio,
y luego en ella nos lavĆ³,
de nuestra lepra nos limpiĆ³,
y nos librĆ³ de nuestra esclavitud.
c
Ćl nos librĆ³ de culpabilidad,
y nos limpiĆ³ para la eternidad.
De toda bendiciĆ³n celeste nos colmĆ³;
Ā”precioso Salvador, el que por nos muriĆ³!
Oh Dios de amor, que viniste a sufrir,
llevando asĆ toda la maldiciĆ³n,
y en vez de eterna perdiciĆ³n
nos proporcionas salvaciĆ³n,
que sin Ti nadie puede conseguir.
Honor y gloria en todo su esplendor
serĆ”n el fin del que sigue a JesĆŗs,
tomando por su amor la cruz
y guiado siempre por su luz,
constante sigue en pos de su SeƱor.
291
Apocalipsis 5.9,11, 7.9
Venid con cƔnticos, venid,
del trono alrededor,
con Ɣngeles loor rendid
a Cristo, Salvador.
Con Ɣngeles loor rendid
a Cristo, Salvador.
De nuestras gracias digno es Ćl,
quien en la cruz bebiĆ³
la copa de amarga hiel
que vida al hombre dio;
la copa de amarga hiel
que vida al hombre dio.
Cantad mortales por doquier,
cantadle con ardor.
Ćl siempre es digno de poder,
riquezas y loor.
Ćl siempre es digno de poder,
riquezas y loor.
Con gozo, pues, alzad la voz,
alegre voz alzad;
y con los Ɣngeles de Dios
a Cristo celebrad,
y con los Ɣngeles de Dios
a Cristo celebrad.
292
1 Pedro 1.19; Hebreos 4.15; Juan 17.24
Venid, hermanos, celebrad
las glorias y la dignidad
de Cristo, el Salvador.
Pues Ćl en todo es sin igual
y, con el coro celestial,
debemos darle loor.
Ā”QuĆ© sangre mĆ”s preciosa dio,
cuando Ćl del juicio rescatĆ³
al pobre pecador!
Y Ā”oh, quĆ© grande perfecciĆ³n
los cubre a los que salvos son
por Ćl en su favor!
Y cuando dƩbiles estƔn,
socorro en Ćl encontrarĆ”n;
pontĆfice es Ćl.
Y, si el creyente peca, ya
JesĆŗs por Ćl abogarĆ”,
cual abogado fiel.
Veremos pronto al Salvador,
pues volverĆ” con mucho ardor
su Iglesia a transportar.
Entonces por la eternidad
celebraremos su bondad,
con gozo sin cesar.
293
Apocalipsis 5.9,11, 7.9
Venid, nuestras voces alegres unamos
al coro celeste del trono en redor.
Sus voces se cuentan por miles y miles,
mas todos se inflaman en un mismo amor.
Ā«Es digno el Cordero que ha muertoĀ», proclaman,
Ā«de estar exaltado en los cielos asĆĀ».
Ā«Es digno el CorderoĀ», decimos nosotros,
Ā«pues Ćl por nosotros su vida dio aquĆĀ».
A Ti que eres digno, se dan en los cielos
poderes divinos y gloria y honor;
y mƔs bendiciones que darte podemos,
por siempre a tu trono se eleven, SeƱor.
Ā”El nombre sagrado del Dios
de los cielos
a una bendiga la gran creaciĆ³n!
Ā”Y lleve al Cordero, sentado en el trono,
el dulce tributo de su adoraciĆ³n!
294
Juan 19.30; Salmo 22.1,31
Voz de amor y de clemencia
en el GĆ³lgota sonĆ³,
y al oĆrla, con violencia
el Calvario retemblĆ³.
Ā«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
fue la voz que Cristo dio.
Voz de escarnio y de ironĆa
vil pronuncia el hombre audaz,
mientras Cristo en su agonĆa
hace al sol nublar su faz.
Ā«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
fue la voz del Dios veraz.
Entre angustias y dolores,
sin amparo se encontrĆ³
el SeƱor de los seƱores,
el que al dĆ©bil amparĆ³.
Ā«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
y su espĆritu entregĆ³.
Ya el infierno estĆ” vencido
y la muerte es sin horror
para el hombre redimido
que confĆa en su SeƱor.
Ā«Consumado es, consumado es,
consumado esĀ»,
el rescate de amor.
295
Lucas 24.5,51; Hebreos 7.25
Ya pasĆ³ la noche triste,
noche de dolor,
cuando en cruz cruel sufriste,
oh SeƱor.
Por los hombres inmolado
nunca mƔs serƔs,
ni por Dios desamparado
te verƔs.
Ni la tumba dominante
te tendrƔ jamƔs.
De la muerte triunfante
ya TĆŗ estĆ”s.
En la gloria levantado,
puedes hoy salvar
por tu obra consumada,
y guardar.
Ya tu Iglesia redimida
goza de tu amor,
mas desea tu venida
con fervor.
Porque entonces la riqueza
toda se verĆ”,
que la cruz con su tristeza
te darĆ”.
296
1 Juan 1.5, 4.8; Lucas 22.19,20
Yo quisiera, oh Salvador,
comprender tu gran amor;
cerca de tu cruz morar,
tu agonĆa contemplar.
Veo yo que Ā«Dios es luzĀ»
en la muerte de JesĆŗs;
y veo en su gran dolor
que tambiĆ©n Ā«Dios es amorĀ».
Participo ya del pan,
y mis ojos mirarƔn
a JesĆŗs que en cruz muriĆ³
por mĆ, indigno pecador.
En la copa yo verƩ
la figura, por la fe,
de la sangre de JesĆŗs,
derramada allĆ en la cruz.
Humillado quedarƩ
al mirar la cruz por fe.
Ā”Oh cuĆ”n vil he sido yo,
pues por mĆ JesĆŗs sufriĆ³!
297
JosuƩ 24.17; Hechos 15.3; 3 Juan 8
Con gran gozo y gran placer
nos volvemos hoy a ver;
nuestras manos otra vez
estrechamos.
Se contenta el corazĆ³n,
ensanchƔndose de amor.
Todos a una voz a Dios
gracias damos.
c
Ā”Bienvenido! Ā”Bienvenido!
Los hermanos de aquĆ
nos gozamos en decir:
Ā”Bienvenido! Ā”Bienvenido!
Al volvernos a reunir,
Ā”bienvenido!
Hasta aquĆ Dios te ayudĆ³,
ni un momento te dejĆ³,
y a nosotros te volviĆ³:
Ā”Bienvenido!
El SeƱor te acompaĆ±Ć³,
su presencia te amparĆ³,
del peligro te guardĆ³:
Ā”Bienvenido!
Dios nos guarde en este amor,
para que de corazĆ³n,
consagrados al SeƱor,
le alabemos.
En la eterna reuniĆ³n,
do no habrĆ” separaciĆ³n,
nuestra eterna adoraciĆ³n
le daremos.
298
Juan 10.15,16, 17.11; 1 Pedro 1.5
Dios os guarde con su gran poder,
protegidos y abrigados,
recibiendo sus cuidados;
Dios os guarde con su gran poder.
c
En fraterno amor nos veremos
a los pies de nuestro Salvador,
para nunca mƔs separarnos,
un redil con nuestro buen Pastor.
Dios os guarde por su tierno amor,
y bebiendo de sus fuentes,
aunque del hogar ausentes;
Dios os guarde por su tierno amor.
Dios os guarde del poder del mal,
de pecados y de errores,
de peligros y temores;
Dios os guarde del poder del mal.
Dios os guarde para su loor,
para su presente gozo
en servicio y en reposo;
Dios os guarde para su loor.
299
Salmo 39.4,5; Job 14.5; 2 Corintios 6.2
Medita que has perdido
por siempre un aƱo mƔs,
un aƱo de tu vida
que nunca volverĆ”.
Sus horas han marchado,
llevƔndose al volar
las huellas del pecado
que te han de condenar.
c
Veloz el aƱo pasa;
Ā”quizĆ”s tu Ćŗltima ocasiĆ³n!
SĆ© salvo mientras dura
el dĆa de salvaciĆ³n.
Medita que pasaron
al mundo eternal
mil seres que empezaron
contigo el aƱo actual.
Son almas que abandonan
la humana vanidad;
son voces que pregonan
cercana eternidad.
Medita que el Maestro,
brindando salvaciĆ³n,
mil veces a la puerta
llamĆ³ del corazĆ³n.
QuizƔs la voz que hubiste
asĆ de rechazar,
por vez postrera insiste,
cansada de llamar.
300
Salmo 90.6; Lucas 13.7, 18.13; Job 7.6
Un aƱo acaba hoy,
un aƱo mĆ”s volĆ³,
durante el cual el Salvador
me hablaba al corazĆ³n.
c
Dios sĆ© propicio a mĆ,
yo soy un pecador.
Confieso mi pecado a Ti,
confiado en Cristo estoy.
No sƩ si yo tendrƩ
un aƱo mĆ”s aquĆ,
mas sƩ bien que la eternidad
no tardarĆ” en venir.
El dĆa de ayer se fue;
maƱana no llegĆ³.
MaƱana acaso muerto estƩ,
ĀæquĆ© harĆ© del dĆa de hoy?
Mi vida escrita estĆ”
delante del gran Juez;
si mira Dios la iniquidad,
perdido yo serƩ.
IrƩ con fe al SeƱor;
sĆ© que por mĆ muriĆ³;
sƩ que en su sangre hay valor,
y que oye mi oraciĆ³n.
301
Efesios 5.18,25; 2 Corintios 13.14
Ā”Oh nuestro Padre! ahora
venimos a pedir
bendigas a los novios
que acƔbanse de unir.
CorĆ³nalos, Ā”oh Padre!
con celestial favor;
haz TĆŗ que estĆ©n constantes
y fieles en amor.
Y TĆŗ, SeƱor amante,
que sufriste en la cruz,
que asĆ tu amada Iglesia
gozara eterna luz.
AyĆŗdalos, rogamos,
a preparar su hogar
como Betania sea,
do TĆŗ podrĆ”s morar.
EspĆritu divino,
TĆŗ, fiel Consolador,
en pruebas de la vida,
en goces o aflicciĆ³n,
que tengan tu potencia
en toda plenitud,
y en santidad de vida
demuestren tu virtud.
Ā”Oh trino Dios eterno!
escucha esta oraciĆ³n,
y en vuestro amor tan tierno
danos contestaciĆ³n.
Haz TĆŗ que sea vista
en su felicidad
de Cristo y de su Iglesia
la eterna unidad.
302
GĆ©nesis 2.22; Marcos 10.8; Efesios 5.25,33
Ā”Oh Padre Dios! te adoramos;
de corazĆ³n te alabamos,
porque en tu grande compasiĆ³n
has dado grata bendiciĆ³n
a dos hermanos hoy.
A Ti tus hijos gracias dan
que, como hiciste con AdƔn,
esposa has aparejado,
que hoy con gozo puedes dar
tu hijo a acompaƱar.
Y mientras en el mundo estƩn
haz TĆŗ que mutuamente den
las tiernas pruebas de su amor,
como a su Iglesia el Salvador
continuamente da.
Ā”Oh! hazlos siempre procurar
tu dulce comuniĆ³n gozar,
siguiendo su obra terrenal,
hasta que en el eterno hogar
con Cristo vivirƔn.
303
Juan 2.7; 1 Pedro 3.7
SeƱor, con reverencia aquĆ
venimos a rogar
que tu mĆ”s rica bendiciĆ³n
descienda a reposar
sobre los dos que hoy ante Ti
se unen en santo amor;
para que juntos sĆrvante
con gracia y con fervor.
Coherederos son en Ti,
unidos en amor.
Dales tu comuniĆ³n, SeƱor,
en ese nuevo hogar.
SĆ© TĆŗ su amparo y su sostĆ©n;
sƩ su consolador,
su consejero y proveedor;
sƩ su continuo bien.
ConcƩdeles el gozo que
disiparĆ” el pesar,
que en momento de aflicciĆ³n
ellos han de encontrar
la dulce paz, el gran solaz,
que has prometido dar
al corazĆ³n que en oraciĆ³n
la sabe aprovechar.
Los presentamos ante Ti;
dales tu bendiciĆ³n;
tu amor, tu gracia, gozo y paz
derrama en profusiĆ³n.
Dales paciencia, fe, piedad;
cĆ³lmalos de tu bien,
hasta que por la eternidad
en tu mansiĆ³n estĆ©n.
304
1 Corintios 15.55; Filipenses 1.23; Oseas 13.14
Durmiendo en calma en el SeƱor,
reposa el santo sin dolor.
En este sueƱo al despertar
y hallarse en su deseado hogar.
Durmiendo en Ćl, la tempestad
se cambia en gran serenidad.
En tal bonanza, el viento y mar
cesan con furia de bramar.
Durmiendo en Ćl, no queda allĆ
seƱal de haber luchado aquĆ.
Ā”No mĆ”s maldad, no mĆ”s dolor!
CesĆ³ la pena y su amargor.
Durmiendo en Ćl, en santa paz,
ya nuestro hermano ve su faz;
viviendo en refulgente luz,
en compaƱĆa de JesĆŗs.
Durmiendo en Ćl, hasta sonar
la hora en que vendrĆ” a buscar
sus santos, para al cielo ir
y en uno a todos reunir.
Ya vive en Ti, oh Salvador.
Gracias te damos y loor,
porque tu muerte anonadĆ³
la muerte, y su aguijĆ³n quitĆ³.
305
Daniel 12.2; Apocalipsis 7.17
Oye lo que la voz celeste dice
de los que en paz con el SeƱor murieron;
su nombre exhala aromas y perfumes,
blando es su lecho, y muy feliz su sueƱo.
Murieron en JesĆŗs y son benditos,
su espĆritu disfruta ya del cielo,
y de las asechanzas de este mundo
muy victoriosos ellos ya salieron.
Purificados de terrena mancha,
Dios los acoge en su benigno seno,
y en aquel buen lugar de santa gloria
gozan felices galardĆ³n eterno.
306
1 Tesalonicenses 4.16; Hechos 8.2; Apocalipsis 4.1
ĀæPor quĆ© lamentamos si marcha el hermano?
ĀæPor quĆ© ante su tumba temblamos de horror,
si todos creemos que vive su alma,
y Cristo la estrecha en sus brazos de amor?
ĀæNo estamos nosotros viajando hacia arriba
tambiƩn, y siguiendo del tiempo el volar?
JamƔs anhelemos retraso en las horas
que al Dios bondadoso nos han de acercar.
Medrosos temblamos, llevando a la tumba
el cuerpo que yerto dejamos allĆ.
Mas hoy recordamos que Cristo, muriendo,
el triunfo ganĆ³ por nosotros aquĆ.
De todos los suyos bendijo el sepulcro,
y el lecho de todos su gracia ablandĆ³.
Los cuerpos que mueren, Āædo harĆ”n su descanso,
si no donde el mismo JesĆŗs descansĆ³?
De allĆ levantose, subiendo a los cielos,
y al hombre el camino dignose enseƱar.
TambiƩn al SeƱor subirƔn nuestros cuerpos
el dĆa tremendo del gran despertar.
Resuene del Ɣngel la aguda trompeta:
Ā«Hermanos, el sueƱo letal sacudid.
Alzaos creyentes que estƔis bajo tierra
Ā”oh justos benditos, al cielo subid!Ā»
307
Salmo 69.1,29; GƔlatas 2.20; Romanos 6.1
En las aguas de la muerte
sumergido fue JesĆŗs;
mas su amor no fue apagado
por sus penas en la cruz.
Levantose de la tumba,
las cadenas sacudiĆ³;
y triunfante y victorioso
a los cielos Ćl subiĆ³;
y triunfante y victorioso
a los cielos Ćl subiĆ³.
c
Salvo soy, salvo soy;
en las aguas del bautismo
hoy confieso yo mi fe.
Salvo soy, salvo soy,
y deseo consagrarme
al SeƱor que me salvĆ³.
En las aguas del bautismo
hoy confieso yo mi fe;
Jesucristo me ha salvado
y por Cristo vivirƩ.
Desde hoy yo para el mundo
y el pecado muerto estoy;
y deseo consagrarme
al SeƱor, que me salvĆ³;
y deseo consagrarme
al SeƱor, que me salvĆ³.
Yo, que estoy crucificado,
ĀæcĆ³mo mĆ”s podrĆ© pecar?
Yo, que estoy resucitado,
otra vida he de llevar.
Pues, no reine ya en nosotros
el pecado engaƱador;
presentemos nuestros cuerpos
a servir a nuestro Dios;
presentemos nuestros cuerpos
a servir a nuestro Dios.
308
Hechos 2.41; Romanos 6.4; 1 Pedro 3.21
Yo quiero obedecerte,
JesĆŗs, mi Salvador,
y en agua bautizarme
segĆŗn tu ley, SeƱor.
c
SeƱor, que TĆŗ me ayudes
tu nombre a ensalzar,
y en novedad de vida
continuamente andar.
AsĆ la fe demuestro
que sĆ³lo estĆ” en JesĆŗs:
que yo con Ćl he muerto
al mundo por su cruz.
Al mundo yo renuncio,
sus pompas vanas son;
ahora al cielo aspiro
de todo corazĆ³n.
En novedad de vida
contigo yo andarƩ,
mi Salvador y GuĆa,
mi Redentor y Rey.
Entonces en tu reino,
vencido todo el mal,
darame allĆ tu mano
corona celestial.
309
Efesios 1.7,13, 2.1, 4.5; GƔlatas 3.27
Yo vivĆa en el pecado
y doctrinas del error
me guiaban, engaƱado,
a una muerte de terror.
c
Soy salvado del abismo;
con JesĆŗs al cielo voy,
y confieso por bautismo
que del mundo ya no soy.
Tuve el corazĆ³n muy triste
por en vano paz buscar,
pero a mĆ, SeƱor, dijiste:
Ā«Yo harete descansarĀ» .
Es la sangre que me salva
y en tu paz me guardarĆ”;
el EspĆritu me sella
y me santificarĆ”.
Antes, muerto en el pecado,
ya he muerto con JesĆŗs;
y del mundo separado
yo me juzgo por la cruz.
En el agua sumergido
testimonio a todos doy:
que yo en Cristo he creĆdo,
y por Ćl salvado soy.
310
JeremĆas 24.7; Tito 2.11,12; Ezequiel 36.26; 2 Corintios 5.17
A Jesucristo quiero llegarme,
sĆ© que la dicha en Ćl hallarĆ©.
Ćl es mi amigo, tierno y amante;
dulce es su nombre, santa su ley.
c
Ven, oh niƱo, ven. Con Ćl feliz serĆ”s,
nuevo corazĆ³n de Ćl recibirĆ”s.
Cristo te aguarda, quiere tu bien;
a Jesucristo, niƱo, ven.
De Jesucristo, fuente de gracia,
esta noticia grata te doy:
Que ama a los niƱos, y los recibe;
Ćl me ha llamado, y a Cristo voy.
En Jesucristo todas mis culpas
fueron cargadas, Ćl las llevĆ³,
y por su gracia me santifica,
pues en mi alma la derramĆ³.
Con Jesucristo voy cada dĆa;
Ćl es mi apoyo, marcho por fe
hacia su trono, y allĆ” en la gloria
con Jesucristo yo reinarƩ.
311
Salmo 101.3, 25.21; Proverbios 14. 2
Con estos ojitos que Dios me ha dado
a Ćl tengo que mirar,
y en el camino por Ćl enseƱado
ahora yo he de andar.
Mis piecesitos a Ćl obedientes
sus sendas han de guardar,
y estos oĆdos a lo que es puro
sĆ³lo deben escuchar.
Con estas manitas, siempre sumisas,
servir debo al Salvador.
Con corazoncito buscar sus sonrisas,
con boca cantar su amor.
Y cuando al cielo por Dios sea llamado
para ir al SeƱor JesĆŗs,
a mi cabecita por Ćl serĆ” dada
corona de gloria y luz.
312
Juan 13.15; Hebreos 12.2
Cristo amante, buen Pastor,
oye TĆŗ mi peticiĆ³n;
mĆrame en tu gran amor,
dame hoy tu bendiciĆ³n.
Cristo santo, veo en Ti
el ejemplo para mĆ.
Eres bueno, oh Salvador,
puro es tu perfecto amor.
Yo tambiƩn quisiera ser
lo que en Ti alcanzo ver.
Dame nuevo corazĆ³n;
reina en Ʃl, sƩ mi SeƱor.
Cristo mĆo, en humildad
a tus pies ahora estoy;
en el reino celestial
quiero yo contigo estar.
313
Marcos 9.42; 1 Pedro 2.21
Cristo amĆ³ a los niƱos, tanto Ćl los amĆ³
que muriĆ³ por ellos y asĆ los salvĆ³.
c
Yo soy dƩbil niƱo,
esto sƩ, esto sƩ,
pero a Cristo amo,
y me ama Ćl.
Cristo me invita que le sirva acĆ”,
a seguir sus pasos Ćl me ayudarĆ”.
Jesucristo amante, yo te ruego aquĆ
que me ayudes siempre a vivir por Ti.
314
Mateo 14.21, 19.13 al 15; Juan 13.1
Cristo me ama, me ama a mĆ;
su palabra dice asĆ.
NiƱos pueden ir a Ćl,
quien es nuestro amigo fiel.
c
SĆ, Cristo me ama, sĆ, Cristo me ama,
sĆ, Cristo me ama, la Biblia dice asĆ.
Cristo me ama, Ćl muriĆ³
y la gloria nos abriĆ³;
mis pecados borrarĆ”,
me darĆ” la entrada allĆ”.
Cristo me ama; dƩbil soy,
pero a Ćl las gracias doy,
que en el cielo vive ya,
y del mal me librarĆ”.
Cristo me ama, no se va;
a mi lado siempre estĆ”.
Cuando Ćl vĆ©ngame a buscar,
siempre con Ćl he de estar.
315
Mateo 5.16; Proverbios 4.18; Daniel 12.3
Cristo quiere ver nuestra luz brillar
en la claridad de su divino hogar;
entre las tinieblas Ćl desea ver
nuestra luz brillante resplandecer.
Que la luz, primero, sea para Ćl;
Dios conoce al niƱo que a su voz es fiel.
Desde el alto cielo siente gran placer,
viendo nuestras luces resplandecer.
Los que para Dios brillan hoy acĆ”,
brillarƔn mƔs claro en el cielo allƔ.
Cristo grande gozo siempre ha de tener,
viendo nuestras luces resplandecer.
316
Mateo 19.15; Proverbios 8.17; IsaĆas 40.11
Cuando leo en la Biblia
cĆ³mo llama JesĆŗs
y bendice a los niƱos con amor,
yo tambiƩn quisiera estar
y con ellos descansar
en los brazos de mi buen Salvador.
Ver quisiera sus manos
sobre mĆ reposar,
cariƱosos abrazos de Ćl sentir;
sus miradas disfrutar,
las palabras escuchar:
Ā«A los niƱos dejad a mĆ venirĀ».
Sin embargo, a su estrado
en oraciĆ³n puedo ir
y tambiƩn de su amor participar.
Pues si aquĆ buscarle sĆ©,
le verƩ y le escucharƩ
en el reino que Ćl fue a preparar.
Ā”CuĆ”ntos hay que no saben
de esa bella mansiĆ³n,
y que no quieren a JesĆŗs oir!
Yo quisiƩrales mostrar
que para ellos hay lugar
en el cielo do los convida a ir.
Ā”CuĆ”nto anhelo aquel tiempo
venturoso sin fin
-el mĆ”s grande, el mĆ”s lĆŗcido, el mejor-
cuando de cualquier naciĆ³n
niƱos mil sin distinciĆ³n
a los brazos acudan del SeƱor!
317
Apocalipsis 5.11, 14.3, 15.3
Del trono santo en derredor
niƱitos mil estƔn;
los rescatados del SeƱor,
y allĆ las gracias dan. Cantan:
c
Ā«Ā”Gloria, gloria,
Aleluya al santo Dios!Ā»
Mas, ĀæcĆ³mo al mundo superior,
aquel celeste hogar
en donde todo es paz y amor,
pudieron ya llegar? Cantan:
Porque el SeƱor su sangre dio
en precio de expiaciĆ³n;
con ella los purificĆ³
por grande compasiĆ³n. Cantan:
Buscaron ellos a JesĆŗs,
su nombre amando aquĆ,
y ahora, ya en perfecta luz,
su rostro ven allĆ. Cantan:
Ropaje blanco de esplendor
cada uno viste allĆ.
EstƔn allƔ con el SeƱor,
eternamente asĆ. Cantan:
318
Lucas 2.7 al 20; Mateo 2.2,5
Desde los cielos el buen Salvador
viene por mĆ, viene por mĆ.
En un pesebre de pobre mesĆ³n,
helo aquĆ, aquĆ.
c
Ā”QuĆ© grande amor! Ā”QuĆ© grande amor
Cristo mostrĆ³ por mĆ!
Ā”QuĆ© grande amor! Ā”QuĆ© grande amor
Cristo mostrĆ³ por ti!
Pregona el Ɣngel mensaje de amor:
Ā«Vino la luz, vino perdĆ³n.
Os ha nacido hoy un Salvador,
Cristo JesĆŗs, JesĆŗsĀ».
Cantan los Ć”ngeles: Ā«Al mundo paz.
Ā”Gloria a Dios! Ā”Gloria a Dios!
Paz en la tierra, y al hombre solaz.
Ā”Gloria a Dios, a Dios!Ā»
Vienen pastores, dejando su grey,
hasta BelƩn, y al niƱo ven.
Vuelven contentos y llenos de fe,
hablan de Ćl, de Ćl.
Vienen los magos en busca del Rey,
al preguntar: Ā«ĀæDĆ³nde estĆ”?Ā»
Las Escrituras contestan su fe:
Ā«AllĆ en BelĆ©n estĆ”Ā».
319
Proverbios 16.17; Marcos 10.15; Efesios 6.2
El SeƱor recibe con agrado a los pequeƱos;
del pecado y todo mal los vino a redimir.
Dice, Ā«De los tales es el reino de los cielos;
no los impidĆ”is, mas permitidlos acudirĀ».
c
Jesucristo a los niƱos
quiere recibir y ser su Salvador,
y los niƱos convertidos
pueden alegrarse siempre con su amor.
Los pequeƱos pueden convertirse del pecado
y entregarse a Cristo, quien los llama con amor.
Pueden apartarse de las sendas de este mundo,
para andar en las pisadas de su Salvador.
A los hijos manda Dios que honren a sus padres
para que les vaya bien y agraden al SeƱor;
que no mientan, ni blasfemen de su santo nombre,
que se acuerden en su juventud de su Creador.
320
Colosenses 3.16; 1 Juan 4.19
Gozo la santa palabra leer,
cosas preciosas allĆ puedo ver;
y sobre todo que el gran Redentor
es de los niƱos el tierno Pastor.
c
Con alegrĆa yo cantarĆ©
al Redentor, tierno Pastor,
que en el Calvario por mĆ muriĆ³.
SĆ, sĆ, por mĆ muriĆ³.
Me ama JesĆŗs, pues su vida entregĆ³
por mi perdĆ³n, y de niƱos hablĆ³:
Ā«Dejad a los niƱos que vengan a mĆ,
para salvarlos mi sangre vertĆĀ».
Si alguien pregĆŗntame cĆ³mo lo sĆ©,
Ā«Busca a JesĆŗs, pecadorĀ», le dirĆ©.
Ā«Por su Palabra que tienes aquĆ
puedes saber que JesĆŗs te ama a tiĀ».
321
Proverbios 18.24; Juan 14.2; Santiago 1.12; Lucas 7.34; 2 Timoteo 4.8; Apocalipsis 15.3
Hay Amigo para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”;
amigo que no cambia,
su amor no menguarĆ”.
Amigos terrenales
el tiempo cambiarĆ”,
mas Ćl por siempre el mismo
amigo fiel serĆ”.
Hay la casa para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”,
do Cristo reina en gloria,
y paz y gozo da.
Y casa semejante
jamĆ”s ha habido aquĆ,
pues todos los niƱitos
felices son allĆ.
Hay corona para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”,
y aquel que busca a Cristo
muy pronto la tendrĆ”.
De gloria es la corona,
de Cristo inmenso don
a los que en Ćl confĆan
de todo corazĆ³n.
Hay un canto para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”;
por mƔs que sea cantado,
a nadie cansarĆ”.
El tema es de Cristo
que tanto los amĆ³,
que por querer salvarlos
su sangre derramĆ³.
Hay descanso para niƱos,
allĆ” en el cielo estĆ”,
y aquel que ama a Cristo
allĆ descansarĆ”
de todos sus dolores,
tristezas y maldad,
con otros niƱos salvos
por la eternidad.
322
Lucas 2.11,14, 4.18,19
He aquĆ a todo pueblo
nuevas de gran gozo doy,
que en BelĆ©n, segĆŗn promesa,
es JesĆŗs nacido hoy.
Este es Cristo el Salvador:
es MesĆas, el SeƱor.
Ya resuena el dulce canto
de este mundo en ancha faz:
Ā«Gloria a Dios en las alturas,
en la tierra dulce paz.
A los hombres, proclamad,—
Sea buena voluntadĀ».
323
MalaquĆas 3.17; Mateo 13.45
Jesucristo ha venido en busca de joyas;
todo niƱo redimido su joya serƔ.
c
Como estrellas que brillan
son los niƱos que le aman,
los tesoros que adornan
su Rey y SeƱor.
Tiene Cristo en su corona brillantes preseas;
cada joya que le adorna con sangre comprĆ³.
Ćl recoge los tesoros de niƱos amantes,
y en su seno los corderos JesĆŗs llevarĆ”.
Tanto niƱos como niƱas que acudan a Cristo
son las joyas escogidas preciosas a Ćl.
Con su sangre derramada Ćl compra las joyas.
NingĆŗn alma no lavada su reino verĆ”.
324
Lucas 2.14; GĆ©nesis 24.58; Salmo 122.1; Apocalipsis 22.17
La nave Evangelista
marcha, marcha;
la nave Evangelista
marcha para CanaƔn.
Los que embarcarse quieran,
quieran, quieran,
los que embarcarse quieran,
bienvenidos, sĆ, serĆ”n.
c
Ā”Gloria en las alturas!
Los de abordo cantan dulcemente:
Ā«Ā”Gloria en las alturas
a nuestro CapitĆ”n!Ā»
Desembarcaron miles,
miles, miles;
desembarcaron miles
en buen puerto siglos ha.
Y miles mƔs navegan,
hoy navegan,
y miles mƔs navegan
por las mismas aguas ya.
Con viento en popa vuelan,
vuelan, vuelan.
Con viento en popa vuelan
hacia aquel florido hogar.
Felices voces se oyen,
se oyen, se oyen.
Felices voces se oyen
resonando por la mar.
EmbƔrcate conmigo,
sĆ, conmigo,
embƔrcate conmigo,
tĆŗ, cansado de pecar.
Descanso te prometo,
te prometo.
Descanso te prometo
en aquel feliz lugar.
325
Hebreos 12.28; Hechos 20.34,35
Lindas las manitas son
que obedecen a JesĆŗs,
lindos ojos son tambiƩn
los que estƔn llenos de luz.
c
Lindas son las manos
que obedecen al SeƱor,
lindos tambiƩn los ojos
llenos de amor de Dios.
Lo que puedes tĆŗ hacer
Cristo te lo exigirĆ”.
Hazlo, pues, con gran placer.
Hazlo y contento estarƔs.
Las manitas hechas son
para al Salvador servir;
tambiĆ©n nuestro corazĆ³n
debe por Cristo latir.
Y los labios para orar
y alabar al Salvador.
Los piecitos han de andar
listos en obras de amor.
326
Job 12.7 al 10; Hechos 17.24; Salmo 19.1 al 4
ĀæMe puedes decir, piedrecita, piedrecita,
me puedes decir, piedrecita junto al mar,
el secreto de tu vida aquĆ?
Ā”Oh, cuĆ©ntamelo a mĆ!
c
Es el amor de Dios en los cielos, los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa yo alabo a Ćl,
tranquila junto al mar.
ĀæMe puedes decir, florecilla, florecilla,
me puedes decir, florecilla en mi jardĆn,
el secreto de tu dulce olor?
Ā”Oh, dĆmelo a mĆ!
c
Es el amor de Dios en los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa respiro a Ćl,
fragante en tu jardĆn.
ĀæMe puedes decir, pajarito, pajarito,
me puedes decir, pajarito tan cantor,
el secreto de tu canciĆ³n feliz?
Ā”QuisiĆ©ralo saber!
c
Es el amor de Dios
en los cielos, los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa yo alabo a Ćl,
cantando su loor.
ĀæMe puedes decir tĆŗ tambiĆ©n, oh niƱito,
me puedes decir, oh niƱito, tĆŗ tambiĆ©n,
el secreto de tu felicidad?
Ā”Lo quiero yo saber!
c
Es el amor de Dios en los cielos,
el Dios que nos hizo, a mĆ y a ti.
Y cada dĆa yo busco a Ćl,
pues Ćl lo quiere asĆ.
c
Pues al amor de Dios en los cielos,
al Dios que nos hizo, a mĆ y a ti,
el loor de toda la creaciĆ³n
por siempre se darĆ”.
327
EclesiastƩs 12.1; 2 Timoteo 3.15; Hebreos 3.13
ĀæNo quieres ser cristiano en la niƱez?
ĀæNo quieres ser cristiano en la niƱez?
TristĆsimo engaƱo
que te traerƔ gran daƱo,
es creer que en otro aƱo
lo serƔs.
ĀæNo amarĆ”s a Cristo en la niƱez?
ĀæNo amarĆ”s a Cristo en la niƱez?
Los niƱos Ćl ha amado,
y del cielo ha descendido,
y la cruz por ti ha llevado
en su amor.
Elige tĆŗ el cielo en la niƱez.
Elige tĆŗ el cielo en la niƱez,
y Cristo, fiel amigo,
te serĆ” un buen abrigo
contra todo enemigo
en la niƱez.
