1 Marcos 5.19; Hechos 10.42,43 A casa vete y cuenta allĆ­ que Cristo te salvĆ³; que tus amigos vean en ti lo que Ɖl por gracia obrĆ³. c A casa vete y vean en ti que Dios te hizo bien, y puede ser que los de allĆ­ lo buscarĆ”n tambiĆ©n. A casa vete y cuenta allĆ­ que Cristo comprendiĆ³ tu gran necesidad, y asĆ­ su sangre derramĆ³. Ve, cuenta a los de en derredor que Ɖl satisfarĆ” sus almas, puesto que en su amor la cruz sufrido ha. Ve, cuenta a los de mĆ”s allĆ” que en Cristo hay perdĆ³n, y que Ɖl a todos salvarĆ”, si quieren salvaciĆ³n. 2 Juan 7.37, 14.3, 5.40, 17.24 A Jesucristo ven sin tardar, que entre nosotros hoy Ɖl estĆ”; y te convida con dulce afĆ”n, tierno diciendo: Ā«VenĀ». c Ā”Oh cuĆ”n grata nuestra reuniĆ³n! cuando al fin en celestial mansiĆ³n con Ɖl estemos en comuniĆ³n, gozando eterno bien. Piensa que Ɖl sĆ³lo puede colmar tu triste pecho de gozo y paz; y porque anhela tu bienestar, vuelve a decirte: Ā«VenĀ». Su voz escucha sin vacilar, y grato acepta lo que hoy te da. Tal vez maƱana no habrĆ” lugar; no te detengas, ven. 3 Apocalipsis 4.1, 21.4, 22.5 A la tierra marchamos do viven los santos en gozo y gloria y honra inmortal. Y tĆŗ, que sin Dios corres presto a la muerte, oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial? c ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir? Oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial? En ese paĆ­s ni dolor ni gemido jamĆ”s en sus prados cabida tendrĆ”n. Y tĆŗ que te sientes del mal oprimido, oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial? AllĆ” no hay pobreza; poseen los salvos inmensas riquezas con Cristo JesĆŗs. AllĆ” no hay enfermos, estĆ”n todos sanos. Oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial? Ven, pues, con nosotros. JesĆŗs es la puerta, y franca la entrada al cielo te da; al reino de Dios, a su gloria eterna. Oh di: ĀæQuieres ir al EdĆ©n celestial? 4 Apocalipsis 3.20; Salmo 22.26; Proverbios 1.28 A tu puerta Cristo estĆ”. Ɓbrele. Si tĆŗ le abres, entrarĆ”. Ɓbrele. Tu pecado quitarĆ”, luz y paz derramarĆ”, dĆ­a alegre te serĆ”. Ɓbrele. Ɓbrele, oh pecador. Ɓbrele. Abre ahora al Salvador. Ɓbrele. Te ofrece salvaciĆ³n, del pecado el perdĆ³n. SaciarĆ” tu corazĆ³n. Ɓbrele. Ā”Oh! no le hagas esperar. Ɓbrele. Tal vez pronto marcharĆ”. Ɓbrele. Ā”QuĆ© dolor despuĆ©s tendrĆ”s, cuando en vano clamarĆ”s, y perdido te hallarĆ”s! Ɓbrele. 5 2 Timoteo 1.12; 2 Corintios 5.1; Salmo 17.15 Al cielo voy, al cielo voy, yo confĆ­o en JesĆŗs. Ɖl me salvĆ³, Ɖl me salvĆ³; por mĆ­ Ɖl ha muerto en la cruz. Yo te verĆ©, mi Salvador, yo te verĆ© a Ti, SeƱor, en dulce luz y resplandor, yo te verĆ©, mi Salvador. Al cielo voy, al cielo voy, yo confĆ­o en JesĆŗs. Ɖl me salvĆ³, Ɖl me salvĆ³; por mĆ­ Ɖl ha muerto en la cruz. Tu pura sangre carmesĆ­ la culpa vil borrĆ³ de mĆ­; y gozarĆ© ventura allĆ­. Yo te verĆ©, mi Salvador. Al cielo voy, al cielo voy, yo confĆ­o en JesĆŗs. Ɖl me salvĆ³, Ɖl me salvĆ³; por mĆ­ Ɖl ha muerto en la cruz. Feliz aquel que en Ti confiĆ³ y Salvador te proclamĆ³. En Ti tambiĆ©n espero yo; yo te verĆ©, mi Salvador. 6 Romanos 6.23, 8.32; Colosenses 2.9 Al mundo impĆ­o Dios amĆ³, perdido en su maldad, y a gran precio le salvĆ³, de buena voluntad. c Ā”Oh quĆ© amor! Ā”quĆ© inmenso amor! No hay otro amor asĆ­; Dios desde el cielo al Salvador mandĆ³ a morir por mĆ­. Y ahora es mĆ­o por la fe el don de Dios, JesĆŗs. Mi redenciĆ³n por sangre fue, la sangre de la cruz. La gloriosa plenitud de la Divinidad en Cristo estĆ”; por su virtud me da la santidad. AliĆ©ntate, oh alma fiel, pues Cristo te darĆ” felicidad aquĆ­ con Ɖl, y gloria eterna allĆ”. 7 Lucas 4.18, 7.13; IsaĆ­as 61.1; Juan 1.18 Al pobre hoy se pueden dar noticias del amor con que JesĆŗs le ha de colmar de bienes y favor. Pues en su santo corazĆ³n alberga tierna compasiĆ³n del pobre en su dolor, del pobre en su dolor. Al ciego vista quiere dar que pueda a Cristo ver; por sus caminos siempre andar y gozo en Ɖl tener. Mirar la gloria de su faz y conocer su dulce paz, sin nunca mĆ”s temer, sin nunca mĆ”s temer. A los que encadenados van con grillos del error, enseƱa —sueltos de SatĆ”n— que Cristo es su SeƱor. En Cristo el alma suelta es y goza libertad despuĆ©s, sirviendo al Salvador, sirviendo al Salvador. El quebrantado corazĆ³n en Cristo encontrarĆ” mayor que humana compasiĆ³n; Dios, Padre le serĆ”. Pues en JesĆŗs se revelĆ³ el mismo Dios que nos amĆ³, y que nos amarĆ”, y que nos amarĆ”. 8 ZacarĆ­as 13.1; Salmo 51.7; IsaĆ­as 1.18 Ā”Alabado el gran manantial que de sangre Dios nos mostrĆ³! Ā”Alabado el Rey que muriĆ³; su pasiĆ³n nos libra del mal! Lejos del redil de mi dueƱo, vime pecador, perdido y vil. El Cordero sangre vertiĆ³; me limpia sĆ³lo este raudal. c SĆ© que sĆ³lo asĆ­ me emblanquecerĆ©. LĆ”vame en tu sangre, JesĆŗs, y nĆ­vea blancura tendrĆ©. La punzante insignia llevĆ³; en la cruz dejĆ³ de vivir. Grandes males quiso sufrir; no en vano Cristo sufriĆ³. Al gran manantial conducido, que de mi maldad ha sido fin, Ā«LĆ”vameĀ» le pude decir, y nĆ­vea blancura me dio. Padre, de Ti lejos vaguĆ©; extraviose mi corazĆ³n. Como grana mis culpas son; no con agua limpio serĆ©. A tu fuente magna acudĆ­; tu promesa creo, oh JesĆŗs; la eficaz virtud de tu don, la nĆ­vea blancura me dĆ©. 9 1 Juan 2.1; IsaĆ­as 48.18; Apocalipsis 7.14, 21.4,25; Juan 14.2 AllĆ” en la gloria, delante del gran trono, JesĆŗs, mi abogado, intercede por mĆ­. Mi causa en sus manos siempre prevalece, tambiĆ©n abogado serĆ” Ɖl para ti. c Ven, pues, a JesĆŗs; ven, pues, a JesĆŗs; la misma ventura en Ɖl hay para ti. Una paz tengo, profunda como un rĆ­o, que nace de Cristo, su bendito autor. Comprola muriendo en el triste Calvario; tambiĆ©n para ti es el don de su amor. Blancos vestidos yo tengo, que en la sangre lavĆ© del herido Cordero de Dios. De todo pecado me limpia Jesucristo; tambiĆ©n por su cruz tienes tĆŗ salvaciĆ³n. Una morada yo tengo que me aguarda, por Ɖl preparada en la casa de Dios. AllĆ” no hay mĆ”s noche, ni angustia, ni llanto; tambiĆ©n tĆŗ entrarĆ”s si de Ɖl vas en pos. 10 GĆ”latas 2.20; Mateo 7.13; Apocalipsis 4.1 AllĆ­ la puerta abierta estĆ”, su luz es refulgente; la cruz fulgura mĆ”s allĆ”, seƱal de amor ferviente. c Ā”Oh cuĆ”nto me amas, Cristo, asĆ­ que te entregaste TĆŗ por mĆ­! Por mĆ­, por mĆ­, y quiero entrar por Ti. Y los que buscan salvaciĆ³n, la entrada franca tienen. No hay pobres, ricos, ni naciĆ³n para los que a ella vienen. Pasado el rĆ­o mĆ”s allĆ”, en la feraz pradera, la paga de la cruz estĆ”: eterna primavera. 11 Ɖxodo 19.12,16; Salmo 51.4; Romanos 7.12 Andaba yo en males mil, absorto en la vida vil, muy lejos del SeƱor. La voz oĆ­ del SinaĆ­ clamando a gritos hacia mĆ­: Ā«Que muera el pecadorĀ». Ā”Ay! Ā”ay! de mĆ­, que pecador, he obrado contra mi SeƱor y su ira beberĆ©. Con truenos ya la Ley decĆ­a que muerta estĆ” el alma mĆ­a; sin duda morirĆ©. Angustia asĆ­ me atormentĆ³, mas Cristo por allĆ­ pasĆ³ y viome con amor. Ā«Ven, alma triste, ven a mĆ­Ā», me dijo Ɖl, y recibĆ­ al tierno Salvador. La justa Ley me condenĆ³; mas Cristo ya me libertĆ³, sufriendo allĆ­ en la cruz. Con gozo siempre cantarĆ©, de eternas penas escapĆ© por viva fe en JesĆŗs. 12 Mateo 27.22, 6.24; Hechos 17.31 Ante Pilato JesĆŗs estĆ”; todos los suyos se fueron ya. Pregunta se oye, y ĀæquĆ© serĆ”? ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo? c ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo? No puedes ser neutral; pronto tendrĆ”s que decirte: ĀæConmigo quĆ© harĆ” Ɖl? Aun hoy a prueba estĆ” JesĆŗs; puedes negarle, dejar la luz; fiel puedes ser y tomar tu cruz. ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo? ĀæA Cristo quieres tĆŗ rechazar, como Pilato y ser neutral? ĀæQuieres tus culpas a Ɖl contar? ĀæQuĆ© harĆ”s tĆŗ con Cristo? Cristo, te tomo por Salvador; te reconozco por mi SeƱor. Digo, gozĆ”ndome en tu amor: Ā«Ahora soy de CristoĀ». 13 Mateo 22.10; Lucas 14.22, 13.25 AĆŗn hay lugar —escucha pecador— en el banquete eterno del SeƱor. Ā”Oh, sĆ­! Ā”oh, sĆ­! hay sitio para ti. Entra al festĆ­n, que muchos gozan ya, y allĆ­ JesĆŗs un sitio te darĆ”. Ā”Oh, sĆ­! Ā”oh, sĆ­! hay sitio para ti. AĆŗn hay lugar, la puerta franca estĆ”; mas entra pronto, que a cerrarse va. Ā”Oh, sĆ­! Ā”oh, sĆ­! hay sitio para ti. Ɓngeles mil te dicen con amor: Ā«Entra a gozar la gloria del SeƱorĀ». Ā”Oh, sĆ­! Ā”oh, sĆ­! hay sitio para ti. Pronto, tal vez hoy mismo, morirĆ”s. Pasa al banquete, o tarde clamarĆ”s: Ā«Ā”Ay, me perdĆ­! No hay sitio para mĆ­Ā». 14 Lucas 15.2; Romanos 8.3; 1 Timoteo 1.15 Bienvenida da JesĆŗs (crĆ©elo, pobre pecador) al que, en busca de la luz, vague ciego y con temor. c Volveremos a cantar: Cristo salva al pecador. Claro hacedlo resonar: Cristo salva al pecador. Ven. Con Ɖl descansarĆ”s. Ejercita en Ɖl la fe. De tus males sanarĆ”s; a JesĆŗs tu amigo ve. Hazlo, porque asĆ­ dirĆ”s: Ā«Ya no me condenarĆ©. Ya la Ley no pide mĆ”s; la cumpliĆ³ JesĆŗs, lo sĆ©Ā». Recibirte prometiĆ³; date prisa en acudir. Necesitas, como yo, vida que Ɖl te harĆ” vivir. 15 Hechos 10.38; IsaĆ­as 12.5; Salmo 126.3 CantarĆ© a Cristo por su gran amor, cĆ³mo vino para ser mi Salvador. Ā”Tan humilde fue el lugar en el pueblo de JudĆ”, donde Cristo vino por amor de mĆ­! c Es sin igual en su infinito amor, pues en la cruz allĆ­, su vida dio por mĆ­. Yo cantarĆ© su dulce nombre, sĆ­; Ā”oh Salvador eterno! loores doy a Ti. CantarĆ© a Cristo, quien en humildad obrĆ³ siempre la divina voluntad. Los enfermos Ɖl sanĆ³, a los muertos levantĆ³, a los pobres Ɖl colmĆ³ por su bondad. CantarĆ© a Cristo, quien muriĆ³ por mĆ­; contarĆ© lo que Ɖl ha hecho para mĆ­. Mis pecados Ɖl llevĆ³, mi perdĆ³n y paz comprĆ³; siempre cantarĆ© su dulce nombre, sĆ­. 16 Apocalipsis 21.27; 1 Juan 1.9; Juan 10.9 Cargado estoy de males y pesar; miro hacia el cielo y quiero allĆ­ entrar. Aunque no puede en Ć©l caber el mal, alguien me llama al reino celestial. Tan vil soy yo, ĀæquiĆ©n puede hacerme entrar al santo ambiente del divino hogar? Āæal brillo estar del trono eterno allĆ­? Dice una voz: Ā«Entrar podrĆ”s por mĆ­Ā». Por mĆ”s que anhelo libre estar del mal, menos parezco al gran Original. Mas desde el cielo suena nueva aquĆ­: Ā«Tu mal confiesa, libre estĆ”s por mĆ­Ā». La voz celeste es la del Salvador; es Ɖl quien hace entrar al pecador. JesĆŗs es quien su sangre derramĆ³; del mal me libra, pues por mĆ­ muriĆ³. SĆ­, TĆŗ por mĆ­ respondes, oh SeƱor; TĆŗ me ganaste el cielo, Salvador. Tus sufrimientos danme entrada allĆ­; yo por tu muerte vida tengo aquĆ­. Ninguna ofrenda traigo, mi SeƱor, con que reconocer tu grande amor. Indigno soy, Ā”haz que mi gratitud pruebe de tu perdĆ³n la plenitud! 17 IsaĆ­as 4.6, 32.2; Marcos 4.37, 6.51 CariƱoso Salvador, huyo de la tempestad a tu seno protector, fiĆ”ndome de tu bondad. CĆŗbreme, JesĆŗs SeƱor, de las olas del turbiĆ³n; hasta el puerto, oh Redentor, guĆ­a TĆŗ mi embarcaciĆ³n. Otro asilo ninguno hay; indefenso acudo a Ti. Mi necesidad me trae, porque mi peligro vi. Solamente en Ti, SeƱor, tengo yo consuelo y luz. Vengo lleno de temor a tus pies, SeƱor JesĆŗs. Cristo, Salvador, en Ti sĆ³lo puedo yo confiar. Ā”Oh! protĆ©geme a mĆ­ en el turbulento mar, hasta que la tempestad de la vida terrenal cese con tranquilidad en el puerto celestial. 18 Romanos 4.7, 5.1, 8.1 ĀæCĆ³mo puede el pecador su perdĆ³n aquĆ­ saber? ĀæCĆ³mo puede el Salvador esto hacerle comprender? El que siente la verdad en su propio corazĆ³n dice con seguridad: Ā«Dios me ha dado el perdĆ³nĀ». Quien confĆ­a que JesĆŗs por su redenciĆ³n muriĆ³, que Ɖl su sangre en la cruz por salvarle derramĆ³, halla por la fe solaz, gozo y divino amor, y en su alma tiene paz, santa paz en el SeƱor. 19 JeremĆ­as 8.20; Romanos 14.12; AmĆ³s 4.12 ĀæCĆ³mo puedes pecar sin temor contra Dios, echando en olvido su amor? ĀæCĆ³mo puedes vivir rechazando la voz de Cristo, tu buen Salvador? c El verano acabĆ³, la cosecha pasĆ³, y tenemos que ir y la cuenta rendir delante del trono de Dios. ĀæCĆ³mo puedes pensar que al infierno tĆŗ vas, sin estremecerte de horror, sin pedir a tu Dios mientras tengas lugar que tenga de ti compasiĆ³n? Cuando acabe el verano y llegue la mies, la muerte vendrĆ” con su hoz, y tendrĆ”s que dar cuenta ante Cristo, tu juez; entonces no habrĆ” salvaciĆ³n. Cuando Dios haya puesto su trono de luz, llamĆ”ndote a su tribunal, y buscares en vano refugio en JesĆŗs, Ā”quĆ© espanto y terror sentirĆ”s! 20 Mateo 11.28; Lucas 5.8; Juan 7.37 Con voz benigna te llama JesĆŗs, invitaciĆ³n de puro amor. ĀæPor quĆ© le dejas en vano llamar? ĀæSordo serĆ”s, pecador? c Hoy te convida; hoy te convida; voz bendecida, benigna convĆ­date hoy. A los cansados convida JesĆŗs; con compasiĆ³n mira el dolor. TrĆ”ele tu carga, te bendecirĆ”, te ayudarĆ” el Salvador. Siempre aguardando contempla a JesĆŗs: Ā”tanto esperar! Ā”con tanto amor! Hasta sus plantas ven, mĆ­sero, y trae tu tentaciĆ³n, tu dolor. 21 Apocalipsis 1.5; Salmo 16.11 ConfĆ­o yo en Cristo, quien en la cruz muriĆ³. Por esa muerte listo, al cielo viajo yo. Con sangre tan valiosa lavĆ³ mis culpas Ɖl; la derramĆ³ copiosa mi Salvador tan fiel. Me cubre su justicia de plena perfecciĆ³n. Eres, JesĆŗs, delicia, eres mi salvaciĆ³n. JesĆŗs, en Ti descanso, reposo TĆŗ me das; con calma ahora avanzo al cielo donde estĆ”s. A disfrutar invitas contigo, mi SeƱor, delicias infinitas y celestial amor. Espero yo mirarte, oir tu dulce voz. Espero yo cantarte, mi Salvador y Dios. 22 Hebreos 4.16; IsaĆ­as 55.1; Mateo 5.17 Creed, pecadores, JesĆŗs salvarĆ”. Dejad vuestras dudas al trono de gracia; venid confiados, JesĆŗs salvarĆ”. JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”. Venid confiados, JesĆŗs salvarĆ”. Venid los sedientos, JesĆŗs salvarĆ”. Venid a la fuente, tomad de las aguas, tomad libremente, JesĆŗs salvarĆ”. JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”. Tomad libremente, JesĆŗs salvarĆ”. Confiad en su sangre, JesĆŗs salvarĆ”. La cruz ha vencido; su muerte en ella la Ley ha cumplido; JesĆŗs salvarĆ”. JesĆŗs salvarĆ”, JesĆŗs salvarĆ”. La Ley ha cumplido; JesĆŗs salvarĆ”. 23 Romanos 5.6; 1 Corintios 6.20; Hebreos 7.25; Salmo 27.8,9 Cristo, en Ti confĆ­o, salvaciĆ³n me das. Sin Ti estoy perdido, no merezco mĆ”s. Pero TĆŗ viniste mi alma a rescatar, para que en la gloria yo pudiera entrar. c En tu amor confiando buscarĆ© tu faz, porque en tu presencia tengo gran solaz. DueƱo de mi vida, amante Salvador, ya me encuentro cautivado por tu amor. Cristo, a Ti te alabo, ya no mueres mĆ”s; has resucitado y en la gloria estĆ”s. TĆŗ por mĆ­ intercedes ante el trono allĆ­, y me guardas cada dĆ­a junto a Ti. Cristo, a Ti te espero, vienes pronto ya. Fiel es tu promesa; sĆ­, se cumplirĆ”. EstarĆ© contigo, semejante a Ti, y alabanzas gratas cantarĆ© yo allĆ­. 24 JosuĆ© 20.3; IsaĆ­as 4.6; Hebreos 6.18; Efesios 2.8; Salmo 32.5 al 7 Cristo, refugio de mĆ­, pecador, gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. SĆ³lo tu gracia me salva, SeƱor; gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. Tu sangre preciosa vertida por mĆ­ me da tan segura morada en Ti. Cristo, refugio de mĆ­, pecador, gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. Cristo, refugio de mĆ­, pecador, gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. Me haces justicia con gracia y amor; gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. La duda me hacĆ­a vivir en el mal, ahora es cambiada en fe espiritual. Cristo, refugio de mĆ­, pecador, gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. Cristo, refugio de mĆ­, pecador, vengo a Ti, sĆ³lo a Ti. Has padecido, salvĆ”ndome asĆ­; gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. AfĆ”n infinito, y todo por mĆ­; por eso, Dios santo, dirĆ­jome a Ti. Cristo, refugio de mĆ­, pecador, gloria a Ti, sĆ³lo a Ti. 25 Efesios 1.7; 1 Pedro 1.19; Hebreos 9.22; Romanos 3.25, 5.9 Cristo su preciosa sangre en el Calvario dio; por nosotros pecadores la vertiĆ³. Con su sangre tan preciosa hizo redenciĆ³n; y por eso Dios te brinda el perdĆ³n. Es la sangre tan preciosa del buen Salvador lo que quita los pecados y el temor. Sin la sangre es imposible que haya remisiĆ³n; por las obras no se alcanza salvaciĆ³n. 26 NĆŗmeros 2.2; Salmo 20.5; Apocalipsis 5.9 Con valor inmenso despleguemos hoy la bandera de la cruz, la verdad del evangelio, el honor del soldado de JesĆŗs. c Adelante, adelante en pos de nuestro Salvador. Nos da gozo y paz nuestro Rey; adelante con valor. Prediquemos siempre lo que dice Dios de la sangre del SeƱor, cĆ³mo limpia del pecado al mortal y le compra salvaciĆ³n. En el mundo proclamemos con fervor esta historia de la cruz. Bendigamos sin cesar al Redentor, quien nos trajo paz y luz. En el cielo nuestro cĆ”ntico serĆ” alabanzas a JesĆŗs. Nuestro corazĆ³n allĆ­ rebosarĆ” de amor y gratitud. 27 Salmos 32, 51 y 34; 1 Timoteo 1.13,14 Ā”CuĆ”n bendito es el hombre perdonado por JesĆŗs, con el corazĆ³n lavado en la sangre de la cruz! SĆ­, es bienaventurado al que Dios no contarĆ” ni engaƱo ni pecado, mas su gracia le darĆ”. Triste, envuelto en el silencio, mis pecados escondĆ­. Ā”QuĆ© pesares de conciencia, quĆ© miserias padecĆ­! Mas por fin desesperado, descubrĆ­ mi aflicciĆ³n; mis pecados confesando, en JesĆŗs busquĆ© perdĆ³n. EscuchĆ³ Ɖl mis clamores, mis pecados perdonĆ³, y de todas mis angustias, compasivo, me librĆ³. Ā”Gloria a Ti, SeƱor eterno, adorable Salvador! Ā”Gloria a Ti en las alturas, Dios de vida, Dios de amor! 28 Mateo 11.28; Proverbios 18.24; Hebreos 9.26 Ā”CuĆ”n dulce en los oĆ­dos del triste pecador la voz de Cristo suena, su amante Salvador! Ā«Ven, alma trabajada de penas y dolor; descarga en mĆ­ tus culpas, tu angustia y tu temorĀ». c Ven, sĆ­, ven a mĆ­. Ven, sĆ­, ven a mĆ­. Alma atribulada, ven, sĆ­, ven a mĆ­. Ven, sĆ­, ven a mĆ­. Ven, sĆ­, ven a mĆ­. Alma atribulada, ven, sĆ­, ven a mĆ­. ĀæDeseas un amigo eternamente fiel, sostĆ©n en tus flaquezas, autor de todo bien? Acude, pues, a Cristo, y en Ɖl encontrarĆ”s perdĆ³n, descanso y gozo, amor y dulce paz. SĆ­, Cristo es el camino, la vida y la verdad, el solo sacrificio que expĆ­a la maldad; el solo sacerdote, el solo mediador. Cristo, sĆ­, sĆ³lo Cristo es nuestro Salvador. 29 Hebreos 9.27; Hechos 10.42; AmĆ³s 4.12 Cuando llegues a morir, cuando dejes de vivir, y entres en la eternidad, ĀæcĆ³mo entonces te hallarĆ”s? Pronto el Juez se sentarĆ”, pronto al mundo juzgarĆ”. ĀæCĆ³mo a Dios contestarĆ”s? ĀæCĆ³mo entonces te hallarĆ”s? Al llegarte a despedir de los salvos, y decir: Ā«Ya no nos veremos mĆ”sĀ», ĀæcĆ³mo entonces te hallarĆ”s? 30 Lamentaciones 1.12; Filipenses 2.6 Cuando oĆ­a contar del amor de JesĆŗs, mi alma no lo comprendĆ­a. Me contaban su angustia y dolor en la cruz, mas mi alma no se conmovĆ­a. No podĆ­a comprender el afĆ”n y la fe con que hablaban de Cristo y su amor; mas ahora yo puedo decirlo tambiĆ©n: JesĆŗs es mi Salvador. c JesĆŗs es mi Salvador, JesĆŗs es mi Salvador. Mas ahora yo puedo decirlo tambiĆ©n: JesĆŗs es mi Salvador. Me decĆ­an que JesĆŗs era el Hijo de Dios, de todas las cosas Creador. Siendo en forma de Dios, forma de hombre tomĆ³; asĆ­ pudo ser Salvador. Este mundo al SeƱor de la gloria en la cruz, le colgĆ³, despreciando su amor. Pero Dios me hizo ver en la cruz mi salud; JesĆŗs es mi Salvador. 31 1 Timoteo 1.15; 1 Pedro 2.25; Hebreos 7.25; Romanos 4.24,25 Cuando perdido anduve en noche terrenal, de su hogar glorioso vino Cristo el SeƱor; hasta el mundo vino la gran obra a terminar de la salvaciĆ³n del pobre pecador. c Cierta, cierta, cierta es la palabra que JesĆŗs, que JesĆŗs vino acĆ” a salvar; a salvarnos a los pecadores, y su vida en precio de rescate dar. Cuando perdido anduve, vino el buen Pastor; vino en busca del cordero que se perdiĆ³. A sufrir la muerte le llevĆ³ su gran amor, y con regocijo a su cordero hallĆ³. Gracias a Cristo que a la muerte se entregĆ³ para abrir la puerta de su hogar celestial; de la muerte victorioso Dios le levantĆ³, y en la gloria vive para perdonar. c Gracias, gracias, gracias doy a Cristo que muriĆ³, que muriĆ³ y resucitĆ³ por salvarme, y justificarme. Ahora agradecido en Ɖl confĆ­o yo. 32 GĆ”latas 3.4,5; Romanos 7.6; 1 Juan 3.2 De la Ley libre: Ā”dicha indecible! Cristo sufriĆ³ la pena terrible. Rota su liga, al preso soltĆ³; Cristo por siempre nos salvĆ³. c Ā”Nos salvĆ³! ĀæPor quĆ© no le admites? Ā”Nos salvĆ³! ĀæQuĆ©, amigo, me dices? Cree en el SeƱor, que nos libertĆ³, Cristo por siempre nos salvĆ³. Ā”No mĆ”s cautivos! Ya no hay cadena, Cristo nos dio la vida eterna. Ā«Ven a mĆ­Ā», dijo, cuando llamĆ³. Cristo por siempre nos salvĆ³. Ā”Hijos de Dios! Ā”Paternidad santa! Vida perpetua, libre de falta, nos brinda; y con gran poder Cristo la muerte ha de vencer. 33 Romanos 6.17,18; Ester 9.22; Hebreos 2.15 De mi tristeza y esclavitud, vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs. A tu alegrĆ­a y a tu virtud, vengo, JesĆŗs, a Ti. De mi pobreza y enfermedad, a tu salud y rica bondad; a tu presencia de mi maldad, vengo, JesĆŗs, a Ti. De mi flaqueza y falta de luz, vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs. Al eminente bien de tu cruz, vengo, JesĆŗs, a Ti. Del sufrimiento que es terrenal a Ti, mi mĆ©dico celestial, para ser libre de todo mal, vengo, JesĆŗs, a Ti. De mi soberbia y falta de paz, vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs, para morar en dulce solaz, vengo, JesĆŗs, a Ti. De mi tristeza a tu gran amor, a Ti, JesĆŗs, mi consolador, para por siempre darte loor; vengo, JesĆŗs, a Ti. De ese terror que la tumba me da, vengo, JesĆŗs, vengo, JesĆŗs, a la alegrĆ­a y luz de tu hogar vengo, JesĆŗs, a Ti. De la indecible profundidad, a tu redil de tranquilidad, a ver tu faz por la eternidad, vengo, JesĆŗs, a Ti. 34 Juan 3.14; 1 Timoteo 1.15; Hebreos 6.18 De tal manera Dios amĆ³ a los perdidos, que mandĆ³ a Jesucristo acudir, y por su redenciĆ³n morir. Movido por el mismo amor, al mundo vino el Salvador, trocando el trono de la luz por el madero de la cruz. JesĆŗs muriĆ³, y todo aquel que presuroso viene a Ɖl, en Ɖl refugio encontrarĆ”, y vida eterna gozarĆ”. 35 Apocalipsis 21; 2 CrĆ³nicas 9.6; Juan 10.3 De una hermosa ciudad he leĆ­do en el reino de Dios mĆ”s allĆ”. De su muro de jaspe he sabido; de oro puro es aquella ciudad. Por el medio va el rĆ­o de vida, cual cristal resplandecen sus aguas; mas ni aun la mitad de sus glorias al hombre se puede contar. c Ā”Oh! no se puede contar, Ā”oh! no se puede contar. Ni aun la mitad de sus glorias al hombre se puede contar. De mansiones de luz he leĆ­do, preparadas por mi Salvador, y los suyos que aquĆ­ le han servido ya descansan con Cristo el SeƱor. Ni el pecado ni el llanto allĆ­ entran, y ninguno se envejecerĆ”; mas ni aun la mitad de sus glorias al hombre se puede contar. De JesĆŗs tan amante he leĆ­do, que recibe al mĆ”s vil pecador, perdonĆ”ndole todo el delito, cuando vuelve con fe al Salvador. TambiĆ©n sĆ© que protege y guĆ­a todo aquel que al redil quiere entrar; mas ni aun la mitad de sus glorias al hombre se puede contar. 36 Lucas 15.20; 1 Timoteo 1.16; Efesios 2.13 Del paĆ­s distante donde no hay sostĆ©n, Padre, pan, ni casa: Ā”ven, hijo, ven! c Bienvenido seas hoy al real hogar. Dios el beso de su amor te espera dar. Ā”Ve la puerta abierta! ĀæSabes para quiĆ©n? Para ti, hoy dĆ­a, Ā”ven, hijo, ven! Al hogar paterno, donde hay todo bien, del paĆ­s del hambre, Ā”ven, hijo, ven! Ojos compasivos tu venida ven; fiestas te preparan; Ā”ven, hijo, ven! Mas si tal convite tratas con desdĆ©n, ĀæcuĆ”l serĆ” tu suerte? Ā”Ven, hijo, ven! 37 Lucas 15.5; Romanos 6.17; 2 Corintios 1.5 Descarrieme cual oveja, pero Cristo me buscĆ³ y me recogiĆ³ en su seno; al camino me volviĆ³. c CantarĆ© la grata historia de JesĆŗs mi Salvador, quien muriĆ³ en el Calvario por mĆ­, un pobre pecador. Fui esclavo del pecado, Cristo vio mi perdiciĆ³n. Con su sangre derramada Ɖl comprĆ³ mi redenciĆ³n. Muchas veces tengo penas, mas JesĆŗs ve mi aflicciĆ³n; con su voz de amor consuela mi abatido corazĆ³n. 38 Efesios 5.14; Juan 10.28; Hebreos 5.9 Ā”Despierta! triste pecador, Ā”oye, sĆ­; oye, sĆ­! porque te dice el Salvador: Ā«Ā”Ven a mĆ­, ven a mĆ­! A tu penoso trabajar preparo dulce bienestar, en donde puedes descansar. Ā”Oye, sĆ­, ven a mĆ­!Ā» Ā«Yo soy la fuente del perdĆ³n, Ā”oye, sĆ­; oye, sĆ­! En mĆ­ hay vida, salvaciĆ³n, Ā”ven a mĆ­, ven a mĆ­! Si del castigo huyendo vas, en mĆ­ refugio encontrarĆ”s, y vida eterna en mĆ­ tendrĆ”s. Ā”Oye, sĆ­, ven a mĆ­!Ā» Ā«Los que me buscan con afĆ”n, Ā”oye, sĆ­; oye, sĆ­! jamĆ”s desatendidos van, Ā”ven a mĆ­, ven a mĆ­!Ā» La compasiĆ³n del Redentor te dice a ti hoy, pecador: Ā«AdmĆ­teme por tu pastor. Ā”Oye, sĆ­; ven a mĆ­!Ā» Ā«Si quieres la felicidad, Ā”oye, sĆ­; oye sĆ­! si buscas la tranquilidad, Ā”ven a mĆ­, ven a mĆ­! Tus lĆ”grimas enjugarĆ©, y tus heridas sanarĆ©. La vida eterna te darĆ©, Ā”oye, sĆ­, ven a mĆ­!Ā» 39 Salmo 60.4; 1 Timoteo 6.12; 2 Timoteo 2.3 Despliegue el cristiano su santa bandera, y muĆ©strela ufano del mundo a la faz. Ā”Soldados valientes! Ā”el triunfo os espera, seguid vuestra lucha constante y tenaz! Despliegue el cristiano su santa bandera, domine baluartes y almenas a mil. La Biblia bendita conquista doquiera, y ante ella se incline la turba gentil. Despliegue el cristiano su santa bandera, predique a los pueblos el libro inmortal, presente a los hombres la luz verdadera que vierte ese claro luciente fanal. Despliegue el cristiano su santa bandera, y muĆ©strese bravo, batiĆ©ndose fiel. Para Ć©l no habrĆ” fosos, para Ć©l no hay barrera, que lucha a su lado el divino Emanuel. 40 Salmo 1; Oseas 13.3 Dicha grande es la del hombre cuyas sendas rectas son, lejos de los pecadores, lejos de la tentaciĆ³n. A los malos consejeros deja, porque teme el mal. Huye de la burladora gente impĆ­a e inmoral. Antes en la Ley divina cifra su mayor placer, meditando dĆ­a y noche en su divinal saber. Ɖste, como el Ć”rbol verde, bien regado y en sazĆ³n, frutos abundantes rinde y hojas que perennes son. Cuanto emprende es prosperado, duradero le es el bien. Muy diversos resultados sacan los que nada creen; pues los lanza como el tamo que el ciclĆ³n arrebatĆ³, de pasiones remolino que a millones destruyĆ³. En el juicio ningĆŗn malo por lo tanto se alzarĆ”; entre justos congregados, insensatos nunca habrĆ”. Porque Dios la vĆ­a mira por la cual los suyos van; otra es la de los impĆ­os: al infierno bajarĆ”n. 41 Lucas 1.4; 2 Timoteo 3.15; 1 Corintios 15.1 Dime la antigua historia del celestial favor, de Cristo y de su gloria, de Cristo y de su amor. DĆ­mela con llaneza propia de la niƱez, porque es mi mente flaca y anhela sencillez. c Dime la antigua historia, cuĆ©ntame la victoria, hĆ”blame de la gloria de Cristo y de su amor. Dime esa grata historia con lentitud; y asĆ­ conocerĆ© la obra que Cristo hizo por mĆ­. DĆ­mela con frecuencia, pues soy dado a olvidar, y el matinal rocĆ­o suele el sol disipar. Dime tan dulce historia con tono claro y fiel. MuriĆ³ JesĆŗs, y salvo yo quiero ser por Ɖl. Dime esa historia siempre, si en tiempo de aflicciĆ³n deseas a mi alma traer consolaciĆ³n. Dime la misma historia, si crees que tal vez me ciega de este mundo la falsa brillantez. Y cuando ya me alumbre de la gloria la luz, repĆ­teme la historia: Ā«Quien te salva es JesĆŗsĀ». 42 1 Juan 4.7,8; GĆ”latas 4.7; Hebreos 12.28 Dios de amor, Dios de amor, a Ti vine, un pecador. Nada de bueno habĆ­a en mĆ­, mas de lo bueno que no merecĆ­, todo en Ti encontrĆ©, todo en Ti encontrĆ©. Dios de amor, Dios de amor, cuando vine con temor, me recibiste y me diste lugar con alegrĆ­a en tu buen hogar. Y como hijo yo entrĆ©, y como hijo yo entrĆ©. Dios de amor, Dios de amor, gracias doy por tu favor. Aunque el siervo de casa saldrĆ”, el que es hijo permanecerĆ”, y Ɖl hartura tendrĆ”, y Ɖl hartura tendrĆ”. Dios de amor, Dios de amor, me consagro con fervor. MĆ”s fielmente te quiero servir, y por Ti sĆ³lo ya quiero vivir. Haz TĆŗ que sea asĆ­, haz TĆŗ que sea asĆ­. 43 Mateo 25.46; Juan 5.28,29; Hechos 17.30 al 34; Proverbios 16.25 ĀæDĆ³nde estarĆ”s en la eternidad? ĀæNunca has sufrido tal ansiedad? ĀæEn quĆ© sentido has de contestar? ĀæDĆ³nde estarĆ”s en la eternidad? c Ā”Eternidad! Ā”Eternidad! ĀæDĆ³nde estarĆ”s en la eternidad? Unos se acogen al Salvador, ya desechando su viejo error. Ellos con Cristo lugar tendrĆ”n; a eterna gloria los suyos van. Otros siguiendo su voluntad, desconociendo su maldad, andan por senda de rebeliĆ³n que los conduce a perdiciĆ³n. Tu indecisiĆ³n puede ser fatal. Ā”Piensa que el alma es inmortal! Dios quiere darte la salvaciĆ³n y de su gracia la redenciĆ³n. 44 Mateo 7.13,14; Romanos 6.23; Apocalipsis 20.15 Dos Ćŗnicos caminos hay, por ellos todos van. SegĆŗn el hombre escoja aquĆ­, tendrĆ” su eternidad. c La paga del pecado muerte es, muerte es. La paga del pecado muerte es, muerte es. Mas la vida eterna es el don de Dios por el SeƱor JesĆŗs. Mas la vida eterna es el don de Dios por el SeƱor JesĆŗs. Por el camino ancho va la grande multitud; pensando sĆ³lo en su placer, se olvidan de JesĆŗs. Por el camino angosto van los salvos por JesĆŗs. NegĆ”ndose, en pos de Ɖl caminan con su cruz. Los engaƱados de SatĆ”n tendrĆ”n un triste fin: el fuego eterno de dolor, el lloro y el gemir. Los que andan con JesĆŗs aquĆ­, si sufren aflicciĆ³n, tendrĆ”n su recompensa allĆ­, eterno galardĆ³n. 45 Lucas 15.10; Juan 10.15, 20.27 El buen Pastor al verme perdido e infeliz, llegando a donde estaba me trajo a su redil. Y al ver que Cristo me salvĆ³, el cielo entero se alegrĆ³. c Soy salvo por su gracia, su tierno amor me sacia, su preciosa sangre me lavĆ³, y hasta hoy su brazo me guardĆ³. Me seƱalĆ³ sus llagas, su sangre me mostrĆ³. Me dijo: Ā«Por salvarte la vida puse yoĀ». JamĆ”s oĆ­ tan dulce voz, llenome de la paz de Dios. Al recordar mi vida de olvido de JesĆŗs, no sĆ© por quĆ© quisiera morir por mĆ­ en la cruz. Mas creo su palabra fiel, y vida eterna tengo en Ɖl. Yo encuentro en su presencia descanso y dulce paz, y espero el grato dĆ­a en que verĆ© su faz. Y mientras en el mundo estĆ© sus alabanzas cantarĆ©. 46 Juan 3.16,17,36; Ezequiel 18.4 El evangelio santo anuncia al pecador que Dios al mundo amĆ³ y diole un Salvador. c Y quien en Cristo creerĆ” de vida eterna gozarĆ”, de vida eterna gozarĆ”. Ā«Aquel que peca muereĀ», asĆ­ Dios sentenciĆ³. Mas Cristo, por amor, su propia vida dio. El Salvador del mundo no vino a condenar; mas vino por su cruz los hombres a salvar. 47 2 CrĆ³nicas 9.6; JeremĆ­as 31.3 Efesios 3.19; Oseas 11.4 El grande amor del Salvador, muriendo en vez del pecador, su santo empeƱo por salvar: ĀæquiĆ©n lo podrĆ” contar? c ĀæQuiĆ©n puede tal amor contar? ĀæQuiĆ©n puede tal amor contar? El grande amor del Salvador: ĀæquiĆ©n lo podrĆ” contar? La maravilla de su amor, cruz afrentosa, cruel dolor, que padeciĆ³ en mi lugar: ĀæquiĆ©n lo podrĆ” contar? Incomparable Salvador, Ā”cuĆ”n tierno es tu precioso amor! Ā”cuĆ”n imposible de contar! Ā”cuĆ”n grande y sin par! 48 Lucas 7.50; Hecho 4.12; Tito 3.5; JeremĆ­as 2.22; 2 Reyes 7.3 El llorar no salva; aunque corra por mi faz llanto amargo en profusiĆ³n, no me lavarĆ” jamĆ”s. El llorar no salva. c LĆ”grimas y vida dio, precio inmenso de mi paz, quien del cielo descendiĆ³. Es JesĆŗs quien salva. Obras no me salvan. Cuanto yo pudiera hacer es del todo ineficaz, pues no me hace renacer. Obras no me salvan. c Vida nueva tengo en Ɖl, quien la Ley de Dios cumpliĆ³, quien en GĆ³lgota expirĆ³. Es JesĆŗs quien salva. Aplazar no salva. DelinquĆ­, perdido estoy; oigo del amor la voz; muere mi alma si no voy. Aplazar no salva. c Por mi bien se apresurĆ³ Cristo, en quien confĆ­o yo. Ɖl con mi maldad cargĆ³; es JesĆŗs quien salva. 49 Romanos 5.8; Santiago 4.8; 2 Timoteo 2.12 El mensaje del SeƱor Ā”escuchad, escuchad! Y loor a vuestro Dios Ā”tributad, tributad! Ā”Oh, cuĆ”n grande es su piedad para el pobre pecador! Pues nos salva por confiar en JesĆŗs, Salvador. Acercaos a JesĆŗs, Ā”confiad, confiad! Ɖl nos dice: Ā«A mĆ­ venid, Ā”descansad, descansad!Ā» Ā”Oh! Āæpor quĆ© rechazarĆ©is el amor del Redentor? Digno es Ɖl de recibir nuestra fe, nuestro amor. En la viƱa del SeƱor Ā”trabajad, trabajad! Y a JesĆŗs el Salvador Ā”alabad, alabad! Si sufrĆ­s aquĆ­ por Ɖl, con Ɖl siempre reinarĆ©is, y en la eternidad allĆ­ gozarĆ©is, gozarĆ©is. 50 Juan 8.12, 9.25 Hechos 26.23; 2 Corintios 4.4 El mundo perdido en pecado se vio; JesĆŗs es la luz del mundo. Mas en las tinieblas la gloria brillĆ³; JesĆŗs es la luz del mundo. c Ā”Ven a la luz! No quieras perder gozo perfecto al amanecer. Yo ciego fui, mas ya puedo ver; JesĆŗs es la luz del mundo. Cual niebla deshace del sol el calor, JesĆŗs es la luz del mundo. AsĆ­ toda duda disipa su amor; JesĆŗs es la luz del mundo. Ā”Oh! ciegos y presos del lĆ³brego error, JesĆŗs es la luz del mundo. El manda lavaros y ver su fulgor; JesĆŗs es la luz del mundo. 51 Hebreos 10.10; 1 Timoteo 1.15; 2 Corintios 9.15 El Salvador JesĆŗs muriĆ³ por nuestra redenciĆ³n, y su perfecta ofrenda ya es base del perdĆ³n. Ahora ofrece salvaciĆ³n a todo aquel que cree, palabra del SeƱor que bien merece nuestra fe. Pues aceptemos sin dudar el indecible don, y por la obra de la cruz busquemos salvaciĆ³n. 52 Apocalipsis 21.2,18, 22.14; 1 Pedro 1.4 En la ciudad de Dios no cabe el pecador. Puro es su brillo, puro es su brillo, sin mancha es su fulgor. Perdona mi maldad, soy pobre pecador. Lava mis culpas, lava mis culpas, bendito Salvador. Tu hijo quiero ser por siempre, mi SeƱor. TĆŗ eres mi amparo, TĆŗ eres mi amparo, contra el vil tentador. Ā”Oh! cuando arriba estĆ©, salvado por tu cruz, puro y sin mancha, puro y sin mancha, verĆ© tu hermosa luz. 53 Salmo 23.2; Hebreos 13.20; Juan 1.16 Es Jesucristo la vida, la luz; Ɖl nos demuestra la felicidad. El Redentor quien ha muerto en la cruz por darnos libertad. c Ɖl es Pastor enviado y divino Emanuel. Ɖl me conduce por sendas de paz, como a su oveja fiel. Quita del alma la incredulidad, limpia las manchas de infiel corazĆ³n. Es su carĆ”cter la suma bondad; nos tiene compasiĆ³n. Fuente preciosa de gracia y bondad, que purifica de toda maldad. Feliz quien toma de su plenitud y de su santidad. 54 1 Timoteo 1.15; Juan 19.30; Hechos 10.42,43 Es palabra fiel y digna que JesĆŗs, el Salvador, ha venido al pobre mundo a salvar al pecador. c Ā”Mensaje tan glorioso! Hoy yo proclamarĆ© la salvaciĆ³n eterna en Cristo, por la fe. Ɖl ha consumado la obra por su sacrificio fiel. Ahora el Padre satisfecho nos acepta sĆ³lo en Ɖl. De la muerte ya triunfante, en la gloria Ɖl hoy estĆ”. El Cordero fue inmolado, y por ti Ɖl abogarĆ”. Mas el mismo Jesucristo, que te quiere ya salvar, llegarĆ” muy pronto en juicio y te puede condenar. Pues, acepta ahora mismo el mensaje de su amor; y, salvado por su sangre, obedece al Salvador. 55 Juan 6.69; Hechos 2.36; 2 Timoteo 2.19 EstĆ” mi Salvador aquĆ­, el amoroso Cristo, Aquel que se entregĆ³ por mĆ­: bendito Jesucristo. c Nombre digno de mi honor, nombre digno de mi amor, nombre de mi Redentor: Cristo, Jesucristo. Os dice Ɖl: Ā«Ā”Venid a mĆ­!Ā» OĆ­d la voz de Cristo. Seguidle poco tiempo aquĆ­, y reinarĆ©is con Cristo. Doy gracias a mi Redentor, confĆ­o yo en Cristo. Su nombre a mĆ­ me infunde amor, su dulce nombre Cristo. Venid, cantad a nuestro Dios, al glorioso Cristo. Cantad con corazĆ³n y voz al santo nombre Cristo. 56 EclesiastĆ©s 3.11; Mateo 25.46; Lucas 16.25 Ā”Eternidad! Ā”QuĆ© grande eres! Ā”Eternidad, que nunca mueres! Oh dime: ĀæDĆ³nde yo irĆ©? ĀæQuĆ© suerte allĆ­ yo encontrarĆ©? Feliz o triste, ĀæcuĆ”l serĆ”? Ā”La eternidad se acerca ya! Ā”Eternidad! ĀæQuĆ© cuentas llevas? Ā”Eternidad! ĀæCon quĆ© me pagas las horas del carnal placer, las obras que dejĆ© de hacer? Pesar o gozo, ĀæcuĆ”l serĆ”? Ā”La eternidad se acerca ya! Ā”SeƱor JesĆŗs! Ā”Mi fiador! Ā”SeƱor JesĆŗs! Ā”Mi Salvador! La vida diste TĆŗ por mĆ­, mi espĆ­ritu halla paz en Ti. La eternidad no espanta ya, la eternidad no espanta ya. Ā”Eternidad! Ā”Suprema gloria! Ā”Eternidad! Ā”De amor la historia! Ā”Que corran siglos a su fin; que suene el Ćŗltimo clarĆ­n! Ā”Oh ven, SeƱor, ven sin tardar! Ā”La eternidad se acerca ya! 57 Mateo 25.32,46, 7.13,14; Juan 5.29 Francas las puertas encontrarĆ”n, unos, sĆ­; otros, no. De alguien las glorias sin fin serĆ”n, ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Calles de oro, mar de cristal, pleno reposo, perfecto amor; unos tendrĆ”n celestial hogar. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Fieles discĆ­pulos de JesĆŗs, — unos, sĆ­; otros, no - logran corona en vez de cruz. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Mora el Rey en gloriosa luz; con Ɖl no puede haber dolor. De alguien serĆ” esta beatitud. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Llegan a tiempo, pasando bien, unos, sĆ­; otros, no. Unos las puertas cerradas ven. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Ciegos y sordos hoy nada creen; tarde lamentarĆ”n tal error. El que desdeƱan serĆ” su Juez. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Son herederos del porvenir, — unos, sĆ­; otros no — los que procuran por Dios vivir. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? Cuando concluya la dura lid, en compaƱƭa del Salvador, alguien serĆ” sin cesar feliz. ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? ĀæY tĆŗ? ĀæY yo? 58 1 Juan 1.5, 4.8; 2 Corintios 4.4; Salmo 85.10 Grata nueva Dios proclama hoy al mundo pecador; dulce nueva revelada en la cruz del Salvador. c Luz divina resplandece; muestra al triste pecador que en la cruz de Cristo juntas tu justicia y gran amor. Ciego el hombre, y obcecado en las sendas del error, desconoce y desconfĆ­a de este Dios, del Dios de amor. Con ofrendas, obras vanas, sacrificios sin valor, piensa el hombre acongojado propiciar su Creador. Habla TĆŗ a los corazones; muĆ©strate Dios Salvador; y sin fin proclamaremos: Ā”Dios es luz! Ā”Dios es amor! 59 Lucas 8.39; Juan 16.33; Apocalipsis 22.4 HallĆ© un buen amigo, mi amado Salvador; contarĆ© lo que Ɖl ha hecho para mĆ­. HallĆ”ndome perdido e indigno pecador, me salvĆ³, y ya me guarda para sĆ­. Me salva del pecado, me guarda de SatĆ”n, promete estar conmigo hasta el fin. Ɖl consuela mi tristeza, me quita todo afĆ”n; grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ­. JesĆŗs jamĆ”s me falta, jamĆ”s me dejarĆ”; es mi fuerte y poderoso protector. Del mundo yo me aparto y toda vanidad para consagrar mi vida a mi SeƱor. Si el mundo me persigue, si sufro tentaciĆ³n, confiado en Cristo puedo resistir. La victoria me es segura y elevo mi canciĆ³n: grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ­. Yo sĆ© que Jesucristo muy pronto volverĆ”, y entretanto me prepara un lugar en la casa de su Padre, mansiĆ³n de luz y paz, do el creyente fiel con Ɖl ha de morar. LlegĆ”ndome a la gloria, con Ɖl yo estarĆ© y contemplarĆ© su rostro siempre allĆ­. Con los santos redimidos gozoso cantarĆ©: grandes cosas Cristo ha hecho para mĆ­. 60 2 Timoteo 4.7,8; Deuteronomio 30.19 Hay, una vez pasada esta vida con sus pesares, cuitas y afĆ”n, paz y reposo y una bienvenida, que los creyentes gozarĆ”n. Hay un hogar, do se verĆ” cumplida del alma la continua oraciĆ³n; donde jamĆ”s serĆ” entristecida por disensiĆ³n, por disensiĆ³n. Hay esperanza para el creyente que le alza de este mundo mĆ”s allĆ”, y de la tumba saca refulgente la vida que no pasarĆ”. Corona hay por Cristo preparada; el fiel cristiano ve su brillantez y dice, fija en ella la mirada: Ā«SĆ­, mĆ­a es; sĆ­, mĆ­a esĀ». Vestido hay que Cristo ha provisto. ĀæNo quieres tĆŗ el alma revestir? Ā”Oh! tĆŗ que vagas lejos y perdido, al Salvador hoy debes ir. Creyendo en Ɖl tendrĆ”s el mismo cielo, mas rechazĆ”ndole te perderĆ”s. Oh, ĀæcuĆ”l, eterna dicha o eterno duelo, escogerĆ”s, escogerĆ”s? 61 Hechos 1.1, 10.33; Salmo 126.3; Lucas 8.47 Hermano, dinos hoy algo de JesĆŗs; dinos otra vez la historia de su amor. DeclĆ”ranos tu fe, gozo y gratitud; dinos otra vez la historia de su amor. ĀæSigues siempre cerca de tu SeƱor? ĀæArde tu alma del primer fervor? ĀæEstĆ” tu copa llena de bendiciĆ³n? Dinos otra vez la historia de su amor. c Dinos otra vez la historia del amor del Salvador. Tan bendita y grata historia, nos harĆ” cantar su gloria. Dinos otra vez la historia de su amor. Al escuchar tu voz que habla del SeƱor, dinos otra vez la historia de su amor. Tal vez un pecador se convierta a Dios; dinos otra vez la historia de su amor. Muchos tienen sed en su corazĆ³n, en el mundo buscan diversiĆ³n. SeƱƔlales la fuente de bendiciĆ³n; dinos otra vez la historia de su amor. La ayuda que te ha dado en la tentaciĆ³n, dinos otra vez la historia de su amor. Las pruebas de tu fe y su compasiĆ³n, dinos otra vez la historia de su amor. Dinos que JesĆŗs es tu amigo fiel, que es tu capitĆ”n y gran pastor. Socorro oportuno has hallado en Ɖl; dinos otra vez la historia de su amor. 62 Apocalipsis 3.20; Mateo 23.37 Hoy JesĆŗs te quiere hablar, pobre pecador. No le quieras rechazar de tu corazĆ³n. c Ā”A tu puerta llama, dale entrada, sĆ­! La visita bienhechora hoy es para ti. ĀæNada vale ya su voz en tu corazĆ³n? ĀæNada puede en ti el amor de tu Salvador? Pecador, Āæpor quĆ© vivir sin la salvaciĆ³n? Y Āæpor quĆ© has de resistir mĆ”s a tu SeƱor? 63 Romanos 5.5,6; Hechos 1.11; Hebreos 9.24, 10.20 JesĆŗs del cielo sobre nos derrama su bondad; con ricos dones y la voz de su amor y gran piedad. c Yo creo, sĆ­, que TĆŗ por mĆ­ moriste en una cruz; salvado soy, salvado soy y a la gloria voy. SeƱor amado, hacia Ti los ojos mirarĆ”n de los hermanos en la fe que pronto te verĆ”n. SĆ­, volverĆ” y cumplirĆ” lo que Ɖl nos prometiĆ³; y el buen camino Ɖl abrirĆ” por donde Ɖl mismo entrĆ³. 64 Juan 19.25; Romanos 11.36; IsaĆ­as 41.18, 49.10, 58.11 Junto a la cruz, do muriĆ³ el Salvador por mis pecados, clamaba al SeƱor. Ā”QuĆ© maravilla! JesĆŗs me salvĆ³; Ā”a su nombre gloria! c Ā”A su nombre gloria! Ā”A su nombre gloria! Ā”QuĆ© maravilla! Ā”JesĆŗs me salvĆ³! Ā”A su nombre gloria! Junto a la cruz recibĆ­ el perdĆ³n, limpio en su sangre es mi corazĆ³n. Me gozo ya de su bendiciĆ³n, Ā”a su nombre gloria! Junto a la cruz hay el manantial de agua de vida, cual el cristal. Mi sed allĆ­ Cristo pudo apagar, Ā”a su nombre gloria! Ven sin tardar a la cruz, pecador, donde te espera el gran Redentor. AllĆ­ de Dios hallarĆ”s el amor; Ā”a su nombre gloria! 65 Juan 3.16, 14.6; IsaĆ­as 53.10 La grata nueva suena por el mundo en derredor, ofreciendo vida eterna al indigno pecador. De tal manera Dios a la humanidad amĆ³, que a JesĆŗs su bien amado a morir le entregĆ³. c Ā”Escuchad! Ā”Escuchad! el mensaje de perdĆ³n. Ā”Aceptad! Ā”Aceptad! de JesĆŗs la salvaciĆ³n. La grata nueva ofrece a los hombres el perdĆ³n. No rechaces, no, su oferta de tan grande salvaciĆ³n. El camino es JesĆŗs a la gran ciudad de luz; nadie viene al Padre sino por el Salvador JesĆŗs. La grata nueva ruega al que vacilando estĆ”, para que no pierda tiempo mientras hay lugar allĆ”. No tengas, pues, temor de este mundo en derredor. En JesĆŗs hay un amigo quien es nuestro Redentor. La grata nueva dice cĆ³mo Dios nos da perdĆ³n por los mĆ©ritos de Cristo en su gran expiaciĆ³n. La vĆ­ctima fue Ɖl, y las culpas Ɖl llevĆ³. Satisfizo la justicia y a su pueblo redimiĆ³. 66 NĆŗmeros 21.9; Juan 3.14, 12.32, 19.30 La mirada de fe al que ha muerto en la cruz infalible la vida nos da. Mira, pues, pecador, mira pronto a JesĆŗs, y tu alma la vida hallarĆ”. c Ve, ve, ve a JesĆŗs. Que si miras con fe al que ha muerto en la cruz, al momento la vida tendrĆ”s. ĀæSu penoso sufrir en la cruz quĆ© valiĆ³, si tus culpas no estaban allĆ­? ĀæQuĆ© valiĆ³ su morir, si tu deuda no fue con su sangre pagada por ti? Ni el gemir, ni el llorar, de la culpa el baldĆ³n o la pena quitarte podrĆ”. SĆ³lo Cristo en la cruz, padeciendo hasta el fin, ha podido tu carga llevar. Con inmensa bondad tus pecados tomĆ³, y por ellos la muerte cruel. De inefable sufrir compasivo abrazĆ³, para darte la vida y el bien. No vaciles ni tengas temor, oh mortal, pues JesĆŗs en la cruz anunciĆ³, exclamando con voz de clemencia y poder: Ā«Consumada es la redenciĆ³nĀ». Oye, pues, con placer el decreto de Dios; bondadoso la vida te da; y recibe con fe el mensaje de amor, que te anuncia el perdĆ³n y la paz. 67 Marcos 2.17; IsaĆ­as 43.25; Juan 18.11 La tierna voz del Salvador nos habla conmovida. OĆ­d al MĆ©dico de amor, quien da a los muertos vida. c Nunca los hombres cantarĆ”n, nunca los Ć”ngeles de luz mĆ”s dulce nota elevarĆ”n que el nombre de JesĆŗs. Ā«Borradas ya tus culpas sonĀ», su voz hoy te pregona. Recibe, sĆ­, su bendiciĆ³n, y goza la corona. La negra copa del dolor, JesĆŗs, has apurado, por dar al pobre pecador tu amor, oh bien Amado. Y cuando venga el Salvador, al cielo subiremos; arrebatados en amor, su nombre cantaremos. 68 IsaĆ­as 40.6 al 9; Job 9.25; JeremĆ­as 21.8 La vida es ficticia, efĆ­mera flor, del sol a la tarde, la agosta el ardor. Antes que se mustie, la debes llevar, cual ofrenda grata, de Dios al altar. SĆ­; desde la infancia hasta la vejez, se pasan los aƱos con gran rapidez. Y llega la muerte, sin verla venir: y el alma, Āæno sabes a dĆ³nde ha de ir? Incierta es la hora de tu cierto fin. Ā”Ay de aquel que tema del juicio el clarĆ­n! Reflexiona, oh hombre: ĀæQuĆ© de ti va a ser: o eterna desdicha, o eterno placer? 69 Santiago 4.14; 1 Pedro 1.24; Hebreos 9.27 La vida pasa con gran rapidez, la vida pasa, la vida pasa. QuizĆ”s la muerte muy cerca estĆ©. La muerte llega, la muerte llega, y pronto, pronto cada cual, y pronto, pronto cada cual se encontrarĆ”, se encontrarĆ” en la eternidad. La vida pasa con rapidez, y cuĆ”ndo acabe, ninguno sabe; y llega el juicio de Dios despuĆ©s, el juicio llega, el juicio llega, y pronto, pronto cada cual, y pronto, pronto cada cual se encontrarĆ”, se encontrarĆ” en la eternidad. La vida pasa con rapidez; la vida es breve, la vida es breve, y el dĆ­a de gracia ahora es. Mas del maƱana, ninguno sabe, y Cristo llama a cada cual, y Cristo llama a cada cual a estar con Ɖl, a estar con Ɖl en la eternidad. 70 Apocalipsis 3.20; IsaĆ­as 65.12, 66.4 Llaman, llaman, ĀæquiĆ©n va allĆ”? Ā”Abran, abran! ĀæquiĆ©n serĆ”? Ā«Soy un huĆ©sped muy hermoso, en el mundo sin igual. Mi semblante es cariƱoso; Āæno podrĆ© pisar tu umbral?Ā» Llaman, llaman, ĀæquiĆ©n va allĆ”? Abran, abran, aĆŗn estĆ”. Ā«Ā”Oh quĆ© puerta tan cerrada! Ā”CuĆ”n difĆ­cil es de abrir! Ā”Mi visita es despreciada, no me quieres recibir!Ā» Llaman, llaman, ĀæquiĆ©n va allĆ”? Ā”Abran, abran, no se va! Ā«De rocĆ­o estoy baƱado; no me canso de esperar. Ā”Ay del corazĆ³n helado que me llegue a rechazar!Ā» Abro, abro, oh Salvador; entra, entra, en tu amor. Tu paciencia me ha vencido, soy, de corazĆ³n, de Ti; entra TĆŗ y, bienvenido, haz morada ahora en mĆ­. 71 Mateo 14.32, 8.27 Lleno de angustia y temores, en brava y oscura mar, el hombre perdido navega, cual barco en la tempestad. Olas de mal le rodean, nubes de gran pavor. El naufragio eternal le amenaza y su alma llena el terror. c Mira, oh turbado, tu Salvador cerca estĆ”. Vio tu peligro y con suma bondad acude a librarte de ruina y dolor; domina los vientos, las nubes y el mar y te abre el puerto del bienestar. Su voz potente en la tempestad trae paz, dulce paz. Recibe a Cristo y navegarĆ”s en calma y paz. Contra las olas y el viento batalla con ansiedad. Valiente procura librarse del bravo mar de impiedad. Mas ya sus fuerzas gastadas, rendido y sin valor, desmayando desea un refugio, un guĆ­a y un Salvador. Fuerte y solĆ­cito acude JesĆŗs, y con gran bondad aborda la frĆ”gil barquilla, y calma la tempestad. Libre de todo peligro, salvo, seguro y en paz, hoy con Cristo navega el marino a eterna felicidad. 72 2 Corintios 8.9; Romanos 5.20; Lucas 2.14 Maravilla de clemencia, prueba de infinita gracia, compasivo amor que sacia, contemplamos en JesĆŗs. Por nosotros pecadores Ɖl de rico pobre se hizo.
La justicia satisfizo por nosotros al morir. La justicia satisfizo por nosotros al morir.
Grande fue el amor que tuvo a las almas tan perdidas, del pecado ennegrecidas; con su sangre las limpiĆ³. Gloria a Dios en las alturas que a los hombres paz ha dado,
y al que tenga mĆ”s pecado y confiese, da perdĆ³n, y al que tenga mĆ”s pecado y confiese, da perdĆ³n.