Oh, entonces sƩ cristiano en la niƱez.
Oh, entonces sƩ cristiano en la niƱez.
La cosa mƔs segura
es que sĆ³lo habrĆ” tristura
en la eternidad futura
sin JesĆŗs.
328
JeremĆas 4.6, 50.2, 51.12,27; 1 Corintios 9.25
Ā”Oh jĆ³venes! venid, su brillante pabellĆ³n
Cristo ha desplegado hoy en la naciĆ³n.
A todos en sus filas os quiere recibir,
y con Ćl a la pelea os harĆ” salir.
Vamos a JesĆŗs, compaƱeros, sin temor,
vamos a la lid, inflamados de valor.
JĆ³venes luchemos todos contra el mal;
en JesĆŗs tenemos nuestro general.
Las armas invencibles del jefe guiador
son el evangelio de su gran amor.
Con ellas revestidos y llenos de poder,
compaƱeros, acudamos; vamos a vencer.
Quien salga a la pelea,
su voz escucharĆ”;
Cristo la victoria le concederĆ”.
Salgamos, compaƱeros; luchemos,
sĆ, por Ćl;
con JesĆŗs conquistaremos
inmortal laurel.
329
Juan 6.38; Lucas 2.7; Juan 4.42
ĀæQuiĆ©n del cielo descendiĆ³?
Cristo el Salvador.
ĀæEn pobreza quiĆ©n naciĆ³?
Cristo el Salvador.
c
Cantaremos la canciĆ³n;
Ā”Oh cuĆ”n claro y dulce el son!
Nos ofrece salvaciĆ³n
Cristo el Salvador.
ĀæEn madero quiĆ©n muriĆ³?
Cristo el Salvador.
ĀæQuiĆ©n a mĆ me rescatĆ³?
Cristo el Salvador.
ĀæQuiĆ©n promete perdonar?
Cristo el Salvador.
ĀæPor creer quiĆ©n vida da?
Cristo el Salvador.
ĀæQuiĆ©n del cielo bajarĆ”?
Cristo el Salvador.
ĀæQuiĆ©n allĆ” nos llevarĆ”?
Cristo el Salvador.
330
Mateo 5.16; Filipenses 2.15
Quiere JesĆŗs que yo brille
mientras que viva acĆ”,
y que le complazca siempre
en clase, juego, hogar.
c
Ā”Brillando! Ā”brillando!
Quiere JesĆŗs que yo brille.
Ā”Brillando! Ā”brillando!
Yo brillarĆ© para Ćl.
Quiere JesĆŗs que sea amable
con cuantos llegue a ver,
para que vean quƩ alegres
sus niƱos pueden ser.
PedirƩ a Cristo su ayuda,
y limpio corazĆ³n;
imitarƩ su dulzura,
brillando para Ćl.
Yo brillarƩ para Cristo;
con su poder podrƩ;
dĆa tras dĆa le sirvo,
y al fin al cielo irƩ.
331
IsaĆas 66.1; Salmo 50.10, 147.4
ĀæSabes cuĆ”nta clara estrella
presta al cielo su fulgor?
ĀæSabes cuĆ”nta nube bella
va del mundo alrededor?
SĆ³lo Dios las ha contado
y ninguna le ha faltado.
Entre todas, ĀæcuĆ”ntas son?
Entre todas, ĀæcuĆ”ntas son?
ĀæSabes cuĆ”ntos pajarillos
jugueteando al sol estƔn?
ĀæSabes cuĆ”ntos pececillos
en el agua saltos dan?
Dios a todos ha creado,
de la vida el gozo ha dado
para disfrutar su don,
para disfrutar su don.
ĀæSabes cuĆ”nto tierno niƱo
con el sol despierta ya,
amparado del cariƱo
de su madre alegre estĆ”?
Dios, que a todos ha otorgado
su placer y buen agrado,
te conoce y te ama a ti,
te conoce y te ama a ti.
332
Mateo 11.25; Apocalipsis 19.8
Si a JesĆŗs acudo, me bendecirĆ”,
y de mi tristeza me consolarĆ”.
c
Si a JesĆŗs acudo, me bendecirĆ”,
como a todo niƱo que a su lado va.
Si a JesĆŗs acudo, me dirĆ” que sĆ,
pues tomĆ³ mis culpas y muriĆ³ por mĆ.
Si a JesĆŗs acudo, apoyado en Ćl,
pronto he de ir al santo, cƩlico vergel.
Y con vestiduras blancas como luz,
mirarĆ© la gloria del SeƱor JesĆŗs.
333
Santiago 1.12; Salmo 19.14; Romanos 8.37
Tentado, no cedas; ceder es pecar;
mƔs fƔcil serate luchando triunfar.
Ā”Valor! pues, gustoso domina tu mal;
JesĆŗs librar puede de asalto mortal.
c
A JesĆŗs, pues, acude;
en sus brazos tu alma
hallarĆ” dulce calma.
Ćl te harĆ” vencedor.
Evita el pecado, procura agradar
a Dios, a quien debes
por siempre ensalzar.
No manche tus labios impĆŗdica voz;
tu corazĆ³n guarda de codicia atroz.
Amante, benigno y enƩrgico sƩ;
en Cristo ten siempre indĆ³mita fe;
veraz sea tu dicho, de Dios es tu ser;
corona te espera y vas a vencer.
334
Juan 5.39; 2 Corintios 9.15; Mateo 24.35
Ama la Biblia que Dios nos ha dado,
pues nos enseƱa divina verdad.
Cristo es su tema, el Hijo entregado
para salvarnos de nuestra maldad.
c
Ama la Biblia, lee la Biblia,
sigue a la Biblia, de Dios es el don.
Lee la Biblia; sus bellas historias
traen al alma salud celestial,
llenen tu espĆritu todas sus glorias,
y gozarƔs de su luz eternal.
Sigue a la Biblia, que puede guiarnos
por los peligros que abundan aquĆ;
y al fin con Cristo podremos gozarnos,
viendo su faz y sus glorias allĆ.
Gracias a Dios por su don inefable;
Ćl se revela al humano por fe.
En su Palabra con gozo insondable
ya nos llegamos delante del Rey.
Aun este mundo y los cuerpos celestes
han de llegar a su punto final.
Mas, cuando pasen las cosas terrestres,
firme estarĆ” la Palabra eternal.
335
Mateo 19.13; Lucas 10.13, 18.15
Cristo, cuando aquĆ bajĆ³,
antes que en la cruz muriĆ³,
a los niƱos recibiĆ³;
niƱos como yo.
Madres los llevaron, sĆ.
mucha gente hubo allĆ.
Dijo Ćl: Ā«Venid a mĆĀ»,
niƱos como yo.
A ninguno rechazĆ³;
mas a todos convidĆ³.
A los niƱos Ćl amĆ³,
niƱos como yo.
Pues JesĆŗs por mĆ muriĆ³;
Ćl al niƱo redimiĆ³.
Ā”Oh, a cuĆ”ntos Ćl salvĆ³!
niƱos como yo.
336
Marcos 10.14; Apocalipsis 3.20
Escuchad la voz de Cristo, Ā”cuĆ”n dulce es!
Ā”Ved! los niƱos se congregan a sus pies.
Los pequeƱos abrazados pronto son,
y el SeƱor a todos da su bendiciĆ³n.
Los discĆpulos se oponen con tesĆ³n
a que traigan a los niƱos al SeƱor.
Se entristecen, mas al fin su corazĆ³n
se hace alegre; Cristo da su bendiciĆ³n.
Luego a los que siguen dice: Ā«Estos van
a mi reino; allĆ por siempre brillarĆ”n.
No los impidƔis, pues; antes id, llamad
a los niƱos. Aun a todos convidadĀ».
TodavĆa convidando Cristo estĆ”;
a los niƱos que le sirvan, busca ya.
Que digamos, pues, alegres: Ā«Tuyo soy;
eres mi SeƱor, oh Cristo, desde hoyĀ».
337
Hechos 27; Salmo 16.11; 2 Timoteo 4.6
Hoy estamos navegando
hacia el puerto celestial;
vamos a la luz llegando
de la casa paternal.
c
Pronto pasarƔn los males
y los grandes temporales;
ya las glorias celestiales
nos alegran con su albor.
Miles han desembarcado
mƔs allƔ del vasto mar;
miles mƔs estƔn viajando;
para ti aĆŗn hay lugar.
Nuestras velas despleguemos
a las brisas de Sion;
dulces cantos entonemos,
cantos de la salvaciĆ³n.
En el puerto al fin anclados,
toda prueba queda atrƔs,
y con Cristo, a quien amamos,
gozaremos de la paz.
338
Juan 10.9, 21.15; Colosenses 1.10; 1 Juan 2.6, 5.4
Jesucristo nuestro es el buen Pastor;
en Ćl refugiados piĆ©rdese el temor.
Siempre le sigamos, y Ćl nos guiarĆ”;
doquier Ćl nos lleve bendiciĆ³n habrĆ”.
Jesucristo nuestro nos conoce ya;
habla a los corderos y los llevarĆ”.
Cuando nos reprende muƩstranos su amor;
tuyos sĆ³lo seamos, tierno Salvador.
Ā”Jesucristo nuestro! Ćl por nos muriĆ³;
hasta a los corderos Ćl los rescatĆ³.
Y su marca pone, siempre por igual:
Ā«Como Ćl anduvo ande cada cualĀ».
Ā”Jesucristo nuestro! Ā”Fuerte protector!
A sus corderitos guarda el buen Pastor.
Con JesĆŗs la muerte nunca espantarĆ”;
Cristo la victoria a los suyos da.
339
Juan 4.7; Salmo 139.2; Hebreos 13.8
La mujer samaritana
a sacar el agua va,
sin pensar que Jesucristo
esperando estĆ”.
Viene Cristo en busca suya
para ser su Salvador;
su miseria y su pecado
sabe el Redentor.
Escuchando la palabra
que revela su maldad,
recordando su pecado,
compungida estĆ”.
Ćl le ofrece el agua viva,
y le da la salvaciĆ³n.
Ćl le da la paz completa
y le da perdĆ³n.
Ella corre luego a casa;
habla a todos de JesĆŗs:
Ā«ĀæNo serĆ” el MesĆas Ć©ste
quien nos trae luz?Ā»
Y la gente convencida
va tambiƩn al Salvador,
y le pide que les hable
de su gran amor.
Hoy, ayer, y por los siglos
es el mismo Salvador,
es el mismo Jesucristo
y el mismo amor.
Hoy te busca, hoy te llama.
No le hagas esperar,
porque el tiempo de su gracia
pronto acabarĆ”.
c
Oye pues las gratas nuevas:
el SeƱor te salvarƔ.
Es el mismo Jesucristo,
esperando estĆ”.
340
Apocalipsis 5.11,12; Salmos 19 y 29
Los Ɣngeles de Dios tributan su loor
con corazĆ³n y voz a Cristo el Redentor.
ĀæY nuestro empeƱo no serĆ”
que suene el eco mƔs allƔ?
c
Suene el eco (suene el eco).
Suene el eco (suene el eco).
Suene el eco, suene el eco mƔs allƔ.
El esplendente sol, la luna con su albor
y las estrellas son testigos de su amor.
Pues, Ā”cuĆ”nto mĆ”s su pueblo harĆ”
que suene el eco mƔs allƔ!
El fuego, viento y mar, los cambios de sazĆ³n,
su testimonio dan al fuerte Creador.
Y a Ćl la iglesia cantarĆ”
que suene el eco mƔs allƔ.
341
1 Timoteo 6.12; 2 Timoteo 4.7; Salmo 144.1; Hebreos 12.3
Siervos de JesĆŗs, hombres de verdad,
guardas del deber, somos, sĆ;
libres de maldad, ricos en bondad,
y seremos fieles en la lid.
c
Ā”Firmes! Ā”fuertes! Alcen la bandera,
grande, noble emblema del deber.
Ā”Prontos! Ā”bravos! pasen la consigna;
marchen todos, vamos a vencer.
Ā”CuĆ”n hermosos son los que sin temor,
listos al llamar del clarĆn,
luchan sin cesar, sufren sin dudar,
guardas del deber siempre hasta el fin!
Nuestro CapitƔn es ya vencedor,
Ćl nos redimiĆ³ por su cruz.
Guardas del deber, Ćl nos da poder
y nos guiarĆ” en su santa luz.
Invencibles son los que con afƔn
cada dĆa van al deber;
gloria y luz tendrƔn y recibirƔn
grande galardĆ³n del Redentor.
342
2 Corintios 9.15, 4.6; Hebreos 10.20
A Dios sea la gloria, al mundo Ćl dio
al Hijo bendito, que por nos muriĆ³;
expiĆ³ los pecados de quien en Ćl cree,
abrionos la senda hacia Dios por la fe.
c
Ā”Gloria a Dios! Ā”Gloria a Dios!
que de tal modo amĆ³
al que lejos de Ćl
en pecado se hallĆ³.
Venid por el Hijo al gran Dios Salvador,
y dadle la gloria por tan grande amor.
La sangre de Cristo la obra efectuĆ³,
y todo creyente perdĆ³n alcanzĆ³.
Si en Cristo confĆa el mĆ”s vil pecador,
perdĆ³n en el acto le otorga el SeƱor.
Inmensa la obra de Cristo en la cruz;
enorme la culpa se ve por su luz.
Al mundo Ćl vino, nos iluminĆ³,
y por nuestras culpas el Justo muriĆ³.
343
1 Juan 1.5, 4.16, 2.1; Juan 12.31
A este mundo Dios amĆ³
y a su Hijo nos mandĆ³
nuestras penas a sufrir,
y a las almas redimir.
Ā”Oh quĆ© gracia en Ćl se ve!
distinguida por la fe,
que le dice al pecador:
Ā«Dios es luz, Dios es amorĀ».
Al morir JesĆŗs venciĆ³;
padeciendo, gozo dio.
Ćl sufriĆ³ la maldiciĆ³n,
para darnos bendiciĆ³n.
De la tumba triunfĆ³,
a SatĆ”n Ćl aplastĆ³.
Cristo al cielo ascendiĆ³;
Ā”hombre que a la gloria entrĆ³!
Cristo vive siempre allĆ”;
por su Iglesia aboga ya,
y quien hoy confĆa en Ćl
hallarĆ” un amigo fiel.
Cristo pronto volverĆ”;
victorioso reinarĆ”.
Alabanzas y loor
te daremos, oh SeƱor.
344
Mateo 11.28; Marcos 10.49
Alma doliente y llorosa,
que paz anhelas tener,
que quieres triste y ansiosa
tu suerte eterna saber,
deja tus males pasados
y oye una voz resonar.
Dice: Ā«Venid los cansados,
que Yo os harƩ descansar,
que Yo os harĆ© descansarĀ».
Alma de culpas cargada,
que cerca estƔs de morir,
luchas, y en vano angustiada
del mal intentas salir.
Ā”Oye! Conserva esperanza,
Cristo te quiere salvar,
y si le tienes confianza,
en Ćl podrĆ”s descansar,
en Ćl podrĆ”s descansar.
Alma, la noche se acerca
y tĆŗ no encuentras mansiĆ³n;
la oscuridad te rodea,
te asalta la perdiciĆ³n.
Busca en JesĆŗs un asilo;
su amor te puede salvar,
y hallarƔs hogar tranquilo
donde Ćl te harĆ” descansar,
donde Ćl te harĆ” descansar.
345
Lamentaciones 1.12; IsaĆas 53.6
Clavado en cruz, JesĆŗs muriĆ³,
por mi maldad allĆ sufriĆ³,
en mi lugar Ćl se encontrĆ³,
mi salvaciĆ³n asĆ comprĆ³.
c
OĆd la voz del Salvador:
Ā«Mirad y ved si habrĆ” dolor
cual mi dolor; y es para ti.
Ven, alma, ven, oh ven a mĆĀ».
La faz del sol se oscureciĆ³,
el velo en dos se dividiĆ³.
Al Hijo Dios desamparĆ³,
la maldiciĆ³n en Ćl cargĆ³.
ĀæY puede ser? ĀæSufriste asĆ,
SeƱor JesĆŗs, de amor por mĆ?
No puedo mƔs, me entrego hoy,
sin mƔs tardar a Ti me doy.
346
1 Juan 4.19; Hebreos 1.3; Apocalipsis 22.4
Cristo JesĆŗs del cielo descendiĆ³
para salvarme de la perdiciĆ³n.
Ā”QuĆ© grande amor asĆ me desplegĆ³!
y ahora yo me gozo de su salvaciĆ³n.
c
Yo le amo, sĆ, le amo
porque me amĆ³ a mĆ;
y quiero complacer a Cristo
siempre aquĆ.
Por mĆ muriĆ³, oh Ā”cuĆ”nto le costĆ³
el redimirme de mi iniquidad!
Mas de la muerte el Salvador triunfĆ³,
y ocupa ya el trono de la majestad.
Pronto JesĆŗs vendrĆ” y me llamarĆ”,
y en su presencia yo me gozarƩ.
Mi corazĆ³n hoy anhelando estĆ”
el dĆa en que sus glorias yo contemplarĆ©.
347
Hechos 2.24; Romanos 4.25; Hebreos 2.14
Crucificado fue mi Salvador;
por mis pecados, sƩ, Cristo el SeƱor.
c
Desde la tumba subiĆ³.
SĆ, triunfante Ćl resucitĆ³;
para siempre ya dominio sobre el mal
con los santos tiene en gloria celestial.
TriunfĆ³, triunfĆ³,
Ā”Aleluya, Ćl triunfĆ³!
InĆŗtil la prisiĆ³n del Salvador;
vana la detenciĆ³n de mi SeƱor.
La muerte ya venciĆ³, Cristo el SeƱor;
La salvaciĆ³n nos dio el Redentor.
348
Lucas 15.18; Juan 6.68
De mil maneras procurƩ
calmar temor, mas vano fue.
La Biblia ahora aceptarƩ,
y creerƩ en Cristo.
Tinieblas, muerte y maldiciĆ³n
han abrumado el corazĆ³n;
mas luz y vida y bendiciĆ³n
encontrarƩ en Cristo.
MuriĆ³ y ya vive a mi favor;
en hecho y dicho es siempre amor;
y para el pobre pecador
ninguno hay cual Cristo.
Aunque otros bĆŗrlense de mĆ,
irĆ©, SeƱor JesĆŗs, a Ti
con lo que he hecho y lo que fui,
pues eres TĆŗ el Cristo.
349
Lucas 15.11; Mateo 11.28
Dios convĆdate, oh prĆ³digo,
Ā«Ā”Ven, oh ven a mĆ!Ā»
Hoy su voz escucha,
llega ahora a ti.
No rechaces su oferta
de amor y salvaciĆ³n,
y recibirĆ”s su perdĆ³n.
c
Ā”Ven, oh ven a mĆ!
Ā”Cansado prĆ³digo, ven!
Hoy te brindo a ti
la vida y todo bien.
Ven, tu mĆsero estado
te impele a regresar.
Ā”CuĆ”nto has padecido
lejos de tu hogar!
Hambre, sed y cansancio
han sido tu porciĆ³n;
Ā”oh cuĆ”n triste es tu corazĆ³n!
Ā”CuĆ”nto gozo te espera,
si ahora al Padre vas!
Una fiesta eterna
en su amor tendrƔs;
con anillo, zapatos,
vestido principal,
gozarƔs de paz celestial.
350
Juan 6.37,47
El Salvador JesĆŗs por mĆ muriĆ³,
de la condenaciĆ³n Ćl me librĆ³.
La vida eterna dƔdiva es de Dios
por Cristo el Salvador.
c
Ā«En verdad, en verdadĀ», Cristo dice a ti,
Ā«En verdad, en verdad, el que cree en mĆ
la vida eterna tieneĀ», y es asĆ
por Cristo el Salvador.
Toda mi iniquidad JesĆŗs llevĆ³,
toda mi deuda el Salvador pagĆ³,
y asĆ la vida eterna Dios me dio
por Cristo el Salvador.
Indigno soy, mas nunca dudarƩ.
Ćl no echa fuera a aquel que va con fe.
Dios me ofreciĆ³ la vida y la aceptĆ©
por Cristo el Salvador.
351
Juan 1.39,43, 11.43
Es la voz de Cristo urgente;
llama a nuestro corazĆ³n
dĆa y noche tan paciente.
Suave dice: Ā«Ven a mĆĀ».
Los apĆ³stoles oyeron
su llamada: Ā«A mĆ venidĀ»,
y obedientes le siguieron,
encantados por su amor.
A la tumba do dormido
LƔzaro el amado estƔ,
Ā«Ven tĆŗ fueraĀ», llama Cristo,
y llamando vida da.
Ā«Ven cargado y trabajadoĀ»,
suena de JesĆŗs la voz.
Ā«Yo a todos doy descanso,
los que en mĆ confĆan hoyĀ».
Ven, no amando mƔs al mundo
con su brillo tan falaz.
Paz, perdĆ³n y gozo sumo:
todo en Cristo encontrarƔs.
352
Apocalipsis 3.20; Job 33.14
Ā”He aquĆ que a la puerta estoy!
Quiero en tu corazĆ³n morar;
mi voz escucha, pecador.
ĀæPodrĆ© Yo entrar? ĀæPodrĆ© Yo entrar?
c
He aquĆ que a la puerta estoy,
he esperado mucho ya.
Oh, alma llena de pesar:
ĀæPodrĆ© Yo entrar?
ĀæPodrĆ© Yo entrar?
Por ti la espina cruel sufrĆ,
llevƩ la cruz sin vacilar.
Para salvarte Yo morĆ;
ĀæpodrĆ© Yo entrar? ĀæpodrĆ© Yo entrar?
Te traigo gozo, luz, perdĆ³n;
te traigo paz y bienestar
en tu abatido corazĆ³n.
ĀæPodrĆ© Yo entrar? ĀæPodrĆ© Yo entrar?
353
Efesios 2.5,8; Filipenses 4.3; Tito 2.11,12
La gracia de mi Dios,
el tema encantador;
el cielo dio la dulce voz
al mundo pecador.
c
Por gracia salvo soy,
mi base ved aquĆ:
por todos Cristo muerto ha,
y muerto ha por mĆ.
La gracia me llamĆ³,
me trajo salvaciĆ³n,
y gracia fue que alcanzĆ³
de todo mal, perdĆ³n.
Mi nombre escrito estĆ”
por gracia divinal,
en libro del Cordero allĆ”
de vida eternal.
La gracia enseĆ±Ć³
mis pies a caminar
en justas sendas de mi Dios,
al celestial hogar.
354
Juan 8.12, 12.35; 1 Juan 2.8; Salmo 36.9
Luz en la oscuridad que quita el temor,
verdad es que al brillar disipa el error.
Ā”Oh! Dime dĆ³nde las podrĆ© yo encontrar,
para que no siga mƔs en triste dudar.
c
En Cristo sĆ³lo tĆŗ puedes hallar
la luz, verdad y paz y bienes sin par.
En la Palabra Santa Ćl lo dice asĆ:
Cristo es la luz del mundo,
luz para mĆ.
Paz y seguridad en la tempestad,
voz que nos trae siempre tranquilidad,
es lo que cada dĆa anhelo yo tener,
cosas que jamƔs el mundo puede ofrecer.
Venid, pues, todos a la sola verdad;
al manantial de paz, de vida, y tomad.
ĀæPor quĆ© andĆ”is en el engaƱo del error,
sin la luz que nos entrega Dios en su amor?
355
Hechos 10.36; Efesios 2.17; Filipenses 4.7
Me vino un mensaje veraz,
mensaje de gracia y poder,
que trajo a mi alma la paz,
la paz que quise obtener.
c
Ā”Paz, paz! sĆ, paz;
don que recibo de Dios.
Ā”QuĆ© maravilla es la paz!
La paz, el don de Dios.
Se hizo la paz en la cruz
por sangre que allĆ derramĆ³.
PagĆ³ todo el precio JesĆŗs,
y paz en mi alma me dio.
Y cuando a JesĆŗs aceptĆ©,
mi alma de paz se llenĆ³.
En Cristo la dicha encontrƩ;
la paz divina me dio.
En Cristo encuentro la paz;
yo cerca de Ćl quiero estar
y siempre su faz contemplar,
la paz divina gozar.
356
Lucas 19.10; Juan 15.26
Perdido anduve sin pensar
en mi terrible condiciĆ³n;
mas Cristo me logrĆ³ salvar,
no temo ya la perdiciĆ³n.
c
Es por JesĆŗs que salvo soy;
sĆ, por su cruz al cielo voy.
En su presencia tengo comuniĆ³n;
Ćl satisface el corazĆ³n.
Mas no tan sĆ³lo me salvĆ³
JesĆŗs en su infinito amor;
su Santo EspĆritu me dio
para instruirme en su favor.
Y pronto el dĆa llegarĆ”
cuando Ćl del cielo bajarĆ”.
Entonces en la eternidad
le adorarƩ por su bondad.
357
Salmo 45.7; Marcos 16.1; Apocalipsis 1.13
Ropaje esplƩndido, divinal,
es el de mi SeƱor;
su mirra cƩlica sin igual
mi corazĆ³n llenĆ³.
c
Glorias magnĆficas Ćl dejĆ³
para buscarme a mĆ.
SĆ³lo su incomparable amor
le hizo venir aquĆ.
Su vida tuvo su amargor,
los Ɣloes se ven;
llevĆ³ la cruz con su cruel dolor,
espinas en su sien.
TambiƩn la casia balsƔmica
en su vestido estĆ”;
me quita todas mis lƔgrimas,
profunda paz me da.
Con ropa hermosa vendrĆ” otra vez,
y todos le verƔn;
postrƔndose ante sus santos pies,
los suyos le adorarƔn.
358
Mateo 5.16; Salmo 43.3
Una voz del cielo se oye resonar:
Ā«Dad la luz, dad la luz;
muchas almas viven en la oscuridad,
dadles luz, dadles luzĀ».
c
Dadles luz, la santa y pura luz
de JesĆŗs el Salvador.
Dadles luz, la santa y pura luz
enviad con fiel amor.
Escuchad la voz que dice sin cesar:
Ā«Dad la luz, dad la luzĀ».
La misiĆ³n cumplamos que el SeƱor nos da;
demos luz, demos luz.
Haz, SeƱor, que siempre, siempre por doquier
demos luz, demos luz;
que este mundo nuestra vida pueda ver
dando luz, dando luz.
Cual antorchas vivas vamos con fervor,
dando luz, dando luz;
que saquemos almas fuera de su error
a la luz, a la luz.
359
Romanos 7.9,24,25; Juan 5.40, 10.10
Ven a JesĆŗs, JesĆŗs te llama.
Ven a JesĆŗs, te quiere salvar.
JesĆŗs te llama con tanta instancia;
ven a JesĆŗs, te quiere salvar.
c
Ven a JesĆŗs, te imploro ahora;
la salvaciĆ³n te ofrece aquĆ.
Ven a JesĆŗs, tus culpas Ćl borra.
Ven a JesĆŗs, ven a JesĆŗs.
La justa ley condena tu vida;
te encuentras mal delante de Dios.
CondenaciĆ³n, tan bien merecida,
llegarĆ” pronto a ti, pecador.
Muy pronto Dios la cuenta te pide,
pasan las horas con rapidez.
Ven a JesĆŗs, Āæpor quĆ© no decides?
PerdonarĆ” tus culpas, Ā”oh ven!
Ven a JesĆŗs, porque Ćl te espera,
queriendo darte vida eternal.
Ā”Oh! no rechaces su buena oferta;
te limpiarĆ” de todo tu mal.
360
Juan 7.37; Mateo 11.28; Salmo 51.17
Ā«Venid a mĆĀ», el Salvador dice
a los que tienen sed.
Ā«Venid y de la cĆ©lica fuente
de salvaciĆ³n bebedĀ».
c
Su voz os llama del cielo,
ĀæquerĆ©is a Cristo ir?
Su salvaciĆ³n, cual libre don,
podrƩis hoy recibir.
Ā«Venid a mĆ; si andĆ”is en trabajos,
tendrĆ©is descanso asĆ.
Llevad mi yugo sobre vosotros
y aprended de mĆĀ».
JesĆŗs al corazĆ³n quebrantado
jamƔs rechazarƔ;
Mas Ā”ay de quien no quiera oĆrle
y en el pecado estĆ”!
Colmaros quiere de bendiciones
el tierno Salvador.
JamƔs oigƔis con indiferencia
su dulce voz de amor.
361
Hebreos 6.1, 4.9; Juan 16.33
Ā”Adelante vamos, hijos de la luz!
si al SeƱor amamos quien muriĆ³ en la cruz.
Siempre para arriba nuestra senda va;
recompensa rica nos espera allĆ”.
c
Celestial reposo, de JesĆŗs el don,
es el fin glorioso de la salvaciĆ³n.
Ā”Adelante vamos! Pronto han de llegar
todos los salvados a su eterno hogar
En el mundo, hermanos, no hay tranquilidad;
a JesĆŗs sigamos y tendremos paz.
Ā”Adelante vamos! todos en uniĆ³n;
a la cruz tengamos como pabellĆ³n.
Es JesĆŗs el centro de su pueblo aquĆ,
y en el cielo adentro para siempre asĆ.
362
Salmo 107.10, 23.4; IsaĆas 9.2; 1 Tesalonicenses 4.17
Al cruzar el valle no habrƔ ya mƔs sombras,
cuando nuestra vida aquĆ terminarĆ”;
al oir celestes voces que nos llaman,
remontando nuestro vuelo al hogar.
c
Ā”Sombras! No habrĆ” mĆ”s sombras
cuando al fin la carga quede atrƔs.
Ā”Sombras! No habrĆ” mĆ”s sombras
cuando al fin corona nos darĆ”.
Al dejarnos los amados no habrĆ” sombras,
si confiaron en la sangre de JesĆŗs;
pues sabemos que muy pronto los veremos
en el gozo de la gloria en plena luz.
Al reunirnos en el aire no habrĆ” sombras,
cuando se oiga la trompeta del SeƱor;
con JesĆŗs en grande majestad y gloria
entraremos en el gozo de su amor.
363
Juan 15.13; Filipenses 2.7; Lucas 22.44; Marcos 15.34; 1 Pedro 13.1
Amigo tengo cuyo amor
excede todo mi pensar;
mƔs alto que el brillante sol,
mƔs hondo que el inmenso mar.
Tan bueno es Ćl, tan fuerte y fiel,
pues con eterna caridad
amome. Ā”Al SeƱor load!
Ćl era coigual con Dios,
el centro de la adoraciĆ³n;
pero, en su incomparable amor,
al miserable pecador
para buscar, y rescatar,
dejando su celeste hogar,
buscome. Ā”Al SeƱor load!
Fue solo Ćl en su senda aquĆ,
sin simpatĆa alrededor;
y sĆ³lo el Padre en gloria allĆ
del Hijo supo el amargor.
Mas no cediĆ³, ni vacilĆ³;
y estando yo sumido en mal,
hallome. Ā”Al SeƱor load!
LlegĆ³ el terrible dĆa al fin,
en que, con triste corazĆ³n,
en medio de amenazas mil,
desamparado ya de Dios,
el Salvador por mĆ muriĆ³;
y asĆ, sufriendo en mi lugar,
salvome. Ā”Al SeƱor load!
Ahora, mientras vivo acĆ”,
al Salvador las gracias doy,
y espero pronto ver su faz
en ese hogar adonde voy.
Ā”Con Ćl estar, en luz sin par!
Ā”Oh, cuĆ”nto gozo me serĆ”!
Le alabo. Ā”Al SeƱor load!
364
Hechos 4.13; Juan 8.12; Salmo 23.2
Con JesĆŗs a cualquier parte irĆa yo,
porque de la perdiciĆ³n Ćl me salvĆ³.
Cada dĆa junto a Ćl caminarĆ©,
y a la muerte misma ya no temerƩ.
c
Con JesĆŗs, por doquier sin temor irĆ©;
si el SeƱor me guĆa nada temerĆ©.
En cualquiera parte con mi buen Pastor,
hallo pastos delicados en su amor,
y las aguas puras que tan dulces son;
Ā”oh quĆ© gozo siento en mi corazĆ³n!
En mi vida toda me socorrerĆ”,
y si me extraviare, me restaurarĆ”.
Todo gozo y paz me vienen por JesĆŗs,
rebosando estĆ” mi copa de amor.
Hasta el fin del mundo con JesĆŗs irĆ©,
un amigo inseparable en Ćl tendrĆ©;
y a la casa celestial me guiarĆ”,
todas mis necesidades suplirĆ”.
365
1 Tesalonicenses 5.23; IsaĆas 57.15, 66.2
Consagrarme todo entero,
alma, vida y corazĆ³n,
es el Ćntimo deseo
que hoy me anima, buen SeƱor.
c
Heme aquĆ, SeƱor,
a tus plantas hoy,
pues a Ti consagrar quiero
todo lo que soy.
Al contrito has prometido
que de Ti no arrojarƔs;
hoy propicio eres conmigo
y tu EspĆritu me das.
Confesando mis pecados,
que sin nĆŗmero han de ser,
y arrojando todo a un lado,
a servirte aprenderƩ.
Mi canciĆ³n constante sea,
y mi sola inspiraciĆ³n,
proclamar la dicha eterna
del que vive para Dios.
Ā”Oh! quĆ© gozo llena mi alma
al pensar que suyo soy,
y que pronto en las moradas
estarƩ de mi SeƱor.
366
Marcos 1.32; Lucas 4.18; 1 Juan 2.16; Juan 21.17
De noche, al descender el sol,
los afligidos, oh SeƱor,
te rodearon en dolor
y TĆŗ les diste curaciĆ³n.
TambiƩn nosotros por la fe
nos acercamos, Cristo, a Ti;
aunque tu rostro no se ve,
sabemos que TĆŗ estĆ”s aquĆ.
Algunos tristes hay aquĆ,
en cuya vida hay amargor.
No amĆ”ronte, o si es que sĆ,
perdieron su primer amor.
Del mundo ven la vanidad
algunos que sus siervos son;
tristeza su amistad les da
y en Ti no tienen salvaciĆ³n.