73 Filipenses 2.5 al 11; Colosenses 2.15; 2 Corintios 4.17 Me gozo en JesĆŗs, quien su trono de luz dejĆ³ por tomar mi lugar en la cruz. c Ā”Alabanzas al Cordero! de mi vida el poder. TriunfĆ³ en el madero. Ā”aleluya! AmĆ©n. Mis culpas sentĆ­, y contrito acudĆ­ a Cristo, refugio eternal para mĆ­. Y asĆ­ tengo yo en JesĆŗs que me amĆ³, la paz y el perdĆ³n que su sangre comprĆ³. Si hay penas aquĆ­, gozo eterno hay allĆ­, do Cristo prepara lugar para mĆ­. 74 Lucas 23.34; Salmo 51; Juan 1.16 Me habla ya, SeƱor JesĆŗs, tu dulce voz de amor, que desde el Ć”rbol de la cruz invita al pecador. Yo soy pecador, nada hay bueno en mĆ­. Ser objeto de tu amor deseo, y vengo a Ti. Nos ofreces el perdĆ³n de toda iniquidad, si el llanto inunda el corazĆ³n que acude a tu piedad. Yo soy pecador; ten de mĆ­ piedad, dame llanto de dolor, y borra mi maldad. TĆŗ prometes aumentar la fe del que creyĆ³, y gracia sobre gracia dar a quien en Ti esperĆ³. Creo en Ti, SeƱor, sĆ³lo espero en Ti. Dame tu infinito amor, pues basta para mĆ­. 75 Apocalipsis 22; Juan 14.2; Salmo 17.15 Meditad en que hay un hogar en la margen del rĆ­o de luz, donde van para siempre a gozar los creyentes en Cristo JesĆŗs. c MĆ”s allĆ”, mĆ”s allĆ”, meditad en que hay un hogar, mĆ”s allĆ”, mĆ”s allĆ”, mĆ”s allĆ”, en la margen del rĆ­o de luz. Meditad en que amigos tenĆ©is de los cuales marchamos en pos, y pensad en que al fin los verĆ©is en el alto palacio de Dios. En que mora JesĆŗs meditad, donde seres que amamos estĆ”n, y a la patria bendita mirad sin angustias, temores, ni afĆ”n. Reunido a los mĆ­os serĆ©, mi carrera a su fin toca ya. En mi hogar celestial entrarĆ©, donde mi alma reposo tendrĆ”. 76 Juan 10.15,28; Daniel 9.26; IsaĆ­as 4.6, 32.2 MesĆ­as que muere perdĆ³n por ganar, MesĆ­as que puede salvar del pecar; es Ɖl el MesĆ­as que es menester, MesĆ­as que es bueno tener. c ĀæEs de ti? ĀæEs de ti? ĀæEs tuyo mi buen Salvador? Pastor que al rebaƱo su vida darĆ”, pastor que de todo lo protegerĆ”. Es Ɖl el pastor que es menester, pastor que es bueno tener. Piloto que sabe el peligro del mar, y puede los barcos al puerto guiar. Es Ɖl el piloto que es menester, piloto que es bueno tener. Refugio del frĆ­o y del gran ventarrĆ³n, refugio del juicio y la condenaciĆ³n. Es Ɖl el refugio que es menester, refugio que es bueno tener. 77 Lucas 15.11; 1 Pedro 2.25 Mirad al hijo prĆ³digo, del padre se apartĆ³. Miseria, engaƱo y escasez fue lo que allĆ­ encontrĆ³. c Yo me levantarĆ©; irĆ© a mi padre y le dirĆ©: Ā«Contrito heme aquĆ­: yo he pecado contra el cielo, y tambiĆ©n contra tiĀ» . Desesperado dijo asĆ­: Ā«Con hambre siempre estoy; perezco si me quedo aquĆ­, junto a mi padre voyĀ». Ā«Delante de Ɖl yo me pondrĆ©, pidiendo su favor. Humilde me confesarĆ© indigno de su amorĀ». Al ver a su hijo regresar, el padre se alegrĆ³. Dispuesto estaba a perdonar; de besos le colmĆ³. 78 1 Juan 3.16, 4.9,10; Lucas 23.45; Mateo 27.5 Mirad al Salvador JesĆŗs, al PrĆ­ncipe benigno, por mĆ­ muriendo allĆ­ en la cruz, por mĆ­, tan vil, indigno. c De amor la prueba hela aquĆ­: el Salvador muriĆ³ por mĆ­. Por mĆ­, por mĆ­, JesĆŗs muriĆ³ por mĆ­. Del sol la faz se oscureciĆ³ al ver su agonĆ­a. La dura peƱa se partiĆ³; oĆ­dlo, alma mĆ­a. Y yo tambiĆ©n al ver la cruz, por ella soy vencido. Mi corazĆ³n te doy, JesĆŗs, hoy a tu amor rendido. 79 Juan 19.30; Tito 3.5; Romanos 4.25, 5.15; Colosenses 1.9 Nada tuyo, pecador, de valor serĆ”. Todo hizo el Salvador, largo tiempo ha. c Ā«Ā”Consumado es!Ā» Ā”Oh! sĆ­, hecho todo estĆ”. ĀæQuĆ© mĆ”s necesitas? di: Nada, nada ya. Cuando de su hogar bajĆ³ a obrar y morir, todo ya cabal quedĆ³, Ć³yele decir: Mientras de tal obra el don dejes de aceptar, las tuyas fatales son; muerte han de llevar. Busca en Cristo el perdĆ³n con deseo fiel, y hallarĆ”s tan grato don sĆ³lo, sĆ³lo en Ɖl. 80 GĆ©nesis 19.17; 2 Corintios 6.3; JeremĆ­as 4.6, 51.50; Ɖxodo 3.7 No os detengĆ”is, venid a Cristo, Ɖl os llama con amor. No os detengĆ”is, JesĆŗs ha visto vuestras culpas y dolor. c No os detengĆ”is, no os detengĆ”is, nunca, nunca, nunca. Cristo por salvarnos dio su sangre cuando Ɖl muriĆ³. No os detengĆ”is, perdĆ³n alcanza quien confĆ­a en el SeƱor. No os detengĆ”is, y sin tardanza acudid al Redentor. No os detengĆ”is, JesĆŗs ha muerto por el pobre pecador. No os detengĆ”is, camino cierto es JesĆŗs el Salvador. No os detengĆ”is, JesĆŗs da calma al cargado de dolor. No os detengĆ”is, la paz del alma os ofrece el Salvador. 81 Lucas 15.4; IsaĆ­as 53.6; 1 Pedro 2.25 Noventa y nueve ovejas son las que en el prado estĆ”n. Mas una sola sin pastor por la montaƱa va. Del buen redil se apartĆ³, y vaga en triste soledad, y vaga en triste soledad. Por esta oveja el Buen Pastor se expone con piedad, dejando solo aquel redil al que ama de verdad; Y al espeso bosque va, su pobre oveja a rescatar, su pobre oveja a rescatar. Oscura noche ve venir, y negra tempestad; mas todo arrostra y a sufrir lo lleva su bondad. Su oveja quiere restituir, y a todo trance restaurar, y a todo trance restaurar. Sangrando llega el Buen Pastor, la oveja herida estĆ”. El bosque siente su dolor, comparte su ansiedad. Empero Cristo con amor su oveja pudo rescatar, su oveja pudo rescatar. 82 Job 7.6; Salmo 68.2; IsaĆ­as 55.6; Santiago 4.14; Lucas 13.25 Nuestra vida acabarĆ”, cual las hojas caerĆ”, cual el sol se ocultarĆ”. Busca a Dios. Vuela cada dĆ­a veloz, y volando da su voz: Ā«Ven a dar tu cuenta a DiosĀ». Busca a Dios. c Busca a Dios, busca a Dios. Entre tanto tengas tiempo, busca a Dios. Si te atreves a esperar, Dios la puerta cerrarĆ”. Te dirĆ”: Ā«Es tarde yaĀ». Busca a Dios. Pierde el hombre su vigor, se marchita cual la flor, desvanece cual vapor. Busca a Dios. Como el rĆ­o a prisa va hasta entrar al vasto mar, vas asĆ­ a la eternidad. Busca a Dios. Clama a Dios de corazĆ³n con sincera contriciĆ³n, por JesĆŗs Dios da perdĆ³n. Busca a Dios. Si no escuchas al SeƱor, si desprecias su perdĆ³n, te acarreas perdiciĆ³n. Busca a Dios. 83 2 Reyes 7.9; IsaĆ­as 57.20; Juan 16.33 Nuevas alegres para decirles tengo yo ahora, y estas son: que mis pecados son perdonados, y con JesĆŗs tendrĆ© galardĆ³n. Y que tambiĆ©n, aĆŗn queda lugar en la casa celestial para aquellos que quisieran la salvaciĆ³n aceptar. Goces mundanos ya he dejado; no quiero mĆ”s tan falso placer. Paz prometieron, mas engaƱaron, no me pudieron satisfacer. Mejor estoy con mi Salvador, al cielo voy por su favor. Ɖl me guĆ­a cada dĆ­a en su amor y verdad. Ya no me importa lo que dijeren los enemigos de mi SeƱor. Ɖl me ha buscado y me ha salvado, voy a la gloria, reino de amor. Siempre yo tengo luchas aquĆ­; dulce descanso tengo allĆ­. Ā”Oh quĆ© gozo para mi alma cuando me llame el SeƱor! 84 Efesios 1.17; Colosenses 1.14; Hebreos 9.12; Salmo 40.3, 103.1 al 4 Oh alma mĆ­a, a tu SeƱor eleva cĆ”nticos de loor, por la tan grande salvaciĆ³n que tienes por su redenciĆ³n. c Ā”QuĆ© redenciĆ³n! Ā”QuĆ© grande paz, que TĆŗ, SeƱor, por ella das! Ya canto con alegre son de tu grandiosa redenciĆ³n. Del bien muy lejos caminĆ© y contra Dios me rebelĆ©. Mas ya de Cristo es mi canciĆ³n; soy salvo por su redenciĆ³n. Feliz el dĆ­a cuando vi lo que hizo Cristo para mĆ­. GozĆ”ndome de mi perdĆ³n, cantĆ© yo de su redenciĆ³n. De mi virtud no quiero hablar, pues en JesĆŗs mi todo estĆ”. Mi paz y mi justicia son el fruto de la redenciĆ³n. Ā”Oh pecador! JesĆŗs a ti te dice: Ā«Ven, Ā”oh! ven a mĆ­. AcĆ©ptame en tu corazĆ³n y goza de la redenciĆ³nĀ». 85 Salmo 38.4,17; Romanos 5.6, 10.9 Ā”Oh cansado caminante! ahora pĆ”rate a escuchar a JesĆŗs quien tan amante te ha venido a rescatar. c Ā”Oh, no hagas mĆ”s demora! A JesĆŗs, amigo, ve; Ɖl te salvarĆ” ahora si tĆŗ vas a Ɖl por fe. Con pecado tan cargado ve a Dios en confesiĆ³n; y de Ɖl, ya perdonado, tĆŗ tendrĆ”s la salvaciĆ³n. Aunque dĆ©bil, siempre piensa en JesĆŗs y su bondad. Ɖl serĆ” tu gran defensa contra toda la maldad. Con vestido muy hermoso Ɖl te quiere hoy vestir, para que con Ɖl gozoso, tĆŗ a la gloria puedas ir. 86 Juan 6.68; Hechos 13.26, 4.12; Santiago 1.21 Ā”Oh, cantĆ”dmelas otra vez! bellas palabras de vida. Hallo en ellas consuelo y paz, bellas palabras de vida. SĆ­, de luz y vida, son apoyo y guĆ­a.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son! bellas palabras de vida. Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son! bellas palabras de vida.
Jesucristo a todos da bellas palabras de vida. Hoy recĆ­belas, pecador, bellas palabras de vida. Bondadoso te salva y al cielo te llama.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son! bellas palabras de vida. Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son! bellas palabras de vida.
Grato el cƔntico sonarƔ, bellas palabras de vida. Tus pecados perdonarƔ, bellas palabras de vida. Sƭ, de luz y vida, son apoyo y guƭa.
Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son! bellas palabras de vida. Ā”QuĆ© bellas son, quĆ© bellas son! bellas palabras de vida.
87 Salmo 16.2,11; JeremĆ­as 2.13, 8.15 Ā”Oh! Cristo en Ti, sĆ­, sĆ³lo en Ti, mi corazĆ³n hallĆ³ la paz, perdĆ³n, que con afĆ”n sin descansar buscĆ³. c Ya ningĆŗn bien sin Cristo habrĆ”; Ɖl sĆ³lo para mĆ­. Luz, gozo, paz y gran felicidad se encuentran sĆ³lo Cristo en Ti. El mundo con afĆ”n probĆ© y mi alma lo gustĆ³. Mas descontento me quedĆ© y mi alma se afligiĆ³. GemĆ­ por paz, felicidad; busquelas mĆ”s que a Ti. Mas cuando Cristo me salvĆ³, me satisfizo a mĆ­. 88 2 Corintios 6.2; GĆ©nesis 6.3; Hechos 17.31 Oh, hombre, tu Dios de su gloria te llama con dulces acentos de su corazĆ³n. Escucha la voz que del cielo proclama: que hoy solamente es el dĆ­a del perdĆ³n. c Que hoy solamente es el dĆ­a del perdĆ³n. Que hoy solamente es el dĆ­a del perdĆ³n. Su corazĆ³n, lleno de tierno cuidado, de lejos conoce tu gran rebeliĆ³n. Al Hijo en rescate por todos ha dado, mas hoy solamente es el dĆ­a del perdĆ³n. c Mas hoy solamente ... Si tĆŗ le rechazas, Ɖl ha de dejarte, y no te valdrĆ” de JesĆŗs rico don. AcĆ©ptale, amigo, si quieres salvarte, pues hoy solamente es el dĆ­a del perdĆ³n. c Pues hoy solamente ... MĆ”s tarde el SeƱor traerĆ” para juicio delante del trono al ruin pecador. Entonces no es tiempo de huir del suplicio, pues hoy solamente es el dĆ­a del perdĆ³n. c Pues hoy solamente ... 89 Ezequiel 34.16; Lucas 5.32, 14.21 Ā”Oh llamad a los perdidos, tan lejanos del redil! Atraed a los huidos al cuidado pastoril.
Ā”SĆ­, llamad a los peores, sumergidos en maldad! Por salvar los pecadores Cristo espera. Ā”SĆ­, llamad!
Ā”Oh llamad a los cansados por esfuerzos sin valor! Sin sus obras son salvados los que creen al SeƱor.
Ā”SĆ­, llamadlos! Dios invita a que acepten su bondad, y con sumisiĆ³n contrita a Ɖl vengan. Ā”SĆ­, llamad!
Ā”Oh llamadlos, que conozcan al que da la salvaciĆ³n! Y que nunca mĆ”s carezcan de su grande provisiĆ³n.
Ofrecedles vida eterna, celestial felicidad, y con caridad fraterna siempre al pecador llamad.
90 1 Juan 4.10; MalaquĆ­as 3.6; Hebreos 12.28 Ā”Oh tierno Salvador JesĆŗs, del mundo TĆŗ la clara luz! Me das perdĆ³n, me das sostĆ©n; bendĆ­ceme con todo bien. c Moriste TĆŗ, SeƱor JesĆŗs, por mis pecados en la cruz; con gratitud tu fiel amor recuerdo yo, mi Salvador. Por ese amor, Ā”quĆ© grato bien! te quiero yo a Ti tambiĆ©n. Tu corazĆ³n, cuĆ”n puro amor sintiĆ³ por mĆ­, oh Salvador. Has sido mi amigo fiel; confĆ­o en Ti, oh Emanuel. No cambiarĆ”, oh Salvador, jamĆ”s por mĆ­ tu fiel amor. La sangre diste TĆŗ por mĆ­; con ella salvo fui por Ti. Yo gozarĆ© felicidad contigo por la eternidad. Conmigo moras ya, JesĆŗs, y vivirĆ© contigo en luz. 91 Mateo 11.28; Juan 7.37, 8.12 OĆ­ la voz del Salvador decir con tierno amor: Ā«Venid a mĆ­ y descansad, cargado pecadorĀ». Al Redentor, tal como fui, cansado yo acudĆ­. Y luego dulce alivio y paz por fe de Ɖl recibĆ­. OĆ­ la voz del Salvador decir: Ā«Venid, bebed; Yo soy la fuente de salud y apago toda sedĀ». Con sed de Dios, del vivo Dios, buscaba al Salvador. Lo hallĆ©; mi sed Ɖl apagĆ³, y hoy vivo por su amor. OĆ­ su dulce voz decir: Ā«Del mundo soy la luz. Miradme a mĆ­ y salvos sed; hay vida por mi cruzĀ». MirĆ© al SeƱor, y luego en Ɖl mi guĆ­a y sol hallĆ©. Y en esa luz de vida yo aquĆ­ siempre andarĆ©. 92 Mateo 9.13; Juan 8.36; 1 Juan 2.12 OĆ­d palabra de JesĆŗs: Ā«Yo salvo al pecadorĀ». OĆ­d palabra de JesĆŗs: Ā«Yo salvo al pecadorĀ». c Ven a Cristo, ven a Cristo; Ɖl te salvarĆ”. Ahora mismo ven a Cristo y Ɖl te salvarĆ”. Ven, pecador, ven a JesĆŗs; Ɖl te libertarĆ”. Ven, pecador, ven a JesĆŗs; Ɖl te libertarĆ”. Perdido, ven, ven a JesĆŗs; Ɖl te perdonarĆ”. Perdido ven, ven a JesĆŗs; Ɖl te perdonarĆ”. 93 Juan 6.37, 7.37, 10.11; Apocalipsis 22.12 Palabra fiel es de JesĆŗs, oh pecador, a ti: Ā«Yo no desecharĆ© jamĆ”s a quien acude a mĆ­Ā». Palabra fiel es de JesĆŗs: Ā«Si alguno tiene sed, el agua de la vida Yo de balde le darĆ©Ā». Palabra fiel es de JesĆŗs: Ā«Yo te consolarĆ©; cargado y trabajado, ven, descanso te darĆ©Ā». Palabra fiel es de JesĆŗs: Ā«El buen Pastor Yo soy; a las ovejas que escogĆ­, la vida eterna doyĀ». Palabra fiel es de JesĆŗs: Ā«En breve Yo vendrĆ©, y galardĆ³n al siervo fiel conmigo traerĆ©Ā». 94 Job 7.6, 14.10; Deuteronomio 30.19 Pasan dĆ­as, meses, aƱos con pasmosa rapidez, y nosotros pronto iremos de este mundo. ĀæY quĆ© despuĆ©s? Muchos viven descuidados de su eterna salvaciĆ³n; y al morir, desesperados, pasan a la perdiciĆ³n. Otros a JesĆŗs se entregan, confesando su maldad. Creen que su sangre limpia del pecado, y tienen paz. Vida y muerte estĆ”n delante; salvaciĆ³n y perdiciĆ³n. Tienes tĆŗ que decidirte; ĀæquĆ© serĆ” tu decisiĆ³n? SĆ³lo un paso ahora falta; no vaciles, pecador. Es el paso decisivo de entregarte al Salvador. 95 Romanos 5.1; 2 Corintios 5.17; Efesios 2.9 Paz con Dios, busquĆ© ganarla con febril solicitud, mas mis Ā«obras meritoriasĀ» no me dieron la salud. c Ā”Oh quĆ© paz JesĆŗs me da! paz que antes ignorĆ©. Todo nuevo se tornĆ³ desde que su paz hallĆ©. Lleno estaba yo de dudas, temeroso de morir; hoy en paz, maƱana triste, con temor del porvenir. Al final en desespero, Ā«Ya no puedoĀ», dije yo. Y del cielo oĆ­ respuesta: Ā«Todo hecho ya quedĆ³Ā». De mis obras despojado, vi la obra de JesĆŗs. Supe que la paz fue hecha por la sangre de su cruz 96 Lucas 19.10; Colosenses 1.14; Apocalipsis 21.27 Pecador, JesĆŗs te busca y te ofrece salvaciĆ³n. Ā”Oh! no esperes la maƱana, no rechaces el perdĆ³n. c Hoy acude tĆŗ a JesĆŗs, ahora mismo ve a la cruz, y hallarĆ”s perdĆ³n y luz. Si la muerte a ti llegare, pecador, Āæa dĆ³nde vas? Sin perdĆ³n de tus pecados no entrarĆ”s al santo hogar. No deseches a este amigo; tanto Ɖl hizo ya por ti. Oye, pues, su buen mensaje: Ā«Pecador, por ti sufrĆ­Ā». 97 Marcos 2.17; Hechos 19.18; Lucas 13.25 Pecador, JesĆŗs te llama, Ā”cuĆ”nto le haces esperar! ĀæPor quĆ© ingrato asĆ­ rechazas al que quiĆ©rete salvar? c Deja entrar al Rey de gloria, Ć”brele tu corazĆ³n. CuĆ©ntale tu triste historia; en sus labios hay perdĆ³n. Para el mundo tus desvelos guardas siempre, pecador; nada para el Rey del cielo, quien muriĆ³, tu Redentor. Cristo llama, hoy te llama, mas no siempre llamarĆ”. Date prisa, que maƱana no tendrĆ”s tal vez lugar. 98 Proverbios 8.17; Lucas 15 Pecador, ven a Cristo JesĆŗs, y feliz para siempre serĆ”s; que si tĆŗ le quisieras tener, al divino SeƱor hallarĆ”s. c Ven a Ɖl, pecador. Ven a Ɖl, pecador, que te espera tu buen Salvador. Ven a Ɖl, pecador. Ven a Ɖl, pecador, que te espera tu buen Salvador. Si cual hijo que necio pecĆ³ vas buscando a sus pies compasiĆ³n, tierno amigo en JesĆŗs hallarĆ”s, y tendrĆ”s por su sangre perdĆ³n. Cual oveja que huyĆ³ del redil, da tĆŗ voces al buen Salvador, y en los hombros llevada serĆ”s de tan fuerte y amante Pastor. 99 Romanos 8.38,39; Juan 14.27; 2 Timoteo 2.19 Por la justicia de mi Dios, por sangre que JesĆŗs vertiĆ³, alcanzo paz, poder, perdĆ³n, y cuanto bien me prometiĆ³. Que sĆ³lo Cristo salva, sĆ©; segura base es de mi fe, segura base es de mi fe. AsĆ­ turbada no verĆ© mi paz, su incomparable don. Aunque Ɖl un tiempo oculto estĆ©, me dejarĆ” su bendiciĆ³n. En mĆ­ no puede haber jamĆ”s ninguna base real de paz, ninguna base real de paz. En la tormenta sostendrĆ”, el pacto que jurĆ³ y sellĆ³. Siempre su amor perdurarĆ”, su amor que mi alma redimiĆ³. La roca eterna me da, base Ćŗnica que durarĆ”, base Ćŗnica que durarĆ”. 100 2 Corintios 6.2; Juan 5.40 ĀæPor quĆ© demoras, amigo? ĀæPor quĆ© hoy no quieres venir? Es Cristo JesĆŗs quien te llama; al cielo con Ɖl podrĆ”s ir. c ĀæPor quĆ©, por quĆ© a Cristo no quieres venir? ĀæPor quĆ©, por quĆ© hoy mismo no quieres venir? Oh di, ĀæquĆ© esperas, amigo, ganar demorĆ”ndote mĆ”s? Es sĆ³lo Cristo quien salva, Ɖl sĆ³lo podrĆ” darte paz. ĀæNo sientes que Dios, amigo, hoy habla a tu corazĆ³n? Ā”Oh! Āæpor quĆ© el pecado no dejas, y aceptas ya la salvaciĆ³n? ĀæPor quĆ© demoras, amigo? La gracia ya terminarĆ”, y Cristo, que pronto hoy salva, mĆ”s tarde en el juicio vendrĆ”. 101 Juan 5.42; IsaĆ­as 55.1; Marcos 6.42 Preste oĆ­dos el humano a la voz del Salvador. RegocĆ­jese el que siente el pecado abrumador. Ya resuena el evangelio de la tierra en ancha faz, y de gracia ofrece al hombre el perdĆ³n, consuelo y paz. Vengan todos los que sufren, los que sienten hambre y sed; los que dĆ©biles se encuentran de este mundo a la merced. En JesĆŗs hay pronto auxilio, hay hartura y bienestar, salvaciĆ³n y fortaleza cual ninguno puede dar. Vengan cuantos se acongojan por lograr con quĆ© vestir, y a su afĆ”n tan sĆ³lo rinden servidumbre hasta el morir. Un vestido hay mĆ”s precioso, blanco, puro y eternal. Es JesĆŗs quien da a las almas ese manto celestial. ĀæPor quĆ© en rumbo siempre incierto vuestra vida recorrĆ©is? A JesĆŗs venid, mortales, que muy cerca le tenĆ©is. Ɖl es vida en tierra y cielo, y el exceso de su amor os mejora la presente y os reserva otra mejor. 102 Juan 14.3; 2 Corintios 5.2; Apocalipsis 21.3 Promete a los suyos el Salvador un hogar, un hogar, morada celeste de paz, amor y bienestar, do libres de pena, sin mancha ni mal, gozando con Cristo la dicha eternal, contemplan los fieles en gloria y luz el rostro de aquel que muriĆ³ en la cruz. c SĆ­, por mĆ­; sĆ­, por mĆ­; Cristo prepara un dulce hogar. SĆ­, por mĆ­; sĆ­, por mĆ­, un dulce hogar. A todos ofrece el buen Salvador este hogar, este hogar, y amante les dice: Ā«A mĆ­ venid y descansadĀ». En esta bendita morada jamĆ”s ni muerte ni duelo podrĆ”n penetrar. En ella no hay noche, pues Cristo JesĆŗs, Cordero divino, es del cielo la luz. c SĆ­, a ti; sĆ­, a ti; Cristo te ofrece un dulce hogar. SĆ­, a ti; sĆ­, a ti, un dulce hogar. DejĆ³ por nosotros el Salvador su hogar, su hogar, y quiso su vida en la triste cruz sacrificar, a fin de librarnos de condenaciĆ³n, abriendo el camino de la salvaciĆ³n. OĆ­d, pues, con gozo el mensaje de amor que ya nos proclama: Ā”JesĆŗs es SeƱor! 103 Lucas 18.37, 19.3 ĀæQuĆ© significa el gran rumor? ĀæQuĆ© significa el gran tropel? ĀæQuiĆ©n puede un dĆ­a y otro asĆ­ la muchedumbre conmover? Responde el pueblo en alta voz: Ā«Pasa JesĆŗs de NazaretĀ». ĀæQuiĆ©n es, decid, el tal JesĆŗs que manifiesta tal poder? ĀæPor quĆ© a su paso la ciudad se agolpa ansiosa en torno de Ɖl? Lo dice el pueblo, oĆ­d su voz: Ā«Pasa JesĆŗs de NazaretĀ». JesĆŗs, quien vino acĆ” a sufrir angustia, afĆ”n, cansancio y sed; y dio consuelo, paz, salud a cuantos viera padecer. Por eso alegre el ciego oyĆ³: Ā«Pasa JesĆŗs de NazaretĀ». Aun ahora viene el Salvador dispuesto a hacernos mucho bien, y amante llama a nuestro hogar queriendo en Ɖl permanecer. Se acerca ya; Āæno oĆ­s su voz? Pasa JesĆŗs de Nazaret. Se repiten las Ćŗltimas dos lĆ­neas de cada estrofa. 104 Mateo 27.22; JosuĆ© 24.15; Romanos 11.22 ĀæQuĆ© voy a hacer? ĀæMe entregarĆ© a JesĆŗs, o me endurecerĆ©? ĀæQuĆ© escogerĆ©? ĀæEl mundo y su placer, o a Cristo seguirĆ©? c Yo sĆ­, yo sĆ­, yo sĆ­, confiado, oh Cristo, en Ti, te seguirĆ©. Comprado soy; tu sangre el precio fue, y tuyo quiero ser. Tu grande amor me ablanda el corazĆ³n, despierta en mĆ­ la fe. Yo creo en Ti; no puedo ya dudar, a Cristo mirarĆ©. 105 Ɖxodo 32.26; Marcos 8.34; 1 Corintios 1.18 ĀæQuiĆ©n es de la parte del buen Salvador, pronto a dedicarse ahora a su SeƱor, y que abandonando su falaz vivir, quiere acĆ” servirle y aun con Ɖl sufrir? c ĀæQuiĆ©n de Cristo al lado quiere caminar? ĀæQuiĆ©n hasta Ɖl desea los demĆ”s guiar? Por tu rica gracia, por tu grande amor, henos de tu parte, para Ti, SeƱor. No ambicionamos gloria ni poder, mas queremos ya tu voluntad hacer. Quien tu perdurable gracia llegue a ver, vese constreƱido de tu parte a ser. No con oro o plata, oh JesĆŗs, SeƱor, TĆŗ nos redimiste, con divino amor. Fue con sangre tuya, Ā”quĆ© gran expiaciĆ³n! con que TĆŗ efectuaste nuestra redenciĆ³n. La batalla dura siempre habrĆ” de ser; enemigos fuertes hemos de tener. Mas omnipotente es nuestro CapitĆ”n; ha vencido ya la fuerza de SatĆ”n. 106 1 Juan 1.7; Lucas 6.19, 8.46; Romanos 1.16 ĀæQuieres ser libre del vicio y del mal? En Cristo JesĆŗs hay gran poder. ĀæQuieres por Ɖl la victoria ganar? Por siempre poder hay en Ɖl. c Hay poder, sĆ­, sin igual poder en JesĆŗs que muriĆ³. Hay poder, sĆ­, sin igual poder por la sangre que vertiĆ³. ĀæQuieres ser puro, aceptable al SeƱor? En Cristo JesĆŗs hay gran poder. Te limpiarĆ” con la sangre que dio. Por siempre poder hay en Ɖl. ĀæQuieres ser libre de tu vanidad? En Cristo JesĆŗs hay gran poder. Pide a JesĆŗs que te dĆ© su humildad, por siempre poder hay en Ɖl. ĀæQuieres a Cristo servir y agradar? En Cristo JesĆŗs hay gran poder. ĀæQuieres corona de vida ganar? Por siempre poder hay en Ɖl. 107 Ɖxodo 17.6; Deuteronomio 32.31; Salmo 61.2 Roca abierta ya por mĆ­, tengo abrigo siempre en Ti. Es tu sangre, oh JesĆŗs, por mĆ­ derramada en cruz, el remedio eficaz de mi culpa contumaz. Todo celo vano es; vanas son mis lĆ”grimas. TĆŗ, oh JesĆŗs mi Salvador, sĆ³lo puedes perdonar. En tu cruz estĆ” el perdĆ³n; sĆ³lo en Ti hay salvaciĆ³n. En mi vida terrenal y en mi hĆ”lito final, cuando te verĆ©, JesĆŗs, en el trono de la luz, roca abierta ya por mĆ­, dame siempre abrigo en Ti. 108 IsaĆ­as 1.18, 43.25; Oseas 14.1; Ezequiel 33.11 Rojos son tus pecados, como grana Dios los ve. Rojos son tus pecados, como grana Dios los ve. Aunque parezcan ser pocos, Ɖl asĆ­ los ve.
Mas en Ɖl ten confianza; mas en Ɖl ten confianza, dice que los borrarĆ”; dice que los borrarĆ”.
Escuchad que os suplica: Ā«Oh volved a vuestro DiosĀ». Escuchad que os suplica: Ā«Oh volved a vuestro DiosĀ». Ɖl os darĆ” gran consuelo y su eterno amor.
Para darnos la vida; para darnos la vida, Ɖl a Cristo entregĆ³, Ɖl a Cristo entregĆ³.
Perdonarte Ɖl desea toda tu iniquidad. Perdonarte Ɖl desea toda tu iniquidad. Si tĆŗ le dejas entrar en tu corazĆ³n,
Ɖl te harĆ” como la nieve; Ɖl te harĆ” como la nieve, y contigo cenarĆ”, y contigo cenarĆ”.
Oh, no dudes a Cristo, su palabra cumplirĆ”. Oh, no dudes a Cristo, su palabra cumplirĆ”, porque verdad es su nombre, nuestro Redentor.
Dile que tĆŗ le crees; dile que tĆŗ le crees, y con Ɖl tĆŗ reinarĆ”s; y con Ɖl tĆŗ reinarĆ”s.
109 Salmo 36.9; Juan 7.37,38; IsaĆ­as 55.1 ĀæSabes dĆ³nde hay una fuente pura de divino amor, cuyas aguas celestiales manan con ferviente ardor? Esta fuente inagotable, de eficacia y de valor, es el Redentor bendito, el precioso Salvador. c Es JesĆŗs la viva fuente, donde he apagado yo esa sed que consumĆ­a mi angustiado corazĆ³n. Esa fuente siempre pura nunca su cristal perdiĆ³; y sus aguas refrescantes se te ofrecen, pecador. Si sediento y fatigado, a JesĆŗs la fuente vas, satisfecho y aliviado al momento quedarĆ”s. Ā”Oh! recibe pues su oferta; no rechaces, no, su amor. Dile: Ā«De esas aguas dame, y sabrĆ© su gran valorĀ». Sin dinero y sin precio, se te ofrece el grato don: vida eterna, paz y gozo, de tus culpas el perdĆ³n. 110 Colosenses 1.20; Mateo 14.30 Salvador, a Ti yo acudo, PrĆ­ncipe de amor. SĆ³lo en Ti hay paz y vida para el pecador. c Cristo, Cristo, tierno Salvador, mi humilde ruego escucha; Ā”sĆ”lvame, SeƱor! SalvaciĆ³n y paz buscando, vengo yo a tu cruz. En tu muerte estoy confiando; Ā”sĆ”lvame, JesĆŗs! Son tus mĆ©ritos la fuente de mi salvaciĆ³n. En tu muerte solamente hallo paz, perdĆ³n. 111 Romanos 8.35; Hebreos 6.18 Si angustiado y triste estĆ”s, ven al Salvador. Paz y alivio encontrarĆ”s en el buen Pastor. Ɖl tu voz escucharĆ” y consuelo te darĆ”. A tu lado ahora estĆ” Cristo el Salvador. Mira que por ti muriĆ³ Cristo el Salvador. En la cruz su vida dio nuestro Redentor. Hoy te llama, atiende, sĆ­, pues te dice: Ā«Ven a mĆ­Ā». Todo bien hay para ti en el Salvador. Es JesĆŗs amigo fiel, tierno Salvador. SĆ³lo en Ɖl tendrĆ”s el bien; dile tu dolor. Ɖl tus culpas borrarĆ”, tus dolores calmarĆ”. Nunca te abandonarĆ” Cristo el Salvador. 112 IsaĆ­as 48.18; Filipenses 4.7; 3 Juan 2 Si paz cual un rĆ­o es aquĆ­ mi porciĆ³n, si es como las olas del mar; cualquiera mi suerte, es ya mi canciĆ³n: Ā«EstĆ” bien, con mi alma estĆ” bienĀ». c EstĆ” bien. EstĆ” bien. EstĆ” bien con mi alma, estĆ” bien. Por mĆ”s que SatĆ”n me tentare a mĆ­, en esto consuelo tendrĆ©: que Cristo, al ver cuĆ”n perdido yo fui, en la cruz por mi alma muriĆ³. Pecado llevĆ³, y las gracias le doy; completo el trabajo estĆ”. Llevolo en la cruz y ya libre estoy; Ā”oh mi alma, bendice al SeƱor! Que viva por Cristo, y sĆ³lo por Ɖl. Y si yo muriese, bien sĆ© que no temerĆ©, porque Cristo es fiel y mi alma en su paz guardarĆ”. Mas no es la muerte que espero, SeƱor; la tumba mi meta no es. Tu pronta venida, en tu tierno amor, esperando mi alma hoy estĆ”. 113 JeremĆ­as 13.23, 2.22 Si yo mis pecados pudiera lavar, o sangre o pena tambiĆ©n ofrendar, si obras valieran en pago del mal, no fuera el Calvario el solo caudal, el solo caudal, el solo caudal; no fuera el Calvario el solo caudal. Mas sĆ© que no tengo de mĆ­ santidad, no puedo limpiarme de tanta maldad. Ni santo ni arcĆ”ngel ofrece, audaz, quitar mis pecados y darme solaz, y darme solaz, y darme solaz; quitar mis pecados y darme solaz. Ā”Oh Cristo bendito! por Ti sĆ³lo hay paz. Tu obra, tu sangre, caudal eficaz. TĆŗ llamas al hombre muriendo de sed: Ā«En mĆ­ es la fuente, venid y bebedĀ». Ā«Venid y bebed, venid y bebed. En mĆ­ es la fuente, venid y bebedĀ». 114 Salmo 17.15; Hebreos 11.16, 12.22 al 24 Siempre hablamos del mundo dichoso, de los goces que Dios nos darĆ”, del paĆ­s halagĆ¼eƱo y hermoso. Mas hallarnos allĆ­, ĀæquĆ© serĆ”? c ĀæQuĆ© serĆ”, quĆ© serĆ”? Mas hallarnos allĆ­, ĀæquĆ© serĆ”? ĀæQuĆ© serĆ”, quĆ© serĆ”? Mas hallarnos allĆ­, ĀæquĆ© serĆ”? Siempre hablamos del triunfo y la gloria que en los cielos sin fin reinarĆ”n, de los himnos de amor y victoria. Mas hallarnos allĆ­, ĀæquĆ© serĆ”? Siempre hablamos del dĆ­a esplendente que en el santo paĆ­s brillarĆ”, de JesĆŗs, Salvador del creyente. Mas hallarnos allĆ­, ĀæquĆ© serĆ”? Ni pecados, ni llanto, ni duelo, ni pesares ningunos habrĆ” en la casa de Dios, en el cielo. Pues hallarnos allĆ­, ĀæquĆ© serĆ”? 115 IsaĆ­as 1.18; 1 Pedro 1.19; Romanos 8.37 SĆ³lo tu preciosa sangre, Cristo Salvador, el pecado quitar puede de este pecador. c Ā”Oh! con tu preciosa sangre lĆ­mpiame, SeƱor. Aun por mĆ­ la derramaste en tu gran amor. Y si mi pecado fuere como el carmesĆ­, puro mĆ”s que blanca nieve, me pondrĆ”s a mĆ­. SĆ³lo tu preciosa sangre salvaciĆ³n me da. Haz que sin cesar me guarde libre de pecar. Por la sangre del Cordero soy el vencedor de SatĆ”n y del pecado; Ā”gloria al Salvador! 116 Lucas 2.14; IsaĆ­as 12.5; Apocalipsis 5.9 Suenen dulces himnos, gratos al SeƱor, y Ć³iganse en concierto universal. Desde el alto cielo baja el Salvador para beneficio del mortal. c Ā”Gloria, gloria sea a nuestro Dios! Ā”Gloria! sĆ­, cantemos a una voz. Y el cantar de gloria, que se oyĆ³ en BelĆ©n, sea nuestro cĆ”ntico tambiĆ©n. Salte de alegrĆ­a, lleno el corazĆ³n, la abatida y pobre humanidad. Dios se compadece viendo su aflicciĆ³n, y le muestra buena voluntad. Lata en nuestro pecho noble gratitud hacia el que nos brinda redenciĆ³n; y a JesĆŗs el Cristo, quien da salvaciĆ³n, tributemos nuestra adoraciĆ³n. 117 Juan 6.37, 68; 1 Juan 4.18 Tal como soy, sin mĆ”s decir, que a otro yo no puedo ir, y TĆŗ me invitas a venir, bendito Cristo, vengo a Ti. Tal como soy, sin demorar, del mal queriĆ©ndome librar; me puedes sĆ³lo TĆŗ salvar, bendito Cristo, vengo a Ti. Tal como soy, en aflicciĆ³n, expuesto a muerte, perdiciĆ³n, buscando vida, paz, perdĆ³n, bendito Cristo, vengo a Ti. Tal como soy, tu grande amor me vence, y con grato ardor servirte quiero, mi SeƱor; bendito Cristo, vengo a Ti. 118 Lucas 18.24, 13.24; Efesios 2.12 Ā”Tan cerca del reino! ĀæPor quĆ© no entrarĆ”s? Ā”Tan cerca! Pues, pasa hoy mismo el umbral. La voz de ‘maƱana’ es voz de SatĆ”n. Ā”Tan cerca! y tal vez nunca llegues a entrar. c ĀæQuisieras salvarte? EntrĆ©gate a Cristo; te quiere salvar. Ā”Tan cerca! que tĆŗ oyes la alegre canciĆ³n de los que se gozan en su Salvador. Ā”Tan cerca! y al mundo no quieres dejar, y Cristo te espera y te quiere salvar. Ā”Sin Cristo morir! ĀæquĆ© esperanza tendrĆ”s? Morir sin ser salvo: Ā”perdido estarĆ”s! No corras el riesgo de eterno penar; entrĆ©gate a Cristo, te quiere salvar. 119 Hechos 24.25, 26.28, 17.30 al 32; 2 Pedro 3.9 ĀæTe sientes casi resuelto ya? ĀæTe falta poco para creer? Pues, Āæpor quĆ© dices a Jesucristo: Ā«Hoy no. MaƱana te seguirĆ©Ā»? ĀæTe sientes casi resuelto ya? Pues vence el casi, con Cristo ven, porque hoy es tiempo, pero maƱana tarde, muy tarde pudiera ser. Sabes que el casi no es de valor en la presencia del justo Juez. Ā”Ay del que muere casi creyendo! Ā”Completamente perdido es! 120 Apocalipsis 3.20; 1 Juan 5.4 ĀæTemes que en la lucha no podrĆ”s vencer? ĀæContra las tinieblas has de contender? Abre bien la puerta de tu corazĆ³n, deja al Salvador entrar. c Deja al Salvador entrar. Deja al Salvador entrar. Abre bien la puerta de tu corazĆ³n, y entrarĆ” el Salvador. ĀæEs tu fe muy dĆ©bil en la oscuridad? ĀæSon tus fuerzas pocas contra la maldad? Abre bien la puerta de tu corazĆ³n, deja al Salvador entrar. ĀæQuieres ir gozĆ”ndote en la senda aquĆ­? ĀæQuieres que el SeƱor te utilice a ti? Abre bien la puerta de tu corazĆ³n, deja al Salvador entrar. 121 LevĆ­tico 25.9; JosuĆ© 6.4; Hebreos 2.14,15 Tocad trompeta ya, y con alegre son a todo el mundo proclamad eterna redenciĆ³n. c JesĆŗs el Redentor nos fue propiciaciĆ³n, y por su sangre, con dolor, nos trajo salvaciĆ³n. A todos publicad: Ā«JesĆŗs resucitĆ³Ā». Que ya de la mortalidad los lazos quebrantĆ³. Ā«Vosotros, que el favor del cielo no tenĆ©is, si vais a Cristo, por su amor su gracia gozarĆ©isĀ». Llamadlos sin cesar; id, proclamad perdĆ³n. Decid a todos sin tardar que busquen salvaciĆ³n. 122 Marcos 16.15; Hechos 10.42 Todo aquel que oye, vaya a proclamar: Ā«SalvaciĆ³n de gracia puĆ©dese aceptarĀ». Al perdido mundo dĆ©bese anunciar: Ā«Ā”Id al Salvador JesĆŗs!Ā» c Todo aquel que cree debe procurar estas buenas nuevas siempre predicar: Que JesĆŗs de gracia quiere perdonar. Ā”Id al Salvador JesĆŗs! Todo aquel que quiere, vaya sin tardar; franca estĆ” la puerta y podĆ©is entrar. Cristo es el camino al celestial hogar. Ā«Ā”Id al Salvador JesĆŗs!Ā» Firme es la promesa, oye pecador. ĀæQuieres tĆŗ la vida? Mira al Salvador; Ɖl a todos llama con divino amor. Ā«Ā”Id al Salvador JesĆŗs!Ā» 123 Lucas 2.7; Juan 10.10; Mateo 27.18; Marcos 13.26 TĆŗ dejaste tu trono y corona por mĆ­ al venir a BelĆ©n a nacer. Mas a Ti no fue dado el entrar al mesĆ³n, y en pesebre te hicieron yacer. c Ven a mi corazĆ³n, oh Cristo, pues en Ć©l hay lugar para Ti. Ven a mi corazĆ³n, oh Cristo, ven, pues en Ć©l hay lugar para Ti. TĆŗ viniste, SeƱor, con tu gran bendiciĆ³n, para dar libertad y salud. Mas con odio y desprecio te hicieron morir, aunque vieron tu amor y virtud. Alabanzas sublimes los cielos darĆ”n cuando vengas glorioso de allĆ­, y tu voz nos dirĆ” de las nubes: Ā«Venid al hogar celestial junto a mĆ­Ā». 124 Proverbios 18.24; Juan 17.3; Hebreos 13.8 Un amigo hay mĆ”s que hermano, Cristo el SeƱor, quien llevĆ³ en cuerpo humano nuestro dolor. Este amigo moribundo, padeciendo por el mundo, demostrĆ³ su amor profundo. Ā”Dadle loor! Conocerle es vida eterna, Cristo el SeƱor; todo aquel que quiera venga al Redentor. Por nosotros Ɖl derrama vida suya, pues nos ama, y a su lado a todos llama. Ā”Dadle loor! Hoy, ayer, y por los siglos Cristo el SeƱor es el mismo fiel amigo; ven, pecador. Ɖl es pan en el desierto, nuestro guĆ­a, nuestro puerto. Es su amor el mismo cielo: Ā”Dadle loor! 125 Juan 3.3; 1 Pedro 1.3 Un hombre llegose de noche a JesĆŗs, buscando la senda de vida y luz, y Cristo le dijo: Ā«Si a Dios quieres ver, tendrĆ”s que renacerĀ». c TendrĆ”s que renacer. TendrĆ”s que renacer. De cierto, de cierto, te digo a ti: TendrĆ”s que renacer. Y tĆŗ, si quisieras al cielo llegar y con los benditos allĆ­ descansar; si vida eternal tĆŗ quisieras tener, tendrĆ”s que renacer. Oh hombre, no debes jamĆ”s desechar palabras que Cristo dignose hablar. Porque si no quieres el alma perder, tendrĆ”s que renacer. Amigos han ido con Cristo a estar, que mucho quisieras un dĆ­a encontrar. Hoy este mensaje pues debes creer: tendrĆ”s que renacer. 126 Hechos 26.23; Juan 12.35 Vagaba yo en la oscuridad, mas me salvĆ³ JesĆŗs, y con su amor y gran bondad llenome de su luz. c Gozo tengo en mi corazĆ³n, gozo, gozo por su salvaciĆ³n. Desde que a JesĆŗs vi y a su lado fui, de su amor el gozo yo he sentido en mĆ­. Las nubes y la tempestad no apartan a JesĆŗs, y en medio de la oscuridad me gozo de su luz. Andando asĆ­ en la luz con Dios encuentro plena paz. Voy adelante con fervor, dejando el mundo atrĆ”s. Verele pronto como Ɖl es, raudal de toda luz, y gozarĆ© en la eternidad a causa de su cruz. 127 Juan 10.15, 6.37 ĀæVagas triste y angustiado? ĀæBuscas tĆŗ solaz? Ā«Ven a mĆ­Ā», te dice Cristo, Ā«y halla pazĀ». ĀæHay seƱales que me indiquen que mi guĆ­a Ɖl es? Las heridas de sus manos y sus pies. ĀæHay corona que le adorne, si es Rey para mĆ­? SĆ­, corona, mas de espinas, hay allĆ­. Si le busco, si le sigo, ĀæcuĆ”l serĆ” su don? Del pecado, del infierno, redenciĆ³n. Si le pido que me salve, Āæme recibirĆ”? Puesto que por ti Ɖl ha muerto, salvarĆ”. 128 Mateo 28.19; Marcos 16.15; Lucas 24.47 Ve, cristiano, y predica de JesĆŗs, tu Salvador. SĆ­, ve a todos y explica el mensaje de su amor. c SĆ­, irĆ© a predicarles el santo y bendito evangelio. SĆ­, irĆ© a explicarles el mensaje de su amor. Diles que ellos son culpables; que Ā«ya condenadosĀ» son. Y con tonos muy amables, diles de la salvaciĆ³n. Diles de celestes goces por la sangre de JesĆŗs, que con penas tan atroces derramĆ³ en la cruenta cruz. Diles que ha resucitado, que glorificado estĆ”, que un hogar ha preparado do mĆ”s muerte nunca habrĆ”. Diles que muy pronto viene, y que grande galardĆ³n reservado Cristo tiene para los que salvos son. 129 Lucas 1.79; Mateo 28.18 al 20 Ved los millones que entre las tinieblas yacen perdidos, sin un Salvador. ĀæQuiĆ©n, quiĆ©n irĆ” las nuevas proclamando, que por JesĆŗs Dios salva al pecador? c Ā«Todo poder mi Dios me dio; ahora, a mis siervos mando Yo. Id al mundo y proclamad el evangelio; Y estoy con vosotros siempreĀ». Ā«A mĆ­ venidĀ», la voz divina llama. Clamad: Ā«VenidĀ», en nombre de JesĆŗs. Para salvarnos de la muerte eterna su vida Ɖl ofreciĆ³ en dura cruz. Que venga pronto el dĆ­a tan glorioso cuando los redimidos se unirĆ”n en coro excelso, santo y jubiloso; eternamente gloria a Dios darĆ”n. 130 Mateo 11.28; Apocalipsis 22.17 Ā«Ven, ven a mĆ­Ā»; en tonos de amor a ti te llama el tierno Salvador. Ā«Con los pecados agobiĆ”ndote, ven, ven a mĆ­, descanso te darĆ©Ā». c Ā«Ā”Ven, ven a mĆ­! Ā”Oh ven, ven a mĆ­! Ven, ven a mĆ­, descanso te darĆ©, paz Yo te darĆ©, paz Yo te darĆ©Ā». Ā«Cansado con la lucha de dolor en esta vida, pobre pecador, tus dudas y tristezas quitarĆ©. Ven, ven a mĆ­, y la paz Yo te darĆ©Ā». Desanimado, lleno de temor, sin conocer que Dios es amor, no temas mĆ”s; acĆ©rcate con fe. Ā«Ven, y la vida eterna te darĆ©Ā». Ā«Descanso y paz y vida perennal a ti ofrezco, y de todo mal del triste mundo Yo te librarĆ©, y goces cĆ©licos Yo te darĆ©Ā». 131 NĆŗmeros 10.29; Romanos 9.23; Hebreos 11.10,14, 12.22 al 24 Venid, pecadores, que Dios por su amor al cielo nos llama, que es patria mejor, do nunca la aurora perdiĆ³ su fulgor; do brilla la gloria del Dios Creador. c SĆ­, sĆ­, Ā”venid, oh venid! Al cielo nos llama, que es patria mejor. Dejemos, hermanos, aparte el dolor; que arriba en los cielos, el mundo cantor de espĆ­ritus puros proclama SeƱor a Cristo, Dios-Hombre, el gran Redentor. Trabajas y sufres aquĆ­, pecador; el pan de que comes regĆ³ tu sudor. Mas Dios te reserva por suerte mejor primicias celestes de eterno valor. 132 Ezequiel 18.31; Apocalipsis 22.17; Santiago 4.14 Ā”Volveos, volveos! Āæpor quĆ© morirĆ©is? Pues Dios ya se acerca con gracia y favor. JesĆŗs os convida, Āæpor quĆ© no vendrĆ©is? y lucha el EspĆ­ritu con incansable amor. RendĆ­os, rendĆ­os, de Dios a la voz, el bien ofrecido anhelantes buscad. La sangre preciosa que Cristo vertiĆ³, perdĆ³n nos ofrece, consuelo y solaz. La vida se pasa cual humo sutil; muy pronto JesĆŗs viene y no tardarĆ”. A todos los suyos conduce al redil; los malos empero arrojados serĆ”n. Venid, pues, ahora, buscando la luz, venid a la patria del Dios de verdad. Marchemos constantes en pos de JesĆŗs, y al fin en el cielo veremos su faz. 133 Salmo 69.4; Romanos 4.5; Hebreos 10.14 Yo confĆ­o en JesĆŗs, y salvado soy. Por su muerte en triste cruz a la gloria voy. c Todo fue pagado ya, nada debo yo. SalvaciĆ³n perfecta da quien por mĆ­ muriĆ³. Todo hizo mi SeƱor, me salvĆ³ sĆ³lo Ɖl. Con ternura y gran amor, Ɖl me guarda fiel. Mi perfecta salvaciĆ³n eres TĆŗ, JesĆŗs; mi completa redenciĆ³n, mi gloriosa luz. En el cielo te verĆ©, tierno Salvador; tu presencia gozarĆ©, Ā”oh JesĆŗs, SeƱor! 134 Salmo 1.6; Lucas 7.50 Yo quisiera cantar sin cesar, y honrar a JesĆŗs, mi amado Salvador, quien me hizo pensar que debĆ­a dejar para siempre la senda del error. c Ā”Mi Salvador! Ā”Mi Salvador! Te alabo, mi Rey y SeƱor. A JesĆŗs acudĆ­, el perdĆ³n recibĆ­, y ahora feliz estoy en Ɖl. Ɖl me dijo: Ā«Ten fe, Yo contigo estarĆ©, y de toda maldad te guardarĆ©Ā». ServirĆ© a JesĆŗs, predicando la luz, y gozoso con Ɖl yo vivirĆ©. Ɖl me da protecciĆ³n y gratuita salvaciĆ³n; en la lucha yo firme quedarĆ©. 135 Apocalipsis 22.1 al 4 Ā”A la luz, a la luz, al encuentro de JesĆŗs! Ā”CuĆ”nto mi alma le desea! Ā”Oh, quĆ© gozo cuando vea quien por mĆ­ sufriĆ³ en la cruz! Pronto haz, pronto haz, Cristo, PrĆ­ncipe de paz, que con todos los salvados, por tu sangre rescatados, yo contemple allĆ­ tu faz. Ā”Dulce son, dulce son de los Ć”ngeles canciĆ³n! Si las alas yo tuviera volarĆ­a a aquella esfera, a los montes de Sion. Ā”QuĆ© serĆ”, quĆ© serĆ”, cuando al cielo entre ya! do las calles brillan de oro, me reciba el santo coro. Ā”CuĆ”nto gozo espera allĆ”! Ā”Sumo bien, sumo bien, celestial JerusalĆ©n! Fuentes, Ć”rboles de vida, arpas, dad la bienvenida; llĆ©vanos, Dios, a tu EdĆ©n. 136 Santiago 5.13; IsaĆ­as 65.24; Lucas 11.9; Apocalipsis 5.8 A Ti, Dios mĆ­o, en oraciĆ³n, con mi cuidado terrenal allĆ©gome, y de corazĆ³n te manifestarĆ© mi mal. Ā”Oh cuĆ”ntas veces tuve en Ti refugio de mi tentaciĆ³n! Y Ā”cuĆ”ntas cosas recibĆ­ de Ti, Dios mĆ­o, en oraciĆ³n! A Ti, Dios mĆ­o, en oraciĆ³n, confiando en tu fidelidad, elevarĆ© mi peticiĆ³n, la voz de mi necesidad. Yo sĆ© que escucharĆ”s allĆ”, que me darĆ”s tu bendiciĆ³n; que fortaleza me vendrĆ”, de Ti, Dios mĆ­o, en oraciĆ³n. Ahora, oh Dios, en oraciĆ³n aliento y gozo a mi alma da. En este mundo de aflicciĆ³n de orar necesidad habrĆ”. Mas desde el dĆ­a en que yo estĆ© contigo en suma perfecciĆ³n, mis oraciones cambiarĆ© en una eterna adoraciĆ³n. 137 Hebreos 4.9; 1 Pedro 2.9 A todos los cristianos ofrece el Salvador descanso en sus mansiones de gloria, paz y amor. Ansiemos presurosos la oferta a disfrutar; y pronto viviremos sin cuitas ni pesar. c Alabemos a Dios, que del mal nos librĆ³ y a gozar con Jesucristo para siempre nos llamĆ³. JesĆŗs, el Rey de gloria, nos llama con afĆ”n allĆ” do los salvados con Dios el Padre estĆ”n. Mas hoy debemos todos luchar hasta vencer, quitando al enemigo su cetro y su poder. JesĆŗs en esta lucha nos fortalecerĆ”; su EspĆ­ritu potente el triunfo nos darĆ”. Clamemos con fe viva, pidamos sin cesar que Cristo victoriosos nos lleve a descansar. 138 Efesios 3.12; 1 Juan 4.17 A tu presencia, oh Dios bendito, vengo y proclamo con gran fervor cuĆ”nta alegrĆ­a tengo en mi alma, quĆ© dulce calma ya por tu amor. No mĆ”s me escondo de tu presencia, con confianza ya puedo estar. CesĆ³ mi miedo; de tu mirada no tengo nada que recelar. Supe que me amas, puesto que he visto en Jesucristo prueba sin par de que, no obstante mi indigna historia, tengo en tu gloria propio lugar. Gracia divina en Ti se encuentra, y se concentra divino amor. Cristo del cielo vino a salvarme y pruebas darme de tu favor. 139 Lucas 16.5; Efesios 2.4 al 7 Al acabar la vida aquĆ­ en este mundo de pesar, para gozar en gloria allĆ­ y ante Ti, SeƱor, estar, entonces, sĆ­, sabrĆ© mejor lo que te debo por tu amor. Al recibir, SeƱor JesĆŗs, de Ti mi cuerpo celestial, y ante el trono de la luz servirte, libre ya del mal, entonces, sĆ­, sabrĆ© mejor lo que te debo por tu amor. Al escuchar el dulce son del himno que te entonarĆ” en armoniosa perfecciĆ³n la Iglesia tuya en gloria allĆ”, entonces, sĆ­, sabrĆ© mejor lo que te debo por tu amor. TĆŗ me buscaste en tu bondad y me salvaste por la fe. Que viva, pues, en santidad mientras aquĆ­ en el mundo estĆ©. AyĆŗdame a mostrar mejor lo que te debo por tu amor. 140 1 Tesalonicenses 4.17; 2 Tesalonicenses 1.10; 1 Corintios 15.58 Al Salvador rechaza el mundo pecador, la sorda muchedumbre ajena de su amor. Mas Ɖl vendrĆ” glorioso, el dĆ­a cerca estĆ”; aquel dĆ­a majestuoso llega ya. c De los dĆ­as el mĆ”s bello, del tiempo el principal; poco tarda su llegada con triunfo celestial. De alegrĆ­a pura, colmo al siervo leal y fiel, ha de ser el dĆ­a grande de Emanuel. AlumbrarĆ” los cielos glorioso resplandor, mas brillarĆ” la Iglesia con gloria superior. Y al Salvador divino todo ojo mirarĆ” en el dĆ­a majestuoso que vendrĆ”. Ya no tendremos pruebas, ni culpas, ni pesar, mas grande regocijo y eterno bienestar. Seremos semejantes a nuestro Redentor en el dĆ­a majestuoso de esplendor. Acerque el bello dĆ­a el fiel y fuerte amor de los que consagramos la fuerza a su labor. Busquemos al perdido por Cristo, el buen Pastor, para el dĆ­a majestuoso de su amor. 141 Ɖxodo 13.21, 17.6; JosuĆ© 4.23; Hebreos 11.26 Ā”Alma mĆ­a! Dios te llama; oh, no dejes de acudir. Con su poderosa mano el camino te ha de abrir. Ɖl ha roto la cadena, ya de Egipto salvo estĆ”s; libertado de la pena con tu Dios caminarĆ”s. El desierto estĆ” delante — triste, seca soledad — mas de la celeste fuente beberĆ”s en libertad. Luz divina te rodea y tus pasos guiarĆ”. Tras la noche y la pelea, hay la paz que durarĆ”. ĀæSon de Egipto los placeres para ti sĆ³lo ilusiĆ³n? El SeƱor de sus tesoros saciarĆ” tu corazĆ³n. Si el camino fuese largo, sostendrate su virtud; como el Ć”guila renueva fuerzas de tu juventud. Cuando al fin de tus desvelos entres en tu posesiĆ³n, y ese amor allĆ­ celebres en la celestial mansiĆ³n, quien allĆ” te habrĆ” guiado, conocido te ha de ser; de su amor bien comprobado vas la gloria pronto a ver. 142 Romanos 12.2; Filipenses 3.14 Anhelando amor perfecto, paz, pureza y santidad, a tus plantas, con fe plena, Ā”heme aquĆ­, Dios de bondad! c Cual ofrenda me consagro, constreƱido por tu amor; cuerpo, espĆ­ritu y alma doy a Ti, mi Salvador. Tuyo sĆ³lo sea yo, SeƱor. Ya vencido por tu gracia, hoy me rindo a Ti, JesĆŗs. Redimido por tu sangre, soy trofeo de tu cruz. Toma, oh Cristo, lo que es tuyo; pon tu sello sobre mĆ­: que tu semejanza tenga, y te glorifique aquĆ­. 143 Juan 10.28; Filipenses 3.9 Aunque fĆ”lteme la fe, Cristo me tendrĆ”. Aunque el diablo bĆŗsqueme, Cristo me tendrĆ”. c Cristo me tendrĆ”, salvo me tendrĆ”. Es tan grande su poder, siempre me tendrĆ”. No cual yo le tengo a Ɖl, Cristo me tendrĆ”. DĆ©bil soy y no muy fiel, mas Ɖl me tendrĆ”. Soy objeto de su amor, Cristo me tendrĆ”; y me gozo en su favor, Cristo me tendrĆ”. Ya jamĆ”s me perderĆ©, Cristo me tendrĆ”. Pues su vida le costĆ©, y Ɖl me sostendrĆ”. 144 Habacuc 3.2; Oseas 6.3; Salmo 63.1 AvĆ­vanos, SeƱor. Sintamos el poder del Santo EspĆ­ritu de Dios en todo nuestro ser. c AvĆ­vanos, SeƱor, con nueva bendiciĆ³n; inflama el fuego de tu amor en cada corazĆ³n. AvĆ­vanos, SeƱor; tenemos sed de Ti. La lluvia de tu bendiciĆ³n derrama ahora aquĆ­. AvĆ­vanos, SeƱor; despierta mĆ”s amor, mĆ”s celo y fe en tu pueblo aquĆ­ en bien del pecador. 145 Salmo 42.1, 73.25; Hebreos 6.19,20 Braman vientos, rugen mares con furiosa tempestad. Cristo a Ti mi alma clama, a Ti, no mĆ”s. Cristo a Ti mi alma clama, a Ti, no mĆ”s. Lazos miles echa el diablo, siempre astuto y audaz. DĆ­a y noche en Ti confĆ­o, en Ti, no mĆ”s. DĆ­a y noche en Ti confĆ­o, en Ti, no mĆ”s. Este mundo es engaƱoso, brillo falso y fugaz. Da JesĆŗs eterno gozo; JesĆŗs, no mĆ”s. Da JesĆŗs eterno gozo; JesĆŗs, no mĆ”s. Siento mucho mi pecado, me acusa SatanĆ”s. Cristo es mi abogado; Cristo, no mĆ”s. Cristo es mi abogado; Cristo, no mĆ”s. En los tristes nubarrones, ĀæquiĆ©n verĆ” de Dios la faz? ĀæQuiĆ©n defenderĆ” mi causa? Cristo, no mĆ”s. ĀæQuiĆ©n defenderĆ” mi causa? Cristo, no mĆ”s. Cuando entre a la patria, disfrutando eterna paz, al SeƱor serĆ” la gloria, a Ɖl no mĆ”s. Al SeƱor serĆ” la gloria, a Ɖl no mĆ”s. 146 Salmo 95.1, 71.18; Colosenses 3.16 Canta, oh buen cristiano; dulce es el cantar, hace el camino llano y quita el pesar. Canta en las noches tristes, canta en la clara luz; almas asĆ­ salvadas cantan de JesĆŗs. Canta, oh buen cristiano, lleno tu corazĆ³n; himnos lo hacen sano, y del cielo son. Tanto hay en este mundo de angustias y dolor, canta el amor profundo de tu Salvador. Canta, oh buen cristiano; Dios guardarĆ” tus pies, y Ɖl sostendrĆ” tu mano hasta la vejez. ĀæSabes que al diablo invitas cuando medroso estĆ”s? Pon ante Dios tus cuitas y Ɖl darate paz. 147 1 Corintios 13.1; Efesios 3.19 ConcĆ©deme, JesĆŗs, poder y gracia para comprender cuĆ”n dulce es el amar. Hazme, SeƱor, con santidad del cielo la felicidad aun aquĆ­ gozar. La santa sed inspĆ­rame de conocerte a Ti. SabrĆ© entonces el poder de tu perfecta salvaciĆ³n, y gozarĆ” mi corazĆ³n de celestial placer. Ā”Oh! santifĆ­came, SeƱor, mi alma llena de tu amor. PermĆ­teme oir tu voz, tu rostro contemplar, tus perfecciones admirar, y asĆ­ por Ti vivir. 148 IsaĆ­as 41.10; Salmo 23.4, 56.4 Conmigo queda, oscurece ya, y densa noche luego caerĆ”. Me dejan otros, clamo pues a Ti. Ā”AmpĆ”rame, SeƱor, oh, queda aquĆ­! Veloz la vida pasa a su final; se desvanece lo que es terrenal; gran decaimiento alrededor se ve. Ā”Oh, TĆŗ que nunca cambias, quĆ©date! Te necesito cada dĆ­a mĆ”s; tu gracia vence al tentador audaz. A no ser TĆŗ, ĀæquiĆ©n me soportarĆ”? Ā”JesĆŗs, ayudador, conmigo estĆ”! A nadie temo, si conmigo estĆ”s; tristeza y llanto pronto quitarĆ”s; la tumba pierde todo su terror. Ā”Conmigo queda, pues, oh Salvador! Delante ponte; luz y guĆ­a sĆ©. Ā”Oh, resplandece y dirĆ­geme! Ya amanece, sombras dejo atrĆ”s morir no temo si conmigo estĆ”s. 149 Judas 3; 2 Timoteo 2.12; Hebreos 10.23, 12.14 14 Contendamos, jĆ³venes, por la fe, aunque brame el mundo con SatanĆ”s. En la lucha nunca nos vencerĆ”n, pues JesĆŗs nos guardarĆ”. c Si sufrimos aquĆ­, reinaremos allĆ­ en la gloria celestial. Si llevamos la cruz por amor de JesĆŗs, la corona Ɖl nos darĆ”. No seamos tibios de corazĆ³n, ni dejemos nunca el primer amor. Mantengamos firme la profesiĆ³n de la fe en el Salvador. Procuremos todos la santidad, sin la cual ninguno verĆ” al SeƱor. Gozo, paz y eterna felicidad Cristo ofrece al vencedor. 150 Salmo 34.1; 2 Timoteo 1.8 Cristiano, alaba a tu SeƱor, proclama sus bondades. Anuncia a todos su favor, su gracia y sus verdades. c Alaba siempre, alaba al Salvador. Canta, Ā”oh! canta la historia de su amor. Las nuevas de la salvaciĆ³n declara al angustiado. Ensalza siempre con canciĆ³n a Aquel que te ha salvado. Con fe, constancia y gran valor sĆ© siempre buen testigo. Dirige el triste pecador a Cristo, el fiel amigo. En todo tiempo, sin temor, confiesa a Jesucristo. No te avergĆ¼ences del SeƱor, que en cruz por ti ha sufrido. 151 Hebreos 13.8; MalaquĆ­as 3.6 Cristo es todo para mĆ­, en calma y tempestad; Ɖl es mi gozo, vida y paz, camino y verdad. Y cuando mi alma triste estĆ©, su gran consuelo yo tendrĆ©; es siempre el mismo amigo el SeƱor JesĆŗs. Cristo es todo para mĆ­ en prueba y tentaciĆ³n; en su poder yo vencerĆ© la fuerza de SatĆ”n. En tiempo de debilidad encuentro en Ɖl seguridad; es siempre el mismo amigo el SeƱor JesĆŗs. Cristo es todo para mĆ­; disfruto de su amor. Feliz en Ɖl no temerĆ©, me cuida mi SeƱor. Y cuando en valle oscuro estĆ©, confiadamente yo andarĆ©; es siempre el mismo amigo el SeƱor JesĆŗs. 152 Salmo 121; Deuteronomio 31.6; Hechos 23.11 Hebreos 13.5 Cristo estĆ” conmigo, quĆ© consolaciĆ³n; su presencia quita todo mi temor. Tengo la promesa de mi Salvador: Ā«No te dejarĆ© nunca; siempre contigo estoyĀ». c No tengo temor, no tengo temor. JesĆŗs me ha prometido: Ā«Siempre contigo estoyĀ». No tengo temor, no tengo temor. JesĆŗs me ha prometido: Ā«Siempre contigo estoyĀ». Fuertes enemigos siempre cerca estĆ”n; Cristo estĆ” mĆ”s cerca; guĆ”rdame del mal. Ā«Ten valorĀ», me dice, Ā«soy tu ayudador. No te dejarĆ© nunca; siempre contigo estoyĀ». El que guarda mi alma nunca dormirĆ”. Si mi pie resbala, Ɖl me sostendrĆ”. En mi vida diaria Ɖl es mi guardador. Ā”Oh quĆ© fiel su palabra! Ā«Siempre contigo estoyĀ». 153 Filipenses 4.7; Romanos 15.13 Cual la mar hermosa es la paz de Dios, fuerte y gloriosa, es eterna paz; grande y perfecta, premio de la cruz, fruto del Calvario, obra de JesĆŗs. c Descansando en Cristo siempre paz tendrĆ©. En JehovĆ” confiando, nada temerĆ©. En el gran refugio de la paz de Dios nunca hay molestias, es perfecta paz; nunca negra duda, pena ni pesar, vejaciones crueles, pueden acosar. Toda nuestra vida cuidarĆ” JesĆŗs; Cristo nunca cambia, Ɖl es nuestra paz. Fuertes y seguros en el Salvador, siempre moraremos en su grande amor. Oh, SeƱor amado, TĆŗ nos das quietud; por tan gran reposo, tengo gratitud. Haznos conocerte, te amaremos mĆ”s; sĆ© TĆŗ nuestro dueƱo, PrĆ­ncipe de paz. c Descansando en Cristo, tengo siempre paz. En JehovĆ” confiando, hallo gran solaz. 