Del todo nadie sano estĆ”,
hay mal en todo corazĆ³n;
y los que te aman bien aun mƔs
de su maldad conscientes son.
Tu mano tiene aĆŗn poder,
y te rogamos con fervor
(pues nuestro estado puedes ver)
que TĆŗ nos sanes en tu amor.
367
Salmo 91; Deuteronomio 33.27; 1 Corintios 15.19
Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos,
nuestra esperanza en aƱos venideros,
nuestro refugio en hĆ³rrida tormenta,
y nuestro eterno hogar.
Bajo la sombra de tu excelso trono
en dulce paz tus santos residieron.
Tu brazo sĆ³lo a defendernos basta,
y nuestro amparo es fiel.
En nuestra vida toda y en la muerte
en tu promesa nuestra fe ponemos,
y los salvados cantarƔn gozosos
por nuestro apoyo en Ti.
Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos,
nuestra esperanza en aƱos venideros,
nuestra defensa sĆ© TĆŗ en esta vida,
y nuestro eterno hogar.
368
IsaĆas 42.16; Filipenses 2.13; Romanos 8.28
Dios obra por senderos misteriosos
las maravillas que el mortal contempla.
Sus plantas se deslizan por los mares,
y atraviesa el espacio en la tormenta.
En el abismo de insondables minas,
con infalible y eternal destreza,
Ćl atesora todos sus designios
y su soberana voluntad despliega.
Nuevo valor cobrad, medrosos santos;
esas oscuras nubes que os aterran
derramarĆ”n, de compasiĆ³n profusas,
bendiciones sin fin al alma vuestra.
No juzguƩis al SeƱor por los sentidos;
confiad en su gracia que es inmensa.
Pues tras de su indignado rostro esconde
plĆ”cida faz que el corazĆ³n serena.
Ciega incredulidad yerra el camino,
y su obra en vano adivinar intenta.
Dios es su propio intƩrprete, y al cabo
todo lo ha de explicar al que en Ćl crea.
369
Hebreos 13.21; Romanos 12.2
DispĆ³n por mĆ, SeƱor,
la vĆa y seguirĆ©;
guiado por tu amor,
nunca resbalarƩ.
Por buen camino o mal,
si me conduce a Ti,
la roca o cenagal:
igual es todo a mĆ.
Mi copa TĆŗ podrĆ”s
de gozo o pena henchir;
placer me infundirĆ”
tu voluntad cumplir.
No quiero yo elegir;
elige TĆŗ por mĆ
la senda en que debo ir
en mi carrera aquĆ.
Tu reino he de buscar
con todo mi poder;
contigo debo andar
para ir tu rostro a ver.
370
Juan 14.3; Apocalipsis 22.7,12,20
Grata noticia: viene JesĆŗs
por los salvados mediante su cruz,
para llevarlos al trono de luz.
SĆ, pronto vuelve el SeƱor.
c
Cristo JesĆŗs de los cielos vendrĆ”;
pronto en su gloria vendrĆ”.
Para el creyente Ā”quĆ© gozo serĆ”
ver al amado SeƱor!
Con alegrĆa y aclamaciĆ³n,
voz del arcƔngel, trompeta de Dios,
viene JesĆŗs con cabal salvaciĆ³n.
SĆ, pronto vuelve el SeƱor.
Los que han dormido despertarƔn,
y con los vivos se reunirƔn;
todos unidos con Cristo estarƔn
cuando viniere el SeƱor.
Ā”Firmes! hermanos fieles velad,
siempre por Cristo constantes obrad
y su venida hasta el fin esperad.
SĆ, pronto vuelve el SeƱor.
371
Oseas 11.4; Filipenses 1.6; Judas 24
HallƩ un amigo sin igual,
amome eternamente;
de amor la cuerda celestial
me atrajo dulcemente.
Vencida mi alma, se la doy
en liga permanente;
pues mĆo es Ćl, y suyo soy,
ahora y para siempre.
c
SĆ, mĆo es Ćl y suyo soy
ahora y para siempre.
Contento estoy, al cielo voy;
soy suyo para siempre.
HallƩ un amigo sin igual,
muriĆ³ por mĆ y salvome;
y todo don espiritual
Ćl en sĆ mismo diome.
Y ya no tengo posesiĆ³n,
me entrego enteramente
—mi vida, fuerza y corazĆ³n—
a Cristo para siempre.
HallƩ un amigo sin igual,
pues suya es la potencia
de guiarme en senda terrenal
de aquĆ hasta su presencia.
La gloria brilla mƔs allƔ
de aquel hogar paterno;
me anima a vigilar y obrar
hasta el reposo eterno.
HallƩ un amigo sin igual,
tan fiel y bondadoso;
mi defensor de todo mal,
mi guĆa poderoso.
Y del autor de salvaciĆ³n
ĀæquiĆ©n separarme puede?
Ninguna fuerza ni aflicciĆ³n;
soy suyo para siempre.
372
Apocalipsis 21.23,27
He oĆdo contar de un paĆs celestial
— en la Biblia la historia estĆ” —
do no hay tempestad ni ninguna oscuridad,
y nada se envejecerĆ”.
c
Ā”QuĆ© morada de luz, do nos lleva JesĆŗs!
Ni pecado, ni muerte habrĆ”.
Ā”QuĆ© glorias estĆ”n en aquella ciudad!
Y el sol no se pone jamƔs.
Siempre verdes estƔn los follajes allƔ,
y cual oro es su fruto vernal.
De las arpas el son nos serĆ” consolaciĆ³n,
y nada se envejecerĆ”.
En la casa de Dios siempre suena la voz
de alegrĆa y reposo eternal.
Gozaremos de paz y abundante solaz,
y nada se envejecerĆ”.
373
EclesiastƩs 12.6; Salmo 17.15; 2 Corintios 5.1
La dƩbil cuerda cederƔ,
y no podrƩ cual hoy cantar;
mas en palacio de mi Rey,
Ā”quĆ© gozo mĆo al despertar!
c
Y cara a cara le verƩ,
y el nuevo canto entonarƩ
de gracias al SeƱor JesĆŗs
por su obra consumada en cruz.
Mi casa terrenal caerĆ”;
el cuƔndo no podrƩ decir;
mas sƩ que Cristo tiene ya
morada eterna para mĆ.
El Ɣureo sol, al descender
un dĆa para mi solaz,
a mĆ dirĆ” mi Salvador:
Ā«Bien hecho; entra tĆŗ en mi pazĀ».
Ahora espero su llamar,
y hasta entonces velarƩ.
La puerta luego Ćl abrirĆ”,
y a Ćl mi vuelo emprenderĆ©.
374
Juan 14.26, 15.26, 16.7; 2 Corintios 3.18
Nuestro adorable Redentor,
los suyos al dejar,
nos prometiĆ³ un Consolador
aquĆ a morar.
LlegĆ³ su gracia a difundir
en cada corazĆ³n
su EspĆritu ayudador,
tan grande don.
Y si tenemos la virtud,
la vida y santidad,
debĆ©moslo al EspĆritu:
Ā”a Dios load!
Oigamos hoy su dulce voz,
cual silbo celestial;
pues, es su oficio al Salvador
glorificar.
Cuando al EspĆritu de amor
le damos su lugar,
Ćl ya, de gloria en gloria, nos
transformarĆ”.
Ā”Oh! alabad al Padre Dios,
al Hijo que muriĆ³,
y EspĆritu Consolador:
al trino Dios.
375
Juan 4.35; IsaĆas 40.31; Salmo 126.6
Obreros en la mies de Cristo,
el campo blanco estĆ”;
y para la cosecha listos,
tomad aliento ya.
c
Aquellos que esperan al SeƱor
nuevas fuerzas tendrƔn.
Se levantarƔn con alas,
con alas cual las Ɣguilas.
CorrerƔn y no se cansarƔn,
sin fatiga han de andar.
CorrerƔn y no se cansarƔn,
sin fatiga han de andar.
CorrerƔn y no se cansarƔn,
sin fatiga han de andar.
Orando siempre y trabajando,
y con creciente ardor,
seguid sembrando y esperando;
no es en vano en el SeƱor.
Los que con lƔgrimas sembraron,
con gozo segarƔn;
semilla de valor llevaron,
sus frutos traerƔn.
376
GƔlatas 6.9; Mateo 11.29
Oh, alma triste, hay un hogar
sin cosa que te cansarĆ”;
hogar que nunca cambia mƔs,
ĀæquiĆ©n no quisiera entrar allĆ”?
c
ConfĆa en JesĆŗs de corazĆ³n,
acepta a sus manos el perdĆ³n.
ConfĆa en Ćl,
y al fin tendrĆ”s tu galardĆ³n.
Cargado y fatigado tĆŗ,
alcanzarƔs el dulce hogar.
Las pruebas que permite Dios
lo harƔ mƔs grato allƔ llegar.
ĀæCaminas donde espinas hay?
Corona de Ć©stas Ćl llevĆ³.
Si tienes triste el corazĆ³n,
tambiĆ©n dolor a Ćl tocĆ³.
Entonces sigue hasta el fin,
que pronto vas a descansar.
Pues a los suyos guarda Dios;
espera en Ćl sin murmurar.
377
1 Juan 5.14; Cantares 2.3
Ā”Oh, cuĆ”n gratas son las horas
cuando yo me acerco a Ti!
Desde el cielo do TĆŗ moras,
Padre, escĆŗchame a mĆ.
Aun a mĆ, el mĆ”s indigno
de tu celestial redil,
ilumĆname, benigno,
y hazme siervo tuyo fiel.
Yo me gozo en tus bondades,
y quisiera comprender
tus secretos y verdades
y en tu inmenso amor crecer.
Al entrar en la presencia
del Divino Redentor,
gozarƩ de la herencia
que me es dada por su amor.
Y al final en tus mansiones
sin cesar te mirarƩ;
y del cielo de esplendores
nunca mƔs me apartarƩ.
378
Hebreos 12.2; 1 Juan 1.7
Oh peregrinos que al cielo vais,
siempre mirad a Cristo.
Id adelante, mas no temƔis,
siempre mirad a Cristo.
c
Siempre mirad a Cristo,
siempre mirad a Cristo.
Con JesĆŗs andad en la luz;
siempre mirad a Cristo.
En toda vuestra necesidad,
siempre mirad a Cristo;
de sus riquezas Ćl os darĆ”,
siempre mirad a Cristo.
Y cuando llega la tentaciĆ³n,
siempre mirad a Cristo,
tendrĆ©is abrigo en su corazĆ³n,
siempre mirad a Cristo.
Su gracia abunda y os sostendrĆ”,
siempre mirad a Cristo,
y al fin en gloria os recibirĆ”,
siempre mirad a Cristo.
AllĆ su rostro contemplarĆ©is,
siempre verƩis a Cristo,
con alegrĆa le servirĆ©is,
siempre estarƩis con Cristo.
379
Mateo 11.28; Hebreos 4.11; IsaĆas 66.12
Ā”QuĆ© felicidad, con JesĆŗs estar
en los brazos del SeƱor JesĆŗs!
No se temerĆ” del furioso mar,
en los brazos del SeƱor JesĆŗs.
c
Descansando en los brazos
del SeƱor JesĆŗs,
descansando en los brazos
del SeƱor JesĆŗs.
A Dios gracias doy que seguro estoy,
en los brazos del SeƱor JesĆŗs.
Redimido soy, y a la gloria voy
en los brazos del SeƱor JesĆŗs.
Ā”Oh, quĆ© libertad, quĆ© tranquilidad,
en los brazos del SeƱor JesĆŗs!
Mi alma alegre estĆ” por su gran bondad
en los brazos del SeƱor JesĆŗs.
380
Marcos 14.37; Apocalipsis 3.10; 2 Corintios 4.17
Una hora sola de velar con Cristo,
eternos aƱos de reposo y paz.
Una hora sola de afrontar peligros,
eternos aƱos de mirar su faz.
c
Tengamos, pues, valor
hasta el maƱana,
brillante sea nuestra luz aquĆ.
El Salvador con suave voz nos llama:
Ā«Velad, velad una hora mĆ”s por mĆĀ».
Una hora sola de sufrir por Cristo,
eternos aƱos en su calma y luz.
Una hora sola de sufrir perjuicios,
eternos aƱos, gloria en vez de cruz.
Una hora sola en prueba y tentaciones,
eternos aƱos de felicidad.
Una hora sola aquĆ de vejaciones,
eternos aƱos de su amor sin par.
381
Salmo 91; Salmo 4.8
Ā”Ya por nos el dĆa su luz apagĆ³!
Otra vez la noche su crespĆ³n tendiĆ³.
Vemos las estrellas prontas a brillar;
aves, bestias, flores vanse a acostar.
SeƱor Jesucristo, haznos descansar
por Ti cobijados hasta el despertar.
SueƱen los niƱitos con su Salvador;
de los marineros seas el protector.
Sana a los enfermos, fuerte Salvador.
Los que mal designan,
hazles ver su error.
Mientras que durmamos,
haz que en derredor
Ɣngeles nos guarden, siervos del SeƱor.
Cuando el nuevo dĆa llama a trabajar,
que en tu compaƱĆa logre yo andar.
382
Salmos 42 y 43
Al monte de tu santidad,
oh Dios, con alegrĆa irĆ©;
dame tu luz y tu verdad
y hasta tu altar me allegarƩ.
Pues mi alegrĆa, mi gozo es Dios,
Dios mĆo, y yo te alabarĆ©.
Con arpa se ha de oir mi voz;
de corazĆ³n te adorarĆ©.
ĀæPor quĆ© te abates, mi alma en mĆ?
No te conturbes, mi alma, ya;
espera a Dios, quien llama a sĆ
al hombre que abatido estĆ”.
Con certidumbre de la fe
y verdadero corazĆ³n,
al trono santo llegarƩ
para entonarte mi canciĆ³n.
Al Dios de amor y santidad
con gozo siempre alabarƩ,
por siglos de la eternidad
y faz a faz te adorarƩ.
383
FilemĆ³n 15,5; 2 Corintios 5.14; 1 Corintios 13.12
Al SeƱor JesĆŗs loemos
porque tanto le debemos.
Lo que somos y tenemos
sĆ³lo es nuestro en Ćl.
Es JesĆŗs su nombre amado;
a su pueblo Ćl ha salvado.
Es el triunfo asegurado
por su gran poder.
Ā”Oh, confiad en este amigo!
Nos liberta del peligro;
nos es hoy un fuerte abrigo
y hasta el fin serĆ”.
Cumplirase nuestro anhelo
en el dĆa en que sin velo
le veremos en el cielo,
al SeƱor JesĆŗs.
384
Cantares 1.3; Hechos 5.41
Ā”CuĆ”n dulce el nombre de JesĆŗs
es para el hombre fiel!
Consuelo, paz, vigor y luz
halla el creyente en Ćl.
Al alma herida fuerza da,
y calma el corazĆ³n;
al alma hambrienta es cual manĆ”,
y alivia su aflicciĆ³n.
Tan dulce nombre es para mĆ,
de dones plenitud;
raudal que nunca exhausto vi
de gracia y de virtud.
JesĆŗs, mi amigo y mi sostĆ©n,
mi Rey y Salvador;
mi vida y luz, mi eterno bien,
acepta mi loor.
385
2 Corintios 5.14; Efesios 5.2; Romanos 11.33; JeremĆas 31.3
Ā”Oh, profundo amor de Cristo,
vasto, inmerecido don!
Cual ocƩano infinito,
ya me inunda el corazĆ³n.
Me rodea, me sostiene
la corriente de su amor;
llƩvame continuamente
hacia el gozo del SeƱor.
Ā”Oh profundo amor de Cristo!
Sus loores proclamad,
pues su amor nos satisfizo
y no cambiarƔ jamƔs.
Ā”CĆ³mo cuida a sus amados,
redimidos por su cruz!
ComuniĆ³n con Ćl gozamos,
cuando andamos en la luz.
Ā”Oh, profundo amor de Cristo,
Ćŗnico, supremo amor!
Cual un vasto mar bendito,
cual hogar al viador.
Ā”Oh, profundo amor de Cristo!
Pura gloria es para mĆ,
que me eleva, salvo y listo,
hacia el cielo, hacia Ti.
386
2 Corintios 13.14; Efesios 4.3,5,6
Al Padre, Hijo Redentor,
y EspĆritu Consolador;
al trino Dios en unidad
loor eterno tributad.
387
1 Corintios 9.7; Salmo 24.8; 2 Corintios 10.4; EclesiastƩs 9.11
Ā”A la batalla y a la victoria
vamos con Dios nuestro Rey!
quien con su brazo fuerte, robusto,
siempre defiende su grey.
Pues, sin temor avancemos
entusiasmados por fe,
mientras alegres cantemos:
Gloria a Dios, nuestro Rey.
c
Ni es la guerra de los ligeros,
ni de los fuertes la paz;
mas de los fieles en Cristo
es el eterno solaz.
Ā”A la batalla y a la victoria!
ĀæQuiĆ©n serĆ” este buen Rey?
ĀæQuiĆ©nes las tropas,
los que le siguen
en esta lucha de fe?
Es JehovĆ” el valiente,
de los seƱores SeƱor,
acompaƱado por todos
los que aprecian su amor.
Ā”A la batalla y a la victoria!
Bajo tan buen general,
derrotaremos ya en seguida
todas las fuerzas del mal.
Reinos y tronos del mundo,
todos al fin pasarƔn;
mas los amados de Cristo
vida eternal gozarƔn.
388
1 Corintios 15.51; Proverbios 11.30
Adelante vamos, cristiana juventud;
llevemos el mensaje a la impĆa multitud;
obreros en la viƱa de nuestro buen SeƱor,
buscando a las almas con un ferviente amor.
c
JĆ³venes cristianos, luchemos, sĆ, por Ćl.
Ćl es nuestro guĆa y siempre serĆ” fiel.
A todos prediquemos la historia de su amor,
sirviendo asĆ a Cristo, el bendito Salvador.
El que busca almas es sabio, dice Dios.
Prestemos, pues, oĆdo a la divina voz;
sembremos su palabra bendita por doquier,
trayendo asĆ a Cristo a algĆŗn perdido ser.
Seamos siempre fieles a nuestro Salvador;
llevemos otras almas a conocer su amor.
Y cuando allĆ” en la gloria con Ćl hemos de estar,
nuestras buenas obras Ćl ha de coronar.
389
Juan 10.9; Lucas 13.25; Mateo 16.26
Al cerrar la puerta, tarde ya serĆ”.
Entra sin tardar, mientras hay lugar.
ĀæPor quĆ© en tal peligro has de continuar?
Entra, oh pecador, sin tardar.
c
Ā”Oh, entra por la puerta hoy!
Ā”Hoy mismo entra, oh pecador!
Entra por la puerta, o el SeƱor dirƔ:
Ā«Es tarde ya, es tarde yaĀ».
Al cerrar la puerta, ĀæquĆ© esperanza habrĆ”?
Entra sin tardar, mientras hay lugar;
vano a Dios entonces orar serĆ”.
Entra, oh pecador, sin tardar.
Al cerrar la puerta, Dios no llama mƔs.
Entra sin tardar, mientras hay lugar;
hoy acude a Cristo, sin demorar.
Entra, oh pecador, sin tardar.
Al cerrar la puerta, ĀæcĆ³mo te hallarĆ”s?
Entra sin tardar, mientras hay lugar;
sin la salvaciĆ³n tĆŗ te perderĆ”s.
Entra, oh pecador, sin tardar.
390
Salmo 47.9; Ćxodo 3.6,14; Efesios 1.6; Hebreos 11.8,40; Hechos 7.2
Al Dios de Abraham load,
de todo Creador.
SeƱor es de la eternidad
y Dios de amor.
JehovĆ” el gran Yo Soy,
en cielo y tierra es Rey.
Reconocedle, y con fervor
que le adorƩis.
Al Dios del cielo dad
gracias por su favor.
Vuestra alabanza tributad
al Salvador.
Nos llama a abandonar
la gloria terrenal,
y nuestro todo en Ćl hallar
siempre jamƔs.
Al Dios de Abraham load,
pues su palabra es fiel;
su pacto asegurado estĆ”
por Emanuel.
En el Hijo acepta estĆ”
la Iglesia de su amor;
por ella siempre subirĆ”
a Dios loor.
Al Dios de gloria y luz
venid hoy y adorad
por la obra del SeƱor JesĆŗs
y su bondad.
Cantemos aun aquĆ
del cielo la canciĆ³n,
rindiendo culto al Padre allĆ
de corazĆ³n.
391
IsaĆas 40.11, 53.3; Hebreos 13.15; Apocalipsis 5.13; 1 Corintios 15.55
Alabanzas demos al Redentor nuestro;
santos todos, proclamad su loor.
Oh cantadle, Ɣngeles todos en gloria,
a su nombre dad celestial honor.
Cual Pastor, JesĆŗs cuidarĆ” a su pueblo,
todo el dĆa nos llevarĆ” en su amor.
Santos que morƔis
en su augusta presencia,
alabadle con voz y corazĆ³n.
Alabanzas demos al Redentor nuestro;
nuestras culpas Ćl por su sangre expiĆ³.
Su pasiĆ³n es nuestra eternal esperanza,
adoradle a Cristo que en cruz muriĆ³.
El SeƱor, sufriendo dolor y angustia,
con espinas se dejĆ³ coronar;
por nosotros fue despreciado, humillado;
Rey de gloria, vedle triunfante ya.
Alabanzas demos al Redentor nuestro;
tierra y cielo, honores a Ćl traed.
Cristo salva y reina por siglos de siglos,
el Profeta, Gran Sacerdote y Rey.
Ya la tumba por siempre estĆ” vencida,
ĀædĆ³nde, oh muerte, se halla tu aguijĆ³n?
Ā”Cristo vive! Nos ha traĆdo alegrĆa.
Ā”Cristo vive! Ā”Glorioso Salvador!
392
Lucas 10.29, 19.10; Romanos 13.8,9
Ama a tus prĆ³jimos, piensa en sus almas,
diles la historia del tierno SeƱor.
Cuida del huƩrfano, hazte su amigo;
muestra la gracia de tu Salvador.
c
Busca al incrƩdulo, ve su peligro;
Dios le darĆ” su divino perdĆ³n.
Aunque rechƔzanle, tiene paciencia,
y estĆ” dispuesto a dar salvaciĆ³n.
Venlos los Ɣngeles desde la gloria,
de allĆ los miran con satisfacciĆ³n.
Busca a tus prĆ³jimos; Dios es tu ayuda
y por su EspĆritu fuerza te da.
Simiente buena, pues, siembra en el tiempo,
y la cosecha eternal te serĆ”.
393
Salmo 73.24; Proverbios 4.18
Brilla ante mĆ la gloria,
no puedo aquĆ quedar;
por la neblina ahora
veo mi dulce hogar.
Si en este triste yermo
tengo aĆŗn que andar,
brilla ante mĆ la gloria,
pronto estarƩ yo allƔ.
No habrĆ” allĆ mĆ”s tormentas,
lƔgrimas no se ven;
las aguas turbulentas
no nos harƔn temer.
Voy a la tierra santa,
ya mĆa por la fe;
brilla ante mĆ la gloria,
aquĆ no quedarĆ©.
Dios es allĆ la gloria,
el Cordero es la luz;
las pruebas que hoy me azotan
me acercan a su cruz.
La voz de Cristo llama,
mi curso acaba ya;
brilla ante mĆ la gloria,
el premio me darĆ”.
Brilla ante mĆ la gloria,
todo estƔ bien, yo sƩ;
mi Padre me conforta,
su nombre alabarƩ.
Cristo en su amor me lleva,
su sangre me lavĆ³;
do Cristo estĆ” es el cielo
de gloria, paz y amor.
394
Salmo 40.3; IsaĆas 6.7; 1 Pedro 2.24
Cansado y triste vine al Salvador;
mis culpas Ćl llevĆ³, mis culpas Ćl llevĆ³.
Mi eterna dicha hallƩ en su amor;
mis culpas Ćl llevĆ³.
c
Mis culpas Ćl llevĆ³,
mis culpas Ćl llevĆ³;
alegre siempre cantarƩ.
Al SeƱor gozoso alabarƩ,
porque Ćl me salvĆ³.
Borrados todos mis pecados son;
mis culpas Ćl llevĆ³, mis culpas Ćl llevĆ³.
A Ćl feliz elevo mi canciĆ³n;
mis culpas Ćl llevĆ³.
Ya vivo libre de condenaciĆ³n;
mis culpas Ćl llevĆ³, mis culpas Ćl llevĆ³.
Su dulce paz me llena el corazĆ³n;
mis culpas Ćl llevĆ³.
Si vienes hoy a Cristo, pecador,
tus culpas borrarĆ”, tus culpas borrarĆ”.
PerdĆ³n tendrĆ”s si acudes al SeƱor;
tus culpas borrarĆ”.
c
Tus culpas borrarĆ”,
tus culpas borrarĆ”,
y limpiarĆ” tu corazĆ³n.
Y dirĆ”s feliz en tu canciĆ³n:
Ā«Mis culpas Ćl llevĆ³Ā».
395
Salmo 91.2; Colosenses 2.15
Castillo fuerte es nuestro Dios,
defensa y buen escudo;
con su poder nos librarĆ”
en este trance agudo.
Con furia y con afƔn
acĆ³sanos SatĆ”n;
por armas deja ver
astucia y gran poder;
cual Ćl no hay en la tierra.
Nuestro valor es nada aquĆ;
con Ć©l todo es perdido;
mas por nosotros pugnarĆ”
Āæde Dios el Escogido.
ĀæSabĆ©is quiĆ©n es? JesĆŗs,
el que venciĆ³ en la cruz,
SeƱor de Sabaoth; *
y pues Ćl sĆ³lo es Dios,
Ćl triunfa en la batalla.
Aunque estƩn demonios mil
prontos a devorarnos,
no temeremos, porque Dios
siempre ha de prosperarnos.
Que muestre su vigor
SatƔn, y su furor
daƱarnos no podrƔ,
pues condenado es ya
por la Palabra Santa.
Sin destruirla dejarƔn,
aun con desagrado,
esta Palabra del SeƱor;
Ćl lucha a nuestro lado.
Que lleven con furor
los bienes, vida, honor,
los hijos, la mujer ...
todo ha de perecer;
de Dios el reino queda.
* Sabaoth = SeƱor de los EjƩrcitos
396
NehemĆas 8.10; Mateo 10.31
ĀæCĆ³mo podrĆ© estar triste,
cĆ³mo entre sombras ir,
cĆ³mo sentirme solo,
y en el dolor vivir,
si Cristo es mi consuelo,
mi amigo siempre fiel,
si aun la aves tienen
seguro asilo en Ćl,
si aun las aves tienen
seguro asilo en Ćl?
c
Feliz, cantando alegre,
yo vivo siempre aquĆ.
Si Ćl cuida de las aves,
cuidarĆ” tambiĆ©n de mĆ.
Ā«Nunca te desalientesĀ»,
oigo al SeƱor decir;
y en su palabra fiado
hago al dolor huir.
A Cristo paso a paso
yo sigo sin cesar,
y todas su bondades
por siempre me ha de dar,
y todas sus bondades
por siempre me ha de dar.
Siempre que soy tentado,
o que en la prueba estoy,
mĆ”s cerca de Ćl camino
y protegido voy.
Si en mĆ la fe desmaya,
y caigo en la ansiedad,
Ā”tan sĆ³lo Ćl me levanta;
me da seguridad!
Ā”Tan sĆ³lo Ćl me levanta;
me da seguridad!
397
Hebreos 12.2; Juan 16.33
CorazĆ³n oprimido, buscando solaz,
Ā”oh! mira al SeƱor y no llores mĆ”s.
La luz de su rostro te iluminarĆ”,
y, como en el cielo, no habrĆ” noche acĆ”.
Mirando a JesĆŗs, yo no mĆ”s podrĆ© ver
los peligros y penas que me hacen temer.
Las lƔgrimas tristes no me obcecarƔn;
las dudas infieles se disiparƔn.
Mirando a JesĆŗs, de su amor gozarĆ©;
en el mundo habrĆ” penas,
en Ćl paz tendrĆ©.
La mar de mi vida podrĆ” alto rugir;
si miro al SeƱor, ya no la puedo oir.
Mirando a JesĆŗs, sus palabras oirĆ©:
Ā«ĀæPor quĆ© temes tĆŗ? Ā”Oh quĆ© poca es tu fe!Ā»
Y al fin en la gloria mi gozo serĆ”
su rostro divino por siempre admirar.
398
JosuƩ 1.5; Mateo 28.20
Cristo siempre estĆ” conmigo,
su promesa firme estĆ”,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
El poder del enemigo
su palabra vencerĆ”,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
c
Ā«Siempre estoy, siempre estoyĀ»,
pues ha dicho:
Ā«Siempre estoy, siempre estoyĀ»,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
En los dĆas anublados
siempre permanece fiel,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
Y en el tiempo hermoso y claro
andarĆ© tambiĆ©n con Ćl,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
Y al final irƩ a la gloria
donde mora el Salvador,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
CantarƩ la dulce historia
del amor de mi SeƱor,
pues ha dicho:
Ā«Con vosotros siempre estoyĀ».
399
Juan 14.19; Lucas 24.36,50
Cristo vive y nos guiarĆ”,
aunque triste la vĆa.
Pronto el alba romperĆ”,
Ā”quĆ© feliz el dĆa!
Todo bien nos ha de dar;
Cristo vive y nos guiarĆ”.
Todo lo que aquĆ hablĆ³,
hoy tambiƩn nos habla.
Todo el pan que repartiĆ³,
hoy tambiƩn regala.
Todo bien nos ha de dar;
Cristo vive y nos guiarĆ”.
Cristo vive; mas su amor
le condujo a la muerte.
Pero de SatĆ”n triunfĆ³;
es su nombre El Fuerte.
Ćl nos colma de bondad;
Cristo vive y nos guiarĆ”.
Cristo vive y nos guiarĆ”,
no nos desampara.
Con su Iglesia quedarĆ”
hasta al fin llevarla
para ver su hermosa faz
y gozar de eterna paz.
400
2 Corintios 5.17; Efesios 3.17; 1 Pedro 3.15
CuƔn glorioso es el cambio operado en mi ser,
viniendo a mi vida el SeƱor.
Hay en mi alma una paz que yo ansiaba tener,
la paz que me trajo su amor.
c
Ćl vino a mi corazĆ³n,
Ćl vino a mi corazĆ³n.
Soy feliz con la vida que Cristo me dio
cuando Ćl vino a mi corazĆ³n.
Ya no voy por la senda que el mal me trazĆ³,
do sĆ³lo encontrĆ© confusiĆ³n.
Mis errores pasados JesĆŗs los borrĆ³
cuando Ćl vino a mi corazĆ³n.
Ni una sombra de duda oscurece su amor,
amor que me trajo el perdĆ³n.
La esperanza que aliento la debo al SeƱor,
porque Ćl vino a mi corazĆ³n.
401
Filipenses 3.7,8; 1 Juan 2.15 al 17
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
porque el mundo pasarĆ”;
mas su amor, amor bendito,
por los siglos durarĆ”.
c
Ā”Oh, quĆ© gran misericordia!
Ā”Oh, de amor sublime don!
Ā”Plenitud de vida eterna,
prenda viva del perdĆ³n!
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
paz y gozo en Ćl tendrĆ©;
y al mirar que va conmigo,
siempre alegre cantarƩ.
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
su sonrisa quiero ver;
como luz que en mi camino,
haga aquĆ resplandecer.
Dejo el mundo y sigo a Cristo,
acogiƩndome a su cruz,
y despuƩs irƩ a mirarle
cara a cara en plena luz.
402
JosuƩ 22.5,6; Marcos 8.7 al 9
Despide ya tu grey
en paz y bendiciĆ³n,
y las palabras de tu ley
conserve el corazĆ³n.
Semilla y sembrador,
que seas TĆŗ a la vez;
con tu EspĆritu de amor
apaga nuestra sed.
EnsƩƱanos, SeƱor,
tu ley a meditar;
vivir unidos en amor,
y en Ćl por siempre andar.
403
Proverbios 17.17, 18.24; Hebreos 13.5
El amigo mƔs fiel es Cristo.
Cuando triste y agobiado estƔs,
siempre lleno de bondad,
quita toda oscuridad.
El amigo mƔs fiel es Cristo.
c
Es Cristo el mejor amigo,
es Cristo el mejor amigo;
pues Ćl no nos dejarĆ”,
siempre nos protegerĆ”.
Es JesĆŗs el mejor amigo.
Ā”Oh, quĆ© amigo yo tengo en Cristo!
A mi corazĆ³n su gozo da,
con su brazo de poder
miedo no podrƩ tener.
El amigo mƔs fiel es Cristo.
Cuando al fin en la gloria estemos,
con los santos que han partido ya,
cantaremos su loor
con mƔs gozo y mƔs fervor.
El amigo mƔs fiel es Cristo.
404
Apocalipsis 22.22 al 27; 2 Timoteo 2.12
El sol no se pondrĆ”
en la gloria allĆ”.
No habrƔ mƔs lƔgrimas
en la gloria allĆ”.
Y no habrƔ noche mƔs,
la luz no menguarĆ”;
gozo perfecto habrĆ”
en la gloria allĆ”.
Nadie se desviarĆ”
en la gloria allĆ”.
Ni nunca caerĆ”
en la gloria allĆ”.
La mar no existirĆ”,
ni negra tempestad.
La paz perdurarĆ”
en la gloria allĆ”.
En vida reinarƔn
en la gloria allĆ”
los que con Cristo van
en la gloria allĆ”.
No habrĆ” mĆ”s maldiciĆ³n,
ni pena ni aflicciĆ³n.
Eterna es la canciĆ³n
en la gloria allĆ”.
405
Tito 2.11; Efesios 2.8
En gracia el santo Dios
formĆ³ el hermoso plan
de, por su soberano amor,
al hombre ruin salvar.
c
Por gracia salvados sois
por la fe, por la fe.
No de vosotros es asĆ;
no de vosotros es asĆ,
de obras no, de obras no.
De obras no, que nadie se glorĆe,
pues es el don de Dios.
De obras no, que nadie se glorĆe,
pues es el don de Dios,
pues es el don de Dios,
pues es el don de Dios,
pues es el don de Dios, el don de Dios.
De Dios la gracia ved,
mostrada en el SeƱor,
pues Ćl crucificado fue
en prueba de su amor.
A todo aquel que cree
en el SeƱor JesĆŗs
es dada salvaciĆ³n por fe;
es hijo de la luz.
406
Salmo 119.105,103, 19.10
En tu palabra, oh Padre Dios,
Ā”quĆ© bella luz se ve!
Bendita, celestial porciĆ³n,
gozada por la fe.
AquĆ del Redentor la voz
alegra el corazĆ³n;
la dulce voz del Buen Pastor
que trae salvaciĆ³n.
En su divina inspiraciĆ³n
aliento se nos da;
tambiĆ©n allĆ satisfacciĆ³n
el alma encontrarĆ”.
Y antorcha para iluminar
los pasos de tu grey;
y lƔmpara que nos darƔ
visiones del Gran Rey.
Ā”CuĆ”n dulce es tu palabra fiel
para mi paladar!
MƔs que la refinada miel
que cae del panal.
Y mina de riqueza es
que no se agotarĆ”
hasta ese dĆa en que yo estĆ©
en gloria celestial.
407
EclesiastƩs 12.7; Santiago 1.6; 2 Timoteo 2.12
Es la Biblia para mĆ
santo y gran tesoro aquĆ;
pues contiene con verdad
la divina voluntad.
Me declara lo que soy,
de quiƩn vine y a quiƩn voy.
Reprende ella mi dudar
y me exhorta sin cesar.
Es cual faro de mi pie;
va guiando por la fe
a las fuentes del amor
del bendito Salvador.
Es la infalible voz
del EspĆritu de Dios,
que vigor al alma da
cuando en aflicciĆ³n estĆ”,
y me enseƱa a triunfar
de la muerte y del pecar.
Por su santa letra sƩ
que con Cristo reinarƩ;
yo que tan indigno soy,
por su luz al cielo voy.
Es la Biblia para mĆ
santo y gran tesoro aquĆ.
408
1 Timoteo 1.1; Romanos 5.15; Hechos 26.18
Gracia, perdĆ³n y paz consigue
el pecador
que a JesĆŗs, contrito, pide
su compasiĆ³n y amor.
c
No podrĆ” el mundo entero
dar al alma paz.
SĆ³lo podrĆ” JesĆŗs hacerlo;
Ćl te ofrece solaz.
Gracia sin lĆmite y gratuita
Cristo nos da;
y en la tentaciĆ³n y prueba
su brazo nos tendrĆ”.
Dulce perdĆ³n al alma inquieta
Cristo darĆ”,
si al Salvador con fe sincera
contrita acudirĆ”.
Paz halla el corazĆ³n turbado
en su SeƱor,
y las furiosas tempestades
no infunden ya temor.
409
Salmo 51.7; 1 Pedro 1.19; Tito 3.5; 1 Corintios 6.11
ĀæHas hallado en Cristo tu buen Salvador?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
ĀæPor la fe descansas en el Redentor?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
c
LƔvame, lƔvame,
en tu sangre, oh Cordero de Dios,
y con alma limpia me presentarƩ
en tu hogar tan glorioso de amor.
ĀæVives siempre al lado de tu Salvador?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
ĀæDel pecado eres siempre vencedor?
ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs?
Si perdĆ³n y paz deseas, pecador,
tu refugio es la sangre de JesĆŗs.
Si librarte quieres de eternal dolor,
Ā”oh, acude a la sangre de JesĆŗs!
410
Romanos 7.4; Juan 15.1; Joel 2.25
ĀæHe de ir sin ningĆŗn fruto
que presente a mi SeƱor?
Ā”No le llevo ni un trofeo,
ni servicio de valor!
c
ĀæHe de ir sin ningĆŗn fruto,
he de ver a Cristo asĆ?
Con el tiempo mal gastado,
Āæhe de presentarme allĆ?
De la muerte no me asusto:
Cristo es ya mi Salvador.
Para Ćl nada yo he hecho;
esto, sĆ, me da dolor.
Darle todo yo quisiera
de los aƱos que perdĆ,
caminando en la ceguera,
pero a SatanƔs los di.
Pasa el dĆa y llega noche.
Ā”Trabajad cuando haya luz!
Le verƔn, y sin reproche,
quienes sirvan a JesĆŗs.
411
Efesios 5.14; 1 Tesalonicenses 5.6
Iglesia de Cristo, reanima el amor,
y alegre en la noche espera al SeƱor.
JesĆŗs el Esposo, vestido de honor,
viniendo se anuncia con fuerte clamor.
c
LevƔntate, Iglesia,
sacude el sopor,
que viene en las nubes
tu Esposo y SeƱor.
Si algunos dormitan sin sentir dolor,
la fe sea en todos el despertador.
Velad, compaƱeros, velad sin temor,
que estĆ” con nosotros el Consolador.
El hombre en sus penas, infiel pecador,
se entrega en las manos del sueƱo traidor;
mas el que es amado del fiel Salvador,
velar esperando prefiere mejor.
La noche difunde su negro pavor,
mas pronto del alba saldrĆ” el resplandor.
En tanto esperamos el primer albor,
cantemos en coro con gracia y ardor.
412
Salmo 116.13; 1 Juan 5.4
JesĆŗs es mi Pastor, conmigo estĆ”;
nada con mi SeƱor me faltarƔ.
En Ćl confiarĆ© de todo corazĆ³n,
y por Ćl vencerĆ© la tentaciĆ³n.
Ćl es mi dulce luz, mi salvaciĆ³n;
en la sangrienta cruz logrĆ© perdĆ³n.
AllĆ por mĆ muriĆ³, por mĆ, vil pecador;
mis culpas Ćl pagĆ³, Ā”gloria al SeƱor!
La fe que me dio Ćl me salvarĆ”;
en justo, santo y fiel me cambiarĆ”.
Su sangre me lavĆ³, y su resurrecciĆ³n
la paz con Dios me dio, vida y perdĆ³n.
ĀæCon quĆ©, con quĆ©, SeƱor, te pagarĆ©,
si tuyo es mi valor, tuya mi fe?
ĀæSi yo no soy capaz de obrar el bien por mĆ,
si soy sombra fugaz, nada sin Ti?
Dame, bendito Dios, por caridad,
que siempre vaya en pos de la verdad.
Tu bien quiero gozar, vivir contigo en paz,
tu santa majestad siempre adorar.
413
Lucas 9.26; Romanos 1.16; 1 Pedro 4.16
JesĆŗs, mi Salvador, ĀæserĆ” posible
que se avergĆ¼ence algĆŗn mortal de Ti?
ĀæY que, olvidando tus sublimes hechos,
niegue lo que TĆŗ has sido para sĆ?
Ā”Avergonzarme de JesĆŗs! MĆ”s pronto
repudiarĆa el firmamento el sol;
antes se avergonzara la maƱana
del fresco, puro y nĆtido arrebol.
Ā”Avergonzarme del querido Amigo,
mi apoyo, mi esperanza, mi sostƩn!
No, mi vergĆ¼enza es que, aunque le amo tanto,
no le amo siempre como al sumo bien.
Ā”Avergonzarme de JesĆŗs! SĆ, cuando
no tenga culpa alguna que lavar,
ni bienes que pedir, ni miedo oculto,
ni lƔgrimas, ni aun alma que salvar.
Hasta entonces, mi orgullo es confesarte;
para salvarme espero sĆ³lo en Ti,
y mi gloria serĆ” que Jesucristo
no se avergĆ¼ence, no, jamĆ”s de mĆ.
414
2 Corintios 4.6; 1 Corintios 1.30, 7.31
La noche oscura fue sin Ti, SeƱor,
y lejos me encontrƩ sin Ti, SeƱor.
Al mundo yo seguĆ,
de su placer bebĆ,
mas paz no conocĆ sin Ti, SeƱor.
ResplandeciĆ³ la luz por Ti, SeƱor,
y divisƩ la cruz por Ti, SeƱor.
Al ver tu muerte allĆ,
saber que fue por mĆ,
al Padre me volvĆ por Ti, SeƱor.
Del juicio libre estoy en Ti, SeƱor;
gozoso al cielo voy en Ti, SeƱor.
Tengo la redenciĆ³n
y justificaciĆ³n,
completa salvaciĆ³n en Ti, SeƱor.
Ya sĆ³lo esperarĆ© de Ti, SeƱor;
mi todo buscarƩ de Ti, SeƱor.
El mundo pasarĆ”,
el hombre morirĆ”,
mas siempre el bien habrƔ de Ti, SeƱor.
Y TĆŗ me llamarĆ”s a Ti, SeƱor;
tu Iglesia tomarƔs a Ti, SeƱor.
Ā”Oh grata reuniĆ³n!
Ā”Eterna salvaciĆ³n!
Ā”De gloria la canciĆ³n a Ti, SeƱor!
415
Filipenses 3.12; 2 Corintios 3.18
MĆ”s de JesĆŗs quiero aprender,
mƔs de su gracia conocer,
mĆ”s del amor con que me amĆ³,
mĆ”s de la cruz en que muriĆ³.
c
MƔs quiero amarle,
mƔs quiero honrarle;
mĆ”s de su salvaciĆ³n gozar,
mƔs de su dulce amor gustar.
MĆ”s de JesĆŗs quisiera hablar,
mĆ”s de su comuniĆ³n gozar,
mƔs de sus dones recibir,
mƔs con los otros compartir.
c
MĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs;
mĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs;
mƔs de sus dones recibir,
mƔs con los otros compartir.
MĆ”s de JesĆŗs anhelo ver,
mƔs de su hermoso parecer,
mƔs de la gloria de su faz,
mƔs de su luz, mƔs de su paz.
c
MĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs;
mĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs,
mƔs de la gloria de su faz,
mƔs de su luz, mƔs de su paz.
416
IsaĆas 1.6; Lucas 15.21; 1 Corintios 6.11; Juan 15.26, 16.7
Me hiriĆ³ el pecado, fui a JesĆŗs,
mostrele mi dolor.
Perdido, errante, vi su luz;
bendĆjome en su amor.
c
En la cruz, en la cruz,
do primero vi la luz
y las manchas de mi alma yo lavƩ:
fue allĆ por la fe do vi a JesĆŗs,
y siempre feliz con Ćl serĆ©.
En una cruz, mi Salvador
su sangre derramĆ³
por este pobre pecador,
a quien asĆ salvĆ³.
VenciĆ³ la muerte: Ā”quĆ© placer!
y el Padre lo exaltĆ³.
Espero sĆ³lo en su poder;
morir no temo yo.
Aunque Ćl se fue, conmigo estĆ”
el gran Consolador;
por Ćl entrada tengo ya
al reino del SeƱor.
Vivir en Cristo trae la paz;
con Ćl habitarĆ©;
ya suyo soy, y de hoy en mƔs
a nadie temerƩ.
417
Salmo 40.2; Hechos 26.18; 1 Pedro 2.9
Mi Salvador en su bondad
al mundo malo descendiĆ³;
y de hondo abismo de maldad
Ćl mi alma levantĆ³.
c
Seguridad me dio JesĆŗs
cuando Ćl su mano me tendiĆ³;
estando en sombra a plena luz,
en su bondad, me levantĆ³.
Su voz constante resistĆ,
aunque Ćl amante me llamĆ³,
mas su palabra recibĆ
y fiel me levantĆ³.
Tortura cruel JesĆŗs sufriĆ³,
cuando en la cruz por mĆ muriĆ³;
tan sĆ³lo asĆ Ćl me salvĆ³,
y asĆ me levantĆ³.
Que soy feliz, yo bien lo sƩ,
con esta vida que Ćl me dio;
mas no comprendo aĆŗn por quĆ©
JesĆŗs me levantĆ³.
418
Salmo 107.10; Marcos 12.34; Mateo 8.11,12
No lejos del reino del cielo
hay muchos que vienen y van;
se encuentran en sombra de muerte,
y pocos entrando estƔn.
c
Ā”Oh cuĆ”ntos, sĆ, vienen y van!
Mas pocos entrando estƔn.
Ā”Oh cuĆ”ntos, sĆ, vienen y van!
Mas pocos entrando estƔn.
No lejos del reino del cielo,
son tĆmidos para entrar;
pues hablan de goces supremos,
mas miedo les hace parar.
ĀæPor quĆ© te detienes afuera?
JesĆŗs te desea guiar
a su redil en esta tierra,
y luego a su cielo llevar.
Muy lejos no estƔs ya del reino;
Āæpor quĆ© no decides entrar?
Te resta tan sĆ³lo un paso;
ven, dalo, pues, sin vacilar.
Ā”Oh! entra por fe en el reino,
te arriesgas por ese tardar.
AĆŗn para ti abierta la puerta,
por siempre se puede cerrar.
419
1 Pedro 1.18,19; SofonĆas 1.18
No soy rescatado con oro o con plata;
no vale dinero en los ojos de Dios.
La sangre preciosa de Cristo fue el precio
de mi redenciĆ³n de la condenaciĆ³n.
c
Yo nada soy, y nada tengo;
en tu amor pensaste en mĆ.
Moriste TĆŗ por mis pecados,
Ā”oh SeƱor! confĆo en Ti.
No soy rescatado con oro o con plata;
el oro no compra la gracia de Dios.
Si fuera por oro serĆa un negocio,
mas Cristo por todos su sangre vertiĆ³.
No soy rescatado con oro o con plata.
Pensando en mis culpas tenĆa temor,
y al ver que la sangre borrĆ³ mis pecados,
huyeron las dudas de mi corazĆ³n.
420
Marcos 5.20; Juan 4.42
Ā”Oh! dime mĆ”s de Jesucristo;
el tema vuelve a repetir,
y de su amor inmerecido,
gracia y favor hazme sentir.
c
Ā”Oh! dime mĆ”s, he menester
de su sostƩn, de su poder.
Ā”Oh! de mi Amado dime mĆ”s,
hasta que en gloria vea su faz.
Ā”Oh! dime de su voz calmante
que dice paz en mi dolor.
Y Ā”quĆ© alba habrĆ” tras noche triste
al que confĆa en su SeƱor!
Ā”Oh! dime de la dulce historia
del Rey de Gloria, quien llorĆ³
sus lĆ”grimas de simpatĆa,
y asĆ a los tristes consolĆ³.
Ā”Oh! dime mĆ”s, y de mi parte
mi vida entera entregarƩ;
la historia bella y tan gloriosa
del evangelio contarƩ.
421
GƔlatas 6.14; Filipenses 3.8; Romanos 4.5
Oh Dios, Padre mĆo, no busco la gloria
de aquellos deberes que un dĆa cumplĆ.
A Cristo acudo, tan sĆ³lo confĆo
en Ćl y su sangre vertida por mĆ.
A Cristo acudo, tan sĆ³lo confĆo
en Ćl y su sangre vertida por mĆ.
A todas mis obras las llamo tinieblas,
al lado de Cristo, torrente de luz.
Mi gloria pasada es hoy mi vergĆ¼enza
y entierro mi gloria al pie de la cruz.
Mi gloria pasada es hoy mi vergĆ¼enza
y entierro mi gloria al pie de la cruz.
Estimo mis obras de pƩrdida vana,
y acepto la obra del buen Salvador.
Mi alma desea gozar en su seno,
vivir a su santo bendito calor.
Mi alma desea gozar en su seno,
vivir a su santo bendito calor.
Yo sƩ que mis obras no pueden,
Dios mĆo,
lavar mis pecados, borrar lo que fui.
Mas sĆ© que tu Hijo, si en Ćl me confĆo,
me lava y ensalza, SeƱor, hasta Ti.
Mas sĆ© que tu Hijo, si en Ćl me confĆo,
me lava y ensalza, SeƱor, hasta Ti.
422
Deuteronomio 30.15; Juan 6.37; Marcos 8.36
Ā”Oh no deseches otra vez
la voz de Cristo el Salvador!
Ya que la vuelve a ofrecer,
acepta hoy la salvaciĆ³n.
c
Te ofrece hoy la salvaciĆ³n.
Te ofrece hoy la salvaciĆ³n.
Acepta hoy del Salvador
el gozo de la salvaciĆ³n.
El Salvador nunca echarĆ”
de su presencia al pecador.
Acude, pues, sin mƔs tardar,
acepta hoy la salvaciĆ³n.
El mundo no te puede dar
lo que contenta al corazĆ³n.
Mas Cristo te darĆ” su paz;
te ofrece hoy la salvaciĆ³n.
423
1 Timoteo 1.14,15; Efesios 3.19; Juan 18.37
Ā”Oh! no hay amor como el de Cristo;
nunca terminarĆ”,
hasta que al redil de la gloria allĆ
Ćl nos congregarĆ”.
c
Ā”Oh quĆ© amor! Ā”Grande amor!
inmenso, sin igual.
Ā”Oh ven, pecador, a tu Redentor!
que te quiere salvar.
No hay corazĆ³n como el de Cristo,
lleno de tierno amor.
No hay aflicciĆ³n ni tentaciĆ³n
que no sienta el SeƱor.
No hay ojos claros cual los de Cristo,
tan penetrantes son.
La historia lee, los secretos ve
aun de tu corazĆ³n.
Ninguna voz cual la voz de Cristo;
Ā”que nos alcance ya!
Cual melodĆa de noche y dĆa
nos satisfarĆ”.
Ā”Oh! que escuchemos la voz de Cristo;
siempre nos guiarĆ”
hasta encontrarnos en el hogar
de su gloriosa paz.
424
Colosenses 3.15; Filipenses 4.7
Ā”Oh! SeƱor mĆo, eres TĆŗ mi amigo fiel,
seguro amparo sĆ³lo en Ti tendrĆ©.
En mis aflicciones, oh SeƱor, irƩ a Ti
y consuelo y dicha gozarĆ© yo asĆ.
c
Cristo, ven mƔs cerca,
paz perfecta en mi alma pon;
cerca, sĆ, mĆ”s cerca, de mi corazĆ³n.
Cuando en la noche veo yo estrellas mil,
tu voz hermosa pueda mi alma oir;
haz que yo medite en tu tierno y dulce amor,
y que yo te alabe, lleno de fervor.
Cuando esta vida tenga yo que abandonar,
corona anhelo en el cielo allĆ”;
y con dulce canto tu bondad alabarƩ,
y en mansiĆ³n de gloria siempre morarĆ©.
425
Lucas 15.4,13; 1 Pedro 2.25
Oveja errante fui,
del aprisco me apartƩ;
la tierna voz de mi Pastor
constante despreciƩ.
Un prĆ³digo yo fui
y andando al azar,
del Padre yo me olvidƩ,
dejando el buen hogar.
Siguiome el buen Pastor;
mi Padre me buscĆ³
con tierno y persistente amor,
y lejos me encontrĆ³.
Perdido estaba ya,
caĆdo y ruin,
mas en su seno recibiĆ³
al prĆ³digo por fin.
No quiero mƔs errar
en triste soledad;
deseo siempre disfrutar
su dulce caridad.
JesĆŗs es mi SeƱor,
Ćl guĆa me serĆ”;
la gracia de su tierno amor
jamƔs me faltarƔ.
426
1 Samuel 15.22; Juan 16.33
Para andar con JesĆŗs no hay sendero mejor
que guardar sus mandatos de amor.
Obedientes a Ćl siempre habremos de ser,
y tendremos de Cristo el poder.
c
Obedecer y confiar en JesĆŗs,
es la senda marcada
para andar en la luz.
Cuando vamos asĆ, Ā”cĆ³mo brilla la luz
en la senda al andar con JesĆŗs!
Su promesa de estar con los suyos es fiel,
si obedecen y esperan a Ćl.
Quien siguiere a JesĆŗs ni una sombra verĆ”,
si confiado su vida le da.
Ni terrores ni afƔn, ni ansiedad, ni dolor;
pues los cuida su amante SeƱor.
Mas no habrƩis de alcanzar sus tesoros de amor
si rendidos no vais al SeƱor;
pues su paz y su amor sĆ³lo son para aquel
que a sus leyes divinas es fiel.
427
Mateo 7.24; Juan 16.33; Lucas 7.47
ĀæQuĆ© cimiento habrĆ” sobre el cual fundar
una casa que pueda soportar
ruda tempestad que ha de venir,
y el dƩbil edificio destruir?
c
Sobre la peƱa mi casa estƔ;
firme sobre ella se quedarĆ”.
Tempestades la podrƔn batir,
pero no podrƔn esa casa hundir.
ĀæQuiĆ©n de arena su cimiento harĆ”?
De mis obras, ĀæcuĆ”l me podrĆ” salvar?
Pues al que en sus obras confiado estƩ,
de JesĆŗs la sangre no le inspira fe.
Mas el que profesa en JesĆŗs confiar,
esa fe por obras ha de mostrar.
Si el perdĆ³n grande es, ĀæquĆ© serĆ” el amor
que por Cristo siente el pobre pecador?
428
Romanos 5.20; Juan 1.14
Ā”QuĆ© maravilla! PerdĆ³n recibĆ;
Cristo por gracia salvome a mĆ.
Mis culpas todas Ćl las llevĆ³,
y sĆ³lo por gracia salvo soy.
c
SĆ³lo por gracia salvo soy,
sĆ³lo por gracia salvo soy.
Esta es mi historia,
de Dios es la gloria;
que sĆ³lo por gracia salvo soy.
Yo tengo un gozo que Cristo me dio,
cuando en su sangre mis culpas lavĆ³.
Feliz elevo mi corazĆ³n,
que sĆ³lo por gracia salvo soy.
Mas por su gracia la cruz puedo ver,
ya me hallo libre y contento con Ćl.
Su amor inunda mi corazĆ³n,
y sĆ³lo por gracia salvo soy.
429
Juan 3.36; Mateo 27.22; 1 Reyes 18.21
ĀæQuĆ© vas a hacer hoy con Cristo?
ĀæQuĆ© vas a hacer con su amor?
Puedes hoy mismo estar listo
para servir al SeƱor.
c
ĀæQuĆ© vas a hacer hoy con Cristo?
Algo tĆŗ debes hacer.
ĀæAceptarĆ”s o rechazarĆ”s?
Hoy tienes que resolver.
Quiere el SeƱor recibirte;
quiere tu vida cambiar.
Hoy debes tĆŗ decidirte
y su bondad aceptar.
Nunca neutral has de hallarte
cuando te invita el SeƱor.
Debes resuelto mostrarte
en contra de Ćl o en favor.
Entre la vida o la muerte
tienes que hacer elecciĆ³n.
Pon en sus manos tu suerte
y gozarĆ”s del perdĆ³n.
430
1 Corintios 15.3; Romanos 5.11
PerdĆ³n hay para mĆ;
ya pierdo mi temor
al contemplar por fe
a Cristo el Redentor.
JesĆŗs la raza humana amĆ³,
y por su salvaciĆ³n muriĆ³.
Heridas de JesĆŗs,
Ā”cuĆ”n elocuentes son!
ExpĆan mi maldad
y me hablan del perdĆ³n.
Y mi rescate leo allĆ,
pues que muriĆ³ JesĆŗs por mĆ.
Reconciliado soy;
la voz de Dios oĆ,
cual hijo de su amor,
llamĆ”ndome hacia sĆ.
Su EspĆritu mi Dios me dio,
y sĆ© por Ćl que me aceptĆ³.
431
Mateo 8.34; Efesios 6.13; Juan 2.5
Seguid al Maestro, no importa sufrir,
aunque haya enemigos y obstƔculos mil.
Si estrecha es la senda, no retroceder;
siguiendo al Maestro podremos vencer.
c
Proseguid siempre adelante
con las armas del SeƱor;
a las Ć³rdenes del Jefe,
que nos guĆa con su santa voz.
Seguid al Maestro por todo lugar,
en dĆas de lucha o en dĆas de paz.
Si oscura es la senda, seguid sin temor;
su rostro glorioso infunde valor
Seguid al Maestro sin titubear;
sus Ć³rdenes todas cumplid sin tardar.
Estemos alerta, cual hijos de luz,
y grande victoria daranos JesĆŗs.
432
Hechos 26.28; Lucas 8.47
SĆ³lo un paso a Cristo,
Āæpor quĆ© mĆ”s vacilar
cuando te ofrece amante
la paz y bienestar?
c
Ven, pecador; ven, pecador,
ven al Salvador.
Ven, tu maldad confiesa,
cuƩntale tu tristeza.
SĆ³lo un paso a Cristo;
pues, ven sin demorar.
SĆ³lo un paso a Cristo,
de muerte a vida real,
de la desdicha a gozo,
a luz y bienestar.
SĆ³lo un paso a Cristo;
ten fe, y vivirƔs.
Con tierno amor te llama,
perdĆ³n recibirĆ”s.
SĆ³lo un paso a Cristo;
ven, dile sin tardar:
Ā«En Ti, SeƱor, confĆo,
y TĆŗ me salvas yaĀ».
433
2 Pedro 1.4; 2 Corintios 1.20
Todas las promesas del SeƱor JesĆŗs
son apoyo poderoso de mi fe;
mientras viva aquĆ cercado de su luz,
siempre en sus promesas confiarƩ.
c
Grandes, fieles,
las promesas que el SeƱor JesĆŗs ha dado.
Grandes, fieles;
en ellas para siempre confiarƩ.
Todas sus promesas para el hombre fiel,
el SeƱor, en sus bondades, cumplirƔ,
y confiado sĆ© que para siempre en Ćl
paz eterna mi alma gozarĆ”.
Todas las promesas del SeƱor serƔn
gozo y fuerza en nuestra vida terrenal;
ellas en la dura lid nos sostendrƔn
y triunfar podremos sobre el mal.
434
Lucas 1.7, 23.33, 24.4,6,51; 1 Corintios 15.3,5
Un dĆa que el cielo sus glorias cantaba,
un dĆa que el mal imperaba mĆ”s cruel,
descendiĆ³ Cristo y naciĆ³ de una virgen,
y aquĆ morando mi ejemplo fue Ćl.
c
Vivo, me amaba; muerto, salvome;
y en el sepulcro mi mal enterrĆ³.
Resucitado es mi eterna justicia;
un dĆa Ćl viene, pues lo prometiĆ³.
Un dĆa llevĆ”ronle al monte Calvario,
un dĆa clavĆ”ronle allĆ en la cruz.
Pena y dolores sufriĆ³ y la muerte,
por redimirme, potente JesĆŗs.
Un dĆa dejĆ”ronle solo en el huerto;
un dĆa la tumba su cuerpo abrigĆ³.
Ćngeles sobre Ćl guardaban vigilia,
mientras el DueƱo del mundo durmiĆ³.
Un dĆa la tumba ocultarle no pudo,
un dĆa su espĆritu al cuerpo volviĆ³;
y de la muerte ya habĆa triunfado,
y a la diestra de Dios se sentĆ³.
435
JeremĆas 31.3; 1 Juan 4.19; 2 Corintios 8.9
Venid, contemplemos a Cristo
sufriendo por ti y por mĆ.
Ā”QuĆ© gracia y amor jamĆ”s visto,
que el Hijo de Dios muera asĆ!
c
Ćl herido fue por nosotros;
fue clavado a la cruz por mĆ.
Comprado a valor tan costoso,
al SeƱor servirĆ© yo aquĆ.
DejĆ³ su honor increado,
su Padre, su gloria, su hogar.
Bajose del cielo a salvarnos
y darnos la vida eternal.
Confiad en el Cristo adorable,
quien vino a comprarnos perdĆ³n.
Morad en su amor perdurable;
allĆ sĆ³lo hay satisfacciĆ³n.
A Cristo rendid vuestra vida,
seguidle con celo y verdad.
Ā”Oh! dadle amorosa acogida,
y en vos su morada tendrĆ”.
436
Mateo 26.40; Marcos 14.36; Juan 19.30
Venid, oh venid al jardĆn,
donde Cristo ahora ha entrado,
y por su dolor ved, con gran horror,
cuƔn feo es el pecado.
c
Por vosotros fue, sĆ, y fue por mĆ
que agonizĆ³ Ćl allĆ.
En mi favor su gran amor
costole GetsemanĆ.
Ā”Venid una hora a velar!
Ćl desea la compaƱĆa
en la soledad y oscuridad,
la noche de agonĆa.
Venid y escuchad su clamor:
Ā«Si posible es, oh, retira
en la gran bondad de tu voluntad
la copa de tu iraĀ».
Venid y pasmados quedad,
hasta haber de Dios aprendido
en el estertor y mortal sudor
del Salvador rendido.
Venid, apuraos, seguid.
Vendido y traicionado,
el SeƱor JesĆŗs en la cruenta cruz
su vida ha entregado.
c
Por vosotros fue, sĆ, y fue por mĆ
que agonizĆ³ Ćl allĆ.
En mi favor tomĆ³ el SeƱor
la copa en GetsemanĆ.
437
Mateo 11.28; Juan 5.35; Lucas 5.28
Con tierno amor, oh pecador,
te llama hoy el Salvador.
Su dulce voz te dice a ti:
Ā«Oh pecador, ven, ven a mĆĀ».
c
Hoy mismo llama con afƔn:
Ā«Ven pecador, ven, ven a mĆĀ».
Responde tĆŗ con el refrĆ”n:
Ā«Oh Salvador, acudo a TiĀ».
Ven, ven a mĆ. Acudo a Ti.
Ven, ven a mĆ. Acudo a Ti.
Hoy mismo, sĆ, acudo a Ti.
Ven, ven a mĆ. Hoy mismo,
sĆ, acudo a Ti.
Ven, ven a mĆ. Hoy mismo,
sĆ, acudo a Ti.
Oh Salvador, me entrego a Ti.
El diablo brĆndate a su vez
el mundo con su brillantez,
y voces mil del tentador
ahogan la del Salvador.
Te llama hoy a descansar;
el mal te quiere perdonar.
Ā«Oh ven a mĆĀ», te dice hoy.
Responde tĆŗ: Ā«A Cristo voyĀ».
438
Deuteronomio 33.25, 31.8; IsaĆas 41.10, 43.2, 40.11; JeremĆas 31.3
Ā”CuĆ”n firme cimiento se ha dado a la fe
de Dios en su eterna Palabra de amor!
ĀæQuĆ© mĆ”s Ćl pudiera en su libro aƱadir,
si todo a sus hijos lo ha dicho el SeƱor,
si todo a sus hijos lo ha dicho el SeƱor?
Ā«Ya te halles enfermo o en plena salud,
ya rico, ya pobre se encuentre tu ser,
en casa o viajando por tierra o por mar,
conforme a tu dĆa serĆ” tu poder,
conforme a tu dĆa serĆ” tu poderĀ».
Ā«No temas por nada, contigo Yo soy.
Tu Dios Yo soy solo, tu ayuda serƩ.
Tu fuerza y firmeza en mi diestra estarƔn,
y en ella valor y poder te darƩ,
y en ella valor y poder te darĆ©Ā».
Ā«No habrĆ”n de anegarte las ondas del mar,
si en aguas profundas te ordeno salir.
Pues siempre contigo en angustias serƩ
y todas tus penas podrƩ bendecir,
y todas tus penas podrĆ© bendecirĀ».
Ā«La llama no puede daƱarte jamĆ”s,
si en medio del fuego te ordeno pasar.
El oro de tu alma mƔs puro serƔ,
pues sĆ³lo la escoria se habrĆ” de quemar,
pues sĆ³lo la escoria se habrĆ” de quemarĀ».
Ā«Mi amor siempre tierno, invariable, eternal,
constante a mi pueblo mostrarle podrƩ
si nĆvea corona ya ciƱe su sien,
cual tiernos corderos aĆŗn cuidarĆ©,
cual tiernos corderos aĆŗn cuidarĆ©Ā».
Ā«Al alma que anhele la paz que hay en mĆ,
jamƔs en sus luchas la habrƩ de dejar.
Si todo el infierno la quiere perder,
Ā”Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar!
Ā”Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar!Ā»
439
2 Corintios 4.6; Filipenses 1.21, 3.10
Que vea tu faz: un resplandor
de encanto divinal;
pues otro amor no encontrarƩ
que al tuyo sea igual.
Luz inferior ha de menguar,
ninguna gloria habrĆ”;
toda hermosura terrenal
su gracia perderĆ”.
Que vea tu faz: mi fe y amor
mƔs firmes han de estar;
y nada acĆ” podrĆ” la paz
de mi alma perturbar.
SerĆ” mi vida cual visiĆ³n,
todo intangible acĆ” —
vana ilusiĆ³n— mas TĆŗ, SeƱor,
la sola realidad.
Que vea tu faz: olvidarƩ
la antigua lasitud;
ni sombras del febril pesar
traerƔn mƔs inquietud.
Temores por el porvenir
se trocarƔn en paz;
mi corazĆ³n, pues, gozarĆ”
sosiego y gran solaz.
Que vea tu faz: se aliviarĆ”
la mƔs pesada cruz;
bien se ha de ver en todo mal,
en cada noche, luz.
Veloz los aƱos correrƔn,
en calma han de pasar.
Luego, el pesar dejado atrƔs,
irƩ a mi eterno hogar.
440
Mateo 24.3; Romanos 8.19; Salmo 85.10
Las estaciones vienen, van,
y al hombre traen bendiciĆ³n,
pero expectativa en el aire hay
y una esperanza nos llenĆ³.
ĀæPor quĆ© el SeƱor ha de demorar?
ĀæCuĆ”ndo su reino aparecerĆ”?
Y el cielo y tierra anunciarƔn:
Ā«Cristo ya viene otra vezĀ».
c
Cristo ya viene otra vez.
Cristo ya viene otra vez.
Gloria en el cielo a Dios:
Cristo ya viene otra vez.
Las aguas voces fuertes dan:
Ā«El rey tomado ha su poderĀ».
Los montes y valles cantarƔn:
Ā«La corona es digno Ćl de tenerĀ».