154 1 Corintios 3.14; 1 Tesalonicenses 1.3; Juan 4.36 Cual las estrellas que por la maƱana siempre se pierden del sol al fulgor, pasar quisiera yo asĆ­ de este mundo, bien recordado por obras de amor. c SĆ­, recordado, bien recordado, bien recordado por obras de amor. Pasar quisiera yo asĆ­ de este mundo, bien recordado por obras de amor. ĀæEn la cosecha que obreros recogen se olvidarĆ” la pasada labor? No, pues cuando ellos los campos despojen, se acordarĆ”n de mis obras de amor. Toda verdad en la vida sembrada, cual la semilla del buen sembrador, ha de quedar, y —la vida pasada— se acordarĆ”n de mis obras de amor. Muy pronto viene en las nubes del cielo para buscar a su Iglesia el SeƱor; y a todo siervo que fiel se ha mostrado Ɖl premiarĆ” por sus obras de amor. 155 1 Tesalonicenses 1.9,10, 4.16; Job 14.14,15; 1 Corintios 15.23, 58 Cuando la trompeta del SeƱor se toque, la final, con fulgor apunte el dĆ­a eternal, y los redimidos suban a su casa celestial, cuando allĆ” se pase lista yo estarĆ©. c Cuando allĆ” se pase lista, cuando allĆ” se pase lista, cuando allĆ” se pase lista, cierto estoy que por su gracia allĆ­ estarĆ©. Cuando todas sombras huyan en la gran resurrecciĆ³n de los muertos en JesĆŗs sin corrupciĆ³n, y en las nubes al SeƱor reciban, Ā”quĆ© consolaciĆ³n! Cuando allĆ” se pase lista yo estarĆ©. Trabajar es mi deseo sin cesar por el SeƱor, siempre hablando de su gracia y de su amor. Cuando acabe aquĆ­ mi obra y me llame el Salvador, cuando allĆ” se pase lista yo estarĆ©. 156 Salmo 30.5,11; Juan 13.1; Apocalipsis 19.7 Cuando venga Cristo no habrĆ” dolor; cuando venga Cristo no habrĆ” temor. Por los suyos viene Cristo el SeƱor, pues siempre los amarĆ”. c Pues siempre los amarĆ”, pues siempre los amarĆ”. A los suyos viene a recoger, pues siempre los amarĆ”. Todo llanto cesa al venir JesĆŗs, y la vida acrece al venir JesĆŗs. Por dolor el canto, por nubes luz, pues siempre los amarĆ”. Al venir JesĆŗs no habrĆ” mĆ”s morir, al venir JesĆŗs no habrĆ” mĆ”s gemir. Y de todo mal viene a redimir, pues siempre los amarĆ”. Ā”Oh, quĆ© gozo habrĆ” al venir JesĆŗs! Pues despertarĆ”, al albor de luz, a los nuestros, y los traerĆ” JesĆŗs, pues siempre los amarĆ”. 157 Colosenses 3.17; 1 Corintios 13.13; 1 Pedro 5.7 De JesĆŗs el nombre guarda, heredero del afĆ”n. Dulce harĆ” tu copa amarga; tus afanes cesarĆ”n. c Suave luz, manantial de esperanza, fe y amor. Sumo bien celestial es JesĆŗs el Salvador. De JesĆŗs el nombre estima, Ɖl es siempre fuerte y fiel. Alma dĆ©bil, combatida, hallarĆ”s asilo en Ɖl. De JesĆŗs el nombre ensalza, cuyo sin igual poder del sepulcro nos levanta, renovando nuestro ser. 158 Mateo 9.36, 18.10 al 14; Ezequiel 34.22 De ovejas cuĆ”ntas vagan; del redil muy lejos van. En la montaƱa triste con frĆ­o y hambre estĆ”n; o en tenebroso bosque, en medio del zarzal, o en peƱa peligrosa, expuestas a gran mal. c Vayamos a buscarlas en el nombre del SeƱor, y gran gozo habrĆ” para quien podrĆ” atraerlas al Pastor. Oh, ĀæquiĆ©n irĆ” a buscarlas, quiĆ©n, por la compasiĆ³n de Dios, irĆ” a buscarlas, do estĆ”n en perdiciĆ³n? ĀæQuiĆ©n se darĆ” molestias, quiĆ©n sufrirĆ” dolor por gozo de encontrarlas, y traerlas al Pastor? Felices nos harĆ­a el asĆ­ poder hablar: Ā«Pastor, hemos salido tus ovejas a buscar; y lejos las hallamos, despuĆ©s de pruebas mil, y aquĆ­ te las traemos, que estĆ©n en tu redilĀ». 159 1 Pedro 2.24, 5.7; Salmo 55.22 DejĆ© todas mis cuitas a JesĆŗs, quien llevĆ³ mis pecados en la cruz, el magnĆ­fico dĆ­a en que por fe en la cruz por salvarme le mirĆ©, y la carga terrible de mi alma Ɖl quitĆ³ y su voz tan suave mi dolor disipĆ³. DejĆ© todas mis cuitas al SeƱor, porque quita a las penas su amargor, y las lĆ”grimas dora del mortal, con su tierna sonrisa celestial. El desierto miramos que se torna en vergel, cuando en su camino vamos confiados en Ɖl. DejĆ© todas mis cuitas al SeƱor; de mi siempre benigno protector en el puerto seguro al fin anclĆ©, y reposo en sus aguas encontrĆ©. Tengo en Ɖl mis consuelos, es mi guĆ­a, mi luz, y mi espĆ­ritu encontrĆ³ la paz en JesĆŗs. Ā”Oh! ven con tus cuitas al SeƱor, alma martirizada de dolor, a su lado la dicha lograrĆ”s, y librada de angustias vivirĆ”s. En su amor tan caro hay lugar para ti; y perfecto amparo, oh alma, tienes allĆ­. 160 Juan 10.11; Salmo 116.12; GĆ”latas 2.20 Del trono celestial al mundo descendĆ­; sed, hambre padecĆ­, cual mĆ­sero mortal. Y todo fue por ti; ĀæquĆ© has hecho tĆŗ por mĆ­? Mi sangre derramĆ©, y en mi agonĆ­a cruel bebĆ­ vinagre y hiel. Mi lecho una cruz fue, y todo fue por ti; ĀæquĆ© sufres tĆŗ por mĆ­? Por darte salvaciĆ³n sufrĆ­ por ti, morĆ­. Tu sustituto fui, llevĆ© la maldiciĆ³n. Y todo fue por ti; ĀæquĆ© has dado tĆŗ por mĆ­? Del Padre celestial cumplida bendiciĆ³n, la eterna salvaciĆ³n, la dicha perennal, te doy de gracia a ti. No dudes, ven a mĆ­. 161 Salmo 57.8, 103.1; Efesios 5.14; Lucas 24.53 Ā”DespiĆ©rtate, mi corazĆ³n! Bendice a tu SeƱor, cantando en himnos de loor que Dios es Dios de amor. Inmenso amor, amor sin fin, que quiso Dios mostrar, buscando al pobre pecador, dispuesto a perdonar. c Ā”DespiĆ©rtate, mi corazĆ³n! y alaba, alaba al Salvador, cantando en himnos de loor que Dios es Dios de amor. Amor que quiso quebrantar a Cristo en mi lugar; amor que quiso en dura cruz su sangre derramar. Amor que busca hasta encontrar al pobre pecador; amor divino, amor sin par, amor del Salvador. Comprado a precio tan real, la sangre del SeƱor, ĀædĆ³nde hallarĆ© con quĆ© pagar tal gracia, tal amor? SĆ­, su bondad excede aĆŗn, dignĆ”ndose tambiĆ©n tenerme a mĆ­ cercano a sĆ­ siempre jamĆ”s. AmĆ©n. 162 1 Tesalonicenses 1.9,10; 1 Juan 4.4 DespuĆ©s de contemplar la cruz, mis Ć­dolos dejĆ©; camino nuevo yo emprendĆ­, y dicha allĆ­ encontrĆ©. c Va bien, va bien, va bien con los salvos, bien. Lo sĆ© por cierto, es asĆ­: va bien, con los salvos, bien. De Egipto escapar logrĆ©, a CanaĆ”n me voy. El Salvador mi guĆ­a es; confiado en Ɖl estoy. Cuando a tentarme SatanĆ”s su sutileza emplea, confĆ­o sĆ³lo en el SeƱor, y gano la pelea. En hora de oscuridad en Dios yo confiarĆ©, pues su promesa firme estĆ”: Ā«Yo no te dejarĆ©Ā». DespuĆ©s de terminar la lid al cielo subirĆ©. AllĆ­ esperando Cristo estĆ”, y en gloria vivirĆ©. 163 Salmo 85.10; 1 Juan 1.5, 4.8; Hechos 7.55 El amor de Dios es grande; no podrĆ” jamĆ”s cesar; mĆ”s aumenta, mĆ”s se expande cuanto mĆ”s le dan lugar. A pesar de ser tan santo, da perdĆ³n al pecador, y el vigor de nuestra vida nos es dado en ese amor. DemostrĆ³ la cruz de Cristo que era Dios un Dios de amor y de luz, que allĆ­ se ha visto esplendente cual albor. La eternal justicia hallaba en la cruz satisfacciĆ³n, a la par que Dios mostraba su clemente corazĆ³n. Ā”Oh quĆ© triunfo mĆ”s brillante! En el cielo un hombre entrĆ³, y es allĆ” representante de su pueblo a quien salvĆ³. Santo amor fue revelado por el hecho de la cruz, y JesĆŗs ha demostrado su justicia en plena luz. SĆ­, descansan los creyentes, viendo en gloria a su SeƱor. Paz y gozo permanentes tienen por su fiel amor. Y los fuertes eslabones —simpatĆ­a y comuniĆ³n— unen ya sus corazones con los que de Cristo son. 164 Salmo 19.2 145.2; Daniel 2.44 El dĆ­a que diste, SeƱor, se acaba y cae de noche la oscuridad. Con himnos de loores a Ti principiaba, y ahora celebran de Ti la bondad. Las gracias te damos que toda tu Iglesia, cual gira el mundo en su luz solar, por toda la tierra continua vigilia de dĆ­a y de noche ya puede guardar. En cada comarca, paĆ­s, continente, en tanto el sol otro dĆ­a trae, las sĆŗplicas se oyen del alma creyente; tambiĆ©n alabanza que no se decae. El sol, que al dejarnos al sueƱo nos llama, despierta a hermanos de mĆ”s allĆ”. AsĆ­ de hora en hora sin fin se proclama tu gloria divina que no pasarĆ”. Imperios potentes el mundo ha perdido; se van sus glorias y majestad; mas tu excelso reino con los que han creĆ­do, sus glorias retiene por la eternidad. 165 1 Reyes 10.6; 2 Timoteo 2.13; 1 Juan 3.21 Ā”El SeƱor no me engaƱa! Es muchĆ­simo mejor que el concepto mĆ”s sublime que tenĆ­a del SeƱor. Cuanto mĆ”s yo le conozco, tanto mĆ”s le encuentro fiel, y deseo que los otros vengan a creer en Ɖl; y deseo que los otros vengan a creer en Ɖl. Ā”El SeƱor no me engaƱa! Del pecado me salvĆ³ y de toda la tristeza que mi espĆ­ritu oprimiĆ³ su presencia me ha librado, y su beso que me da me asegura que por siempre su amor no cesarĆ”; me asegura que por siempre su amor no cesarĆ”. Ā”El SeƱor no me engaƱa! Otra vez Ɖl volverĆ”, y mi corazĆ³n me indica que el dĆ­a cerca estĆ”. Este mundo, dice el hombre, ningĆŗn cambio sufrirĆ”. Cristo dice: Ā«Vengo en breveĀ», y seguridad me da. Cristo dice: Ā«Vengo en breveĀ», y seguridad me da. Ā”El SeƱor no me engaƱa! Todo en todo Ɖl me es: Salvador, quien santifica, mĆ”s precioso cada vez. Tiene Ɖl ya mis afectos, suple mi necesidad. Ā”El SeƱor no me engaƱa! Es el colmo de bondad. Ā”El SeƱor no me engaƱa! Es el colmo de bondad. 166 Hebreos 12.2,28; GĆ”latas 2.20 En la dolorosa cruz padeciĆ³ por mĆ­ JesĆŗs; por la sangre que vertiĆ³, mis pecados Ɖl expiĆ³. LavarĆ” de todo mal ese rojo manantial, el que abriĆ³ por mĆ­ JesĆŗs en la dolorosa cruz. c SĆ­, fue por mĆ­. SĆ­, fue por mĆ­; fue por mĆ­ muriĆ³ JesĆŗs en la dolorosa cruz. Ā”Oh, quĆ© amor! Ā”quĆ© inmenso amor revelĆ³ mi Salvador! La maldad que hice yo, al Calvario le llevĆ³. Ahora a Ti mi todo doy, cuerpo y alma tuyo soy; mientras permanezca aquĆ­, hazme siempre fiel a Ti. Yo de Cristo sĆ³lo soy, a seguirle pronto estoy. Al bendito Redentor servirĆ© con firme amor; sea mi alma ya su hogar, y mi corazĆ³n su altar. Vida emana, paz y luz, del Calvario, de la cruz. 167 2 Corintios 1.4; Hebreos 4.15 En mis angustias me ayuda JesĆŗs; sobre mi alma derrama su luz. Todos los dĆ­as consuelo me da, cada momento conmigo Ɖl estĆ”. c Cada momento me guardas, SeƱor, cada momento en tu gracia y tu amor. Vida abundante yo tengo en Ti; cada momento TĆŗ vives en mĆ­. Voy ante el trono de gracia con fe; oye mi voz y mis lĆ”grimas ve. Cristo JesĆŗs en los cielos allĆ­, cada momento se acuerda de mĆ­. Cristo es mi roca, mi libertador; Ɖl es mi escudo, mi gran defensor. En mi conflicto al SeƱor mirarĆ© cada momento, y salvado serĆ©. 168 Filipenses 1.23; 1 Juan 3.2; 1 Corintios 13.12; 2 Corintios 3.18 En presencia estar de Cristo, ver su rostro, ĀæquĆ© serĆ”? cuando al fin en pleno gozo mi alma le contemplarĆ”. c Cara a cara espero verle mĆ”s allĆ” del cielo azul. Cara a cara en plena gloria, yo verĆ© al SeƱor JesĆŗs. SĆ³lo tras oscuro velo hoy le puedo aquĆ­ mirar, mas ya pronto viene el dĆ­a que su gloria ha de mostrar. Ā”CuĆ”nto gozo habrĆ” con Cristo cuando no haya mĆ”s dolor, cuando cesen los peligros y ya estemos en su amor! Cara a cara, Ā”cuĆ”n glorioso ha de ser asĆ­ vivir! Ā”Ver el rostro de quien quiso nuestras almas redimir! 169 GĆ©nesis 24.65; Efesios 5.25 al 27; Juan 14.3; Apocalipsis 3.4 En tristeza y tempestades una luz se ve; es de Cristo la promesa: Ā«Pronto volverĆ©Ā». En la luz, la paz, la gloria del celeste hogar Ɖl me espera y apareja para mĆ­ lugar. Largo tiempo me ha guiado en el mundo aquĆ­, mas ya veo la morada lista para mĆ­. Y Ɖl en medio de la gloria no se olvidarĆ” de mi nombre, pues grabado en su mano estĆ”. Ni la mĆŗsica del cielo es tan dulce son como las pisadas mĆ­as a su corazĆ³n. Ni la gloria de los cielos se completarĆ” mientras que su amada esposa aĆŗn ausente estĆ”. ĀæQuiĆ©n es Ć©ste que a encontrarme viene en grande amor, cual estrella de maƱana, de la luz albor? Es Aquel que en cruz cruenta padeciĆ³ una vez; aun en gloria le conozco, pues el mismo es. Ā”CuĆ”n bendito es el encuentro, el desierto atrĆ”s, y el estar en su presencia sin salir jamĆ”s! Ɖl, en toda su hermosura, yo, por su favor, compartiendo de su Padre plenitud de amor. Do el pecado no penetra, con Ɖl estarĆ©; y en la santidad perfecta con Ɖl andarĆ©, hecha compaƱera idĆ³nea para el Salvador, y por siempre mostrarase su inmenso amor. Ɖl, que tuvo la tristeza de la cruz atroz, yo, que en el desierto oscuro fui de Cristo en pos, el placer comĆŗn tendremos en la gloria allĆ­: yo al estar en su presencia, y Ɖl al verme a mĆ­. 170 Salmo 93.4; Marcos 4.39 Es nuestra vida cual vapor que, navegando sin timĆ³n, contra las olas de terror camina a eterna perdiciĆ³n. Sobre la mar que tan feroz agĆ­tase con gran pavor, en tonos claros una voz estĆ” clamando con amor. c Socorro hay y salvaciĆ³n de la tormenta y tempestad; pues es JesĆŗs por su pasiĆ³n camino, vida, luz, verdad. El nĆ”ufrago en su gran temor, la noche acercĆ”ndose, desesperado con terror el bote salvavidas ve. Con rapidez camina ya, a bordo estĆ” el Salvador con brazos fuertes a salvar; del mar y viento es SeƱor. Se oye un grito: Ā«Ā”SĆ”lvame! Perezco en aguas del terror; seguro me refugiarĆ© en la ternura de tu amor. El ancla mĆ­a fija estĆ”, mi Salvador es mi sostĆ©n. El cable firme quedarĆ” en toda furia del vaivĆ©nĀ». 171 Salmo 139.23; 2 Corintios 3.18 EscudriƱa mi corazĆ³n; a Ti me consagro, JesĆŗs. ConcĆ©deme un santo fervor, pues mi alma desea, pues mi alma desea, desea tu luz. Me postro a tus pies, oh SeƱor. El mundo nada es para mĆ­; ĀæquĆ© vale su gloria o placer? HallĆ© mi tesoro, hallĆ© mi tesoro, tesoro en Ti. Confiado me entrego a Ti, Ā”oh limpia TĆŗ mi corazĆ³n! TransfĆ³rmalo, mi Salvador; TĆŗ sĆ³lo lo puedes, TĆŗ sĆ³lo lo puedes, potente SeƱor. SeƱor, recibĆ­ tu perdĆ³n, tu gozo y tu paz por la fe. Contigo soy ya vencedor. Ā”Aleluya al SeƱor! Ā”Aleluya al SeƱor! a Cristo, el SeƱor. 172 Salmo 60.4; 1 Corintios 15.58 Ā”Estad por Cristo firmes, soldados de la cruz! Alzad hoy la bandera en nombre de JesĆŗs. Es vuestra la victoria con Ɖl por capitĆ”n; por Ɖl serĆ”n vencidas las huestes de SatĆ”n. c Ā”Estaos firmes, soldados de la cruz! Alzad hoy la bandera en nombre, en nombre de JesĆŗs. Ā”Estad por Cristo firmes, hoy llama a la lid! Con Ɖl, pues, a la lucha, soldados todos id. Probad que sois valientes luchando contra el mal. ĀæEs fuerte el enemigo? Pues Cristo es sin igual. Ā”Estad por Cristo firmes! Las fuerzas son de Ɖl; el brazo de los hombres jamĆ”s seraos fiel. VestĆ­os la armadura, velad en oraciĆ³n; deberes y peligros demandan mĆ”s tesĆ³n. Ā”Estad por Cristo firmes! Bien poco durarĆ” la lucha de batalla, victoria viene ya. Y a aquel que al fin venciere corona se darĆ”; Ć©l, con el Rey de gloria, por siempre reinarĆ”. 173 Mateo 26.32, 28.19; Hechos 1.8; Efesios 6.11 Firmes y adelante, huestes de la fe, sin temor alguno, que JesĆŗs nos ve. Jefe soberano, Cristo al frente va, y la regia enseƱa tremolando estĆ”. c Firmes y adelante, huestes de la fe; sin temor alguno, que JesĆŗs nos ve. MuĆ©vese potente la Iglesia de Dios; de los ya gloriosos marchamos en pos. Somos sĆ³lo un cuerpo, y uno es el SeƱor; una la esperanza, y uno nuestro amor. Tronos y coronas pueden perecer; de JesĆŗs la Iglesia constante ha de ser. Nada en contra suya prevalecerĆ”, porque la promesa nunca faltarĆ”. 174 Romanos 8.31; Mateo 24.35 Gozaos en el SeƱor, que todo bien nos da, pues Ɖl por vosotros estĆ”. Redimidos por su sangre, Āæde quĆ© tenĆ©is temor, siendo JesĆŗs el Redentor? c Si Dios es por nosotros, si Dios es por nosotros, si Dios es por nosotros, ĀæquiĆ©n serĆ” en contra? ĀæQuiĆ©n, quiĆ©n, quiĆ©n? ĀæQuiĆ©n serĆ” en contra de nosotros? SĆ© fuerte en el SeƱor, ceƱido de poder, sin Ɖl nada puedes hacer. Aunque vengan tentaciones, sĆ© firme para el bien, y Cristo te serĆ” el sostĆ©n. Confiad en el SeƱor, que su promesa es fiel, constante y segura cual Ɖl. Pues asĆ­ lo ha dicho Dios: Ā«Aun la tierra pasarĆ”, mas mi palabra quedarĆ”Ā». Estad en el SeƱor, gozaos en su bondad; en Ɖl sĆ³lo hay seguridad. De su mano arrebatar, al que en Ɖl confĆ­a ya, nunca jamĆ”s permitirĆ”. 175 Colosenses 1.27; 1 Pedro 5.10; Judas 24 Gozo tenemos por Cristo JesĆŗs, felicidad mediante su cruz; puras delicias andando en la luz, y gozaremos de gloria sin par. c Gloria sin par, con el SeƱor; gloria sin par, por su favor; vamos muy pronto al cĆ©lico hogar, do gozaremos de gloria sin par. Gracia gozamos y santo favor, misericordia de nuestro SeƱor. Paz disfrutamos por su grande amor, y gozaremos de gloria sin par. Gloria serĆ” nuestro Salvador ver, gloria con Ɖl siempre permanecer. Gloria eternal y constante placer; sĆ­, gozaremos de gloria sin par. 176 1 Corintios 15.1; Salmo 126.3; Apocalipsis 1.5, 5.9 Grato es decir la historia del celestial favor, de Cristo y de su gloria, de Cristo y de su amor. Me agrada referirla, pues sĆ© que es la verdad, y nada satisface cual ella mi ansiedad. c Ā”QuĆ© bella es esa historia! Mi tema allĆ” en la gloria serĆ” la antigua historia de Cristo y de su amor. Grato es decir la historia, mĆ”s Ćŗtil al mortal, que en gloria y portentos no reconoce igual. Me agrada referirla, pues me hizo mucho bien; por eso a ti deseo decĆ­rtela tambiĆ©n. Grato es decir la historia, que, antigua sin vejez, parece al repetirla mĆ”s dulce cada vez. Me agrada referirla, pues hay quien nunca oyĆ³ que para hacerlo salvo el buen Pastor muriĆ³. Grato es decir la historia; el que la sabe ya parece que de oĆ­rla sediento aĆŗn estĆ”. Y cuando el nuevo canto en gloria entonarĆ©, serĆ” la antigua historia que en vida tanto amĆ©. 177 Cantares 2.16 etc.; Lucas 7.38, 8.35, 10.39 Hay un amigo celestial, mejor que todo terrenal. De Dios es Hijo, y a la vez es mi SeƱor, sĆ­, mĆ­o es. c SĆ­, mĆ­o es. Amor me da, conmigo vive, cerca estĆ”. En Ɖl encuentro encantos mil y bien lo sĆ© que mĆ­o es Ɖl. SĆ­, mĆ­o es. Por mĆ­ muriĆ³; Ɖl del pecado me librĆ³, y hoy sentĆ”ndome a sus pies con gozo digo: Ā«MĆ­o esĀ». Y cuando en el cielo estĆ©, su gloria toda yo verĆ©, y como nunca ya despuĆ©s, podrĆ© cantar que mĆ­o es. 178 Salmo 23; Hebreos 13.20 JehovĆ” es mi Pastor, me apacienta con amor, en sus pastos delicados pacerĆ©. Descansando sin temor al abrigo del SeƱor, de las aguas de reposo beberĆ©. c El SeƱor me pastorea, nada aquĆ­ me faltarĆ”. Junto a Ɖl caminarĆ©, en su brazo confiarĆ©. Nada del amor de Dios me apartarĆ”. Mi pastor me guardarĆ”, siempre me confortarĆ”. Por las sendas de justicia me guiarĆ”. En el tiempo de dolor me serĆ” consolador, en mi corazĆ³n su paz infundirĆ”. Ā”Oh, cuĆ”n fiel es mi Pastor! Tan constante es en su amor que mi copa rebosando siempre estĆ”. Cuando en valle oscuro estĆ©, mal ninguno temerĆ©; a la casa de mi Dios irĆ© a morar. 179 Apocalipsis 21.9; Hebreos 12.22 Ā”JerusalĆ©n celeste! VisiĆ³n de paz dichosa, de Cristo santa esposa, radiante de esplendor. Su fĆ”brica es divina; son vivos sus sillares, y de Ć”ngeles millares la ciƱen en rededor. Ciudad del Rey eterno, de perlas son sus puertas continuamente abiertas al mĆ­sero mortal. Y en su recinto moran los que por fe se elevan y el sello augusto llevan del Verbo celestial. Felices moradores allĆ­ perenne canto profieren al Dios Santo que de ellos se apiadĆ³. Y honor y gloria entonan al inmortal Cordero, que amante en el madero por ellos se ofreciĆ³. Al mismo Cristo amamos, y al mismo Dios servimos los que por fe vivimos ansiando allĆ­ volar. Y pronto gozaremos, pasando sus umbrales, las dichas eternales del suspirado hogar. 180 Juan 16.33; Mateo 10.38, 16.24 JesĆŗs, veraz amigo, contigo salvo estoy, seguro del peligro, por siempre, igual que hoy. No quiero los placeres que el necio mundo da; te quiero y tambiĆ©n quieres contigo verme allĆ”. ĀæDĆ³nde es que yo reposo sino en tu grande amor? Nadie es tan bondadoso cual es mi Salvador. Mis sendas esclareces, guiando aquĆ­ mis pies. De mĆ­ te compadeces, pues TĆŗ mis cuitas ves. ĀæPor quĆ© sentir tristeza? Tu nombre celestial serĆ” mi fortaleza y mi poder cabal. TomĆ© la cruz y sigo a Ti, mi Redentor, y siempre irĆ”n conmigo tu gracia y tu favor. En toda mi tristeza, en toda mi aflicciĆ³n, JesĆŗs es mi firmeza, Ɖl es mi salvaciĆ³n. No temo del peligro; me guarda mi SeƱor. Ā”Querido y buen amigo, JesĆŗs mi Salvador! 181 Marcos 16.15; Hechos 10.42,43; Apocalipsis 22.20, 6.15 La historia de la redenciĆ³n, la voz del evangelio, llevad a toda la naciĆ³n, a cada aldea y pueblo: el nacimiento de JesĆŗs, su vida en este mundo, su muerte amarga de la cruz, la gloria de su triunfo. El evangelio de JesĆŗs proclama paz al hombre; las buenas nuevas de perdĆ³n se anuncian por su nombre. La noche eterna de dolor al mundo estĆ” llegando; la Iglesia espera a su SeƱor, la noche va pasando. Sostiene dura lucha aquĆ­ la Iglesia militante, y sirve a Cristo siempre allĆ­ la Iglesia hoy triunfante. En derredor del trono estĆ”n, sus palmas tremolando, sus arpas de oro sin cesar loores tributando. JesĆŗs nos dice: Ā«He aquĆ­, Yo vengo muy en breveĀ». Ā«AmĆ©nĀ», decimos, Ā«sea asĆ­, tu Iglesia anhela verteĀ». Mas, cuando venga, temblarĆ”n impĆ­os y pecadores, y todos le confesarĆ”n SeƱor de los seƱores. 182 Apocalipsis 22.16; 2 Pedro 1.19 La noche se pasa, las sombras se van; la Estrella del Alba no puede tardar. El dĆ­a aguardamos con ferviente afĆ”n; por ver su llegada bueno es madrugar. AĆŗn duerme este mundo; no siente ni ve, dispuesto en la sombra de noche a quedar. Mas si Ć©l Ā«la venida gloriosaĀ» no cree, al hijo del dĆ­a bueno es madrugar. QuĆ© suerte dichosa por tal porvenir, Ā”en luz refulgente su faz contemplar! Oh quĆ© dignidad su semblanza adquirir; Ā”conviene por tal bendiciĆ³n madrugar! Momentos dichosos, JesĆŗs, para Ti, tu amada Iglesia a la gloria llevar. Su consumaciĆ³n efectuando asĆ­: Ā”por tal alegrĆ­a bueno es madrugar! 183 Romanos 13.12; 1 Tesalonicenses 4.17 La noche termina y el dĆ­a amanece, del alba brillante la luz aparece; de Cristo la vuelta gloriosa esperamos, descendiendo en las nubes de luz. c Pronto viene JesĆŗs, rodeado de gloria y de luz. Ā”Aleluya, Cristo vuelve! Ā”Aleluya, amĆ©n! Ā”Aleluya, amĆ©n! Con gozo su rostro divino veremos, y luego a su imagen cambiados seremos. Con cuerpo glorioso veloz subiremos a verle en las nubes de luz. Su magnificencia y gloria veremos. El mundo, el pecado, hermanos, dejemos; asĆ­ con gran gozo le recibiremos cuando Cristo nos venga a llevar. 184 1Juan 4.9,10; Hebreos 10.12 al 14 La obra de JesĆŗs revela santo amor, y da justicia, paz y luz al triste pecador. JesĆŗs ya terminĆ³ la grande redenciĆ³n. Con tierno amor Ɖl derramĆ³ su gracia y su perdĆ³n. Teniendo en Ɖl la luz, benditos somos ya, ansiando con solicitud el cielo do Ɖl estĆ”. 185 Hechos 1.8; 1 Pedro 2.21; Filipenses 3.20 La palabra del SeƱor predicad, predicad; con anhelo y oraciĆ³n predicad, predicad. Ante el mundo burlador sed testigos de su amor; el poder del Salvador predicad, predicad. El ejemplo del SeƱor imitad, imitad; su humilde y tierno amor imitad, imitad. Su constancia en la oraciĆ³n, su paciencia en la aflicciĆ³n, su bondad y compasiĆ³n imitad, imitad. La venida del SeƱor esperad, esperad. Ɖl vendrĆ”, no tardarĆ”; esperad, esperad. Como siervos del Gran Rey, trabajad con celo y fe. Si sembrĆ”is, recogerĆ©is; esperad, esperad. 186 1 Corintios 3.7; 2 Timoteo 3.17 La palabra hoy sembrada, hazla, Salvador, nacer; para darle crecimiento sĆ³lo tienes TĆŗ poder. Ricos frutos TĆŗ nos puedes conceder. Ricos frutos TĆŗ nos puedes conceder. Ā”Oh, prepara muchas almas al servicio del SeƱor! Y salvadlas por tu gracia, bondadoso Salvador. Tu Iglesia mostrarĆ” tu grande amor. Tu Iglesia mostrarĆ” tu grande amor. 187 Juan 10.11; Hebreos 13.20; 1 Pedro 5.4 Las ovejas celebramos del Pastor el grande amor; sĆ³lo en Ti nos reposamos, oh JesĆŗs, TĆŗ, buen Pastor. Como ovejas fluctuantes, anduvimos sin tu amor; de los pastos abundantes alejadas, buen Pastor. Por los montes, afanado, nos buscaste con amor; para ser de tu rebaƱo nos tomaste, buen Pastor. TĆŗ nos das el pasto sano y nos guardas con amor; las ovejas de tu mano nada temen, buen Pastor. SĆ³lo en pos de tus pisadas, conducidas por tu amor, vamos hacia las moradas donde estĆ”s, oh buen Pastor. 188 Lucas 15.6; Efesios 2.3; Juan 15.5 Lejos de mi Padre Dios fui por Cristo hallado; por su gracia y por su amor fui por Ɖl salvado. c Es JesĆŗs mi SeƱor, mi alegrĆ­a eterna. Ɖl me amĆ³ y me salvĆ³ en su gracia tierna. Es JesĆŗs, mi Salvador, fiel en su constancia; toda mi necesidad suple su abundancia. Cerca de mi buen Pastor vivo cada dĆ­a; toda gracia en su SeƱor halla el alma mĆ­a. GuĆ”rdame, SeƱor JesĆŗs, para que no caiga; cual sarmiento de la vid, vida de Ti traiga. 189 Marcos 13.33; Tito 2.13; 1 Corintios 15.51; Luz en la noche, canciĆ³n en la tristeza, la fe nos da bendita esperanza. Vivimos cada dĆ­a esperando la maƱana, porque viene a llevarnos el SeƱor. c Ā”QuĆ© bendita esperanza: JesĆŗs nos viene a llevar! Gloria, gloria sea a Ɖl, porque siempre nos es fiel. Ven pronto, oh nuestro Salvador. Astro brillante y faro que nos guĆ­a, segura ancla que sufre la tormenta; refugio del alma, constante esperanza, que vendrĆ” pronto nuestro Salvador. Orden de Cristo, que suena cual trompeta, el corazĆ³n anima, al mal vencemos: Ā«Velad y siempre orad, porque pronto volverĆ©Ā». Esperamos a nuestro Redentor. La muerte vencida, el cuerpo transformado, hecho a su imagen; como Ɖl seremos. Nos elevarĆ” a la morada celestial, cuando venga el bendito Salvador. 190 Ezequiel 34.26; Santiago 5.7; 2 Corintios 13.14 Ā«Lluvias de bendiciĆ³n grandesĀ», es la promesa de amor. Hoy te pedimos las mandes de tu presencia, SeƱor. c Las lluvias grandes, mĆ”ndanos, oh Salvador. Haz que sintamos de nuevo mĆ”s de tu gracia y tu amor. Ā«Lluvias de bendiciĆ³n grandesĀ», Ā”cuĆ”nta falta hacen aquĆ­! Las gotas ya recibimos, lluvias pedimos a Ti. AquĆ­ rogĆ”ndote estamos; oye TĆŗ nuestra oraciĆ³n. Toda la gloria te damos a Ti por tu bendiciĆ³n. Ya vendrĆ”n las lluvias grandes; TĆŗ las darĆ”s sin tardar. Mientras aquĆ­ esperamos, haz que las veamos llegar. 191 Filipenses 3.12; 2 Corintios 7.1 MĆ”s santidad dame, mĆ”s odio al mal; mĆ”s calma en las penas, mĆ”s alto ideal. MĆ”s fe en mi Maestro, mĆ”s consagraciĆ³n; mĆ”s celo en servirle, mĆ”s grata oraciĆ³n. MĆ”s prudente hazme, mĆ”s sabio en Ɖl; mĆ”s firme en su causa, mĆ”s fuerte y mĆ”s fiel. MĆ”s recto en la vida, mĆ”s triste al pecar; mĆ”s humilde hijo, mĆ”s pronto en amar. MĆ”s pureza dame, mĆ”s fuerza en JesĆŗs; mĆ”s de su dominio, mĆ”s paz por la cruz. MĆ”s rica esperanza, mĆ”s obras aquĆ­; mĆ”s ansia del cielo, mĆ”s gozo de allĆ­. 192 2 Corintios 12.9; Hebreos 11.34 Mi mano ten, SeƱor; yo flaco y dĆ©bil, sin Ti no puedo riesgos afrontar. Tenla, SeƱor; mi vida el gozo llene, al verme libre asĆ­ de todo azar. Mi mano ten; la vĆ­a es tenebrosa, si no la alumbra tu radiante faz. Por fe yo alcanzo a percibir su gloria; Ā”cuĆ”n grande gozo! Ā”cuĆ”n profunda paz! Mi mano ten, SeƱor, y a mis oĆ­dos lleguen palabras de divino amor. Alienta asĆ­ mi alma atribulada para seguirte con un nuevo ardor. Mi mano ten; el enemigo fuerte no cesa cada paso en disputar. Mas nada puede si TĆŗ estĆ”s conmigo, porque en tu fuerza yo he de triunfar. Mi mano ten. Se extienden ya las sombras, el sol se pone, nuestro dĆ­a va. Contigo quiero andar; que TĆŗ ilumines los pasos que en el mundo tu hijo da. 193 Filipenses 1.23; Apocalipsis 22.12 Mi Redentor, el Rey de gloria, que vive yo seguro estoy. Ɖl da coronas de victoria; con gozo pronto al cielo voy. c Que permanezca no pidĆ”is entre el bullicio y el vaivĆ©n; el mundo alegre hoy dejara aun cuando fuese algĆŗn EdĆ©n. La cita nada mĆ”s aguardo, que el Rey me diga: Ā«Hijo, venĀ». En mi SeƱor JesĆŗs confĆ­o; su sangre clama a mi favor. Es dueƱo de mi albedrĆ­o; estar con Ɖl es lo mejor. ConsuĆ©lome en su larga ausencia pensando: Ā«Pronto volverĆ”; entonces su gloriosa herencia a cada fiel JesĆŗs darĆ”Ā». 194 1 Timoteo 6.11 al 16; Romanos 8.37 Mirad el gran amor: Ā”aleluya, aleluya! de nuestro Salvador: Ā”aleluya, aleluya! Su trono Ɖl dejĆ³, al mundo descendiĆ³, su sangre derramĆ³ por salvar al pecador. Ā”Aleluya, aleluya! demos gloria a JesĆŗs. Ā”Aleluya, aleluya! somos salvos por su cruz. Luchemos con valor: Ā”aleluya, aleluya! en nombre del SeƱor: Ā”aleluya, aleluya! El diablo rugirĆ”, el mundo burlarĆ”, pero el Salvador serĆ” con nosotros hasta el fin. Ā”Aleluya, aleluya! confiemos en JesĆŗs. Ā”Aleluya, aleluya! venceremos por su cruz. Ā”Muy pronto volverĆ”! Ā”aleluya, aleluya! Ā”QuĆ© gozo nos darĆ”! Ā”aleluya, aleluya! Gloriosa reuniĆ³n, eterna bendiciĆ³n y grata comuniĆ³n, para siempre con JesĆŗs; Ā”Aleluya, aleluya! para siempre con JesĆŗs. Ā”Aleluya, aleluya! redimidos por su cruz. 195 Santiago 5.8; Mateo 19.28, 25.31 Muy cercano estĆ” el dĆ­a cuando volverĆ” JesĆŗs, con la majestad y gloria que le dio su Padre Dios. De sus santos rodeado, en la nube bajarĆ”; de Cristo serĆ” el reinado, y el pecado quitarĆ”. c Ā«Ven, SeƱor JesĆŗs, ven prontoĀ», claman todos con ardor. Ā«He aquĆ­ Yo vengo presto, prestoĀ», dice el Salvador. Tu venida, Jesucristo, librarĆ” la humanidad de SatĆ”n, autor inicuo de su gran calamidad. CesarĆ”n todos los males por el reino de JesĆŗs. Ā”Alegraos, oh mortales! Ā”Ved el triunfo de su cruz! Ā”CuĆ”nto anhelan y desean la venida de JesĆŗs los creyentes ya salvados por la obra de su cruz! Ā«Ven y siĆ©ntate conmigo en mi tronoĀ», el Rey dirĆ”. Ā«Has sufrido y has vencido, de mi gloria goza yaĀ». 196 Juan 14.23; 1 Juan 3.20 No importa dondequiera estĆ©, JesĆŗs conmigo siempre estĆ”. Lo ha prometido, y tengo fe que su promesa cumplirĆ”. c Do Cristo estĆ” el cielo es, y Cristo estĆ” en mi corazĆ³n. Morando en mĆ­, derrama paz y toda rica bendiciĆ³n. Es mi deber andar con Ɖl, orando para no caer, velando contra el mundo infiel, confiando siempre en su poder. Yo sĆ© que flaco y dĆ©bil soy y sĆ© que es fuerte SatanĆ”s. MĆ”s poderoso es mi SeƱor, me guardarĆ” de tropezar. 197 1 Corintios 6.19,20, 7.23 No soy mĆ­o, Jesucristo, TĆŗ me redimiste a mĆ­; me compraste con tu sangre, pertenezco ahora a Ti. c No soy mĆ­o, Ā”oh no! No soy mĆ­o, Ā”oh no! Pertenezco a JesĆŗs. Todo a mi SeƱor consagro, pues por mĆ­ muriĆ³ en la cruz. No soy mĆ­o; yo confĆ­o mi alma a Cristo el Salvador. Ya mi todo a Ti he dado, constreƱido por tu amor. No soy mĆ­o; mis talentos traigo a Ti, SeƱor JesĆŗs, para siempre ser usados a la gloria de mi Dios. No soy mĆ­o; TĆŗ me aceptas por tu gracia, Salvador, y contigo allĆ” en la gloria gozarĆ© tu eterno amor. 198 Efesios 6.20; 1 Tesalonicenses 2.2 No te dĆ© temor hablar por Cristo, haz que brille en ti su luz. Siempre a quien te redimiĆ³ confiesa; todo debes a JesĆŗs. c No te dĆ© temor, no te dĆ© temor, nunca, nunca, nunca. Es tu Salvador amante; nunca pues te dĆ© temor. No te dĆ© temor hacer por Cristo cuanto de tu parte estĆ”. Obra con amor, fe y constancia; tus trabajos premiarĆ”. No te dĆ© temor sufrir por Cristo los reproches o el dolor. Sufre con amor sus pruebas todas, cual sufriĆ³ tu Salvador. No te dĆ© temor vivir por Cristo esa vida que te da. Si en tu mucho afĆ”n en Ɖl confiares, de todo bien te saciarĆ”. No te dĆ© temor morir por Cristo; vida luz, verdad es Ɖl. Ɖl te llevarĆ” con su ternura a su cĆ©lico vergel. 199 Mateo 9.38, 13.3,25; Salmo 126.5 Obreros somos del SeƱor, llamados por su grande amor; semilla vamos a sembrar que el Salvador ha de regar. El mundo entero el campo es, y el tiempo va con rapidez, y SatanĆ”s, mal sembrador, cizaƱa siembra sin temor. c Al trabajo vamos hoy, pues JesĆŗs nos llama. Lluvias de gran bendiciĆ³n el SeƱor derrama; la semilla crecerĆ”, el aumento nos darĆ”; vamos, vamos, vamos a sembrar. Los sembradores del SeƱor sembremos con ferviente ardor semilla de la incorrupciĆ³n que brote para salvaciĆ³n. Gavillas tan preciosas son los hijos de la redenciĆ³n, que el Salvador JesĆŗs comprĆ³ cuando en la cruz por nos muriĆ³. JesĆŗs muy pronto bajarĆ”, y a la gloria llevarĆ” la Iglesia que es su galardĆ³n, trofeo de la redenciĆ³n. El triunfo de su obra aquĆ­ Ɖl gozarĆ” en la gloria allĆ­; el triunfo de su majestad, su gozo por la eternidad. 200 Salmo 119.46, 35, 33, 47, 91 Ā”Oh! hĆ”blame, SeƱor, y hablarĆ© en ecos vivos de tu dulce voz; y, como hallado tuyo, buscarĆ© a los perdidos para Dios. Ā”Oh! guĆ­ame, SeƱor, y guiarĆ© al pobre errado que tan lejos va. Dame alimento y yo tambiĆ©n darĆ© al pobre hambriento tu manĆ”. EnsƩƱame, SeƱor, y enseƱarĆ© siempre las cosas tuyas en sazĆ³n. Dame palabras, y yo alcanzarĆ© al que es de triste corazĆ³n. Ā”Oh! llĆ©neme, SeƱor, tu plenitud. Haz que rebose tu favor en mĆ­; que con fervor declare la virtud, bondad y amor que encuentro en Ti. Haz que te sirva, oh Cristo mi SeƱor, en lo que sea tu santa voluntad; que tu servicio tenga por honor, ahora y en la eternidad. 201 1 Pedro 5.7; Mateo 11.29; 1 Tesalonicenses 5.17 Ā”Oh! Ā”quĆ© amigo nos es Cristo! nuestras culpas Ɖl llevĆ³, y nos manda que llevemos todo a Dios en oraciĆ³n. ĀæSomos tristes, agobiados, y cargados de aflicciĆ³n? Esto es porque no llevamos todo a Dios en oraciĆ³n. ĀæTe hallas dĆ©bil y oprimido de cuidados y temor? A JesĆŗs, refugio eterno, dile todo en oraciĆ³n. ĀæTe desprecian tus amigos? CuĆ©ntale en oraciĆ³n; en sus brazos de amor tierno paz tendrĆ” tu corazĆ³n. Jesucristo es nuestro amigo, de esto pruebas nos mostrĆ³; pues para llevar consigo al culpable, se humanĆ³. El castigo de su pueblo en su muerte Ɖl sufriĆ³. Cristo es el amigo eterno, sĆ³lo en Ɖl confĆ­o yo. 202 2 Timoteo 1.12; 1 Corintios 10.13 OĆ­ la voz de amor, la sangre contemplĆ©; mirĆ© en la gloria a mi SeƱor y paz con Dios hallĆ©. Mi paz es eternal; no mĆ”s seguro estĆ” el trono estable, celestial, del santo JehovĆ”. FluctĆŗa, sĆ­, mi amor; mi gozo viene y va. La paz con Dios, mi Salvador, jamĆ”s se mudarĆ”. VarĆ­o yo, mas Ɖl, que en mi lugar muriĆ³, es inmutable, y siempre fiel a lo que prometiĆ³. La tumba abierta ya deshace mi pavor, y mi confianza entera estĆ” en Cristo, mi SeƱor. 203 Mateo 28.19,20; 2 Corintios 5.20; Salmo 72.8 OĆ­d, oĆ­d, lo que nos manda el Salvador: Ā«Marchad, marchad, y proclamad mi amor, porque he aquĆ­ Yo con vosotros estarĆ©; los dĆ­as todos hasta el fin os guardarĆ©Ā». c Id, pues, por el mundo. Id, pues, y predicad el evangelio. Id, pues; va adelante el todopoderoso Salvador. Ā”Gloria, gloria, aleluya a JesĆŗs! Ā”Gloria, gloria, aleluya a JesĆŗs! Nuestras almas Ɖl salvĆ³, nuestras manchas Ɖl lavĆ³. Proclamemos pues a todos su amor. Pensad, pensad, la condiciĆ³n del pecador. Ā”QuĆ© triste es! Ā”quĆ© lleno de dolor! Sin luz, sin paz, camina a la eternidad y no conoce el gran peligro en que Ć©l esta. Salid, salid, embajadores del SeƱor. Buscad, buscad al pobre pecador; aprovechad el tiempo que el SeƱor nos da, pues pronto el dĆ­a de salvaciĆ³n se acabarĆ”. Mirad, mirad, la hora presto llegarĆ”. JesĆŗs vendrĆ” su reino a disfrutar; de mar a mar habrĆ” prosperidad y paz; sus alabanzas cantarĆ” la humanidad. 204 Lucas 19.5; Juan 1.12, 13.20 Ā”Pasad, pasad, oh Maestro, el umbral! La voz oĆ­ que aliviarĆ” mi mal; pĆŗsose el sol; ruge la tempestad. Ā”Os necesito, Salvador, entrad! Mal preparado estoy, JesĆŗs, SeƱor, por la visita del divino amor, y nada tengo con que agasajar a quien se digna en mi casita entrar. HuĆ©sped eterno, aĆŗn ahora entrad; os lo suplica mi necesidad. Vuestra presencia todo cambiarĆ”; entrando vos la confusiĆ³n huirĆ”. No intento ahora preparar lugar do el Rey de gloria pueda en mĆ­ posar. Todo es tan pobre, bajo, ruin aquĆ­, Ā”peor aĆŗn hacer que espere allĆ­! Ā”Venid! — no para hallar en mĆ­, SeƱor, digno lugar que more vuestro amor, mas a quitar mi noche, miedo y mal con vuestra luz y gloria celestial. 205 IsaĆ­as 40.11, 66.2 PastorĆ©anos, SeƱor potente, cuida, oh buen Pastor, tu grey; tu sustento placentero dale, tu redil, tu suave ley. Alta ciencia, providencia, tuyas para nuestro bien. Bendecido, Rey ungido, a santificarnos ven. Tu bondad divina da a los pobres salvaciĆ³n y santidad; a pesar de ser tan pecadores, no nos has de desechar. Comunicas dotes ricas al que implora tu perdĆ³n, paz estable, inefable, en el nuevo corazĆ³n. 206 Filipenses 4.7; Hechos 10.36 Ā”Paz, dulce paz! que brota de la cruz. Nos habla paz la sangre de JesĆŗs. Ā”Paz, dulce paz! hacer la voluntad de Cristo en nuestra vida da la paz. Ā”Paz, dulce paz! cargados de dolor; descanso y paz tenĆ©is en el SeƱor. Ā”Paz, dulce paz! en la separaciĆ³n; la paz de Cristo da consolaciĆ³n. Ā”Paz, dulce paz! en cuanto al porvenir, JesĆŗs nos guĆ­a y guarda hasta el morir. Ā”Paz, dulce paz! la muerte alrededor; JesĆŗs venciĆ³ la muerte y su terror. Ā”Paz, dulce paz! no tardarĆ” JesĆŗs, y nos darĆ” celeste paz y luz. 207 Romanos 8.16; Juan 10.9; Cantares 6.3 Por la gracia del SeƱor gĆ³zome en su gran amor; el EspĆ­ritu en mĆ­ testifica que es asĆ­. Ā”Oh, quĆ© paz, perfecta paz; no me perderĆ© jamĆ”s! Pues por su infinito amor suyo soy y mĆ­o es Ɖl. Pues por su infinito amor suyo soy y mĆ­o es Ɖl. A la luz de tal amor, lo que veo en derredor tiene hermosuras mil que sin Cristo nunca vĆ­. Canta el pĆ”jaro mejor, mĆ”s brillante es toda flor, ya que puedo yo decir: Ā«Suyo soy y mĆ­o es ƉlĀ», ya que puedo yo decir: Ā«Suyo soy y mĆ­o es ƉlĀ». En la lucha terrenal me protegerĆ” del mal, pues su brazo fuerte y fiel me conserva para Ɖl. El estar con Ɖl aquĆ­ es el cielo para mĆ­. Y muy grato es sentir: Ā«Suyo soy y mĆ­o es ƉlĀ». Y muy grato es sentir: Ā«Suyo soy y mĆ­o es ƉlĀ». Soy de Ɖl, sĆ­ soy de Ɖl por su amor tan tierno y fiel. Cuando pruebas muchas son, me conforta el corazĆ³n. Lo de aquĆ­ se cambiarĆ”, nuestra vida pasarĆ”; mas por la eternidad suyo soy y mĆ­o es Ɖl, mas por la eternidad suyo soy y mĆ­o es Ɖl. 208 1 Timoteo 4.15,16; 1 Corintios 9.27 Precepto es del SeƱor que gloria yo le dĆ©, cuidando el alma que me dio, viviendo por la fe. Ejemplo debo dar; mi vocaciĆ³n cumplir, y mis talentos dedicar a Cristo en servir. Devoto debo ser, pues a su vista estoy; su rostro llegue asĆ­ a ver, contento donde voy. En oraciĆ³n velar, confiando sĆ³lo en Ɖl. Si fuere de olvidar capaz, sin fuerza me verĆ©. 209 1 Juan 3.2; 1 Corintios 15.51; IsaĆ­as 61.3 Pronto JesĆŗs de los cielos vendrĆ”; dulce es pensarlo y gran gozo nos da. Transformaranos su rostro al ver; esta es la meta al fin del correr. c Nos cambiarĆ”, nos cambiarĆ”, al ver de Ɖl la gloriosa faz. Nos cambiarĆ”, nos cambiarĆ”, al ver de Ɖl la faz. Los separados unidos serĆ”n, no mĆ”s ausentes de Cristo estarĆ”n. A los que duermen resucitarĆ”, y a su imagen Ɖl los cambiarĆ”. Oscuras nubes Ɖl disiparĆ”; noche en dĆ­a Ɖl transformarĆ”. Las tempestades Ɖl ha de cambiar en dulce calma; el llanto, en cantar. Ɖl harĆ” fuerte lo dĆ©bil al fin, todo perfecto que ahora es ruin; y por tristezas su gozo darĆ”; consigo en gloria a su Iglesia tendrĆ”. 210 1 Pedro 5.7; Romanos 8.28 Que lo sabe todo el Padre es mi certitud, y que en gracia Ɖl por mĆ­ vela con solicitud. Todo cuanto Dios permita obra para bien, y deseo solamente responderle: Ā«AmĆ©nĀ». Bien sĆ© yo que lo futuro en su mano estĆ”; con desvelo permanente Ɖl me guiarĆ”. Aunque en mi camino encuentre penas y dolor, siempre tras de fuertes pruebas veo su favor. Gusto de contarle cuanto me sucede aquĆ­, cierto que su buen cuidado llega aun a mĆ­. Y despuĆ©s con buen agrado de su amor gozar, gracias le darĆ© por cuanto Ɖl me quiera dar. Confiadamente, entonces, puedo aquĆ­ vivir sin recelos ni cuidados por mi porvenir. Pues mi Padre Dios me asiste con divino amor, siendo aquel que me sostiene Cristo el Salvador. 211 Job 19.25; Salmo 19.14; Tito 2.14; Apocalipsis 5.9 Redentor, Ā”oh quĆ© belleza en tal tĆ­tulo se ve! Cristo sĆ³lo, con certeza, digno de llevarlo fue. Redentor, Redentor, Ā”quĆ© alegrĆ­a tuyo ser! Redentor, Redentor, Ā”quĆ© alegrĆ­a tuyo ser! En miseria sumergido, de SatĆ”n esclavo fui; TĆŗ escuchaste mi gemido cuando sin valor me vi. Redentor, Redentor, TĆŗ me diste libertad. Redentor, Redentor, TĆŗ me diste libertad. Cuando en tu celeste gloria al final he de llegar, y con himnos de victoria tus loores entonar, Redentor, Redentor, Ā”quĆ© alegrĆ­a celestial! Redentor, Redentor, Ā”quĆ© alegrĆ­a celestial! 212 Deuteronomio 33.27; 2 Tesalonicenses 1.7 Salvo en los fuertes brazos del tierno Salvador, dulce reposo tengo en su inmutable amor. Vivo bien protegido contra el poder del mal; Cristo me ha recogido del hondo cenagal. c Salvo en los fuertes brazos del tierno Salvador, dulce reposo tengo en su inmutable amor. En el desierto triste por donde paso aquĆ­, con su bondad me guĆ­a bien apoyado asĆ­. Ɖl siente simpatĆ­a por todo mi dolor; lo cambia en alegrĆ­a con su sincero amor. A mis necesidades Ɖl cuida de atender; mis dudas, mis errores consigue esclarecer. Sobre mi oscura vĆ­a lanza celeste luz; mi protector y guĆ­a siempre serĆ” JesĆŗs. Deseo acĆ” servirle mientras ausente estĆ”; y cuando venga en nubes Ɖl me recogerĆ”; dĆ­a en el cual su rostro en plena luz verĆ©, y su divina gloria sin nieblas mirarĆ©. 213 1 Corintios 4.2; Lucas 16.10; JosuĆ© 23.14 Seguid a JesĆŗs, andad en su luz, sed fieles a Cristo el SeƱor. Servidle de amor, luchad con valor, sed fieles a Cristo el SeƱor. c Sed fieles a Cristo el SeƱor, su gracia abundante jamĆ”s faltarĆ”. Su brazo potente os defenderĆ”; sed fieles a Cristo el SeƱor. Tentados serĆ©is, conflictos tendrĆ©is, sed fieles a Cristo el SeƱor. A vuestro favor estĆ” el Salvador, sed fieles a Cristo el SeƱor. JamĆ”s JehovĆ” os ha de faltar, sed fieles a Cristo el SeƱor. Os sustentarĆ”, y el triunfo os darĆ”, sed fieles a Cristo el SeƱor. 214 Lucas 1.79; Judas 24 SeƱor JesĆŗs, con tu esplendor benigno guarda mi pie. Densa es la noche, Ć”spero el camino; mi guĆ­a sĆ©. Harto distante de mi hogar estoy, que al dulce hogar de las alturas voy. Amargos tiempos hubo en que tu gracia no supliquĆ©. De mi valor fiando, en la eficacia no tuve fe. Mas hoy deploro aquella ceguedad; dame, oh SeƱor, tu grata claridad. GuiĆ”ndome TĆŗ la noche es esplendente, y cruzarĆ© el valle, el monte, el risco y el torrente con firme pie; hasta que empiece el dĆ­a a despuntar, y entre al abrigo de mi dulce hogar. 215 Salmo 48.14; Hechos 27.24; 2 Corintios 5.8; Filipenses 1.23 SeƱor JesĆŗs, te ruego el cuidado que nadie sino TĆŗ darme podrĆ”. En vida y muerte estĆ” TĆŗ a mi lado; por gracia, oh mi SeƱor, conmigo estĆ”. c Conmigo estĆ”; preciso tu poder, pues SatanĆ”s quisiĆ©rame vencer. Conmigo estĆ” en sombra y clara luz; en vida y muerte, Ā”oh! conmigo estĆ”. Si cualquier enemigo me asalta, si en mar embravecido el barco va, si mi esperanza o mi coraje falta, por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”. Cuando el camino mĆ­o es deleitoso, de Ti, SeƱor, necesidad habrĆ”; y cuando es muy oscuro y doloroso, por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”. Cuando en el rĆ­o oscuro de la muerte ninguno sino TĆŗ me salvarĆ”; socĆ³rreme, SeƱor, con brazo fuerte; por gracia, oh Salvador, conmigo estĆ”. 216 Salmo 118.27; LevĆ­tico 7.5; 2 Corintios 5.21; Apocalipsis 1.18 SeƱor JesĆŗs, tomaste mi lugar, cual vĆ­ctima ligada en el altar. Su fuego conseguiste TĆŗ apagar, SeƱor, por mĆ­, por mĆ­. Tu sangre sĆ³lo, oh Cristo, a mi favor; tu muerte de justicia por amor; pecado hecho como transgresor, SeƱor, por mĆ­, por mĆ­. Tal como fuiste, TĆŗ eres hoy, SeƱor, pues inmutable es tu divino amor. En gloria vives como Salvador, SeƱor, por mĆ­, por mĆ­. ConfĆ­o en tu probada caridad. SĆ© mi refugio TĆŗ en la tempestad. EnsƩƱame a gozar de tu amistad, SeƱor, a mĆ­, a mĆ­. 217 Lucas 24.32; 2 Timoteo 2.12; Apocalipsis 22.1 Sentimos en el corazĆ³n el gozo de la salvaciĆ³n, el gozo del SeƱor. Conmueve todo nuestro ser, nos hace el alma enardecer de amor a nuestro Dios. Venid, hermanos en JesĆŗs, miremos juntos a la cruz de nuestro Salvador. AllĆ­ su sangre derramĆ³, allĆ­ la obra consumĆ³ de nuestra salvaciĆ³n. Si aquĆ­ sufrimos aflicciĆ³n, tendremos pronto la mansiĆ³n que Cristo prometiĆ³. JesĆŗs prepara un buen lugar do eternamente morarĆ” con Ɖl su servidor. Y cuando estemos en la luz de la presencia de JesĆŗs, Ā”quĆ© gozo nos serĆ”! La fuente del divino amor de nuestro amado Salvador jamĆ”s se agotarĆ”. 218 1 Juan 3.1; Judas 12; Efesios 1.5 Ser de Dios los hijos caros, en JesĆŗs sublime don; en JesĆŗs nos mira el Padre y nos da su bendiciĆ³n. c Ā«Mirad cuĆ”n grande el amor, cuĆ”n grande el amor que el Padre hanos manifestado, que hijos, hijos de Dios seamos por siempre llamadosĀ». Llevaremos de Ɖl la imagen de su gracia y su poder; darnos de su gloria parte Ɖl dignose prometer. Y sin Ɖl la vida es vana, es de abrojos un erial; sin aguas, estĆ©ril nube, y de males, manantial. Mas si de Ɖl somos los hijos por su graciosa adopciĆ³n, la herencia de sus bienes gozaremos en Sion. 219 Hebreos 6.18; Romanos 8.21 Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, salvaciĆ³n tendrĆ”s del castigo espantoso, del infierno horroroso. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, salvaciĆ³n tendrĆ”s. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, salvaciĆ³n tendrĆ”s. c SalvaciĆ³n, libertad y perdĆ³n, si tĆŗ acudes a JesĆŗs. SalvaciĆ³n, libertad y perdĆ³n, si tĆŗ acudes a JesĆŗs. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, libertad tendrĆ”s de la vida pecadora, de la carga abrumadora. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, libertad tendrĆ”s. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, libertad tendrĆ”s. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, el perdĆ³n tendrĆ”s; sĆ­, por todos tus pecados, conocidos e ignorados. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, el perdĆ³n tendrĆ”s. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, el perdĆ³n tendrĆ”s. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, plena paz tendrĆ”s en tus luchas y temores, en tus penas y dolores. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, plena paz tendrĆ”s. Si tĆŗ acudes a JesĆŗs, plena paz tendrĆ”s. 220 Mateo 9.38; Juan 4.35 Siervos de Dios Ā”mirad! La mies ya blanca estĆ”, la siega espera actividad, o el tiempo pasarĆ”. Siervos de Dios Ā”obrad! El DueƱo de la mies dispĆ©nsanos tal potestad que sin medida es. Siervos de Dios Ā”orad! Hay mucho aĆŗn que hacer. Las buenas nuevas anunciad a todos por doquier. 221 2 Timoteo 2.3; 1 Pedro 3.15 ĀæSoy yo soldado de JesĆŗs, un siervo del SeƱor, y temerĆ© llevar la cruz, sufriendo por su amor? c Yo hablarĆ© por mi SeƱor, confesarĆ© mi fe. Su EspĆ­ritu me ayudarĆ”; yo testificarĆ©. Lucharon otros por la fe; cobarde no he de ser; por mi SeƱor pelearĆ©, confiando en su poder. Es menester que sea fiel, que nunca vuelva atrĆ”s, que siga siempre en pos de Ɖl; su gracia me darĆ”. 222 Salmo 73.25; Cantares 3.3,4 Tesoro incomparable, JesĆŗs, amigo fiel; refugio del que huye del adversario cruel. Sujeta compasivo a Ti mi corazĆ³n, ya que para salvarme sufriste la pasiĆ³n. Delicias TĆŗ de mi alma, pan de la eternidad del cual yo me alimento en mi necesidad. En mi flaqueza extrema se cumple tu virtud, y en medio de mis males TĆŗ quieres mi salud. Dirige a mĆ­ tu rostro, JesĆŗs, lleno de amor, sol puro de justicia, dulce consolador. Sin tu influencia santa la vida es un morir; gozar de tu presencia, esto sĆ³lo es vivir. JesĆŗs, riqueza mĆ­a, mi amante Salvador, en mi flaqueza TĆŗ eres mi fuerte protector. JamĆ”s el enemigo podrĆ” quitar mi paz; por mĆ”s que lo intentare, aliento me darĆ”s. Al mundo de falacias no pertenezco ya. El cielo es mi morada; allĆ­ mi Amado estĆ”. A donde Cristo habita, con ansia quiero ir; en sempiterno gozo con Ɖl quiero vivir. 223 2 Timoteo 2.6; Juan 6.27 Ā”Trabajad, trabajad! somos siervos de Dios; seguiremos la senda que el Maestro trazĆ³. Renovando las fuerzas con bienes que da, el deber que nos toca cumplido serĆ”. c Ā”Trabajad, trabajad! Ā”Esperad y velad! Ā”Confiad, siempre orad! que el Maestro pronto volverĆ”. Ā”Trabajad, trabajad! Hay que dar de comer al que el pan de la vida desea tener. Hay enfermos que irĆ”n a los pies del SeƱor al saber que de balde los sana su amor. Ā”Trabajad, trabajad! Fortaleza pedid; al reinado del mal con valor combatid. Conducid los cautivos al Libertador, y decid que de balde redime su amor. 224 Hechos 1.11; 1 Tesalonicenses 4.17; Marcos 13.32 TĆŗ ya vienes, oh Dios mĆ­o; TĆŗ ya vienes, oh mi Rey. Toda lengua te confiesa, mira el gozo de tu grey. TĆŗ ya vienes y la gloria de tu reino viene ya, a travĆ©s del velo santo, Ā”quĆ© consuelo y paz nos da! c TĆŗ ya vienes, TĆŗ ya vienes, en las nubes vienes, sĆ­. TĆŗ ya vienes, y nosotros subiremos hacia Ti. TĆŗ ya vienes, TĆŗ ya vienes, oh JesĆŗs, el Salvador. Ā”Oh quĆ© gozo estar contigo, ver la gloria de tu amor! TĆŗ ya vienes, ni una sombra tu hermosura ocultarĆ”; las tristezas y el pecado tu poder disiparĆ”. TĆŗ ya vienes, oh bien mĆ­o, gozarĆ” mi corazĆ³n; por tu muerte yo soy hecho de tu reino poseedor. Ā”TĆŗ ya vienes! La esperanza nunca nos engaƱarĆ”. No sabemos dĆ­a ni hora, mas la gloria cierta estĆ”. SĆ­, TĆŗ vienes, y tu mesa garantĆ­a ya nos da, por la comuniĆ³n contigo, de la posesiĆ³n allĆ”. 225 GĆ”latas 2.20; Juan 17.9,10 Ā”Tuyo, SeƱor! JamĆ”s tendrĆ© amor a lo que no te agrade a Ti; ha muerto el mundo para mĆ­, pues tuyo soy. Ā”Tuyo, SeƱor! Corona, gozo, honor, sĆ³lo eres TĆŗ, y nada acĆ” mi corazĆ³n encantarĆ”, pues tuyo soy. Ā”Tuyo, SeƱor! Reposo en tu favor, y sĆ© que por la eternidad me guardarĆ”s en tu bondad, pues tuyo soy. Ā”Tuyo, SeƱor! Con mĆ”s ferviente ardor te adorarĆ© y te servirĆ©, en tanto que en el mundo estĆ©, pues tuyo soy. Ā”Tuyo, SeƱor! Conozco el gran valor de tu promesa que vendrĆ”s, y digo: Ā«Ven, no tardes mĆ”s, pues tuyo soyĀ». 226 Filipenses 3.7 al 14; Salmo 17.15 Tuyo soy, SeƱor, sĆ³lo tuyo soy, redimido por tu amor; mas cual siervo fiel quiero yo seguir y mĆ”s cerca estar de Ti. c MĆ”s cerca, cerca de Ti llĆ©vame, mi Salvador. SĆ­, mĆ”s cerca, cerca yo quisiera estar de Ti, mi Salvador. SĆ³lo a Ti, JesĆŗs, me consagro hoy, constreƱido por tu amor; y mi ser entero gozoso doy, a servirte a Ti, SeƱor. Ā”QuĆ© profunda paz y felicidad guardan hoy mi corazĆ³n! cuando por la fe puedo ver tu faz en mĆ”s grata comuniĆ³n. Del amor divino jamĆ”s sabrĆ© la profunda inmensidad, hasta que, oh SeƱor, yo contigo estĆ© en la gloria celestial. 227 Hebreos 6.19; Romanos 8.39 Un ancla tenemos que el tĆŗmido mar, por mucho que ruja, no puede quebrar la dulce esperanza que infunde JesĆŗs, legada en su muerte de angustia en la cruz. Allende los cielos el trono de Dios, que rige supremo en el reino de amor, esta ancla fijemos que firme estarĆ”, pues Dios, nuestro Padre, no nos faltarĆ”. Y cuanto mĆ”s ruja la cruel tempestad, mĆ”s firme tomemos el cable de fe; que furia de vientos, ni embates del mar, no pueden del puerto la entrada vedar. 228 Juan 16.16; 1 Juan 2.28; 2 Timoteo 2.12 Ā”Un poco! El Salvador vendrĆ” y a su pueblo llevarĆ” al santo celestial hogar que nos ha ido a preparar; a estar con Ɖl, su rostro ver, y nuestras gracias ofrecer. Ā”Un poco! El Salvador vendrĆ”; sĆ­, poco tiempo resta ya. Que duĆ©lame no serle fiel, placer me dĆ© servirle a Ɖl. Pues listo deberĆ­a ser quien al SeƱor espera ver. Ā”Un poco! El Salvador vendrĆ”. Ā”Oh! ĀæquiĆ©n su cruz rechazarĆ”? ĀæQuiĆ©n en los pasos del SeƱor sufrir no quiere por su amor? Su gloria recompensarĆ” los sufrimientos de acĆ”. Ā”Un poco! Ā”Ven, oh ven, SeƱor! La Iglesia tuya con ardor desea alcanzar su hogar, el nuevo cĆ”ntico cantar, tu gloria ver, estar allĆ­ en todo semejante a Ti. Puede repetirse las Ćŗltimas dos lĆ­neas de cada estrofa. 229 Apocalipsis 1.7; 1 Tesalonicenses 4.14 Un poco mĆ”s, JesĆŗs vendrĆ”, y todo santo le verĆ”. Ɖl llamarĆ” a su Iglesia fiel, y subiremos juntos a Ɖl. c Ā”QuĆ© dĆ­a serĆ” de gloria, luz y paz! La casa del Padre serĆ” nuestro hogar. Un poco mĆ”s, JesĆŗs vendrĆ”, el llanto y lloro acabarĆ”n. Del peregrino el corazĆ³n sediento exclama: Ā«Ven, SeƱorĀ». JesĆŗs vendrĆ”. VendrĆ”n tambiĆ©n los santos que han dormido en Ɖl. Ā”Dichoso dĆ­a de reuniĆ³n! DespuĆ©s, no habrĆ” separaciĆ³n. 230 1 Tesalonicenses 4.13 al 18; 1 Juan 3.2 Un poco, un poquito de tiempo esperamos, JesĆŗs de los cielos muy pronto vendrĆ”. Orando, leyendo y cantando velemos, pues pronto oiremos el grito: Ā«AquĆ­ estĆ”Ā». Con mando y con voz de arcĆ”ngel del cielo, y al son de trompeta el SeƱor bajarĆ”. AsĆ­ le esperamos con ansia y deseo, y muertos o vivos nos recogerĆ”. A los que en JesĆŗs han dormido sabemos que Dios juntamente con Ɖl traerĆ”, y no antes de ellos nosotros iremos; mas todos unidos Ɖl nos llamarĆ”. Aquellos que han muerto serĆ”n los primeros, que Cristo a su mando resucitarĆ”; nosotros los vivos seremos postreros, mas juntos JesĆŗs nos arrebatarĆ”. Arriba en los cielos, visible y glorioso, JesĆŗs a nosotros se revelarĆ”; consigo en la gloria de eterno reposo, por Ɖl rescatados, JesĆŗs nos pondrĆ”. 231 Mateo 13.3,30; 1 Corintios 3.2 Ved que acercĆ”ndose el dĆ­a va, en que el SeƱor en su gloria vendrĆ” a recoger en su alfolĆ­ lo que sembramos en tanto aquĆ­. Ɖl mucho fruto recogerĆ”, sĆ­, su fruto recogerĆ”. c Vamos sembrando con vivo amor dulces palabras de nuestro SeƱor; siempre obrando con celo y con fe, para que rica cosecha nos dĆ©. Entre zarzales podrĆ” caer cierta semilla y no florecer; mas el SeƱor a segar vendrĆ”, y su buen fruto recogerĆ”. Ɖl mucho fruto recogerĆ”, sĆ­, su fruto recogerĆ”. Muy largo tiempo podrĆ” pasar antes de ver su semilla brotar; mas ciertamente el SeƱor vendrĆ” y su buen fruto recogerĆ”. Ɖl mucho fruto recogerĆ”, sĆ­, su fruto recogerĆ”. En todo tiempo sin desmayar vamos sembrando y orando a la par; pues prestamente el SeƱor vendrĆ” y su buen fruto recogerĆ”. Ɖl mucho fruto recogerĆ”, sĆ­, su fruto recogerĆ”. 232 Salmo 30.5; Filipenses 4.6 Ven, alma que lloras, ven al Salvador, en tus tristes horas dile tu dolor. Dile, sĆ­, tu duelo, ven tal como estĆ”s; habla sin recelo, y no llores mĆ”s. Tu pena y tristura, dile a tu SeƱor, tu cruel desventura, engaƱos y error. En su tierno seno descanso hallarĆ”s; ven, porque Ɖl es bueno, y no llores mĆ”s. TĆŗ mismo al cansado enseƱa la luz; guĆ­a al angustiado a Cristo JesĆŗs. La bendita nueva de celeste paz a los tristes lleva, y no llores mĆ”s. 233 Salmo 87.7; IsaĆ­as 12.3; Oseas 11.4 Ven, de todo bien la fuente, ven, eterno Salvador, ven, ayĆŗdame a cantarte dignos cantos de loor. TĆŗ, SeƱor, por mĆ­ moriste; quiero yo por Ti vivir. SĆ³lo TĆŗ eres mi esperanza, sĆ³lo TĆŗ mi porvenir. Triste yo era y extraviado cuando Cristo me buscĆ³; de la muerte por salvarme Ɖl su sangre derramĆ³. En su muerte de cariƱo vida, paz, perdĆ³n hallĆ©; y por Ɖl la vida eterna en el cielo gozarĆ©. De tu gracia, oh bien amado, soy continuo deudor; mĆ”s y mĆ”s a Ti me atraes por los lazos de tu amor. Ven, de todo bien la fuente, fuente de mi salvaciĆ³n; doy a Ti mis alabanzas, doy a Ti mi corazĆ³n. 234 2 Pedro 1.19; Apocalipsis 22.16; Mateo 25.21 Yo espero la maƱana de aquel dĆ­a sin igual, en que la alegrĆ­a emana, y su gozo es eternal. c Esperando, esperando otra vida sin dolor, do me den la bienvenida de JesĆŗs mi Salvador. Yo espero la victoria, de la muerte al fin triunfar, recibir la eterna gloria y mis sienes coronar. Yo espero entrar al cielo, donde reina eterno amor. Peregrino soy, y anhelo las moradas del SeƱor. Pronto espero unir mi canto al triunfante y celestial, y poder cambiar mi llanto por un canto angelical. 235 Hebreos 13.15; Salmo 3.5, 51.17 Yo por Cristo defendido, a tu nombre doy loor; yo con bienes soy provisto que no tuvo mi SeƱor. Alabanzas, alabanzas doy a Ti, mi Salvador. La pobreza y los dolores Cristo se dignĆ³ pasar; y mi Dios con pecadores no encontraba do posar. Alabanzas, alabanzas doy a Ti, mi Salvador. A tu sombra, Dios clemente, yo tranquilo dormirĆ©; y tu amor, Omnipotente, yo mi vida fiarĆ©. Alabanzas, alabanzas doy a Ti, mi Salvador. Soy yo indigno, TĆŗ piadoso; sĆ© que no has de desechar al que viene presuroso tu piedad a impetrar. Alabanzas, alabanzas doy a Ti, mi Salvador. 236 Hebreos 2.9, 8.1; 1 Timoteo 1.17 A Cristo coronad, divino Salvador, sentado en alta majestad es digno de loor. Al Rey de gloria y paz loores tributad, y bendecidle al Inmortal por toda eternidad. A Cristo coronad, SeƱor de nuestro amor; al triunfante celebrad, glorioso vencedor. Potente Rey de paz el triunfo consumĆ³, y por su muerte de dolor su grande amor mostrĆ³. A Cristo coronad, SeƱor de vida y luz, con alabanzas proclamad los triunfos de la cruz. A Ɖl, pues, adorad, SeƱor de salvaciĆ³n; loor eterno tributad de todo corazĆ³n. 237 Juan 1.17; GĆ©nesis 45.13 A Dios la gloria dada serĆ” por su bondad y gracia revelada; en su loor cantad. Nosotros te adoramos, Dios nuestro, con fervor. Tu gracia celebramos y tu divino amor. Con gozo agradecemos tan grande salvaciĆ³n; y acĆ” celebramos tu tierna compasiĆ³n. TambiĆ©n magnificamos tus glorias, oh JesĆŗs; las glorias que miramos radiosas en tu cruz. Al Padre, como al Hijo, por tanta bendiciĆ³n, rendid con regocijo profunda adoraciĆ³n. 238 1 Timoteo 1.17, 6.16; Efesios 3.21; 2 Corintios 13.14; 1 Juan 5.7 A nuestro Padre Dios demos en alta voz gloria a Ɖl. Al Dios que nos amĆ³ de modo que nos dio al Hijo que muriĆ³: Ā”gloria a Ɖl! A nuestro Salvador rindamos con fervor gloria a Ɖl. Su sangre derramĆ³, con ella nos lavĆ³, el cielo nos abriĆ³: Ā”gloria a Ɖl! Por el Consolador que dionos el SeƱor Ā”load a Dios! Mora en la eternidad la Santa Trinidad: Ā”hermanos, alabad al trino Dios! 239 1 Corintios 11.24; Hebreos 13.15; A tu palabra, mi SeƱor, humilde vengo aquĆ­, y en esta cena con amor memoria harĆ© de Ti. Indigno soy de tal lugar, pues siempre malo fui, mas TĆŗ viniste a rescatar y a libertarme a mĆ­. Antes perdido me encontrĆ©, mas ya salvado soy; y de tu amor me acordarĆ© al darte gracias hoy. GetsemanĆ­, con su sudor y copa como hiel; la cruz con todo tu dolor y tu agonĆ­a cruel. Tu muerte allĆ­, SeƱor JesĆŗs, y la escondida faz del santo Dios, cuando en la cruz me procuraste paz. SĆ­, aquĆ­, SeƱor, me acordarĆ© de todo tu favor, y con los tuyos cantarĆ© mis cĆ”nticos de loor. 240 GĆ”latas 4.6; Romanos 8.15; Lucas 15.22 Ā”Abba, Padre! te adoramos en el nombre de JesĆŗs. Dios y Padre te llamamos, hechos hijos de la luz. Ya del juicio libertados por la sangre del SeƱor, y por Ɖl reconciliados, disfrutamos de tu amor. PrĆ³digos un tiempo fuimos, y alejados del hogar, mas tu voz de amor oĆ­mos, pues quisĆ­stenos llamar. Por JesĆŗs nos perdonaste y nos allegaste a Ti, nos besaste, y nos sentaste en tu comuniĆ³n aquĆ­. Por tu mano revestidos del ropaje de salud, en tu casa recogidos por tu gran solicitud; redimidos y lavados por la sangre de JesĆŗs, restaurados, bien amados, hechos hijos de la luz. Ā”Abba! Todos te alabamos, muy contentos de saber que los bienes que gozamos claro dan a comprender que TĆŗ encuentras complacencia en mostrarnos tu favor, y por tal benevolencia te alabamos con fervor. 241 Salmo 19.14; Juan 20.29 Acepta, buen Pastor y Rey, las alabanzas de tu grey; acepta su ferviente amor por la corona de tu honor. Que sea nuestra devociĆ³n continua, dulce comuniĆ³n con el que en triste cruz muriĆ³, y por su muerte nos salvĆ³. El buen Pastor es siempre fiel. Ā”Dichosos los que creen en Ɖl! En Ɖl tendrĆ”n felicidad, ahora y por la eternidad. 242 Juan 20.29; 1 Corintios 10.16,17, 11.23 al 26 AquĆ­ tu rostro puedo ver, SeƱor; a lo invisible alcanza aquĆ­ la fe. De nuevo abrazo aquĆ­ tu inmenso amor, y mi solicitud en Ti echarĆ©. AquĆ­ del pan partido tomarĆ© y de la copa de tu comuniĆ³n. El nombre de mi Dios invocarĆ©, gozĆ”ndome en la paz de salvaciĆ³n. La culpa del pecado mĆ­a fue, mas tuya fue la sangre de la cruz. Por ella y tu justicia tengo, sĆ©, perdĆ³n, vestido y paz, SeƱor JesĆŗs. SĆ³lo en tu brazo eterno confiarĆ©; no tengo apoyo mĆ”s que en Ti, SeƱor. EstĆ” mi fortaleza en tu poder; basta de veras, basta, Ā”oh Redentor! Al levantarnos de la cena aquĆ­, la fiesta pasa, mas no asĆ­ el amor. Todo se va, mas TĆŗ te quedas, sĆ­; cerca, muy cerca, amado Salvador. 243 Romanos 8.32 al 34; IsaĆ­as 1.24; Lucas 11.22 Bendito nuestro Dios que nos ha dado el Hijo de su amor, el don que incluye todo otro don. Ā”Bendito nuestro Dios! ĀæQuĆ© bien no nos darĆ”, que dio sin precio su inefable don, don despreciado por el pecador? ĀæQuĆ© bien no nos darĆ”? Ā”Ni al Hijo perdonĆ³! Verdad que aquieta todo mi temor y vence la naciente rebeliĆ³n. Ā”Ni al Hijo perdonĆ³! ĀæQuiĆ©n nos condenarĆ”? JesĆŗs muriĆ³, resucitĆ³ y subiĆ³, y aboga por nosotros hoy con Dios. ĀæQuiĆ©n nos condenarĆ”? Nos justifica Dios. Tal gracia, ĀæquiĆ©n la puede revocar, o quiĆ©n los grillos vuelve a colocar? Nos justifica Dios. Nuestro es el triunfo ya. El Fuerte de Israel se presentĆ³, luchĆ³ y venciĆ³. La muerte cautivĆ³; nuestro es el triunfo ya. 244 Hebreos 2.12; Lucas 7.37,38; Apocalipsis 22.17 ContĆ©mplote, SeƱor JesĆŗs, y al ver tu gran bondad entiendo con mĆ”s clara luz cuĆ”n grande es mi maldad. Ā”CuĆ”n poderoso el gran amor que de la gloria allĆ­ te trajo para el pecador, te trajo para mĆ­! Me maravillo al contemplar tu vida terrenal, y al ver tu afĆ”n en libertar al hombre de su mal. Mas, Ā”oh quĆ© triste galardĆ³n te dan, SeƱor JesĆŗs! RechĆ”zante, y por baldĆ³n te clavan a la cruz. Te espero, y Ā”quĆ© gozo das! TĆŗ triunfas, mi SeƱor; y de la tumba al cielo vas con majestad y honor. Te espero aĆŗn y clamo, Ā«Ven, contigo quiero estar. Con huestes cĆ©licas tambiĆ©n desĆ©ote adorarĀ». 245 1 Pedro 1.19; Hebreos 3.1; Salmo 17.15 Cordero, TĆŗ, de Dios, bebiendo TĆŗ por nos la copa amarga en triste cruz, salvĆ”stenos. Confiamos en tu amor, JesĆŗs, el Salvador; pues eres Sacerdote fiel y buen Pastor. SĆ³lo eres TĆŗ sostĆ©n, y TĆŗ nos guiarĆ”s hasta la gloria, oh Salvador, a ver tu faz. 246 Salmo 22.31; Juan 14.11; Romanos 15.9 al 12; Apocalipsis 19.5 Cristo siempre digno fuiste de obtener cordial loor, que el amor que nos tuviste joya es de tan gran valor. Todos juntos te rendimos gracias por tu caridad; que en tu santa vida vimos revelada la verdad. En tu muerte soportaste toda nuestra maldiciĆ³n, cuando TĆŗ nos demostraste tu divino corazĆ³n. Alabanzas excelentes son las que has de recibir por tus glorias esplendentes, ahora y en lo porvenir. Ā”Alabadle, alabadle! Ā”Santos, vuestra voz alzad! Fervorosos, adoradle por su sin igual bondad. 247 Marcos 16.6; Efesios 4.8; 1 Corintios 15.20 Cristo ya ha resucitado, Aleluya, de la muerte ha triunfado, Aleluya. El poder de su virtud, Aleluya, cautivĆ³ la esclavitud, Aleluya. El que al polvo se humillĆ³, Aleluya, vencedor se levantĆ³, Aleluya, y cantamos en verdad, Aleluya, su gloriosa majestad, Aleluya. El que a muerte se entregĆ³, Aleluya, el que asĆ­ nos redimiĆ³, Aleluya, hoy en gloria celestial, Aleluya, reina en vida triunfal, Aleluya. Cristo nuestro Salvador, Aleluya, de la muerte vencedor, Aleluya, pronto vamos sin cesar, Aleluya, tus loores a cantar. Aleluya. 248 Cantares 1.3; Salmo 138.2 Cual mirra fragante que exhala en redor su rico perfume, suavĆ­simo olor, tu nombre, oh mi Amado, en mi corazĆ³n infunde alegrĆ­a y satisfacciĆ³n. Cual voz conocida, si escucha el viador perdido en el bosque, le inspira valor, tu nombre me anima, haciendo saber en donde el descanso se puede obtener. Cual faro avistado, distante en el mar, por nĆ”ufrago a punto de desesperar, tu nombre, trayendo mensaje de paz, el corazĆ³n llena de dulce solaz. Cual luz que, brillando en alto fanal, al nauta en la noche seƱala el canal, tu nombre, esparciendo benĆ©fica luz, al puerto celeste me guĆ­a, JesĆŗs. JesĆŗs, tierno nombre de precio y valor, tu nombre bendito, JesĆŗs Salvador, por cima de todos, sin par, sin igual, exhala fragancias de amor celestial. 249 1 Timoteo 6.15,16; Mateo 17.1 al 9 Del homenaje y del honor de toda nuestra adoraciĆ³n, sĆ³lo eres digno, Salvador, tema de celestial canciĆ³n. A Ti queremos alabar. Indignos somos del honor, pues nadie puede tributar lo que mereces, oh SeƱor. De vida TĆŗ eres manantial; contigo estĆ” la clara luz. Amor divino y eternal se encuentra en Ti, SeƱor JesĆŗs. Anticipamos, Salvador, el dĆ­a de tu reino aquĆ­, en que te rendiremos loor, viendo en la gloria sĆ³lo a Ti. 250 Salmo 8.5; Apocalipsis 4.11, 5.12 Ā”Digno, digno, digno, SeƱor JesĆŗs, TĆŗ eres! Cuando nadie al Padre podĆ­a contentar, TĆŗ viniste al mundo, y en la cruz muriendo, la obra redentora pudiste consumar. Ā”Digno, digno, digno! Te vemos coronado, pero no de espinas del mundo pecador. Nos regocijamos que TĆŗ que nos salvaste tienes ya corona de gloria y de honor. Ā”Digno, digno, digno! En breve los ancianos sus coronas echarĆ”n del trono en derredor. Te darĆ”n la gloria, la honra y la potencia, porque TĆŗ eres solo de todo el Creador. Ā”Digno, digno, digno! Un cĆ”ntico celeste todos los salvados darĆ”n a una voz: Ā«Inmolado fuiste, y los has redimido de los pueblos todos y lenguas para DiosĀ». Digno en tu persona y digno en tus obras; la creaciĆ³n del mundo y tu grande redenciĆ³n. Digno, siempre digno, aquĆ­ te tributamos nuestras gratitudes de todo corazĆ³n. 251 Juan 19.25,30; Marcos 15.37 al 39 Dulces momentos consoladores, los que yo paso junto a la cruz. AllĆ­ sufriendo crueles dolores, veo al Cordero, Cristo JesĆŗs. Veo los brazos de su amor abiertos que me convidan llegar a Ɖl; y haciendo suyos mis desaciertos, por mĆ­ sus labios gustan la hiel. Veo su angustia ya terminada, hecha la ofrenda de expiaciĆ³n; su noble frente, triste, inclinada, y consumada mi redenciĆ³n. Dulces momentos, ricos en dones de paz y gracia, de vida y luz. SĆ³lo hay consuelos y bendiciones cerca de Cristo, junto a la cruz. 252 Hebreos 10.21, 13.15; 1 Timoteo 1.17 En Cristo habiendo hallado pontĆ­fice real, por Ɖl a Dios llegamos con libertad filial, y siendo su santuario el Ćŗnico lugar en donde a nuestro Padre podemos alabar. Con jĆŗbilo venimos, con himnos de loor. Alegres celebramos las glorias del SeƱor, perfumes difundiendo de suave adoraciĆ³n, al que fue siempre digno de toda bendiciĆ³n. PontĆ­fice divino tenemos en JesĆŗs; gozosos nos hallamos en su celeste luz. Y nuestros sacrificios de gracias y loor en coro alegre suben por Cristo a Ti, SeƱor. Honor y excelsa gloria te damos, nuestro Dios; de corazones gratos es eco nuestra voz. Ā”Oh santo Dios y Padre, perfecto es tu saber! Ā”Augusto y ensalzado, oh TĆŗ, Supremo Ser! 253 Salmo 34.1, 71.8; Lucas 1.47; IsaĆ­as 28.16, 4.6; Cantares 5.16 En todo tiempo alabarĆ© el nombre de JesĆŗs, las glorias de mi Redentor, los triunfos de su cruz. Mi espĆ­ritu se alegra en Ɖl, mi Dios y Salvador; el escogido de diez mil, el Cristo del SeƱor. PontĆ­fice, Profeta y Rey; Pastor y Amigo fiel; cimiento estable de mi fe, mi todo yo hallo en Ɖl. Escondedero del turbiĆ³n y sombra del calor; habiendo padecido, Ɖl es mi Consolador. Es luz y guĆ­a, escudo y sol, que gracia y gloria da. Tal es mi Amado, y a Ć©ste yo he de ensalzar y amar. 254 1 Corintios 10.16, 11.23 al 26 En tu cena nos juntamos para celebrar, SeƱor, tu pasiĆ³n, angustia y muerte y ensalzar tu grande amor; grande amor, grande amor, y ensalzar tu grande amor. Redimidos, ya tenemos por tu muerte comuniĆ³n. En el pan te recordamos, Cristo nuestra salvaciĆ³n; salvaciĆ³n, salvaciĆ³n, Cristo nuestra salvaciĆ³n. En la copa confesamos que tu sangre es eficaz. Por tu salvaciĆ³n perfecta esperamos ver tu faz; ver tu faz, ver tu faz, esperamos ver tu faz. Por tu gracia congregados en tu paz y con amor, en espĆ­ritu cantamos siempre a Ti, oh Redentor; Redentor, Redentor, siempre a Ti, oh Redentor. 255 Apocalipsis 4.11, 5.9,12, 19.1 al 8 Es digno nuestro Salvador de nuestra adoraciĆ³n. Venid, cantemos su loor de todo corazĆ³n. c Ensalcemos a JesĆŗs, aclamemos con jĆŗbilo: Ā”Aleluya, aleluya, aleluya! AmĆ©n. JesĆŗs es digno del amor de los que redimiĆ³. Es digno de una vida fiel de celo y devociĆ³n. Si somos salvos por JesĆŗs, debemos elevar un cĆ”ntico de gratitud y culto sin cesar. 256 Juan 1.17; Hebreos 10.12 Fue por JesĆŗs que Dios mostrĆ³ su grande caridad, y a los perdidos revelĆ³ su gracia y su verdad. La cruz es prueba de su amor, su muerte vida da; Ɖl por nosotros padeciĆ³, ahora es nuestra paz. Pasada estĆ” la tempestad, pasĆ³ su gran dolor; Ɖl permanece en majestad, por siempre vencedor. Por lo que Ɖl hizo, nuestra paz segura y cierta estĆ”; mĆ”s tarde al contemplar su faz su amor nos bastarĆ”. 257 GĆ”latas 3.27; Juan 4.23; 1 Timoteo 6.17 Ā”Gloria a Dios! porque su gracia en nosotros abundĆ³, y su fiel misericordia en nosotros se mostrĆ³. Ā”Gloria a Dios! porque no mira nuestra vieja iniquidad; bondadoso nos reviste de justicia y santidad. Ā”Gloria a Dios! que de fe pura hinche nuestro corazĆ³n, y del Hijo que ama tanto nos concede el sumo don. Ā”Gloria a Dios! que aquĆ­ nos une en perfecta y dulce paz, por su diestra protegidos, alumbrados por su faz. Ā”Gloria a Dios! a quien complace recibir nuestra oraciĆ³n, nuestros cantos de alabanza, nuestra pura adoraciĆ³n. Ā”Gloria a Dios! que en abundancia toda bendiciĆ³n nos da. Y si Ɖl obra asĆ­ en la tierra, Āæen los cielos quĆ© serĆ”? 258 Juan 19.30; Hebreos 1.13; Apocalipsis 22.12 Gloria rindamos a JesĆŗs, pues nuestras culpas Ɖl llevĆ³; su vida dando en una cruz, a nuestras almas rescatĆ³. Ya consumada la obra es que para Dios Ɖl emprendiĆ³; y, satisfecho de una vez, Dios a su diestra le ensalzĆ³. Te vemos exaltado allĆ­, y viĆ©ndote, de corazĆ³n queremos dirigirte a Ti, SeƱor JesĆŗs, la adoraciĆ³n. Viviendo en tu divina paz, librados de la esclavitud, sabemos que TĆŗ volverĆ”s, trayĆ©ndonos cabal salud. 259 Apocalipsis 5.12; Lucas 9.51; 1 Timoteo 6.16 Gloria sea, gloria eterna, a JesĆŗs, al que muriĆ³, al que por amor perfecto su preciosa vida dio. Ā”Gloria sea, gloria sea, a aquel que nos rescatĆ³! Ā”Gloria sea, gloria sea, a aquel que nos rescatĆ³! SĆ­, su amor es verdadero, nada lo podrĆ” falsear. Firme anduvo hasta el madero; nunca pudo vacilar. Ā”Gloria sea, gloria sea, al que asĆ­ nos supo amar! Ā”Gloria sea, gloria sea, al que asĆ­ nos supo amar! Celebremos esa historia consumada con la cruz. Cantaremos siempre: Ā«Gloria sea a Ti, SeƱor JesĆŗsĀ». Ā”Aleluya, aleluya, al que mora en alta luz! Ā”Aleluya, aleluya, al que mora en alta luz! 260 Hebreos 10.20, 2.11; 1 Pedro 2.9 JesĆŗs muriĆ³; su sangre abriĆ³ la entrada dentro del velo, celestial lugar en donde el alma, ya purificada, cerca del Padre pudiese llegar. Por Cristo entrando, nada allĆ­ tememos; su gloria no nos puede anonadar; en luz estamos y permanecemos firmes, tranquilos y sin desmayar. Contigo ahĆ­, SeƱor, nos encontramos con quien nos trajo para nuestro Dios, en cuya gracia paternal estamos, gozosos de elevarle nuestra voz. Por Ti, JesĆŗs, el Hijo bien amado, por sĆ³lo Ti tenemos admisiĆ³n; por Ti llegamos, todos como hermanos, con voz de canto y de adoraciĆ³n. Oh Dios, de corazĆ³n te agradecemos que te dignaste al hombre aproximar a tu regazo, pues, que asĆ­ quedamos cual hijos admitidos a tu hogar. Cual sacerdotes somos consagrados al Padre para dar adoraciĆ³n; y ofrenda espiritual de rescatados rendĆ­moste, SeƱor, de corazĆ³n. 261 Filipenses 2.10; Mateo 1.21; Hechos 5.41 Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre a los que te queremos! Siempre a tu amor real loor de gracias rendiremos. Tus glorias celebramos del fondo de nuestra alma, con gratitud por tu salud y de tu paz la calma. Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre! Por Ć©l se ve que TĆŗ amas tu pueblo aquĆ­, unido a Ti, y en su redor derramas el gozo de tu gracia para tus redimidos, que ya te dan con santo afĆ”n loores merecidos. Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre! Nos habla de tu vida, y tu poder en bien hacer, tu gloria conocida. Cual Hombre de Dolores al mundo TĆŗ viniste, mas por tu cruz, con bella luz al hombre bendijiste. Ā”JesĆŗs! Ā”quĆ© dulce nombre! Es tuya la corona; divinidad y humanidad estĆ”n en tu persona. Nos revelaste el Padre, su grande amor mostraste; su gracia acĆ”, su gloria allĆ”, TĆŗ sĆ³lo desplegaste. 262 Filipenses 2.7; GĆ”latas 6.14; 1 Corintios 2.8; 2 Corintios 8.9 La cruz sangrienta al contemplar do el Rey de gloria padeciĆ³, riquezas quiero despreciar y a la soberbia tengo horror. Mi gloria y mi blasĆ³n serĆ”n la cruz de Cristo mi SeƱor, y lo que di a la vanidad ya le dedico con amor. Sus manos, su costado y pies de sangre manaderos son, y las espinas de su sien, mi aleve culpa las clavĆ³. Cual vestidura regia allĆ­, la sangre cubre al Salvador; y pues muriĆ³ JesĆŗs por mĆ­, por Ɖl al mundo muero yo. ĀæY quĆ© podrĆ© yo darte a Ti a cambio de tan grande don? Es todo pobre, todo ruin; toma, oh SeƱor, mi corazĆ³n. 263 Juan 3.14, 12.34, 19.30; 1 Pedro 3.18 Levantado fue JesĆŗs en la dolorosa cruz para darme paz y luz. Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo! Soy yo indigno pecador; Ɖl es justo Salvador; dio su vida en mi favor. Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo! Por mis culpas yo me vi en peligro de morir; mas JesĆŗs muriĆ³ por mĆ­. Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo! El rescate a Dios pagĆ³. Ā«Consumado esĀ», declarĆ³. Dios por eso me aceptĆ³. Ā”Aleluya! Ā”Gloria a Cristo! 264 Job 26.14, 36.33; IsaĆ­as 2.22 Load al gran Rey, su gloria anunciad; su amor a su grey con gracia cantad. Es nuestro escudo, baluarte y sostĆ©n, el Dios poderoso de siglos sin fin. Ā”CuĆ”n fuerte es Dios! Ā”Mortales temblad! OĆ­mos su voz en la tempestad; brocado de estrellas es su pabellĆ³n, y vientos y rayos sus Ć”ngeles son. Tu inmensa bondad, ĀæquĆ© lengua dirĆ”, o quiĆ©n tu verdad jamĆ”s sondearĆ”? Con suma largueza tus manos proveen, y es fiel tu promesa a los que en Ti creen. El frĆ”gil varĆ³n —aliento que va— su consolaciĆ³n en Ti hallarĆ”. Tu misericordia no puede faltar, y a tu eterna gloria le conducirĆ”s. Ā”Tremendo poder! Ā”IlĆ­mite amor! Misterioso Ser, te damos loor. CuĆ”n maravillosa tu gran creaciĆ³n; mas Ā”oh, quĆ© asombrosa es tu gran redenciĆ³n! 265 Hebreos 1.3, 10.7; Colosenses 1.18 LoĆ”moste, SeƱor JesĆŗs, quien eres ensalzado; el Salvador, que por amor del mundo fue humillado. En Ti podemos contemplar la imagen de Dios Padre, quien tanto amĆ³, que te entregĆ³, y en Ti ya nos recibe. De aquella eterna comuniĆ³n, do con el Padre estabas, venir quisiste a reunir a los que se extraviaban. En Ti el pecado se cargĆ³, la maldiciĆ³n llevaste; fue sĆ³lo asĆ­, muriendo allĆ­, que nuestra paz compraste. TĆŗ levantado al cielo estĆ”s, y no hay quien nos condene. Salvada estĆ” tu Iglesia ya y paz perfecta tiene. En majestad sentado estĆ”s, Cabeza de tu Iglesia. Digno eres, sĆ­, que dente allĆ­ loor y gloria eterna. Pues alabĆ”moste, SeƱor, por lo que TĆŗ nos eres, y hasta que veĆ”moste rogamos que nos guardes. Ven pronto para conducir tu Iglesia de este suelo, para ocupar su eterno hogar contigo allĆ­ en el cielo. 266 Hebreos 9.11 al 14, 6.18; Lucas 11.22; 1 Corintios 9.25 Ni sangre hay, ni altar; cesĆ³ la ofrenda ya; no sube llama ni humo hoy, ni mĆ”s cordero habrĆ”. Mas por el sacrificio de la cruz, nos quita la maldad la sangre de JesĆŗs. Con gratitud, SeƱor, la sangre veo brotar que dio la paz al pecador, triunfando en su lugar. Gran triunfo sobre el reino de SatĆ”n: ni queda un enemigo, ni otra lucha habrĆ”. Con gratitud, SeƱor, tu gracia acepto yo, que sobrepuja nuestro mal. Del Padre es este amor; amor del Hijo eterno que muriĆ³; y amor del Santo EspĆ­ritu, del Trino Dios. Con gratitud, SeƱor, acudo para tomar de la esperanza que nos das, cual ancla, firme estĆ” del velo adentro, donde el Precursor entrĆ³, y hoy vive por nosotros ante Dios. Con gratitud, SeƱor, corona espero yo. De vida y gloria ceƱirĆ”s a cada vencedor. NingĆŗn laurel marchito el Juez darĆ”, mas como el trono eterno de JehovĆ” serĆ”. 267 1 Juan 4.10,19; Juan 14.19; Colosenses 2.15 No fue por nuestro amor a Ti del Hijo tuyo el don; de amor la fuente hela aquĆ­: tu corazĆ³n. SeƱor JesĆŗs, quĆ© grande amor te trajo y nos ganĆ³, que soportando asĆ­ el dolor, la cruz sufriĆ³. Cuando en Calvario Dios a Ti, su hijo, abandonĆ³, fue por la muerte tuya asĆ­ que nos salvĆ³. Es consumado todo ya, el velo se rompiĆ³. Venciste, y tu pueblo acĆ” contigo entrĆ³. Las dudas cesan, oh SeƱor, al verte vivo allĆ­, resucitado y vencedor. Hay paz por Ti. Hoy ante el trono, oh Salvador, queremos adorar, rendirnos a tu grande amor y gracias dar. 268 1 Corintios 11.28; IsaĆ­as 53.5 Obediente a tu mandato, participa hoy tu grey de tu cena, y con gozo acercĆ”monos con fe. Lo que hiciste en el Calvario por el pobre pecador, anunciamos en tu nombre, recordando tu amor. Recordando tus angustias, oh divino Redentor, y la copa de amargura que por todo pecador en el GĆ³lgota apuraste, soportando tu dolor. Te loamos y adoramos, oh bendito Salvador. Gracias, oh JesĆŗs, te damos, en tu santa comuniĆ³n; en tu gracia disfrutamos tu clemencia, tu favor. Tuya fue la cruz, mas nuestra es la dicha, es el bien. Ā”Que la gloria toda sea tuya para siempre! AmĆ©n. 269 Efesios 2.13; Mateo 3.17; Filipenses 1.11 Oh Dios de grande amor, gozamos de tu luz, y disfrutamos tu favor por medio de JesĆŗs. Oh Dios de gracia y de bondad, gozamos ya de tu amistad. En Cristo tu placer completo se encontrĆ³, pudiendo por su cruz saber que la obra consumĆ³, y nos podemos hoy gloriar en quien nos vino a rescatar. Eterna es nuestra paz, SeƱor JesĆŗs, por Ti; tu bendiciĆ³n y tu solaz gozamos desde aquĆ­. SĆ³lo eres nuestra salvaciĆ³n; TĆŗ llenas nuestro corazĆ³n. 270 Cantares 2.4l Efesios 3.19,21 Ā”Oh! ĀæquiĆ©n jamĆ”s pudo expresar tu amor, o sondear la hondura, oh Salvador, del manantial en el Divino Ser, o la extensiĆ³n, o grande altura ver, de tal amor? ĀæQuiĆ©n pudo amor tan vasto conocer? El cielo no lo pudo contener, mas hasta nuestro mundo rebosĆ³, pues al morir en cruz JesĆŗs mostrĆ³ de Dios amor. ĀæQuiĆ©n pudo cabalmente dar loor al Dios Omnipotente y Salvador, que fuese digno de tan grande amor? El culto que rendimos al SeƱor, Ā”cuĆ”n dĆ©bil es! Mas tu condescendiente caridad nos muestra que la gran benignidad que abrigas en tu tierno corazĆ³n sabrĆ” la voz de nuestra adoraciĆ³n avalorar. Mas cuando en pura luz tu Iglesia ve su Amado faz a faz (ya no por fe), entonces, en sus himnos de loor, el culto digno de tan grande amor resonarĆ”. 271 Lucas 2.14; Juan 1.14; 2 Timoteo 1.10 OĆ­d un son en la alta esfera: Ā«En los cielos gloria a Dios; al mortal paz en la tierraĀ», canta la celeste voz. Con los cielos alabemos al eterno Rey; cantemos a JesĆŗs, a nuestro bien, con el coro de BelĆ©n. Canta la celeste voz: Ā«Ā”En los cielos gloria a Dios!Ā» El SeƱor de los seƱores, el Ungido celestial, a salvar los pecadores vino al mundo terrenal. Loor al Verbo encarnado, en humanidad velado; gloria al Santo de Israel, cuyo nombre es Emanuel. Canta la celeste voz: Ā«Ā”En los cielos gloria a Dios!Ā» PrĆ­ncipe de paz eterna, Ā”gloria sea a Ti, JesĆŗs! De tu heredad paterna nos trajiste vida y luz. Has tu majestad dejado, y buscarnos te has dignado; para darnos el vivir, a la muerte osaste ir. Canta la celeste voz: Ā«Ā”En los cielos gloria a Dios!Ā» 272 1 Pedro 2.24; IsaĆ­as 53.6; GĆ”latas 2.20 Ā”QuĆ© carga inmensa, oh SeƱor, fue impuesta sobre Ti! TĆŗ padeciste por amor el mal que merecĆ­, cuando en la cruz, SeƱor JesĆŗs, moriste en vez de mĆ­. CĆ”liz de muerte y maldiciĆ³n henchido para mĆ­, tomaste TĆŗ con sumisiĆ³n, bebiĆ©ndolo por mĆ­, y su amargor volviĆ³ tu amor en bendiciĆ³n por mĆ­. Su santa vara Dios blandiĆ³, hiriĆ©ndote a Ti; Dios mismo te desamparĆ³, para ampararme a mĆ­. Tu sangre, en don de expiaciĆ³n, vertiste TĆŗ por mĆ­. De Dios la cĆ³lera estallĆ³, cayendo sobre Ti; el rostro Dios de Ti apartĆ³, para aceptarme a mĆ­. Por tu dolor, JesĆŗs SeƱor, no hay ira para mĆ­. Por mĆ­, SeƱor, moriste TĆŗ; por tanto en Ti morĆ­. TĆŗ vivo estĆ”s y vivo yo; no hay muerte para mĆ­. Y por tu honor Ā”oh Salvador! hay gloria para mĆ­. 273 Romanos 8.34; Salmo 122.7; IsaĆ­as 26.1 Ā”QuĆ© segura estĆ” la Iglesia! protegida de JehovĆ”, Dios su muro de defensa, Dios morando siempre en ella. ĀæQuiĆ©n la puede condenar? c ĀæQuiĆ©n nos puede condenar, si JehovĆ” por nosotros estĆ”? ĀæQuiĆ©n nos puede condenar, si JehovĆ” por nosotros estĆ”? Ā”QuĆ© feliz estĆ” la Iglesia, y quĆ© rica en el SeƱor! Ɖl la ampara en su flaqueza, la enriquece en su pobreza, el tesoro de su amor. Dios socorro da a su Iglesia en los dĆ­as de aflicciĆ³n. La consuela en su tristeza con la luz de su presencia; todo cambia en bendiciĆ³n. 274 Mateo 27.51; Hebreos 6.19, 9.3, 10.20 Ā«Rasgose el veloĀ». Ya no mĆ”s distancia mediarĆ”. Al trono mismo de su Dios el alma llegarĆ”. Ā«Rasgose el veloĀ». Ā”Sombras id! La luz resplandeciĆ³; la cara misma de su Dios JesĆŗs ya revelĆ³. Ā«Rasgose el veloĀ». Hecha estĆ” eterna redenciĆ³n. El alma pura y limpia ya no teme perdiciĆ³n. Ā«Rasgose el veloĀ». Dios abriĆ³ los brazos de su amor. Entrar podemos donde entrĆ³ JesĆŗs, el Salvador. El Salvador sentado estĆ” en alta majestad, purgados los pecados ya segĆŗn la santidad. Entremos, pues. Ā”Oh! adorad al Dios de amor y luz. Las preces y las gracias dad en nombre de JesĆŗs. 275 Juan 19.17; IsaĆ­as 53.5, 12; Hebreos 12.2 Rechazado por todos JesĆŗs saliĆ³, llevando su cruz, y a la cumbre del GĆ³lgota Ɖl subiĆ³, llevando su cruz. Cual oveja delante del trasquilador, en silencio estuvo por mĆ­ el SeƱor, llevando su cruz. c Ā”Oh, quĆ© maravilla! ĀæPuede ser que Ɖl por mĆ­ la llevĆ³? Ā”Oh, quĆ© maravilla! SĆ­, por mĆ­ la cruz llevĆ³. Aunque supo Ɖl bien que tendrĆ­a dolor llevando su cruz, el castigo llevĆ³ con un santo ardor, llevando su cruz. Pues la cruz tan pesada no se igualĆ³ al pecado y al juicio que allĆ­ cargĆ³, llevando su cruz. No habrĆ­an podido tomarle allĆ­, llevando su cruz; mas su voluntad era morir asĆ­, llevando su cruz. Ɖl puso la vida, y volviola a tomar, y el gozo propuesto pudo estimar, llevando su cruz. Toda carga se fue que tomĆ³ aquel dĆ­a, llevando su cruz, y jamĆ”s volverĆ” por la misma vĆ­a, llevando su cruz. Al verle en la gloria del porvenir las gracias darĆ© que saliĆ³ a morir, llevando su cruz. 276 Romanos 4.25; Juan 12.32; 1 Corintios 11.26 RecordĆ”moste, SeƱor, en tu muerte de dolor por salvar al pecador, y te adoramos. En tu cruz, oh Salvador, vasto amor se nos mostrĆ³ cuando Dios te abandonĆ³, y te adoramos. Levantado ahora estĆ”s para no morir jamĆ”s. En tu amor nos guardarĆ”s, y te adoramos. Pronto, completada ya, tu Iglesia subirĆ” y contigo gozarĆ” de eterna gloria. Hasta entonces, oh SeƱor, de tu mesa alrededor, de los sĆ­mbolos de amor participaremos. 277 Mateo 18.20; Lucas 22.19,20; Juan 20.26 Reunidos cual hermanos en memoria del SeƱor comuniĆ³n ya disfrutamos, rodeando al Salvador. RecordĆ”mosle en su muerte y la sangre que vertiĆ³. Celebramos hoy la cena que JesĆŗs instituyĆ³. Disfrutamos su presencia, alabamos al SeƱor. Ya no muertos, mas en vida, nos gozamos en su amor. 278 Juan 1.1, 17.4; Mateo 27.54 Salvador, en Ti confĆ­o y te adoro en santidad; te presento el culto mĆ­o ante el trono de verdad. Me uno con tu Iglesia aquĆ­ para dar loor a Ti. Te alabamos porque TĆŗ eres Hijo del eterno Dios; igualdad con Ɖl posees, santo, justo Salvador. Insondable es tu saber; sin igual es tu poder. Oh SeƱor, te contemplamos al salir del cielo allĆ”; en el mundo te miramos siempre activo en tu bondad. Toda perfecciĆ³n se ve en tu humilde andar de fe. Cuando al fin en cruz te vemos en tu pena y amargor, entenderlo no podemos; Ā”quĆ© infinito es este amor! Oh SeƱor, henos aquĆ­; nos postramos ante Ti. 279 IsaĆ­as 6.3; Apocalipsis 4.8 Ā”Santo, santo, santo! SeƱor omnipotente, siempre el labio mĆ­o loores te darĆ”. Ā”Santo, santo, santo! Te adoro reverente, Dios en tres personas, bendita Trinidad. Ā”Santo, santo, santo! En numeroso coro santos escogidos te adoran sin cesar, de alegrĆ­a llenos, y sus coronas de oro rinden ante el trono y el cristalino mar. Ā”Santo, santo, santo! La inmensa muchedumbre de Ć”ngeles que cumplen tu santa voluntad ante Ti se postra, baƱada de tu lumbre; ante Ti que has sido, que eres y serĆ”s. Ā”Santo, santo, santo! Por mĆ”s que estĆ©s velado, e imposible sea tu gloria contemplar, santo TĆŗ eres solo, y nadie hay a tu lado, en poder perfecto, pureza y caridad. Ā”Santo, santo, santo! La gloria de tu nombre vemos en tus obras en cielo, tierra y mar. Ā”Santo, santo, santo! Te adorarĆ” todo hombre; Dios en tres personas, bendita Trinidad. 280 Salmo 42.7; JonĆ”s 2; Marcos 15.34; Hebreos 10.12 SeƱor, nos recordamos de tu pasiĆ³n aquĆ­, cual sustituto santo, sufriendo tu alma asĆ­. El cĆ”liz de amargura, con plena sumisiĆ³n, TĆŗ mismo lo agotaste, SeƱor, Ā”quĆ© redenciĆ³n! Las olas vengadoras de cĆ³lera penal por sobre Ti pasaron con peso judicial; y tu alma sumergida probĆ³ la maldiciĆ³n debida a los perdidos, por nuestra salvaciĆ³n. Sabemos que tu muerte quitĆ³ la acusaciĆ³n en contra del pecado; Ā”quĆ© grande expiaciĆ³n! Mas, ĀæcuĆ”l no fue el tormento que tu alma allĆ” sufriĆ³, cuando el divino rostro de Ti Dios apartĆ³? Y, ĀæquiĆ©n dirĆ” quĆ© gozo el Padre en Ti sintiĆ³ en ese mismo instante en que Dios te dejĆ³? Mas a su diestra ahora sentado en gloria estĆ”s, do esperas el momento en que TĆŗ volverĆ”s. 281 Lucas 23.33; Hebreos 2.9; Marcos 16.6 SeƱor, queremos acudir por fe al Calvario, y contemplar la muerte de JesĆŗs, y asĆ­ su amor sentir, y descansar. En su obra consumada allĆ­ tenemos hoy reposo y paz. Su espĆ­ritu angustiado fue desamparado de su Dios. Llevando nuestras culpas, Ɖl gustĆ³ la muerte y maldiciĆ³n. TĆŗ le ensalzaste, y puede ver el fruto de su redenciĆ³n. Nos alegramos en pensar que su agonĆ­a se acabĆ³. La muerte ya no puede mĆ”s; la tumba ya su presa dio. EstĆ” sentado en majestad, y coronado vencedor. 282 Juan 1.14; Mateo 1.21; 1 Corintios 15.24 SeƱor, TĆŗ eres Hijo del Padre potente, aun antes del mundo creado existente. En Ti se reĆŗnen las glorias celestes, loores te rinden del cielo las huestes. JesĆŗs, Emanuel es tu nombre selecto; viniste a la tierra cual hombre perfecto. Moriste en la cruz, Ā”oh misterio sublime! Tu muerte al humano perdido redime. Cristo, en la magnĆ­fica altura sentado, esperas el dĆ­a glorioso, anhelado, en el que serate este mundo sujeto, y el plan de tu Padre hallarase completo. 283 Santiago 2.7; Hechos 3.16, 4.12; IsaĆ­as 53.3 SeƱor, tu nombre amamos, y en humildad venimos; la fortaleza y bendiciĆ³n por siempre te atribuimos. Cantamos tus loores con alma y voz unidas; pues TĆŗ eres digno, y sĆ³lo TĆŗ, de honor, poder y gloria. SeƱor, tu nombre amamos, de Dios su amor declara; cuando el mundo no existĆ­a aĆŗn, TĆŗ al hombre vil amabas. Amor eterno el tuyo, que hallĆ³ en nosotros gozo; vendiste todo por comprar el Ā«especial tesoroĀ». SeƱor, tu nombre amamos; del nacimiento habla, do principiose en humildad tu senda solitaria. VarĆ³n, TĆŗ, de dolores, las penas te afligieron; bebiste el cĆ”liz de amargor, de espinas te ciƱeron. SeƱor, tu nombre amamos: Cordero designado, sin mancha alguna de maldad, la nuestra TĆŗ has llevado. Cumplida la gran obra, y tuya la victoria, vestido y coronado estĆ”s con majestad y gloria. 284 Mateo 26.26 al 28; Hebreos 10.20; Juan 14.11 SeƱor, TĆŗ nos invitas tu cena a celebrar, dejando nuestras cuitas, tu amor a disfrutar. Tomando nuestra suerte, tornaste, oh Salvador, emblemas de tu muerte en festival de amor. Tu cuerpo lacerado nos trajo salvaciĆ³n; el pan TĆŗ nos has dado por santa comuniĆ³n. La copa de amargura bebiste TĆŗ, oh JesĆŗs; mas cĆ”liz de dulzura nos diste por tu cruz. Ya tu obra consumada en su totalidad abrionos una entrada a tu felicidad. No solamente vemos tus hechos, oh SeƱor; ahora conocemos tu corazĆ³n de amor. Y el Padre —conocido en Ti, su rico don— se siente complacido de nuestra adoraciĆ³n. 285 GĆ”latas 3.13; Colosenses 2.14; Salmo 69.4 Somos por JesĆŗs salvados y gozamos de la luz, de la maldiciĆ³n librados, rescatados por la cruz, por el indecible amor de JesĆŗs, el Salvador. Sorprendente es contemplarle en la cruz, do se entregĆ³ a cargarse del pecado, por lo cual Dios le dejĆ³. Y hecho por nos maldiciĆ³n, tuvo roto el corazĆ³n. Satisfizo Ɖl la demanda que Dios en la Ley dictĆ³, cuando diose por ofrenda y con sangre nos comprĆ³. Todo ha consumado ya, y Dios satisfecho estĆ”. Alabanzas tributemos al que tal amor mostrĆ³; alabanzas siempre demos al que tanto se humillĆ³. Al eterno Salvador, demos sempiterno loor. 286 1 Pedro 2.9; 1 Corintios 1.9, 6.11 Todos juntos levantemos gracias al buen Salvador; siempre es grande su paciencia, y eternal su dulce amor. Ā”Aleluya, aleluya, proclamemos su loor! El divino Rey eterno nos rodea con favor; santifica a los creyentes y perdona al pecador. Ā”Aleluya, aleluya, proclamemos su loor! Que tengamos, pues, confianza, fiel es nuestro Salvador, y en el cielo reunidos cantaremos su loor. Ā”Aleluya, aleluya, cantaremos su loor! 287 Hebreos 2.14; Apocalipsis 19.12 Ā”Triunfo, triunfo! Cantemos la gloria del Rey poderoso, por cuya victoria quedĆ³ abolido el poder de la muerte. El fuerte vencido por uno mĆ”s fuerte; JesĆŗs vencedor, y vencido SatĆ”n. El Crucificado, por Dios coronado, SeƱor glorioso serĆ” proclamado. Daranle honores, dominio y grandeza los siglos futuros, eterna realeza de que Ɖl es digno y muy pronto tendrĆ”. Su frente celeste ciƱendo corona, los hombres honrando su santa persona, el cetro terrestre en breve empuƱando, en paz le veremos cual rey dominando en cielos y tierra el reino de Dios. 288 Salmo 2; Apocalipsis 17.14, 19.16 Ā”Ved a Cristo, ser de gloria! es del mundo el vencedor. De la guerra vuelve invicto; todos deben darle loor. c Coronadle, coronadle, coronadle Rey de reyes. Homenaje tributadle, tributad al Salvador. Pecadores se burlaron, despreciando al Salvador, mas los santos redimidos hoy proclĆ”manle SeƱor. Exaltadle, exaltadle; ricos triunfos trae JesĆŗs, en los cielos entronado en la refulgente luz. Escuchad las alabanzas que se elevan hacia aquel que por nos fue inmolado. Dad honores a Emanuel. 289 Marcos 15.34; Juan 19.30; GĆ”latas 6.14 Ved al divino Salvador en la cruz, en la cruz, morir en vez del pecador en la cruz, en la cruz. Gimiendo triste clama asĆ­: Ā«Eloi, Āælama sabactanĆ­?Ā» Ā”Oh ved cuĆ”l agoniza allĆ­, en la cruz, en la cruz! La gran batalla peleĆ³ en la cruz, en la cruz. Victoria plena consiguiĆ³ en la cruz, en la cruz. Del hondo abismo libre ya, Ɖl dice: Ā«Consumado estĆ”Ā», y al Padre Dios su vida da en la cruz, en la cruz. La triste historia cantarĆ© de la cruz, de la cruz. Tan sĆ³lo me gloriarĆ© en la cruz, en la cruz. PerdĆ³n y paz poseo yo, allĆ­ do Cristo padeciĆ³; do Ɖl por mĆ­ la vida dio en la cruz, en la cruz. 290 Apocalipsis 1.5; Efesios 1.3; Salmo 51.7 Venid, cantad de gozo en plenitud, y dad loor a quien su sangre dio, y luego en ella nos lavĆ³, de nuestra lepra nos limpiĆ³, y nos librĆ³ de nuestra esclavitud. c Ɖl nos librĆ³ de culpabilidad, y nos limpiĆ³ para la eternidad. De toda bendiciĆ³n celeste nos colmĆ³; Ā”precioso Salvador, el que por nos muriĆ³! Oh Dios de amor, que viniste a sufrir, llevando asĆ­ toda la maldiciĆ³n, y en vez de eterna perdiciĆ³n nos proporcionas salvaciĆ³n, que sin Ti nadie puede conseguir. Honor y gloria en todo su esplendor serĆ”n el fin del que sigue a JesĆŗs, tomando por su amor la cruz y guiado siempre por su luz, constante sigue en pos de su SeƱor. 291 Apocalipsis 5.9,11, 7.9 Venid con cĆ”nticos, venid, del trono alrededor, con Ć”ngeles loor rendid a Cristo, Salvador. Con Ć”ngeles loor rendid a Cristo, Salvador. De nuestras gracias digno es Ɖl, quien en la cruz bebiĆ³ la copa de amarga hiel que vida al hombre dio; la copa de amarga hiel que vida al hombre dio. Cantad mortales por doquier, cantadle con ardor. Ɖl siempre es digno de poder, riquezas y loor. Ɖl siempre es digno de poder, riquezas y loor. Con gozo, pues, alzad la voz, alegre voz alzad; y con los Ć”ngeles de Dios a Cristo celebrad, y con los Ć”ngeles de Dios a Cristo celebrad. 292 1 Pedro 1.19; Hebreos 4.15; Juan 17.24 Venid, hermanos, celebrad las glorias y la dignidad de Cristo, el Salvador. Pues Ɖl en todo es sin igual y, con el coro celestial, debemos darle loor. Ā”QuĆ© sangre mĆ”s preciosa dio, cuando Ɖl del juicio rescatĆ³ al pobre pecador! Y Ā”oh, quĆ© grande perfecciĆ³n los cubre a los que salvos son por Ɖl en su favor! Y cuando dĆ©biles estĆ”n, socorro en Ɖl encontrarĆ”n; pontĆ­fice es Ɖl. Y, si el creyente peca, ya JesĆŗs por Ɖl abogarĆ”, cual abogado fiel. Veremos pronto al Salvador, pues volverĆ” con mucho ardor su Iglesia a transportar. Entonces por la eternidad celebraremos su bondad, con gozo sin cesar. 293 Apocalipsis 5.9,11, 7.9 Venid, nuestras voces alegres unamos al coro celeste del trono en redor. Sus voces se cuentan por miles y miles, mas todos se inflaman en un mismo amor. Ā«Es digno el Cordero que ha muertoĀ», proclaman, Ā«de estar exaltado en los cielos asĆ­Ā». Ā«Es digno el CorderoĀ», decimos nosotros, Ā«pues Ɖl por nosotros su vida dio aquĆ­Ā». A Ti que eres digno, se dan en los cielos poderes divinos y gloria y honor; y mĆ”s bendiciones que darte podemos, por siempre a tu trono se eleven, SeƱor. Ā”El nombre sagrado del Dios de los cielos a una bendiga la gran creaciĆ³n! Ā”Y lleve al Cordero, sentado en el trono, el dulce tributo de su adoraciĆ³n! 294 Juan 19.30; Salmo 22.1,31 Voz de amor y de clemencia en el GĆ³lgota sonĆ³, y al oĆ­rla, con violencia el Calvario retemblĆ³. Ā«Consumado es, consumado es, consumado esĀ», fue la voz que Cristo dio. Voz de escarnio y de ironĆ­a vil pronuncia el hombre audaz, mientras Cristo en su agonĆ­a hace al sol nublar su faz. Ā«Consumado es, consumado es, consumado esĀ», fue la voz del Dios veraz. Entre angustias y dolores, sin amparo se encontrĆ³ el SeƱor de los seƱores, el que al dĆ©bil amparĆ³. Ā«Consumado es, consumado es, consumado esĀ», y su espĆ­ritu entregĆ³. Ya el infierno estĆ” vencido y la muerte es sin horror para el hombre redimido que confĆ­a en su SeƱor. Ā«Consumado es, consumado es, consumado esĀ», el rescate de amor. 295 Lucas 24.5,51; Hebreos 7.25 Ya pasĆ³ la noche triste, noche de dolor, cuando en cruz cruel sufriste, oh SeƱor. Por los hombres inmolado nunca mĆ”s serĆ”s, ni por Dios desamparado te verĆ”s. Ni la tumba dominante te tendrĆ” jamĆ”s. De la muerte triunfante ya TĆŗ estĆ”s. En la gloria levantado, puedes hoy salvar por tu obra consumada, y guardar. Ya tu Iglesia redimida goza de tu amor, mas desea tu venida con fervor. Porque entonces la riqueza toda se verĆ”, que la cruz con su tristeza te darĆ”. 296 1 Juan 1.5, 4.8; Lucas 22.19,20 Yo quisiera, oh Salvador, comprender tu gran amor; cerca de tu cruz morar, tu agonĆ­a contemplar. Veo yo que Ā«Dios es luzĀ» en la muerte de JesĆŗs; y veo en su gran dolor que tambiĆ©n Ā«Dios es amorĀ». Participo ya del pan, y mis ojos mirarĆ”n a JesĆŗs que en cruz muriĆ³ por mĆ­, indigno pecador. En la copa yo verĆ© la figura, por la fe, de la sangre de JesĆŗs, derramada allĆ­ en la cruz. Humillado quedarĆ© al mirar la cruz por fe. Ā”Oh cuĆ”n vil he sido yo, pues por mĆ­ JesĆŗs sufriĆ³! 297 JosuĆ© 24.17; Hechos 15.3; 3 Juan 8 Con gran gozo y gran placer nos volvemos hoy a ver; nuestras manos otra vez estrechamos. Se contenta el corazĆ³n, ensanchĆ”ndose de amor. Todos a una voz a Dios gracias damos. c Ā”Bienvenido! Ā”Bienvenido! Los hermanos de aquĆ­ nos gozamos en decir: Ā”Bienvenido! Ā”Bienvenido! Al volvernos a reunir, Ā”bienvenido! Hasta aquĆ­ Dios te ayudĆ³, ni un momento te dejĆ³, y a nosotros te volviĆ³: Ā”Bienvenido! El SeƱor te acompaĆ±Ć³, su presencia te amparĆ³, del peligro te guardĆ³: Ā”Bienvenido! Dios nos guarde en este amor, para que de corazĆ³n, consagrados al SeƱor, le alabemos. En la eterna reuniĆ³n, do no habrĆ” separaciĆ³n, nuestra eterna adoraciĆ³n le daremos. 298 Juan 10.15,16, 17.11; 1 Pedro 1.5 Dios os guarde con su gran poder, protegidos y abrigados, recibiendo sus cuidados; Dios os guarde con su gran poder. c En fraterno amor nos veremos a los pies de nuestro Salvador, para nunca mĆ”s separarnos, un redil con nuestro buen Pastor. Dios os guarde por su tierno amor, y bebiendo de sus fuentes, aunque del hogar ausentes; Dios os guarde por su tierno amor. Dios os guarde del poder del mal, de pecados y de errores, de peligros y temores; Dios os guarde del poder del mal. Dios os guarde para su loor, para su presente gozo en servicio y en reposo; Dios os guarde para su loor. 299 Salmo 39.4,5; Job 14.5; 2 Corintios 6.2 Medita que has perdido por siempre un aƱo mĆ”s, un aƱo de tu vida que nunca volverĆ”. Sus horas han marchado, llevĆ”ndose al volar las huellas del pecado que te han de condenar. c Veloz el aƱo pasa; Ā”quizĆ”s tu Ćŗltima ocasiĆ³n! SĆ© salvo mientras dura el dĆ­a de salvaciĆ³n. Medita que pasaron al mundo eternal mil seres que empezaron contigo el aƱo actual. Son almas que abandonan la humana vanidad; son voces que pregonan cercana eternidad. Medita que el Maestro, brindando salvaciĆ³n, mil veces a la puerta llamĆ³ del corazĆ³n. QuizĆ”s la voz que hubiste asĆ­ de rechazar, por vez postrera insiste, cansada de llamar. 300 Salmo 90.6; Lucas 13.7, 18.13; Job 7.6 Un aƱo acaba hoy, un aƱo mĆ”s volĆ³, durante el cual el Salvador me hablaba al corazĆ³n. c Dios sĆ© propicio a mĆ­, yo soy un pecador. Confieso mi pecado a Ti, confiado en Cristo estoy. No sĆ© si yo tendrĆ© un aƱo mĆ”s aquĆ­, mas sĆ© bien que la eternidad no tardarĆ” en venir. El dĆ­a de ayer se fue; maƱana no llegĆ³. MaƱana acaso muerto estĆ©, ĀæquĆ© harĆ© del dĆ­a de hoy? Mi vida escrita estĆ” delante del gran Juez; si mira Dios la iniquidad, perdido yo serĆ©. IrĆ© con fe al SeƱor; sĆ© que por mĆ­ muriĆ³; sĆ© que en su sangre hay valor, y que oye mi oraciĆ³n. 301 Efesios 5.18,25; 2 Corintios 13.14 Ā”Oh nuestro Padre! ahora venimos a pedir bendigas a los novios que acĆ”banse de unir. CorĆ³nalos, Ā”oh Padre! con celestial favor; haz TĆŗ que estĆ©n constantes y fieles en amor. Y TĆŗ, SeƱor amante, que sufriste en la cruz, que asĆ­ tu amada Iglesia gozara eterna luz. AyĆŗdalos, rogamos, a preparar su hogar como Betania sea, do TĆŗ podrĆ”s morar. EspĆ­ritu divino, TĆŗ, fiel Consolador, en pruebas de la vida, en goces o aflicciĆ³n, que tengan tu potencia en toda plenitud, y en santidad de vida demuestren tu virtud. Ā”Oh trino Dios eterno! escucha esta oraciĆ³n, y en vuestro amor tan tierno danos contestaciĆ³n. Haz TĆŗ que sea vista en su felicidad de Cristo y de su Iglesia la eterna unidad. 302 GĆ©nesis 2.22; Marcos 10.8; Efesios 5.25,33 Ā”Oh Padre Dios! te adoramos; de corazĆ³n te alabamos, porque en tu grande compasiĆ³n has dado grata bendiciĆ³n a dos hermanos hoy. A Ti tus hijos gracias dan que, como hiciste con AdĆ”n, esposa has aparejado, que hoy con gozo puedes dar tu hijo a acompaƱar. Y mientras en el mundo estĆ©n haz TĆŗ que mutuamente den las tiernas pruebas de su amor, como a su Iglesia el Salvador continuamente da. Ā”Oh! hazlos siempre procurar tu dulce comuniĆ³n gozar, siguiendo su obra terrenal, hasta que en el eterno hogar con Cristo vivirĆ”n. 303 Juan 2.7; 1 Pedro 3.7 SeƱor, con reverencia aquĆ­ venimos a rogar que tu mĆ”s rica bendiciĆ³n descienda a reposar sobre los dos que hoy ante Ti se unen en santo amor; para que juntos sĆ­rvante con gracia y con fervor. Coherederos son en Ti, unidos en amor. Dales tu comuniĆ³n, SeƱor, en ese nuevo hogar. SĆ© TĆŗ su amparo y su sostĆ©n; sĆ© su consolador, su consejero y proveedor; sĆ© su continuo bien. ConcĆ©deles el gozo que disiparĆ” el pesar, que en momento de aflicciĆ³n ellos han de encontrar la dulce paz, el gran solaz, que has prometido dar al corazĆ³n que en oraciĆ³n la sabe aprovechar. Los presentamos ante Ti; dales tu bendiciĆ³n; tu amor, tu gracia, gozo y paz derrama en profusiĆ³n. Dales paciencia, fe, piedad; cĆ³lmalos de tu bien, hasta que por la eternidad en tu mansiĆ³n estĆ©n. 304 1 Corintios 15.55; Filipenses 1.23; Oseas 13.14 Durmiendo en calma en el SeƱor, reposa el santo sin dolor. En este sueƱo al despertar y hallarse en su deseado hogar. Durmiendo en Ɖl, la tempestad se cambia en gran serenidad. En tal bonanza, el viento y mar cesan con furia de bramar. Durmiendo en Ɖl, no queda allĆ­ seƱal de haber luchado aquĆ­. Ā”No mĆ”s maldad, no mĆ”s dolor! CesĆ³ la pena y su amargor. Durmiendo en Ɖl, en santa paz, ya nuestro hermano ve su faz; viviendo en refulgente luz, en compaƱƭa de JesĆŗs. Durmiendo en Ɖl, hasta sonar la hora en que vendrĆ” a buscar sus santos, para al cielo ir y en uno a todos reunir. Ya vive en Ti, oh Salvador. Gracias te damos y loor, porque tu muerte anonadĆ³ la muerte, y su aguijĆ³n quitĆ³. 305 Daniel 12.2; Apocalipsis 7.17 Oye lo que la voz celeste dice de los que en paz con el SeƱor murieron; su nombre exhala aromas y perfumes, blando es su lecho, y muy feliz su sueƱo. Murieron en JesĆŗs y son benditos, su espĆ­ritu disfruta ya del cielo, y de las asechanzas de este mundo muy victoriosos ellos ya salieron. Purificados de terrena mancha, Dios los acoge en su benigno seno, y en aquel buen lugar de santa gloria gozan felices galardĆ³n eterno. 306 1 Tesalonicenses 4.16; Hechos 8.2; Apocalipsis 4.1 ĀæPor quĆ© lamentamos si marcha el hermano? ĀæPor quĆ© ante su tumba temblamos de horror, si todos creemos que vive su alma, y Cristo la estrecha en sus brazos de amor? ĀæNo estamos nosotros viajando hacia arriba tambiĆ©n, y siguiendo del tiempo el volar? JamĆ”s anhelemos retraso en las horas que al Dios bondadoso nos han de acercar. Medrosos temblamos, llevando a la tumba el cuerpo que yerto dejamos allĆ­. Mas hoy recordamos que Cristo, muriendo, el triunfo ganĆ³ por nosotros aquĆ­. De todos los suyos bendijo el sepulcro, y el lecho de todos su gracia ablandĆ³. Los cuerpos que mueren, Āædo harĆ”n su descanso, si no donde el mismo JesĆŗs descansĆ³? De allĆ­ levantose, subiendo a los cielos, y al hombre el camino dignose enseƱar. TambiĆ©n al SeƱor subirĆ”n nuestros cuerpos el dĆ­a tremendo del gran despertar. Resuene del Ć”ngel la aguda trompeta: Ā«Hermanos, el sueƱo letal sacudid. Alzaos creyentes que estĆ”is bajo tierra Ā”oh justos benditos, al cielo subid!Ā» 307 Salmo 69.1,29; GĆ”latas 2.20; Romanos 6.1 En las aguas de la muerte sumergido fue JesĆŗs; mas su amor no fue apagado por sus penas en la cruz. Levantose de la tumba, las cadenas sacudiĆ³;
y triunfante y victorioso a los cielos Ɖl subiĆ³; y triunfante y victorioso a los cielos Ɖl subiĆ³.
c Salvo soy, salvo soy; en las aguas del bautismo hoy confieso yo mi fe. Salvo soy, salvo soy, y deseo consagrarme al SeƱor que me salvĆ³. En las aguas del bautismo hoy confieso yo mi fe; Jesucristo me ha salvado y por Cristo vivirĆ©. Desde hoy yo para el mundo y el pecado muerto estoy;
y deseo consagrarme al SeƱor, que me salvĆ³; y deseo consagrarme al SeƱor, que me salvĆ³.
Yo, que estoy crucificado, ĀæcĆ³mo mĆ”s podrĆ© pecar? Yo, que estoy resucitado, otra vida he de llevar. Pues, no reine ya en nosotros el pecado engaƱador;
presentemos nuestros cuerpos a servir a nuestro Dios; presentemos nuestros cuerpos a servir a nuestro Dios.