Los que dormĆs, al SeƱor mirad;
himnos de bodas venid, cantad.
Huya el reinado de SatƔn;
Cristo ya viene otra vez.
La tierra toda cantarĆ”,
ya sujetada su maldad.
Su anhelo: Ā«ĀæCuĆ”ndo volverĆ”?Ā»
al fin se trueca en realidad.
Ćngeles dan el decreto real,
reina en el mundo justicia y paz.
Los Ɣrboles aplaudirƔn:
Cristo ya viene otra vez.
Hermanos fieles, esperad,
el alba ya despuntarĆ”.
Se ve la bandera celestial,
la lucha pronto acabarĆ”.
Misericordia con verdad
se une a Cristo en ensalzar.
Digno el Cordero es de reinar;
Cristo ya viene otra vez.
Ā”Glorioso monte de Sion
con gozo ya se elevarĆ”!
El fuerte Rey de salvaciĆ³n
reina en poder de mar a mar.
De su trabajo el SeƱor verƔ,
y satisfecho se gozarĆ”.
Su reino siempre durarĆ”;
Cristo ya viene otra vez.
441
2 Timoteo 2.3; Efesios 6.12
Ā”A combatir! Resuena la guerrera voz
del Salvador, que hoy llamando estĆ”.
Sin desmayar, seguidle siempre con valor,
y la victoria plena os darĆ”.
c
Ā”A la batalla! Ā”oh fiel cristiano!
con el escudo de la cruz.
SĆ© buen soldado,
pues a tu lado
estĆ” el prĆncipe JesĆŗs.
Ćl con su gracia te sostiene,
y con potencia sin igual
su brazo extiende, y te defiende
en esta lucha contra el mal.
Ā”A combatir! nos llama
nuestro Salvador.
Salid, luchad, con nuestro CapitƔn.
En la constante lid, seguid sin vacilar
y vencerƩis las huestes de SatƔn.
Al Rey de reyes, nuestro Salvador JesĆŗs,
honor y gloria todos tributad,
pues ya los suyos gozan de su plenitud
y pronto reinarƔn en santidad.
442
Mateo 11.29; Oseas 11.4; IsaĆas 33.17
Al Calvario en espĆritu
venimos, oh SeƱor,
a meditar y disfrutar
de tu infinito amor.
AllĆ descansa el corazĆ³n
que siente su dolor,
mas goza de la paz con Dios
por Ti, oh Salvador.
Ā”Oh quĆ© hora oscura de dolor
tu alma padeciĆ³!
Tu gracia triunfĆ³ por fin;
tu amor al mal venciĆ³.
Tus agonĆas sin igual,
con cuerdas de amor,
ligaron nuestro corazĆ³n
a Ti, oh Redentor.
Desean nuestros ojos ver
tu frente, oh Salvador,
de espinas no ceƱida ya,
sino de luz y honor.
443
IsaĆas 63.12, 66.12
Al cansado peregrino
que en el pecho siente fe,
el SeƱor ha prometido:
Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā».
c
Con mi brazo, con mi brazo,
con mi brazo te guiarƩ.
El SeƱor ha prometido:
Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā».
Cuando sus lazos el mundo
arrojare ante tu pie,
te dirĆ” Dios, tu refugio:
Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā».
Si tu esperanza se aleja
cual sombra de lo que fue,
oye atento la promesa:
Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā».
Cuando la muerte a tu estancia
con afƔn golpeando estƩ,
ten consuelo en las palabras:
Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā».
444
Romanos 7.24,25; 1 Pedro 3.18; Lucas 18.13
Alma, basta de gemir;
Cristo en tu lugar sufriĆ³,
y en la cruz al sucumbir
su gran obra consumĆ³.
Alma, ya no llores mƔs;
mira a Cristo y vivirƔs.
En el Justo se cargĆ³
sin reserva tu maldad.
JehovĆ” le condenĆ³
porque tengas libertad.
Mira, triste pecador,
a JesĆŗs tu Salvador.
Si te entregas todo a Ćl,
tĆŗ recibirĆ”s perdĆ³n.
Hallarasle siempre fiel;
pronto a darte salvaciĆ³n.
Mira a Cristo por la fe,
sin demora mĆrale.
Ā”Ah, SeƱor! propicio sĆ©
a mĆ, pobre pecador.
Heme aquĆ con poca fe;
dame mĆ”s, Ā”oh Redentor!
Ven, te pido, ven a mĆ,
pues llorando corro a Ti.
445
Mateo 18.12; Juan 21.16; 1 Pedro 5.4
Ama el Pastor sus ovejas
con un amor paternal;
ama el Pastor su rebaƱo
con un amor sin igual.
Ama el Pastor a las otras
que descarriadas estƔn,
y conmovido las busca
por dondequiera que van.
c
Por el desierto errabundas
vense sufrir penas mil;
y al encontrarlas, en hombros
llƩvalas tierno al redil.
Ama el Pastor sus corderos,
Ɣmalos tierno el Pastor;
a los que a veces, perdidos,
se oyen gemir de dolor.
Ved al Pastor conmovido
por los collados vagar,
y los corderos en hombros
vedlo llevando al hogar.
Son delicados tus pastos,
y quietas tus aguas son.
Henos aquĆ, Ā”oh Maestro!
danos hoy tu comisiĆ³n.
Haznos obreros fervientes,
llƩnanos de un santo amor
por las ovejas perdidas
de tu redil, buen SeƱor.
446
Salmo 23.6; 1 Tesalonicenses 4.13; Apocalipsis 21.4
Amigos con placer nos vemos
en tiempo tan veloz;
mas siempre llega el tiempo triste
en que se dice adiĆ³s.
c
JamĆ”s se dice adiĆ³s allĆ”,
jamĆ”s se dice adiĆ³s.
En el paĆs de gozo y paz,
jamĆ”s se dice adiĆ³s.
Ā”CuĆ”n dulce es el consuelo dado
por ellos al partir,
que al venir JesĆŗs en gloria,
nos hemos de reunir!
La voz de triste despedida
jamĆ”s allĆ se oirĆ”,
mas la canciĆ³n de paz y gozo
por siempre durarĆ”.
447
Salmos 69, 22 y 31; IsaĆas 53.2
Cabeza ensangrentada,
cubierta de sudor,
de espinas coronada
y llena de dolor.
Ā”Oh celestial cabeza,
tan maltratada aquĆ,
de sin igual belleza,
oh Cristo, te amo a Ti!
Te admiro rostro herido,
espejo de bondad,
aunque en Ti han escupido
con infernal maldad.
ĀæQuiĆ©n se atreviĆ³, mi vida,
con loco frenesĆ
y saƱa fratricida
a escarnecerte asĆ?
CubriĆ³ tu noble frente
la palidez mortal,
cual velo transparente
de tu sufrir seƱal.
Cerrose aquella boca,
la lengua enmudeciĆ³;
la frĆa muerte toca
al que la vida dio.
SeƱor, lo que has llevado
yo sĆ³lo merecĆ;
la deuda que has pagado
al Juez, yo la debĆ.
Mas, siendo cancelada
en tu cruz y pasiĆ³n;
por tanto, me es dada
perfecta salvaciĆ³n.
448
1 Corintios 15.58, 16.13
Ā”CompaƱeros! en los cielos
ved la enseƱa ya.
Hay refuerzos, nuestro el triunfo;
no dudƩis, serƔ.
Ā«Estad firmes; Yo voy prontoĀ»,
clama el Salvador.
SĆ, estaremos por tu gracia
firmes, con vigor.
Nada importa nos asedien
con rugiente afƔn
las legiones aguerridas
que ordenĆ³ SatĆ”n.
No os arredre su coraje;
ved en derredor
cĆ³mo caen los valientes
casi sin valor.
Tremolando se divisa
el marcial pendĆ³n
y se escucha de las trompas
el guerrero son.
En el nombre del que viene,
fuerte CapitƔn,
rotos nuestros enemigos
todos quedarƔn.
Sin descanso ruda sigue
la furiosa lid.
Ā”Oh amigos! ya cercano
ved nuestro Adalid.
Viene el Cristo con potencia
a salvar su grey.
CompaƱeros, Ā”alegrĆa!
Ā”Gloria a nuestro Rey!
449
IsaĆas 42.10; Salmo 40.3; Apocalipsis 15.3; Colosenses 2.15
Canten del amor de Cristo,
ensalzad al Redentor.
Tributadle santos todos
grande gloria y loor.
c
Cuando estemos en gloria,
en presencia de nuestro Redentor,
a una voz la historia
diremos del gran Vencedor.
Ya el triunfo es seguro
a las huestes del SeƱor.
Ā”Oh, luchad con la mirada
puesta en nuestro Protector!
Alcen la bandera, hermanos,
de la cruz, y caminad.
De victoria en victoria
siempre firmes avanzad.
Firmes vamos en la lucha,
Ā”oh, soldados de la fe!
Nuestro el triunfo, escuchemos
los clamores: Ā”Gloria al Rey!
450
Colosenses 3.16; Apocalipsis 5.9; Hechos 16.25
CantarƩ la bella historia
de JesĆŗs mi Salvador;
pues por mĆ dejĆ³ la gloria,
en la cruz por mĆ expirĆ³.
c
CantarƩ la maravilla
de JesĆŗs, mi Salvador;
con los santos en la gloria
cantarƩ su grande amor.
Me salvĆ³ con gracia eterna
cuando errado y vil me vio.
Con su mano fiel y tierna
al camino Ćl me guiĆ³.
Oprimido y angustiado,
Cristo vino y me librĆ³;
lastimado del pecado,
Cristo vino y me salvĆ³.
Con su brazo fiel y fuerte
yo el rĆo cruzarĆ©.
MƔs allƔ, con Cristo siempre,
a mi Amado yo verƩ.
451
Salmo 73.28; Filipenses 3.12; Juan 21.10
Cerca, mĆ”s cerca, Ā”oh Dios, de Ti!
Cerca yo quiero mi vida llevar.
Cerca, mĆ”s cerca, Ā”oh Dios, de Ti!
Creo en tu gracia que puede salvar.
Creo en tu gracia que puede salvar.
Cerca, mƔs cerca, cual pobre soy;
nada, SeƱor, yo te puedo ofrecer.
SĆ³lo mi ser contrito te doy;
pueda contigo la paz obtener,
pueda contigo la paz obtener.
Cerca, mƔs cerca, SeƱor, de Ti;
quiero ser tuyo, dejando el pecar.
Goces y pompas vanas aquĆ,
todo, SeƱor, quiero ahora dejar,
todo, SeƱor, quiero ahora dejar.
Cerca, mƔs cerca, mientras el ser
aliente vida y busque tu paz.
Y cuando al cielo pueda ascender,
ya para siempre conmigo estarƔs,
ya para siempre conmigo estarƔs.
452
1 Timoteo 1.13; Filipenses 2.5 al 8; 1 Corintios 1.30
ĀæCĆ³mo en su sangre pudo haber
tanta ventura para mĆ,
si yo sus penas agravƩ
y de su muerte causa fui?
ĀæHay maravilla cual su amor,
morir por mĆ con tal dolor?
ĀæHay maravilla cual su amor,
morir por mĆ con tal dolor?
Ā”Hondo misterio! Ā”El Inmortal
hacerse hombre y sucumbir!
En vano intenta sondear
tanto prodigio el querubĆn.
Mentes excelsas, Ā”no inquirid!
y al Dios y Hombre bendecid.
Mentes excelsas, Ā”no inquirid!
y al Dios y Hombre bendecid.
Nada retiene al descender
sino su amor y deidad.
Todo lo entrega: gloria, prez,
corona, trono, majestad.
Ver redimidos es su afƔn,
los tristes hijos de AdƔn.
Ver redimidos es su afƔn,
los tristes hijos de AdƔn.
Mi alma, atada en la prisiĆ³n,
anhela redenciĆ³n y paz.
De pronto vierte sobre mĆ
la luz radiante de su faz.
Cayeron mis cadenas; vi
mi libertad, y te seguĆ.
Cayeron mis cadenas; vi
mi libertad, y te seguĆ.
Ā”JesĆŗs es mĆo! Vivo en Ćl,
no temo ya condenaciĆ³n.
Ćl es mi todo: paz y luz,
justicia, gozo y redenciĆ³n.
Me guarda el trono eternal,
por Ćl, corona celestial.
Me guarda el trono eternal,
por Ćl, corona celestial.
453
NĆŗmeros 24.17; Hechos 1.11
Ā”Cristiano, mira arriba!
La aurora apuntarĆ”:
bella alba prometida por Dios
en dicho fiel.
Aunque las guerras rujan
y todo temblarĆ”,
Ā”no temas! Ā”mira arriba!
Espera a Emanuel.
Pronto al SeƱor de gloria
irƔs a encontrar;
maƱana de luz clara
su vuelta traerĆ”.
Y mientras le aguardas,
tu afƔn sea anunciar
su cruz y el evangelio
que al malo librarĆ”.
Ā”Cristiano mira arriba!
Cerca del fin estƔs
de tu terreno viaje
con todo su pesar.
En casa de su Padre
con Cristo morarƔs,
no hay noche allĆ ni penas,
do el mal no puede entrar.
Con seres muy queridos
de nuevo estarƔs;
en ese hogar de dicha
ausencias nunca habrĆ”;
de EdƩn la hermosura
sin corrupciĆ³n verĆ”s.
Ā”Oh bendita esperanza!
Ā”AliĆ©ntate! Ā”VendrĆ”!
Ā”Cristiano, mira arriba!
quƩ grato amanecer
tendrƔs allƔ en el cielo;
tu carga olvidarƔs.
Ahora al angustiado
ministra tal placer,
el bƔlsamo divino,
y su alma aliviarƔs.
Oscura es la vĆa,
mas Cristo, GuĆa y Luz,
hasta el fin a tu lado
constante estarĆ”.
Entonces, peregrino,
el dĆa de tu cruz
fielmente ya vivido,
por siempre reinarƔs.
454
Apocalipsis 3.20; Romanos 10.9, 2.4
Cristo, a mi puerta velas
con sin igual amor;
me esperas tan paciente
que te abra el corazĆ³n.
Llevando yo tu nombre,
sabiendo ya tu amor,
vergĆ¼enza siento ahora
no abrirte, Salvador.
JesĆŗs, me estĆ”s llamando;
Ā”oh, cuĆ”n paciente estĆ”s!
Ahora me estƔs mirando;
la vida quieres dar.
Ā”Oh! amor precioso y santo,
paciente en esperar;
Ā”quĆ© sin igual pecado
no permitirte entrar!
Con tierno acento me hablas,
divino Salvador,
diciendo: Ā«Por ti he muerto,
no niegues mĆ”s mi amorĀ».
SeƱor, con pena y llanto
la puerta abrirƩ;
te ruego Ā”oh Cristo! que entres,
yo te recibirƩ.
455
Juan 13.23; Mateo 11.29; Cantares 2.3 al 7; Romanos 15.13
Cristo, en tu amor descanso,
eres TĆŗ mi Salvador;
a mi alcance es la dulzura
de tu corazĆ³n.
Mi deleite es admirarte,
tu hermosura es sin igual,
y tu gracia incomparable;
no hay otro igual.
c
SĆ³lo en Ti, SeƱor, descanso;
TĆŗ eres vida, luz, verdad.
Mi alma en Ti ya encuentra gozo
y tranquilidad.
Confiando en Ti, oh Cristo,
te contemplo en tu pasiĆ³n;
pues tu amor me satisface
en mi corazĆ³n.
En la cruz tu amor mostrado
ancho, vasto, mƔs que el mar;
mi entero ser inunda
grande amor sin par.
Esperando en Ti, oh Cristo,
libre de condenaciĆ³n,
gozarƩ de tu presencia
grande salvaciĆ³n.
Cuando vengas en las nubes,
oh, quƩ gozo me darƔ
verte cara a cara en gloria
y en tu amor gozar.
456
Mateo 8.27; Salmo 65.7, 107.30
Cristo, mi piloto sƩ
en el tempestuoso mar;
fieras hondas mi bajel
van a hacerlo zozobrar.
Mas si TĆŗ conmigo vas,
pronto al puerto llegarƩ;
carta y brĆŗjula hallo en Ti;
Ā”Cristo, mi piloto sĆ©!
Todo agita el huracƔn
con indĆ³mito furor,
mas los vientos cesarƔn
al mandato de tu voz.
Y al decir: Ā«Que sea la pazĀ»,
cederĆ” sumiso el mar.
De las aguas, TĆŗ, el SeƱor,
Ā”guĆame cual piloto fiel!
Cuando al fin cercano estƩ
de la playa celestial,
si el abismo ruge aĆŗn
entre el puerto y mi bajel,
en tu pecho al descansar
quiero oĆrte a Ti decir:
Ā«Ā”Nada temas ya del mar,
tu piloto siempre soy!Ā»
457
Romanos 8.35; 1 Corintios 16.11; 2 Corintios 5.17
Cristo tan sĆ³lo pudo amarme;
nada podrĆ” de Ćl separarme,
pues con su sangre me redimiĆ³;
ahora soy de Ćl.
c
Ahora soy de Cristo,
mĆo tambiĆ©n es Ćl.
Puedo gozar de su amistad
por la eternidad.
Antes vivĆa en el pecado,
mi corazĆ³n de Dios alejado,
mas mi vergĆ¼enza Ćl me quitĆ³;
ya pertenezco a Ćl.
Mi ser rebosa de pleno gozo;
Dios me liberta, me da reposo,
pues con su sangre me redimiĆ³;
ahora soy de Ćl.
458
Romanos 5.5; Hebreos 12.28; Efesios 5.16
Cristo, tu santo amor diste a mĆ;
nada a Ti, SeƱor, te niego aquĆ.
Me postro en gratitud,
cumplo con prontitud,
me obliga tu virtud,
me rindo a Ti.
Ante el trono estoy, ruegas por mĆ.
Cristo, al Padre voy sĆ³lo por Ti.
La cruz podrƩ llevar,
tu amor ya proclamar,
un canto dulce alzar,
SeƱor, a Ti.
Un corazĆ³n de amor quiero, JesĆŗs;
ser como TĆŗ, SeƱor, lleno de luz.
A Ti podrƩ servir,
el tiempo redimir,
las almas dirigir,
SeƱor, a Ti.
Lo que yo tengo y soy por tu favor,
alegre o triste voy; tuyo, SeƱor.
Tu rostro yo verƩ,
contigo estarƩ,
y gloria te darƩ,
SeƱor, a Ti.
459
Juan 3.16; GƔlatas 2.20
Crucificado por mĆ fue JesĆŗs,
de tal manera me amĆ³;
sin murmurar fue llevado a la cruz,
de tal manera me amĆ³.
c
De tal manera me amĆ³,
de tal manera me amĆ³;
Cristo en la cruz del Calvario muriĆ³,
de tal manera me amĆ³.
El inocente Cordero de Dios,
de tal manera me amĆ³,
que por salvarme sufriĆ³ muerte atroz,
de tal manera me amĆ³.
En mi lugar padeciĆ³ aflicciĆ³n,
de tal manera me amĆ³;
ya consumĆ³ mi eternal salvaciĆ³n,
de tal manera me amĆ³.
460
Mateo 11.28; EclesiastƩs 11.8
Ā”CuĆ”n tiernamente el SeƱor nos convida,
clama a ti y a mĆ!
Ćl nos espera con mano extendida,
llama a ti y a mĆ.
c
Venid, venid, si estƔis cansados venid.
Ā”CuĆ”n tiernamente JesĆŗs os invita!
Ā”Oh, pecadores, venid!
ĀæPor quĆ© tememos si estĆ” abogando
Cristo por ti y por mĆ?
Sus bendiciones estĆ” derramando,
siempre por ti y por mĆ.
El tiempo vuela, lograrlo conviene,
Cristo te llama a ti.
Vienen las sombras, se acerca la muerte,
viene por ti y por mĆ.
461
Salmo 110.3; Lamentaciones 3.27
Da lo mejor al Maestro,
tu juventud, tu vigor;
dale el ardor de tu vida,
del bien luchando en favor.
Cristo nos dio el vivo ejemplo
de su pureza y valor.
Da tu lealtad al Maestro,
dale de ti lo mejor.
c
Da lo mejor al Maestro,
tu juventud, tu vigor.
Por la verdad lucha siempre,
que va contigo el SeƱor.
Da lo mejor al Maestro,
rĆndele fiel devociĆ³n;
sea su amor tan sublime
el mĆ³vil de cada acciĆ³n.
Puesto que al Ćŗnico Hijo
dionos el Padre de amor,
sĆrvele con alegrĆa;
dale de ti lo mejor.
Da lo mejor al Maestro,
Ā”quĆ© incomparable es su amor!
pues al morir por nosotros,
dejĆ³ su regio esplendor.
Sin murmurar dio su vida
por el mƔs vil pecador;
ama y adora al Maestro,
dale de ti lo mejor.
462
Deuteronomio 33.26; Efesios 5.17; Santiago 1.4; Lucas 12.28
De maneras misteriosas
suele Dios aĆŗn obrar,
y asĆ sus maravillas
por los suyos efectuar.
Ćl cabalga sobre nubes
y los vientos y tempestad
son sus siervos enviados
para hacer su voluntad.
En abismos insondables
con destreza y gran saber
atesora sus designios,
efectĆŗa su querer.
Ā”Alentaos, pues, medrosos!
Estas negras nubes son
de sus bendiciones llenas;
traerĆ”n la salvaciĆ³n.
No juzguƩis por los sentidos
los designios del SeƱor
si parece que las pruebas
contradicen su amor.
Descansad en sus promesas,
en su gracia confiad;
estas sombras son el manto
con que envuelve su bondad.
Sus propĆ³sitos perfectos
a su tiempo cumplirĆ”,
y lo que es ahora amargo
dulce fruto llevarĆ”.
La incredulidad es ciega,
pues no mira mƔs allƔ;
a la fe Dios se revela:
todo nos aclararĆ”.
463
Efesios 5.14, 6.11
Ā”Despertad, despertad, oh cristianos!
Vuestro sueƱo funesto dejad;
que el cruel enemigo os acecha,
y cautivos os quiere llevar.
Despertad, las tinieblas pasaron,
de la noche no sois hijos ya;
que lo sois de la luz y del dĆa,
y tenƩis el deber de luchar.
Despertad y bruƱid vuestras armas,
vuestro lomo ceƱid de verdad,
y calzad vuestros pies, aprestados
con el grato evangelio de paz.
Basta ya de profundas tinieblas,
basta ya de pereza mortal;
revestid, revestid vuestro pecho
con la cota de fe y caridad.
La gloriosa armadura de Cristo
acudid con anhelo a tomar,
confiando que el dardo enemigo
no la puede romper ni pasar.
Ā”Oh cristianos! antorcha del mundo,
de esperanza el yelmo tomad,
y buscad de la fe el escudo,
y sin miedo corred a luchar.
No temƔis, pues de Dios revestidos,
ĀæquĆ© enemigo venceros podrĆ”,
si tomƔis por espada la Biblia,
la palabra del Dios de verdad?
En la cruz hallarƩis la bandera,
en JesĆŗs hallarĆ©is CapitĆ”n;
en el cielo obtendrƩis la corona:
Ā”a luchar, a luchar, a luchar!
464
1 Corintios 9.16; Hechos 2.21, 10.42,43
Ā”Despertad! soldados bravos,
suena la marcial alarma,
para Dios tomad las armas.
Ā”A la lid! Ā”Marchad!
No soƱƩis en la pereza,
miles yacen en tristeza
o se lanzan con presteza
hacia perdiciĆ³n.
c
Pregonad al mundo
esta nueva buena:
Ā«Hay perdĆ³n y salvaciĆ³n,
de Dios la gracia plenaĀ».
No temĆ”is ningĆŗn peligro,
ni huyƔis del enemigo.
Dios es nuestro fiel abrigo;
con valor luchad.
Ā”Acudid a la proclama!
Sed valientes, Dios os llama.
Contra nos el diablo brama,
lleno de furor.
No cedƔis, ni tengƔis miedo,
combatid con gran denuedo;
romperemos el asedio
del usurpador.
Ā”Escuchad! ya se alegran
nuestras tropas, y celebran
el triunfo en que llevan
almas al SeƱor.
Libertad de las cadenas
y del juicio y la condena,
Ā”gloria al que quitĆ³ la pena!
Ā”A JesĆŗs loor!
465
Hechos 8.39; Juan 10.4; JosuƩ 24.15; Cantares 2.8
DĆa feliz cuando escogĆ
servirte, mi SeƱor y Dios;
preciso es que mi gozo en Ti
lo muestre hoy por obra y voz.
c
Ā”Soy feliz! Ā”Soy feliz!
y en su favor me gozarƩ.
En libertad y luz me vi
cuando triunfĆ³ en mĆ la fe,
y el raudal carmesĆ
salud de mi alma enferma fue.
Ćl hizo ya la obra en mĆ,
de Cristo soy y mĆo es Ćl.
Me atrajo: con placer seguĆ;
su voz conoce todo fiel.
Reposa, dĆ©bil corazĆ³n,
a tus contiendas pon ya fin;
hallĆ© mĆ”s noble posesiĆ³n,
y parte en superior festĆn.
466
Mateo 27.33; 1 Corintios 1.18,31; 1 Pedro 2.24; Colosenses 1.12
En el monte Calvario estaba una cruz,
emblema de afrenta y dolor.
Mas yo amo a JesĆŗs, que muriĆ³ en la cruz
por salvar al mƔs vil pecador.
c
Gloriareme sĆ³lo en la cruz,
en sus triunfos mi gozo serĆ”;
y en el dĆa de eterna salud
mi corona JesĆŗs me darĆ”.
Y aunque el mundo desprecie la cruz de JesĆŗs,
para mĆ tiene suma atracciĆ³n,
pues en ella llevĆ³ el Cordero de Dios
de mi alma la condenaciĆ³n.
En la cruz de JesĆŗs do su sangre vertiĆ³,
hermosura contemplo sin par,
pues en ella triunfante a la muerte venciĆ³,
y mi ser puede santificar.
Yo quisiera seguir en pos de JesĆŗs,
y su menosprecio llevar,
y algĆŗn dĆa feliz con los santos en luz,
en la gloria con Ćl he de estar.
467
Apocalipsis 3.19,20; Salmo 91.1; Ćxodo 34.29
En la luz de su presencia
quiere mi alma siempre estar.
Ā”CuĆ”n preciosas las lecciones
las que aprendo de Ćl allĆ”!
No me turban las tristezas
ni me vence la aflicciĆ³n;
pues, si ruge el enemigo,
busco abrigo en la oraciĆ³n.
Cuando mi alma desfallece,
al abrigo del SeƱor
se hallan aguas refrescantes
y una sombra del calor.
Y descansa al lado mĆo
el bendito Salvador;
expresar jamĆ”s podrĆa
nuestra dulce comuniĆ³n.
Pero esto sƩ: le digo
toda duda, todo afƔn.
Ā”CuĆ”n paciente se demuestra!
Ā”CuĆ”nto gozo a mi alma da!
Mas a veces me reprende;
no serĆa amigo fiel
si Ćl nunca me dijera
de las faltas que en mĆ ve.
ĀæConocer tambiĆ©n quisieras
el secreto del SeƱor?
Ve debajo de sus alas,
y tendrĆ”s tu galardĆ³n.
Y al salir de su presencia
con amor y gran solaz,
llevarƔs la imagen santa
del Maestro en tu faz.
468
Juan 4.35; IsaĆas 6.8; Marcos 9.41
Escuchad, JesĆŗs nos dice:
Ā«ĀæQuiĆ©nes van a trabajar?
Campos blancos hoy aguardan;
anden, pues, a cosecharĀ».
Ćl nos llama cariƱoso,
nos constriƱe con su amor.
ĀæQuiĆ©n responde a su llamada:
Ā«Heme aquĆ, yo irĆ©, SeƱorĀ»?
Si por tierras o por mares
no pudieras transitar,
puedes encontrar hambrientos
en tu puerta que auxiliar.
Si careces de riquezas,
lo que dio la viuda da.
Si por el SeƱor lo dieres,
Ćl te recompensarĆ”.
Si como elocuente apĆ³stol
no pudieres predicar,
puedes de JesĆŗs decirles
cuƔnto al hombre supo amar.
Si no logras que sus culpas
reconozca el pecador,
conducir los niƱos puedes
al benigno Salvador.
469
Lucas 12.32; Mateo 8.26
Es JesĆŗs mi Rey divino,
sĆ³lo a Ćl yo seguirĆ©;
en las pruebas de la vida
sĆ³lo en Ćl yo confiarĆ©.
Es mi fe pequeƱa y dƩbil,
mas JesĆŗs me sostendrĆ”;
con su brazo poderoso
siempre me protegerĆ”.
Nada temo, Cristo mĆo,
mi sostƩn y mi solaz;
yo confiado ahora vivo;
en mi pecho reina paz.
En la patria donde moras
yo tu rostro espero ver;
con los fieles en los cielos
coronado quiero ser.
470
Lamentaciones 3.23; 1 Corintios 1.9; Salmo 16.11, 69.4, 33.20
Es tu fidelidad tan grande, oh Padre;
TĆŗ dices la verdad, descanso allĆ.
Tu luz rodea mi senda en el mundo;
tu voz me anima. Mi fuerza es en Ti.
c
Ā”Oh quĆ© fidelidad! Ā”Oh quĆ© fidelidad!
Nunca me canso de darte loor.
Cada maƱana es nueva tu gracia;
inalterable es tu gran amor.
Los enemigos son muy poderosos;
TĆŗ eres mi Amigo, oh Dios, mi Defensor.
En la batalla me das hoy tu ayuda;
confiando en Ti, serƩ gran vencedor.
En tu presencia, oh Dios, hay gran descanso,
dulce consolaciĆ³n, perfecta paz.
Al ver las glorias de Cristo el SeƱor
le hemos de celebrar siempre jamƔs.
471
Romanos 15.13; 2 Corintios 1.24; Juan 13.17; Hechos 5.41
Gozo da servir a Cristo
en la vida diaria aquĆ;
gozo, y grande alegrĆa,
siempre Ćl me da a mĆ.
c
Gozo hay, sĆ, en servir a Cristo,
gozo en el corazĆ³n.
Cada dĆa Ćl da poder,
me ayuda a vencer
y da gozo, gozo en el corazĆ³n.
Gozo da servir a Cristo,
gozo que triunfante estĆ”
en la pena o tristeza:
Cristo en todo vence ya.
Gozo da servir a Cristo,
aunque solo ande yo;
es el gozo permanente
que el Calvario nos logrĆ³.
Gozo da servir a Cristo,
gozo en la oscuridad,
porque tengo el secreto
de la Luz y la Verdad.
472
Salmo 40.3; Efesios 5.19; Hebreos 12.28
Grande gozo hay en mi alma hoy,
pues JesĆŗs conmigo estĆ”,
y su paz, que ya gozando estoy,
por siempre durarĆ”.
c
Grande gozo, Ā”cuĆ”n hermoso!
cuando paso el tiempo bien feliz,
porque veo de Cristo la sonriente faz;
grande gozo siento en mĆ.
Hay un canto en mi alma hoy,
melodĆas a mi Rey.
En su amor feliz y libre soy,
y salvo por la fe.
Paz divina hay en mi alma hoy,
porque Cristo me salvĆ³.
Las cadenas rotas ya estƔn,
JesĆŗs me libertĆ³.
Gratitud hay en mi alma hoy,
y alabanzas a JesĆŗs.
Por su gracia a la gloria voy,
gozƔndome en la luz.
473
Salmo 85.8; 1 Samuel 3.9; 1 Reyes 19.12; Filipenses 4.7
Habla, SeƱor, a mi alma,
hazme entender tu voz;
mi corazĆ³n reclama
tu fuerte protecciĆ³n.
DĆ©bil soy y afligido,
te necesito, Ā”oh Dios!
TĆŗ puedes darme abrigo
de la tormenta atroz.
Con corazĆ³n tranquilo
procurarƩ escuchar
ese apacible silbo
que infunde en mi alma paz.
Pasa mi entendimiento
esa tranquilidad,
que por tu gracia siento
aun en la adversidad.
Hazme, SeƱor, atento
siempre a tu dulce voz;
haz que yo more adentro
del templo de mi Dios.
Con tu luz revestido,
que vea el mundo en mĆ
constante y fiel testigo
de tu bondad aquĆ.
474
1 Corintios 11.26; Mateo 18.20
Hasta que vengas, nuestro Salvador,
nos congregamos para recordar
tus muchas penas y tu grande amor,
en tu memoria asĆ partir el pan.
EstĆ”s aquĆ; sabĆ©moslo, SeƱor,
pues nos has dicho: Ā«Donde dos o tres
se hallan reunidos en mi nombre, Yo
en medio de ellos me revelarĆ©Ā».
Hasta que vengas; sĆ³lo un poco mĆ”s,
y nuestros ojos te verƔn en luz,
lleno de gloria, honra y majestad,
llevando aĆŗn las huellas de la cruz.
475
ZacarĆas 13.1; Lucas 23.43; Apocalipsis 1.5, 5.9
Hay una fuente sin igual
de sangre de Emanuel,
en donde lava cada cual
las manchas que hay en Ć©l.
El malhechor se convirtiĆ³
muriendo en una cruz,
al ver la fuente en que lavĆ³
sus culpas por JesĆŗs.
Y yo tambiƩn, cuan malo soy,
lavarme allĆ podrĆ©;
y en tanto que en el mundo estoy,
su gloria cantarƩ.
Tu sangre nunca perderĆ”
Ā”oh Cristo! su poder;
y sĆ³lo en ella asĆ podrĆ”
tu Iglesia salva ser.
Desde que aquella fuente vi
un solo tema sƩ:
amor redimidor, y asĆ
cantando seguirƩ.
Y de la tumba mƔs allƔ
mi lengua emplearƩ;
canciĆ³n mĆ”s dulce y noble habrĆ”
que en gloria cantarƩ.