308 Hechos 2.41; Romanos 6.4; 1 Pedro 3.21 Yo quiero obedecerte, JesĆŗs, mi Salvador, y en agua bautizarme segĆŗn tu ley, SeƱor. c SeƱor, que TĆŗ me ayudes tu nombre a ensalzar, y en novedad de vida continuamente andar. AsĆ­ la fe demuestro que sĆ³lo estĆ” en JesĆŗs: que yo con Ɖl he muerto al mundo por su cruz. Al mundo yo renuncio, sus pompas vanas son; ahora al cielo aspiro de todo corazĆ³n. En novedad de vida contigo yo andarĆ©, mi Salvador y GuĆ­a, mi Redentor y Rey. Entonces en tu reino, vencido todo el mal, darame allĆ­ tu mano corona celestial. 309 Efesios 1.7,13, 2.1, 4.5; GĆ”latas 3.27 Yo vivĆ­a en el pecado y doctrinas del error me guiaban, engaƱado, a una muerte de terror. c Soy salvado del abismo; con JesĆŗs al cielo voy, y confieso por bautismo que del mundo ya no soy. Tuve el corazĆ³n muy triste por en vano paz buscar, pero a mĆ­, SeƱor, dijiste: Ā«Yo harete descansarĀ» . Es la sangre que me salva y en tu paz me guardarĆ”; el EspĆ­ritu me sella y me santificarĆ”. Antes, muerto en el pecado, ya he muerto con JesĆŗs; y del mundo separado yo me juzgo por la cruz. En el agua sumergido testimonio a todos doy: que yo en Cristo he creĆ­do, y por Ɖl salvado soy. 310 JeremĆ­as 24.7; Tito 2.11,12; Ezequiel 36.26; 2 Corintios 5.17 A Jesucristo quiero llegarme, sĆ© que la dicha en Ɖl hallarĆ©. Ɖl es mi amigo, tierno y amante; dulce es su nombre, santa su ley. c Ven, oh niƱo, ven. Con Ɖl feliz serĆ”s, nuevo corazĆ³n de Ɖl recibirĆ”s. Cristo te aguarda, quiere tu bien; a Jesucristo, niƱo, ven. De Jesucristo, fuente de gracia, esta noticia grata te doy: Que ama a los niƱos, y los recibe; Ɖl me ha llamado, y a Cristo voy. En Jesucristo todas mis culpas fueron cargadas, Ɖl las llevĆ³, y por su gracia me santifica, pues en mi alma la derramĆ³. Con Jesucristo voy cada dĆ­a; Ɖl es mi apoyo, marcho por fe hacia su trono, y allĆ” en la gloria con Jesucristo yo reinarĆ©. 311 Salmo 101.3, 25.21; Proverbios 14. 2 Con estos ojitos que Dios me ha dado a Ɖl tengo que mirar, y en el camino por Ɖl enseƱado ahora yo he de andar. Mis piecesitos a Ɖl obedientes sus sendas han de guardar, y estos oĆ­dos a lo que es puro sĆ³lo deben escuchar. Con estas manitas, siempre sumisas, servir debo al Salvador. Con corazoncito buscar sus sonrisas, con boca cantar su amor. Y cuando al cielo por Dios sea llamado para ir al SeƱor JesĆŗs, a mi cabecita por Ɖl serĆ” dada corona de gloria y luz. 312 Juan 13.15; Hebreos 12.2 Cristo amante, buen Pastor, oye TĆŗ mi peticiĆ³n; mĆ­rame en tu gran amor, dame hoy tu bendiciĆ³n. Cristo santo, veo en Ti el ejemplo para mĆ­. Eres bueno, oh Salvador, puro es tu perfecto amor. Yo tambiĆ©n quisiera ser lo que en Ti alcanzo ver. Dame nuevo corazĆ³n; reina en Ć©l, sĆ© mi SeƱor. Cristo mĆ­o, en humildad a tus pies ahora estoy; en el reino celestial quiero yo contigo estar. 313 Marcos 9.42; 1 Pedro 2.21 Cristo amĆ³ a los niƱos, tanto Ɖl los amĆ³ que muriĆ³ por ellos y asĆ­ los salvĆ³. c Yo soy dĆ©bil niƱo, esto sĆ©, esto sĆ©, pero a Cristo amo, y me ama Ɖl. Cristo me invita que le sirva acĆ”, a seguir sus pasos Ɖl me ayudarĆ”. Jesucristo amante, yo te ruego aquĆ­ que me ayudes siempre a vivir por Ti. 314 Mateo 14.21, 19.13 al 15; Juan 13.1 Cristo me ama, me ama a mĆ­; su palabra dice asĆ­. NiƱos pueden ir a Ɖl, quien es nuestro amigo fiel. c SĆ­, Cristo me ama, sĆ­, Cristo me ama, sĆ­, Cristo me ama, la Biblia dice asĆ­. Cristo me ama, Ɖl muriĆ³ y la gloria nos abriĆ³; mis pecados borrarĆ”, me darĆ” la entrada allĆ”. Cristo me ama; dĆ©bil soy, pero a Ɖl las gracias doy, que en el cielo vive ya, y del mal me librarĆ”. Cristo me ama, no se va; a mi lado siempre estĆ”. Cuando Ɖl vĆ©ngame a buscar, siempre con Ɖl he de estar. 315 Mateo 5.16; Proverbios 4.18; Daniel 12.3 Cristo quiere ver nuestra luz brillar en la claridad de su divino hogar; entre las tinieblas Ɖl desea ver nuestra luz brillante resplandecer. Que la luz, primero, sea para Ɖl; Dios conoce al niƱo que a su voz es fiel. Desde el alto cielo siente gran placer, viendo nuestras luces resplandecer. Los que para Dios brillan hoy acĆ”, brillarĆ”n mĆ”s claro en el cielo allĆ”. Cristo grande gozo siempre ha de tener, viendo nuestras luces resplandecer. 316 Mateo 19.15; Proverbios 8.17; IsaĆ­as 40.11 Cuando leo en la Biblia cĆ³mo llama JesĆŗs y bendice a los niƱos con amor, yo tambiĆ©n quisiera estar y con ellos descansar en los brazos de mi buen Salvador. Ver quisiera sus manos sobre mĆ­ reposar, cariƱosos abrazos de Ɖl sentir; sus miradas disfrutar, las palabras escuchar: Ā«A los niƱos dejad a mĆ­ venirĀ». Sin embargo, a su estrado en oraciĆ³n puedo ir y tambiĆ©n de su amor participar. Pues si aquĆ­ buscarle sĆ©, le verĆ© y le escucharĆ© en el reino que Ɖl fue a preparar. Ā”CuĆ”ntos hay que no saben de esa bella mansiĆ³n, y que no quieren a JesĆŗs oir! Yo quisiĆ©rales mostrar que para ellos hay lugar en el cielo do los convida a ir. Ā”CuĆ”nto anhelo aquel tiempo venturoso sin fin -el mĆ”s grande, el mĆ”s lĆŗcido, el mejor- cuando de cualquier naciĆ³n niƱos mil sin distinciĆ³n a los brazos acudan del SeƱor! 317 Apocalipsis 5.11, 14.3, 15.3 Del trono santo en derredor niƱitos mil estĆ”n; los rescatados del SeƱor, y allĆ­ las gracias dan. Cantan: c Ā«Ā”Gloria, gloria, Aleluya al santo Dios!Ā» Mas, ĀæcĆ³mo al mundo superior, aquel celeste hogar en donde todo es paz y amor, pudieron ya llegar? Cantan: Porque el SeƱor su sangre dio en precio de expiaciĆ³n; con ella los purificĆ³ por grande compasiĆ³n. Cantan: Buscaron ellos a JesĆŗs, su nombre amando aquĆ­, y ahora, ya en perfecta luz, su rostro ven allĆ­. Cantan: Ropaje blanco de esplendor cada uno viste allĆ­. EstĆ”n allĆ” con el SeƱor, eternamente asĆ­. Cantan: 318 Lucas 2.7 al 20; Mateo 2.2,5 Desde los cielos el buen Salvador viene por mĆ­, viene por mĆ­. En un pesebre de pobre mesĆ³n, helo aquĆ­, aquĆ­. c Ā”QuĆ© grande amor! Ā”QuĆ© grande amor Cristo mostrĆ³ por mĆ­! Ā”QuĆ© grande amor! Ā”QuĆ© grande amor Cristo mostrĆ³ por ti! Pregona el Ć”ngel mensaje de amor: Ā«Vino la luz, vino perdĆ³n. Os ha nacido hoy un Salvador, Cristo JesĆŗs, JesĆŗsĀ». Cantan los Ć”ngeles: Ā«Al mundo paz. Ā”Gloria a Dios! Ā”Gloria a Dios! Paz en la tierra, y al hombre solaz. Ā”Gloria a Dios, a Dios!Ā» Vienen pastores, dejando su grey, hasta BelĆ©n, y al niƱo ven. Vuelven contentos y llenos de fe, hablan de Ɖl, de Ɖl. Vienen los magos en busca del Rey, al preguntar: Ā«ĀæDĆ³nde estĆ”?Ā» Las Escrituras contestan su fe: Ā«AllĆ­ en BelĆ©n estĆ”Ā». 319 Proverbios 16.17; Marcos 10.15; Efesios 6.2 El SeƱor recibe con agrado a los pequeƱos; del pecado y todo mal los vino a redimir. Dice, Ā«De los tales es el reino de los cielos; no los impidĆ”is, mas permitidlos acudirĀ». c Jesucristo a los niƱos quiere recibir y ser su Salvador, y los niƱos convertidos pueden alegrarse siempre con su amor. Los pequeƱos pueden convertirse del pecado y entregarse a Cristo, quien los llama con amor. Pueden apartarse de las sendas de este mundo, para andar en las pisadas de su Salvador. A los hijos manda Dios que honren a sus padres para que les vaya bien y agraden al SeƱor; que no mientan, ni blasfemen de su santo nombre, que se acuerden en su juventud de su Creador. 320 Colosenses 3.16; 1 Juan 4.19 Gozo la santa palabra leer, cosas preciosas allĆ­ puedo ver; y sobre todo que el gran Redentor es de los niƱos el tierno Pastor. c Con alegrĆ­a yo cantarĆ© al Redentor, tierno Pastor, que en el Calvario por mĆ­ muriĆ³. SĆ­, sĆ­, por mĆ­ muriĆ³. Me ama JesĆŗs, pues su vida entregĆ³ por mi perdĆ³n, y de niƱos hablĆ³: Ā«Dejad a los niƱos que vengan a mĆ­, para salvarlos mi sangre vertĆ­Ā». Si alguien pregĆŗntame cĆ³mo lo sĆ©, Ā«Busca a JesĆŗs, pecadorĀ», le dirĆ©. Ā«Por su Palabra que tienes aquĆ­ puedes saber que JesĆŗs te ama a tiĀ». 321 Proverbios 18.24; Juan 14.2; Santiago 1.12; Lucas 7.34; 2 Timoteo 4.8; Apocalipsis 15.3 Hay Amigo para niƱos, allĆ” en el cielo estĆ”; amigo que no cambia, su amor no menguarĆ”. Amigos terrenales el tiempo cambiarĆ”, mas Ɖl por siempre el mismo amigo fiel serĆ”. Hay la casa para niƱos, allĆ” en el cielo estĆ”, do Cristo reina en gloria, y paz y gozo da. Y casa semejante jamĆ”s ha habido aquĆ­, pues todos los niƱitos felices son allĆ­. Hay corona para niƱos, allĆ” en el cielo estĆ”, y aquel que busca a Cristo muy pronto la tendrĆ”. De gloria es la corona, de Cristo inmenso don a los que en Ɖl confĆ­an de todo corazĆ³n. Hay un canto para niƱos, allĆ” en el cielo estĆ”; por mĆ”s que sea cantado, a nadie cansarĆ”. El tema es de Cristo que tanto los amĆ³, que por querer salvarlos su sangre derramĆ³. Hay descanso para niƱos, allĆ” en el cielo estĆ”, y aquel que ama a Cristo allĆ­ descansarĆ” de todos sus dolores, tristezas y maldad, con otros niƱos salvos por la eternidad. 322 Lucas 2.11,14, 4.18,19 He aquĆ­ a todo pueblo nuevas de gran gozo doy, que en BelĆ©n, segĆŗn promesa, es JesĆŗs nacido hoy. Este es Cristo el Salvador: es MesĆ­as, el SeƱor. Ya resuena el dulce canto de este mundo en ancha faz: Ā«Gloria a Dios en las alturas, en la tierra dulce paz. A los hombres, proclamad,— Sea buena voluntadĀ». 323 MalaquĆ­as 3.17; Mateo 13.45 Jesucristo ha venido en busca de joyas; todo niƱo redimido su joya serĆ”. c Como estrellas que brillan son los niƱos que le aman, los tesoros que adornan su Rey y SeƱor. Tiene Cristo en su corona brillantes preseas; cada joya que le adorna con sangre comprĆ³. Ɖl recoge los tesoros de niƱos amantes, y en su seno los corderos JesĆŗs llevarĆ”. Tanto niƱos como niƱas que acudan a Cristo son las joyas escogidas preciosas a Ɖl. Con su sangre derramada Ɖl compra las joyas. NingĆŗn alma no lavada su reino verĆ”. 324 Lucas 2.14; GĆ©nesis 24.58; Salmo 122.1; Apocalipsis 22.17 La nave Evangelista marcha, marcha; la nave Evangelista marcha para CanaĆ”n. Los que embarcarse quieran, quieran, quieran, los que embarcarse quieran, bienvenidos, sĆ­, serĆ”n. c Ā”Gloria en las alturas! Los de abordo cantan dulcemente: Ā«Ā”Gloria en las alturas a nuestro CapitĆ”n!Ā» Desembarcaron miles, miles, miles; desembarcaron miles en buen puerto siglos ha. Y miles mĆ”s navegan, hoy navegan, y miles mĆ”s navegan por las mismas aguas ya. Con viento en popa vuelan, vuelan, vuelan. Con viento en popa vuelan hacia aquel florido hogar. Felices voces se oyen, se oyen, se oyen. Felices voces se oyen resonando por la mar. EmbĆ”rcate conmigo, sĆ­, conmigo, embĆ”rcate conmigo, tĆŗ, cansado de pecar. Descanso te prometo, te prometo. Descanso te prometo en aquel feliz lugar. 325 Hebreos 12.28; Hechos 20.34,35 Lindas las manitas son que obedecen a JesĆŗs, lindos ojos son tambiĆ©n los que estĆ”n llenos de luz. c Lindas son las manos que obedecen al SeƱor, lindos tambiĆ©n los ojos llenos de amor de Dios. Lo que puedes tĆŗ hacer Cristo te lo exigirĆ”. Hazlo, pues, con gran placer. Hazlo y contento estarĆ”s. Las manitas hechas son para al Salvador servir; tambiĆ©n nuestro corazĆ³n debe por Cristo latir. Y los labios para orar y alabar al Salvador. Los piecitos han de andar listos en obras de amor. 326 Job 12.7 al 10; Hechos 17.24; Salmo 19.1 al 4 ĀæMe puedes decir, piedrecita, piedrecita, me puedes decir, piedrecita junto al mar, el secreto de tu vida aquĆ­? Ā”Oh, cuĆ©ntamelo a mĆ­! c Es el amor de Dios en los cielos, los cielos, el Dios que nos hizo, a mĆ­ y a ti. Y cada dĆ­a yo alabo a Ɖl, tranquila junto al mar. ĀæMe puedes decir, florecilla, florecilla, me puedes decir, florecilla en mi jardĆ­n, el secreto de tu dulce olor? Ā”Oh, dĆ­melo a mĆ­! c Es el amor de Dios en los cielos, el Dios que nos hizo, a mĆ­ y a ti. Y cada dĆ­a respiro a Ɖl, fragante en tu jardĆ­n. ĀæMe puedes decir, pajarito, pajarito, me puedes decir, pajarito tan cantor, el secreto de tu canciĆ³n feliz? Ā”QuisiĆ©ralo saber! c Es el amor de Dios en los cielos, los cielos, el Dios que nos hizo, a mĆ­ y a ti. Y cada dĆ­a yo alabo a Ɖl, cantando su loor. ĀæMe puedes decir tĆŗ tambiĆ©n, oh niƱito, me puedes decir, oh niƱito, tĆŗ tambiĆ©n, el secreto de tu felicidad? Ā”Lo quiero yo saber! c Es el amor de Dios en los cielos, el Dios que nos hizo, a mĆ­ y a ti. Y cada dĆ­a yo busco a Ɖl, pues Ɖl lo quiere asĆ­. c Pues al amor de Dios en los cielos, al Dios que nos hizo, a mĆ­ y a ti, el loor de toda la creaciĆ³n por siempre se darĆ”. 327 EclesiastĆ©s 12.1; 2 Timoteo 3.15; Hebreos 3.13 ĀæNo quieres ser cristiano en la niƱez? ĀæNo quieres ser cristiano en la niƱez? TristĆ­simo engaƱo que te traerĆ” gran daƱo, es creer que en otro aƱo lo serĆ”s. ĀæNo amarĆ”s a Cristo en la niƱez? ĀæNo amarĆ”s a Cristo en la niƱez? Los niƱos Ɖl ha amado, y del cielo ha descendido, y la cruz por ti ha llevado en su amor. Elige tĆŗ el cielo en la niƱez. Elige tĆŗ el cielo en la niƱez, y Cristo, fiel amigo, te serĆ” un buen abrigo contra todo enemigo en la niƱez. Oh, entonces sĆ© cristiano en la niƱez. Oh, entonces sĆ© cristiano en la niƱez. La cosa mĆ”s segura es que sĆ³lo habrĆ” tristura en la eternidad futura sin JesĆŗs. 328 JeremĆ­as 4.6, 50.2, 51.12,27; 1 Corintios 9.25 Ā”Oh jĆ³venes! venid, su brillante pabellĆ³n Cristo ha desplegado hoy en la naciĆ³n. A todos en sus filas os quiere recibir, y con Ɖl a la pelea os harĆ” salir. Vamos a JesĆŗs, compaƱeros, sin temor, vamos a la lid, inflamados de valor. JĆ³venes luchemos todos contra el mal; en JesĆŗs tenemos nuestro general. Las armas invencibles del jefe guiador son el evangelio de su gran amor. Con ellas revestidos y llenos de poder, compaƱeros, acudamos; vamos a vencer. Quien salga a la pelea, su voz escucharĆ”; Cristo la victoria le concederĆ”. Salgamos, compaƱeros; luchemos, sĆ­, por Ɖl; con JesĆŗs conquistaremos inmortal laurel. 329 Juan 6.38; Lucas 2.7; Juan 4.42 ĀæQuiĆ©n del cielo descendiĆ³? Cristo el Salvador. ĀæEn pobreza quiĆ©n naciĆ³? Cristo el Salvador. c Cantaremos la canciĆ³n; Ā”Oh cuĆ”n claro y dulce el son! Nos ofrece salvaciĆ³n Cristo el Salvador. ĀæEn madero quiĆ©n muriĆ³? Cristo el Salvador. ĀæQuiĆ©n a mĆ­ me rescatĆ³? Cristo el Salvador. ĀæQuiĆ©n promete perdonar? Cristo el Salvador. ĀæPor creer quiĆ©n vida da? Cristo el Salvador. ĀæQuiĆ©n del cielo bajarĆ”? Cristo el Salvador. ĀæQuiĆ©n allĆ” nos llevarĆ”? Cristo el Salvador. 330 Mateo 5.16; Filipenses 2.15 Quiere JesĆŗs que yo brille mientras que viva acĆ”, y que le complazca siempre en clase, juego, hogar. c Ā”Brillando! Ā”brillando! Quiere JesĆŗs que yo brille. Ā”Brillando! Ā”brillando! Yo brillarĆ© para Ɖl. Quiere JesĆŗs que sea amable con cuantos llegue a ver, para que vean quĆ© alegres sus niƱos pueden ser. PedirĆ© a Cristo su ayuda, y limpio corazĆ³n; imitarĆ© su dulzura, brillando para Ɖl. Yo brillarĆ© para Cristo; con su poder podrĆ©; dĆ­a tras dĆ­a le sirvo, y al fin al cielo irĆ©. 331 IsaĆ­as 66.1; Salmo 50.10, 147.4 ĀæSabes cuĆ”nta clara estrella presta al cielo su fulgor? ĀæSabes cuĆ”nta nube bella va del mundo alrededor? SĆ³lo Dios las ha contado y ninguna le ha faltado. Entre todas, ĀæcuĆ”ntas son? Entre todas, ĀæcuĆ”ntas son? ĀæSabes cuĆ”ntos pajarillos jugueteando al sol estĆ”n? ĀæSabes cuĆ”ntos pececillos en el agua saltos dan? Dios a todos ha creado, de la vida el gozo ha dado para disfrutar su don, para disfrutar su don. ĀæSabes cuĆ”nto tierno niƱo con el sol despierta ya, amparado del cariƱo de su madre alegre estĆ”? Dios, que a todos ha otorgado su placer y buen agrado, te conoce y te ama a ti, te conoce y te ama a ti. 332 Mateo 11.25; Apocalipsis 19.8 Si a JesĆŗs acudo, me bendecirĆ”, y de mi tristeza me consolarĆ”. c Si a JesĆŗs acudo, me bendecirĆ”, como a todo niƱo que a su lado va. Si a JesĆŗs acudo, me dirĆ” que sĆ­, pues tomĆ³ mis culpas y muriĆ³ por mĆ­. Si a JesĆŗs acudo, apoyado en Ɖl, pronto he de ir al santo, cĆ©lico vergel. Y con vestiduras blancas como luz, mirarĆ© la gloria del SeƱor JesĆŗs. 333 Santiago 1.12; Salmo 19.14; Romanos 8.37 Tentado, no cedas; ceder es pecar; mĆ”s fĆ”cil serate luchando triunfar. Ā”Valor! pues, gustoso domina tu mal; JesĆŗs librar puede de asalto mortal. c A JesĆŗs, pues, acude; en sus brazos tu alma hallarĆ” dulce calma. Ɖl te harĆ” vencedor. Evita el pecado, procura agradar a Dios, a quien debes por siempre ensalzar. No manche tus labios impĆŗdica voz; tu corazĆ³n guarda de codicia atroz. Amante, benigno y enĆ©rgico sĆ©; en Cristo ten siempre indĆ³mita fe; veraz sea tu dicho, de Dios es tu ser; corona te espera y vas a vencer. 334 Juan 5.39; 2 Corintios 9.15; Mateo 24.35 Ama la Biblia que Dios nos ha dado, pues nos enseƱa divina verdad. Cristo es su tema, el Hijo entregado para salvarnos de nuestra maldad. c Ama la Biblia, lee la Biblia, sigue a la Biblia, de Dios es el don. Lee la Biblia; sus bellas historias traen al alma salud celestial, llenen tu espĆ­ritu todas sus glorias, y gozarĆ”s de su luz eternal. Sigue a la Biblia, que puede guiarnos por los peligros que abundan aquĆ­; y al fin con Cristo podremos gozarnos, viendo su faz y sus glorias allĆ­. Gracias a Dios por su don inefable; Ɖl se revela al humano por fe. En su Palabra con gozo insondable ya nos llegamos delante del Rey. Aun este mundo y los cuerpos celestes han de llegar a su punto final. Mas, cuando pasen las cosas terrestres, firme estarĆ” la Palabra eternal. 335 Mateo 19.13; Lucas 10.13, 18.15 Cristo, cuando aquĆ­ bajĆ³, antes que en la cruz muriĆ³, a los niƱos recibiĆ³; niƱos como yo. Madres los llevaron, sĆ­. mucha gente hubo allĆ­. Dijo Ɖl: Ā«Venid a mĆ­Ā», niƱos como yo. A ninguno rechazĆ³; mas a todos convidĆ³. A los niƱos Ɖl amĆ³, niƱos como yo. Pues JesĆŗs por mĆ­ muriĆ³; Ɖl al niƱo redimiĆ³. Ā”Oh, a cuĆ”ntos Ɖl salvĆ³! niƱos como yo. 336 Marcos 10.14; Apocalipsis 3.20 Escuchad la voz de Cristo, Ā”cuĆ”n dulce es! Ā”Ved! los niƱos se congregan a sus pies. Los pequeƱos abrazados pronto son, y el SeƱor a todos da su bendiciĆ³n. Los discĆ­pulos se oponen con tesĆ³n a que traigan a los niƱos al SeƱor. Se entristecen, mas al fin su corazĆ³n se hace alegre; Cristo da su bendiciĆ³n. Luego a los que siguen dice: Ā«Estos van a mi reino; allĆ­ por siempre brillarĆ”n. No los impidĆ”is, pues; antes id, llamad a los niƱos. Aun a todos convidadĀ». TodavĆ­a convidando Cristo estĆ”; a los niƱos que le sirvan, busca ya. Que digamos, pues, alegres: Ā«Tuyo soy; eres mi SeƱor, oh Cristo, desde hoyĀ». 337 Hechos 27; Salmo 16.11; 2 Timoteo 4.6 Hoy estamos navegando hacia el puerto celestial; vamos a la luz llegando de la casa paternal. c Pronto pasarĆ”n los males y los grandes temporales; ya las glorias celestiales nos alegran con su albor. Miles han desembarcado mĆ”s allĆ” del vasto mar; miles mĆ”s estĆ”n viajando; para ti aĆŗn hay lugar. Nuestras velas despleguemos a las brisas de Sion; dulces cantos entonemos, cantos de la salvaciĆ³n. En el puerto al fin anclados, toda prueba queda atrĆ”s, y con Cristo, a quien amamos, gozaremos de la paz. 338 Juan 10.9, 21.15; Colosenses 1.10; 1 Juan 2.6, 5.4 Jesucristo nuestro es el buen Pastor; en Ɖl refugiados piĆ©rdese el temor. Siempre le sigamos, y Ɖl nos guiarĆ”; doquier Ɖl nos lleve bendiciĆ³n habrĆ”. Jesucristo nuestro nos conoce ya; habla a los corderos y los llevarĆ”. Cuando nos reprende muĆ©stranos su amor; tuyos sĆ³lo seamos, tierno Salvador. Ā”Jesucristo nuestro! Ɖl por nos muriĆ³; hasta a los corderos Ɖl los rescatĆ³. Y su marca pone, siempre por igual: Ā«Como Ɖl anduvo ande cada cualĀ». Ā”Jesucristo nuestro! Ā”Fuerte protector! A sus corderitos guarda el buen Pastor. Con JesĆŗs la muerte nunca espantarĆ”; Cristo la victoria a los suyos da. 339 Juan 4.7; Salmo 139.2; Hebreos 13.8 La mujer samaritana a sacar el agua va, sin pensar que Jesucristo esperando estĆ”. Viene Cristo en busca suya para ser su Salvador; su miseria y su pecado sabe el Redentor. Escuchando la palabra que revela su maldad, recordando su pecado, compungida estĆ”. Ɖl le ofrece el agua viva, y le da la salvaciĆ³n. Ɖl le da la paz completa y le da perdĆ³n. Ella corre luego a casa; habla a todos de JesĆŗs: Ā«ĀæNo serĆ” el MesĆ­as Ć©ste quien nos trae luz?Ā» Y la gente convencida va tambiĆ©n al Salvador, y le pide que les hable de su gran amor. Hoy, ayer, y por los siglos es el mismo Salvador, es el mismo Jesucristo y el mismo amor. Hoy te busca, hoy te llama. No le hagas esperar, porque el tiempo de su gracia pronto acabarĆ”. c Oye pues las gratas nuevas: el SeƱor te salvarĆ”. Es el mismo Jesucristo, esperando estĆ”. 340 Apocalipsis 5.11,12; Salmos 19 y 29 Los Ć”ngeles de Dios tributan su loor con corazĆ³n y voz a Cristo el Redentor. ĀæY nuestro empeƱo no serĆ” que suene el eco mĆ”s allĆ”? c Suene el eco (suene el eco). Suene el eco (suene el eco). Suene el eco, suene el eco mĆ”s allĆ”. El esplendente sol, la luna con su albor y las estrellas son testigos de su amor. Pues, Ā”cuĆ”nto mĆ”s su pueblo harĆ” que suene el eco mĆ”s allĆ”! El fuego, viento y mar, los cambios de sazĆ³n, su testimonio dan al fuerte Creador. Y a Ɖl la iglesia cantarĆ” que suene el eco mĆ”s allĆ”. 341 1 Timoteo 6.12; 2 Timoteo 4.7; Salmo 144.1; Hebreos 12.3 Siervos de JesĆŗs, hombres de verdad, guardas del deber, somos, sĆ­; libres de maldad, ricos en bondad, y seremos fieles en la lid. c Ā”Firmes! Ā”fuertes! Alcen la bandera, grande, noble emblema del deber. Ā”Prontos! Ā”bravos! pasen la consigna; marchen todos, vamos a vencer. Ā”CuĆ”n hermosos son los que sin temor, listos al llamar del clarĆ­n, luchan sin cesar, sufren sin dudar, guardas del deber siempre hasta el fin! Nuestro CapitĆ”n es ya vencedor, Ɖl nos redimiĆ³ por su cruz. Guardas del deber, Ɖl nos da poder y nos guiarĆ” en su santa luz. Invencibles son los que con afĆ”n cada dĆ­a van al deber; gloria y luz tendrĆ”n y recibirĆ”n grande galardĆ³n del Redentor. 342 2 Corintios 9.15, 4.6; Hebreos 10.20 A Dios sea la gloria, al mundo Ɖl dio al Hijo bendito, que por nos muriĆ³; expiĆ³ los pecados de quien en Ɖl cree, abrionos la senda hacia Dios por la fe. c Ā”Gloria a Dios! Ā”Gloria a Dios! que de tal modo amĆ³ al que lejos de Ɖl en pecado se hallĆ³. Venid por el Hijo al gran Dios Salvador, y dadle la gloria por tan grande amor. La sangre de Cristo la obra efectuĆ³, y todo creyente perdĆ³n alcanzĆ³. Si en Cristo confĆ­a el mĆ”s vil pecador, perdĆ³n en el acto le otorga el SeƱor. Inmensa la obra de Cristo en la cruz; enorme la culpa se ve por su luz. Al mundo Ɖl vino, nos iluminĆ³, y por nuestras culpas el Justo muriĆ³. 343 1 Juan 1.5, 4.16, 2.1; Juan 12.31 A este mundo Dios amĆ³ y a su Hijo nos mandĆ³ nuestras penas a sufrir, y a las almas redimir. Ā”Oh quĆ© gracia en Ɖl se ve! distinguida por la fe, que le dice al pecador: Ā«Dios es luz, Dios es amorĀ». Al morir JesĆŗs venciĆ³; padeciendo, gozo dio. Ɖl sufriĆ³ la maldiciĆ³n, para darnos bendiciĆ³n. De la tumba triunfĆ³, a SatĆ”n Ɖl aplastĆ³. Cristo al cielo ascendiĆ³; Ā”hombre que a la gloria entrĆ³! Cristo vive siempre allĆ”; por su Iglesia aboga ya, y quien hoy confĆ­a en Ɖl hallarĆ” un amigo fiel. Cristo pronto volverĆ”; victorioso reinarĆ”. Alabanzas y loor te daremos, oh SeƱor. 344 Mateo 11.28; Marcos 10.49 Alma doliente y llorosa, que paz anhelas tener, que quieres triste y ansiosa tu suerte eterna saber, deja tus males pasados y oye una voz resonar. Dice: Ā«Venid los cansados, que Yo os harĆ© descansar, que Yo os harĆ© descansarĀ». Alma de culpas cargada, que cerca estĆ”s de morir, luchas, y en vano angustiada del mal intentas salir. Ā”Oye! Conserva esperanza, Cristo te quiere salvar, y si le tienes confianza, en Ɖl podrĆ”s descansar, en Ɖl podrĆ”s descansar. Alma, la noche se acerca y tĆŗ no encuentras mansiĆ³n; la oscuridad te rodea, te asalta la perdiciĆ³n. Busca en JesĆŗs un asilo; su amor te puede salvar, y hallarĆ”s hogar tranquilo donde Ɖl te harĆ” descansar, donde Ɖl te harĆ” descansar. 345 Lamentaciones 1.12; IsaĆ­as 53.6 Clavado en cruz, JesĆŗs muriĆ³, por mi maldad allĆ­ sufriĆ³, en mi lugar Ɖl se encontrĆ³, mi salvaciĆ³n asĆ­ comprĆ³. c OĆ­d la voz del Salvador: Ā«Mirad y ved si habrĆ” dolor cual mi dolor; y es para ti. Ven, alma, ven, oh ven a mĆ­Ā». La faz del sol se oscureciĆ³, el velo en dos se dividiĆ³. Al Hijo Dios desamparĆ³, la maldiciĆ³n en Ɖl cargĆ³. ĀæY puede ser? ĀæSufriste asĆ­, SeƱor JesĆŗs, de amor por mĆ­? No puedo mĆ”s, me entrego hoy, sin mĆ”s tardar a Ti me doy. 346 1 Juan 4.19; Hebreos 1.3; Apocalipsis 22.4 Cristo JesĆŗs del cielo descendiĆ³ para salvarme de la perdiciĆ³n. Ā”QuĆ© grande amor asĆ­ me desplegĆ³! y ahora yo me gozo de su salvaciĆ³n. c Yo le amo, sĆ­, le amo porque me amĆ³ a mĆ­; y quiero complacer a Cristo siempre aquĆ­. Por mĆ­ muriĆ³, oh Ā”cuĆ”nto le costĆ³ el redimirme de mi iniquidad! Mas de la muerte el Salvador triunfĆ³, y ocupa ya el trono de la majestad. Pronto JesĆŗs vendrĆ” y me llamarĆ”, y en su presencia yo me gozarĆ©. Mi corazĆ³n hoy anhelando estĆ” el dĆ­a en que sus glorias yo contemplarĆ©. 347 Hechos 2.24; Romanos 4.25; Hebreos 2.14 Crucificado fue mi Salvador; por mis pecados, sĆ©, Cristo el SeƱor. c Desde la tumba subiĆ³. SĆ­, triunfante Ɖl resucitĆ³; para siempre ya dominio sobre el mal con los santos tiene en gloria celestial. TriunfĆ³, triunfĆ³, Ā”Aleluya, Ɖl triunfĆ³! InĆŗtil la prisiĆ³n del Salvador; vana la detenciĆ³n de mi SeƱor. La muerte ya venciĆ³, Cristo el SeƱor; La salvaciĆ³n nos dio el Redentor. 348 Lucas 15.18; Juan 6.68 De mil maneras procurĆ© calmar temor, mas vano fue. La Biblia ahora aceptarĆ©, y creerĆ© en Cristo. Tinieblas, muerte y maldiciĆ³n han abrumado el corazĆ³n; mas luz y vida y bendiciĆ³n encontrarĆ© en Cristo. MuriĆ³ y ya vive a mi favor; en hecho y dicho es siempre amor; y para el pobre pecador ninguno hay cual Cristo. Aunque otros bĆŗrlense de mĆ­, irĆ©, SeƱor JesĆŗs, a Ti con lo que he hecho y lo que fui, pues eres TĆŗ el Cristo. 349 Lucas 15.11; Mateo 11.28 Dios convĆ­date, oh prĆ³digo, Ā«Ā”Ven, oh ven a mĆ­!Ā» Hoy su voz escucha, llega ahora a ti. No rechaces su oferta de amor y salvaciĆ³n, y recibirĆ”s su perdĆ³n. c Ā”Ven, oh ven a mĆ­! Ā”Cansado prĆ³digo, ven! Hoy te brindo a ti la vida y todo bien. Ven, tu mĆ­sero estado te impele a regresar. Ā”CuĆ”nto has padecido lejos de tu hogar! Hambre, sed y cansancio han sido tu porciĆ³n; Ā”oh cuĆ”n triste es tu corazĆ³n! Ā”CuĆ”nto gozo te espera, si ahora al Padre vas! Una fiesta eterna en su amor tendrĆ”s; con anillo, zapatos, vestido principal, gozarĆ”s de paz celestial. 350 Juan 6.37,47 El Salvador JesĆŗs por mĆ­ muriĆ³, de la condenaciĆ³n Ɖl me librĆ³. La vida eterna dĆ”diva es de Dios por Cristo el Salvador. c Ā«En verdad, en verdadĀ», Cristo dice a ti, Ā«En verdad, en verdad, el que cree en mĆ­ la vida eterna tieneĀ», y es asĆ­ por Cristo el Salvador. Toda mi iniquidad JesĆŗs llevĆ³, toda mi deuda el Salvador pagĆ³, y asĆ­ la vida eterna Dios me dio por Cristo el Salvador. Indigno soy, mas nunca dudarĆ©. Ɖl no echa fuera a aquel que va con fe. Dios me ofreciĆ³ la vida y la aceptĆ© por Cristo el Salvador. 351 Juan 1.39,43, 11.43 Es la voz de Cristo urgente; llama a nuestro corazĆ³n dĆ­a y noche tan paciente. Suave dice: Ā«Ven a mĆ­Ā». Los apĆ³stoles oyeron su llamada: Ā«A mĆ­ venidĀ», y obedientes le siguieron, encantados por su amor. A la tumba do dormido LĆ”zaro el amado estĆ”, Ā«Ven tĆŗ fueraĀ», llama Cristo, y llamando vida da. Ā«Ven cargado y trabajadoĀ», suena de JesĆŗs la voz. Ā«Yo a todos doy descanso, los que en mĆ­ confĆ­an hoyĀ». Ven, no amando mĆ”s al mundo con su brillo tan falaz. Paz, perdĆ³n y gozo sumo: todo en Cristo encontrarĆ”s. 352 Apocalipsis 3.20; Job 33.14 Ā”He aquĆ­ que a la puerta estoy! Quiero en tu corazĆ³n morar; mi voz escucha, pecador. ĀæPodrĆ© Yo entrar? ĀæPodrĆ© Yo entrar? c He aquĆ­ que a la puerta estoy, he esperado mucho ya. Oh, alma llena de pesar: ĀæPodrĆ© Yo entrar? ĀæPodrĆ© Yo entrar? Por ti la espina cruel sufrĆ­, llevĆ© la cruz sin vacilar. Para salvarte Yo morĆ­; ĀæpodrĆ© Yo entrar? ĀæpodrĆ© Yo entrar? Te traigo gozo, luz, perdĆ³n; te traigo paz y bienestar en tu abatido corazĆ³n. ĀæPodrĆ© Yo entrar? ĀæPodrĆ© Yo entrar? 353 Efesios 2.5,8; Filipenses 4.3; Tito 2.11,12 La gracia de mi Dios, el tema encantador; el cielo dio la dulce voz al mundo pecador. c Por gracia salvo soy, mi base ved aquĆ­: por todos Cristo muerto ha, y muerto ha por mĆ­. La gracia me llamĆ³, me trajo salvaciĆ³n, y gracia fue que alcanzĆ³ de todo mal, perdĆ³n. Mi nombre escrito estĆ” por gracia divinal, en libro del Cordero allĆ” de vida eternal. La gracia enseĆ±Ć³ mis pies a caminar en justas sendas de mi Dios, al celestial hogar. 354 Juan 8.12, 12.35; 1 Juan 2.8; Salmo 36.9 Luz en la oscuridad que quita el temor, verdad es que al brillar disipa el error. Ā”Oh! Dime dĆ³nde las podrĆ© yo encontrar, para que no siga mĆ”s en triste dudar. c En Cristo sĆ³lo tĆŗ puedes hallar la luz, verdad y paz y bienes sin par. En la Palabra Santa Ɖl lo dice asĆ­: Cristo es la luz del mundo, luz para mĆ­. Paz y seguridad en la tempestad, voz que nos trae siempre tranquilidad, es lo que cada dĆ­a anhelo yo tener, cosas que jamĆ”s el mundo puede ofrecer. Venid, pues, todos a la sola verdad; al manantial de paz, de vida, y tomad. ĀæPor quĆ© andĆ”is en el engaƱo del error, sin la luz que nos entrega Dios en su amor? 355 Hechos 10.36; Efesios 2.17; Filipenses 4.7 Me vino un mensaje veraz, mensaje de gracia y poder, que trajo a mi alma la paz, la paz que quise obtener. c Ā”Paz, paz! sĆ­, paz; don que recibo de Dios. Ā”QuĆ© maravilla es la paz! La paz, el don de Dios. Se hizo la paz en la cruz por sangre que allĆ­ derramĆ³. PagĆ³ todo el precio JesĆŗs, y paz en mi alma me dio. Y cuando a JesĆŗs aceptĆ©, mi alma de paz se llenĆ³. En Cristo la dicha encontrĆ©; la paz divina me dio. En Cristo encuentro la paz; yo cerca de Ɖl quiero estar y siempre su faz contemplar, la paz divina gozar. 356 Lucas 19.10; Juan 15.26 Perdido anduve sin pensar en mi terrible condiciĆ³n; mas Cristo me logrĆ³ salvar, no temo ya la perdiciĆ³n. c Es por JesĆŗs que salvo soy; sĆ­, por su cruz al cielo voy. En su presencia tengo comuniĆ³n; Ɖl satisface el corazĆ³n. Mas no tan sĆ³lo me salvĆ³ JesĆŗs en su infinito amor; su Santo EspĆ­ritu me dio para instruirme en su favor. Y pronto el dĆ­a llegarĆ” cuando Ɖl del cielo bajarĆ”. Entonces en la eternidad le adorarĆ© por su bondad. 357 Salmo 45.7; Marcos 16.1; Apocalipsis 1.13 Ropaje esplĆ©ndido, divinal, es el de mi SeƱor; su mirra cĆ©lica sin igual mi corazĆ³n llenĆ³. c Glorias magnĆ­ficas Ɖl dejĆ³ para buscarme a mĆ­. SĆ³lo su incomparable amor le hizo venir aquĆ­. Su vida tuvo su amargor, los Ć”loes se ven; llevĆ³ la cruz con su cruel dolor, espinas en su sien. TambiĆ©n la casia balsĆ”mica en su vestido estĆ”; me quita todas mis lĆ”grimas, profunda paz me da. Con ropa hermosa vendrĆ” otra vez, y todos le verĆ”n; postrĆ”ndose ante sus santos pies, los suyos le adorarĆ”n. 358 Mateo 5.16; Salmo 43.3 Una voz del cielo se oye resonar: Ā«Dad la luz, dad la luz; muchas almas viven en la oscuridad, dadles luz, dadles luzĀ». c Dadles luz, la santa y pura luz de JesĆŗs el Salvador. Dadles luz, la santa y pura luz enviad con fiel amor. Escuchad la voz que dice sin cesar: Ā«Dad la luz, dad la luzĀ». La misiĆ³n cumplamos que el SeƱor nos da; demos luz, demos luz. Haz, SeƱor, que siempre, siempre por doquier demos luz, demos luz; que este mundo nuestra vida pueda ver dando luz, dando luz. Cual antorchas vivas vamos con fervor, dando luz, dando luz; que saquemos almas fuera de su error a la luz, a la luz. 359 Romanos 7.9,24,25; Juan 5.40, 10.10 Ven a JesĆŗs, JesĆŗs te llama. Ven a JesĆŗs, te quiere salvar. JesĆŗs te llama con tanta instancia; ven a JesĆŗs, te quiere salvar. c Ven a JesĆŗs, te imploro ahora; la salvaciĆ³n te ofrece aquĆ­. Ven a JesĆŗs, tus culpas Ɖl borra. Ven a JesĆŗs, ven a JesĆŗs. La justa ley condena tu vida; te encuentras mal delante de Dios. CondenaciĆ³n, tan bien merecida, llegarĆ” pronto a ti, pecador. Muy pronto Dios la cuenta te pide, pasan las horas con rapidez. Ven a JesĆŗs, Āæpor quĆ© no decides? PerdonarĆ” tus culpas, Ā”oh ven! Ven a JesĆŗs, porque Ɖl te espera, queriendo darte vida eternal. Ā”Oh! no rechaces su buena oferta; te limpiarĆ” de todo tu mal. 360 Juan 7.37; Mateo 11.28; Salmo 51.17 Ā«Venid a mĆ­Ā», el Salvador dice a los que tienen sed. Ā«Venid y de la cĆ©lica fuente de salvaciĆ³n bebedĀ». c Su voz os llama del cielo, ĀæquerĆ©is a Cristo ir? Su salvaciĆ³n, cual libre don, podrĆ©is hoy recibir. Ā«Venid a mĆ­; si andĆ”is en trabajos, tendrĆ©is descanso asĆ­. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mĆ­Ā». JesĆŗs al corazĆ³n quebrantado jamĆ”s rechazarĆ”; Mas Ā”ay de quien no quiera oĆ­rle y en el pecado estĆ”! Colmaros quiere de bendiciones el tierno Salvador. JamĆ”s oigĆ”is con indiferencia su dulce voz de amor. 361 Hebreos 6.1, 4.9; Juan 16.33 Ā”Adelante vamos, hijos de la luz! si al SeƱor amamos quien muriĆ³ en la cruz. Siempre para arriba nuestra senda va; recompensa rica nos espera allĆ”. c Celestial reposo, de JesĆŗs el don, es el fin glorioso de la salvaciĆ³n. Ā”Adelante vamos! Pronto han de llegar todos los salvados a su eterno hogar En el mundo, hermanos, no hay tranquilidad; a JesĆŗs sigamos y tendremos paz. Ā”Adelante vamos! todos en uniĆ³n; a la cruz tengamos como pabellĆ³n. Es JesĆŗs el centro de su pueblo aquĆ­, y en el cielo adentro para siempre asĆ­. 362 Salmo 107.10, 23.4; IsaĆ­as 9.2; 1 Tesalonicenses 4.17 Al cruzar el valle no habrĆ” ya mĆ”s sombras, cuando nuestra vida aquĆ­ terminarĆ”; al oir celestes voces que nos llaman, remontando nuestro vuelo al hogar. c Ā”Sombras! No habrĆ” mĆ”s sombras cuando al fin la carga quede atrĆ”s. Ā”Sombras! No habrĆ” mĆ”s sombras cuando al fin corona nos darĆ”. Al dejarnos los amados no habrĆ” sombras, si confiaron en la sangre de JesĆŗs; pues sabemos que muy pronto los veremos en el gozo de la gloria en plena luz. Al reunirnos en el aire no habrĆ” sombras, cuando se oiga la trompeta del SeƱor; con JesĆŗs en grande majestad y gloria entraremos en el gozo de su amor. 363 Juan 15.13; Filipenses 2.7; Lucas 22.44; Marcos 15.34; 1 Pedro 13.1 Amigo tengo cuyo amor excede todo mi pensar; mĆ”s alto que el brillante sol, mĆ”s hondo que el inmenso mar. Tan bueno es Ɖl, tan fuerte y fiel, pues con eterna caridad amome. Ā”Al SeƱor load! Ɖl era coigual con Dios, el centro de la adoraciĆ³n; pero, en su incomparable amor, al miserable pecador para buscar, y rescatar, dejando su celeste hogar, buscome. Ā”Al SeƱor load! Fue solo Ɖl en su senda aquĆ­, sin simpatĆ­a alrededor; y sĆ³lo el Padre en gloria allĆ­ del Hijo supo el amargor. Mas no cediĆ³, ni vacilĆ³; y estando yo sumido en mal, hallome. Ā”Al SeƱor load! LlegĆ³ el terrible dĆ­a al fin, en que, con triste corazĆ³n, en medio de amenazas mil, desamparado ya de Dios, el Salvador por mĆ­ muriĆ³; y asĆ­, sufriendo en mi lugar, salvome. Ā”Al SeƱor load! Ahora, mientras vivo acĆ”, al Salvador las gracias doy, y espero pronto ver su faz en ese hogar adonde voy. Ā”Con Ɖl estar, en luz sin par! Ā”Oh, cuĆ”nto gozo me serĆ”! Le alabo. Ā”Al SeƱor load! 364 Hechos 4.13; Juan 8.12; Salmo 23.2 Con JesĆŗs a cualquier parte irĆ­a yo, porque de la perdiciĆ³n Ɖl me salvĆ³. Cada dĆ­a junto a Ɖl caminarĆ©, y a la muerte misma ya no temerĆ©. c Con JesĆŗs, por doquier sin temor irĆ©; si el SeƱor me guĆ­a nada temerĆ©. En cualquiera parte con mi buen Pastor, hallo pastos delicados en su amor, y las aguas puras que tan dulces son; Ā”oh quĆ© gozo siento en mi corazĆ³n! En mi vida toda me socorrerĆ”, y si me extraviare, me restaurarĆ”. Todo gozo y paz me vienen por JesĆŗs, rebosando estĆ” mi copa de amor. Hasta el fin del mundo con JesĆŗs irĆ©, un amigo inseparable en Ɖl tendrĆ©; y a la casa celestial me guiarĆ”, todas mis necesidades suplirĆ”. 365 1 Tesalonicenses 5.23; IsaĆ­as 57.15, 66.2 Consagrarme todo entero, alma, vida y corazĆ³n, es el Ć­ntimo deseo que hoy me anima, buen SeƱor. c Heme aquĆ­, SeƱor, a tus plantas hoy, pues a Ti consagrar quiero todo lo que soy. Al contrito has prometido que de Ti no arrojarĆ”s; hoy propicio eres conmigo y tu EspĆ­ritu me das. Confesando mis pecados, que sin nĆŗmero han de ser, y arrojando todo a un lado, a servirte aprenderĆ©. Mi canciĆ³n constante sea, y mi sola inspiraciĆ³n, proclamar la dicha eterna del que vive para Dios. Ā”Oh! quĆ© gozo llena mi alma al pensar que suyo soy, y que pronto en las moradas estarĆ© de mi SeƱor. 366 Marcos 1.32; Lucas 4.18; 1 Juan 2.16; Juan 21.17 De noche, al descender el sol, los afligidos, oh SeƱor, te rodearon en dolor y TĆŗ les diste curaciĆ³n. TambiĆ©n nosotros por la fe nos acercamos, Cristo, a Ti; aunque tu rostro no se ve, sabemos que TĆŗ estĆ”s aquĆ­. Algunos tristes hay aquĆ­, en cuya vida hay amargor. No amĆ”ronte, o si es que sĆ­, perdieron su primer amor. Del mundo ven la vanidad algunos que sus siervos son; tristeza su amistad les da y en Ti no tienen salvaciĆ³n. Del todo nadie sano estĆ”, hay mal en todo corazĆ³n; y los que te aman bien aun mĆ”s de su maldad conscientes son. Tu mano tiene aĆŗn poder, y te rogamos con fervor (pues nuestro estado puedes ver) que TĆŗ nos sanes en tu amor. 367 Salmo 91; Deuteronomio 33.27; 1 Corintios 15.19 Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos, nuestra esperanza en aƱos venideros, nuestro refugio en hĆ³rrida tormenta, y nuestro eterno hogar. Bajo la sombra de tu excelso trono en dulce paz tus santos residieron. Tu brazo sĆ³lo a defendernos basta, y nuestro amparo es fiel. En nuestra vida toda y en la muerte en tu promesa nuestra fe ponemos, y los salvados cantarĆ”n gozosos por nuestro apoyo en Ti. Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos, nuestra esperanza en aƱos venideros, nuestra defensa sĆ© TĆŗ en esta vida, y nuestro eterno hogar. 368 IsaĆ­as 42.16; Filipenses 2.13; Romanos 8.28 Dios obra por senderos misteriosos las maravillas que el mortal contempla. Sus plantas se deslizan por los mares, y atraviesa el espacio en la tormenta. En el abismo de insondables minas, con infalible y eternal destreza, Ɖl atesora todos sus designios y su soberana voluntad despliega. Nuevo valor cobrad, medrosos santos; esas oscuras nubes que os aterran derramarĆ”n, de compasiĆ³n profusas, bendiciones sin fin al alma vuestra. No juzguĆ©is al SeƱor por los sentidos; confiad en su gracia que es inmensa. Pues tras de su indignado rostro esconde plĆ”cida faz que el corazĆ³n serena. Ciega incredulidad yerra el camino, y su obra en vano adivinar intenta. Dios es su propio intĆ©rprete, y al cabo todo lo ha de explicar al que en Ɖl crea. 369 Hebreos 13.21; Romanos 12.2 DispĆ³n por mĆ­, SeƱor, la vĆ­a y seguirĆ©; guiado por tu amor, nunca resbalarĆ©. Por buen camino o mal, si me conduce a Ti, la roca o cenagal: igual es todo a mĆ­. Mi copa TĆŗ podrĆ”s de gozo o pena henchir; placer me infundirĆ” tu voluntad cumplir. No quiero yo elegir; elige TĆŗ por mĆ­ la senda en que debo ir en mi carrera aquĆ­. Tu reino he de buscar con todo mi poder; contigo debo andar para ir tu rostro a ver. 370 Juan 14.3; Apocalipsis 22.7,12,20 Grata noticia: viene JesĆŗs por los salvados mediante su cruz, para llevarlos al trono de luz. SĆ­, pronto vuelve el SeƱor. c Cristo JesĆŗs de los cielos vendrĆ”; pronto en su gloria vendrĆ”. Para el creyente Ā”quĆ© gozo serĆ” ver al amado SeƱor! Con alegrĆ­a y aclamaciĆ³n, voz del arcĆ”ngel, trompeta de Dios, viene JesĆŗs con cabal salvaciĆ³n. SĆ­, pronto vuelve el SeƱor. Los que han dormido despertarĆ”n, y con los vivos se reunirĆ”n; todos unidos con Cristo estarĆ”n cuando viniere el SeƱor. Ā”Firmes! hermanos fieles velad, siempre por Cristo constantes obrad y su venida hasta el fin esperad. SĆ­, pronto vuelve el SeƱor. 371 Oseas 11.4; Filipenses 1.6; Judas 24 HallĆ© un amigo sin igual, amome eternamente; de amor la cuerda celestial me atrajo dulcemente. Vencida mi alma, se la doy en liga permanente; pues mĆ­o es Ɖl, y suyo soy, ahora y para siempre. c SĆ­, mĆ­o es Ɖl y suyo soy ahora y para siempre. Contento estoy, al cielo voy; soy suyo para siempre. HallĆ© un amigo sin igual, muriĆ³ por mĆ­ y salvome; y todo don espiritual Ɖl en sĆ­ mismo diome. Y ya no tengo posesiĆ³n, me entrego enteramente —mi vida, fuerza y corazĆ³n— a Cristo para siempre. HallĆ© un amigo sin igual, pues suya es la potencia de guiarme en senda terrenal de aquĆ­ hasta su presencia. La gloria brilla mĆ”s allĆ” de aquel hogar paterno; me anima a vigilar y obrar hasta el reposo eterno. HallĆ© un amigo sin igual, tan fiel y bondadoso; mi defensor de todo mal, mi guĆ­a poderoso. Y del autor de salvaciĆ³n ĀæquiĆ©n separarme puede? Ninguna fuerza ni aflicciĆ³n; soy suyo para siempre. 372 Apocalipsis 21.23,27 He oĆ­do contar de un paĆ­s celestial — en la Biblia la historia estĆ” — do no hay tempestad ni ninguna oscuridad, y nada se envejecerĆ”. c Ā”QuĆ© morada de luz, do nos lleva JesĆŗs! Ni pecado, ni muerte habrĆ”. Ā”QuĆ© glorias estĆ”n en aquella ciudad! Y el sol no se pone jamĆ”s. Siempre verdes estĆ”n los follajes allĆ”, y cual oro es su fruto vernal. De las arpas el son nos serĆ” consolaciĆ³n, y nada se envejecerĆ”. En la casa de Dios siempre suena la voz de alegrĆ­a y reposo eternal. Gozaremos de paz y abundante solaz, y nada se envejecerĆ”. 373 EclesiastĆ©s 12.6; Salmo 17.15; 2 Corintios 5.1 La dĆ©bil cuerda cederĆ”, y no podrĆ© cual hoy cantar; mas en palacio de mi Rey, Ā”quĆ© gozo mĆ­o al despertar! c Y cara a cara le verĆ©, y el nuevo canto entonarĆ© de gracias al SeƱor JesĆŗs por su obra consumada en cruz. Mi casa terrenal caerĆ”; el cuĆ”ndo no podrĆ© decir; mas sĆ© que Cristo tiene ya morada eterna para mĆ­. El Ć”ureo sol, al descender un dĆ­a para mi solaz, a mĆ­ dirĆ” mi Salvador: Ā«Bien hecho; entra tĆŗ en mi pazĀ». Ahora espero su llamar, y hasta entonces velarĆ©. La puerta luego Ɖl abrirĆ”, y a Ɖl mi vuelo emprenderĆ©. 374 Juan 14.26, 15.26, 16.7; 2 Corintios 3.18 Nuestro adorable Redentor, los suyos al dejar, nos prometiĆ³ un Consolador aquĆ­ a morar. LlegĆ³ su gracia a difundir en cada corazĆ³n su EspĆ­ritu ayudador, tan grande don. Y si tenemos la virtud, la vida y santidad, debĆ©moslo al EspĆ­ritu: Ā”a Dios load! Oigamos hoy su dulce voz, cual silbo celestial; pues, es su oficio al Salvador glorificar. Cuando al EspĆ­ritu de amor le damos su lugar, Ɖl ya, de gloria en gloria, nos transformarĆ”. Ā”Oh! alabad al Padre Dios, al Hijo que muriĆ³, y EspĆ­ritu Consolador: al trino Dios. 375 Juan 4.35; IsaĆ­as 40.31; Salmo 126.6 Obreros en la mies de Cristo, el campo blanco estĆ”; y para la cosecha listos, tomad aliento ya. c Aquellos que esperan al SeƱor nuevas fuerzas tendrĆ”n. Se levantarĆ”n con alas, con alas cual las Ć”guilas.
CorrerƔn y no se cansarƔn, sin fatiga han de andar. CorrerƔn y no se cansarƔn, sin fatiga han de andar. CorrerƔn y no se cansarƔn, sin fatiga han de andar.
Orando siempre y trabajando, y con creciente ardor, seguid sembrando y esperando; no es en vano en el SeƱor. Los que con lĆ”grimas sembraron, con gozo segarĆ”n; semilla de valor llevaron, sus frutos traerĆ”n. 376 GĆ”latas 6.9; Mateo 11.29 Oh, alma triste, hay un hogar sin cosa que te cansarĆ”; hogar que nunca cambia mĆ”s, ĀæquiĆ©n no quisiera entrar allĆ”? c ConfĆ­a en JesĆŗs de corazĆ³n, acepta a sus manos el perdĆ³n. ConfĆ­a en Ɖl, y al fin tendrĆ”s tu galardĆ³n. Cargado y fatigado tĆŗ, alcanzarĆ”s el dulce hogar. Las pruebas que permite Dios lo harĆ” mĆ”s grato allĆ” llegar. ĀæCaminas donde espinas hay? Corona de Ć©stas Ɖl llevĆ³. Si tienes triste el corazĆ³n, tambiĆ©n dolor a Ɖl tocĆ³. Entonces sigue hasta el fin, que pronto vas a descansar. Pues a los suyos guarda Dios; espera en Ɖl sin murmurar. 377 1 Juan 5.14; Cantares 2.3 Ā”Oh, cuĆ”n gratas son las horas cuando yo me acerco a Ti! Desde el cielo do TĆŗ moras, Padre, escĆŗchame a mĆ­. Aun a mĆ­, el mĆ”s indigno de tu celestial redil, ilumĆ­name, benigno, y hazme siervo tuyo fiel. Yo me gozo en tus bondades, y quisiera comprender tus secretos y verdades y en tu inmenso amor crecer. Al entrar en la presencia del Divino Redentor, gozarĆ© de la herencia que me es dada por su amor. Y al final en tus mansiones sin cesar te mirarĆ©; y del cielo de esplendores nunca mĆ”s me apartarĆ©. 378 Hebreos 12.2; 1 Juan 1.7 Oh peregrinos que al cielo vais, siempre mirad a Cristo. Id adelante, mas no temĆ”is, siempre mirad a Cristo. c Siempre mirad a Cristo, siempre mirad a Cristo. Con JesĆŗs andad en la luz; siempre mirad a Cristo. En toda vuestra necesidad, siempre mirad a Cristo; de sus riquezas Ɖl os darĆ”, siempre mirad a Cristo. Y cuando llega la tentaciĆ³n, siempre mirad a Cristo, tendrĆ©is abrigo en su corazĆ³n, siempre mirad a Cristo. Su gracia abunda y os sostendrĆ”, siempre mirad a Cristo, y al fin en gloria os recibirĆ”, siempre mirad a Cristo. AllĆ­ su rostro contemplarĆ©is, siempre verĆ©is a Cristo, con alegrĆ­a le servirĆ©is, siempre estarĆ©is con Cristo. 379 Mateo 11.28; Hebreos 4.11; IsaĆ­as 66.12 Ā”QuĆ© felicidad, con JesĆŗs estar en los brazos del SeƱor JesĆŗs! No se temerĆ” del furioso mar, en los brazos del SeƱor JesĆŗs. c Descansando en los brazos del SeƱor JesĆŗs, descansando en los brazos del SeƱor JesĆŗs. A Dios gracias doy que seguro estoy, en los brazos del SeƱor JesĆŗs. Redimido soy, y a la gloria voy en los brazos del SeƱor JesĆŗs. Ā”Oh, quĆ© libertad, quĆ© tranquilidad, en los brazos del SeƱor JesĆŗs! Mi alma alegre estĆ” por su gran bondad en los brazos del SeƱor JesĆŗs. 380 Marcos 14.37; Apocalipsis 3.10; 2 Corintios 4.17 Una hora sola de velar con Cristo, eternos aƱos de reposo y paz. Una hora sola de afrontar peligros, eternos aƱos de mirar su faz. c Tengamos, pues, valor hasta el maƱana, brillante sea nuestra luz aquĆ­. El Salvador con suave voz nos llama: Ā«Velad, velad una hora mĆ”s por mĆ­Ā». Una hora sola de sufrir por Cristo, eternos aƱos en su calma y luz. Una hora sola de sufrir perjuicios, eternos aƱos, gloria en vez de cruz. Una hora sola en prueba y tentaciones, eternos aƱos de felicidad. Una hora sola aquĆ­ de vejaciones, eternos aƱos de su amor sin par. 381 Salmo 91; Salmo 4.8 Ā”Ya por nos el dĆ­a su luz apagĆ³! Otra vez la noche su crespĆ³n tendiĆ³. Vemos las estrellas prontas a brillar; aves, bestias, flores vanse a acostar. SeƱor Jesucristo, haznos descansar por Ti cobijados hasta el despertar. SueƱen los niƱitos con su Salvador; de los marineros seas el protector. Sana a los enfermos, fuerte Salvador. Los que mal designan, hazles ver su error. Mientras que durmamos, haz que en derredor Ć”ngeles nos guarden, siervos del SeƱor. Cuando el nuevo dĆ­a llama a trabajar, que en tu compaƱƭa logre yo andar. 382 Salmos 42 y 43 Al monte de tu santidad, oh Dios, con alegrĆ­a irĆ©; dame tu luz y tu verdad y hasta tu altar me allegarĆ©. Pues mi alegrĆ­a, mi gozo es Dios, Dios mĆ­o, y yo te alabarĆ©. Con arpa se ha de oir mi voz; de corazĆ³n te adorarĆ©. ĀæPor quĆ© te abates, mi alma en mĆ­? No te conturbes, mi alma, ya; espera a Dios, quien llama a sĆ­ al hombre que abatido estĆ”. Con certidumbre de la fe y verdadero corazĆ³n, al trono santo llegarĆ© para entonarte mi canciĆ³n. Al Dios de amor y santidad con gozo siempre alabarĆ©, por siglos de la eternidad y faz a faz te adorarĆ©. 383 FilemĆ³n 15,5; 2 Corintios 5.14; 1 Corintios 13.12 Al SeƱor JesĆŗs loemos porque tanto le debemos. Lo que somos y tenemos sĆ³lo es nuestro en Ɖl. Es JesĆŗs su nombre amado; a su pueblo Ɖl ha salvado. Es el triunfo asegurado por su gran poder. Ā”Oh, confiad en este amigo! Nos liberta del peligro; nos es hoy un fuerte abrigo y hasta el fin serĆ”. Cumplirase nuestro anhelo en el dĆ­a en que sin velo le veremos en el cielo, al SeƱor JesĆŗs. 384 Cantares 1.3; Hechos 5.41 Ā”CuĆ”n dulce el nombre de JesĆŗs es para el hombre fiel! Consuelo, paz, vigor y luz halla el creyente en Ɖl. Al alma herida fuerza da, y calma el corazĆ³n; al alma hambrienta es cual manĆ”, y alivia su aflicciĆ³n. Tan dulce nombre es para mĆ­, de dones plenitud; raudal que nunca exhausto vi de gracia y de virtud. JesĆŗs, mi amigo y mi sostĆ©n, mi Rey y Salvador; mi vida y luz, mi eterno bien, acepta mi loor. 385 2 Corintios 5.14; Efesios 5.2; Romanos 11.33; JeremĆ­as 31.3 Ā”Oh, profundo amor de Cristo, vasto, inmerecido don! Cual ocĆ©ano infinito, ya me inunda el corazĆ³n. Me rodea, me sostiene la corriente de su amor; llĆ©vame continuamente hacia el gozo del SeƱor. Ā”Oh profundo amor de Cristo! Sus loores proclamad, pues su amor nos satisfizo y no cambiarĆ” jamĆ”s. Ā”CĆ³mo cuida a sus amados, redimidos por su cruz! ComuniĆ³n con Ɖl gozamos, cuando andamos en la luz. Ā”Oh, profundo amor de Cristo, Ćŗnico, supremo amor! Cual un vasto mar bendito, cual hogar al viador. Ā”Oh, profundo amor de Cristo! Pura gloria es para mĆ­, que me eleva, salvo y listo, hacia el cielo, hacia Ti. 386 2 Corintios 13.14; Efesios 4.3,5,6 Al Padre, Hijo Redentor, y EspĆ­ritu Consolador; al trino Dios en unidad loor eterno tributad. 387 1 Corintios 9.7; Salmo 24.8; 2 Corintios 10.4; EclesiastĆ©s 9.11 Ā”A la batalla y a la victoria vamos con Dios nuestro Rey! quien con su brazo fuerte, robusto, siempre defiende su grey. Pues, sin temor avancemos entusiasmados por fe, mientras alegres cantemos: Gloria a Dios, nuestro Rey. c Ni es la guerra de los ligeros, ni de los fuertes la paz; mas de los fieles en Cristo es el eterno solaz. Ā”A la batalla y a la victoria! ĀæQuiĆ©n serĆ” este buen Rey? ĀæQuiĆ©nes las tropas, los que le siguen en esta lucha de fe? Es JehovĆ” el valiente, de los seƱores SeƱor, acompaƱado por todos los que aprecian su amor. Ā”A la batalla y a la victoria! Bajo tan buen general, derrotaremos ya en seguida todas las fuerzas del mal. Reinos y tronos del mundo, todos al fin pasarĆ”n; mas los amados de Cristo vida eternal gozarĆ”n. 388 1 Corintios 15.51; Proverbios 11.30 Adelante vamos, cristiana juventud; llevemos el mensaje a la impĆ­a multitud; obreros en la viƱa de nuestro buen SeƱor, buscando a las almas con un ferviente amor. c JĆ³venes cristianos, luchemos, sĆ­, por Ɖl. Ɖl es nuestro guĆ­a y siempre serĆ” fiel. A todos prediquemos la historia de su amor, sirviendo asĆ­ a Cristo, el bendito Salvador. El que busca almas es sabio, dice Dios. Prestemos, pues, oĆ­do a la divina voz; sembremos su palabra bendita por doquier, trayendo asĆ­ a Cristo a algĆŗn perdido ser. Seamos siempre fieles a nuestro Salvador; llevemos otras almas a conocer su amor. Y cuando allĆ” en la gloria con Ɖl hemos de estar, nuestras buenas obras Ɖl ha de coronar. 389 Juan 10.9; Lucas 13.25; Mateo 16.26 Al cerrar la puerta, tarde ya serĆ”. Entra sin tardar, mientras hay lugar. ĀæPor quĆ© en tal peligro has de continuar? Entra, oh pecador, sin tardar. c Ā”Oh, entra por la puerta hoy! Ā”Hoy mismo entra, oh pecador! Entra por la puerta, o el SeƱor dirĆ”: Ā«Es tarde ya, es tarde yaĀ». Al cerrar la puerta, ĀæquĆ© esperanza habrĆ”? Entra sin tardar, mientras hay lugar; vano a Dios entonces orar serĆ”. Entra, oh pecador, sin tardar. Al cerrar la puerta, Dios no llama mĆ”s. Entra sin tardar, mientras hay lugar; hoy acude a Cristo, sin demorar. Entra, oh pecador, sin tardar. Al cerrar la puerta, ĀæcĆ³mo te hallarĆ”s? Entra sin tardar, mientras hay lugar; sin la salvaciĆ³n tĆŗ te perderĆ”s. Entra, oh pecador, sin tardar. 390 Salmo 47.9; Ɖxodo 3.6,14; Efesios 1.6; Hebreos 11.8,40; Hechos 7.2 Al Dios de Abraham load, de todo Creador. SeƱor es de la eternidad y Dios de amor. JehovĆ” el gran Yo Soy, en cielo y tierra es Rey. Reconocedle, y con fervor que le adorĆ©is. Al Dios del cielo dad gracias por su favor. Vuestra alabanza tributad al Salvador. Nos llama a abandonar la gloria terrenal, y nuestro todo en Ɖl hallar siempre jamĆ”s. Al Dios de Abraham load, pues su palabra es fiel; su pacto asegurado estĆ” por Emanuel. En el Hijo acepta estĆ” la Iglesia de su amor; por ella siempre subirĆ” a Dios loor. Al Dios de gloria y luz venid hoy y adorad por la obra del SeƱor JesĆŗs y su bondad. Cantemos aun aquĆ­ del cielo la canciĆ³n, rindiendo culto al Padre allĆ­ de corazĆ³n. 391 IsaĆ­as 40.11, 53.3; Hebreos 13.15; Apocalipsis 5.13; 1 Corintios 15.55 Alabanzas demos al Redentor nuestro; santos todos, proclamad su loor. Oh cantadle, Ć”ngeles todos en gloria, a su nombre dad celestial honor. Cual Pastor, JesĆŗs cuidarĆ” a su pueblo, todo el dĆ­a nos llevarĆ” en su amor. Santos que morĆ”is en su augusta presencia, alabadle con voz y corazĆ³n. Alabanzas demos al Redentor nuestro; nuestras culpas Ɖl por su sangre expiĆ³. Su pasiĆ³n es nuestra eternal esperanza, adoradle a Cristo que en cruz muriĆ³. El SeƱor, sufriendo dolor y angustia, con espinas se dejĆ³ coronar; por nosotros fue despreciado, humillado; Rey de gloria, vedle triunfante ya. Alabanzas demos al Redentor nuestro; tierra y cielo, honores a Ɖl traed. Cristo salva y reina por siglos de siglos, el Profeta, Gran Sacerdote y Rey. Ya la tumba por siempre estĆ” vencida, ĀædĆ³nde, oh muerte, se halla tu aguijĆ³n? Ā”Cristo vive! Nos ha traĆ­do alegrĆ­a. Ā”Cristo vive! Ā”Glorioso Salvador! 392 Lucas 10.29, 19.10; Romanos 13.8,9 Ama a tus prĆ³jimos, piensa en sus almas, diles la historia del tierno SeƱor. Cuida del huĆ©rfano, hazte su amigo; muestra la gracia de tu Salvador. c Busca al incrĆ©dulo, ve su peligro; Dios le darĆ” su divino perdĆ³n. Aunque rechĆ”zanle, tiene paciencia, y estĆ” dispuesto a dar salvaciĆ³n. Venlos los Ć”ngeles desde la gloria, de allĆ­ los miran con satisfacciĆ³n. Busca a tus prĆ³jimos; Dios es tu ayuda y por su EspĆ­ritu fuerza te da. Simiente buena, pues, siembra en el tiempo, y la cosecha eternal te serĆ”. 393 Salmo 73.24; Proverbios 4.18 Brilla ante mĆ­ la gloria, no puedo aquĆ­ quedar; por la neblina ahora veo mi dulce hogar. Si en este triste yermo tengo aĆŗn que andar, brilla ante mĆ­ la gloria, pronto estarĆ© yo allĆ”. No habrĆ” allĆ­ mĆ”s tormentas, lĆ”grimas no se ven; las aguas turbulentas no nos harĆ”n temer. Voy a la tierra santa, ya mĆ­a por la fe; brilla ante mĆ­ la gloria, aquĆ­ no quedarĆ©. Dios es allĆ­ la gloria, el Cordero es la luz; las pruebas que hoy me azotan me acercan a su cruz. La voz de Cristo llama, mi curso acaba ya; brilla ante mĆ­ la gloria, el premio me darĆ”. Brilla ante mĆ­ la gloria, todo estĆ” bien, yo sĆ©; mi Padre me conforta, su nombre alabarĆ©. Cristo en su amor me lleva, su sangre me lavĆ³; do Cristo estĆ” es el cielo de gloria, paz y amor. 394 Salmo 40.3; IsaĆ­as 6.7; 1 Pedro 2.24 Cansado y triste vine al Salvador; mis culpas Ɖl llevĆ³, mis culpas Ɖl llevĆ³. Mi eterna dicha hallĆ© en su amor; mis culpas Ɖl llevĆ³. c Mis culpas Ɖl llevĆ³, mis culpas Ɖl llevĆ³; alegre siempre cantarĆ©. Al SeƱor gozoso alabarĆ©, porque Ɖl me salvĆ³. Borrados todos mis pecados son; mis culpas Ɖl llevĆ³, mis culpas Ɖl llevĆ³. A Ɖl feliz elevo mi canciĆ³n; mis culpas Ɖl llevĆ³. Ya vivo libre de condenaciĆ³n; mis culpas Ɖl llevĆ³, mis culpas Ɖl llevĆ³. Su dulce paz me llena el corazĆ³n; mis culpas Ɖl llevĆ³. Si vienes hoy a Cristo, pecador, tus culpas borrarĆ”, tus culpas borrarĆ”. PerdĆ³n tendrĆ”s si acudes al SeƱor; tus culpas borrarĆ”. c Tus culpas borrarĆ”, tus culpas borrarĆ”, y limpiarĆ” tu corazĆ³n. Y dirĆ”s feliz en tu canciĆ³n: Ā«Mis culpas Ɖl llevĆ³Ā». 395 Salmo 91.2; Colosenses 2.15 Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo; con su poder nos librarĆ” en este trance agudo. Con furia y con afĆ”n acĆ³sanos SatĆ”n; por armas deja ver astucia y gran poder; cual Ɖl no hay en la tierra. Nuestro valor es nada aquĆ­; con Ć©l todo es perdido; mas por nosotros pugnarĆ” Āæde Dios el Escogido. ĀæSabĆ©is quiĆ©n es? JesĆŗs, el que venciĆ³ en la cruz, SeƱor de Sabaoth; * y pues Ɖl sĆ³lo es Dios, Ɖl triunfa en la batalla. Aunque estĆ©n demonios mil prontos a devorarnos, no temeremos, porque Dios siempre ha de prosperarnos. Que muestre su vigor SatĆ”n, y su furor daƱarnos no podrĆ”, pues condenado es ya por la Palabra Santa. Sin destruirla dejarĆ”n, aun con desagrado, esta Palabra del SeƱor; Ɖl lucha a nuestro lado. Que lleven con furor los bienes, vida, honor, los hijos, la mujer ... todo ha de perecer; de Dios el reino queda. * Sabaoth = SeƱor de los EjĆ©rcitos 396 NehemĆ­as 8.10; Mateo 10.31 ĀæCĆ³mo podrĆ© estar triste, cĆ³mo entre sombras ir, cĆ³mo sentirme solo, y en el dolor vivir, si Cristo es mi consuelo, mi amigo siempre fiel, si aun la aves tienen seguro asilo en Ɖl, si aun las aves tienen seguro asilo en Ɖl? c Feliz, cantando alegre, yo vivo siempre aquĆ­. Si Ɖl cuida de las aves, cuidarĆ” tambiĆ©n de mĆ­. Ā«Nunca te desalientesĀ», oigo al SeƱor decir; y en su palabra fiado hago al dolor huir. A Cristo paso a paso yo sigo sin cesar, y todas su bondades por siempre me ha de dar, y todas sus bondades por siempre me ha de dar. Siempre que soy tentado, o que en la prueba estoy, mĆ”s cerca de Ɖl camino y protegido voy. Si en mĆ­ la fe desmaya, y caigo en la ansiedad, Ā”tan sĆ³lo Ɖl me levanta; me da seguridad! Ā”Tan sĆ³lo Ɖl me levanta; me da seguridad! 397 Hebreos 12.2; Juan 16.33 CorazĆ³n oprimido, buscando solaz, Ā”oh! mira al SeƱor y no llores mĆ”s. La luz de su rostro te iluminarĆ”, y, como en el cielo, no habrĆ” noche acĆ”. Mirando a JesĆŗs, yo no mĆ”s podrĆ© ver los peligros y penas que me hacen temer. Las lĆ”grimas tristes no me obcecarĆ”n; las dudas infieles se disiparĆ”n. Mirando a JesĆŗs, de su amor gozarĆ©; en el mundo habrĆ” penas, en Ɖl paz tendrĆ©. La mar de mi vida podrĆ” alto rugir; si miro al SeƱor, ya no la puedo oir. Mirando a JesĆŗs, sus palabras oirĆ©: Ā«ĀæPor quĆ© temes tĆŗ? Ā”Oh quĆ© poca es tu fe!Ā» Y al fin en la gloria mi gozo serĆ” su rostro divino por siempre admirar. 398 JosuĆ© 1.5; Mateo 28.20 Cristo siempre estĆ” conmigo, su promesa firme estĆ”, pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». El poder del enemigo su palabra vencerĆ”, pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». c Ā«Siempre estoy, siempre estoyĀ», pues ha dicho: Ā«Siempre estoy, siempre estoyĀ», pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». En los dĆ­as anublados siempre permanece fiel, pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». Y en el tiempo hermoso y claro andarĆ© tambiĆ©n con Ɖl, pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». Y al final irĆ© a la gloria donde mora el Salvador, pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». CantarĆ© la dulce historia del amor de mi SeƱor, pues ha dicho: Ā«Con vosotros siempre estoyĀ». 399 Juan 14.19; Lucas 24.36,50 Cristo vive y nos guiarĆ”, aunque triste la vĆ­a. Pronto el alba romperĆ”, Ā”quĆ© feliz el dĆ­a! Todo bien nos ha de dar; Cristo vive y nos guiarĆ”. Todo lo que aquĆ­ hablĆ³, hoy tambiĆ©n nos habla. Todo el pan que repartiĆ³, hoy tambiĆ©n regala. Todo bien nos ha de dar; Cristo vive y nos guiarĆ”. Cristo vive; mas su amor le condujo a la muerte. Pero de SatĆ”n triunfĆ³; es su nombre El Fuerte. Ɖl nos colma de bondad; Cristo vive y nos guiarĆ”. Cristo vive y nos guiarĆ”, no nos desampara. Con su Iglesia quedarĆ” hasta al fin llevarla para ver su hermosa faz y gozar de eterna paz. 400 2 Corintios 5.17; Efesios 3.17; 1 Pedro 3.15 CuĆ”n glorioso es el cambio operado en mi ser, viniendo a mi vida el SeƱor. Hay en mi alma una paz que yo ansiaba tener, la paz que me trajo su amor. c Ɖl vino a mi corazĆ³n, Ɖl vino a mi corazĆ³n. Soy feliz con la vida que Cristo me dio cuando Ɖl vino a mi corazĆ³n. Ya no voy por la senda que el mal me trazĆ³, do sĆ³lo encontrĆ© confusiĆ³n. Mis errores pasados JesĆŗs los borrĆ³ cuando Ɖl vino a mi corazĆ³n. Ni una sombra de duda oscurece su amor, amor que me trajo el perdĆ³n. La esperanza que aliento la debo al SeƱor, porque Ɖl vino a mi corazĆ³n. 401 Filipenses 3.7,8; 1 Juan 2.15 al 17 Dejo el mundo y sigo a Cristo, porque el mundo pasarĆ”; mas su amor, amor bendito, por los siglos durarĆ”. c Ā”Oh, quĆ© gran misericordia! Ā”Oh, de amor sublime don! Ā”Plenitud de vida eterna, prenda viva del perdĆ³n! Dejo el mundo y sigo a Cristo, paz y gozo en Ɖl tendrĆ©; y al mirar que va conmigo, siempre alegre cantarĆ©. Dejo el mundo y sigo a Cristo, su sonrisa quiero ver; como luz que en mi camino, haga aquĆ­ resplandecer. Dejo el mundo y sigo a Cristo, acogiĆ©ndome a su cruz, y despuĆ©s irĆ© a mirarle cara a cara en plena luz. 402 JosuĆ© 22.5,6; Marcos 8.7 al 9 Despide ya tu grey en paz y bendiciĆ³n, y las palabras de tu ley conserve el corazĆ³n. Semilla y sembrador, que seas TĆŗ a la vez; con tu EspĆ­ritu de amor apaga nuestra sed. EnsƩƱanos, SeƱor, tu ley a meditar; vivir unidos en amor, y en Ɖl por siempre andar. 403 Proverbios 17.17, 18.24; Hebreos 13.5 El amigo mĆ”s fiel es Cristo. Cuando triste y agobiado estĆ”s, siempre lleno de bondad, quita toda oscuridad. El amigo mĆ”s fiel es Cristo. c Es Cristo el mejor amigo, es Cristo el mejor amigo; pues Ɖl no nos dejarĆ”, siempre nos protegerĆ”. Es JesĆŗs el mejor amigo. Ā”Oh, quĆ© amigo yo tengo en Cristo! A mi corazĆ³n su gozo da, con su brazo de poder miedo no podrĆ© tener. El amigo mĆ”s fiel es Cristo. Cuando al fin en la gloria estemos, con los santos que han partido ya, cantaremos su loor con mĆ”s gozo y mĆ”s fervor. El amigo mĆ”s fiel es Cristo. 404 Apocalipsis 22.22 al 27; 2 Timoteo 2.12 El sol no se pondrĆ” en la gloria allĆ”. No habrĆ” mĆ”s lĆ”grimas en la gloria allĆ”. Y no habrĆ” noche mĆ”s, la luz no menguarĆ”; gozo perfecto habrĆ” en la gloria allĆ”. Nadie se desviarĆ” en la gloria allĆ”. Ni nunca caerĆ” en la gloria allĆ”. La mar no existirĆ”, ni negra tempestad. La paz perdurarĆ” en la gloria allĆ”. En vida reinarĆ”n en la gloria allĆ” los que con Cristo van en la gloria allĆ”. No habrĆ” mĆ”s maldiciĆ³n, ni pena ni aflicciĆ³n. Eterna es la canciĆ³n en la gloria allĆ”. 405 Tito 2.11; Efesios 2.8 En gracia el santo Dios formĆ³ el hermoso plan de, por su soberano amor, al hombre ruin salvar. c Por gracia salvados sois por la fe, por la fe. No de vosotros es asĆ­; no de vosotros es asĆ­, de obras no, de obras no. De obras no, que nadie se glorĆ­e, pues es el don de Dios. De obras no, que nadie se glorĆ­e, pues es el don de Dios, pues es el don de Dios, pues es el don de Dios, pues es el don de Dios, el don de Dios. De Dios la gracia ved, mostrada en el SeƱor, pues Ɖl crucificado fue en prueba de su amor. A todo aquel que cree en el SeƱor JesĆŗs es dada salvaciĆ³n por fe; es hijo de la luz. 406 Salmo 119.105,103, 19.10 En tu palabra, oh Padre Dios, Ā”quĆ© bella luz se ve! Bendita, celestial porciĆ³n, gozada por la fe. AquĆ­ del Redentor la voz alegra el corazĆ³n; la dulce voz del Buen Pastor que trae salvaciĆ³n. En su divina inspiraciĆ³n aliento se nos da; tambiĆ©n allĆ­ satisfacciĆ³n el alma encontrarĆ”. Y antorcha para iluminar los pasos de tu grey; y lĆ”mpara que nos darĆ” visiones del Gran Rey. Ā”CuĆ”n dulce es tu palabra fiel para mi paladar! MĆ”s que la refinada miel que cae del panal. Y mina de riqueza es que no se agotarĆ” hasta ese dĆ­a en que yo estĆ© en gloria celestial. 407 EclesiastĆ©s 12.7; Santiago 1.6; 2 Timoteo 2.12 Es la Biblia para mĆ­ santo y gran tesoro aquĆ­; pues contiene con verdad la divina voluntad. Me declara lo que soy, de quiĆ©n vine y a quiĆ©n voy. Reprende ella mi dudar y me exhorta sin cesar. Es cual faro de mi pie; va guiando por la fe a las fuentes del amor del bendito Salvador. Es la infalible voz del EspĆ­ritu de Dios, que vigor al alma da cuando en aflicciĆ³n estĆ”, y me enseƱa a triunfar de la muerte y del pecar. Por su santa letra sĆ© que con Cristo reinarĆ©; yo que tan indigno soy, por su luz al cielo voy. Es la Biblia para mĆ­ santo y gran tesoro aquĆ­. 408 1 Timoteo 1.1; Romanos 5.15; Hechos 26.18 Gracia, perdĆ³n y paz consigue el pecador que a JesĆŗs, contrito, pide su compasiĆ³n y amor. c No podrĆ” el mundo entero dar al alma paz. SĆ³lo podrĆ” JesĆŗs hacerlo; Ɖl te ofrece solaz. Gracia sin lĆ­mite y gratuita Cristo nos da; y en la tentaciĆ³n y prueba su brazo nos tendrĆ”. Dulce perdĆ³n al alma inquieta Cristo darĆ”, si al Salvador con fe sincera contrita acudirĆ”. Paz halla el corazĆ³n turbado en su SeƱor, y las furiosas tempestades no infunden ya temor. 409 Salmo 51.7; 1 Pedro 1.19; Tito 3.5; 1 Corintios 6.11 ĀæHas hallado en Cristo tu buen Salvador? ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs? ĀæPor la fe descansas en el Redentor? ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs? c LĆ”vame, lĆ”vame, en tu sangre, oh Cordero de Dios, y con alma limpia me presentarĆ© en tu hogar tan glorioso de amor. ĀæVives siempre al lado de tu Salvador? ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs? ĀæDel pecado eres siempre vencedor? ĀæEres salvo por la sangre de JesĆŗs? Si perdĆ³n y paz deseas, pecador, tu refugio es la sangre de JesĆŗs. Si librarte quieres de eternal dolor, Ā”oh, acude a la sangre de JesĆŗs! 410 Romanos 7.4; Juan 15.1; Joel 2.25 ĀæHe de ir sin ningĆŗn fruto que presente a mi SeƱor? Ā”No le llevo ni un trofeo, ni servicio de valor! c ĀæHe de ir sin ningĆŗn fruto, he de ver a Cristo asĆ­? Con el tiempo mal gastado, Āæhe de presentarme allĆ­? De la muerte no me asusto: Cristo es ya mi Salvador. Para Ɖl nada yo he hecho; esto, sĆ­, me da dolor. Darle todo yo quisiera de los aƱos que perdĆ­, caminando en la ceguera, pero a SatanĆ”s los di. Pasa el dĆ­a y llega noche. Ā”Trabajad cuando haya luz! Le verĆ”n, y sin reproche, quienes sirvan a JesĆŗs. 411 Efesios 5.14; 1 Tesalonicenses 5.6 Iglesia de Cristo, reanima el amor, y alegre en la noche espera al SeƱor. JesĆŗs el Esposo, vestido de honor, viniendo se anuncia con fuerte clamor. c LevĆ”ntate, Iglesia, sacude el sopor, que viene en las nubes tu Esposo y SeƱor. Si algunos dormitan sin sentir dolor, la fe sea en todos el despertador. Velad, compaƱeros, velad sin temor, que estĆ” con nosotros el Consolador. El hombre en sus penas, infiel pecador, se entrega en las manos del sueƱo traidor; mas el que es amado del fiel Salvador, velar esperando prefiere mejor. La noche difunde su negro pavor, mas pronto del alba saldrĆ” el resplandor. En tanto esperamos el primer albor, cantemos en coro con gracia y ardor. 412 Salmo 116.13; 1 Juan 5.4 JesĆŗs es mi Pastor, conmigo estĆ”; nada con mi SeƱor me faltarĆ”. En Ɖl confiarĆ© de todo corazĆ³n, y por Ɖl vencerĆ© la tentaciĆ³n. Ɖl es mi dulce luz, mi salvaciĆ³n; en la sangrienta cruz logrĆ© perdĆ³n. AllĆ­ por mĆ­ muriĆ³, por mĆ­, vil pecador; mis culpas Ɖl pagĆ³, Ā”gloria al SeƱor! La fe que me dio Ɖl me salvarĆ”; en justo, santo y fiel me cambiarĆ”. Su sangre me lavĆ³, y su resurrecciĆ³n la paz con Dios me dio, vida y perdĆ³n. ĀæCon quĆ©, con quĆ©, SeƱor, te pagarĆ©, si tuyo es mi valor, tuya mi fe? ĀæSi yo no soy capaz de obrar el bien por mĆ­, si soy sombra fugaz, nada sin Ti? Dame, bendito Dios, por caridad, que siempre vaya en pos de la verdad. Tu bien quiero gozar, vivir contigo en paz, tu santa majestad siempre adorar. 413 Lucas 9.26; Romanos 1.16; 1 Pedro 4.16 JesĆŗs, mi Salvador, ĀæserĆ” posible que se avergĆ¼ence algĆŗn mortal de Ti? ĀæY que, olvidando tus sublimes hechos, niegue lo que TĆŗ has sido para sĆ­? Ā”Avergonzarme de JesĆŗs! MĆ”s pronto repudiarĆ­a el firmamento el sol; antes se avergonzara la maƱana del fresco, puro y nĆ­tido arrebol. Ā”Avergonzarme del querido Amigo, mi apoyo, mi esperanza, mi sostĆ©n! No, mi vergĆ¼enza es que, aunque le amo tanto, no le amo siempre como al sumo bien. Ā”Avergonzarme de JesĆŗs! SĆ­, cuando no tenga culpa alguna que lavar, ni bienes que pedir, ni miedo oculto, ni lĆ”grimas, ni aun alma que salvar. Hasta entonces, mi orgullo es confesarte; para salvarme espero sĆ³lo en Ti, y mi gloria serĆ” que Jesucristo no se avergĆ¼ence, no, jamĆ”s de mĆ­. 414 2 Corintios 4.6; 1 Corintios 1.30, 7.31 La noche oscura fue sin Ti, SeƱor, y lejos me encontrĆ© sin Ti, SeƱor. Al mundo yo seguĆ­, de su placer bebĆ­, mas paz no conocĆ­ sin Ti, SeƱor. ResplandeciĆ³ la luz por Ti, SeƱor, y divisĆ© la cruz por Ti, SeƱor. Al ver tu muerte allĆ­, saber que fue por mĆ­, al Padre me volvĆ­ por Ti, SeƱor. Del juicio libre estoy en Ti, SeƱor; gozoso al cielo voy en Ti, SeƱor. Tengo la redenciĆ³n y justificaciĆ³n, completa salvaciĆ³n en Ti, SeƱor. Ya sĆ³lo esperarĆ© de Ti, SeƱor; mi todo buscarĆ© de Ti, SeƱor. El mundo pasarĆ”, el hombre morirĆ”, mas siempre el bien habrĆ” de Ti, SeƱor. Y TĆŗ me llamarĆ”s a Ti, SeƱor; tu Iglesia tomarĆ”s a Ti, SeƱor. Ā”Oh grata reuniĆ³n! Ā”Eterna salvaciĆ³n! Ā”De gloria la canciĆ³n a Ti, SeƱor! 415 Filipenses 3.12; 2 Corintios 3.18 MĆ”s de JesĆŗs quiero aprender, mĆ”s de su gracia conocer, mĆ”s del amor con que me amĆ³, mĆ”s de la cruz en que muriĆ³. c MĆ”s quiero amarle, mĆ”s quiero honrarle; mĆ”s de su salvaciĆ³n gozar, mĆ”s de su dulce amor gustar. MĆ”s de JesĆŗs quisiera hablar, mĆ”s de su comuniĆ³n gozar, mĆ”s de sus dones recibir, mĆ”s con los otros compartir. c MĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs; mĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs; mĆ”s de sus dones recibir, mĆ”s con los otros compartir. MĆ”s de JesĆŗs anhelo ver, mĆ”s de su hermoso parecer, mĆ”s de la gloria de su faz, mĆ”s de su luz, mĆ”s de su paz. c MĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs; mĆ”s, mĆ”s de JesĆŗs, mĆ”s de la gloria de su faz, mĆ”s de su luz, mĆ”s de su paz. 416 IsaĆ­as 1.6; Lucas 15.21; 1 Corintios 6.11; Juan 15.26, 16.7 Me hiriĆ³ el pecado, fui a JesĆŗs, mostrele mi dolor. Perdido, errante, vi su luz; bendĆ­jome en su amor. c En la cruz, en la cruz, do primero vi la luz y las manchas de mi alma yo lavĆ©: fue allĆ­ por la fe do vi a JesĆŗs, y siempre feliz con Ɖl serĆ©. En una cruz, mi Salvador su sangre derramĆ³ por este pobre pecador, a quien asĆ­ salvĆ³. VenciĆ³ la muerte: Ā”quĆ© placer! y el Padre lo exaltĆ³. Espero sĆ³lo en su poder; morir no temo yo. Aunque Ɖl se fue, conmigo estĆ” el gran Consolador; por Ɖl entrada tengo ya al reino del SeƱor. Vivir en Cristo trae la paz; con Ɖl habitarĆ©; ya suyo soy, y de hoy en mĆ”s a nadie temerĆ©. 417 Salmo 40.2; Hechos 26.18; 1 Pedro 2.9 Mi Salvador en su bondad al mundo malo descendiĆ³; y de hondo abismo de maldad Ɖl mi alma levantĆ³. c Seguridad me dio JesĆŗs cuando Ɖl su mano me tendiĆ³; estando en sombra a plena luz, en su bondad, me levantĆ³. Su voz constante resistĆ­, aunque Ɖl amante me llamĆ³, mas su palabra recibĆ­ y fiel me levantĆ³. Tortura cruel JesĆŗs sufriĆ³, cuando en la cruz por mĆ­ muriĆ³; tan sĆ³lo asĆ­ Ɖl me salvĆ³, y asĆ­ me levantĆ³. Que soy feliz, yo bien lo sĆ©, con esta vida que Ɖl me dio; mas no comprendo aĆŗn por quĆ© JesĆŗs me levantĆ³. 418 Salmo 107.10; Marcos 12.34; Mateo 8.11,12 No lejos del reino del cielo hay muchos que vienen y van; se encuentran en sombra de muerte, y pocos entrando estĆ”n. c Ā”Oh cuĆ”ntos, sĆ­, vienen y van! Mas pocos entrando estĆ”n. Ā”Oh cuĆ”ntos, sĆ­, vienen y van! Mas pocos entrando estĆ”n. No lejos del reino del cielo, son tĆ­midos para entrar; pues hablan de goces supremos, mas miedo les hace parar. ĀæPor quĆ© te detienes afuera? JesĆŗs te desea guiar a su redil en esta tierra, y luego a su cielo llevar. Muy lejos no estĆ”s ya del reino; Āæpor quĆ© no decides entrar? Te resta tan sĆ³lo un paso; ven, dalo, pues, sin vacilar. Ā”Oh! entra por fe en el reino, te arriesgas por ese tardar. AĆŗn para ti abierta la puerta, por siempre se puede cerrar. 419 1 Pedro 1.18,19; SofonĆ­as 1.18 No soy rescatado con oro o con plata; no vale dinero en los ojos de Dios. La sangre preciosa de Cristo fue el precio de mi redenciĆ³n de la condenaciĆ³n. c Yo nada soy, y nada tengo; en tu amor pensaste en mĆ­. Moriste TĆŗ por mis pecados, Ā”oh SeƱor! confĆ­o en Ti. No soy rescatado con oro o con plata; el oro no compra la gracia de Dios. Si fuera por oro serĆ­a un negocio, mas Cristo por todos su sangre vertiĆ³. No soy rescatado con oro o con plata. Pensando en mis culpas tenĆ­a temor, y al ver que la sangre borrĆ³ mis pecados, huyeron las dudas de mi corazĆ³n. 420 Marcos 5.20; Juan 4.42 Ā”Oh! dime mĆ”s de Jesucristo; el tema vuelve a repetir, y de su amor inmerecido, gracia y favor hazme sentir. c Ā”Oh! dime mĆ”s, he menester de su sostĆ©n, de su poder. Ā”Oh! de mi Amado dime mĆ”s, hasta que en gloria vea su faz. Ā”Oh! dime de su voz calmante que dice paz en mi dolor. Y Ā”quĆ© alba habrĆ” tras noche triste al que confĆ­a en su SeƱor! Ā”Oh! dime de la dulce historia del Rey de Gloria, quien llorĆ³ sus lĆ”grimas de simpatĆ­a, y asĆ­ a los tristes consolĆ³. Ā”Oh! dime mĆ”s, y de mi parte mi vida entera entregarĆ©; la historia bella y tan gloriosa del evangelio contarĆ©. 421 GĆ”latas 6.14; Filipenses 3.8; Romanos 4.5 Oh Dios, Padre mĆ­o, no busco la gloria de aquellos deberes que un dĆ­a cumplĆ­. A Cristo acudo, tan sĆ³lo confĆ­o en Ɖl y su sangre vertida por mĆ­. A Cristo acudo, tan sĆ³lo confĆ­o en Ɖl y su sangre vertida por mĆ­. A todas mis obras las llamo tinieblas, al lado de Cristo, torrente de luz. Mi gloria pasada es hoy mi vergĆ¼enza y entierro mi gloria al pie de la cruz. Mi gloria pasada es hoy mi vergĆ¼enza y entierro mi gloria al pie de la cruz. Estimo mis obras de pĆ©rdida vana, y acepto la obra del buen Salvador. Mi alma desea gozar en su seno, vivir a su santo bendito calor. Mi alma desea gozar en su seno, vivir a su santo bendito calor. Yo sĆ© que mis obras no pueden, Dios mĆ­o, lavar mis pecados, borrar lo que fui. Mas sĆ© que tu Hijo, si en Ɖl me confĆ­o, me lava y ensalza, SeƱor, hasta Ti. Mas sĆ© que tu Hijo, si en Ɖl me confĆ­o, me lava y ensalza, SeƱor, hasta Ti. 422 Deuteronomio 30.15; Juan 6.37; Marcos 8.36 Ā”Oh no deseches otra vez la voz de Cristo el Salvador! Ya que la vuelve a ofrecer, acepta hoy la salvaciĆ³n. c Te ofrece hoy la salvaciĆ³n. Te ofrece hoy la salvaciĆ³n. Acepta hoy del Salvador el gozo de la salvaciĆ³n. El Salvador nunca echarĆ” de su presencia al pecador. Acude, pues, sin mĆ”s tardar, acepta hoy la salvaciĆ³n. El mundo no te puede dar lo que contenta al corazĆ³n. Mas Cristo te darĆ” su paz; te ofrece hoy la salvaciĆ³n. 423 1 Timoteo 1.14,15; Efesios 3.19; Juan 18.37 Ā”Oh! no hay amor como el de Cristo; nunca terminarĆ”, hasta que al redil de la gloria allĆ­ Ɖl nos congregarĆ”. c Ā”Oh quĆ© amor! Ā”Grande amor! inmenso, sin igual. Ā”Oh ven, pecador, a tu Redentor! que te quiere salvar. No hay corazĆ³n como el de Cristo, lleno de tierno amor. No hay aflicciĆ³n ni tentaciĆ³n que no sienta el SeƱor. No hay ojos claros cual los de Cristo, tan penetrantes son. La historia lee, los secretos ve aun de tu corazĆ³n. Ninguna voz cual la voz de Cristo; Ā”que nos alcance ya! Cual melodĆ­a de noche y dĆ­a nos satisfarĆ”. Ā”Oh! que escuchemos la voz de Cristo; siempre nos guiarĆ” hasta encontrarnos en el hogar de su gloriosa paz. 424 Colosenses 3.15; Filipenses 4.7 Ā”Oh! SeƱor mĆ­o, eres TĆŗ mi amigo fiel, seguro amparo sĆ³lo en Ti tendrĆ©. En mis aflicciones, oh SeƱor, irĆ© a Ti y consuelo y dicha gozarĆ© yo asĆ­. c Cristo, ven mĆ”s cerca, paz perfecta en mi alma pon; cerca, sĆ­, mĆ”s cerca, de mi corazĆ³n. Cuando en la noche veo yo estrellas mil, tu voz hermosa pueda mi alma oir; haz que yo medite en tu tierno y dulce amor, y que yo te alabe, lleno de fervor. Cuando esta vida tenga yo que abandonar, corona anhelo en el cielo allĆ”; y con dulce canto tu bondad alabarĆ©, y en mansiĆ³n de gloria siempre morarĆ©. 425 Lucas 15.4,13; 1 Pedro 2.25 Oveja errante fui, del aprisco me apartĆ©; la tierna voz de mi Pastor constante despreciĆ©. Un prĆ³digo yo fui y andando al azar, del Padre yo me olvidĆ©, dejando el buen hogar. Siguiome el buen Pastor; mi Padre me buscĆ³ con tierno y persistente amor, y lejos me encontrĆ³. Perdido estaba ya, caĆ­do y ruin, mas en su seno recibiĆ³ al prĆ³digo por fin. No quiero mĆ”s errar en triste soledad; deseo siempre disfrutar su dulce caridad. JesĆŗs es mi SeƱor, Ɖl guĆ­a me serĆ”; la gracia de su tierno amor jamĆ”s me faltarĆ”. 426 1 Samuel 15.22; Juan 16.33 Para andar con JesĆŗs no hay sendero mejor que guardar sus mandatos de amor. Obedientes a Ɖl siempre habremos de ser, y tendremos de Cristo el poder. c Obedecer y confiar en JesĆŗs, es la senda marcada para andar en la luz. Cuando vamos asĆ­, Ā”cĆ³mo brilla la luz en la senda al andar con JesĆŗs! Su promesa de estar con los suyos es fiel, si obedecen y esperan a Ɖl. Quien siguiere a JesĆŗs ni una sombra verĆ”, si confiado su vida le da. Ni terrores ni afĆ”n, ni ansiedad, ni dolor; pues los cuida su amante SeƱor. Mas no habrĆ©is de alcanzar sus tesoros de amor si rendidos no vais al SeƱor; pues su paz y su amor sĆ³lo son para aquel que a sus leyes divinas es fiel. 427 Mateo 7.24; Juan 16.33; Lucas 7.47 ĀæQuĆ© cimiento habrĆ” sobre el cual fundar una casa que pueda soportar ruda tempestad que ha de venir, y el dĆ©bil edificio destruir? c Sobre la peƱa mi casa estĆ”; firme sobre ella se quedarĆ”. Tempestades la podrĆ”n batir, pero no podrĆ”n esa casa hundir. ĀæQuiĆ©n de arena su cimiento harĆ”? De mis obras, ĀæcuĆ”l me podrĆ” salvar? Pues al que en sus obras confiado estĆ©, de JesĆŗs la sangre no le inspira fe. Mas el que profesa en JesĆŗs confiar, esa fe por obras ha de mostrar. Si el perdĆ³n grande es, ĀæquĆ© serĆ” el amor que por Cristo siente el pobre pecador? 428 Romanos 5.20; Juan 1.14 Ā”QuĆ© maravilla! PerdĆ³n recibĆ­; Cristo por gracia salvome a mĆ­. Mis culpas todas Ɖl las llevĆ³, y sĆ³lo por gracia salvo soy. c SĆ³lo por gracia salvo soy, sĆ³lo por gracia salvo soy. Esta es mi historia, de Dios es la gloria; que sĆ³lo por gracia salvo soy. Yo tengo un gozo que Cristo me dio, cuando en su sangre mis culpas lavĆ³. Feliz elevo mi corazĆ³n, que sĆ³lo por gracia salvo soy. Mas por su gracia la cruz puedo ver, ya me hallo libre y contento con Ɖl. Su amor inunda mi corazĆ³n, y sĆ³lo por gracia salvo soy. 429 Juan 3.36; Mateo 27.22; 1 Reyes 18.21 ĀæQuĆ© vas a hacer hoy con Cristo? ĀæQuĆ© vas a hacer con su amor? Puedes hoy mismo estar listo para servir al SeƱor. c ĀæQuĆ© vas a hacer hoy con Cristo? Algo tĆŗ debes hacer. ĀæAceptarĆ”s o rechazarĆ”s? Hoy tienes que resolver. Quiere el SeƱor recibirte; quiere tu vida cambiar. Hoy debes tĆŗ decidirte y su bondad aceptar. Nunca neutral has de hallarte cuando te invita el SeƱor. Debes resuelto mostrarte en contra de Ɖl o en favor. Entre la vida o la muerte tienes que hacer elecciĆ³n. Pon en sus manos tu suerte y gozarĆ”s del perdĆ³n. 430 1 Corintios 15.3; Romanos 5.11 PerdĆ³n hay para mĆ­; ya pierdo mi temor al contemplar por fe a Cristo el Redentor. JesĆŗs la raza humana amĆ³, y por su salvaciĆ³n muriĆ³. Heridas de JesĆŗs, Ā”cuĆ”n elocuentes son! ExpĆ­an mi maldad y me hablan del perdĆ³n. Y mi rescate leo allĆ­, pues que muriĆ³ JesĆŗs por mĆ­. Reconciliado soy; la voz de Dios oĆ­, cual hijo de su amor, llamĆ”ndome hacia sĆ­. Su EspĆ­ritu mi Dios me dio, y sĆ© por Ɖl que me aceptĆ³. 431 Mateo 8.34; Efesios 6.13; Juan 2.5 Seguid al Maestro, no importa sufrir, aunque haya enemigos y obstĆ”culos mil. Si estrecha es la senda, no retroceder; siguiendo al Maestro podremos vencer. c Proseguid siempre adelante con las armas del SeƱor; a las Ć³rdenes del Jefe, que nos guĆ­a con su santa voz. Seguid al Maestro por todo lugar, en dĆ­as de lucha o en dĆ­as de paz. Si oscura es la senda, seguid sin temor; su rostro glorioso infunde valor Seguid al Maestro sin titubear; sus Ć³rdenes todas cumplid sin tardar. Estemos alerta, cual hijos de luz, y grande victoria daranos JesĆŗs. 432 Hechos 26.28; Lucas 8.47 SĆ³lo un paso a Cristo, Āæpor quĆ© mĆ”s vacilar cuando te ofrece amante la paz y bienestar? c Ven, pecador; ven, pecador, ven al Salvador. Ven, tu maldad confiesa, cuĆ©ntale tu tristeza. SĆ³lo un paso a Cristo; pues, ven sin demorar. SĆ³lo un paso a Cristo, de muerte a vida real, de la desdicha a gozo, a luz y bienestar. SĆ³lo un paso a Cristo; ten fe, y vivirĆ”s. Con tierno amor te llama, perdĆ³n recibirĆ”s. SĆ³lo un paso a Cristo; ven, dile sin tardar: Ā«En Ti, SeƱor, confĆ­o, y TĆŗ me salvas yaĀ». 433 2 Pedro 1.4; 2 Corintios 1.20 Todas las promesas del SeƱor JesĆŗs son apoyo poderoso de mi fe; mientras viva aquĆ­ cercado de su luz, siempre en sus promesas confiarĆ©. c Grandes, fieles, las promesas que el SeƱor JesĆŗs ha dado. Grandes, fieles; en ellas para siempre confiarĆ©. Todas sus promesas para el hombre fiel, el SeƱor, en sus bondades, cumplirĆ”, y confiado sĆ© que para siempre en Ɖl paz eterna mi alma gozarĆ”. Todas las promesas del SeƱor serĆ”n gozo y fuerza en nuestra vida terrenal; ellas en la dura lid nos sostendrĆ”n y triunfar podremos sobre el mal. 434 Lucas 1.7, 23.33, 24.4,6,51; 1 Corintios 15.3,5 Un dĆ­a que el cielo sus glorias cantaba, un dĆ­a que el mal imperaba mĆ”s cruel, descendiĆ³ Cristo y naciĆ³ de una virgen, y aquĆ­ morando mi ejemplo fue Ɖl. c Vivo, me amaba; muerto, salvome; y en el sepulcro mi mal enterrĆ³. Resucitado es mi eterna justicia; un dĆ­a Ɖl viene, pues lo prometiĆ³. Un dĆ­a llevĆ”ronle al monte Calvario, un dĆ­a clavĆ”ronle allĆ­ en la cruz. Pena y dolores sufriĆ³ y la muerte, por redimirme, potente JesĆŗs. Un dĆ­a dejĆ”ronle solo en el huerto; un dĆ­a la tumba su cuerpo abrigĆ³. Ɓngeles sobre Ɖl guardaban vigilia, mientras el DueƱo del mundo durmiĆ³. Un dĆ­a la tumba ocultarle no pudo, un dĆ­a su espĆ­ritu al cuerpo volviĆ³; y de la muerte ya habĆ­a triunfado, y a la diestra de Dios se sentĆ³. 435 JeremĆ­as 31.3; 1 Juan 4.19; 2 Corintios 8.9 Venid, contemplemos a Cristo sufriendo por ti y por mĆ­. Ā”QuĆ© gracia y amor jamĆ”s visto, que el Hijo de Dios muera asĆ­! c Ɖl herido fue por nosotros; fue clavado a la cruz por mĆ­. Comprado a valor tan costoso, al SeƱor servirĆ© yo aquĆ­. DejĆ³ su honor increado, su Padre, su gloria, su hogar. Bajose del cielo a salvarnos y darnos la vida eternal. Confiad en el Cristo adorable, quien vino a comprarnos perdĆ³n. Morad en su amor perdurable; allĆ­ sĆ³lo hay satisfacciĆ³n. A Cristo rendid vuestra vida, seguidle con celo y verdad. Ā”Oh! dadle amorosa acogida, y en vos su morada tendrĆ”. 436 Mateo 26.40; Marcos 14.36; Juan 19.30 Venid, oh venid al jardĆ­n, donde Cristo ahora ha entrado, y por su dolor ved, con gran horror, cuĆ”n feo es el pecado. c Por vosotros fue, sĆ­, y fue por mĆ­ que agonizĆ³ Ɖl allĆ­. En mi favor su gran amor costole GetsemanĆ­. Ā”Venid una hora a velar! Ɖl desea la compaƱƭa en la soledad y oscuridad, la noche de agonĆ­a. Venid y escuchad su clamor: Ā«Si posible es, oh, retira en la gran bondad de tu voluntad la copa de tu iraĀ». Venid y pasmados quedad, hasta haber de Dios aprendido en el estertor y mortal sudor del Salvador rendido. Venid, apuraos, seguid. Vendido y traicionado, el SeƱor JesĆŗs en la cruenta cruz su vida ha entregado. c Por vosotros fue, sĆ­, y fue por mĆ­ que agonizĆ³ Ɖl allĆ­. En mi favor tomĆ³ el SeƱor la copa en GetsemanĆ­. 437 Mateo 11.28; Juan 5.35; Lucas 5.28 Con tierno amor, oh pecador, te llama hoy el Salvador. Su dulce voz te dice a ti: Ā«Oh pecador, ven, ven a mĆ­Ā». c Hoy mismo llama con afĆ”n: Ā«Ven pecador, ven, ven a mĆ­Ā». Responde tĆŗ con el refrĆ”n: Ā«Oh Salvador, acudo a TiĀ». Ven, ven a mĆ­. Acudo a Ti. Ven, ven a mĆ­. Acudo a Ti. Hoy mismo, sĆ­, acudo a Ti. Ven, ven a mĆ­. Hoy mismo, sĆ­, acudo a Ti. Ven, ven a mĆ­. Hoy mismo, sĆ­, acudo a Ti. Oh Salvador, me entrego a Ti. El diablo brĆ­ndate a su vez el mundo con su brillantez, y voces mil del tentador ahogan la del Salvador. Te llama hoy a descansar; el mal te quiere perdonar. Ā«Oh ven a mĆ­Ā», te dice hoy. Responde tĆŗ: Ā«A Cristo voyĀ». 438 Deuteronomio 33.25, 31.8; IsaĆ­as 41.10, 43.2, 40.11; JeremĆ­as 31.3 Ā”CuĆ”n firme cimiento se ha dado a la fe de Dios en su eterna Palabra de amor! ĀæQuĆ© mĆ”s Ɖl pudiera en su libro aƱadir, si todo a sus hijos lo ha dicho el SeƱor, si todo a sus hijos lo ha dicho el SeƱor? Ā«Ya te halles enfermo o en plena salud, ya rico, ya pobre se encuentre tu ser, en casa o viajando por tierra o por mar, conforme a tu dĆ­a serĆ” tu poder, conforme a tu dĆ­a serĆ” tu poderĀ». Ā«No temas por nada, contigo Yo soy. Tu Dios Yo soy solo, tu ayuda serĆ©. Tu fuerza y firmeza en mi diestra estarĆ”n, y en ella valor y poder te darĆ©, y en ella valor y poder te darĆ©Ā». Ā«No habrĆ”n de anegarte las ondas del mar, si en aguas profundas te ordeno salir. Pues siempre contigo en angustias serĆ© y todas tus penas podrĆ© bendecir, y todas tus penas podrĆ© bendecirĀ». Ā«La llama no puede daƱarte jamĆ”s, si en medio del fuego te ordeno pasar. El oro de tu alma mĆ”s puro serĆ”, pues sĆ³lo la escoria se habrĆ” de quemar, pues sĆ³lo la escoria se habrĆ” de quemarĀ». Ā«Mi amor siempre tierno, invariable, eternal, constante a mi pueblo mostrarle podrĆ© si nĆ­vea corona ya ciƱe su sien, cual tiernos corderos aĆŗn cuidarĆ©, cual tiernos corderos aĆŗn cuidarĆ©Ā». Ā«Al alma que anhele la paz que hay en mĆ­, jamĆ”s en sus luchas la habrĆ© de dejar. Si todo el infierno la quiere perder, Ā”Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar! Ā”Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar!Ā» 439 2 Corintios 4.6; Filipenses 1.21, 3.10 Que vea tu faz: un resplandor de encanto divinal; pues otro amor no encontrarĆ© que al tuyo sea igual. Luz inferior ha de menguar, ninguna gloria habrĆ”; toda hermosura terrenal su gracia perderĆ”. Que vea tu faz: mi fe y amor mĆ”s firmes han de estar; y nada acĆ” podrĆ” la paz de mi alma perturbar. SerĆ” mi vida cual visiĆ³n, todo intangible acĆ” — vana ilusiĆ³n— mas TĆŗ, SeƱor, la sola realidad. Que vea tu faz: olvidarĆ© la antigua lasitud; ni sombras del febril pesar traerĆ”n mĆ”s inquietud. Temores por el porvenir se trocarĆ”n en paz; mi corazĆ³n, pues, gozarĆ” sosiego y gran solaz. Que vea tu faz: se aliviarĆ” la mĆ”s pesada cruz; bien se ha de ver en todo mal, en cada noche, luz. Veloz los aƱos correrĆ”n, en calma han de pasar. Luego, el pesar dejado atrĆ”s, irĆ© a mi eterno hogar. 440 Mateo 24.3; Romanos 8.19; Salmo 85.10 Las estaciones vienen, van, y al hombre traen bendiciĆ³n, pero expectativa en el aire hay y una esperanza nos llenĆ³. ĀæPor quĆ© el SeƱor ha de demorar? ĀæCuĆ”ndo su reino aparecerĆ”? Y el cielo y tierra anunciarĆ”n: Ā«Cristo ya viene otra vezĀ». c Cristo ya viene otra vez. Cristo ya viene otra vez. Gloria en el cielo a Dios: Cristo ya viene otra vez. Las aguas voces fuertes dan: Ā«El rey tomado ha su poderĀ». Los montes y valles cantarĆ”n: Ā«La corona es digno Ɖl de tenerĀ». Los que dormĆ­s, al SeƱor mirad; himnos de bodas venid, cantad. Huya el reinado de SatĆ”n; Cristo ya viene otra vez. La tierra toda cantarĆ”, ya sujetada su maldad. Su anhelo: Ā«ĀæCuĆ”ndo volverĆ”?Ā» al fin se trueca en realidad. Ɓngeles dan el decreto real, reina en el mundo justicia y paz. Los Ć”rboles aplaudirĆ”n: Cristo ya viene otra vez. Hermanos fieles, esperad, el alba ya despuntarĆ”. Se ve la bandera celestial, la lucha pronto acabarĆ”. Misericordia con verdad se une a Cristo en ensalzar. Digno el Cordero es de reinar; Cristo ya viene otra vez. Ā”Glorioso monte de Sion con gozo ya se elevarĆ”! El fuerte Rey de salvaciĆ³n reina en poder de mar a mar. De su trabajo el SeƱor verĆ”, y satisfecho se gozarĆ”. Su reino siempre durarĆ”; Cristo ya viene otra vez. 441 2 Timoteo 2.3; Efesios 6.12 Ā”A combatir! Resuena la guerrera voz del Salvador, que hoy llamando estĆ”. Sin desmayar, seguidle siempre con valor, y la victoria plena os darĆ”. c Ā”A la batalla! Ā”oh fiel cristiano! con el escudo de la cruz. SĆ© buen soldado, pues a tu lado estĆ” el prĆ­ncipe JesĆŗs. Ɖl con su gracia te sostiene, y con potencia sin igual su brazo extiende, y te defiende en esta lucha contra el mal. Ā”A combatir! nos llama nuestro Salvador. Salid, luchad, con nuestro CapitĆ”n. En la constante lid, seguid sin vacilar y vencerĆ©is las huestes de SatĆ”n. Al Rey de reyes, nuestro Salvador JesĆŗs, honor y gloria todos tributad, pues ya los suyos gozan de su plenitud y pronto reinarĆ”n en santidad. 442 Mateo 11.29; Oseas 11.4; IsaĆ­as 33.17 Al Calvario en espĆ­ritu venimos, oh SeƱor, a meditar y disfrutar de tu infinito amor. AllĆ­ descansa el corazĆ³n que siente su dolor, mas goza de la paz con Dios por Ti, oh Salvador. Ā”Oh quĆ© hora oscura de dolor tu alma padeciĆ³! Tu gracia triunfĆ³ por fin; tu amor al mal venciĆ³. Tus agonĆ­as sin igual, con cuerdas de amor, ligaron nuestro corazĆ³n a Ti, oh Redentor. Desean nuestros ojos ver tu frente, oh Salvador, de espinas no ceƱida ya, sino de luz y honor. 443 IsaĆ­as 63.12, 66.12 Al cansado peregrino que en el pecho siente fe, el SeƱor ha prometido: Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā». c Con mi brazo, con mi brazo, con mi brazo te guiarĆ©. El SeƱor ha prometido: Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā». Cuando sus lazos el mundo arrojare ante tu pie, te dirĆ” Dios, tu refugio: Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā». Si tu esperanza se aleja cual sombra de lo que fue, oye atento la promesa: Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā». Cuando la muerte a tu estancia con afĆ”n golpeando estĆ©, ten consuelo en las palabras: Ā«Con mi brazo te guiarĆ©Ā». 444 Romanos 7.24,25; 1 Pedro 3.18; Lucas 18.13 Alma, basta de gemir; Cristo en tu lugar sufriĆ³, y en la cruz al sucumbir su gran obra consumĆ³. Alma, ya no llores mĆ”s; mira a Cristo y vivirĆ”s. En el Justo se cargĆ³ sin reserva tu maldad. JehovĆ” le condenĆ³ porque tengas libertad. Mira, triste pecador, a JesĆŗs tu Salvador. Si te entregas todo a Ɖl, tĆŗ recibirĆ”s perdĆ³n. Hallarasle siempre fiel; pronto a darte salvaciĆ³n. Mira a Cristo por la fe, sin demora mĆ­rale. Ā”Ah, SeƱor! propicio sĆ© a mĆ­, pobre pecador. Heme aquĆ­ con poca fe; dame mĆ”s, Ā”oh Redentor! Ven, te pido, ven a mĆ­, pues llorando corro a Ti. 445 Mateo 18.12; Juan 21.16; 1 Pedro 5.4 Ama el Pastor sus ovejas con un amor paternal; ama el Pastor su rebaƱo con un amor sin igual. Ama el Pastor a las otras que descarriadas estĆ”n, y conmovido las busca por dondequiera que van. c Por el desierto errabundas vense sufrir penas mil; y al encontrarlas, en hombros llĆ©valas tierno al redil. Ama el Pastor sus corderos, Ć”malos tierno el Pastor; a los que a veces, perdidos, se oyen gemir de dolor. Ved al Pastor conmovido por los collados vagar, y los corderos en hombros vedlo llevando al hogar. Son delicados tus pastos, y quietas tus aguas son. Henos aquĆ­, Ā”oh Maestro! danos hoy tu comisiĆ³n. Haznos obreros fervientes, llĆ©nanos de un santo amor por las ovejas perdidas de tu redil, buen SeƱor. 446 Salmo 23.6; 1 Tesalonicenses 4.13; Apocalipsis 21.4 Amigos con placer nos vemos en tiempo tan veloz; mas siempre llega el tiempo triste en que se dice adiĆ³s. c JamĆ”s se dice adiĆ³s allĆ”, jamĆ”s se dice adiĆ³s. En el paĆ­s de gozo y paz, jamĆ”s se dice adiĆ³s. Ā”CuĆ”n dulce es el consuelo dado por ellos al partir, que al venir JesĆŗs en gloria, nos hemos de reunir! La voz de triste despedida jamĆ”s allĆ­ se oirĆ”, mas la canciĆ³n de paz y gozo por siempre durarĆ”. 447 Salmos 69, 22 y 31; IsaĆ­as 53.2 Cabeza ensangrentada, cubierta de sudor, de espinas coronada y llena de dolor. Ā”Oh celestial cabeza, tan maltratada aquĆ­, de sin igual belleza, oh Cristo, te amo a Ti! Te admiro rostro herido, espejo de bondad, aunque en Ti han escupido con infernal maldad. ĀæQuiĆ©n se atreviĆ³, mi vida, con loco frenesĆ­ y saƱa fratricida a escarnecerte asĆ­? CubriĆ³ tu noble frente la palidez mortal, cual velo transparente de tu sufrir seƱal. Cerrose aquella boca, la lengua enmudeciĆ³; la frĆ­a muerte toca al que la vida dio. SeƱor, lo que has llevado yo sĆ³lo merecĆ­; la deuda que has pagado al Juez, yo la debĆ­. Mas, siendo cancelada en tu cruz y pasiĆ³n; por tanto, me es dada perfecta salvaciĆ³n. 448 1 Corintios 15.58, 16.13 Ā”CompaƱeros! en los cielos ved la enseƱa ya. Hay refuerzos, nuestro el triunfo; no dudĆ©is, serĆ”. Ā«Estad firmes; Yo voy prontoĀ», clama el Salvador. SĆ­, estaremos por tu gracia firmes, con vigor. Nada importa nos asedien con rugiente afĆ”n las legiones aguerridas que ordenĆ³ SatĆ”n. No os arredre su coraje; ved en derredor cĆ³mo caen los valientes casi sin valor. Tremolando se divisa el marcial pendĆ³n y se escucha de las trompas el guerrero son. En el nombre del que viene, fuerte CapitĆ”n, rotos nuestros enemigos todos quedarĆ”n. Sin descanso ruda sigue la furiosa lid. Ā”Oh amigos! ya cercano ved nuestro Adalid. Viene el Cristo con potencia a salvar su grey. CompaƱeros, Ā”alegrĆ­a! Ā”Gloria a nuestro Rey! 449 IsaĆ­as 42.10; Salmo 40.3; Apocalipsis 15.3; Colosenses 2.15 Canten del amor de Cristo, ensalzad al Redentor. Tributadle santos todos grande gloria y loor. c Cuando estemos en gloria, en presencia de nuestro Redentor, a una voz la historia diremos del gran Vencedor. Ya el triunfo es seguro a las huestes del SeƱor. Ā”Oh, luchad con la mirada puesta en nuestro Protector! Alcen la bandera, hermanos, de la cruz, y caminad. De victoria en victoria siempre firmes avanzad. Firmes vamos en la lucha, Ā”oh, soldados de la fe! Nuestro el triunfo, escuchemos los clamores: Ā”Gloria al Rey! 450 Colosenses 3.16; Apocalipsis 5.9; Hechos 16.25 CantarĆ© la bella historia de JesĆŗs mi Salvador; pues por mĆ­ dejĆ³ la gloria, en la cruz por mĆ­ expirĆ³. c CantarĆ© la maravilla de JesĆŗs, mi Salvador; con los santos en la gloria cantarĆ© su grande amor. Me salvĆ³ con gracia eterna cuando errado y vil me vio. Con su mano fiel y tierna al camino Ɖl me guiĆ³. Oprimido y angustiado, Cristo vino y me librĆ³; lastimado del pecado, Cristo vino y me salvĆ³. Con su brazo fiel y fuerte yo el rĆ­o cruzarĆ©. MĆ”s allĆ”, con Cristo siempre, a mi Amado yo verĆ©. 451 Salmo 73.28; Filipenses 3.12; Juan 21.10 Cerca, mĆ”s cerca, Ā”oh Dios, de Ti! Cerca yo quiero mi vida llevar. Cerca, mĆ”s cerca, Ā”oh Dios, de Ti! Creo en tu gracia que puede salvar. Creo en tu gracia que puede salvar. Cerca, mĆ”s cerca, cual pobre soy; nada, SeƱor, yo te puedo ofrecer. SĆ³lo mi ser contrito te doy; pueda contigo la paz obtener, pueda contigo la paz obtener. Cerca, mĆ”s cerca, SeƱor, de Ti; quiero ser tuyo, dejando el pecar. Goces y pompas vanas aquĆ­, todo, SeƱor, quiero ahora dejar, todo, SeƱor, quiero ahora dejar. Cerca, mĆ”s cerca, mientras el ser aliente vida y busque tu paz. Y cuando al cielo pueda ascender, ya para siempre conmigo estarĆ”s, ya para siempre conmigo estarĆ”s. 452 1 Timoteo 1.13; Filipenses 2.5 al 8; 1 Corintios 1.30 ĀæCĆ³mo en su sangre pudo haber tanta ventura para mĆ­, si yo sus penas agravĆ© y de su muerte causa fui? ĀæHay maravilla cual su amor, morir por mĆ­ con tal dolor? ĀæHay maravilla cual su amor, morir por mĆ­ con tal dolor? Ā”Hondo misterio! Ā”El Inmortal hacerse hombre y sucumbir! En vano intenta sondear tanto prodigio el querubĆ­n. Mentes excelsas, Ā”no inquirid! y al Dios y Hombre bendecid. Mentes excelsas, Ā”no inquirid! y al Dios y Hombre bendecid. Nada retiene al descender sino su amor y deidad. Todo lo entrega: gloria, prez, corona, trono, majestad. Ver redimidos es su afĆ”n, los tristes hijos de AdĆ”n. Ver redimidos es su afĆ”n, los tristes hijos de AdĆ”n. Mi alma, atada en la prisiĆ³n, anhela redenciĆ³n y paz. De pronto vierte sobre mĆ­ la luz radiante de su faz. Cayeron mis cadenas; vi mi libertad, y te seguĆ­. Cayeron mis cadenas; vi mi libertad, y te seguĆ­. Ā”JesĆŗs es mĆ­o! Vivo en Ɖl, no temo ya condenaciĆ³n. Ɖl es mi todo: paz y luz, justicia, gozo y redenciĆ³n. Me guarda el trono eternal, por Ɖl, corona celestial. Me guarda el trono eternal, por Ɖl, corona celestial. 453 NĆŗmeros 24.17; Hechos 1.11 Ā”Cristiano, mira arriba! La aurora apuntarĆ”: bella alba prometida por Dios en dicho fiel. Aunque las guerras rujan y todo temblarĆ”, Ā”no temas! Ā”mira arriba! Espera a Emanuel. Pronto al SeƱor de gloria irĆ”s a encontrar; maƱana de luz clara su vuelta traerĆ”. Y mientras le aguardas, tu afĆ”n sea anunciar su cruz y el evangelio que al malo librarĆ”. Ā”Cristiano mira arriba! Cerca del fin estĆ”s de tu terreno viaje con todo su pesar. En casa de su Padre con Cristo morarĆ”s, no hay noche allĆ­ ni penas, do el mal no puede entrar. Con seres muy queridos de nuevo estarĆ”s; en ese hogar de dicha ausencias nunca habrĆ”; de EdĆ©n la hermosura sin corrupciĆ³n verĆ”s. Ā”Oh bendita esperanza! Ā”AliĆ©ntate! Ā”VendrĆ”! Ā”Cristiano, mira arriba! quĆ© grato amanecer tendrĆ”s allĆ” en el cielo; tu carga olvidarĆ”s. Ahora al angustiado ministra tal placer, el bĆ”lsamo divino, y su alma aliviarĆ”s. Oscura es la vĆ­a, mas Cristo, GuĆ­a y Luz, hasta el fin a tu lado constante estarĆ”. Entonces, peregrino, el dĆ­a de tu cruz fielmente ya vivido, por siempre reinarĆ”s. 454 Apocalipsis 3.20; Romanos 10.9, 2.4 Cristo, a mi puerta velas con sin igual amor; me esperas tan paciente que te abra el corazĆ³n. Llevando yo tu nombre, sabiendo ya tu amor, vergĆ¼enza siento ahora no abrirte, Salvador. JesĆŗs, me estĆ”s llamando; Ā”oh, cuĆ”n paciente estĆ”s! Ahora me estĆ”s mirando; la vida quieres dar. Ā”Oh! amor precioso y santo, paciente en esperar; Ā”quĆ© sin igual pecado no permitirte entrar! Con tierno acento me hablas, divino Salvador, diciendo: Ā«Por ti he muerto, no niegues mĆ”s mi amorĀ». SeƱor, con pena y llanto la puerta abrirĆ©; te ruego Ā”oh Cristo! que entres, yo te recibirĆ©. 455 Juan 13.23; Mateo 11.29; Cantares 2.3 al 7; Romanos 15.13 Cristo, en tu amor descanso, eres TĆŗ mi Salvador; a mi alcance es la dulzura de tu corazĆ³n. Mi deleite es admirarte, tu hermosura es sin igual, y tu gracia incomparable; no hay otro igual. c SĆ³lo en Ti, SeƱor, descanso; TĆŗ eres vida, luz, verdad. Mi alma en Ti ya encuentra gozo y tranquilidad. Confiando en Ti, oh Cristo, te contemplo en tu pasiĆ³n; pues tu amor me satisface en mi corazĆ³n. En la cruz tu amor mostrado ancho, vasto, mĆ”s que el mar; mi entero ser inunda grande amor sin par. Esperando en Ti, oh Cristo, libre de condenaciĆ³n, gozarĆ© de tu presencia grande salvaciĆ³n. Cuando vengas en las nubes, oh, quĆ© gozo me darĆ” verte cara a cara en gloria y en tu amor gozar. 456 Mateo 8.27; Salmo 65.7, 107.30 Cristo, mi piloto sĆ© en el tempestuoso mar; fieras hondas mi bajel van a hacerlo zozobrar. Mas si TĆŗ conmigo vas, pronto al puerto llegarĆ©; carta y brĆŗjula hallo en Ti; Ā”Cristo, mi piloto sĆ©! Todo agita el huracĆ”n con indĆ³mito furor, mas los vientos cesarĆ”n al mandato de tu voz. Y al decir: Ā«Que sea la pazĀ», cederĆ” sumiso el mar. De las aguas, TĆŗ, el SeƱor, Ā”guĆ­ame cual piloto fiel! Cuando al fin cercano estĆ© de la playa celestial, si el abismo ruge aĆŗn entre el puerto y mi bajel, en tu pecho al descansar quiero oĆ­rte a Ti decir: Ā«Ā”Nada temas ya del mar, tu piloto siempre soy!