476
Salmo 139.23, 19.12; Filipenses 1.20; Habacuc 3.2
Hoy escudriƱa, oh Dios, mi corazĆ³n;
en lo secreto tu mirada pon.
Todo lo malo quita en tu bondad;
concƩdeme completa libertad.
Mi corazĆ³n entero toma, oh Dios;
mi vida llena de tu inmenso amor.
Todo egoĆsmo, orgullo y vanidad
quita, y se cumpla en mĆ tu voluntad.
Manda, oh SeƱor, avivamiento aquĆ;
por el EspĆritu trabaja en mĆ.
Suple en tu amor mi gran necesidad,
tu bendiciĆ³n celeste ahora da.
SeƱor, te alabo que me aceptas ya;
limpia mi corazĆ³n de todo mal;
que el fuego tuyo me haga arder por Ti;
sea tu nombre engrandecido en mĆ.
477
Hechos 10.33; Efesios 4.3; Salmo 133.1; Judas 21
Juntos en tu presencia,
henos, bendito Dios,
con filial reverencia
para escuchar tu voz;
salvos por pura gracia,
siervos por puro amor.
Llena TĆŗ nuestras almas;
bendĆcenos, SeƱor.
c
Bendice a los creyentes,
bendĆcenos, SeƱor.
Haznos ser mƔs fervientes,
aumenta aquĆ el amor.
Haznos ser fieles siempre,
grata congregaciĆ³n.
Bendice a los creyentes,
bendĆcenos, SeƱor.
PlƔcido es este sitio,
sitio de reuniĆ³n,
oyendo hablar tu libro
en viva comuniĆ³n.
Te ensalzaremos siempre,
oh nuestro Salvador;
bendito eternamente,
bendito TĆŗ, SeƱor.
Padre, te suplicamos:
en tu gran compasiĆ³n,
guƔrdanos los hermanos
en fraternal amor;
prontos a perdonarnos,
prontos a oir tu voz,
cual santos escogidos
de nuestro Padre Dios.
478
ZacarĆas 13.6; 1 Timoteo 1.15; Romanos 5.7,8
Me asombra el amor que me ofrece el SeƱor JesĆŗs,
su gracia tan grande no puedo explicarme yo,
y tiemblo al saber que por mĆ padeciĆ³ en la cruz;
por mĆ, pecador vil, su sangre preciosa dio.
c
Ā”QuĆ© maravilla es,
que Ćl me amara asĆ,
hasta morir por mĆ!
Ā”QuĆ© maravilla es,
Ćl muriĆ³ por mĆ!
Pensar que del trono divino JesĆŗs bajĆ³,
mi alma rebelde y altiva para buscar,
y que Ćl extendiĆ³ hacia mĆ su insondable amor
que puede salvar, redimir y justificar.
Sus manos heridas mi deuda pagaron, sĆ.
Tal misericordia y amor Āæolvidar podrĆ©?
Ā”Oh no! Sin cesar yo le alabo y adoro aquĆ,
hasta que en la gloria me postre a sus santos pies.
479
2 Corintios 6.1; Mateo 23.37
Mientras que Cristo te habla, ven pecador,
y a Dios por ti se ruega, ven pecador.
Ya debes aceptarle, ven pecador,
y con Ćl amistarte; ven pecador.
ĀæDura es tu pesada carga? ven pecador.
Quiere JesĆŗs llevarla; ven pecador.
No puede Ćl engaƱarte; ven pecador.
Quiere el SeƱor salvarte; ven pecador.
ĀæSu tierna voz percibes? ven pecador.
ĀæSu bendiciĆ³n recibes? ven pecador.
Mientras que Cristo te habla, ven pecador,
y a Dios por ti se ruega, ven pecador.
480
2 Corintios 1.10; Filipenses 4.7
Mi fe espera en Ti,
Cordero, quien por mĆ
fuiste a la cruz.
Escucha mi oraciĆ³n,
dame tu bendiciĆ³n,
llene mi corazĆ³n tu santa luz.
Tu gracia en mi alma pon,
guarde mi corazĆ³n
tu sumo amor.
Tu sangre carmesĆ
diste en la cruz por mĆ;
que viva para Ti con fiel ardor.
A ruda lid irƩ,
y pruebas hallarƩ,
mi guĆa sĆ©.
LĆbrame de ansiedad,
guƔrdame en santidad,
y por la eternidad te alabarƩ.
481
Salmo 84.2, 100.4, 122.1; Hebreos 10.25
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
oh Padre celestial,
venir a tu presencia
y en tu luz adorar;
traer a la memoria
las pruebas de tu amor,
el bien con que tu mano
mi vida enriqueciĆ³.
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
la casa de oraciĆ³n,
do el alma tantas veces
su fuerza y luz hallĆ³.
Con cuƔnto amor el ruego
TĆŗ sueles escuchar.
Ā”QuĆ© dulce hablar contigo,
cuƔn bello en Ti esperar!
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
moradas de tu luz.
AquĆ su amor explaya,
gozando de tu cruz,
el coro de tus hijos
que tu poder salvĆ³
aquel sublime dĆa
de nuestra redenciĆ³n.
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
moradas de verdad
do, limpia la mirada,
se goza en meditar
el alma redimida
tu ciencia y tu poder,
la gloria de tus obras,
la dicha de tu ley.
Mi gozo estĆ” en tus atrios,
la casa del festĆn;
lo mƔs bello y sublime
el alma encuentra en Ti.
No llega aquĆ la mano
cruel del opresor;
la paz mƔs bella canta
feliz el corazĆ³n.
482
Apocalipsis 1.18; Mateo 26.39; Juan 12.31; 1 Corintios 15.55
Ā”MuriĆ³ JesĆŗs! Aquel VarĆ³n de angustias
herido fue por nuestra rebeliĆ³n.
MuriĆ³ el Justo por los pecadores,
y por su cruz tenemos salvaciĆ³n.
c
Yo soy el que vivo,
que vivo y muerto fui;
Yo soy el que vivo,
que vivo y muerto fui,
y he aquĆ, Yo vivo para siempre. AmĆ©n.
Y he aquĆ, Yo vivo para siempre. AmĆ©n.
Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui,
y he aquĆ, Yo vivo para siempre. AmĆ©n.
Ā”LlorĆ³! OrĆ³: Ā«Mi Padre, si es posible
pase de mĆ la copa, amarga hiel.
Tu voluntad empero sea hecha;
la obra que me diste quiero hacerĀ».
Ā”LuchĆ³; venciĆ³! A SatanĆ”s despoja.
Pues, ĀædĆ³nde estĆ”, oh muerte, tu aguijĆ³n?
Sorbida es ya la muerte con victoria,
y al mundo el vencedor le da redenciĆ³n.
483
Juan 4.42; Hechos 10.38; MalaquĆas 4.2; Salmo 24.7; 2 Tesalonicenses 1.10
No sƩ decir por quƩ el SeƱor de gloria
amara asĆ a los hijos de AdĆ”n,
o cual Pastor buscara a los perdidos,
salvƔndolos con tanto ardor y afƔn.
Mas esto sĆ©: que naciĆ³ de MarĆa,
yaciendo en un pesebre en BelƩn,
y en Nazaret viviĆ³, creciĆ³ y trabajĆ³,
y al Salvador del mundo aquĆ podemos ver.
No sĆ© decir con cuĆ”nta angustia Ćl sufriĆ³
en esta tierra llena de maldad,
ni cĆ³mo quebrantĆ³ su tierno corazĆ³n
cuando en la cruz Ćl hizo nuestra paz.
Mas esto sƩ: que sana al afligido,
quita el pecado y salva del temor;
da gozo al triste, alivio al trabajado,
pues vive todavĆa del mundo el Salvador.
No sĆ© decir cĆ³mo a los pueblos todos
los tomarĆ” por santa posesiĆ³n,
satisfaciendo todos los anhelos
del mundo entero, toda aspiraciĆ³n.
Mas esto sƩ: todos verƔn su gloria,
al cosechar su tan gloriosa mies,
y un dĆa alegre resplandecerĆ” el sol;
el Salvador del mundo nos traerĆ” el bien.
No sĆ© decir cĆ³mo en la tierra entera,
ya sosegada toda tempestad,
han de adorar con jĆŗbilo profundo,
lleno su corazĆ³n de caridad.
Mas esto sƩ: que vibrarƔn los aires
de regocijo y cƔnticos diez mil;
responderĆ” la tierra a los del cielo
que el Salvador del mundo es Rey al fin, al fin.
484
Salmo 9.2, 111.3,4; Hebreos 13.15; Hechos 7.55
Nunca, Dios mĆo, cesarĆ” mi labio
de bendecirte, de cantar tu gloria,
porque conservo de tu amor inmenso
grata memoria.
Cuando perdido en mundanal sendero
no me cercaba sino niebla oscura,
TĆŗ me miraste y alumbrome un rayo
de tu luz pura.
Cuando inclinaba mi abatida frente
del mal obrar al oneroso yugo,
dulce reposo y eficaz alivio
darme te plugo.
Cuando en mis propios mƩritos fiaba,
nunca mi pecho con amor latĆa;
hoy de amor late, porque en tus bondades
sĆ³lo confĆa.
Y cuando exhale mi postrer aliento
para volar a tu eternal presencia,
cierto hallarƩ con tu justicia unida
dulce clemencia.
485
2 Timoteo 2.8; 1 Corintios 11.24; Mateo 26.28
Ā”Oh, cuĆ”ntas veces, mi SeƱor,
me olvido de tu gran dolor
que padeciste TĆŗ por mĆ
a solas en GetsemanĆ!
Ā”Oh, cuĆ”ntas veces, mi SeƱor,
me olvido de tu inmenso amor,
tus sufrimientos en la cruz
para traerme paz y luz!
Mas me recuerdo, oh Salvador,
ahora de tu dulce voz,
y por la fe la puedo oir:
Ā«Hacedlo en memoria de mĆĀ».
El vino bebo y como el pan,
y me hablas TĆŗ con tierno afĆ”n:
Ā«Mi vida puse Yo por ti;
hacedlo en memoria de mĆĀ».
486
Lucas 5.8; Job 40.4; Lucas 18.13
Ā”Oh gran Dios! yo soy un vil
miserable pecador,
que faltƩ mil veces, mil,
a la ley de mi SeƱor;
que tus sendas olvidƩ
y tu amor menospreciƩ;
que tus sendas olvidƩ
y tu amor menospreciƩ.
En mi alma no hay verdad,
y mi pobre corazĆ³n
por su gran iniquidad
lleno estĆ” de confusiĆ³n.
He perdido mi vigor
y fallezco de dolor.
He perdido mi vigor
y fallezco de dolor.
Ten Ā”oh Dios! piedad de mĆ,
que debilitado estoy;
dame, por amor de Ti,
salvaciĆ³n que busco hoy.
No me dejes perecer,
ven mi cƔrcel a romper.
No me dejes perecer,
ven mi cƔrcel a romper.
487
Hebreos 4.12; Juan 17.17
Oh SeƱor, que TĆŗ nos hables,
haznos escuchar tu voz;
que obedientes hoy seamos,
respondientes a tu amor.
Tu mensaje llegue a nos,
alcanzando el corazĆ³n.
Hay algunos que andan lejos
de tu santa voluntad;
otros hay que se hallan frĆos;
Ā”oh quĆ© gran necesidad!
Salvador, avĆvanos,
danos hoy tu bendiciĆ³n.
Que tu EspĆritu revele
mƔs de Cristo la bondad;
que ilumine tu Palabra;
Ā«tu palabra es verdadĀ».
SantifĆcanos, SeƱor,
para tu placer y honor.
488
Romanos 5.1; GĆ©nesis 8.9; Salmo 116.7
ĀæOyes cĆ³mo el Evangelio
al cansado ofrece paz?
Pues segura, Ā”oh alma mĆa!
la promesa a ti se da.
Bien alguno en mĆ no veo,
corrupciĆ³n tan sĆ³lo hay.
Cansado estoy, y el cansado
busca alivio con afƔn.
En el arca la paloma
encontrĆ³ do reposar;
para mi alma atribulada
arca el SeƱor serƔ.
Combatido vengo, y crece
el diluvio sin cesar.
Ćbreme, JesĆŗs, y en vano
rugirĆ” la tempestad.
Cobijada ya en tu seno
puede el alma respirar;
el reposo que prometes
siempre da segura paz.
Ā”Oh! cuĆ”n dulce en mis oĆdos
suena tu voz celestial:
Ā«Ven a mĆ, ven que el descanso
sĆ³lo en mĆ podrĆ”s hallarĀ».
489
Marcos 10.49; JeremĆas 8.20; Salmo 90.3
Pobre peregrino que vagando estƔs
fuera del camino: ĀæDĆ³nde pararĆ”s?
Con cayado y vara hoy el buen Pastor
llĆ”mate a su lado: ven, Ā”oh, pecador!
Tu pasada vida cƔusate dolor;
tu alma lacerada, tristeza y pavor;
tu suerte futura, eterno sufrir:
de tanta amargura, ĀæNo querrĆ”s salir?
Ā”Ay, y cuĆ”ntos dĆas dejaste pasar
en vanas porfĆas que te han de pesar!
Por tu bien atiende la voz del SeƱor,
y tu mano extiende hacia el Salvador.
Tu vista levanta, eleva tu voz,
dirige tu planta hasta el Salvador.
Tu hora ha llegado; pierde tu temor
que el que te ha llamado es tu Salvador.
490
1 Juan 1.7; Salmo 51.2; Juan 1.4; Tito 3.5
Por fe contemplo redenciĆ³n,
la fuente carmesĆ.
JesĆŗs nos da la salvaciĆ³n;
su vida dio por mĆ.
c
La fuente sin igual hallƩ,
de vida y luz el manantial.
Ā”Oh, gloria a Dios! ya lo probĆ©;
me limpia a mĆ, me limpia a mĆ.
Mi vida entrego a mi SeƱor,
las dudas Ćl quitĆ³.
Mi alma goza en su favor,
mis deudas Ćl pagĆ³.
Ā”CuĆ”n inefable gozo da,
saber que salvo soy!
Por su palabra de verdad
yo sƩ que al cielo voy.
Ā”Oh, gracia excelsa de mi Dios!
Ā”CuĆ”n grande es su amor!
Y sĆ³lo a Ćl, mi Salvador,
quisiera dar loor.
491
Romanos 6.23; Colosenses 1.14; 2 Corintios 5.17; 1 Pedro 1.4
Por fe en JesĆŗs el Salvador
se hace salvo el pecador;
sin merecer tan rico don,
recibe plena salvaciĆ³n.
c
Ā”Oh! excelsa gracia del amor
que Dios perdona al pecador,
si presto acude a confesar
sus culpas, y en JesĆŗs confiar.
No hay otro autor de salvaciĆ³n,
pues Cristo obrĆ³ la redenciĆ³n.
La vida antigua ya pasĆ³,
y todo nuevo se tornĆ³.
AquĆ cual peregrino es,
hogar con Dios tendrƔ despuƩs.
Aun cuando Ć©l nada tenga aquĆ,
su gran herencia tiene allĆ,
arriba en gloria con JesĆŗs,
quien le ha salvado por su cruz.
492
Juan 16.22 1 Pedro 3.18; Romanos 8.15,21
ĀæPor quĆ© hay dudas y temor,
si Dios, mi Padre, en su amor
a su Hijo entregĆ³?
No puede el justo Juez a mĆ
las culpas imputar, que asĆ
en Cristo Ćl cargĆ³.
Si Cristo la maldad expiĆ³,
la deuda entera cancelĆ³
de los que creen en Ćl.
La ira no me alcanzarĆ”,
en el Amado acepto ya,
y limpio por su cruz.
Pues Ćl mi libertad comprĆ³,
y en el Calvario padeciĆ³
la ira de su Dios.
Dos veces no demanda Dios
el pago, pues por mĆ JesĆŗs
sufriĆ³ la cruenta cruz.
Mira, alma mĆa, al Salvador;
los mƩritos de tu SeƱor
dan paz y libertad.
Cree en su sangre eficaz,
la perdiciĆ³n no temas mĆ”s,
pues Ćl por ti muriĆ³.
493
Hebreos 6.19, 10.20, 13.13
Por su cuerpo lacerado, vamos a Ćl.
Penetrando velo adentro, vamos a Ćl.
Con su sangre rescatados,
por su gracia ya amparados,
por su cruz santificados, vamos a Ćl.
Por su amor manifestado, vamos a Ćl,
quien sufriĆ³ del real afuera, vamos a Ćl.
En su cruz hoy nos gloriamos,
nunca nos avergonzamos,
bien contentos avanzamos; vamos a Ćl.
Por la sangre del Cordero, vamos a Ćl.
Confiados, velo adentro, vamos a Ćl.
Nueva creaciĆ³n formamos,
plena salvaciĆ³n gozamos,
y postrados adoramos. Vamos a Ćl.
A JesĆŗs, el rechazado, vamos a Ćl,
todavĆa real afuera, vamos a Ćl.
Su baldĆ³n aquĆ llevando,
a este mundo abandonando,
hoy su amor estĆ” llamando; vamos a Ćl.
Pronto, por su voz llamados, vamos a Ćl,
reunidos velo adentro, vamos a Ćl.
Viene Ćl mismo a arrebatarnos,
nunca mƔs a separarnos,
para siempre a gozarnos, vamos a Ćl.
494
2 Corintios 5.14; Hebreos 12.28; Santiago 1.5
Por tu amor, oh Cristo,
me consagro a Ti;
me hallo constreƱido
para Ti a vivir.
Donde TĆŗ dirijas,
sea mi placer
que en tu amor te sirva
siempre en tu poder.
Cuando el mundo engaƱa
con su seducciĆ³n,
que tu amor deshaga
todo su esplendor.
Cuando oscuras huestes
quieren mi alma hundir,
tu poder me eleve;
no hay poder en mĆ.
Que el EspĆritu Santo
tenga en mĆ su hogar;
no me aparte, ingrato,
de tu voluntad.
Hazme diligente,
fiel en tu virtud;
satisfecho siempre
de tu plenitud.
495
Romanos 12.2; Efesios 4.1, 5.16; 1 Timoteo 4.14
Que mi vida entera estƩ
consagrada a Ti, SeƱor;
que a mis manos pueda guiar
el impulso de tu amor.
Que mis pies tan sĆ³lo en pos
de lo santo puedan ir,
y que a Ti, SeƱor, mi voz
te complazca en bendecir.
Que mi tiempo todo estƩ
consagrado a tu loor;
que mis labios al hablar,
hablen sĆ³lo de tu amor.
Toma Ā”oh Dios! mi voluntad
y hazla tuya, nada mƔs;
toma, sĆ, mi corazĆ³n
y tu trono en Ʃl tendrƔs.
496
Efesios 3.17; Salmo 63.1, 107.9; IsaĆas 58.11; Filipenses 4.19
ĀæQuiĆ©n podrĆ” con su presencia
impartirme bendiciĆ³n?
SĆ³lo Cristo en su clemencia
puede dar consolaciĆ³n.
c
SĆ³lo Cristo satisface
mi sediento corazĆ³n.
SĆ, gozoso Cristo me hace
por su eterna redenciĆ³n.
Su amor no se limita;
es su gracia sin igual.
Su merced es infinita,
mƔs profunda que mi mal.
RedenciĆ³n sublime y santa,
imposible de explicar:
que su sangre sacrosanta
mi alma pudo rescatar.
Cristo suple en abundancia
toda mi necesidad;
ser de Ćl es mi ganancia;
inefable es su bondad.
497
Efesios 3.12; Lucas 24.32; Colosenses 2.6; Salmo 143.8, 48.14
Quiero al Salvador conmigo,
sin JesĆŗs no puedo andar;
necesito su presencia,
en su brazo confiar.
c
Confiando en el SeƱor,
consolado por su amor,
seguirƩ por mi camino
sin tristeza, sin temor.
Quiero al Salvador conmigo,
porque flaca es mi fe;
y su voz me da coraje
cuando vacilante estƩ.
Quiero al Salvador conmigo,
cada dĆa en Ćl morar;
en la tempestad o calma,
en la lucha o bienestar.
Quiero al Salvador conmigo
como GuĆa y Buen Pastor,
hasta que estƩn pasadas
muerte, pena y aflicciĆ³n.
498
Job 23.11; Mateo 4.19,20; 1 Pedro 2.21
Quiero seguir las pisadas del Maestro,
quiero ir en pos de mi Rey y SeƱor;
y modelando por Ćl mi carĆ”cter
canto con gozo a mi Redentor.
c
QuƩ hermoso es seguir
las pisadas del Maestro,
siempre en la luz,
cerca de JesĆŗs.
QuƩ hermoso es seguir
las pisadas del Maestro
en su santa luz.
Ando mĆ”s cerca de Aquel que me guĆa,
cuando el maligno me quiere tentar.
Siempre confiado en Cristo, mi Amado,
debo con gozo su nombre ensalzar.
Sigo sus pasos de tierno cariƱo,
misericordia, paz y lealtad.
Gozando en Ćl por el don de su gracia,
voy al descanso, gloriosa Ciudad.
Quiero seguir las pisadas del Maestro,
siempre hacia arriba con Ćl quiero andar.
Viendo a mi Rey en gloriosa hermosura,
con Ćl en gloria podrĆ© descansar.
499
Salmo 22.12 al 21; Juan 19.25
Rostro divino, ensangrentado,
cuerpo llagado por nuestro bien.
Ā”SeƱor! llevaste cuĆ”ntos dolores
de pecadores que asĆ te ven.
Manos preciosas tan lastimadas,
por mĆ clavadas en una cruz.
En este valle mis pasos guĆa;
sĆ© mi alegrĆa, mi amparo y luz.
Bello costado; veo aquella herida,
prueba nos da de muerte y de crueldad.
Fuente amorosa de un Dios clemente,
voz elocuente de caridad.
Tus pies heridos, Ā”Cristo paciente!
Yo, delincuente, los taladrƩ.
Por Ti salvado, ya bendecido
y agradecido, te adorarƩ.
Ā”Crucificado en un madero,
manso Cordero, muerto por mĆ!
Ā”Oh! guarda mi alma, que en Ti reposa,
siempre dichosa cerca de Ti.
500
1 CrĆ³nicas 28.9; Hebreos 2.18, 12.28; 1 Juan 2.16
SeƱor, yo he prometido
servirte con amor;
concƩdeme tu gracia,
mi amigo y Salvador.
No temerƩ la lucha
si TĆŗ a mi lado estĆ”s,
ni perderƩ el camino
si TĆŗ guiando vas.
El mundo estĆ” muy cerca
y abunda tentaciĆ³n;
muy suave es el engaƱo
y es necia la pasiĆ³n.
Ven TĆŗ, SeƱor, mĆ”s cerca
mostrando tu piedad,
y escuda el alma mĆa
de toda iniquidad.
Cuando mi mente vague,
ya incierta, ya veloz,
concƩdeme que escuche,
SeƱor, tu clara voz.
AnĆmame si paro,
inspĆrame tambiĆ©n;
reprƩndeme si temo
en todo hacer el bien.
SeƱor, TĆŗ has prometido
a todo aquel que va
confiando en tu sangre,
que al cielo llegarĆ”.
Sostenme en el camino,
y al fin con dulce amor
traslƔdame a tu gloria,
mi amigo y Salvador.
501
Proverbios 11.30; 2 Timoteo 4.8; Apocalipsis 2.10; Filipenses 4.1
Sin cesar siempre pienso en la tierra mejor,
do al ponerse el sol llegarƩ;
y al hallarme en los cielos con Cristo el SeƱor,
grande gozo en Ćl yo tendrĆ©.
c
Ā”QuĆ© coronas habrĆ” en los cielos allĆ,
que el SeƱor da al buen siervo fiel!
Cuando el sol ya decline
y me encuentre yo en Ti,
mi corona yo anhelo tener.
De la fuerza de Dios esperando el poder
trabajar quiero siempre y salvar
a las almas, y al fin, cual estrellas, saber
que en mis sienes irƔn a brillar.
Ā”Oh! quĆ© gozo en los cielos serĆ” para mĆ
vivas gemas poner a sus pies,
y tener en mi frente corona que allĆ
ornen joyas de tal brillantez.
502
Romanos 12.1; Filipenses 2.17, 3.8
Tal como soy anhelo ser
tuyo, y en Ti permanecer.
A Ti queriƩndome ofrecer,
ahora Cristo, vengo a Ti.
Todo mi ser te quiero dar,
a Ti lo quiero dedicar,
y sin reserva, ni esperar,
ahora Cristo, vengo a Ti.
Siempre en tu luz anhelo andar,
por lo que es recto batallar,
ser fiel y nunca desmayar;
ahora Cristo, vengo a Ti.
Tal como soy te doy mi amor,
doy de mi vida lo mejor.
Por la verdad, por Ti, SeƱor,
ahora Cristo, vengo a Ti.
503
Hechos 5.41; Filipenses 2.9; Cantares 1.3
Ā”Tan dulce el nombre de JesĆŗs!
Sus bellas notas cantarƩ,
que mi alma llena al proclamar
el nombre de JesĆŗs.
c
Siempre es mi SeƱor;
gracias doy al Salvador,
y en el cielo su loor
por siempre cantarƩ.
Adoro el nombre de JesĆŗs.
JamƔs me faltarƔ su amor,
y pone aparte mi dolor
el nombre de JesĆŗs.
Tan puro el nombre de JesĆŗs,
que mi pesar pudo quitar
y grata paz a mi alma dar,
el nombre de JesĆŗs.
El dulce nombre de JesĆŗs
por siempre quiero alabar,
y todos deben ensalzar
el nombre de JesĆŗs.
504
Salmo 23
Tengo un Pastor divino,
nada me faltarĆ”;
a delicados pastos
siempre me llevarĆ”.
ConfortarĆ” mi alma,
y guiado me verƩ
por senda de justicia
en que por Ćl irĆ©.
Aunque camine en valle
de sombra y de dolor,
del valle de la muerte
nunca tendrƩ temor.
Con su presencia santa
sombra y dolor se irƔn;
su vara y su cayado
aliento me darƔn.
Ā”Oh Dios! en la presencia
del que me da aflicciĆ³n,
mesa pondrĆ” surtida
de rica provisiĆ³n.
En mi cabeza el Ć³leo
santo pusiste TĆŗ,
y de tu bien mi copa
rebosa plenitud.
De tu misericordia
y de tu inmenso bien
al obtenerlos siempre
recibirƩ sostƩn.
Y en la morada augusta
de mi SeƱor y Dios
al descansar, ferviente
te alabarĆ” mi voz.
505
IsaĆas 55.3; 1 CrĆ³nicas 17.12; Hebreos 13.20
Todos los que tengan sed, beberƔn.
Vengan cuantos pobres hay; comerƔn.
No malgasten el haber,
compren verdadero pan;
si a JesĆŗs acuden hoy, gozarĆ”n.
Si le prestan atenciĆ³n, les darĆ”
parte en su pactado bien, eternal,
con el mĆstico David,
Rey, Maestro, CapitƔn
de las huestes que al EdƩn llevarƔ.
Como baja bienhechor sin volver,
riego que las nubes dan, ha de ser.
La palabra del SeƱor,
productiva, pleno bien,
vencedor al fin serĆ”, por la fe.
506
IsaĆas 45.22; Juan 3.14, 20.31
Un mensaje del SeƱor, Ā”aleluya!
anuncio yo que da la paz.
Es de Dios el santo amor, Ā”aleluya!
Ā«Ve tan sĆ³lo a Cristo y vivirĆ”sĀ».
c
Ve la cruz y vivirƔs.
Ve a Cristo y vivirƔs.
Es de Dios el santo amor, Ā”aleluya!
Ve tan sĆ³lo a Cristo y vivirĆ”s.
El mensaje del SeƱor, Ā”aleluya!
infundirĆ” la fe en ti,
que JesĆŗs, mi Salvador, Ā”aleluya!
dio por ti su sangre carmesĆ.
Vida puedes obtener, Ā”aleluya!
que el SeƱor te quiere dar,
si tan sĆ³lo quieres ver, Ā”aleluya!
por fe a quien podrĆ” salvar.
CĆ³mo vine te dirĆ©, Ā”aleluya!
a mi Redentor que me salvĆ³.
Fui tan sĆ³lo por la fe, Ā”aleluya!
y el SeƱor mis culpas perdonĆ³.
507
Salmo 130.4; Hechos 13.38
Ven a Cristo, ven ahora,
ven asĆ cual estĆ”s,
y de Ćl sin demora el perdĆ³n obtendrĆ”s.
Cree y fija tu confianza
en su muerte por ti.
El gozo alcanza quien lo hiciera asĆ.
Ven a Cristo, con fe viva
piensa mucho en su amor.
No dudes; recibe al mƔs vil pecador.
Ćl anhela recibirte
y hacerte merced;
las puertas abrirte al eterno placer.
508
Efesios 4.8; Lucas 11.22; Filipenses 2.8, 3.21
Venid y celebrad a Cristo, quien llevĆ³
cautiva la cautividad;
y estas nuevas proclamad:
JesĆŗs resucitĆ³. JesĆŗs resucitĆ³.
c
La lucha ha ganado;
grata y gloriosa noticia.
SĆ, Cristo ha resucitado
y pronto en su gloria vendrĆ”.
La muerte no venciĆ³ al Salvador JesĆŗs,
quien a sĆ mismo se humillĆ³
y por nosotros padeciĆ³
la muerte de la cruz, la muerte de la cruz.
AllĆ sentado estĆ” el Sacerdote fiel.
Su obra terminada ya,
Ćl intercede siempre allĆ”
por los que creen en Ćl, por los que creen en Ćl.
Ćl mismo volverĆ”, pues su palabra es fiel,
y su promesa cumplirĆ”,
pues nuestros cuerpos cambiarĆ”
a semejanza de Ćl, a semejanza de Ćl.
509
Hebreos 2.9,10.20; Cantares 2.4; 1 Tesalonicenses 4.17
Ā”Ven! levĆ”ntate mi alma,
pon tu mira en JesĆŗs;
ve sentado en la gloria
al que padeciĆ³ la cruz.
En trascendental justicia
Cristo en suma gloria estĆ”;
y su sangre da derecho
de ir adentro y adorar.
Tus pecados y tus culpas
Cristo en la cruz llevĆ³.
Dios en Ćl las ha cargado,
y perfecta paz te dio.
Dios te lleva a su morada.
Adereza para ti
una fiesta, y te invita
a gozar con Ćl allĆ.
Todo es paz, sĆ, para siempre,
en el cĆrculo de amor,
donde el Padre es conocido
en su gracia y gran favor.
Ā«Para siempreĀ», Ā”quĆ© palabras!
Con y como el SeƱor;
nada puede apartarnos
del amor del Salvador.
510
Salmo 96.13; Apocalipsis 22.20; Mateo 24.27
Viene otra vez nuestro Salvador,
Ā”oh que si fuera hoy!
para reinar con poder y amor,
Ā”oh que si fuera hoy!
Ya por su Iglesia viene esta vez,
purificada en su grande amor,
del mundo por la redondez,
Ā”oh que si fuera hoy!
c
Ā”Gloria, gloria! gozo sin fin traerĆ”.
Ā”Gloria, gloria! al coronarle Rey.
Ā”Gloria, gloria! la senda preparad;
Ā”gloria, gloria! Cristo viene otra vez.
TerminarƔ el poder de SatƔn,
Ā”ojalĆ” fuera hoy!
No mĆ”s tristeza aquĆ verĆ”n,
Ā”ojalĆ” fuera hoy!
Todos los muertos en Cristo irƔn,
arrebatados por su SeƱor.
ĀæCuĆ”ndo estas glorias aquĆ vendrĆ”n?
Ā”OjalĆ” fuera hoy!
Fieles y leales nos debe hallar
si Ćl viniera hoy;
todos velando con gozo y paz
si Ćl viniera hoy.
Multiplicadas seƱales hay;
en el oriente se ve el albor.
Ya mƔs cercano el tiempo estƔ,
Ā”ojalĆ” fuera hoy!
511
Mateo 20.2; 1 Corintios 15.58
Yo quiero trabajar por el SeƱor,
confiando en su palabra y en su amor.
Quiero yo cantar y orar,
y ocupado siempre estar
en la viƱa del SeƱor.
c
Trabajar y orar
en la viƱa, en la viƱa del SeƱor.
SĆ, mi anhelo es orar
y ocupado siempre estar
en la viƱa del SeƱor.
Yo quiero cada dĆa trabajar,
los esclavos del pecado libertar;
conducirlos a JesĆŗs,
nuestro GuĆa, nuestra Luz,
en la viƱa del SeƱor.
Yo quiero ser obrero de valor,
confiando en el poder del Salvador.
El que quiere trabajar
hallarƔ tambiƩn lugar
en la viƱa del SeƱor.
512
Salmo 40.3; Filipenses 3.10; 2 Corintios 5.1
Yo tengo un himno de loor,
desde que salvo estoy,
para mi Rey, mi Salvador,
desde que salvo estoy.
c
Desde que salvo estoy,
desde que salvo estoy
sĆ³lo en Ćl me gloriarĆ©.
Desde que salvo estoy
en mi Salvador me gloriarƩ.
Yo soy de Cristo, y mi ansiedad,
desde que salvo estoy,
estĆ” en cumplir su voluntad,
desde que salvo estoy.
Yo tengo un gozo que Ćl me dio,
desde que salvo estoy,
cuando en su sangre me lavĆ³,
desde que salvo estoy.
Tengo un hogar adonde irƩ,
desde que salvo estoy,
y allĆ seguro vivirĆ©,
desde que salvo estoy.
513
Romanos 6.20,21; GƔlatas 5.1
Yo vagaba mucho tiempo en el error,
agobiado en el pecado y el temor.
Cuando vi al Salvador
y escuchƩ su tierna voz,
mi SeƱor me hizo libre por su amor.
c
Libre estoy, libre estoy,
por la gracia del SeƱor libre estoy.
Libre estoy, libre estoy.
Ā”Aleluya, por la fe, libre estoy!
Yo vagaba mucho tiempo en el error,
sin pensar en el amor del Salvador.