Ā» 457 Romanos 8.35; 1 Corintios 16.11; 2 Corintios 5.17 Cristo tan sĆ³lo pudo amarme; nada podrĆ” de Ɖl separarme, pues con su sangre me redimiĆ³; ahora soy de Ɖl. c Ahora soy de Cristo, mĆ­o tambiĆ©n es Ɖl. Puedo gozar de su amistad por la eternidad. Antes vivĆ­a en el pecado, mi corazĆ³n de Dios alejado, mas mi vergĆ¼enza Ɖl me quitĆ³; ya pertenezco a Ɖl. Mi ser rebosa de pleno gozo; Dios me liberta, me da reposo, pues con su sangre me redimiĆ³; ahora soy de Ɖl. 458 Romanos 5.5; Hebreos 12.28; Efesios 5.16 Cristo, tu santo amor diste a mĆ­; nada a Ti, SeƱor, te niego aquĆ­. Me postro en gratitud, cumplo con prontitud, me obliga tu virtud, me rindo a Ti. Ante el trono estoy, ruegas por mĆ­. Cristo, al Padre voy sĆ³lo por Ti. La cruz podrĆ© llevar, tu amor ya proclamar, un canto dulce alzar, SeƱor, a Ti. Un corazĆ³n de amor quiero, JesĆŗs; ser como TĆŗ, SeƱor, lleno de luz. A Ti podrĆ© servir, el tiempo redimir, las almas dirigir, SeƱor, a Ti. Lo que yo tengo y soy por tu favor, alegre o triste voy; tuyo, SeƱor. Tu rostro yo verĆ©, contigo estarĆ©, y gloria te darĆ©, SeƱor, a Ti. 459 Juan 3.16; GĆ”latas 2.20 Crucificado por mĆ­ fue JesĆŗs, de tal manera me amĆ³; sin murmurar fue llevado a la cruz, de tal manera me amĆ³. c De tal manera me amĆ³, de tal manera me amĆ³; Cristo en la cruz del Calvario muriĆ³, de tal manera me amĆ³. El inocente Cordero de Dios, de tal manera me amĆ³, que por salvarme sufriĆ³ muerte atroz, de tal manera me amĆ³. En mi lugar padeciĆ³ aflicciĆ³n, de tal manera me amĆ³; ya consumĆ³ mi eternal salvaciĆ³n, de tal manera me amĆ³. 460 Mateo 11.28; EclesiastĆ©s 11.8 Ā”CuĆ”n tiernamente el SeƱor nos convida, clama a ti y a mĆ­! Ɖl nos espera con mano extendida, llama a ti y a mĆ­. c Venid, venid, si estĆ”is cansados venid. Ā”CuĆ”n tiernamente JesĆŗs os invita! Ā”Oh, pecadores, venid! ĀæPor quĆ© tememos si estĆ” abogando Cristo por ti y por mĆ­? Sus bendiciones estĆ” derramando, siempre por ti y por mĆ­. El tiempo vuela, lograrlo conviene, Cristo te llama a ti. Vienen las sombras, se acerca la muerte, viene por ti y por mĆ­. 461 Salmo 110.3; Lamentaciones 3.27 Da lo mejor al Maestro, tu juventud, tu vigor; dale el ardor de tu vida, del bien luchando en favor. Cristo nos dio el vivo ejemplo de su pureza y valor. Da tu lealtad al Maestro, dale de ti lo mejor. c Da lo mejor al Maestro, tu juventud, tu vigor. Por la verdad lucha siempre, que va contigo el SeƱor. Da lo mejor al Maestro, rĆ­ndele fiel devociĆ³n; sea su amor tan sublime el mĆ³vil de cada acciĆ³n. Puesto que al Ćŗnico Hijo dionos el Padre de amor, sĆ­rvele con alegrĆ­a; dale de ti lo mejor. Da lo mejor al Maestro, Ā”quĆ© incomparable es su amor! pues al morir por nosotros, dejĆ³ su regio esplendor. Sin murmurar dio su vida por el mĆ”s vil pecador; ama y adora al Maestro, dale de ti lo mejor. 462 Deuteronomio 33.26; Efesios 5.17; Santiago 1.4; Lucas 12.28 De maneras misteriosas suele Dios aĆŗn obrar, y asĆ­ sus maravillas por los suyos efectuar. Ɖl cabalga sobre nubes y los vientos y tempestad son sus siervos enviados para hacer su voluntad. En abismos insondables con destreza y gran saber atesora sus designios, efectĆŗa su querer. Ā”Alentaos, pues, medrosos! Estas negras nubes son de sus bendiciones llenas; traerĆ”n la salvaciĆ³n. No juzguĆ©is por los sentidos los designios del SeƱor si parece que las pruebas contradicen su amor. Descansad en sus promesas, en su gracia confiad; estas sombras son el manto con que envuelve su bondad. Sus propĆ³sitos perfectos a su tiempo cumplirĆ”, y lo que es ahora amargo dulce fruto llevarĆ”. La incredulidad es ciega, pues no mira mĆ”s allĆ”; a la fe Dios se revela: todo nos aclararĆ”. 463 Efesios 5.14, 6.11 Ā”Despertad, despertad, oh cristianos! Vuestro sueƱo funesto dejad; que el cruel enemigo os acecha, y cautivos os quiere llevar. Despertad, las tinieblas pasaron, de la noche no sois hijos ya; que lo sois de la luz y del dĆ­a, y tenĆ©is el deber de luchar. Despertad y bruƱid vuestras armas, vuestro lomo ceƱid de verdad, y calzad vuestros pies, aprestados con el grato evangelio de paz. Basta ya de profundas tinieblas, basta ya de pereza mortal; revestid, revestid vuestro pecho con la cota de fe y caridad. La gloriosa armadura de Cristo acudid con anhelo a tomar, confiando que el dardo enemigo no la puede romper ni pasar. Ā”Oh cristianos! antorcha del mundo, de esperanza el yelmo tomad, y buscad de la fe el escudo, y sin miedo corred a luchar. No temĆ”is, pues de Dios revestidos, ĀæquĆ© enemigo venceros podrĆ”, si tomĆ”is por espada la Biblia, la palabra del Dios de verdad? En la cruz hallarĆ©is la bandera, en JesĆŗs hallarĆ©is CapitĆ”n; en el cielo obtendrĆ©is la corona: Ā”a luchar, a luchar, a luchar! 464 1 Corintios 9.16; Hechos 2.21, 10.42,43 Ā”Despertad! soldados bravos, suena la marcial alarma, para Dios tomad las armas. Ā”A la lid! Ā”Marchad! No soƱƩis en la pereza, miles yacen en tristeza o se lanzan con presteza hacia perdiciĆ³n. c Pregonad al mundo esta nueva buena: Ā«Hay perdĆ³n y salvaciĆ³n, de Dios la gracia plenaĀ». No temĆ”is ningĆŗn peligro, ni huyĆ”is del enemigo. Dios es nuestro fiel abrigo; con valor luchad. Ā”Acudid a la proclama! Sed valientes, Dios os llama. Contra nos el diablo brama, lleno de furor. No cedĆ”is, ni tengĆ”is miedo, combatid con gran denuedo; romperemos el asedio del usurpador. Ā”Escuchad! ya se alegran nuestras tropas, y celebran el triunfo en que llevan almas al SeƱor. Libertad de las cadenas y del juicio y la condena, Ā”gloria al que quitĆ³ la pena! Ā”A JesĆŗs loor! 465 Hechos 8.39; Juan 10.4; JosuĆ© 24.15; Cantares 2.8 DĆ­a feliz cuando escogĆ­ servirte, mi SeƱor y Dios; preciso es que mi gozo en Ti lo muestre hoy por obra y voz. c Ā”Soy feliz! Ā”Soy feliz! y en su favor me gozarĆ©. En libertad y luz me vi cuando triunfĆ³ en mĆ­ la fe, y el raudal carmesĆ­ salud de mi alma enferma fue. Ɖl hizo ya la obra en mĆ­, de Cristo soy y mĆ­o es Ɖl. Me atrajo: con placer seguĆ­; su voz conoce todo fiel. Reposa, dĆ©bil corazĆ³n, a tus contiendas pon ya fin; hallĆ© mĆ”s noble posesiĆ³n, y parte en superior festĆ­n. 466 Mateo 27.33; 1 Corintios 1.18,31; 1 Pedro 2.24; Colosenses 1.12 En el monte Calvario estaba una cruz, emblema de afrenta y dolor. Mas yo amo a JesĆŗs, que muriĆ³ en la cruz por salvar al mĆ”s vil pecador. c Gloriareme sĆ³lo en la cruz, en sus triunfos mi gozo serĆ”; y en el dĆ­a de eterna salud mi corona JesĆŗs me darĆ”. Y aunque el mundo desprecie la cruz de JesĆŗs, para mĆ­ tiene suma atracciĆ³n, pues en ella llevĆ³ el Cordero de Dios de mi alma la condenaciĆ³n. En la cruz de JesĆŗs do su sangre vertiĆ³, hermosura contemplo sin par, pues en ella triunfante a la muerte venciĆ³, y mi ser puede santificar. Yo quisiera seguir en pos de JesĆŗs, y su menosprecio llevar, y algĆŗn dĆ­a feliz con los santos en luz, en la gloria con Ɖl he de estar. 467 Apocalipsis 3.19,20; Salmo 91.1; Ɖxodo 34.29 En la luz de su presencia quiere mi alma siempre estar. Ā”CuĆ”n preciosas las lecciones las que aprendo de Ɖl allĆ”! No me turban las tristezas ni me vence la aflicciĆ³n; pues, si ruge el enemigo, busco abrigo en la oraciĆ³n. Cuando mi alma desfallece, al abrigo del SeƱor se hallan aguas refrescantes y una sombra del calor. Y descansa al lado mĆ­o el bendito Salvador; expresar jamĆ”s podrĆ­a nuestra dulce comuniĆ³n. Pero esto sĆ©: le digo toda duda, todo afĆ”n. Ā”CuĆ”n paciente se demuestra! Ā”CuĆ”nto gozo a mi alma da! Mas a veces me reprende; no serĆ­a amigo fiel si Ɖl nunca me dijera de las faltas que en mĆ­ ve. ĀæConocer tambiĆ©n quisieras el secreto del SeƱor? Ve debajo de sus alas, y tendrĆ”s tu galardĆ³n. Y al salir de su presencia con amor y gran solaz, llevarĆ”s la imagen santa del Maestro en tu faz. 468 Juan 4.35; IsaĆ­as 6.8; Marcos 9.41 Escuchad, JesĆŗs nos dice: Ā«ĀæQuiĆ©nes van a trabajar? Campos blancos hoy aguardan; anden, pues, a cosecharĀ». Ɖl nos llama cariƱoso, nos constriƱe con su amor. ĀæQuiĆ©n responde a su llamada: Ā«Heme aquĆ­, yo irĆ©, SeƱorĀ»? Si por tierras o por mares no pudieras transitar, puedes encontrar hambrientos en tu puerta que auxiliar. Si careces de riquezas, lo que dio la viuda da. Si por el SeƱor lo dieres, Ɖl te recompensarĆ”. Si como elocuente apĆ³stol no pudieres predicar, puedes de JesĆŗs decirles cuĆ”nto al hombre supo amar. Si no logras que sus culpas reconozca el pecador, conducir los niƱos puedes al benigno Salvador. 469 Lucas 12.32; Mateo 8.26 Es JesĆŗs mi Rey divino, sĆ³lo a Ɖl yo seguirĆ©; en las pruebas de la vida sĆ³lo en Ɖl yo confiarĆ©. Es mi fe pequeƱa y dĆ©bil, mas JesĆŗs me sostendrĆ”; con su brazo poderoso siempre me protegerĆ”. Nada temo, Cristo mĆ­o, mi sostĆ©n y mi solaz; yo confiado ahora vivo; en mi pecho reina paz. En la patria donde moras yo tu rostro espero ver; con los fieles en los cielos coronado quiero ser. 470 Lamentaciones 3.23; 1 Corintios 1.9; Salmo 16.11, 69.4, 33.20 Es tu fidelidad tan grande, oh Padre; TĆŗ dices la verdad, descanso allĆ­. Tu luz rodea mi senda en el mundo; tu voz me anima. Mi fuerza es en Ti. c Ā”Oh quĆ© fidelidad! Ā”Oh quĆ© fidelidad! Nunca me canso de darte loor. Cada maƱana es nueva tu gracia; inalterable es tu gran amor. Los enemigos son muy poderosos; TĆŗ eres mi Amigo, oh Dios, mi Defensor. En la batalla me das hoy tu ayuda; confiando en Ti, serĆ© gran vencedor. En tu presencia, oh Dios, hay gran descanso, dulce consolaciĆ³n, perfecta paz. Al ver las glorias de Cristo el SeƱor le hemos de celebrar siempre jamĆ”s. 471 Romanos 15.13; 2 Corintios 1.24; Juan 13.17; Hechos 5.41 Gozo da servir a Cristo en la vida diaria aquĆ­; gozo, y grande alegrĆ­a, siempre Ɖl me da a mĆ­. c Gozo hay, sĆ­, en servir a Cristo, gozo en el corazĆ³n. Cada dĆ­a Ɖl da poder, me ayuda a vencer y da gozo, gozo en el corazĆ³n. Gozo da servir a Cristo, gozo que triunfante estĆ” en la pena o tristeza: Cristo en todo vence ya. Gozo da servir a Cristo, aunque solo ande yo; es el gozo permanente que el Calvario nos logrĆ³. Gozo da servir a Cristo, gozo en la oscuridad, porque tengo el secreto de la Luz y la Verdad. 472 Salmo 40.3; Efesios 5.19; Hebreos 12.28 Grande gozo hay en mi alma hoy, pues JesĆŗs conmigo estĆ”, y su paz, que ya gozando estoy, por siempre durarĆ”. c Grande gozo, Ā”cuĆ”n hermoso! cuando paso el tiempo bien feliz, porque veo de Cristo la sonriente faz; grande gozo siento en mĆ­. Hay un canto en mi alma hoy, melodĆ­as a mi Rey. En su amor feliz y libre soy, y salvo por la fe. Paz divina hay en mi alma hoy, porque Cristo me salvĆ³. Las cadenas rotas ya estĆ”n, JesĆŗs me libertĆ³. Gratitud hay en mi alma hoy, y alabanzas a JesĆŗs. Por su gracia a la gloria voy, gozĆ”ndome en la luz. 473 Salmo 85.8; 1 Samuel 3.9; 1 Reyes 19.12; Filipenses 4.7 Habla, SeƱor, a mi alma, hazme entender tu voz; mi corazĆ³n reclama tu fuerte protecciĆ³n. DĆ©bil soy y afligido, te necesito, Ā”oh Dios! TĆŗ puedes darme abrigo de la tormenta atroz. Con corazĆ³n tranquilo procurarĆ© escuchar ese apacible silbo que infunde en mi alma paz. Pasa mi entendimiento esa tranquilidad, que por tu gracia siento aun en la adversidad. Hazme, SeƱor, atento siempre a tu dulce voz; haz que yo more adentro del templo de mi Dios. Con tu luz revestido, que vea el mundo en mĆ­ constante y fiel testigo de tu bondad aquĆ­. 474 1 Corintios 11.26; Mateo 18.20 Hasta que vengas, nuestro Salvador, nos congregamos para recordar tus muchas penas y tu grande amor, en tu memoria asĆ­ partir el pan. EstĆ”s aquĆ­; sabĆ©moslo, SeƱor, pues nos has dicho: Ā«Donde dos o tres se hallan reunidos en mi nombre, Yo en medio de ellos me revelarĆ©Ā». Hasta que vengas; sĆ³lo un poco mĆ”s, y nuestros ojos te verĆ”n en luz, lleno de gloria, honra y majestad, llevando aĆŗn las huellas de la cruz. 475 ZacarĆ­as 13.1; Lucas 23.43; Apocalipsis 1.5, 5.9 Hay una fuente sin igual de sangre de Emanuel, en donde lava cada cual las manchas que hay en Ć©l. El malhechor se convirtiĆ³ muriendo en una cruz, al ver la fuente en que lavĆ³ sus culpas por JesĆŗs. Y yo tambiĆ©n, cuan malo soy, lavarme allĆ­ podrĆ©; y en tanto que en el mundo estoy, su gloria cantarĆ©. Tu sangre nunca perderĆ” Ā”oh Cristo! su poder; y sĆ³lo en ella asĆ­ podrĆ” tu Iglesia salva ser. Desde que aquella fuente vi un solo tema sĆ©: amor redimidor, y asĆ­ cantando seguirĆ©. Y de la tumba mĆ”s allĆ” mi lengua emplearĆ©; canciĆ³n mĆ”s dulce y noble habrĆ” que en gloria cantarĆ©. 476 Salmo 139.23, 19.12; Filipenses 1.20; Habacuc 3.2 Hoy escudriƱa, oh Dios, mi corazĆ³n; en lo secreto tu mirada pon. Todo lo malo quita en tu bondad; concĆ©deme completa libertad. Mi corazĆ³n entero toma, oh Dios; mi vida llena de tu inmenso amor. Todo egoĆ­smo, orgullo y vanidad quita, y se cumpla en mĆ­ tu voluntad. Manda, oh SeƱor, avivamiento aquĆ­; por el EspĆ­ritu trabaja en mĆ­. Suple en tu amor mi gran necesidad, tu bendiciĆ³n celeste ahora da. SeƱor, te alabo que me aceptas ya; limpia mi corazĆ³n de todo mal; que el fuego tuyo me haga arder por Ti; sea tu nombre engrandecido en mĆ­. 477 Hechos 10.33; Efesios 4.3; Salmo 133.1; Judas 21 Juntos en tu presencia, henos, bendito Dios, con filial reverencia para escuchar tu voz; salvos por pura gracia, siervos por puro amor. Llena TĆŗ nuestras almas; bendĆ­cenos, SeƱor. c Bendice a los creyentes, bendĆ­cenos, SeƱor. Haznos ser mĆ”s fervientes, aumenta aquĆ­ el amor. Haznos ser fieles siempre, grata congregaciĆ³n. Bendice a los creyentes, bendĆ­cenos, SeƱor. PlĆ”cido es este sitio, sitio de reuniĆ³n, oyendo hablar tu libro en viva comuniĆ³n. Te ensalzaremos siempre, oh nuestro Salvador; bendito eternamente, bendito TĆŗ, SeƱor. Padre, te suplicamos: en tu gran compasiĆ³n, guĆ”rdanos los hermanos en fraternal amor; prontos a perdonarnos, prontos a oir tu voz, cual santos escogidos de nuestro Padre Dios. 478 ZacarĆ­as 13.6; 1 Timoteo 1.15; Romanos 5.7,8 Me asombra el amor que me ofrece el SeƱor JesĆŗs, su gracia tan grande no puedo explicarme yo, y tiemblo al saber que por mĆ­ padeciĆ³ en la cruz; por mĆ­, pecador vil, su sangre preciosa dio. c Ā”QuĆ© maravilla es, que Ɖl me amara asĆ­, hasta morir por mĆ­! Ā”QuĆ© maravilla es, Ɖl muriĆ³ por mĆ­! Pensar que del trono divino JesĆŗs bajĆ³, mi alma rebelde y altiva para buscar, y que Ɖl extendiĆ³ hacia mĆ­ su insondable amor que puede salvar, redimir y justificar. Sus manos heridas mi deuda pagaron, sĆ­. Tal misericordia y amor Āæolvidar podrĆ©? Ā”Oh no! Sin cesar yo le alabo y adoro aquĆ­, hasta que en la gloria me postre a sus santos pies. 479 2 Corintios 6.1; Mateo 23.37 Mientras que Cristo te habla, ven pecador, y a Dios por ti se ruega, ven pecador. Ya debes aceptarle, ven pecador, y con Ɖl amistarte; ven pecador. ĀæDura es tu pesada carga? ven pecador. Quiere JesĆŗs llevarla; ven pecador. No puede Ɖl engaƱarte; ven pecador. Quiere el SeƱor salvarte; ven pecador. ĀæSu tierna voz percibes? ven pecador. ĀæSu bendiciĆ³n recibes? ven pecador. Mientras que Cristo te habla, ven pecador, y a Dios por ti se ruega, ven pecador. 480 2 Corintios 1.10; Filipenses 4.7 Mi fe espera en Ti, Cordero, quien por mĆ­ fuiste a la cruz. Escucha mi oraciĆ³n, dame tu bendiciĆ³n, llene mi corazĆ³n tu santa luz. Tu gracia en mi alma pon, guarde mi corazĆ³n tu sumo amor. Tu sangre carmesĆ­ diste en la cruz por mĆ­; que viva para Ti con fiel ardor. A ruda lid irĆ©, y pruebas hallarĆ©, mi guĆ­a sĆ©. LĆ­brame de ansiedad, guĆ”rdame en santidad, y por la eternidad te alabarĆ©. 481 Salmo 84.2, 100.4, 122.1; Hebreos 10.25 Mi gozo estĆ” en tus atrios, oh Padre celestial, venir a tu presencia y en tu luz adorar; traer a la memoria las pruebas de tu amor, el bien con que tu mano mi vida enriqueciĆ³. Mi gozo estĆ” en tus atrios, la casa de oraciĆ³n, do el alma tantas veces su fuerza y luz hallĆ³. Con cuĆ”nto amor el ruego TĆŗ sueles escuchar. Ā”QuĆ© dulce hablar contigo, cuĆ”n bello en Ti esperar! Mi gozo estĆ” en tus atrios, moradas de tu luz. AquĆ­ su amor explaya, gozando de tu cruz, el coro de tus hijos que tu poder salvĆ³ aquel sublime dĆ­a de nuestra redenciĆ³n. Mi gozo estĆ” en tus atrios, moradas de verdad do, limpia la mirada, se goza en meditar el alma redimida tu ciencia y tu poder, la gloria de tus obras, la dicha de tu ley. Mi gozo estĆ” en tus atrios, la casa del festĆ­n; lo mĆ”s bello y sublime el alma encuentra en Ti. No llega aquĆ­ la mano cruel del opresor; la paz mĆ”s bella canta feliz el corazĆ³n. 482 Apocalipsis 1.18; Mateo 26.39; Juan 12.31; 1 Corintios 15.55 Ā”MuriĆ³ JesĆŗs! Aquel VarĆ³n de angustias herido fue por nuestra rebeliĆ³n. MuriĆ³ el Justo por los pecadores, y por su cruz tenemos salvaciĆ³n. c Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui; Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui, y he aquĆ­, Yo vivo para siempre. AmĆ©n. Y he aquĆ­, Yo vivo para siempre. AmĆ©n. Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui, y he aquĆ­, Yo vivo para siempre. AmĆ©n. Ā”LlorĆ³! OrĆ³: Ā«Mi Padre, si es posible pase de mĆ­ la copa, amarga hiel. Tu voluntad empero sea hecha; la obra que me diste quiero hacerĀ». Ā”LuchĆ³; venciĆ³! A SatanĆ”s despoja. Pues, ĀædĆ³nde estĆ”, oh muerte, tu aguijĆ³n? Sorbida es ya la muerte con victoria, y al mundo el vencedor le da redenciĆ³n. 483 Juan 4.42; Hechos 10.38; MalaquĆ­as 4.2; Salmo 24.7; 2 Tesalonicenses 1.10 No sĆ© decir por quĆ© el SeƱor de gloria amara asĆ­ a los hijos de AdĆ”n, o cual Pastor buscara a los perdidos, salvĆ”ndolos con tanto ardor y afĆ”n. Mas esto sĆ©: que naciĆ³ de MarĆ­a, yaciendo en un pesebre en BelĆ©n, y en Nazaret viviĆ³, creciĆ³ y trabajĆ³, y al Salvador del mundo aquĆ­ podemos ver. No sĆ© decir con cuĆ”nta angustia Ɖl sufriĆ³ en esta tierra llena de maldad, ni cĆ³mo quebrantĆ³ su tierno corazĆ³n cuando en la cruz Ɖl hizo nuestra paz. Mas esto sĆ©: que sana al afligido, quita el pecado y salva del temor; da gozo al triste, alivio al trabajado, pues vive todavĆ­a del mundo el Salvador. No sĆ© decir cĆ³mo a los pueblos todos los tomarĆ” por santa posesiĆ³n, satisfaciendo todos los anhelos del mundo entero, toda aspiraciĆ³n. Mas esto sĆ©: todos verĆ”n su gloria, al cosechar su tan gloriosa mies, y un dĆ­a alegre resplandecerĆ” el sol; el Salvador del mundo nos traerĆ” el bien. No sĆ© decir cĆ³mo en la tierra entera, ya sosegada toda tempestad, han de adorar con jĆŗbilo profundo, lleno su corazĆ³n de caridad. Mas esto sĆ©: que vibrarĆ”n los aires de regocijo y cĆ”nticos diez mil; responderĆ” la tierra a los del cielo que el Salvador del mundo es Rey al fin, al fin. 484 Salmo 9.2, 111.3,4; Hebreos 13.15; Hechos 7.55 Nunca, Dios mĆ­o, cesarĆ” mi labio de bendecirte, de cantar tu gloria, porque conservo de tu amor inmenso grata memoria. Cuando perdido en mundanal sendero no me cercaba sino niebla oscura, TĆŗ me miraste y alumbrome un rayo de tu luz pura. Cuando inclinaba mi abatida frente del mal obrar al oneroso yugo, dulce reposo y eficaz alivio darme te plugo. Cuando en mis propios mĆ©ritos fiaba, nunca mi pecho con amor latĆ­a; hoy de amor late, porque en tus bondades sĆ³lo confĆ­a. Y cuando exhale mi postrer aliento para volar a tu eternal presencia, cierto hallarĆ© con tu justicia unida dulce clemencia. 485 2 Timoteo 2.8; 1 Corintios 11.24; Mateo 26.28 Ā”Oh, cuĆ”ntas veces, mi SeƱor, me olvido de tu gran dolor que padeciste TĆŗ por mĆ­ a solas en GetsemanĆ­! Ā”Oh, cuĆ”ntas veces, mi SeƱor, me olvido de tu inmenso amor, tus sufrimientos en la cruz para traerme paz y luz! Mas me recuerdo, oh Salvador, ahora de tu dulce voz, y por la fe la puedo oir: Ā«Hacedlo en memoria de mĆ­Ā». El vino bebo y como el pan, y me hablas TĆŗ con tierno afĆ”n: Ā«Mi vida puse Yo por ti; hacedlo en memoria de mĆ­Ā». 486 Lucas 5.8; Job 40.4; Lucas 18.13 Ā”Oh gran Dios! yo soy un vil miserable pecador, que faltĆ© mil veces, mil, a la ley de mi SeƱor; que tus sendas olvidĆ© y tu amor menospreciĆ©; que tus sendas olvidĆ© y tu amor menospreciĆ©. En mi alma no hay verdad, y mi pobre corazĆ³n por su gran iniquidad lleno estĆ” de confusiĆ³n. He perdido mi vigor y fallezco de dolor. He perdido mi vigor y fallezco de dolor. Ten Ā”oh Dios! piedad de mĆ­, que debilitado estoy; dame, por amor de Ti, salvaciĆ³n que busco hoy. No me dejes perecer, ven mi cĆ”rcel a romper. No me dejes perecer, ven mi cĆ”rcel a romper. 487 Hebreos 4.12; Juan 17.17 Oh SeƱor, que TĆŗ nos hables, haznos escuchar tu voz; que obedientes hoy seamos, respondientes a tu amor. Tu mensaje llegue a nos, alcanzando el corazĆ³n. Hay algunos que andan lejos de tu santa voluntad; otros hay que se hallan frĆ­os; Ā”oh quĆ© gran necesidad! Salvador, avĆ­vanos, danos hoy tu bendiciĆ³n. Que tu EspĆ­ritu revele mĆ”s de Cristo la bondad; que ilumine tu Palabra; Ā«tu palabra es verdadĀ». SantifĆ­canos, SeƱor, para tu placer y honor. 488 Romanos 5.1; GĆ©nesis 8.9; Salmo 116.7 ĀæOyes cĆ³mo el Evangelio al cansado ofrece paz? Pues segura, Ā”oh alma mĆ­a! la promesa a ti se da. Bien alguno en mĆ­ no veo, corrupciĆ³n tan sĆ³lo hay. Cansado estoy, y el cansado busca alivio con afĆ”n. En el arca la paloma encontrĆ³ do reposar; para mi alma atribulada arca el SeƱor serĆ”. Combatido vengo, y crece el diluvio sin cesar. Ɓbreme, JesĆŗs, y en vano rugirĆ” la tempestad. Cobijada ya en tu seno puede el alma respirar; el reposo que prometes siempre da segura paz. Ā”Oh! cuĆ”n dulce en mis oĆ­dos suena tu voz celestial: Ā«Ven a mĆ­, ven que el descanso sĆ³lo en mĆ­ podrĆ”s hallarĀ». 489 Marcos 10.49; JeremĆ­as 8.20; Salmo 90.3 Pobre peregrino que vagando estĆ”s fuera del camino: ĀæDĆ³nde pararĆ”s? Con cayado y vara hoy el buen Pastor llĆ”mate a su lado: ven, Ā”oh, pecador! Tu pasada vida cĆ”usate dolor; tu alma lacerada, tristeza y pavor; tu suerte futura, eterno sufrir: de tanta amargura, ĀæNo querrĆ”s salir? Ā”Ay, y cuĆ”ntos dĆ­as dejaste pasar en vanas porfĆ­as que te han de pesar! Por tu bien atiende la voz del SeƱor, y tu mano extiende hacia el Salvador. Tu vista levanta, eleva tu voz, dirige tu planta hasta el Salvador. Tu hora ha llegado; pierde tu temor que el que te ha llamado es tu Salvador. 490 1 Juan 1.7; Salmo 51.2; Juan 1.4; Tito 3.5 Por fe contemplo redenciĆ³n, la fuente carmesĆ­. JesĆŗs nos da la salvaciĆ³n; su vida dio por mĆ­. c La fuente sin igual hallĆ©, de vida y luz el manantial. Ā”Oh, gloria a Dios! ya lo probĆ©; me limpia a mĆ­, me limpia a mĆ­. Mi vida entrego a mi SeƱor, las dudas Ɖl quitĆ³. Mi alma goza en su favor, mis deudas Ɖl pagĆ³. Ā”CuĆ”n inefable gozo da, saber que salvo soy! Por su palabra de verdad yo sĆ© que al cielo voy. Ā”Oh, gracia excelsa de mi Dios! Ā”CuĆ”n grande es su amor! Y sĆ³lo a Ɖl, mi Salvador, quisiera dar loor. 491 Romanos 6.23; Colosenses 1.14; 2 Corintios 5.17; 1 Pedro 1.4 Por fe en JesĆŗs el Salvador se hace salvo el pecador; sin merecer tan rico don, recibe plena salvaciĆ³n. c Ā”Oh! excelsa gracia del amor que Dios perdona al pecador, si presto acude a confesar sus culpas, y en JesĆŗs confiar. No hay otro autor de salvaciĆ³n, pues Cristo obrĆ³ la redenciĆ³n. La vida antigua ya pasĆ³, y todo nuevo se tornĆ³. AquĆ­ cual peregrino es, hogar con Dios tendrĆ” despuĆ©s. Aun cuando Ć©l nada tenga aquĆ­, su gran herencia tiene allĆ­, arriba en gloria con JesĆŗs, quien le ha salvado por su cruz. 492 Juan 16.22 1 Pedro 3.18; Romanos 8.15,21 ĀæPor quĆ© hay dudas y temor, si Dios, mi Padre, en su amor a su Hijo entregĆ³? No puede el justo Juez a mĆ­ las culpas imputar, que asĆ­ en Cristo Ɖl cargĆ³. Si Cristo la maldad expiĆ³, la deuda entera cancelĆ³ de los que creen en Ɖl. La ira no me alcanzarĆ”, en el Amado acepto ya, y limpio por su cruz. Pues Ɖl mi libertad comprĆ³, y en el Calvario padeciĆ³ la ira de su Dios. Dos veces no demanda Dios el pago, pues por mĆ­ JesĆŗs sufriĆ³ la cruenta cruz. Mira, alma mĆ­a, al Salvador; los mĆ©ritos de tu SeƱor dan paz y libertad. Cree en su sangre eficaz, la perdiciĆ³n no temas mĆ”s, pues Ɖl por ti muriĆ³. 493 Hebreos 6.19, 10.20, 13.13 Por su cuerpo lacerado, vamos a Ɖl. Penetrando velo adentro, vamos a Ɖl. Con su sangre rescatados, por su gracia ya amparados, por su cruz santificados, vamos a Ɖl. Por su amor manifestado, vamos a Ɖl, quien sufriĆ³ del real afuera, vamos a Ɖl. En su cruz hoy nos gloriamos, nunca nos avergonzamos, bien contentos avanzamos; vamos a Ɖl. Por la sangre del Cordero, vamos a Ɖl. Confiados, velo adentro, vamos a Ɖl. Nueva creaciĆ³n formamos, plena salvaciĆ³n gozamos, y postrados adoramos. Vamos a Ɖl. A JesĆŗs, el rechazado, vamos a Ɖl, todavĆ­a real afuera, vamos a Ɖl. Su baldĆ³n aquĆ­ llevando, a este mundo abandonando, hoy su amor estĆ” llamando; vamos a Ɖl. Pronto, por su voz llamados, vamos a Ɖl, reunidos velo adentro, vamos a Ɖl. Viene Ɖl mismo a arrebatarnos, nunca mĆ”s a separarnos, para siempre a gozarnos, vamos a Ɖl. 494 2 Corintios 5.14; Hebreos 12.28; Santiago 1.5 Por tu amor, oh Cristo, me consagro a Ti; me hallo constreƱido para Ti a vivir. Donde TĆŗ dirijas, sea mi placer que en tu amor te sirva siempre en tu poder. Cuando el mundo engaƱa con su seducciĆ³n, que tu amor deshaga todo su esplendor. Cuando oscuras huestes quieren mi alma hundir, tu poder me eleve; no hay poder en mĆ­. Que el EspĆ­ritu Santo tenga en mĆ­ su hogar; no me aparte, ingrato, de tu voluntad. Hazme diligente, fiel en tu virtud; satisfecho siempre de tu plenitud. 495 Romanos 12.2; Efesios 4.1, 5.16; 1 Timoteo 4.14 Que mi vida entera estĆ© consagrada a Ti, SeƱor; que a mis manos pueda guiar el impulso de tu amor. Que mis pies tan sĆ³lo en pos de lo santo puedan ir, y que a Ti, SeƱor, mi voz te complazca en bendecir. Que mi tiempo todo estĆ© consagrado a tu loor; que mis labios al hablar, hablen sĆ³lo de tu amor. Toma Ā”oh Dios! mi voluntad y hazla tuya, nada mĆ”s; toma, sĆ­, mi corazĆ³n y tu trono en Ć©l tendrĆ”s. 496 Efesios 3.17; Salmo 63.1, 107.9; IsaĆ­as 58.11; Filipenses 4.19 ĀæQuiĆ©n podrĆ” con su presencia impartirme bendiciĆ³n? SĆ³lo Cristo en su clemencia puede dar consolaciĆ³n. c SĆ³lo Cristo satisface mi sediento corazĆ³n. SĆ­, gozoso Cristo me hace por su eterna redenciĆ³n. Su amor no se limita; es su gracia sin igual. Su merced es infinita, mĆ”s profunda que mi mal. RedenciĆ³n sublime y santa, imposible de explicar: que su sangre sacrosanta mi alma pudo rescatar. Cristo suple en abundancia toda mi necesidad; ser de Ɖl es mi ganancia; inefable es su bondad. 497 Efesios 3.12; Lucas 24.32; Colosenses 2.6; Salmo 143.8, 48.14 Quiero al Salvador conmigo, sin JesĆŗs no puedo andar; necesito su presencia, en su brazo confiar. c Confiando en el SeƱor, consolado por su amor, seguirĆ© por mi camino sin tristeza, sin temor. Quiero al Salvador conmigo, porque flaca es mi fe; y su voz me da coraje cuando vacilante estĆ©. Quiero al Salvador conmigo, cada dĆ­a en Ɖl morar; en la tempestad o calma, en la lucha o bienestar. Quiero al Salvador conmigo como GuĆ­a y Buen Pastor, hasta que estĆ©n pasadas muerte, pena y aflicciĆ³n. 498 Job 23.11; Mateo 4.19,20; 1 Pedro 2.21 Quiero seguir las pisadas del Maestro, quiero ir en pos de mi Rey y SeƱor; y modelando por Ɖl mi carĆ”cter canto con gozo a mi Redentor. c QuĆ© hermoso es seguir las pisadas del Maestro, siempre en la luz, cerca de JesĆŗs. QuĆ© hermoso es seguir las pisadas del Maestro en su santa luz. Ando mĆ”s cerca de Aquel que me guĆ­a, cuando el maligno me quiere tentar. Siempre confiado en Cristo, mi Amado, debo con gozo su nombre ensalzar. Sigo sus pasos de tierno cariƱo, misericordia, paz y lealtad. Gozando en Ɖl por el don de su gracia, voy al descanso, gloriosa Ciudad. Quiero seguir las pisadas del Maestro, siempre hacia arriba con Ɖl quiero andar. Viendo a mi Rey en gloriosa hermosura, con Ɖl en gloria podrĆ© descansar. 499 Salmo 22.12 al 21; Juan 19.25 Rostro divino, ensangrentado, cuerpo llagado por nuestro bien. Ā”SeƱor! llevaste cuĆ”ntos dolores de pecadores que asĆ­ te ven. Manos preciosas tan lastimadas, por mĆ­ clavadas en una cruz. En este valle mis pasos guĆ­a; sĆ© mi alegrĆ­a, mi amparo y luz. Bello costado; veo aquella herida, prueba nos da de muerte y de crueldad. Fuente amorosa de un Dios clemente, voz elocuente de caridad. Tus pies heridos, Ā”Cristo paciente! Yo, delincuente, los taladrĆ©. Por Ti salvado, ya bendecido y agradecido, te adorarĆ©. Ā”Crucificado en un madero, manso Cordero, muerto por mĆ­! Ā”Oh! guarda mi alma, que en Ti reposa, siempre dichosa cerca de Ti. 500 1 CrĆ³nicas 28.9; Hebreos 2.18, 12.28; 1 Juan 2.16 SeƱor, yo he prometido servirte con amor; concĆ©deme tu gracia, mi amigo y Salvador. No temerĆ© la lucha si TĆŗ a mi lado estĆ”s, ni perderĆ© el camino si TĆŗ guiando vas. El mundo estĆ” muy cerca y abunda tentaciĆ³n; muy suave es el engaƱo y es necia la pasiĆ³n. Ven TĆŗ, SeƱor, mĆ”s cerca mostrando tu piedad, y escuda el alma mĆ­a de toda iniquidad. Cuando mi mente vague, ya incierta, ya veloz, concĆ©deme que escuche, SeƱor, tu clara voz. AnĆ­mame si paro, inspĆ­rame tambiĆ©n; reprĆ©ndeme si temo en todo hacer el bien. SeƱor, TĆŗ has prometido a todo aquel que va confiando en tu sangre, que al cielo llegarĆ”. Sostenme en el camino, y al fin con dulce amor traslĆ”dame a tu gloria, mi amigo y Salvador. 501 Proverbios 11.30; 2 Timoteo 4.8; Apocalipsis 2.10; Filipenses 4.1 Sin cesar siempre pienso en la tierra mejor, do al ponerse el sol llegarĆ©; y al hallarme en los cielos con Cristo el SeƱor, grande gozo en Ɖl yo tendrĆ©. c Ā”QuĆ© coronas habrĆ” en los cielos allĆ­, que el SeƱor da al buen siervo fiel! Cuando el sol ya decline y me encuentre yo en Ti, mi corona yo anhelo tener. De la fuerza de Dios esperando el poder trabajar quiero siempre y salvar a las almas, y al fin, cual estrellas, saber que en mis sienes irĆ”n a brillar. Ā”Oh! quĆ© gozo en los cielos serĆ” para mĆ­ vivas gemas poner a sus pies, y tener en mi frente corona que allĆ­ ornen joyas de tal brillantez. 502 Romanos 12.1; Filipenses 2.17, 3.8 Tal como soy anhelo ser tuyo, y en Ti permanecer. A Ti queriĆ©ndome ofrecer, ahora Cristo, vengo a Ti. Todo mi ser te quiero dar, a Ti lo quiero dedicar, y sin reserva, ni esperar, ahora Cristo, vengo a Ti. Siempre en tu luz anhelo andar, por lo que es recto batallar, ser fiel y nunca desmayar; ahora Cristo, vengo a Ti. Tal como soy te doy mi amor, doy de mi vida lo mejor. Por la verdad, por Ti, SeƱor, ahora Cristo, vengo a Ti. 503 Hechos 5.41; Filipenses 2.9; Cantares 1.3 Ā”Tan dulce el nombre de JesĆŗs! Sus bellas notas cantarĆ©, que mi alma llena al proclamar el nombre de JesĆŗs. c Siempre es mi SeƱor; gracias doy al Salvador, y en el cielo su loor por siempre cantarĆ©. Adoro el nombre de JesĆŗs. JamĆ”s me faltarĆ” su amor, y pone aparte mi dolor el nombre de JesĆŗs. Tan puro el nombre de JesĆŗs, que mi pesar pudo quitar y grata paz a mi alma dar, el nombre de JesĆŗs. El dulce nombre de JesĆŗs por siempre quiero alabar, y todos deben ensalzar el nombre de JesĆŗs. 504 Salmo 23 Tengo un Pastor divino, nada me faltarĆ”; a delicados pastos siempre me llevarĆ”. ConfortarĆ” mi alma, y guiado me verĆ© por senda de justicia en que por Ɖl irĆ©. Aunque camine en valle de sombra y de dolor, del valle de la muerte nunca tendrĆ© temor. Con su presencia santa sombra y dolor se irĆ”n; su vara y su cayado aliento me darĆ”n. Ā”Oh Dios! en la presencia del que me da aflicciĆ³n, mesa pondrĆ” surtida de rica provisiĆ³n. En mi cabeza el Ć³leo santo pusiste TĆŗ, y de tu bien mi copa rebosa plenitud. De tu misericordia y de tu inmenso bien al obtenerlos siempre recibirĆ© sostĆ©n. Y en la morada augusta de mi SeƱor y Dios al descansar, ferviente te alabarĆ” mi voz. 505 IsaĆ­as 55.3; 1 CrĆ³nicas 17.12; Hebreos 13.20 Todos los que tengan sed, beberĆ”n. Vengan cuantos pobres hay; comerĆ”n. No malgasten el haber, compren verdadero pan; si a JesĆŗs acuden hoy, gozarĆ”n. Si le prestan atenciĆ³n, les darĆ” parte en su pactado bien, eternal, con el mĆ­stico David, Rey, Maestro, CapitĆ”n de las huestes que al EdĆ©n llevarĆ”. Como baja bienhechor sin volver, riego que las nubes dan, ha de ser. La palabra del SeƱor, productiva, pleno bien, vencedor al fin serĆ”, por la fe. 506 IsaĆ­as 45.22; Juan 3.14, 20.31 Un mensaje del SeƱor, Ā”aleluya! anuncio yo que da la paz. Es de Dios el santo amor, Ā”aleluya! Ā«Ve tan sĆ³lo a Cristo y vivirĆ”sĀ». c Ve la cruz y vivirĆ”s. Ve a Cristo y vivirĆ”s. Es de Dios el santo amor, Ā”aleluya! Ve tan sĆ³lo a Cristo y vivirĆ”s. El mensaje del SeƱor, Ā”aleluya! infundirĆ” la fe en ti, que JesĆŗs, mi Salvador, Ā”aleluya! dio por ti su sangre carmesĆ­. Vida puedes obtener, Ā”aleluya! que el SeƱor te quiere dar, si tan sĆ³lo quieres ver, Ā”aleluya! por fe a quien podrĆ” salvar. CĆ³mo vine te dirĆ©, Ā”aleluya! a mi Redentor que me salvĆ³. Fui tan sĆ³lo por la fe, Ā”aleluya! y el SeƱor mis culpas perdonĆ³. 507 Salmo 130.4; Hechos 13.38 Ven a Cristo, ven ahora, ven asĆ­ cual estĆ”s, y de Ɖl sin demora el perdĆ³n obtendrĆ”s. Cree y fija tu confianza en su muerte por ti. El gozo alcanza quien lo hiciera asĆ­. Ven a Cristo, con fe viva piensa mucho en su amor. No dudes; recibe al mĆ”s vil pecador. Ɖl anhela recibirte y hacerte merced; las puertas abrirte al eterno placer. 508 Efesios 4.8; Lucas 11.22; Filipenses 2.8, 3.21 Venid y celebrad a Cristo, quien llevĆ³ cautiva la cautividad; y estas nuevas proclamad: JesĆŗs resucitĆ³. JesĆŗs resucitĆ³. c La lucha ha ganado; grata y gloriosa noticia. SĆ­, Cristo ha resucitado y pronto en su gloria vendrĆ”. La muerte no venciĆ³ al Salvador JesĆŗs, quien a sĆ­ mismo se humillĆ³ y por nosotros padeciĆ³ la muerte de la cruz, la muerte de la cruz. AllĆ­ sentado estĆ” el Sacerdote fiel. Su obra terminada ya, Ɖl intercede siempre allĆ” por los que creen en Ɖl, por los que creen en Ɖl. Ɖl mismo volverĆ”, pues su palabra es fiel, y su promesa cumplirĆ”, pues nuestros cuerpos cambiarĆ” a semejanza de Ɖl, a semejanza de Ɖl. 509 Hebreos 2.9,10.20; Cantares 2.4; 1 Tesalonicenses 4.17 Ā”Ven! levĆ”ntate mi alma, pon tu mira en JesĆŗs; ve sentado en la gloria al que padeciĆ³ la cruz. En trascendental justicia Cristo en suma gloria estĆ”; y su sangre da derecho de ir adentro y adorar. Tus pecados y tus culpas Cristo en la cruz llevĆ³. Dios en Ɖl las ha cargado, y perfecta paz te dio. Dios te lleva a su morada. Adereza para ti una fiesta, y te invita a gozar con Ɖl allĆ­. Todo es paz, sĆ­, para siempre, en el cĆ­rculo de amor, donde el Padre es conocido en su gracia y gran favor. Ā«Para siempreĀ», Ā”quĆ© palabras! Con y como el SeƱor; nada puede apartarnos del amor del Salvador. 510 Salmo 96.13; Apocalipsis 22.20; Mateo 24.27 Viene otra vez nuestro Salvador, Ā”oh que si fuera hoy! para reinar con poder y amor, Ā”oh que si fuera hoy! Ya por su Iglesia viene esta vez, purificada en su grande amor, del mundo por la redondez, Ā”oh que si fuera hoy! c Ā”Gloria, gloria! gozo sin fin traerĆ”. Ā”Gloria, gloria! al coronarle Rey. Ā”Gloria, gloria! la senda preparad; Ā”gloria, gloria! Cristo viene otra vez. TerminarĆ” el poder de SatĆ”n, Ā”ojalĆ” fuera hoy! No mĆ”s tristeza aquĆ­ verĆ”n, Ā”ojalĆ” fuera hoy! Todos los muertos en Cristo irĆ”n, arrebatados por su SeƱor. ĀæCuĆ”ndo estas glorias aquĆ­ vendrĆ”n? Ā”OjalĆ” fuera hoy! Fieles y leales nos debe hallar si Ɖl viniera hoy; todos velando con gozo y paz si Ɖl viniera hoy. Multiplicadas seƱales hay; en el oriente se ve el albor. Ya mĆ”s cercano el tiempo estĆ”, Ā”ojalĆ” fuera hoy! 511 Mateo 20.2; 1 Corintios 15.58 Yo quiero trabajar por el SeƱor, confiando en su palabra y en su amor. Quiero yo cantar y orar, y ocupado siempre estar en la viƱa del SeƱor. c Trabajar y orar en la viƱa, en la viƱa del SeƱor. SĆ­, mi anhelo es orar y ocupado siempre estar en la viƱa del SeƱor. Yo quiero cada dĆ­a trabajar, los esclavos del pecado libertar; conducirlos a JesĆŗs, nuestro GuĆ­a, nuestra Luz, en la viƱa del SeƱor. Yo quiero ser obrero de valor, confiando en el poder del Salvador. El que quiere trabajar hallarĆ” tambiĆ©n lugar en la viƱa del SeƱor. 512 Salmo 40.3; Filipenses 3.10; 2 Corintios 5.1 Yo tengo un himno de loor, desde que salvo estoy, para mi Rey, mi Salvador, desde que salvo estoy. c Desde que salvo estoy, desde que salvo estoy sĆ³lo en Ɖl me gloriarĆ©. Desde que salvo estoy en mi Salvador me gloriarĆ©. Yo soy de Cristo, y mi ansiedad, desde que salvo estoy, estĆ” en cumplir su voluntad, desde que salvo estoy. Yo tengo un gozo que Ɖl me dio, desde que salvo estoy, cuando en su sangre me lavĆ³, desde que salvo estoy. Tengo un hogar adonde irĆ©, desde que salvo estoy, y allĆ­ seguro vivirĆ©, desde que salvo estoy. 513 Romanos 6.20,21; GĆ”latas 5.1 Yo vagaba mucho tiempo en el error, agobiado en el pecado y el temor. Cuando vi al Salvador y escuchĆ© su tierna voz, mi SeƱor me hizo libre por su amor. c Libre estoy, libre estoy, por la gracia del SeƱor libre estoy. Libre estoy, libre estoy. Ā”Aleluya, por la fe, libre estoy! Yo vagaba mucho tiempo en el error, sin pensar en el amor del Salvador. Yo andaba con temor, lejos de mi Redentor, Ā”mas ahora por su muerte libre estoy! Yo vagaba mucho tiempo en el error, mas ahora quiero andar con mi SeƱor. Quiero oir su tierna voz y seguirle siempre en pos. Ā”Gloria, gloria sea a nuestro buen Pastor! 514 Salmo 73.16,17, 145.16; Romanos 8.33, 15.29 Cuando combatido por la adversidad creas ya perdida tu felicidad, mira lo que el cielo para ti guardĆ³. Cuenta las riquezas que el SeƱor te dio. c Ā”Bendiciones, cuĆ”ntas tienes ya! Bendiciones, Dios te manda mĆ”s. Bendiciones, te sorprenderĆ”s cuando veas lo que Dios por ti harĆ”. ĀæAndas agobiado por algĆŗn pesar? ĀæDuro te parece amarga cruz llevar? Cuenta las promesas del SeƱor JesĆŗs, y de las tinieblas nacerĆ” la luz. Cuando de otros veas la prosperidad y tus pies claudiquen tras de su maldad, cuenta las riquezas que tendrĆ”s por fe donde el oro es polvo que hollarĆ” tu pie. 515 IsaĆ­as 12.3; Romanos 8.32 Puedes obtener la dulce paz de Dios si a Jesucristo acudieres hoy. Ven contrito a su cruz, Ɖl tus culpas borrarĆ”, y asĆ­ gran gozo te darĆ” el SeƱor. c Gozo da la salvaciĆ³n, gozo en el corazĆ³n. Santo jĆŗbilo tendrĆ”s cuando reine en ti la paz que te trajo Cristo por su muerte en cruz. El amor de Cristo puedes conocer; su sostĆ©n y gracia puedes obtener. No mĆ”s solo lucharĆ”s; Cristo te defenderĆ”, y asĆ­ gran gozo te darĆ” el SeƱor. ĀæQuieres tĆŗ de Cristo fiel soldado ser, y luchar por siempre a favor de Ɖl? Ven entonces sin tardar, mĆ”s que vencedor te harĆ”, y por Ɖl luchando, gozo tĆŗ tendrĆ”s. TĆŗ podrĆ”s por Cristo ser aquĆ­ una luz, si tĆŗ todo rindes al SeƱor JesĆŗs. Y al venir el Salvador en su gloria y esplendor, Ā”con cuĆ”n grande gozo reinarĆ”s con Ɖl! 516 Mateo 26 y 27; Marcos 14 y 15; Lucas 22 y 23 Ā”QuĆ© grande carga, oh Salvador, llevaste TĆŗ por mĆ­! Prueba suprema de tu amor, sufriendo afrentas mil. c Nunca me olvidarĆ© de Ti, de tu agonĆ­a en GetsemanĆ­, ni del Calvario do por mĆ­ sufriste, oh Salvador. El enemigo en su furor procura hacerte mal; y los soldados sin razĆ³n muestran su crueldad. Mofa de Ti la multitud, y el sacerdocio allĆ­ se une con ella en plenitud de odio y maldad tan vil. Mas cual cordero asĆ­ sufriĆ³ por nuestra iniquidad, la copa amarga Ɖl apurĆ³ por nos en su bondad. Y ahora cerca de tu cruz quisiĆ©ramos quedar; gracias, SeƱor, por salvaciĆ³n que TĆŗ por ella das. 517 Lucas 19.10; Filipenses 2.6 al 11; Cantares 2.4 El Hijo del Padre, el Cristo de Dios, morando en el cielo, de todo SeƱor. Dejando la gloria, al mundo bajĆ³, y en forma de siervo Ɖl se anonadĆ³. Al Padre obediente se ve a JesĆŗs, aun hasta la muerte y muerte de cruz. AmĆ³ a los perdidos, los quiso alcanzar; por su sacrificio los pudo salvar. Y ahora a lo sumo su Dios le ensalzĆ³, y un nombre le ha dado, supremo, mayor que todo otro nombre; Ā”magnĆ­fico honor! Y todos confiesan: Ā«Ā”JesĆŗs es SeƱor!Ā» Y toda rodilla se doblegarĆ”; tambiĆ©n toda lengua le confesarĆ” SeƱor de seƱores, altĆ­simo Rey. La gloria del Padre del cielo es la ley. c Su amor es mi historia, su amor mi canciĆ³n; al cielo de gloria me lleva el SeƱor. Me anima y consuela de amor por doquiera, pues Cristo me espera, sĆ­, Cristo me espera con brazos de amor; su amor mi canciĆ³n. 518 Mateo 26.36; Juan 19.13,17; 1 Timoteo 3.16 En soledad y oscuridad en el GetsemanĆ­, la copa amarga de mi mal JesĆŗs bebiĆ³ por mĆ­. c En soledad Ɖl padeciĆ³ allĆ­. SufriĆ³, sangrĆ³ y expirĆ³; mi Salvador agonizĆ³ por mĆ­. Gabata fue al Redentor lugar de negaciĆ³n; la multitud al verle allĆ­, su muerte reclamĆ³. En GĆ³lgota, clavado en cruz, su sangre derramĆ³; para salvar y darme luz, JesĆŗs su vida dio. En gloria ya el Cristo estĆ”, no mĆ”s en soledad. Los redimidos gozarĆ”n todos en unidad. c Ā”En gloria ya! SĆ­, le verĆ© allĆ­; pues Ɖl me amĆ³ y me salvĆ³, y sĆ© que pronto volverĆ” por mĆ­. 519 1 Juan 4.8; Juan 3.16; Romanos 8.35; Efesios 3.19 Ā”Oh amor de Dios! su inmensidad el hombre no podrĆ” contar, ni comprender la gran verdad que Dios al hombre supo amar. Cuando el pecar entrĆ³ al hogar de AdĆ”n y Eva en EdĆ©n, Dios los sacĆ³, mas prometiĆ³ un Salvador tambiĆ©n. c Ā”Oh amor de Dios! brotando estĆ”, es sin medida, eternal. Por las edades durarĆ”, inagotable raudal. Si fuera tinta todo el mar y todo el cielo un gran papel, y todo hombre un escritor, y cada hoja un pincel, para escribir de tal amor, las aguas no bastarĆ­an; ni desde acĆ” al sol allĆ”, palabras nunca cabrĆ­an. Y cuando el mundo pasarĆ” con cada trama y plan carnal, y todo reino caerĆ” con cada trono mundanal, el gran amor del Redentor por siempre durarĆ”. La gran canciĆ³n de salvaciĆ³n su pueblo entonarĆ”. 520 IsaĆ­as 4.6, 32.2; Mateo 7.25 La PeƱa fuerte, el santo Dios, nos guarda de la tempestad. Busquemos pues su protecciĆ³n; nos guarda de la tempestad. c En tierra calurosa JesĆŗs nos da su sombra, sĆ­, su sombra, sĆ­. JesĆŗs es el peƱasco que sombra da; nos guarda de la tempestad. De dĆ­a templa el gran calor; nos guarda de la tempestad. Da paz de noche en derredor; nos guarda de la tempestad. La PeƱa de mi corazĆ³n, nos guarda de la tempestad. En cada amarga tentaciĆ³n, nos guarda de la tempestad. 521 Juan 21.1; Salmo 147.3; IsaĆ­as 49.15 Oye mi alma, es el SeƱor; no desprecies su amor. Cristo habla y es a ti: Ā«Di si me amas tĆŗ a mĆ­Ā». Ā«Cuando atado te librĆ©, cuando herido te sanĆ©; cambiĆ© tu oscuridad por la luz de la verdadĀ». Ā«No varĆ­a mi amor, nunca pierde su valor; mĆ”s profundo que el mar, es eterno y sin parĀ». Ā«Puede la madre olvidar al hijo de su amor. SĆ­, su amor podrĆ” variar; Yo no voy a cambiarĀ». Mi lamento es, SeƱor, que tan frĆ­o es mi amor. Yo deseo amarte mĆ”s; esta gracia me darĆ”s. 522 Juan 19.18, 20.1; Hechos 10.38 Buscando perdidos, Ā”oh SeƱor! dejaste el trono de gloria. Al mundo viniste con amor, Ā”oh maravillosa historia! c Ā”Oh maravillosa historia! JesĆŗs naciĆ³ en BelĆ©n. Ā”Oh maravillosa historia! Ɖl muriĆ³ en JerusalĆ©n. Haciendo el bien, Ā”oh SeƱor! a todos en el mundo, TĆŗ les mostraste el amor de tu corazĆ³n profundo. Levantado en cruz, Ā”oh SeƱor! entre dos malhechores; asĆ­ despreciaron tu amor los indignos pecadores. Mas resucitado, Ā”oh SeƱor! sacerdotes no pudieron guardarte en tumba con furor, ni soldados te vencieron. 523 Hebreos 5.9; Romanos 2.7 Escucha pobre pecador, en Cristo hay perdĆ³n. Oh ven a Ɖl y cree en Ɖl, en Ɖl hay salvaciĆ³n. c Ven a Cristo, ven a Cristo, ven a Emanuel, y la vida, vida eterna, hallarĆ”s en Ɖl. Por redimirte el Salvador su sangre derramĆ³, y en la vergonzosa cruz tu redenciĆ³n obrĆ³. Camino cierto es JesĆŗs que lleva a la paz. Pues ven a Ɖl, y cree en Ɖl; descanso hallarĆ”s. Ven con el santo pueblo fiel, dejando todo mal. AsĆ­ la paz de Dios tendrĆ”s y gloria inmortal. 524 Cantares 5.10; 1 Corintios 3.13; 1 Juan 3.2; Apocalipsis 22.20 Esperando la venida del SeƱor, que esto sea nuestro anhelo por amor. Ā”Nuestro amado, seƱalado, seƱalado entre diez mil! Pues el mismo Jesucristo va a venir; a su Iglesia, su SeƱor ha de recibir; el Glorioso, y Precioso, tan precioso no tarda ya. En el tribunal de Cristo se verĆ” de la obra nuestra cuĆ”nto nos valdrĆ”. ĀæYa quemada, o premiada, o premiada, cuĆ”l serĆ”? Anhelamos pronto verte, oh SeƱor, esperando la trompeta con fervor; semejantes cuanto antes, cuanto antes, al SeƱor. 525 Juan 3.18; Mateo 11.28 al 30; Romanos 6.23 Grande promesa, oh pecador, creyendo en Cristo, buen Salvador. El que en Ɖl crea, se salvarĆ”; el que rechaza, perecerĆ”. c CrĆ©elo ahora, oh pecador; acepta a Cristo, el Salvador. La vida pasa, el fin vendrĆ”. ĀæQuĆ© de tu alma? ĀæAdĆ³nde irĆ”? Grande descanso, oh pecador, viniendo a Cristo con tu dolor. Su yugo es fĆ”cil, su carga honor; todo se puede por el SeƱor. Grande regalo, oh pecador, la vida eterna, en el SeƱor. Mas el pecado, pago tendrĆ”; lago de fuego el Juez darĆ”. 526 Lucas 2.7, 22.42; Marcos 1.12; 1 Pedro 2.24, 3.18 Ā”QuĆ© maravilla! AllĆ­ en un establo nace tierno niƱo, llĆ”mase JesĆŗs. Magos adoran; buscan Herodes; Dios le ha mandado a traer la luz. c Mi precioso Salvador amante vino a salvarme, vive por guardarme, y hasta ver en gloria a mi Amado, quiero consagrarle todo mi ser. Ā”QuĆ© maravilla! Ya en el desierto, entre fieras visto, estĆ” el solo Dios. Hambre le acosa, SatanĆ”s le tienta, Ć”ngeles asisten, sĆ­guenle en pos. Ā”QuĆ© maravilla! Entra en el huerto; con voz lamentable ruega el SeƱor: Ā«Si es posible, pase esta copaĀ», y su sangre corre en mortal sudor. Ā”QuĆ© maravilla! Cuelgan al madero al divino Hombre, mĆ”ximo Creador. Por malos sufre, por impĆ­os muere; y asĆ­ comprueba que Dios es amor. 527 Lucas 2.10; Hechos 8.8; 1 Pedro 1.8 Yo sĆ© que JesĆŗs muriĆ³ por mĆ­, porque la Biblia dice asĆ­, por todo pecador. c Ā”Oh quĆ© grande gozo! Grande, grande gozo. Ā”Oh quĆ© grande gozo! JesĆŗs muriĆ³ en la cruz por mĆ­. JesĆŗs te ama, pecador, Āæpor quĆ© desprecias su amor, dejando de creer? Os dice Cristo: Ā«A mĆ­ venid, llevad la cruz, a mĆ­ seguid, hay galardĆ³n allĆ”Ā». El Salvador en gloria estĆ”, de donde pronto volverĆ”, su pueblo a llevar. 528 2 Corintios 4.4; 1 Corintios 13.13; IsaĆ­as 58.11; 1 Juan 2.16 Acudid a Cristo, porque Ɖl da felicidad. El brillo de este mundo es engaƱo y vanidad. Cristo es amigo fiel; a aquel que cree en Ɖl da mejores goces que este mundo da. c Da mejores goces que este mundo da; al creyente salva del poder del mal. SaciarĆ” tu corazĆ³n de esperanza, fe y amor. Da mejores goces que este mundo da. Acudid a Cristo, porque Ɖl quiere daros paz. Su amor destierra la aflicciĆ³n y trae el gran solaz. Contesta la oraciĆ³n, consuela el corazĆ³n; da mejores goces que este mundo da. Acudid a Cristo, porque Ɖl da la libertad. Lo bueno y agradable es hacer su voluntad. Ciega el diablo al pecador; y no sabe que el SeƱor da mejores goces que este mundo da. 529 Ɖxodo 12.13; Salmo 51.7 Mi Redentor muriĆ³ en la cruz, por pecadores todo Ɖl pagĆ³. Quien le reciba no temerĆ”, ya sus maldades JesĆŗs perdonĆ³. c Cuando Dios la sangre ve que el Hijo derramĆ³, en la cual el pecador se lavĆ³, Dios verĆ” con favor. A los peores Ɖl salvarĆ”; como promete, asĆ­ lo harĆ”. En Ɖl confĆ­a, Ā”oh pecador! vida eterna darĆ” el SeƱor. Ā”QuĆ© maravilla de gran amor, Cristo mostrĆ³ por el pecador! El que creyere salvo serĆ”; goces eternos Ć©l disfrutarĆ”. El juicio viene, allĆ­ estarĆ”s; si le rechazas, triste saldrĆ”s. No te detengas, ven a JesĆŗs, quien tus pecados llevĆ³ en la cruz. 530 Juan 19.30, 3.36 Ā«Consumado estĆ”Ā», dijo el Salvador. ĀæQuĆ© le puedes aƱadir, pobre pecador? De tus obras nada Cristo quiere ver, sino de lo alto has de renacer. c Ā”Gloria al Salvador! todo es hecho ya. En la cruz Ɖl dijo: Ā«Consumado estĆ”Ā». Ā”Gloria al Salvador! Ā«Consumado estĆ”Ā». Ā«Consumado estĆ”Ā», dijo el Salvador. Muchos desconfĆ­an, dudan de su amor; tratan de indigna la Palabra fiel; al infierno bajan despreciando a Ɖl. Ā«Consumado estĆ”Ā». Suene por doquier; salvos sois por gracia, nada hay que hacer. El que cree en Cristo, vida gozarĆ”; el que le rechaza se condenarĆ”. 531 Lucas 24.27,44; Hebreos 10.5 La Biblia revela a Cristo: la Ley nos da sombras de Ɖl; profetas su muerte decĆ­an, los Salmos tambiĆ©n cual vergel. c Velado en carne Ɖl vino; la vida a Dios consagrĆ³. Ɖl fue al Calvario, varĆ³n solitario, y todas mis culpas borrĆ³. Abel con altar le predijo; Abraham a su hijo atĆ³; MoisĆ©s ofreciĆ³ el cordero; a todos la sangre salvĆ³. Entonces el Verbo eterno en carne entre hombres morĆ³. Al fin seƱalole el Bautista y Dios de los cielos hablĆ³. Llevando la cruz tan pesada, al monte Calvario subiĆ³. Y Dios escondiole el rostro, cuando Ɖl mis pecados cargĆ³. La muerte no pudo vencerle; al cielo entonces subiĆ³, de donde espera su pueblo a Aquel que asĆ­ les amĆ³. 532 Hechos 2.22; 1 Reyes 10.7; Apocalipsis 5.13 De Cristo cada dĆ­a quiero yo mĆ”s cerca estar; Ɖl es mi Rey amable, mi precioso Salvador. No puedo en todo el mundo amigo cual JesĆŗs hallar, quien maravillas hace y prodigios sin cesar. c JamĆ”s podrĆ”n contarme de Cristo la mitad de su amor divino, su poder y majestad. Ya miro cerca el dĆ­a del regreso del SeƱor. Y yo, con muchos santos, al encuentro sin igual, iremos a las nubes, alabando con fervor a Cristo el Rey glorioso cuyo reino es eternal. Y cuando estemos salvos en su reino celestial, jamĆ”s nos cansaremos de servir al Salvador. Gozosos alzaremos nuestro cĆ”ntico triunfal, y de arpas mil los ecos subirĆ”n en su loor. 533 Deuteronomio 16.17; Salmo 73.17, 116.12,13, 126.3 Cuando tempestades hay en derredor y desanimados sois y con temor, ved las bendiciones que el SeƱor os da, y contadlas todas; son de JehovĆ”. c Ved lo mucho que el SeƱor os da. Ved lo mucho que el SeƱor os da. Bendiciones: son de nuestro Dios. Ved las bendiciones que el SeƱor os da. Cuando veis a otros con su rico haber, y tenĆ©is tan poco en vuestro poder, ved las bendiciones que el SeƱor os da, y contadlas todas; son de JehovĆ”. Cuando en la lucha con el tentador, recordad a Cristo y su gran amor. Ved las bendiciones que el SeƱor os da, y contadlas todas; son de JehovĆ”. 534 Lucas 7.38, 10.39; Apocalipsis 1.17 ĀæQuiĆ©n es Ɖl que con baldĆ³n nace fuera del mesĆ³n? c Es JesĆŗs, Ā”oh quĆ© historia! Es JesĆŗs, el Rey de gloria. A sus pies es mi lugar, alabando sin cesar. ĀæQuiĆ©n es Ɖl que ora asĆ­, postrado en GetsemanĆ­? ĀæQuiĆ©n es Ɖl por hombres mil levantado en cruz tan vil? ĀæQuiĆ©n, pues, al resucitar, con poder puede salvar? ĀæQuiĆ©n es Ɖl que bajarĆ”, y todo ojo le verĆ”? 535 1 Corintios 3.11; Deuteronomio 32.4,15,31 Es mi Ćŗnica solicitud JesĆŗs, su muerte y su virtud. No sigo de otros blanda voz; acudo a su llamar veloz. c En Cristo estoy, mi roca es Ɖl, no hay otro fundamento fiel. En Cristo estoy, mi roca es Ɖl, no hay otro fundamento fiel. Si largo el viaje pareciĆ³, jamĆ”s su gracia me faltĆ³. Si ruge fiera tempestad, es mi ancla ya su gran bondad. Aunque me asalten olas cien, su cruz, su sangre es mi sostĆ©n. Apoyo humano faltarĆ”, mas salvo soy si corro allĆ”. De la final trompeta al son me esconderĆ© en su corazĆ³n. Vestido de su santidad, irĆ© al trono en claridad. 536 Apocalipsis 1.5; Romanos 3.25; Hebreos 9.22 ĀæQuĆ© me puede dar perdĆ³n? SĆ³lo de JesĆŗs la sangre. ĀæY un nuevo corazĆ³n? SĆ³lo de JesĆŗs la sangre. c Precioso es el raudal que limpia todo mal. No hay otro manantial, sĆ³lo de JesĆŗs la sangre. No hay otra salvaciĆ³n, sĆ³lo de JesĆŗs la sangre. Quita la condenaciĆ³n sĆ³lo de JesĆŗs la sangre. CantarĆ© junto a sus pies: Ā«SĆ³lo de JesĆŗs la sangre. Ā”El Cordero digno es! SĆ³lo de JesĆŗs la sangreĀ». 537 Juan 4.14, 7.37; Lucas 22.20 Del agua de vida quien quiera beber, y arrepentido en Cristo creer, de todo pecado librado serĆ”, pues Cristo por siempre al tal salvarĆ”. c El don es de balde. JesĆŗs es capaz de satisfacer con dulcĆ­sima paz al hombre que acepta su pleno perdĆ³n, fiado en la sangre por su salvaciĆ³n. Mediante la sangre que Cristo vertiĆ³ del infeliz reo el rescate pagĆ³, y el Padre le brinda por cĆ©lico amor con sus bendiciones en Cristo el SeƱor. 538 1 Pedro 1.19, 5; IsaĆ­as 1.18 Ā”Sangre! sangre tan preciosa del SeƱor JesĆŗs; Ɖl borrĆ³ nuestros pecados en la cruz. Sangre pura que nos salva, nos redime ya. Paz perfecta sin mis obras Dios me da. Ā”Sangre! Sangre tan preciosa; no resistas mĆ”s. Su eficacia en salvarte, la verĆ”s. Tus pecados son tan rojos como el carmesĆ­. Esta sangre poderosa es por ti. Sangre de JesĆŗs, valiosa, libre para mĆ­; que me guarda de pecado, aun aquĆ­. Cuando en gloria estaremos, junto con JesĆŗs, con las huestes cantaremos de la cruz. 539 GĆ”latas 2.20; 1 Timoteo 1.15; Cantares 8.7 OĆ­ hablar de un Salvador, quien por mĆ­, quien por mĆ­, el mĆ”s indigno pecador, aun por mĆ­, aun por mĆ­, su patria celestial dejĆ³, forma de hombre Ɖl tomĆ³, y en vil cruz su vida dio, aun por mĆ­, aun por mĆ­. Crucificado fue JesĆŗs, aun por mĆ­, aun por mĆ­, y abandonado de su Dios fue por mĆ­, fue por mĆ­. Tu voz me dice, Salvador: Ā«Llevado por intenso amor, por ti sufrĆ­ tanto dolor, sĆ­, por ti, sĆ­, por tiĀ». 540 Hebreos 4.15; Juan 14.27; Proverbios 17.17, 18.24 ĀæHay aquĆ­ quien nos ayude, quien comprenda nuestro ser, cuando el alma estĆ” transida de dolor? ĀæHay quien sienta simpatĆ­a, nuestra condiciĆ³n al ver, y nos dĆ© lo que deseamos con amor? c Uno hay, uno hay; en Cristo el bendito uno hay. Cuando viene aflicciĆ³n a nuestro corazĆ³n, un amigo hay en Cristo, uno hay. ĀæHay aquĆ­ quien nos ayude nuestra carga a llevar, aunque grave y difĆ­cil pueda ser? ĀæHay quien quiera con ternura al caĆ­do levantar, y en sus brazos amorosos recoger? ĀæHay aquĆ­ quien nos ayude, quien nos dĆ© tranquilidad cuando estamos bajo el peso del dolor? ĀæQuien al pecador ofrezca el perdĆ³n de su maldad, y por Ć©l se sacrifique con amor? 541 1 Timoteo 1.12; 1 Juan 3.2; Filipenses 4.7 En Cristo amor abunda, en Ɖl hay redenciĆ³n; en Ɖl manĆ” diario, en Ɖl consolaciĆ³n. En Ɖl hay paz y gozo, en Ɖl tranquilidad; en Ɖl salud completa, en Ɖl serenidad. c Ā”En Ɖl, en Ɖl! Su santo servicio es un gran honor. Ā”En Ɖl, en Ɖl! Ā”Sublime Salvador! En Ɖl descanso ahora, mi boca llena estĆ” de todos sus favores que Ɖl a mĆ­ me da. JesĆŗs, yo te adoro, porque me guardas, sĆ­, en paz y gracia firme, sirviendo sĆ³lo a Ti. Mas cuando vea a Cristo, su rostro a contemplar, entonces en su imagen, fĆ”cil serĆ” adorar con himnos de alabanza por su humanidad, y dar a Ɖl la gloria por la eternidad. 542 Lamentaciones 3.19; Lucas 22.44; Salmo 42.7 Ve a Cristo, alma fiel, Ɖl por ti bebiĆ³ la hiel. Tu rescate Ɖl comprĆ³ y del mal te libertĆ³. Maravilla de su amor, se humanĆ³ el Salvador. Medita en GetsemanĆ­ sudor cual sangre cae allĆ­. Ve las olas avanzar su alma santa a llenar. Enteramente a Ɖl cayĆ³ la ira que a mĆ­ tocĆ³. AdorĆ©mosle con fe; Ɖl es digno yo lo sĆ©. Toma, SeƱor, mi corazĆ³n comprado por tamaƱo don. 543 Salmo 73.24, 45.2, 84.11; JeremĆ­as 18.6 GuĆ­ame siempre, oh mi SeƱor; guĆ­ame siempre en tu amor, hasta que todos vean en mĆ­ la gracia libre que viene de Ti. 544 Hechos 10.43, 17.32, 26.28; Hebreos 12.25 Otra vez el evangelio escuchaste, pecador; otra vez la voz de Cristo te ha hablado con amor. c Ven creyendo, ven creyendo; ven a Cristo y vivirĆ”s. Ven creyendo, ven creyendo; ven a Cristo y vivirĆ”s. Tu alma es campo de batalla entre el diablo y JesĆŗs; quiere SatanĆ”s tu muerte, Cristo quiere tu salud. RĆ­ndete a Cristo y deja tu atrevida rebeliĆ³n. Vuelve a Dios contrito ahora, y recibe su perdĆ³n. 545 Efesios 2.3,12; Romanos 5.8; Tito 1.4 AƱos mi alma en vanidad viviĆ³, ignorando a quien por mĆ­ sufriĆ³, o que en el Calvario padeciĆ³ el Salvador. c Mi alma allĆ­ divina gracia hallĆ³; Dios allĆ­ perdĆ³n y paz me dio. Del pecado allĆ­ me libertĆ³ el Salvador. Por la Biblia miro que pequĆ©, y su ley divina quebrantĆ©. Mi alma entonces contemplĆ³ con fe al Salvador. Toda mi alma a Cristo ya entreguĆ©; hoy le quiero y sirvo como a Rey. Por los siglos siempre cantarĆ© al Salvador. En la cruz su amor Dios demostrĆ³, y de gracia al hombre revistiĆ³, cuando por nosotros se entregĆ³ el Salvador. 