Yo andaba con temor,
lejos de mi Redentor,
Ā”mas ahora por su muerte libre estoy!
Yo vagaba mucho tiempo en el error,
mas ahora quiero andar con mi SeƱor.
Quiero oir su tierna voz
y seguirle siempre en pos.
Ā”Gloria, gloria sea a nuestro buen Pastor!
514
Salmo 73.16,17, 145.16; Romanos 8.33, 15.29
Cuando combatido por la adversidad
creas ya perdida tu felicidad,
mira lo que el cielo para ti guardĆ³.
Cuenta las riquezas que el SeƱor te dio.
c
Ā”Bendiciones, cuĆ”ntas tienes ya!
Bendiciones, Dios te manda mƔs.
Bendiciones, te sorprenderƔs
cuando veas lo que Dios por ti harĆ”.
ĀæAndas agobiado por algĆŗn pesar?
ĀæDuro te parece amarga cruz llevar?
Cuenta las promesas del SeƱor JesĆŗs,
y de las tinieblas nacerĆ” la luz.
Cuando de otros veas la prosperidad
y tus pies claudiquen tras de su maldad,
cuenta las riquezas que tendrƔs por fe
donde el oro es polvo que hollarĆ” tu pie.
515
IsaĆas 12.3; Romanos 8.32
Puedes obtener la dulce paz de Dios
si a Jesucristo acudieres hoy.
Ven contrito a su cruz, Ćl tus culpas borrarĆ”,
y asĆ gran gozo te darĆ” el SeƱor.
c
Gozo da la salvaciĆ³n,
gozo en el corazĆ³n.
Santo jĆŗbilo tendrĆ”s
cuando reine en ti la paz
que te trajo Cristo
por su muerte en cruz.
El amor de Cristo puedes conocer;
su sostƩn y gracia puedes obtener.
No mƔs solo lucharƔs; Cristo te defenderƔ,
y asĆ gran gozo te darĆ” el SeƱor.
ĀæQuieres tĆŗ de Cristo fiel soldado ser,
y luchar por siempre a favor de Ćl?
Ven entonces sin tardar, mƔs que vencedor te harƔ,
y por Ćl luchando, gozo tĆŗ tendrĆ”s.
TĆŗ podrĆ”s por Cristo ser aquĆ una luz,
si tĆŗ todo rindes al SeƱor JesĆŗs.
Y al venir el Salvador en su gloria y esplendor,
Ā”con cuĆ”n grande gozo reinarĆ”s con Ćl!
516
Mateo 26 y 27; Marcos 14 y 15; Lucas 22 y 23
Ā”QuĆ© grande carga, oh Salvador,
llevaste TĆŗ por mĆ!
Prueba suprema de tu amor,
sufriendo afrentas mil.
c
Nunca me olvidarƩ de Ti,
de tu agonĆa en GetsemanĆ,
ni del Calvario do por mĆ
sufriste, oh Salvador.
El enemigo en su furor
procura hacerte mal;
y los soldados sin razĆ³n
muestran su crueldad.
Mofa de Ti la multitud,
y el sacerdocio allĆ
se une con ella en plenitud
de odio y maldad tan vil.
Mas cual cordero asĆ sufriĆ³
por nuestra iniquidad,
la copa amarga Ćl apurĆ³
por nos en su bondad.
Y ahora cerca de tu cruz
quisiƩramos quedar;
gracias, SeƱor, por salvaciĆ³n
que TĆŗ por ella das.
517
Lucas 19.10; Filipenses 2.6 al 11; Cantares 2.4
El Hijo del Padre, el Cristo de Dios,
morando en el cielo, de todo SeƱor.
Dejando la gloria, al mundo bajĆ³,
y en forma de siervo Ćl se anonadĆ³.
Al Padre obediente se ve a JesĆŗs,
aun hasta la muerte y muerte de cruz.
AmĆ³ a los perdidos, los quiso alcanzar;
por su sacrificio los pudo salvar.
Y ahora a lo sumo su Dios le ensalzĆ³,
y un nombre le ha dado, supremo, mayor
que todo otro nombre; Ā”magnĆfico honor!
Y todos confiesan: Ā«Ā”JesĆŗs es SeƱor!Ā»
Y toda rodilla se doblegarĆ”;
tambiƩn toda lengua le confesarƔ
SeƱor de seƱores, altĆsimo Rey.
La gloria del Padre del cielo es la ley.
c
Su amor es mi historia,
su amor mi canciĆ³n;
al cielo de gloria me lleva el SeƱor.
Me anima y consuela
de amor por doquiera,
pues Cristo me espera,
sĆ, Cristo me espera
con brazos de amor;
su amor mi canciĆ³n.
518
Mateo 26.36; Juan 19.13,17; 1 Timoteo 3.16
En soledad y oscuridad
en el GetsemanĆ,
la copa amarga de mi mal
JesĆŗs bebiĆ³ por mĆ.
c
En soledad Ćl padeciĆ³ allĆ.
SufriĆ³, sangrĆ³ y expirĆ³;
mi Salvador agonizĆ³ por mĆ.
Gabata fue al Redentor
lugar de negaciĆ³n;
la multitud al verle allĆ,
su muerte reclamĆ³.
En GĆ³lgota, clavado en cruz,
su sangre derramĆ³;
para salvar y darme luz,
JesĆŗs su vida dio.
En gloria ya el Cristo estĆ”,
no mƔs en soledad.
Los redimidos gozarƔn
todos en unidad.
c
Ā”En gloria ya! SĆ, le verĆ© allĆ;
pues Ćl me amĆ³ y me salvĆ³,
y sĆ© que pronto volverĆ” por mĆ.
519
1 Juan 4.8; Juan 3.16; Romanos 8.35; Efesios 3.19
Ā”Oh amor de Dios! su inmensidad
el hombre no podrĆ” contar,
ni comprender la gran verdad
que Dios al hombre supo amar.
Cuando el pecar entrĆ³ al hogar
de AdƔn y Eva en EdƩn,
Dios los sacĆ³, mas prometiĆ³
un Salvador tambiƩn.
c
Ā”Oh amor de Dios! brotando estĆ”,
es sin medida, eternal.
Por las edades durarĆ”,
inagotable raudal.
Si fuera tinta todo el mar
y todo el cielo un gran papel,
y todo hombre un escritor,
y cada hoja un pincel,
para escribir de tal amor,
las aguas no bastarĆan;
ni desde acĆ” al sol allĆ”,
palabras nunca cabrĆan.
Y cuando el mundo pasarĆ”
con cada trama y plan carnal,
y todo reino caerĆ”
con cada trono mundanal,
el gran amor del Redentor
por siempre durarĆ”.
La gran canciĆ³n de salvaciĆ³n
su pueblo entonarĆ”.
520
IsaĆas 4.6, 32.2; Mateo 7.25
La PeƱa fuerte, el santo Dios,
nos guarda de la tempestad.
Busquemos pues su protecciĆ³n;
nos guarda de la tempestad.
c
En tierra calurosa JesĆŗs nos da
su sombra, sĆ, su sombra, sĆ.
JesĆŗs es el peƱasco que sombra da;
nos guarda de la tempestad.
De dĆa templa el gran calor;
nos guarda de la tempestad.
Da paz de noche en derredor;
nos guarda de la tempestad.
La PeƱa de mi corazĆ³n,
nos guarda de la tempestad.
En cada amarga tentaciĆ³n,
nos guarda de la tempestad.
521
Juan 21.1; Salmo 147.3; IsaĆas 49.15
Oye mi alma, es el SeƱor;
no desprecies su amor.
Cristo habla y es a ti:
Ā«Di si me amas tĆŗ a mĆĀ».
Ā«Cuando atado te librĆ©,
cuando herido te sanƩ;
cambiƩ tu oscuridad
por la luz de la verdadĀ».
Ā«No varĆa mi amor,
nunca pierde su valor;
mƔs profundo que el mar,
es eterno y sin parĀ».
Ā«Puede la madre olvidar
al hijo de su amor.
SĆ, su amor podrĆ” variar;
Yo no voy a cambiarĀ».
Mi lamento es, SeƱor,
que tan frĆo es mi amor.
Yo deseo amarte mƔs;
esta gracia me darƔs.
522
Juan 19.18, 20.1; Hechos 10.38
Buscando perdidos, Ā”oh SeƱor!
dejaste el trono de gloria.
Al mundo viniste con amor,
Ā”oh maravillosa historia!
c
Ā”Oh maravillosa historia!
JesĆŗs naciĆ³ en BelĆ©n.
Ā”Oh maravillosa historia!
Ćl muriĆ³ en JerusalĆ©n.
Haciendo el bien, Ā”oh SeƱor!
a todos en el mundo,
TĆŗ les mostraste el amor
de tu corazĆ³n profundo.
Levantado en cruz, Ā”oh SeƱor!
entre dos malhechores;
asĆ despreciaron tu amor
los indignos pecadores.
Mas resucitado, Ā”oh SeƱor!
sacerdotes no pudieron
guardarte en tumba con furor,
ni soldados te vencieron.
523
Hebreos 5.9; Romanos 2.7
Escucha pobre pecador,
en Cristo hay perdĆ³n.
Oh ven a Ćl y cree en Ćl,
en Ćl hay salvaciĆ³n.
c
Ven a Cristo, ven a Cristo,
ven a Emanuel,
y la vida, vida eterna, hallarĆ”s en Ćl.
Por redimirte el Salvador
su sangre derramĆ³,
y en la vergonzosa cruz
tu redenciĆ³n obrĆ³.
Camino cierto es JesĆŗs
que lleva a la paz.
Pues ven a Ćl, y cree en Ćl;
descanso hallarƔs.
Ven con el santo pueblo fiel,
dejando todo mal.
AsĆ la paz de Dios tendrĆ”s
y gloria inmortal.
524
Cantares 5.10; 1 Corintios 3.13; 1 Juan 3.2; Apocalipsis 22.20
Esperando la venida del SeƱor,
que esto sea nuestro anhelo por amor.
Ā”Nuestro amado, seƱalado,
seƱalado entre diez mil!
Pues el mismo Jesucristo va a venir;
a su Iglesia, su SeƱor ha de recibir;
el Glorioso, y Precioso,
tan precioso no tarda ya.
En el tribunal de Cristo se verĆ”
de la obra nuestra cuƔnto nos valdrƔ.
ĀæYa quemada, o premiada,
o premiada, cuƔl serƔ?
Anhelamos pronto verte, oh SeƱor,
esperando la trompeta con fervor;
semejantes cuanto antes,
cuanto antes, al SeƱor.
525
Juan 3.18; Mateo 11.28 al 30; Romanos 6.23
Grande promesa, oh pecador,
creyendo en Cristo, buen Salvador.
El que en Ćl crea, se salvarĆ”;
el que rechaza, perecerĆ”.
c
CrƩelo ahora, oh pecador;
acepta a Cristo, el Salvador.
La vida pasa, el fin vendrĆ”.
ĀæQuĆ© de tu alma? ĀæAdĆ³nde irĆ”?
Grande descanso, oh pecador,
viniendo a Cristo con tu dolor.
Su yugo es fƔcil, su carga honor;
todo se puede por el SeƱor.
Grande regalo, oh pecador,
la vida eterna, en el SeƱor.
Mas el pecado, pago tendrĆ”;
lago de fuego el Juez darĆ”.
526
Lucas 2.7, 22.42; Marcos 1.12; 1 Pedro 2.24, 3.18
Ā”QuĆ© maravilla! AllĆ en un establo
nace tierno niƱo, llĆ”mase JesĆŗs.
Magos adoran; buscan Herodes;
Dios le ha mandado a traer la luz.
c
Mi precioso Salvador amante
vino a salvarme, vive por guardarme,
y hasta ver en gloria a mi Amado,
quiero consagrarle todo mi ser.
Ā”QuĆ© maravilla! Ya en el desierto,
entre fieras visto, estĆ” el solo Dios.
Hambre le acosa, SatanƔs le tienta,
Ć”ngeles asisten, sĆguenle en pos.
Ā”QuĆ© maravilla! Entra en el huerto;
con voz lamentable ruega el SeƱor:
Ā«Si es posible, pase esta copaĀ»,
y su sangre corre en mortal sudor.
Ā”QuĆ© maravilla! Cuelgan al madero
al divino Hombre, mƔximo Creador.
Por malos sufre, por impĆos muere;
y asĆ comprueba que Dios es amor.
527
Lucas 2.10; Hechos 8.8; 1 Pedro 1.8
Yo sĆ© que JesĆŗs muriĆ³ por mĆ,
porque la Biblia dice asĆ,
por todo pecador.
c
Ā”Oh quĆ© grande gozo!
Grande, grande gozo.
Ā”Oh quĆ© grande gozo!
JesĆŗs muriĆ³ en la cruz por mĆ.
JesĆŗs te ama, pecador,
Āæpor quĆ© desprecias su amor,
dejando de creer?
Os dice Cristo: Ā«A mĆ venid,
llevad la cruz, a mĆ seguid,
hay galardĆ³n allĆ”Ā».
El Salvador en gloria estĆ”,
de donde pronto volverĆ”,
su pueblo a llevar.
528
2 Corintios 4.4; 1 Corintios 13.13; IsaĆas 58.11; 1 Juan 2.16
Acudid a Cristo, porque
Ćl da felicidad.
El brillo de este mundo es
engaƱo y vanidad.
Cristo es amigo fiel;
a aquel que cree en Ćl
da mejores goces que este mundo da.
c
Da mejores goces
que este mundo da;
al creyente salva del poder del mal.
SaciarĆ” tu corazĆ³n
de esperanza, fe y amor.
Da mejores goces
que este mundo da.
Acudid a Cristo, porque
Ćl quiere daros paz.
Su amor destierra la aflicciĆ³n
y trae el gran solaz.
Contesta la oraciĆ³n,
consuela el corazĆ³n;
da mejores goces que este mundo da.
Acudid a Cristo, porque
Ćl da la libertad.
Lo bueno y agradable es
hacer su voluntad.
Ciega el diablo al pecador;
y no sabe que el SeƱor
da mejores goces que este mundo da.
529
Ćxodo 12.13; Salmo 51.7
Mi Redentor muriĆ³ en la cruz,
por pecadores todo Ćl pagĆ³.
Quien le reciba no temerĆ”,
ya sus maldades JesĆŗs perdonĆ³.
c
Cuando Dios la sangre ve
que el Hijo derramĆ³,
en la cual el pecador
se lavĆ³, Dios verĆ” con favor.
A los peores Ćl salvarĆ”;
como promete, asĆ lo harĆ”.
En Ćl confĆa, Ā”oh pecador!
vida eterna darƔ el SeƱor.
Ā”QuĆ© maravilla de gran amor,
Cristo mostrĆ³ por el pecador!
El que creyere salvo serĆ”;
goces eternos Ć©l disfrutarĆ”.
El juicio viene, allĆ estarĆ”s;
si le rechazas, triste saldrƔs.
No te detengas, ven a JesĆŗs,
quien tus pecados llevĆ³ en la cruz.
530
Juan 19.30, 3.36
Ā«Consumado estĆ”Ā», dijo el Salvador.
ĀæQuĆ© le puedes aƱadir, pobre pecador?
De tus obras nada Cristo quiere ver,
sino de lo alto has de renacer.
c
Ā”Gloria al Salvador! todo es hecho ya.
En la cruz Ćl dijo: Ā«Consumado estĆ”Ā».
Ā”Gloria al Salvador! Ā«Consumado estĆ”Ā».
Ā«Consumado estĆ”Ā», dijo el Salvador.
Muchos desconfĆan, dudan de su amor;
tratan de indigna la Palabra fiel;
al infierno bajan despreciando a Ćl.
Ā«Consumado estĆ”Ā». Suene por doquier;
salvos sois por gracia,
nada hay que hacer.
El que cree en Cristo, vida gozarĆ”;
el que le rechaza se condenarĆ”.
531
Lucas 24.27,44; Hebreos 10.5
La Biblia revela a Cristo:
la Ley nos da sombras de Ćl;
profetas su muerte decĆan,
los Salmos tambiƩn cual vergel.
c
Velado en carne Ćl vino;
la vida a Dios consagrĆ³.
Ćl fue al Calvario, varĆ³n solitario,
y todas mis culpas borrĆ³.
Abel con altar le predijo;
Abraham a su hijo atĆ³;
MoisĆ©s ofreciĆ³ el cordero;
a todos la sangre salvĆ³.
Entonces el Verbo eterno
en carne entre hombres morĆ³.
Al fin seƱalole el Bautista
y Dios de los cielos hablĆ³.
Llevando la cruz tan pesada,
al monte Calvario subiĆ³.
Y Dios escondiole el rostro,
cuando Ćl mis pecados cargĆ³.
La muerte no pudo vencerle;
al cielo entonces subiĆ³,
de donde espera su pueblo
a Aquel que asĆ les amĆ³.
532
Hechos 2.22; 1 Reyes 10.7; Apocalipsis 5.13
De Cristo cada dĆa
quiero yo mƔs cerca estar;
Ćl es mi Rey amable,
mi precioso Salvador.
No puedo en todo el mundo
amigo cual JesĆŗs hallar,
quien maravillas hace
y prodigios sin cesar.
c
JamƔs podrƔn contarme
de Cristo la mitad
de su amor divino,
su poder y majestad.
Ya miro cerca el dĆa
del regreso del SeƱor.
Y yo, con muchos santos,
al encuentro sin igual,
iremos a las nubes,
alabando con fervor
a Cristo el Rey glorioso
cuyo reino es eternal.
Y cuando estemos salvos
en su reino celestial,
jamƔs nos cansaremos
de servir al Salvador.
Gozosos alzaremos
nuestro cƔntico triunfal,
y de arpas mil los ecos
subirƔn en su loor.
533
Deuteronomio 16.17; Salmo 73.17, 116.12,13, 126.3
Cuando tempestades hay en derredor
y desanimados sois y con temor,
ved las bendiciones que el SeƱor os da,
y contadlas todas; son de JehovĆ”.
c
Ved lo mucho que el SeƱor os da.
Ved lo mucho que el SeƱor os da.
Bendiciones: son de nuestro Dios.
Ved las bendiciones que el SeƱor os da.
Cuando veis a otros con su rico haber,
y tenƩis tan poco en vuestro poder,
ved las bendiciones que el SeƱor os da,
y contadlas todas; son de JehovĆ”.
Cuando en la lucha con el tentador,
recordad a Cristo y su gran amor.
Ved las bendiciones que el SeƱor os da,
y contadlas todas; son de JehovĆ”.
534
Lucas 7.38, 10.39; Apocalipsis 1.17
ĀæQuiĆ©n es Ćl que con baldĆ³n
nace fuera del mesĆ³n?
c
Es JesĆŗs, Ā”oh quĆ© historia!
Es JesĆŗs, el Rey de gloria.
A sus pies es mi lugar,
alabando sin cesar.
ĀæQuiĆ©n es Ćl que ora asĆ,
postrado en GetsemanĆ?
ĀæQuiĆ©n es Ćl por hombres mil
levantado en cruz tan vil?
ĀæQuiĆ©n, pues, al resucitar,
con poder puede salvar?
ĀæQuiĆ©n es Ćl que bajarĆ”,
y todo ojo le verĆ”?
535
1 Corintios 3.11; Deuteronomio 32.4,15,31
Es mi Ćŗnica solicitud
JesĆŗs, su muerte y su virtud.
No sigo de otros blanda voz;
acudo a su llamar veloz.
c
En Cristo estoy, mi roca es Ćl,
no hay otro fundamento fiel.
En Cristo estoy, mi roca es Ćl,
no hay otro fundamento fiel.
Si largo el viaje pareciĆ³,
jamĆ”s su gracia me faltĆ³.
Si ruge fiera tempestad,
es mi ancla ya su gran bondad.
Aunque me asalten olas cien,
su cruz, su sangre es mi sostƩn.
Apoyo humano faltarĆ”,
mas salvo soy si corro allĆ”.
De la final trompeta al son
me esconderĆ© en su corazĆ³n.
Vestido de su santidad,
irƩ al trono en claridad.
536
Apocalipsis 1.5; Romanos 3.25; Hebreos 9.22
ĀæQuĆ© me puede dar perdĆ³n?
SĆ³lo de JesĆŗs la sangre.
ĀæY un nuevo corazĆ³n?
SĆ³lo de JesĆŗs la sangre.
c
Precioso es el raudal
que limpia todo mal.
No hay otro manantial,
sĆ³lo de JesĆŗs la sangre.
No hay otra salvaciĆ³n,
sĆ³lo de JesĆŗs la sangre.
Quita la condenaciĆ³n
sĆ³lo de JesĆŗs la sangre.
CantarƩ junto a sus pies:
Ā«SĆ³lo de JesĆŗs la sangre.
Ā”El Cordero digno es!
SĆ³lo de JesĆŗs la sangreĀ».
537
Juan 4.14, 7.37; Lucas 22.20
Del agua de vida quien quiera beber,
y arrepentido en Cristo creer,
de todo pecado librado serĆ”,
pues Cristo por siempre al tal salvarĆ”.
c
El don es de balde. JesĆŗs es capaz
de satisfacer con dulcĆsima paz
al hombre que acepta su pleno perdĆ³n,
fiado en la sangre por su salvaciĆ³n.
Mediante la sangre que Cristo vertiĆ³
del infeliz reo el rescate pagĆ³,
y el Padre le brinda por cƩlico amor
con sus bendiciones en Cristo el SeƱor.
538
1 Pedro 1.19, 5; IsaĆas 1.18
Ā”Sangre! sangre tan preciosa
del SeƱor JesĆŗs;
Ćl borrĆ³ nuestros pecados
en la cruz.
Sangre pura que nos salva,
nos redime ya.
Paz perfecta sin mis obras
Dios me da.
Ā”Sangre! Sangre tan preciosa;
no resistas mƔs.
Su eficacia en salvarte,
la verƔs.
Tus pecados son tan rojos
como el carmesĆ.
Esta sangre poderosa
es por ti.
Sangre de JesĆŗs, valiosa,
libre para mĆ;
que me guarda de pecado,
aun aquĆ.
Cuando en gloria estaremos,
junto con JesĆŗs,
con las huestes cantaremos
de la cruz.
539
GƔlatas 2.20; 1 Timoteo 1.15; Cantares 8.7
OĆ hablar de un Salvador,
quien por mĆ, quien por mĆ,
el mƔs indigno pecador,
aun por mĆ, aun por mĆ,
su patria celestial dejĆ³,
forma de hombre Ćl tomĆ³,
y en vil cruz su vida dio,
aun por mĆ, aun por mĆ.
Crucificado fue JesĆŗs,
aun por mĆ, aun por mĆ,
y abandonado de su Dios
fue por mĆ, fue por mĆ.
Tu voz me dice, Salvador:
Ā«Llevado por intenso amor,
por ti sufrĆ tanto dolor,
sĆ, por ti, sĆ, por tiĀ».
540
Hebreos 4.15; Juan 14.27; Proverbios 17.17, 18.24
ĀæHay aquĆ quien nos ayude,
quien comprenda nuestro ser,
cuando el alma estĆ” transida de dolor?
ĀæHay quien sienta simpatĆa,
nuestra condiciĆ³n al ver,
y nos dƩ lo que deseamos con amor?
c
Uno hay, uno hay;
en Cristo el bendito uno hay.
Cuando viene aflicciĆ³n
a nuestro corazĆ³n,
un amigo hay en Cristo, uno hay.
ĀæHay aquĆ quien nos ayude
nuestra carga a llevar,
aunque grave y difĆcil pueda ser?
ĀæHay quien quiera con ternura
al caĆdo levantar,
y en sus brazos amorosos recoger?
ĀæHay aquĆ quien nos ayude,
quien nos dƩ tranquilidad
cuando estamos bajo el peso del dolor?
ĀæQuien al pecador ofrezca
el perdĆ³n de su maldad,
y por Ć©l se sacrifique con amor?
541
1 Timoteo 1.12; 1 Juan 3.2; Filipenses 4.7
En Cristo amor abunda,
en Ćl hay redenciĆ³n;
en Ćl manĆ” diario,
en Ćl consolaciĆ³n.
En Ćl hay paz y gozo,
en Ćl tranquilidad;
en Ćl salud completa,
en Ćl serenidad.
c
Ā”En Ćl, en Ćl!
Su santo servicio es un gran honor.
Ā”En Ćl, en Ćl! Ā”Sublime Salvador!
En Ćl descanso ahora,
mi boca llena estĆ”
de todos sus favores
que Ćl a mĆ me da.
JesĆŗs, yo te adoro,
porque me guardas, sĆ,
en paz y gracia firme,
sirviendo sĆ³lo a Ti.
Mas cuando vea a Cristo,
su rostro a contemplar,
entonces en su imagen,
fƔcil serƔ adorar
con himnos de alabanza
por su humanidad,
y dar a Ćl la gloria
por la eternidad.
542
Lamentaciones 3.19; Lucas 22.44; Salmo 42.7
Ve a Cristo, alma fiel,
Ćl por ti bebiĆ³ la hiel.
Tu rescate Ćl comprĆ³
y del mal te libertĆ³.
Maravilla de su amor,
se humanĆ³ el Salvador.
Medita en GetsemanĆ
sudor cual sangre cae allĆ.
Ve las olas avanzar
su alma santa a llenar.
Enteramente a Ćl cayĆ³
la ira que a mĆ tocĆ³.
AdorƩmosle con fe;
Ćl es digno yo lo sĆ©.
Toma, SeƱor, mi corazĆ³n
comprado por tamaƱo don.
543
Salmo 73.24, 45.2, 84.11; JeremĆas 18.6
GuĆame siempre, oh mi SeƱor;
guĆame siempre en tu amor,
hasta que todos vean en mĆ
la gracia libre que viene de Ti.
544
Hechos 10.43, 17.32, 26.28; Hebreos 12.25
Otra vez el evangelio
escuchaste, pecador;
otra vez la voz de Cristo
te ha hablado con amor.
c
Ven creyendo, ven creyendo;
ven a Cristo y vivirƔs.
Ven creyendo, ven creyendo;
ven a Cristo y vivirƔs.
Tu alma es campo de batalla
entre el diablo y JesĆŗs;
quiere SatanƔs tu muerte,
Cristo quiere tu salud.
RĆndete a Cristo y deja
tu atrevida rebeliĆ³n.
Vuelve a Dios contrito ahora,
y recibe su perdĆ³n.
545
Efesios 2.3,12; Romanos 5.8; Tito 1.4
AƱos mi alma en vanidad viviĆ³,
ignorando a quien por mĆ sufriĆ³,
o que en el Calvario padeciĆ³
el Salvador.
c
Mi alma allĆ divina gracia hallĆ³;
Dios allĆ perdĆ³n y paz me dio.
Del pecado allĆ me libertĆ³
el Salvador.
Por la Biblia miro que pequƩ,
y su ley divina quebrantƩ.
Mi alma entonces contemplĆ³ con fe
al Salvador.
Toda mi alma a Cristo ya entreguƩ;
hoy le quiero y sirvo como a Rey.
Por los siglos siempre cantarƩ
al Salvador.
En la cruz su amor Dios demostrĆ³,
y de gracia al hombre revistiĆ³,
cuando por nosotros se entregĆ³
el Salvador.
546
Salmo 8.1, 19.1; Job 36.26; 1 Timoteo 1.15; Apocalipsis 5.12
SeƱor mi Dios, al contemplar los cielos,
el firmamento y las estrellas mil,
al oir tu voz en los potentes truenos,
y ver brillar el sol en su cenit...
c
Mi corazĆ³n entona la canciĆ³n:
Ā«Ā”CuĆ”n grande es Ćl, cuĆ”n grande es Ćl!Ā»
Mi corazĆ³n entona la canciĆ³n:
Ā«Ā”CuĆ”n grande es Ćl, cuĆ”n grande es Ćl!Ā»
Al recorrer los montes y los valles,
y ver las bellas flores al pasar,
al escuchar el canto de las aves,
y el murmurar del claro manantial...
Cuando recuerdo del amor divino
que desde el cielo al Salvador enviĆ³,
aquel JesĆŗs, que por salvarnos vino
y en una cruz sufriĆ³, por mĆ muriĆ³...
Cuando el SeƱor me llame
a su presencia,
al dulce hogar, al cielo de esplendor,
le adorarƩ, cantando la grandeza
de su poder y de su gran amor.
547
Marcos 8.36; Lucas 18.23; Salmo 107.35
Si yo gano el mundo y pierdo a Cristo,
ĀæquĆ© provecho para mĆ serĆ”?
Si en traje mundanal me visto,
ĀæcuĆ”l loor el mundo me darĆ”?
Si yo tengo a Cristo por mi amigo,
si yo estoy confiando en su poder,
Ćl promete siempre andar conmigo,
y lo necesario proveer.
Si tuviera yo mundanos bienes,
y ganara fama sin igual,
tĆŗ, oh mundo vil, ĀæquĆ© premio tienes
que iguale a vida eternal?
Por gozar placeres sin medida,
y amigos, tierra y amor,
Āædebo yo perder, en mi salida
de la vida aquĆ, el Salvador?
Sin JesĆŗs, Ā”cuĆ”n triste estĆ” el alma!
Ā”CuĆ”n vacĆo el corazĆ³n sin Ćl!
SĆ³lo Ćl torna tempestad en calma,
y desierto seco en un vergel.
Sin JesĆŗs hay sĆ³lo noche oscura,
miserable, triste soledad.
ĀæQuĆ© serĆa morar en la negrura,
sin alivio por la eternidad?
548
GĆ©nesis 2.24; Hebreos 13.4; Romanos 8.35; Efesios 3.19; Juan 2.2; Efesios 5.25,33
Dios bendiga las almas unidas
por los lazos de amor sacrosanto,
y las guarde de todo quebranto
en el mundo de espinas erial.
Que el hogar que
a formarse comienza
con la uniĆ³n de estos dos corazones,
goce siempre de mil bendiciones
al amparo del Dios de Israel.
Que el SeƱor, con su dulce presencia,
cariƱoso estas bodas presida,
y conduzca por sendas de vida
a los que hoy se han jurado lealtad.
Les recuerde que nada en el mundo
es eterno, que todo termina,
y por tanto con gracia divina
cifrar deben la dicha en su Dios.
Que los dos que ante Ti se aproximan
a jurarse su fe mutuamente,
busquen siempre de Dios en la fuente
el secreto de dicha inmortal.
Y si acaso de duelo y tristeza
se empaƱasen sus sendas un dĆa,
en JesĆŗs hallarĆ”n dulce guĆa
que otra senda les muestre mejor.
549
Judas 25; 1 Timoteo 6.15,16
Dulzura sin igual allĆ”
se ve en el Salvador.
El que muriĆ³, sentado estĆ”
en majestad y honor,
en majestad y honor.
NingĆŗn mortal jamĆ”s podrĆ”
con Cristo comparar.
Ćl es el mĆ”s hermoso allĆ”,
que en gloria he de mirar,
que en gloria he de mirar.
Me vio hundido en aflicciĆ³n,
me vino a rescatar.
Por mĆ sufriĆ³ crucifixiĆ³n,
llevando mi pesar,
llevando mi pesar.
Le debo todo lo que soy;
me alegra el corazĆ³n.
La muerte no me asusta hoy:
habrĆ” resurrecciĆ³n,
habrĆ” resurrecciĆ³n.
Por tal bondad le soy deudor;
quisiera hoy poder
mil corazones, al SeƱor,
en gracias ofrecer,
en gracias ofrecer.
550
Mateo 13.55; Hebreos 10.5, 1.3; Marcos 15.34; Lucas 24.51
No vimos cuando TĆŗ, SeƱor,
dejaste el trono celestial;
y nunca fuimos, Salvador,
a tu pesebre terrenal.
Pero sabemos que es verdad:
aquĆ naciste en humildad,
aquĆ naciste en humildad.
JamƔs entramos al hogar
del carpintero en Nazaret;
y no te vimos caminar
a orillas del Genesaret.
Pero sabemos que es verdad:
velaste tu divinidad,
velaste tu divinidad.
No te pudimos escuchar
orando en el GetsemanĆ;
y no te oĆmos exclamar:
Ā«ElĆ, lama sabactaniĀ».
Pero sabemos que es verdad:
moriste por la humanidad,
moriste por la humanidad.
La tumba no pudimos ver
despuĆ©s de tu resurrecciĆ³n;
y no te vimos ascender
despuĆ©s de dar tu bendiciĆ³n.
Pero sabemos que es verdad:
sentado estƔs en majestad,
sentado estƔs en majestad.
SĆ, te veremos, oh SeƱor,
pues prometiste regresar;
y te esperamos, Salvador,
morada fuiste a preparar.
Nos gozaremos, en verdad,
contigo por la eternidad,
contigo por la eternidad.
551
1 Corintios 11.23 al 30, 10.16
El pan, la copa, aquĆ en medio estĆ”n;
dos sĆmbolos que nos ayudarĆ”n
memoria hacer de Ti, Ā”oh Salvador!
al celebrar Ā«la cena del SeƱorĀ».
Aunque invisible, TĆŗ tambiĆ©n estĆ”s,
y el tema de esta reuniĆ³n serĆ”s.
Para adorar, el Padre nos buscĆ³;
su Santo EspĆritu nos congregĆ³.
Tu cuerpo santo Dios lo preparĆ³;
grande misterio: en Ti Ćl habitĆ³.
Comiendo el pan, lo hacemos con temor
al discernir Ā«el cuerpo del SeƱorĀ».
En esta copa vemos bendiciĆ³n,
pues TĆŗ bebiste ya la maldiciĆ³n.
Sobre la cruz vertiste, con amor,
sangre preciosa por el pecador.
El pan, la copa, quedarƔn atrƔs;
en gloria emblemas no usaremos mƔs.
Eternamente, ya no como aquĆ,
adoraremos, Ā”viĆ©ndote a Ti!
552
Mateo 18.20; GĆ©nesis 22.9; Salmo 22.1
Congregados en tu nombre,
invisible, estĆ”s aquĆ.
Eres Dios, y tambiƩn hombre;
Ā”oh, SeƱor! no hay otro asĆ.
A tu Padre le diremos
de las glorias de tu Ser,
aunque poco comprendemos
de lo que Ćl sĆ puede ver.
ĀæCĆ³mo fue que te humillaste
al venir hasta BelƩn,
y en el GĆ³lgota colgaste,
fuera de JerusalƩn?
De tu Padre, Hijo Amado,
cual Isaac sobre el altar;
por tu Dios desamparado,
sin carnero en tu lugar.
ĀæCuĆ”nto fue lo que sufriste
en la cruz por nuestro mal?
ĀæCĆ³mo fue que TĆŗ moriste
siendo Dios, el Inmortal?
En la gloria te veremos
sobre el trono, en majestad,
y, SeƱor, aprenderemos
mƔs de Ti en la eternidad.
553
Lucas 22.19; 1 Corintios 11.25
SeƱor, la misma noche
de angustia y de dolor,
cuando entregado fuiste
por mano del traidor,
tu dulce voz oĆmos:
Ā«Memoria haced de mĆĀ».
Con gratitud queremos
memoria hacer de Ti.
Pensamos en las horas
de negra oscuridad,
las olas y las ondas:
Ā”SeƱor, quĆ© tempestad!
Tu inmenso amor y gracia
se demostrĆ³ allĆ.
Deseamos, conmovidos,
memoria hacer de Ti.
Te vemos exaltado
por tu resurrecciĆ³n;
cabeza de tu Iglesia,
gloriosa posiciĆ³n.
Por gracia en Ti aceptos,
rodeĆ”moste aquĆ.
Sublime el privilegio
memoria hacer de Ti.
Y hasta que TĆŗ vengas
tu Iglesia a arrebatar,
a compartir tu gloria
y en tu presencia estar,
tal gozo anticipando,
queremos hoy asĆ,
tu muerte anunciando,
memoria hacer de Ti.
554
Juan 1.1,14; 1 Pedro 1.12
Eres el Verbo eternal,
Hijo Ćŗnico de Dios;
su manifestaciĆ³n final,
Hijo de su amor.
c
TĆŗ eres digno, oh SeƱor,
de recibir ferviente loor,
de recibir ferviente loor.
La gloria de tu Padre Dios
en Ti se revelĆ³;
en Ti la plenitud de Dios
en hombre habitĆ³.
Imagen de invisible Dios;
de luz el resplandor;
esencia del divino ser
se ve en tu corazĆ³n.
Ni Ɣngel puede comprender
misterio tan veraz.
El Padre sĆ³lo de tu ser
es de entender capaz.
AmƔndote en quien su amor
el Padre derramĆ³,
tus miembros gozan del favor
de quien te aceptĆ³.
Del universo entero, su
centro y sol serƔs.
Los cƔnticos y el loor
por siempre gozarƔs.
555
1 Timoteo 1.12 al 17
Gloria a Ti, AltĆsimo SeƱor,
Ā”mi Salvador!
Sentado en alta majestad y honor,
Ā”te doy loor!
Tu pueblo al disfrutar tu plenitud
eleva su profunda gratitud.
Triste la noche; angustia y gran dolor,
— Ā”GetsemanĆ! —
cual sangre son las gotas de sudor
que caen allĆ.
ĀæLa voluntad del Padre es para Ti
beber la copa amarga en vez de mĆ?
De espinas coronado en la cruz,
Ā”quĆ© crueldad!
Oh, Āæpor quĆ© a mĆ mostrar, SeƱor JesĆŗs,
tan gran bondad?
Ā”CuĆ”nto quisiera mi alma comprender
amor tan vasto en tu divino ser!
Tu sangre tan preciosa en expiaciĆ³n
vertiste allĆ
para salvarme de la perdiciĆ³n;
Ā”loor a Ti!
Nada podrĆ” cambiar tu gran favor,
ni separarme de tu eterno amor.
Inagotable cual inmenso mar
tu amor por mĆ.
Profundo amor, que no podrƩ sondear,
encuentro en Ti.
Cuando a tus pies en gloria estarƩ,
por el Calvario aĆŗn te alabarĆ©.
556
Salmo 19.14; Hechos 4.12
Ā”Oh! que tuviera lenguas mil
del Redentor cantar,
las glorias de mi Dios y Rey,
los triunfos de su amor.
Bendito mi SeƱor y Dios,
te quiero proclamar;
decir al mundo en derredor
tu nombre sin igual.
Dulce es tu nombre para mĆ,
pues quita mi temor;
en Ćl hay salud y paz
para el pobre pecador.
Rompe cadenas del pecar,
al preso librarĆ”.
Su sangre limpia al ser mƔs vil.
Ā”Gloria a Dios! soy limpio ya.
557
Romanos 8.12; Lucas 16.5
Mi vida di por ti,
mi sangre derramƩ.
Por ti inmolado fui,
por gracia te salvƩ.
Por ti, por ti mi vida di,
ĀæquĆ© has dado tĆŗ por mĆ?
Mi celestial mansiĆ³n,
mi trono de esplendor,
dejƩ por rescatar
al mundo pecador.
SĆ, todo Yo dejĆ© por ti,
ĀæquĆ© dejas tĆŗ por mĆ?
Reproches, aflicciĆ³n
y angustias Yo sufrĆ.
La copa amarga fue
que Yo por ti bebĆ.
Reproches Yo por ti sufrĆ,
ĀæquĆ© sufres tĆŗ por mĆ?
De mi celeste hogar
te traigo el rico don
del Padre Dios de amor,
la plena salvaciĆ³n.
Mi don de amor te traigo a ti,
ĀæquĆ© ofreces tĆŗ por mĆ?
558
JeremĆas 31.3; 1 Juan 4.19
ĀæLejos viniste, oh Amado,
para buscarme a mĆ?
Desde la gloria del cielo
vine a buscarte a ti.
De alturas ya invisibles,
tras los planetas y el sol;
inmensurable distancia
vine por ti en amor.
ĀæMucho dejaste, oh Amado,
cuando viniste por mĆ?
Hogar en el seno del Padre;
esto dejƩ Yo por ti.
Tras la canciĆ³n y homenaje,
triste, perdido te vi.
La libertad, luz y gloria:
todo dejƩ Yo por ti.
ĀæMucho sufriste, oh Amado,
para traerme la luz?
Burla, azotes, espinas,
muerte atroz en la cruz.
Ira de Dios, Ā”quĆ© tristeza!
Su pena cayĆ³ sobre mĆ;
bajo la vara de enojo,
por culpa tuya sufrĆ.
Y, ĀæcuĆ”nto tiempo, mi Amado,
hace que me amas asĆ?
Antes que el mundo fue hecho,
ya mi esposa escogĆ.
Antes que seres celestes
daban excelso loor,
a Dios ofrecĆ inmolarme.
Ā”Eterno, eterno mi amor!
559
1 Corintios 15.43; Juan 13.7
Cuando al fin en paz lleguemos
a la patria celestial,
al SeƱor alabaremos
en concierto universal.
Estas pruebas y aflicciones
terrenales cesarƔn,
y su faz, sin distracciones,
nuestros ojos mirarƔn.
c
Ā”Oh quĆ© dĆa tan glorioso!
Nubes negras ya no habrĆ”
cuando allĆ”, en pleno gozo,
Dios las penas quitarĆ”.
Todos ya resucitados,
nuestros cuerpos brillarƔn;
y por Dios perfeccionados,
al cumplir su eterno plan;
aunque aquĆ, en las penumbras
de este valle de dolor,
fue difĆcil, entre sombras,
ver propĆ³sitos de amor.
Olvidar jamƔs podremos
su cuidado y compasiĆ³n,
pues allĆ” recordaremos
su ternura en la aflicciĆ³n.
Nos guiĆ³ por el camino,
nuestras cargas Ćl llevĆ³;
con poder y amor divino,
nunca nos abandonĆ³.
De las pruebas de la vida
Dios darĆ” su explicaciĆ³n:
toda duda esclarecida
y el porquĆ© de la aflicciĆ³n.
Juntos nos asombraremos
del diseƱo de su plan,
y sin lƔgrimas veremos
la razĆ³n de nuestro afĆ”n.
560
Romanos 12.1; Filipenses 2.17, 4.18; 2 Corintios 8.5
Cuando allƔ, al SeƱor mirarƩ:
sonriente faz, hermosa faz.
Ante Ćl yo me preguntarĆ©:
ĀæPor quĆ© no le di mucho mĆ”s?
c
MƔs, mucho mƔs,
mĆ”s de mi vida, Āæno fui capaz?
Ante Ćl yo me preguntarĆ©:
ĀæPor quĆ© no le di mucho mĆ”s?
Cuando allĆ”, y Ćl su mano me dĆ©
— manos asĆ, Ā”nadie jamĆ”s! —
ante Ćl, yo me preguntarĆ©:
ĀæPor quĆ© no le di mucho mĆ”s?
En la luz de ese bello hogar,
con el SeƱor, viendo su faz,
ante Ćl, yo podrĆ© recordar
que un dĆa yo quise dar mĆ”s.
c
Hoy, desde hoy,
toda mi vida en ofrenda le doy;
porque asĆ, sin reservas pondrĆ©
ante Ćl lo que fui desde hoy.
561
2 Timoteo 4.6; 1 Juan 3.2
Al cumplir mi jornada
de esta vida terrenal,
del SeƱor JesĆŗs allĆ” recibirĆ©
muy cordial bienvenida
a su casa celestial;
su sonrisa es lo primero que verƩ.
c
Ā”Oh quĆ© gozo al conocerle!
Redimido, a su lado yo estarƩ.
Ā”Oh, quĆ© gozo al conocerle!
Y sus manos heridas yo verƩ.
Inefable experiencia cuando
al fin le mirarƩ;
esos ojos tan hermosos brillarƔn.
Por su misericordia
y su amor le alabarƩ,
y mis pies en calles de oro andarƔn.
Tengo amados en gloria,
mi llegada anhelan ver;
bien recuerdo despedidas con dolor.
Aunque ya transformados,
yo los voy a conocer,
pero quiero ver primero a mi SeƱor.
Revestido de blanco,
por las puertas entrarƩ
cuando llegue tan glorioso amanecer;
y en el coro celeste
con millones cantarƩ,
no sin antes a mi Cristo conocer.
562
Hechos 2.42; 1 Timoteo 2.1; Hechos 3.1
En la hora de oraciĆ³n,
juntos en humildad,
ante el trono de gracia,
y con necesidad,
confesando nuestro mal
y gozando el perdĆ³n,
Padre, somos tus hijos:
danos hoy tu bendiciĆ³n.
c
Ā”Oh, quĆ© bendiciĆ³n!
Ā”Grande consolaciĆ³n!
Nuestras almas descansan
en la hora de oraciĆ³n.
En la hora de oraciĆ³n,
damos gracias a Ti
que en el cielo
JesĆŗs intercede allĆ.
Ćl sufriĆ³ nuestro dolor,
compasiĆ³n nos tendrĆ”;
oportuno socorro,
sacerdote fiel serĆ”.
En la hora de oraciĆ³n,
no podemos dudar;
hoy confiamos que TĆŗ
nos podrƔs contestar.
Si es tu santa voluntad,
actuarƔs con poder;
Padre, ayĆŗdanos siempre
solamente a creer.
En la hora de oraciĆ³n,
quita el sueƱo de aquĆ,
la lecciĆ³n aprendamos
del GetsemanĆ:
Nuestra carne dƩbil es,
hay que orar sin cesar.
El SeƱor viene pronto:
Ā”sĆ, debemos hoy velar!
563
Filipenses 3.14; Ćxodo 32.29; Romanos 12.11
Quiero consagrarme hoy,
sin reservas todo doy.
Holocausto en el altar,
sĆ³lo a Dios quiero agradar,
sĆ³lo a Dios quiero agradar.
Mis oĆdos abrirĆ”s;
tuyo soy, me marcarƔs.
Cual esclavo en la antigĆ¼edad,
no me des mi libertad,
no me des mi libertad.
Manos listas para Ti,
diligencia ve en mĆ.
Sin pereza, con fervor,
servirƩ a mi SeƱor,
servirƩ a mi SeƱor.
Quiero que tu voluntad
cumplas sin dificultad.
Alfarero TĆŗ serĆ”s;
barro soy, que formarƔs,
barro soy, que formarƔs.
Esta voz podrƔs usar,
tu Palabra al proclamar.
Vaso humilde quiero ser
en que muestres tu poder,
en que muestres tu poder.
Mi dinero quiero dar,
nardo puro derramar
a tus pies. Yo sƩ SeƱor,
bien mereces lo mejor,
bien mereces lo mejor.
Y mis pies TĆŗ guiarĆ”s;
no me detendrƩ jamƔs.
MĆ”ndame, Āæa dĆ³nde irĆ©?
LlƔmame, te seguirƩ.
LlƔmame, te seguirƩ.
564
Romanos 6.11; Hebreos 13.5
Crucificado con Cristo estoy,
resucitado con Ćl vivo hoy,
mirando a Cristo confiado yo voy:
cada momento, SeƱor, tuyo soy.
c
Cada momento,
guardado en su amor;
cada momento con mi Salvador.
Mirando a Cristo confiado yo voy;
cada momento, SeƱor, tuyo soy.
Nunca en conflictos me abandonarĆ”,
nunca una lucha que Ćl no pelearĆ”,
nunca enemigos que Ćl no vencerĆ”:
cada momento su fuerza me da.
Nunca una prueba en que Ćl no estarĆ”,
nunca una carga que Ćl no llevarĆ”,
nunca una pena que Ćl no sentirĆ”:
cada momento Ćl me cuidarĆ”.
Nunca un gemido que Ćl no pueda oir,
nunca una angustia que Ćl no ha de sentir,
nunca un temor que Ćl no pueda extinguir:
cada momento conmigo ha de ir.
Nunca me deja en mi debilidad,
nunca termina su felicidad,
nunca varĆa su tierna amistad:
cada momento, Ā”quĆ© inmensa bondad!
565
Efesios 2.12; Lucas 13.25
Ā”Sin un Salvador, sin Cristo!
Oh, ĀæcĆ³mo puede ser?
Cual un barco sin piloto
en un tempestuoso mar.
c
Sin refugio ni esperanza,
sin JesĆŗs, Āæpor quĆ© vivir?
ĀæQuĆ© serĆ” morir sin Cristo?
Ā”QuĆ© terrible porvenir!
Sin un Salvador, sin Cristo,
Ā”quĆ© lĆŗgubre existir!
Sin alivio ni consuelo
ahora y en lo porvenir.
Sin un Salvador, sin Cristo,
sin un Amigo fiel:
triste es vivir sin Cristo.
ĀæQuĆ© serĆa morir sin Ćl?
Sin un Salvador, sin Cristo:
sin luz navegarƔs.
Ā”Oh, refĆŗgiate en Cristo!
pues sin Ćl te perderĆ”s.
Ā”Sin un Salvador, sin Cristo!
En Ćl confĆa ya;
antes de cerrar la puerta,
entra, y Ćl te salvarĆ”.
c
Con refugio y esperanza,
con JesĆŗs grato es vivir.
Ā”Oh, quĆ© paz morir con Cristo!
Ā”quĆ© glorioso porvenir!
566
Filipenses 2.8; Hebreos 2.9
Desde la gloria el Salvador
vino a morir por el pecador.
Hasta la cruz fue con gran amor:
Ćl muriĆ³ por mĆ.
c
Ćl muriĆ³ por mĆ,
Ćl muriĆ³ por mĆ;
canto con gozo de mi SeƱor,
Ćl muriĆ³ por mĆ.
Cristo pagĆ³ todo a mi favor,
obra costosa del Redentor.
Ya perdonado, no soy deudor:
Ćl muriĆ³ por mĆ.
Grata noticia de salvaciĆ³n:
ya no verĆ© la condenaciĆ³n.
Cristo llevĆ³ toda transgresiĆ³n,
Ćl muriĆ³ por mĆ.
567
Hechos 16.31; Juan 20.31
El mensaje antiguo es,
muy vigente a la vez;
oye hoy con interƩs,
Ā”crĆ©elo ahora!
Se te ofrece salvaciĆ³n,
vida eterna, paz, perdĆ³n,
y en el cielo una mansiĆ³n,
Ā”crĆ©elo ahora!
c
Ā”CrĆ©elo ahora! Ā”CrĆ©elo ahora!
ĀæPor quĆ© vas a demorar?
Ven hoy mismo sin tardar.
Ā”CrĆ©elo ahora! Ā”CrĆ©elo ahora!
Pues no siempre habrĆ” lugar.
Ā”CrĆ©elo ahora!
Ā«En la senda del error
ando yo, un pecador;
necesito al Salvador,
creo ahora.
Ā”QuĆ© destino tan atroz!
Ā”Ten piedad de mĆ, oh Dios!
A mi vicio dije: ‘AdiĆ³s’;
Ā”creo ahora!Ā»
Ā«En la cruz JesĆŗs muriĆ³;
Ćl por mĆ su vida dio.
Todo hecho ya quedĆ³,
creo ahora.
Ā”Oh, quĆ© gran seguridad!
Ā”Salvo por la eternidad!
Esta es mi oportunidad,
Ā”creo ahora!Ā»
568
JeremĆas 35.17; Lucas 13.34; Hebreos 2.3; GĆ©nesis 6.3
A ti, pecador, Dios llamƔndote estƔ.
ĀæEn vano le dejas llamar?
LlamĆ³ cuando en calma tu viaje iba bien,
llamĆ³ en la tormenta del mar.
c
Ā”Oh vuĆ©lvete ahora,
navega hacia el puerto!
pues Cristo es el ancla allĆ”.
Millones viajando sin rumbo
han muerto:
tu alma en peligro estĆ”.
Y tĆŗ, pecador, que no quieres oĆr,
muy sordo has sido a su voz;
te cansas de tanto escucharle llamar,
Āæy quĆ© si se cansara Dios?
Si hoy, pecador, el EspĆritu ya
decida alejarse de ti,
dejƔndote solo, no contenderƔ,
por mĆ”s que quisieras que sĆ.
Tal vez, pecador, la paciencia de Dios
muy pronto se pueda agotar,
y al puerto celeste al cual te llamĆ³
ya nunca te deje arribar.
569
Hechos 24.25 al 27, 26.28,29; AmĆ³s 4.12
Una lĆnea rebasa el que ignora al SeƱor,
y el EspĆritu no llama mĆ”s.
Con el mundo tĆŗ corres veloz, sin temor:
piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s?
c
Piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s?
hoy podrĆas morir;
tus placeres aquĆ dejarĆ”s.
Al infierno, sin Cristo,
tendrĆas que ir:
piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s?
ĀæCĆ³mo despreciarĆ”s el regalo de Dios,
por los vicios que tĆŗ amas mĆ”s?
De este mundo, quizƔs, quieres hoy ir en pos:
piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s?
En su misericordia Dios quiere salvar,
pero tiempo no siempre tendrƔs.
Hoy la puerta estĆ” abierta y puedes entrar:
piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s?
570
Mateo 7.14; Juan 1.43
Viajando al cielo arriba voy,
Āæquieres ir? Āæquieres ir?
De Dios la invitaciĆ³n te doy,
Āæquieres ir?
Millones han llegado ya,
con Cristo estƔn en gloria allƔ,
y tĆŗ que estĆ”s aĆŗn acĆ”:
Āæquieres ir? Āæquieres ir?
En calles de oro andarƩ,
Āæquieres ir? Āæquieres ir?
Ni penas ni dolor tendrƩ,
Āæquieres ir?
Celeste hogar Ā”quĆ© bendiciĆ³n!
ni enfermedad, ni maldiciĆ³n;
jamĆ”s habrĆ” separaciĆ³n.
ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir?
Camino angosto es JesĆŗs,
Ā”puedes ir! Ā”puedes ir!
La puerta estrecha abriĆ³ en la cruz,
Ā”puedes ir!
Creyendo en Ćl hay salvaciĆ³n,
seguridad, satisfacciĆ³n,
y no verĆ”s condenaciĆ³n.
Ā”Puedes ir! Ā”Puedes ir!
Ā«El cielo oyĆ³ mi decisiĆ³n:
Ā”sĆ irĆ©! Ā”sĆ irĆ©!
Acepto ya la invitaciĆ³n,
Ā”sĆ irĆ©!
A mis amigos digo ‘AdiĆ³s’,
caminarƩ de Cristo en pos,
por el Calvario llego a Dios.
Ā”SĆ irĆ©! Ā”SĆ irĆ©!Ā»
571
Lucas 17.11, 18.36, 19.1
ĀæHay corazĆ³n esperando,
triste, anhelando perdĆ³n?
Hoy Cristo viene pasando,
te ofrece tal bendiciĆ³n.
c
Cristo JesĆŗs va pasando
muy cerca de aquĆ.
Cristo JesĆŗs va pasando,
pasando cercano a ti.
ĀæHay corazĆ³n hoy vagando,
lejos, sin rumbo ni paz?
Cristo te viene buscando,
pasando allĆ donde estĆ”s.
ĀæHay corazĆ³n quebrantado,
que quiere ya descansar?
ĀæOyes de Cristo el llamado?
Pasando, Ćl puede salvar.
Ven, pecador, sin demora;
pronto JesĆŗs pasarĆ”,
y si no vienes ahora,
al irse, te dejarĆ”.
572
Lucas 15
La oveja se perdiĆ³;
tras ella el buen pastor,
dejando todo la buscĆ³,
movido por su amor.
Perdido asĆ me vi,
mas Cristo me encontrĆ³,
hasta la cruz Ćl fue por mĆ
y allĆ me rescatĆ³.
Moneda de valor
una mujer perdiĆ³;
con diligencia, luz, fervor,
su casa ella barriĆ³.
Perdido asĆ me vi,
mas Dios me pudo ver,
su EspĆritu obrĆ³ en mĆ,
y yo volvĆ a nacer.
El prĆ³digo saliĆ³
muy lejos del hogar;
perdidamente Ćl viviĆ³,
y quiso regresar.
Perdido asĆ me vi,
arrepentido estoy;
amor del Padre recibĆ,
y perdonado soy.
573
IsaĆas 7.14; Lucas 2.12,34; Mateo 12.39; ZacarĆas 12.10; Hechos 4.12; Romanos 10.9
SeƱal dada por Dios mismo
a un mundo pecador:
en BelƩn humilde virgen
dio a luz al Salvador.
Y pastores con gran gozo
adorĆ”ronle a Ćl,
niƱo envuelto en paƱales
en pesebre, el Emanuel.
c
Es JesĆŗs el seƱalado
quien te vino a buscar.
Es JesĆŗs y ningĆŗn otro
quien te puede hoy salvar.
Es JesĆŗs a quien tĆŗ debes
aceptar por Salvador.
Es JesĆŗs a quien tus labios
deben confesar SeƱor.
Cristo en cruz, seƱal divina
que traspasa el corazĆ³n;
contradicha es por muchos
cuyo fin es perdiciĆ³n.
Aquel cuerpo que en vida
era templo de su Dios,
destruido fue por hombres,
mas ya vive para nos.
Sepultado por tres dĆas,
luego Ćl resucitĆ³;
seƱal de JonƔs profeta
que al alma Dios nos dio.
Pronto el Cristo, Rey de Reyes,
desde el cielo bajarĆ”,
y el mundo despertado
su rechazo llorarĆ”.
574
Lucas 2.7; Hebreos 13.12; Lucas 13.25
Sin alcoba quieta, sin cuna, sin luz;
sĆ³lo un pesebre gozaba JesĆŗs.
Sin cantos alegres, sin lamentaciĆ³n;
lugar le prestaron fuera del mesĆ³n.
c
JesĆŗs estĆ” aĆŗn afuera,
Ā”Oh! hazle un hogar.
Que no te diga mƔs allƔ:
Ā«Ni tĆŗ tendrĆ”s lugarĀ».
Le echaron fuera de una ciudad,
cuando les hablaba
de gracia y verdad.
Le desconocieron al SeƱor de Sion;
le crucificaron fuera del mesĆ³n.
Mas no se ha ido nuestro Salvador;
Ćl quiere mostrarnos su grande amor.
Ćbrele la puerta de tu corazĆ³n:
es dĆa de gracia fuera del mesĆ³n.
575
GĆ©nesis 6 al 9
En los dĆas de NoĆ©
Dios avisĆ³ con tiempo que
lluvia del cielo iba a caer,
dƔndole muerte a todo ser.
c
Muchos no creyeron.
Muchos no creyeron.
Muchos no creyeron,
no seas tĆŗ asĆ.
Dios un arca diseĆ±Ć³
y este NoĆ© la construyĆ³.
Fue la manera de salvar
al que quisiera allĆ entrar.
c
SĆ³lo Cristo salva.
SĆ³lo Cristo salva.
SĆ³lo Cristo salva
al pobre pecador.
Hasta el arca fueron, sĆ,
los animales, porque allĆ
el Creador los protegiĆ³.
De dos en dos Ćl los llamĆ³.
c
Dios te estĆ” llamando,
Dios te estĆ” llamando,
Dios te estĆ” llamando,
no tardes en venir.
Mucha lluvia al fin cayĆ³;
toda la tierra se inundĆ³,
pero en el arca entrĆ³ NoĆ©
con su familia, y salvo fue.
c
Hoy la puerta es Cristo.
Hoy la puerta es Cristo.
Hoy la puerta es Cristo,
por fe puedes entrar.
Cuando el agua se secĆ³
Dios a NoĆ© le prometiĆ³:
Ā«Otro diluvio nunca habrĆ”Ā»,
y Ćl su palabra cumplirĆ”.
c
ĀæVes un arco iris?
ĀæVes un arco iris?
ĀæVes un arco iris?
AcuƩrdate de Dios.
576
Lucas 19.3; 1 Pedro 1.7
Un hombre de la antigĆ¼edad,
hastiado ya de todo,
sintiĆ³ la gran necesidad
de algo mƔs que oro.
c
Ā”Oh! sĆ, mi amigo, hay algo mĆ”s
que un montĆ³n de oro;
gozar de eterna salvaciĆ³n
es mucho mƔs que oro.
Zaqueo un dĆa escuchĆ³
noticias de gran gozo:
Ā«LlegĆ³ JesĆŗs a JericĆ³
con algo mĆ”s que oroĀ».
Dejando atrƔs la multitud,
la fama y el decoro,
corriĆ³ a ver quiĆ©n, con virtud,
da algo mƔs que oro.
Llegando al Ɣrbol, el SeƱor
se dirigiĆ³ a Zaqueo:
Ā«Desciende pronto y te darĆ©
lo que es tu gran deseoĀ».
AsĆ obediente recibiĆ³
de Cristo gran tesoro,
y luego a todos declarĆ³:
Ā«Es mucho mĆ”s que oroĀ».
577
Salmo 19.10; Juan 14.3
Yo tengo un gran tesoro
que vale mƔs que el oro.
Juntos andaremos,
mi Biblia y yo.
Sesenta y seis libros tiene;
leerlos todos conviene.
Juntos andaremos,
mi Biblia y yo.
Me habla siempre de Cristo;
es Ćl a quien necesito.
Juntos andaremos,
mi Biblia y yo.
Yo tengo un Salvador vivo;
es Ćl a quien yo sigo.
Al cielo Ćl me lleva,
mi Salvador.
578
Juan 3.3,4
Nicodemo una noche
vino a JesĆŗs,
deseando informarse
de el que es la luz.
Cristo dijo claramente:
Ā«Esto has de saber:
si tĆŗ quieres ir al cielo,
has de renacerĀ».
Nicodemo el maestro
quiso comprender
cĆ³mo uno, siendo viejo,
vuelve a nacer.
Ćl oyĆ³ de la serpiente
levantada allĆ”.
Mira asĆ tambiĆ©n a Cristo;
Ćl te salvarĆ”.
Nicodemo esa noche
recibiĆ³ a JesĆŗs,
y pasĆ³ de las tinieblas
a la clara luz.
Luego era fiel a Cristo,
y le confesĆ³.
Ya estĆ” con Ćl en gloria,
quien por Ć©l muriĆ³.
579
Esdras 7.10; Juan 5.39; 1 Corintios 10.6
El GĆ©nesis primero es,
el Ćxodo va luego;
LevĆtico y NĆŗmeros,
despuƩs Deuteronomio;
JosuƩ y Jueces, luego Rut,
y los dos libros de Samuel;
los Reyes y las CrĆ³nicas;
son dos de cada uno.
Historias fieles Ć©stas son,
con Esdras, NehemĆas;
Ester tambiƩn, y entonces Job
comienza las poesĆas.
Los Salmos, Ā”cuĆ”n preciosos son!
y los Proverbios, Ā”quĆ© instrucciĆ³n!
EclesiastƩs y el Cantar,
poemas tan soberbios.
Con IsaĆas luego van
siguiendo JeremĆas,
Lamentaciones y Ezequiel,
las grandes profecĆas;
Daniel, Oseas y Joel,
AmĆ³s, AbdĆas y JonĆ”s,
Miqueas, NahĆŗm, Habacuc,
y luego SofonĆas.
Ya quedan solamente tres:
Hageo y ZacarĆas,
y MalaquĆas al final
de estas profecĆas.
Todos debemos estudiar
las Escrituras del SeƱor;
en ellas se hallan gozo y paz,
y eterna salvaciĆ³n.
580
2 Timoteo 3.15
Los libros veintisiete son,
y son Mateo y Marcos,
entonces Lucas y San Juan,
los Hechos y Romanos.
c
Todos debemos estudiar
las Escrituras sin cesar.
En ellas se hallan gozo y paz,
victoria en las luchas.
Corintios, GƔlatas despuƩs,
Efesios, Filipenses,
y a Colosenses llegamos,
y Tesalonicenses.
Entonces Timoteo ved,
y Tito y FilemĆ³n.
Tenemos todos que leer
la carta a los Hebreos.
Santiago, Pedro y San Juan,
y Judas viene luego;
y Apocalipsis al final
del Nuevo Testamento.
581
EclesiastƩs 12.1; Marcos 10.14; Lucas 13.25
Ā«AcuĆ©rdate de Cristo en tu juventudĀ»,
es la voz divina para la salud.
Ā«Dejad a los niƱos a mĆ venirĀ»,
fue la voz de Cristo antes de morir.
Hoy, querido niƱo, oye tĆŗ su voz;
huye del castigo, muerte tan atroz.
AcuƩrdate que Cristo muy pronto volverƔ;
a niƱos no salvados la puerta cerrarƔ.
582
1 Tesalonicenses 4.16,17; Mateo 25.13
Pronto viene aquel momento
tan glorioso de esplendor,
cuando la final trompeta sonarĆ”,
y descenderĆ” del cielo
a las nubes el SeƱor,
y a sus redimidos arrebatarĆ”.
c
ĀæEstarĆ”n los niƱos listos?
ĀæEstarĆ”n las niƱas listas?
ĀæEstaremos todos listos
cuando venga en las nubes el SeƱor?
Date prisa a prepararte,
poco tiempo queda ya.
Hoy acepta a Cristo como Salvador.
Es su sangre tan preciosa
que tu alma limpiarĆ”,
y al cielo subirƔs con el SeƱor.
583
Salmo 119.29,37; Proverbios 16.6; 2 Timoteo 2.22
Cuidado mis ojitos lo que veis.
Cuidado mis ojitos lo que veis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
Ā”Cuidado! Cuidado lo que veis.
Cuidado mis oĆdos lo que oĆs.
Cuidado mis oĆdos lo que oĆs,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
Ā”Cuidado! Cuidado lo que oĆs.
Cuidado mis manitas lo que hacƩis.
Cuidado mis manitas lo que hacƩis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
Ā”Cuidado! Cuidado lo que hacĆ©is.
Cuidado mis piecitos donde andƔis.
Cuidado mis piecitos donde andƔis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacia acĆ”.
Ā”Cuidado! Cuidado donde andĆ”is.
Cuidado mi boquita lo que hablƔis.
Cuidado mi boquita lo que hablƔis,
pues Cristo desde arriba
estĆ” mirando hacĆa acĆ”.
Ā”Cuidado! Cuidado lo que hablĆ”is.
584
Ćxodo capĆtulo 20; 1 Pedro 3:18
En el Monte SinaĆ
Dios hablĆ³ a MoisĆ©s asĆ:
Ā«Mandamientos Yo te doy;
guƔrdalos, pues santo soy.
Hay un Dios y no hay mƔs,
dioses falsos no tendrƔs.
Ćdolos no quiero ver,
ni una imagen debe haber.
Mi gran nombre estimarƔs,
no en vano lo usarƔs.
Son seis dĆas para ti,
otro dĆa es para mĆ.
Padre y madre honrarƔs,
larga vida asĆ verĆ”s.
Prohibido estĆ” matar,
a tu prĆ³jimo hay que amar.
Y nunca adulterarƔs,
lo inmoral evitarƔs.
CuĆdate de no robar,
ni lo ajeno has de tomar.
Testimonio fiel darƔs,
nada falso hablarƔs,
y no debes codiciar,
ni lo de otros anhelarĀ».
ĀæEs posible asĆ vivir,
y esta ley siempre seguir?
SĆ³lo Cristo sĆ cumpliĆ³,
por injustos Ćl muriĆ³.
585
Deuteronomio 11.12; Mateo 5.1, 23.3 7
Tierra bendita y divina
es la de Palestina, donde naciĆ³ JesĆŗs.
Eres de las naciones cumbre
baƱada por la lumbre que derramĆ³ su luz.
c
Eres la historia inolvidable
porque en tu seno se derramĆ³
la sangre, preciosa sangre,
del unigƩnito Hijo de Dios;
la sangre, preciosa sangre,
del unigƩnito Hijo de Dios.
Cuenta la historia del pasado
que, en tu seno sagrado, viviĆ³ el Salvador,
y en tus hermosos olivares
hablĆ³ a los millares la palabra de amor.
Quedan de ti testigos mudos
que son los viejos muros de la JerusalƩn;
viejas paredes destruidas
que si tuvieran vida nos hablarĆan tambiĆ©n.