546 Salmo 8.1, 19.1; Job 36.26; 1 Timoteo 1.15; Apocalipsis 5.12 SeƱor mi Dios, al contemplar los cielos, el firmamento y las estrellas mil, al oir tu voz en los potentes truenos, y ver brillar el sol en su cenit... c Mi corazĆ³n entona la canciĆ³n: Ā«Ā”CuĆ”n grande es Ɖl, cuĆ”n grande es Ɖl!Ā» Mi corazĆ³n entona la canciĆ³n: Ā«Ā”CuĆ”n grande es Ɖl, cuĆ”n grande es Ɖl!Ā» Al recorrer los montes y los valles, y ver las bellas flores al pasar, al escuchar el canto de las aves, y el murmurar del claro manantial... Cuando recuerdo del amor divino que desde el cielo al Salvador enviĆ³, aquel JesĆŗs, que por salvarnos vino y en una cruz sufriĆ³, por mĆ­ muriĆ³... Cuando el SeƱor me llame a su presencia, al dulce hogar, al cielo de esplendor, le adorarĆ©, cantando la grandeza de su poder y de su gran amor. 547 Marcos 8.36; Lucas 18.23; Salmo 107.35 Si yo gano el mundo y pierdo a Cristo, ĀæquĆ© provecho para mĆ­ serĆ”? Si en traje mundanal me visto, ĀæcuĆ”l loor el mundo me darĆ”? Si yo tengo a Cristo por mi amigo, si yo estoy confiando en su poder, Ɖl promete siempre andar conmigo, y lo necesario proveer. Si tuviera yo mundanos bienes, y ganara fama sin igual, tĆŗ, oh mundo vil, ĀæquĆ© premio tienes que iguale a vida eternal? Por gozar placeres sin medida, y amigos, tierra y amor, Āædebo yo perder, en mi salida de la vida aquĆ­, el Salvador? Sin JesĆŗs, Ā”cuĆ”n triste estĆ” el alma! Ā”CuĆ”n vacĆ­o el corazĆ³n sin Ɖl! SĆ³lo Ɖl torna tempestad en calma, y desierto seco en un vergel. Sin JesĆŗs hay sĆ³lo noche oscura, miserable, triste soledad. ĀæQuĆ© serĆ­a morar en la negrura, sin alivio por la eternidad? 548 GĆ©nesis 2.24; Hebreos 13.4; Romanos 8.35; Efesios 3.19; Juan 2.2; Efesios 5.25,33 Dios bendiga las almas unidas por los lazos de amor sacrosanto, y las guarde de todo quebranto en el mundo de espinas erial. Que el hogar que a formarse comienza con la uniĆ³n de estos dos corazones, goce siempre de mil bendiciones al amparo del Dios de Israel. Que el SeƱor, con su dulce presencia, cariƱoso estas bodas presida, y conduzca por sendas de vida a los que hoy se han jurado lealtad. Les recuerde que nada en el mundo es eterno, que todo termina, y por tanto con gracia divina cifrar deben la dicha en su Dios. Que los dos que ante Ti se aproximan a jurarse su fe mutuamente, busquen siempre de Dios en la fuente el secreto de dicha inmortal. Y si acaso de duelo y tristeza se empaƱasen sus sendas un dĆ­a, en JesĆŗs hallarĆ”n dulce guĆ­a que otra senda les muestre mejor. 549 Judas 25; 1 Timoteo 6.15,16 Dulzura sin igual allĆ” se ve en el Salvador. El que muriĆ³, sentado estĆ” en majestad y honor, en majestad y honor. NingĆŗn mortal jamĆ”s podrĆ” con Cristo comparar. Ɖl es el mĆ”s hermoso allĆ”, que en gloria he de mirar, que en gloria he de mirar. Me vio hundido en aflicciĆ³n, me vino a rescatar. Por mĆ­ sufriĆ³ crucifixiĆ³n, llevando mi pesar, llevando mi pesar. Le debo todo lo que soy; me alegra el corazĆ³n. La muerte no me asusta hoy: habrĆ” resurrecciĆ³n, habrĆ” resurrecciĆ³n. Por tal bondad le soy deudor; quisiera hoy poder mil corazones, al SeƱor, en gracias ofrecer, en gracias ofrecer. 550 Mateo 13.55; Hebreos 10.5, 1.3; Marcos 15.34; Lucas 24.51 No vimos cuando TĆŗ, SeƱor, dejaste el trono celestial; y nunca fuimos, Salvador, a tu pesebre terrenal. Pero sabemos que es verdad: aquĆ­ naciste en humildad, aquĆ­ naciste en humildad. JamĆ”s entramos al hogar del carpintero en Nazaret; y no te vimos caminar a orillas del Genesaret. Pero sabemos que es verdad: velaste tu divinidad, velaste tu divinidad. No te pudimos escuchar orando en el GetsemanĆ­; y no te oĆ­mos exclamar: Ā«ElĆ­, lama sabactaniĀ». Pero sabemos que es verdad: moriste por la humanidad, moriste por la humanidad. La tumba no pudimos ver despuĆ©s de tu resurrecciĆ³n; y no te vimos ascender despuĆ©s de dar tu bendiciĆ³n. Pero sabemos que es verdad: sentado estĆ”s en majestad, sentado estĆ”s en majestad. SĆ­, te veremos, oh SeƱor, pues prometiste regresar; y te esperamos, Salvador, morada fuiste a preparar. Nos gozaremos, en verdad, contigo por la eternidad, contigo por la eternidad. 551 1 Corintios 11.23 al 30, 10.16 El pan, la copa, aquĆ­ en medio estĆ”n; dos sĆ­mbolos que nos ayudarĆ”n memoria hacer de Ti, Ā”oh Salvador! al celebrar Ā«la cena del SeƱorĀ». Aunque invisible, TĆŗ tambiĆ©n estĆ”s, y el tema de esta reuniĆ³n serĆ”s. Para adorar, el Padre nos buscĆ³; su Santo EspĆ­ritu nos congregĆ³. Tu cuerpo santo Dios lo preparĆ³; grande misterio: en Ti Ɖl habitĆ³. Comiendo el pan, lo hacemos con temor al discernir Ā«el cuerpo del SeƱorĀ». En esta copa vemos bendiciĆ³n, pues TĆŗ bebiste ya la maldiciĆ³n. Sobre la cruz vertiste, con amor, sangre preciosa por el pecador. El pan, la copa, quedarĆ”n atrĆ”s; en gloria emblemas no usaremos mĆ”s. Eternamente, ya no como aquĆ­, adoraremos, Ā”viĆ©ndote a Ti! 552 Mateo 18.20; GĆ©nesis 22.9; Salmo 22.1 Congregados en tu nombre, invisible, estĆ”s aquĆ­. Eres Dios, y tambiĆ©n hombre; Ā”oh, SeƱor! no hay otro asĆ­. A tu Padre le diremos de las glorias de tu Ser, aunque poco comprendemos de lo que Ɖl sĆ­ puede ver. ĀæCĆ³mo fue que te humillaste al venir hasta BelĆ©n, y en el GĆ³lgota colgaste, fuera de JerusalĆ©n? De tu Padre, Hijo Amado, cual Isaac sobre el altar; por tu Dios desamparado, sin carnero en tu lugar. ĀæCuĆ”nto fue lo que sufriste en la cruz por nuestro mal? ĀæCĆ³mo fue que TĆŗ moriste siendo Dios, el Inmortal? En la gloria te veremos sobre el trono, en majestad, y, SeƱor, aprenderemos mĆ”s de Ti en la eternidad. 553 Lucas 22.19; 1 Corintios 11.25 SeƱor, la misma noche de angustia y de dolor, cuando entregado fuiste por mano del traidor, tu dulce voz oĆ­mos: Ā«Memoria haced de mĆ­Ā». Con gratitud queremos memoria hacer de Ti. Pensamos en las horas de negra oscuridad, las olas y las ondas: Ā”SeƱor, quĆ© tempestad! Tu inmenso amor y gracia se demostrĆ³ allĆ­. Deseamos, conmovidos, memoria hacer de Ti. Te vemos exaltado por tu resurrecciĆ³n; cabeza de tu Iglesia, gloriosa posiciĆ³n. Por gracia en Ti aceptos, rodeĆ”moste aquĆ­. Sublime el privilegio memoria hacer de Ti. Y hasta que TĆŗ vengas tu Iglesia a arrebatar, a compartir tu gloria y en tu presencia estar, tal gozo anticipando, queremos hoy asĆ­, tu muerte anunciando, memoria hacer de Ti. 554 Juan 1.1,14; 1 Pedro 1.12 Eres el Verbo eternal, Hijo Ćŗnico de Dios; su manifestaciĆ³n final, Hijo de su amor. c TĆŗ eres digno, oh SeƱor, de recibir ferviente loor, de recibir ferviente loor. La gloria de tu Padre Dios en Ti se revelĆ³; en Ti la plenitud de Dios en hombre habitĆ³. Imagen de invisible Dios; de luz el resplandor; esencia del divino ser se ve en tu corazĆ³n. Ni Ć”ngel puede comprender misterio tan veraz. El Padre sĆ³lo de tu ser es de entender capaz. AmĆ”ndote en quien su amor el Padre derramĆ³, tus miembros gozan del favor de quien te aceptĆ³. Del universo entero, su centro y sol serĆ”s. Los cĆ”nticos y el loor por siempre gozarĆ”s. 555 1 Timoteo 1.12 al 17 Gloria a Ti, AltĆ­simo SeƱor, Ā”mi Salvador! Sentado en alta majestad y honor, Ā”te doy loor! Tu pueblo al disfrutar tu plenitud eleva su profunda gratitud. Triste la noche; angustia y gran dolor, — Ā”GetsemanĆ­! — cual sangre son las gotas de sudor que caen allĆ­. ĀæLa voluntad del Padre es para Ti beber la copa amarga en vez de mĆ­? De espinas coronado en la cruz, Ā”quĆ© crueldad! Oh, Āæpor quĆ© a mĆ­ mostrar, SeƱor JesĆŗs, tan gran bondad? Ā”CuĆ”nto quisiera mi alma comprender amor tan vasto en tu divino ser! Tu sangre tan preciosa en expiaciĆ³n vertiste allĆ­ para salvarme de la perdiciĆ³n; Ā”loor a Ti! Nada podrĆ” cambiar tu gran favor, ni separarme de tu eterno amor. Inagotable cual inmenso mar tu amor por mĆ­. Profundo amor, que no podrĆ© sondear, encuentro en Ti. Cuando a tus pies en gloria estarĆ©, por el Calvario aĆŗn te alabarĆ©. 556 Salmo 19.14; Hechos 4.12 Ā”Oh! que tuviera lenguas mil del Redentor cantar, las glorias de mi Dios y Rey, los triunfos de su amor. Bendito mi SeƱor y Dios, te quiero proclamar; decir al mundo en derredor tu nombre sin igual. Dulce es tu nombre para mĆ­, pues quita mi temor; en Ɖl hay salud y paz para el pobre pecador. Rompe cadenas del pecar, al preso librarĆ”. Su sangre limpia al ser mĆ”s vil. Ā”Gloria a Dios! soy limpio ya. 557 Romanos 8.12; Lucas 16.5 Mi vida di por ti, mi sangre derramĆ©. Por ti inmolado fui, por gracia te salvĆ©. Por ti, por ti mi vida di, ĀæquĆ© has dado tĆŗ por mĆ­? Mi celestial mansiĆ³n, mi trono de esplendor, dejĆ© por rescatar al mundo pecador. SĆ­, todo Yo dejĆ© por ti, ĀæquĆ© dejas tĆŗ por mĆ­? Reproches, aflicciĆ³n y angustias Yo sufrĆ­. La copa amarga fue que Yo por ti bebĆ­. Reproches Yo por ti sufrĆ­, ĀæquĆ© sufres tĆŗ por mĆ­? De mi celeste hogar te traigo el rico don del Padre Dios de amor, la plena salvaciĆ³n. Mi don de amor te traigo a ti, ĀæquĆ© ofreces tĆŗ por mĆ­? 558 JeremĆ­as 31.3; 1 Juan 4.19 ĀæLejos viniste, oh Amado, para buscarme a mĆ­? Desde la gloria del cielo vine a buscarte a ti. De alturas ya invisibles, tras los planetas y el sol; inmensurable distancia vine por ti en amor. ĀæMucho dejaste, oh Amado, cuando viniste por mĆ­? Hogar en el seno del Padre; esto dejĆ© Yo por ti. Tras la canciĆ³n y homenaje, triste, perdido te vi. La libertad, luz y gloria: todo dejĆ© Yo por ti. ĀæMucho sufriste, oh Amado, para traerme la luz? Burla, azotes, espinas, muerte atroz en la cruz. Ira de Dios, Ā”quĆ© tristeza! Su pena cayĆ³ sobre mĆ­; bajo la vara de enojo, por culpa tuya sufrĆ­. Y, ĀæcuĆ”nto tiempo, mi Amado, hace que me amas asĆ­? Antes que el mundo fue hecho, ya mi esposa escogĆ­. Antes que seres celestes daban excelso loor, a Dios ofrecĆ­ inmolarme. Ā”Eterno, eterno mi amor! 559 1 Corintios 15.43; Juan 13.7 Cuando al fin en paz lleguemos a la patria celestial, al SeƱor alabaremos en concierto universal. Estas pruebas y aflicciones terrenales cesarĆ”n, y su faz, sin distracciones, nuestros ojos mirarĆ”n. c Ā”Oh quĆ© dĆ­a tan glorioso! Nubes negras ya no habrĆ” cuando allĆ”, en pleno gozo, Dios las penas quitarĆ”. Todos ya resucitados, nuestros cuerpos brillarĆ”n; y por Dios perfeccionados, al cumplir su eterno plan; aunque aquĆ­, en las penumbras de este valle de dolor, fue difĆ­cil, entre sombras, ver propĆ³sitos de amor. Olvidar jamĆ”s podremos su cuidado y compasiĆ³n, pues allĆ” recordaremos su ternura en la aflicciĆ³n. Nos guiĆ³ por el camino, nuestras cargas Ɖl llevĆ³; con poder y amor divino, nunca nos abandonĆ³. De las pruebas de la vida Dios darĆ” su explicaciĆ³n: toda duda esclarecida y el porquĆ© de la aflicciĆ³n. Juntos nos asombraremos del diseƱo de su plan, y sin lĆ”grimas veremos la razĆ³n de nuestro afĆ”n. 560 Romanos 12.1; Filipenses 2.17, 4.18; 2 Corintios 8.5 Cuando allĆ”, al SeƱor mirarĆ©: sonriente faz, hermosa faz. Ante Ɖl yo me preguntarĆ©: ĀæPor quĆ© no le di mucho mĆ”s? c MĆ”s, mucho mĆ”s, mĆ”s de mi vida, Āæno fui capaz? Ante Ɖl yo me preguntarĆ©: ĀæPor quĆ© no le di mucho mĆ”s? Cuando allĆ”, y Ɖl su mano me dĆ© — manos asĆ­, Ā”nadie jamĆ”s! — ante Ɖl, yo me preguntarĆ©: ĀæPor quĆ© no le di mucho mĆ”s? En la luz de ese bello hogar, con el SeƱor, viendo su faz, ante Ɖl, yo podrĆ© recordar que un dĆ­a yo quise dar mĆ”s. c Hoy, desde hoy, toda mi vida en ofrenda le doy; porque asĆ­, sin reservas pondrĆ© ante Ɖl lo que fui desde hoy. 561 2 Timoteo 4.6; 1 Juan 3.2 Al cumplir mi jornada de esta vida terrenal, del SeƱor JesĆŗs allĆ” recibirĆ© muy cordial bienvenida a su casa celestial; su sonrisa es lo primero que verĆ©. c Ā”Oh quĆ© gozo al conocerle! Redimido, a su lado yo estarĆ©. Ā”Oh, quĆ© gozo al conocerle! Y sus manos heridas yo verĆ©. Inefable experiencia cuando al fin le mirarĆ©; esos ojos tan hermosos brillarĆ”n. Por su misericordia y su amor le alabarĆ©, y mis pies en calles de oro andarĆ”n. Tengo amados en gloria, mi llegada anhelan ver; bien recuerdo despedidas con dolor. Aunque ya transformados, yo los voy a conocer, pero quiero ver primero a mi SeƱor. Revestido de blanco, por las puertas entrarĆ© cuando llegue tan glorioso amanecer; y en el coro celeste con millones cantarĆ©, no sin antes a mi Cristo conocer. 562 Hechos 2.42; 1 Timoteo 2.1; Hechos 3.1 En la hora de oraciĆ³n, juntos en humildad, ante el trono de gracia, y con necesidad, confesando nuestro mal y gozando el perdĆ³n, Padre, somos tus hijos: danos hoy tu bendiciĆ³n. c Ā”Oh, quĆ© bendiciĆ³n! Ā”Grande consolaciĆ³n! Nuestras almas descansan en la hora de oraciĆ³n. En la hora de oraciĆ³n, damos gracias a Ti que en el cielo JesĆŗs intercede allĆ­. Ɖl sufriĆ³ nuestro dolor, compasiĆ³n nos tendrĆ”; oportuno socorro, sacerdote fiel serĆ”. En la hora de oraciĆ³n, no podemos dudar; hoy confiamos que TĆŗ nos podrĆ”s contestar. Si es tu santa voluntad, actuarĆ”s con poder; Padre, ayĆŗdanos siempre solamente a creer. En la hora de oraciĆ³n, quita el sueƱo de aquĆ­, la lecciĆ³n aprendamos del GetsemanĆ­: Nuestra carne dĆ©bil es, hay que orar sin cesar. El SeƱor viene pronto: Ā”sĆ­, debemos hoy velar! 563 Filipenses 3.14; Ɖxodo 32.29; Romanos 12.11 Quiero consagrarme hoy, sin reservas todo doy. Holocausto en el altar, sĆ³lo a Dios quiero agradar, sĆ³lo a Dios quiero agradar. Mis oĆ­dos abrirĆ”s; tuyo soy, me marcarĆ”s. Cual esclavo en la antigĆ¼edad, no me des mi libertad, no me des mi libertad. Manos listas para Ti, diligencia ve en mĆ­. Sin pereza, con fervor, servirĆ© a mi SeƱor, servirĆ© a mi SeƱor. Quiero que tu voluntad cumplas sin dificultad. Alfarero TĆŗ serĆ”s; barro soy, que formarĆ”s, barro soy, que formarĆ”s. Esta voz podrĆ”s usar, tu Palabra al proclamar. Vaso humilde quiero ser en que muestres tu poder, en que muestres tu poder. Mi dinero quiero dar, nardo puro derramar a tus pies. Yo sĆ© SeƱor, bien mereces lo mejor, bien mereces lo mejor. Y mis pies TĆŗ guiarĆ”s; no me detendrĆ© jamĆ”s. MĆ”ndame, Āæa dĆ³nde irĆ©? LlĆ”mame, te seguirĆ©. LlĆ”mame, te seguirĆ©. 564 Romanos 6.11; Hebreos 13.5 Crucificado con Cristo estoy, resucitado con Ɖl vivo hoy, mirando a Cristo confiado yo voy: cada momento, SeƱor, tuyo soy. c Cada momento, guardado en su amor; cada momento con mi Salvador. Mirando a Cristo confiado yo voy; cada momento, SeƱor, tuyo soy. Nunca en conflictos me abandonarĆ”, nunca una lucha que Ɖl no pelearĆ”, nunca enemigos que Ɖl no vencerĆ”: cada momento su fuerza me da. Nunca una prueba en que Ɖl no estarĆ”, nunca una carga que Ɖl no llevarĆ”, nunca una pena que Ɖl no sentirĆ”: cada momento Ɖl me cuidarĆ”. Nunca un gemido que Ɖl no pueda oir, nunca una angustia que Ɖl no ha de sentir, nunca un temor que Ɖl no pueda extinguir: cada momento conmigo ha de ir. Nunca me deja en mi debilidad, nunca termina su felicidad, nunca varĆ­a su tierna amistad: cada momento, Ā”quĆ© inmensa bondad! 565 Efesios 2.12; Lucas 13.25 Ā”Sin un Salvador, sin Cristo! Oh, ĀæcĆ³mo puede ser? Cual un barco sin piloto en un tempestuoso mar. c Sin refugio ni esperanza, sin JesĆŗs, Āæpor quĆ© vivir? ĀæQuĆ© serĆ” morir sin Cristo? Ā”QuĆ© terrible porvenir! Sin un Salvador, sin Cristo, Ā”quĆ© lĆŗgubre existir! Sin alivio ni consuelo ahora y en lo porvenir. Sin un Salvador, sin Cristo, sin un Amigo fiel: triste es vivir sin Cristo. ĀæQuĆ© serĆ­a morir sin Ɖl? Sin un Salvador, sin Cristo: sin luz navegarĆ”s. Ā”Oh, refĆŗgiate en Cristo! pues sin Ɖl te perderĆ”s. Ā”Sin un Salvador, sin Cristo! En Ɖl confĆ­a ya; antes de cerrar la puerta, entra, y Ɖl te salvarĆ”. c Con refugio y esperanza, con JesĆŗs grato es vivir. Ā”Oh, quĆ© paz morir con Cristo! Ā”quĆ© glorioso porvenir! 566 Filipenses 2.8; Hebreos 2.9 Desde la gloria el Salvador vino a morir por el pecador. Hasta la cruz fue con gran amor: Ɖl muriĆ³ por mĆ­. c Ɖl muriĆ³ por mĆ­, Ɖl muriĆ³ por mĆ­; canto con gozo de mi SeƱor, Ɖl muriĆ³ por mĆ­. Cristo pagĆ³ todo a mi favor, obra costosa del Redentor. Ya perdonado, no soy deudor: Ɖl muriĆ³ por mĆ­. Grata noticia de salvaciĆ³n: ya no verĆ© la condenaciĆ³n. Cristo llevĆ³ toda transgresiĆ³n, Ɖl muriĆ³ por mĆ­. 567 Hechos 16.31; Juan 20.31 El mensaje antiguo es, muy vigente a la vez; oye hoy con interĆ©s, Ā”crĆ©elo ahora! Se te ofrece salvaciĆ³n, vida eterna, paz, perdĆ³n, y en el cielo una mansiĆ³n, Ā”crĆ©elo ahora! c Ā”CrĆ©elo ahora! Ā”CrĆ©elo ahora! ĀæPor quĆ© vas a demorar? Ven hoy mismo sin tardar. Ā”CrĆ©elo ahora! Ā”CrĆ©elo ahora! Pues no siempre habrĆ” lugar. Ā”CrĆ©elo ahora! Ā«En la senda del error ando yo, un pecador; necesito al Salvador, creo ahora. Ā”QuĆ© destino tan atroz! Ā”Ten piedad de mĆ­, oh Dios! A mi vicio dije: ‘AdiĆ³s’; Ā”creo ahora!Ā» Ā«En la cruz JesĆŗs muriĆ³; Ɖl por mĆ­ su vida dio. Todo hecho ya quedĆ³, creo ahora. Ā”Oh, quĆ© gran seguridad! Ā”Salvo por la eternidad! Esta es mi oportunidad, Ā”creo ahora!Ā» 568 JeremĆ­as 35.17; Lucas 13.34; Hebreos 2.3; GĆ©nesis 6.3 A ti, pecador, Dios llamĆ”ndote estĆ”. ĀæEn vano le dejas llamar? LlamĆ³ cuando en calma tu viaje iba bien, llamĆ³ en la tormenta del mar. c Ā”Oh vuĆ©lvete ahora, navega hacia el puerto! pues Cristo es el ancla allĆ”. Millones viajando sin rumbo han muerto: tu alma en peligro estĆ”. Y tĆŗ, pecador, que no quieres oĆ­r, muy sordo has sido a su voz; te cansas de tanto escucharle llamar, Āæy quĆ© si se cansara Dios? Si hoy, pecador, el EspĆ­ritu ya decida alejarse de ti, dejĆ”ndote solo, no contenderĆ”, por mĆ”s que quisieras que sĆ­. Tal vez, pecador, la paciencia de Dios muy pronto se pueda agotar, y al puerto celeste al cual te llamĆ³ ya nunca te deje arribar. 569 Hechos 24.25 al 27, 26.28,29; AmĆ³s 4.12 Una lĆ­nea rebasa el que ignora al SeƱor, y el EspĆ­ritu no llama mĆ”s. Con el mundo tĆŗ corres veloz, sin temor: piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s? c Piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s? hoy podrĆ­as morir; tus placeres aquĆ­ dejarĆ”s. Al infierno, sin Cristo, tendrĆ­as que ir: piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s? ĀæCĆ³mo despreciarĆ”s el regalo de Dios, por los vicios que tĆŗ amas mĆ”s? De este mundo, quizĆ”s, quieres hoy ir en pos: piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s? En su misericordia Dios quiere salvar, pero tiempo no siempre tendrĆ”s. Hoy la puerta estĆ” abierta y puedes entrar: piensa bien, piensa bien, ĀæquĆ© harĆ”s? 570 Mateo 7.14; Juan 1.43 Viajando al cielo arriba voy, Āæquieres ir? Āæquieres ir? De Dios la invitaciĆ³n te doy, Āæquieres ir? Millones han llegado ya, con Cristo estĆ”n en gloria allĆ”, y tĆŗ que estĆ”s aĆŗn acĆ”: Āæquieres ir? Āæquieres ir? En calles de oro andarĆ©, Āæquieres ir? Āæquieres ir? Ni penas ni dolor tendrĆ©, Āæquieres ir? Celeste hogar Ā”quĆ© bendiciĆ³n! ni enfermedad, ni maldiciĆ³n; jamĆ”s habrĆ” separaciĆ³n. ĀæQuieres ir? ĀæQuieres ir? Camino angosto es JesĆŗs, Ā”puedes ir! Ā”puedes ir! La puerta estrecha abriĆ³ en la cruz, Ā”puedes ir! Creyendo en Ɖl hay salvaciĆ³n, seguridad, satisfacciĆ³n, y no verĆ”s condenaciĆ³n. Ā”Puedes ir! Ā”Puedes ir! Ā«El cielo oyĆ³ mi decisiĆ³n: Ā”sĆ­ irĆ©! Ā”sĆ­ irĆ©! Acepto ya la invitaciĆ³n, Ā”sĆ­ irĆ©! A mis amigos digo ‘AdiĆ³s’, caminarĆ© de Cristo en pos, por el Calvario llego a Dios. Ā”SĆ­ irĆ©! Ā”SĆ­ irĆ©!Ā» 571 Lucas 17.11, 18.36, 19.1 ĀæHay corazĆ³n esperando, triste, anhelando perdĆ³n? Hoy Cristo viene pasando, te ofrece tal bendiciĆ³n. c Cristo JesĆŗs va pasando muy cerca de aquĆ­. Cristo JesĆŗs va pasando, pasando cercano a ti. ĀæHay corazĆ³n hoy vagando, lejos, sin rumbo ni paz? Cristo te viene buscando, pasando allĆ­ donde estĆ”s. ĀæHay corazĆ³n quebrantado, que quiere ya descansar? ĀæOyes de Cristo el llamado? Pasando, Ɖl puede salvar. Ven, pecador, sin demora; pronto JesĆŗs pasarĆ”, y si no vienes ahora, al irse, te dejarĆ”. 572 Lucas 15 La oveja se perdiĆ³; tras ella el buen pastor, dejando todo la buscĆ³, movido por su amor. Perdido asĆ­ me vi, mas Cristo me encontrĆ³, hasta la cruz Ɖl fue por mĆ­ y allĆ­ me rescatĆ³. Moneda de valor una mujer perdiĆ³; con diligencia, luz, fervor, su casa ella barriĆ³. Perdido asĆ­ me vi, mas Dios me pudo ver, su EspĆ­ritu obrĆ³ en mĆ­, y yo volvĆ­ a nacer. El prĆ³digo saliĆ³ muy lejos del hogar; perdidamente Ɖl viviĆ³, y quiso regresar. Perdido asĆ­ me vi, arrepentido estoy; amor del Padre recibĆ­, y perdonado soy. 573 IsaĆ­as 7.14; Lucas 2.12,34; Mateo 12.39; ZacarĆ­as 12.10; Hechos 4.12; Romanos 10.9 SeƱal dada por Dios mismo a un mundo pecador: en BelĆ©n humilde virgen dio a luz al Salvador. Y pastores con gran gozo adorĆ”ronle a Ɖl, niƱo envuelto en paƱales en pesebre, el Emanuel. c Es JesĆŗs el seƱalado quien te vino a buscar. Es JesĆŗs y ningĆŗn otro quien te puede hoy salvar. Es JesĆŗs a quien tĆŗ debes aceptar por Salvador. Es JesĆŗs a quien tus labios deben confesar SeƱor. Cristo en cruz, seƱal divina que traspasa el corazĆ³n; contradicha es por muchos cuyo fin es perdiciĆ³n. Aquel cuerpo que en vida era templo de su Dios, destruido fue por hombres, mas ya vive para nos. Sepultado por tres dĆ­as, luego Ɖl resucitĆ³; seƱal de JonĆ”s profeta que al alma Dios nos dio. Pronto el Cristo, Rey de Reyes, desde el cielo bajarĆ”, y el mundo despertado su rechazo llorarĆ”. 574 Lucas 2.7; Hebreos 13.12; Lucas 13.25 Sin alcoba quieta, sin cuna, sin luz; sĆ³lo un pesebre gozaba JesĆŗs. Sin cantos alegres, sin lamentaciĆ³n; lugar le prestaron fuera del mesĆ³n. c JesĆŗs estĆ” aĆŗn afuera, Ā”Oh! hazle un hogar. Que no te diga mĆ”s allĆ”: Ā«Ni tĆŗ tendrĆ”s lugarĀ». Le echaron fuera de una ciudad, cuando les hablaba de gracia y verdad. Le desconocieron al SeƱor de Sion; le crucificaron fuera del mesĆ³n. Mas no se ha ido nuestro Salvador; Ɖl quiere mostrarnos su grande amor. Ɓbrele la puerta de tu corazĆ³n: es dĆ­a de gracia fuera del mesĆ³n. 575 GĆ©nesis 6 al 9 En los dĆ­as de NoĆ© Dios avisĆ³ con tiempo que lluvia del cielo iba a caer, dĆ”ndole muerte a todo ser. c Muchos no creyeron. Muchos no creyeron. Muchos no creyeron, no seas tĆŗ asĆ­. Dios un arca diseĆ±Ć³ y este NoĆ© la construyĆ³. Fue la manera de salvar al que quisiera allĆ­ entrar. c SĆ³lo Cristo salva. SĆ³lo Cristo salva. SĆ³lo Cristo salva al pobre pecador. Hasta el arca fueron, sĆ­, los animales, porque allĆ­ el Creador los protegiĆ³. De dos en dos Ɖl los llamĆ³. c Dios te estĆ” llamando, Dios te estĆ” llamando, Dios te estĆ” llamando, no tardes en venir. Mucha lluvia al fin cayĆ³; toda la tierra se inundĆ³, pero en el arca entrĆ³ NoĆ© con su familia, y salvo fue. c Hoy la puerta es Cristo. Hoy la puerta es Cristo. Hoy la puerta es Cristo, por fe puedes entrar. Cuando el agua se secĆ³ Dios a NoĆ© le prometiĆ³: Ā«Otro diluvio nunca habrĆ”Ā», y Ɖl su palabra cumplirĆ”. c ĀæVes un arco iris? ĀæVes un arco iris? ĀæVes un arco iris? AcuĆ©rdate de Dios. 576 Lucas 19.3; 1 Pedro 1.7 Un hombre de la antigĆ¼edad, hastiado ya de todo, sintiĆ³ la gran necesidad de algo mĆ”s que oro. c Ā”Oh! sĆ­, mi amigo, hay algo mĆ”s que un montĆ³n de oro; gozar de eterna salvaciĆ³n es mucho mĆ”s que oro. Zaqueo un dĆ­a escuchĆ³ noticias de gran gozo: Ā«LlegĆ³ JesĆŗs a JericĆ³ con algo mĆ”s que oroĀ». Dejando atrĆ”s la multitud, la fama y el decoro, corriĆ³ a ver quiĆ©n, con virtud, da algo mĆ”s que oro. Llegando al Ć”rbol, el SeƱor se dirigiĆ³ a Zaqueo: Ā«Desciende pronto y te darĆ© lo que es tu gran deseoĀ». AsĆ­ obediente recibiĆ³ de Cristo gran tesoro, y luego a todos declarĆ³: Ā«Es mucho mĆ”s que oroĀ». 577 Salmo 19.10; Juan 14.3 Yo tengo un gran tesoro que vale mĆ”s que el oro. Juntos andaremos, mi Biblia y yo. Sesenta y seis libros tiene; leerlos todos conviene. Juntos andaremos, mi Biblia y yo. Me habla siempre de Cristo; es Ɖl a quien necesito. Juntos andaremos, mi Biblia y yo. Yo tengo un Salvador vivo; es Ɖl a quien yo sigo. Al cielo Ɖl me lleva, mi Salvador. 578 Juan 3.3,4 Nicodemo una noche vino a JesĆŗs, deseando informarse de el que es la luz. Cristo dijo claramente: Ā«Esto has de saber: si tĆŗ quieres ir al cielo, has de renacerĀ». Nicodemo el maestro quiso comprender cĆ³mo uno, siendo viejo, vuelve a nacer. Ɖl oyĆ³ de la serpiente levantada allĆ”. Mira asĆ­ tambiĆ©n a Cristo; Ɖl te salvarĆ”. Nicodemo esa noche recibiĆ³ a JesĆŗs, y pasĆ³ de las tinieblas a la clara luz. Luego era fiel a Cristo, y le confesĆ³. Ya estĆ” con Ɖl en gloria, quien por Ć©l muriĆ³. 579 Esdras 7.10; Juan 5.39; 1 Corintios 10.6 El GĆ©nesis primero es, el Ɖxodo va luego; LevĆ­tico y NĆŗmeros, despuĆ©s Deuteronomio; JosuĆ© y Jueces, luego Rut, y los dos libros de Samuel; los Reyes y las CrĆ³nicas; son dos de cada uno. Historias fieles Ć©stas son, con Esdras, NehemĆ­as; Ester tambiĆ©n, y entonces Job comienza las poesĆ­as. Los Salmos, Ā”cuĆ”n preciosos son! y los Proverbios, Ā”quĆ© instrucciĆ³n! EclesiastĆ©s y el Cantar, poemas tan soberbios. Con IsaĆ­as luego van siguiendo JeremĆ­as, Lamentaciones y Ezequiel, las grandes profecĆ­as; Daniel, Oseas y Joel, AmĆ³s, AbdĆ­as y JonĆ”s, Miqueas, NahĆŗm, Habacuc, y luego SofonĆ­as. Ya quedan solamente tres: Hageo y ZacarĆ­as, y MalaquĆ­as al final de estas profecĆ­as. Todos debemos estudiar las Escrituras del SeƱor; en ellas se hallan gozo y paz, y eterna salvaciĆ³n. 580 2 Timoteo 3.15 Los libros veintisiete son, y son Mateo y Marcos, entonces Lucas y San Juan, los Hechos y Romanos. c Todos debemos estudiar las Escrituras sin cesar. En ellas se hallan gozo y paz, victoria en las luchas. Corintios, GĆ”latas despuĆ©s, Efesios, Filipenses, y a Colosenses llegamos, y Tesalonicenses. Entonces Timoteo ved, y Tito y FilemĆ³n. Tenemos todos que leer la carta a los Hebreos. Santiago, Pedro y San Juan, y Judas viene luego; y Apocalipsis al final del Nuevo Testamento. 581 EclesiastĆ©s 12.1; Marcos 10.14; Lucas 13.25 Ā«AcuĆ©rdate de Cristo en tu juventudĀ», es la voz divina para la salud. Ā«Dejad a los niƱos a mĆ­ venirĀ», fue la voz de Cristo antes de morir. Hoy, querido niƱo, oye tĆŗ su voz; huye del castigo, muerte tan atroz. AcuĆ©rdate que Cristo muy pronto volverĆ”; a niƱos no salvados la puerta cerrarĆ”. 582 1 Tesalonicenses 4.16,17; Mateo 25.13 Pronto viene aquel momento tan glorioso de esplendor, cuando la final trompeta sonarĆ”, y descenderĆ” del cielo a las nubes el SeƱor, y a sus redimidos arrebatarĆ”. c ĀæEstarĆ”n los niƱos listos? ĀæEstarĆ”n las niƱas listas? ĀæEstaremos todos listos cuando venga en las nubes el SeƱor? Date prisa a prepararte, poco tiempo queda ya. Hoy acepta a Cristo como Salvador. Es su sangre tan preciosa que tu alma limpiarĆ”, y al cielo subirĆ”s con el SeƱor. 583 Salmo 119.29,37; Proverbios 16.6; 2 Timoteo 2.22 Cuidado mis ojitos lo que veis. Cuidado mis ojitos lo que veis, pues Cristo desde arriba estĆ” mirando hacia acĆ”. Ā”Cuidado! Cuidado lo que veis. Cuidado mis oĆ­dos lo que oĆ­s. Cuidado mis oĆ­dos lo que oĆ­s, pues Cristo desde arriba estĆ” mirando hacia acĆ”. Ā”Cuidado! Cuidado lo que oĆ­s. Cuidado mis manitas lo que hacĆ©is. Cuidado mis manitas lo que hacĆ©is, pues Cristo desde arriba estĆ” mirando hacia acĆ”. Ā”Cuidado! Cuidado lo que hacĆ©is. Cuidado mis piecitos donde andĆ”is. Cuidado mis piecitos donde andĆ”is, pues Cristo desde arriba estĆ” mirando hacia acĆ”. Ā”Cuidado! Cuidado donde andĆ”is. Cuidado mi boquita lo que hablĆ”is. Cuidado mi boquita lo que hablĆ”is, pues Cristo desde arriba estĆ” mirando hacĆ­a acĆ”. Ā”Cuidado! Cuidado lo que hablĆ”is. 584 Ɖxodo capĆ­tulo 20; 1 Pedro 3:18 En el Monte SinaĆ­ Dios hablĆ³ a MoisĆ©s asĆ­: Ā«Mandamientos Yo te doy; guĆ”rdalos, pues santo soy. Hay un Dios y no hay mĆ”s, dioses falsos no tendrĆ”s. ƍdolos no quiero ver, ni una imagen debe haber. Mi gran nombre estimarĆ”s, no en vano lo usarĆ”s. Son seis dĆ­as para ti, otro dĆ­a es para mĆ­. Padre y madre honrarĆ”s, larga vida asĆ­ verĆ”s. Prohibido estĆ” matar, a tu prĆ³jimo hay que amar. Y nunca adulterarĆ”s, lo inmoral evitarĆ”s. CuĆ­date de no robar, ni lo ajeno has de tomar. Testimonio fiel darĆ”s, nada falso hablarĆ”s, y no debes codiciar, ni lo de otros anhelarĀ». ĀæEs posible asĆ­ vivir, y esta ley siempre seguir? SĆ³lo Cristo sĆ­ cumpliĆ³, por injustos Ɖl muriĆ³. 585 Deuteronomio 11.12; Mateo 5.1, 23.3 7 Tierra bendita y divina es la de Palestina, donde naciĆ³ JesĆŗs. Eres de las naciones cumbre baƱada por la lumbre que derramĆ³ su luz. c Eres la historia inolvidable porque en tu seno se derramĆ³ la sangre, preciosa sangre, del unigĆ©nito Hijo de Dios; la sangre, preciosa sangre, del unigĆ©nito Hijo de Dios. Cuenta la historia del pasado que, en tu seno sagrado, viviĆ³ el Salvador, y en tus hermosos olivares hablĆ³ a los millares la palabra de amor. Quedan de ti testigos mudos que son los viejos muros de la JerusalĆ©n; viejas paredes destruidas que si tuvieran vida nos hablarĆ­an tambiĆ©n.

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1-2-3-4-5-6-7
Ephraim
A debtor to mercy alone
Green Fields / De Fleury
A debtor to mercy alone
Llangristiolus
A debtor to mercy alone
Trewen
A debtor to mercy alone
Whitchurch
A little while of mingled joy and sorrow
Not Now, My Child
A mind at perfect peace with God
Evan
A mind at perfect peace with God
Richmond / Chesterfield (Haweis)
A perfect path of purest grace
Abridge
A Pilgrim through this lonely world
Manoah / Lintone
A Pilgrim through this lonely world
Sawley
A Rock that stands for ever
St. Theodulph
A wealth of grace and truth replete
Sandend
Abba, Father! we approach Thee
Abbot's Leigh
Abba, Father! we approach Thee
Deerhurst
Abba, Father! we approach Thee
Lux Eoi
Abide in me, my Saviour
Bentley
Abide with me
Eventide
Abide with me
Eventide (repeated)
According to Thy gracious Word
St. Agnes, Durham
Alas! and did my Saviour bleed?
Sacra / Abney / Remember Me (Hull)
All hail the power of Jesusā€™ name!
Coronation
All hail the power of Jesusā€™ name!
Diadem
All hail the power of Jesusā€™ name!
Miles Lane
All people that on earth do dwell
Old Hundredth
All that I was, my sin, my guilt
St. Fulbert
All the way my Saviour leads me
All The Way
All through the night
Ar Hyd Y Nos
Altogether lovely, Jesus Lord art Thou
Lyndhurst
Am I a soldier of the Cross?
Arlington (without chorus)
Amazing grace! (How sweet the sound!)
New Britain
Amidst us our Beloved stands
Gloucester
And can it be that I should gain?
Sagina
And did the Holy and the Just?
Salzburg
And is it so! we shall be like Thy Son
Glaston
And shall we see Thy face?
St. Thomas
Around Thy table, Holy Lord
Fingal
Around Thy table, Holy Lord
Moravia / Tytherton (West)
As gathered to Thy precious name
Jazer (Tozer)
Assembled, Lord, at Thy behest
Martyrdom
At rest through Jesusā€™ blood
Access
At the name of Jesus every knee shall bow
Camberwell (no score available)
At the name of Jesus every knee shall bow
Evelyns
At the name of Jesus every knee shall bow
Zundel
Awake, and sing the song
Carlisle
Awake, and sing the song
Galway
Awake, and sing the song
Watchman
Awake, my soul, in joyful lays
Gardenstown
Awake, my soul, in joyful lays
Loving Kindness
Be still, my soul, the Lord is on thy side
Finlandia
Beautiful Zion, built above
Beautiful Zion
Before the throne of God above
Before the Throne of God Above
Before Thine open ear
Assembly
Behold the amazing sight
Augustine
Behold the Lamb with glory crowned!
St. Magnus
Behold the Man by God approved
Telos
Behold the Throne of grace!
St. Michael
Behold! a spotless Victim dies
Sidon
Beneath the Cross of Jesus
St. Christopher
Beneath the Cross of Jesus
Refuge / Beneath the cross of Jesus / Clephane
Beyond the scenes of darkest night
Benarty
Blessed be God, our God!
Hereford New
Blessed be the tie that Binds
Dennis / Ripon
Blessed God of Glory
Ruth
Blessed God, our hearts are bringing
[Blessed God, our hearts are bringing]
Blessed God, our hearts are bringing
St. Helens
Blessed God, we meditate
Kyrie / Nottingham
Blest morning, whose first dawning rays
Lanesboro
Break every barrier down
Moncton
Break Thou the bread of life
Lathbury / Bread of Life
Breathe on me breath of God
Trentham
Brethren, let us join to bless
Innocents
Bright with all His crowns of glory
Tamworth
Bright, bright home! Beyond the skies
Celandine
Brightly beams our Fatherā€™s mercy
Lower Lights
Brightness of the eternal glory
Alma
Brightness of the eternal glory
Dijon
By Christ redeemed, in Christ restored
In Memoriam
By Christ redeemed, in Christ restored
Memoria
By Christ redeemed, in Christ restored
Shoreham
Christ has done the mighty work
Monkland
Christ the Lord is risen on high!
Easter Hymn
Christ the Savior came from Heavenā€™s glory
Aloha Oe
Christā€™s grave is vacant now
Dedication / Gilding / St. Edmund
Christā€™s grave is vacant now
Swabia
Cling to the Mighty One
Veronica
Come sing, my soul, and praise the Lord
Redemption Ground
Come, let us join our cheerful songs
Nativity
Come, let us join our cheerful songs
Loughton
Come, let us sing the matchless worth
Ariel
Come, let us sing the song of songs
Angelus
Come, my soul, thy suit prepare
Savannah
Come, my soul, thy suit prepare
Canterbury / Song 13
Come, my soul, thy suit prepare
Ellingham / Godfrey
Come, Thou Almighty King
Moscow
Come, Thou Fount of every blessing
Nettleton
Come, Thou Fount of every blessing
Nettleton (first half)
Come, Thou Fount of every blessing
All For Jesus
Come, ye saints, rejoice with Jesus
Confidence
Come, ye that know the Saviourā€™s name
Colchester / Purcel
Crown Him with many crowns
Diademata
Crowned with thorns upon the tree
St. Dunstan
Crowns of glory ever bright
Thanksgiving
Crowns of glory ever bright (first half)
Thanksgiving (first half)
Crowns of glory ever bright
Tichfield
Dear Lord and Father of mankind
Repton
Dear Lord and Father of mankind
Rest
Dread Golgotha! place of blended love and sorrow
Wildersmouth
Endless praises to our Lord
Melling
Endless praises to our Lord
Orientis Partibus
Eternal Light! Eternal Light!
Newcastle (Morley)
Face to face with Christ, my Saviour
Face to Face
Facing a task unfinished
Nyland
Faint not, Christian! though the road
University College
Faith of our Fathers
St. Catherine
Father of mercies! in Thy Word
Grafenberg
Father of peace, and God of love
Crediton
Father of peace, and God of love
Palestrina (modified for C.M.)
Father! we, Thy children, bless Thee
Daily Daily
Father! we, Thy children, bless Thee
Sydney
Father, Thy name our souls would bless
St. Stephen
Father, to seek Thy face
Samuel
Fight the good fight with all thy might
Pentecost
Fill Thou my life, O Lord my God
St. Matthew
For ever with the Lord!
Nearer Home
For the beauty of the earth
Dix
For the bread and for the wine
Evelyn
For the bread and for the wine
Evelyn (repeated)
Forth from Gabbatha see Him led
Dunstan
Forth in His Name we go
Warsaw
From every stormy wind that blows
Retreat
From Greenlands icy mountains
Greenland
From Greenland's icy mountains
Missionary Hymn
From heaven He came
Rosewell
From Salemā€™s gates advancing slow
Carmel
From whence this fear and unbelief
Meribah
From whence this fear and unbelief
Pembroke
Garden of gloom appalling
Keepos
Gathered to Thy name, Lord Jesus
Chapel Brae
Gathered, Lord, around Thy table
Bullinger
Gathered, Lord, around Thy table
Hartham
Gazing on Thee, Lord, in glory
Meletius
Gazing on Thee, Lord, in glory
Rhineland
Gazing on Thee, Lord, in glory
West
Glory to Thee, Thou Son of God most High
Lux Benigna
Glory to Thee, Thou Son of God most High
Sandon
Glory unto Jesus be!
Harts
Glory, honour, praise, and power
Ashley / Glory, Honour, Praise and Power
Go, labour on; spend, and be spent
St. Bartholomew
God is love! His word has said it
Beaumaris / Suffield
God is love! His word has said it
Woodlands
God of our fathers whose almighty hand
National Hymn (George Warren)
Grace! ā€™tis a charming sound
Energy / St. Ethelwald
Grace! ā€™tis a charming sound
Grace of Christ (Ira Sankey)
Grace! ā€™tis a charming sound
Silver Street
Gracious God, we worship Thee
Worship (S. T. Francis)
Great God of wonders! all Thy ways
Wonders / Sovereignty
Great Shepherd of the sheep!
Millennium
Great Shepherd of Thy chosen flock
Mainzer
Great Shepherd of Thy chosen flock
Mainzer (repeated)
Great Shepherd of Thy chosen flock
Festus
Great Shepherd of Thy chosen flock
Totland
Guide us, O Thou great Jehovah
Caersalem
Guide us, O Thou great Jehovah
Cwm Rhondda
Hail to the Lordā€™s Anointed
Cruger
I sing the mighty power of God
Ellacombe
Hail, sovereign love, that first began
Duane Street
Hail, sovereign love, that first began
The Hiding Place
Hail, Thou once despised Jesus!
Autumn (BarthƩlemon)
Hail, Thou once despised Jesus!
In Babilone
Hail, Thou once despised Jesus!
Pleading Savior
Hail, Thou once despised Jesus!
St. Hilda (Barnby)
Happy they who trust in Jesus!
Corinth
Hark! How the blood-bought hosts above
Praise, Piety / Piety / Grace Triumphant
Hark! my soul, it is the Lord
Ravenna
Hark! my soul, it is the Lord
St. Bees
Hark! ten thousand voices crying
Laus Deo
Hark! ten thousand voices crying
Rathbun
Hark! ten thousand voices crying
Stuttgart
Hark! the herald angels sing
Mendelssohn
Hast Thou heard Him, seen Him, known Him?
Trust in Jesus
Have I an object, Lord, below?
Sagina
He bears the cruel scourge from men
Reproach
He comes! He comes!
Moray Firth
He giveth more grace when the burdens grow greater
Ash Grove
He giveth more grace when the burdens grow greater
Blacklands
He giveth more grace when the burdens grow greater
He giveth more grace
He giveth more grace when the burdens grow greater
Surrey Chapel
He is coming! how this gladdens
St. Andrew (Thorne)
He is coming, coming for us
Venit
He is not a disappointment!
Not a Disappointment
He leadeth me! O blessed thought!
Leadeth
He lives - the great Redeemer lives
Kent
He sitteth oā€™er the waterfloods
Tallis' Ordinal
He the pearly gates will open
Pearly Gates
Here is love, vast as the ocean
Calon Lan
Here is love, vast as the ocean
Vancouver / Dim Ond Iesu
Here, O our Lord, we see Thee face to face
Erfyniad
Here, O our Lord, we see Thee face to face
Kensington
Here, O our Lord, we see Thee face to face
Penitentia
Hiding in Thee
Security (Hiding in Thee, first part)
High on a cruel Cross of shame
Stauros
Himself He could not save!
St. John (Calkin)
Hold Thou my hand!
Hold Thou My Hand
Holy Father, we address Thee
Lux Prima
Holy Father, we address Thee
Requiem
Holy Saviour! we adore Thee
Gounod
Holy Saviour! we adore Thee
Raphael
Holy, holy, holy! Lord God Almighty!
Nicaea
Hope of our hearts, O Lord, appear!
Dunfermline
How bright that blessed hope!
Feast
How bright that blessed hope!
Worship (anon.)
How deep the Fatherā€™s love for us
How Deep the Father's Love for Us
How firm a foundation, ye saints of the Lord
Foundation
How firm a foundation, ye saints of the Lord
Montgomery
How good is the God we adore
Celeste
How I praise Thee, precious Saviour!
Channels Only
How sweet the Name of Jesus sounds
Howard (Cuthbert)
How sweet the Name of Jesus sounds
Lloyd
I am a stranger here
Homeward
I am redeemed, oh, praise the Lord
I Am Redeemed
I am the Lordā€™s! O joy beyond expression
Within the Veil
I am waiting for the dawning
A Little Farther (modified)
I am waiting for the dawning
Austrian Hymn
I bow me to Thy will, O God
Orlington
I cannot breathe enough of Thee
Spencer
I cannot tell why He, whom angels worship
Londonderry Air
I cannot work my soul to save
Abney
I have a home above
Franconia
I hear the accuser roar
Serenity
I hear the words of love
Hampton
I heard the voice of Jesus say
Vox Dilecti
I heard the voice of Jesus say
Kingsfold
I journey through a desert drear and wild
Toulon
I once was a stranger to grace and to God
Go Bury Thy Sorrow
I once was a stranger to grace and to God
Go Bury Thy Sorrow
I saw One hanging on a Tree
Canberra
I saw the Cross of Jesus
Holmbridge
I saw the Cross of Jesus
Whitfield
I thirst, but not as once I did
Lichfield
I to the hills will lift mine eyes
French / Dundee
I was a wandā€™ring sheep
In Viam Rectam
I was a wandā€™ring sheep
Lebanon
I was a wandā€™ring sheep
Pastor Bonus
I will never, never leave thee
Constancy
I would commune with Thee, my God
St. Etheldreda
Iā€™ve found a Friend; oh such a Friend!
Constance
Iā€™ve found a Friend; oh such a Friend!
Friendship / Friend
Iā€™ve found a Friend; oh such a Friend!
Gate Ajar (modified)
Iā€™ve found a joy in sorrow
Satisfied
Iā€™ve found the precious Christ of God
Belgrave
Iā€™ve found the precious Christ of God
University
Immortal, invisible, God only wise
St. Denio / Joanna
In Christ alone my hope is found
In Christ Alone
In heavenly love abiding
Angel's Story
In heavenly love abiding
Penlan
In hope we lift our wishful, longing eyes
Ellers
Is it Thy will that I should be?
Angel's Song / Song 34
Is it Thy will that I should be?
Onslow / Batchellor
Is it Thy will that I should be?
Intercession / St. Luke
It is a thing most wonderful
Herongate
It was alone the Saviour prayed (without chorus)
Alone
Jehovah is our strength
Majesty
Jehovah is our strength
Old 148th
Jesus calls us! oā€™er the tumult
Galilee
Jesus calls us! oā€™er the tumult
Mahon
Jesus calls us! oā€™er the tumult
St. Catherine (Jones)
Jesus Christ, Thou King of Glory
Star of Peace / Light of Life
Jesus is our Shepherd, wiping evā€™ry tear
Goshen / Bible Class
Jesus is our Shepherd, wiping evā€™ry tear
Kirkbraddan
Jesus shall reign whereā€™er the sun
Duke Street
Jesus shall reign whereā€™er the sun
Rimington
Jesus shall reign whereā€™er the sun
Truro
Jesus was slain for me, at Calvary
Summer Land (Fithian)
Jesus! in Thee our eyes behold
St. Flavian
Jesus! in whom all glories meet
Seasons
Jesus! O Name of power divine
St. David
Jesus! O Name of power divine
Stockton
Jesus, I am resting, resting
Tranquility
Jesus, Lord, Iā€™m never weary
Balm
Jesus, Lord, we come together
Firenze
Jesus, Lord, we come together
Melbourne Hall
Jesus, Lord, we know Thee present
Only Waiting / The Prodigal's Return
Jesus, Lover of my soul
Aberystwyth
Jesus, Lover of my soul
Hollingside
Jesus, Lover of my soul
Martyn
Jesus, our Lord, with what joy we adore Thee
Epiphany Hymn
Jesus, our Lord, with what joy we adore Thee
Hail to the Brightness
Jesus, our Lord, with what joy we adore Thee
Only Remembered
Jesus, our Lord, with what joy we adore Thee
Springfield
Jesus, our Lord, with what joy we adore Thee
Tavy Cleave
Jesus, our Saviour Thou and Lord
Communion
Jesus, Savior pilot me
Pilot
Jesus, the Christ! Eternal Word!
Arizona
Jesus, the Lord our Righteousness!
Germany / Fulda
Jesus, the Lord our Righteousness!
Hesperus / Quebec / Whitburn
Jesus, Thou joy of loving hearts!
Hereford
Jesus, Thou joy of loving hearts!
Maryton
Jesus, Thy dying love I own
Luther's Chant
Jesus, Thy Name I love!
Offering
Join all the glorious names
Darwalls 148th
Just as I am without one plea
Woodworth
Just as I am, Thine own to be
Howcroft
Just as I am, Thine own to be
Saffron Walden
Just as I am, without one plea
Agnus Dei
Just as I am, without one plea
Gainsworth
Kept, safely kept
Patience
King of my life, I crown Thee now
Lead Me To Calvary
King of my life, I crown Thee now
Lead Me To Calvary (without chorus)
Let the song go round the earth
Moel Llys
Let the song go round the earth
Silksworth
Let us love and sing and wonder!
All Saints Old
Let us love and sing and wonder!
Norman (Oberlin)
Let us rejoice in Christ the Lord
Jackson / Byzantium
Light of the world, shine on our souls
Nox Praecessit
Like a river, glorious is Godā€™s perfect peace
Wye Valley
Like a river, glorious is Godā€™s perfect peace
Wye Valley (no chorus)
Lo, He comes! with clouds descending
Helmsley
Look upon us, blessed Lord
Liebster Jesu
Look, ye saints, the sight is glorious
Regent Square
Lord and Saviour, we remember
Stephanos (Baker?)
Lord Jesus, are we one with Thee?
Westminster (Turle)
Lord Jesus, come!
Lord Jesus, Come
Lord Jesus, Friend unfailing!
Tyrolese
Lord Jesus, I love Thee
Clarendon Street / Gordon / Consolation
Lord Jesus, I love Thee, I know Thou art mine
Affection (Miller)
Lord Jesus, in Thy Name alone
Eaton
Lord Jesus, let Thy favour rest
Heathside
Lord Jesus, let Thy favour rest
Holy Trinity
Lord Jesus, my Saviour! How vast Thy love to me
Appin
Lord Jesus, Thou by whom the worlds were made
Glenartney
Lord Jesus, Thou who only art
St. Matthias
Lord Jesus, Thy great love to me
Colchester (Wesley)
Lord Jesus, to tell of Thy love
David
Lord Jesus, to tell of Thy love
Tabor
Lord, dismiss us with Thy blessing
Dismissal
Lord, dismiss us with Thy blessing
Eton
Lord, dismiss us with Thy blessing
Greenville
Lord, dismiss us with Thy blessing
Sicilian Mariners
Lord, dismiss us with Thy blessing
Sicilian Mariners (no repeat)
Lord, eā€™en to death Thy love could go
Dublin / Howard / Howards / Wilson
Lord, eā€™en to death Thy love could go
St. Marguerite
Lord, eā€™en to death Thy love could go
Walsall
Lord, I desire to live as one
Heber
Lord, speak to me, that I may speak
Barnet
Lord, speak to me, that I may speak
Canonbury
Lord, speak to me, that I may speak
Holley
Lord, speak to me, that I may speak
Winscott
Lord, Thy ransomed Church is waking
Alleluia
Lord, we love to trace Thy footprints
Friendship (Thangue)
Lord, we treasure with affection
Cross of Jesus
Lord, we would neā€™er forget Thy love
Soldau
Lord, when I think upon the love
Rowan Tree
Love divine, all loves excelling
Hyfrydol
Love divine, all loves excelling
Beecher
Love divine, all loves excelling
Blaenwern
Loved with everlasting love
Everlasting Love
Low on the ground the Lord of Glory lies
Obedience
Majestic sweetness sits enthroned
Mirfield
Majestic sweetness sits enthroned
Ortonville
Man of Sorrows! what a name
Man of Sorrows
Master, speak! Thy servant heareth
Amen, Jesus Han Skal Raade
Master, speak! Thy servant heareth
Ottawa
May the grace of Christ our Saviour
Petersen
May the grace of Christ our Saviour
Sardis
May the grace of Christ our Saviour
Stockwell
May the grace of Christ our Saviour
Waltham
Meeting in the Saviourā€™s Name
Huss
Meeting in the Saviourā€™s Name
Maidstone
Memorable morning, first day of the week
Hermas
Mid the splendours of the glory
Lewes
Mid the splendours of the glory
Splendours
Midst the darkness, storm, and sorrow
Hold the Fort
Midst the darkness, storm, and sorrow
The Pleading Voice
Mine eyes are unto Thee, my God
Arden
Mine eyes are unto Thee, my God
Tottenham
More holiness give me
My Prayer
More love to Thee, O Christ
More Love to Thee, O Christ
My days are gliding swiftly by
Meikle Holm
My days are gliding swiftly by
Shining City / Jerusalem, Thou City Bright
My faith looks up to Thee
Olivet
My Fatherā€™s way may twist and turn
Abergele
My glorious Victor, Prince divine
Bodmin
My glorious Victor, Prince divine
Staincliffe
My God, my Father, while I stray
Hanford (Sullivan)
My God, my Father, while I stray
Magdale
My God, my Father, while I stray
J. McGranahan's tune for "Thy Will Be Done"
My heart is bubbling over, Lord
Bishopthorpe
My heart is full of Christ, and longs
Careys Surrey
My heart is full of Christ, and longs
Dura
My heart is full of Christ, and longs
Worsley
My hope is built on nothing less
The Solid Rock
My hope is built on nothing less
Melita / Navy Hymn
My Redeemer! Oh what beauties
In the Upper Garden
My rest is in heaven, my rest is not here
Judah / Kairos / Lion of Judah
My rest is in heaven, my rest is not here
Maryport
My sins were laid on Jesus
Prysgol
My soul, amid this stormy world
Meditation
Nailed to a Cross! those holy hands
Tetelestai
Nearer my God, to Thee
Excelsior / Bethany
No gospel like this feast
Fareham
No gospel like this feast
Sandys
None teacheth, Lord, like Thee
Doncaster
Not all the blood of beasts
Boylston
Not all the blood of beasts
Southwell
Not now, but in the coming years
Some Time We'll Understand
Not what I am, O Lord
Langran / St. Agnes
Not what my hands have done
Not what these hands of done (without chorus)
Not what my hands have done
St. Andrew (Barnby)
Now to Him who loved us, gave us
Tredegar
Now, in a song of grateful praise
Grateful Praise
O blessed God! how kind
Rhosymedre
O blessed God, to Thee we raise
Ombersley
O blessed Lord, what hast Thou done
Woodland Echoes(?)
O blessed moment, ever drawing nigh
Longwood
O blessed Saviour! is Thy love
Howard / Howards / Dublin / Wilson
O blessed Saviour! Who but Thou
Epworth
O Christ! we rest in Thee
Manoah (anon.)
O Christ, in Thee my soul hath found
None But Christ
O Christ, Thou Son of God!
Ich Halte Treulich Still
O Christ, Thou Son of God!
Leominster
O Christ, what burdens bowed Thy head!
Consolation (Ulster)
O Christ, what burdens bowed Thy head!
St. Marnocks
O Christ, what burdens bowed Thy head!
Substitution
O Come All Ye Faithful
Adeste Fideles
O come, Thou stricken Lamb of God!
Brynteg
O come, Thou stricken Lamb of God!
Wareham
O ever homeless Stranger
St. Alphege
O glorious Lord! what thoughts Thy mind did fill
Speranza
O God His Father, revā€™rently
Pensford
O God of everlasting days
Stracathro
O God of glorious majesty
Rex Regum
O God of matchless grace
Pisgah
O God, can we Thy Son forget
Gershon
O God, Our Help
St. Anne
O God, Thou now hast glorified
Treue Liebe
O Gracious Lord, be with us now
Albano
O Gracious Lord, be with us now
Courtallam
O Gracious Lord, be with us now
Kaltenthal / Aspurg / Frech
O happy day! when first we felt
Ernan
O happy home! O happy home!
Paradise No. 2
O Holy Saviour! Friend unseen!
Derry
O Holy Saviour! Friend unseen!
Flemming / Integer Vitae
O Holy Saviour! Friend unseen!
Palestrina (Victory, adapted)
O Jesus Christ, grow Thou in me
Caithness
O Jesus, I have promised
Day of Rest
O Jesus, I have promised
Llanberis
O Jesus, I have promised
Llanfyllin
O Lamb of God! ā€™tis joy to know
Piety
O Lamb of God! still keep us
Kilmorey
O Lamb of God, we lift our eyes
Eastgate
O Lord of heaven, and earth, and sea!
Almsgiving
O Lord of heaven, and earth, and sea!
Portland
O Lord! ā€™tis joy to look above
Farrant
O Lord, it is Thyself to meet
Land of Rest
O Lord, it is Thyself to meet
St. Ursula
O Lord, it is Thyself; none, none but Thee
Deramore
O Lord, when we the path retrace
St. Kilda
O Lord, when we the path retrace
Wetherby
O Lord, whereā€™er Thy people meet
Broughton
O Lord, whereā€™er Thy people meet
Norfolk
O love divine, how sweet Thou art!
Cornwall
O love divine, how sweet Thou art!
Marienberg
O love divine, how sweet Thou art!
Purleigh
O love divine, how sweet Thou art!
Redeeming Love
O Master! when Thou callest
Lancashire
O Master! when Thou callest
Meirionydd
O our Saviour, crucified!
Battishill
O patient, spotless One!
Ebford
O perfect love
O Perfect Love
O precious blood, O glorious death
Binchester
O precious exercise to strike the priestly chord
Incense
O sacred Head, now wounded
Passion Chorale
O the deep, deep love of Jesus!
Ebenezer
O They've reached the sunny shore
Song of Praise
O They've reached the sunny shore
Warwick Lane / Worthy (without chorus)
O Thou spotless Lamb of God
Buckland
O thou, my soul, bless God the Lord
Coleshill
O thou, my soul, bless God the Lord
Kilmarnock
O wondrous Saviour! Jesus, Lord
Dresden
O wondrous Saviour! Jesus, Lord
Praise / St. Aiden
Of Thee, Lord, we would never tire
St. Andrew (Tans'ur)
Oh for a thousand tongues to sing
Azmon
Oh for a thousand tongues to sing
Lydia
Oh for a thousand tongues to sing
Lyngham
Oh for the robes of whiteness
Malabar
Oh worship the King
Hanover
Oh worship the King
Lyons
Oh worship the King all-glorious above
Houghton
Oh, for the peace that floweth as a river!
A Little While / Shemah
Oh, it was kind of Him!
Lebanon
Oh, teach us more of Thy blest ways
Eden
Oh, the blood of Jesus
Home, Sweet Home
Oh, what a lonely path were ours
Lynnwood
Oh, wondrous hour, when Jesus, Thou
Atonement
Oh, wondrous hour, when Jesus, Thou
Henman
Oh, wondrous hour, when Jesus, Thou
Rivaulx
On His Fatherā€™s Throne is seated
Rhuddlan
On Jordanā€™s banks He stands
St. George / St. Olave
On that same night, Lord Jesus
Chenies
On that same night, Lord Jesus
Eden Grove
On Thy broken body feeding
Vesper Hymn
One there is above all others
Tenderness / Caritas
Our blest Redeemer, ere He breathed
St. Cuthbert
Our blest Redeemer, ere He breathed
Wreford
Our great Redeemer liveth! this assurance
Raynolds / Consolation
Our great Redeemer liveth! this assurance
Strength and Stay
Our hearts are full, O Father
[Here we meet]
Our hearts are full, O Father
Knecht
Our hearts are glad, for we have seen the Lord
Lerwick
Our souls are in Godā€™s mighty hand
Haven of Rest
Peace! What a precious sound!
Kirby Bedon
Poor, weak, and worthless though I am
Warrington
Praise the Lord, who died to save us
Neander / Unser Herrscher
Praise ye the Lord! again, again
Old Winchester
Praise ye the Lord! again, again
Tiverton
Praise, my soul, the King of heaven
Praise My Soul / Lauda Anima
Prayer is the soulā€™s sincere desire
Naomi
Precious is the blood of Jesus
Anticipation
Precious thought - my Father knoweth!
My Father Knoweth
Press forward and fear not!
Hanover (11.11.11.11.)
Put thou thy trust in God
Clifton
Put thou thy trust in God
Rhodes
Put thou thy trust in God
Shere
Rejected and despised, as with averted face
Balvenie
Rejoice! rejoice! ye saints, rejoice!
Sheffield
Rejoice! the Lord is King
Gopsal
Rejoice! the Lord is King
Ramoth
Rest of the saints above
St. Beuno
Rest of the saints above
Tuam
Revive Thy work, O Lord!
Silchester
Revive Thy work, O Lord!
Festal Song
Revive Thy work, O Lord!
Holy Rood
Revive Thy work, O Lord!
Revival
Revive Thy work, O Lord!
Venice (no chorus)
Rise, my soul! behold ā€™tis Jesus
Gotha / Albert
Rise, my soul! behold ā€™tis Jesus
Love Divine
Rise, my soul! thy God directs thee
Old 42nd
Rise, my soul! thy God directs thee
Old 42nd (first half)
Rise, my soul! thy God directs thee
Newton Ferns
Rise, my soul, with joy and gladness
Lewisham / Advent
Rock of Ages, cleft for me
Toplady
Round His steps the sweetest fragrance
Castlelaw
Safe in the arms of Jesus
Heart's Refuge / Safe in the arms of Jesus / Faith
Safe in the arms of Jesus
Heart's Refuge / Safe in the arms of Jesus / Faith (first part)
Salvation to our God!
Abraham
Saviour, again to Thy dear name we raise
Autumn (Francis Duckworth)
Saviour, again to Thy dear name we raise
Pax Dei
Saviour, lead us by Thy power
Everton
Saviour, lead us by Thy power
Rex Gloria
Saviour, like a shepherd lead us
Bradbury
Saviour, through the desert lead us!
Mannheim
Saviour, Thy dying love Thou gavest me
Fenwick / Something for Jesus
Show me Thy face - one transient gleam
Old English Aire
Show me Thy face - one transient gleam
Old English Aire
Show me Thy wounds, exalted Lord!
China
Simply trusting every day
Trusting Jesus
Since Christ my soul from sin set free
Where Jesus Is, 'Tis Heaven There
Sing to God my spirit sing
Zacher
Some day the silver cord will break
Silver Cord
Sometimes a light surprises
Petition
Son of God! with joy we praise Thee
Adoration
Son of God, ā€™twas love that made Thee
Room For Jesus
Soon shall our Master come, our toil and sorrow cease
Huddersfield
Soon will the Master come ā€“ soon pass away
Unde et Memores
Soon will the Master come ā€“ soon pass away
Yorkshire
Stand up, Stand up for Jesus
Morning Light / Webb / Stand up, Stand up for Jesus
Stricken, smitten and afflicted
Wimborne
Sun of my soul
Hursley
Sweet are the seasons when we wait
Melcombe
Sweet feast of love divine!
Zurich
Sweet hour of prayer!
Hour of Prayer / Sweet Hour / Walford
Sweet the moments, rich in blessing
Batty
Sweet the moments, rich in blessing
Dorrnance / Dorrance
Sweet the moments, rich in blessing
Evening Prayer
Sweet the moments, rich in blessing
Merton
Sweet the moments, rich in blessing
Halton Holgate / var. of Sharon
Sweet the theme of Jesusā€™ love!
Clayton West
Take my life, and let it be
Hendon
Take my life, and let it be
Lubeck
Take my life, and let it be
Messiah
Take my life, and let it be
Nottingham
Take the name of Jesus with you
Take the name of Jesus with you
Take the world, but give me Jesus
Bethany
Take the world, but give me Jesus
Take The World
Take time to be holy, speak oft with thy Lord
Holiness
Teach me Thy way, O Lord
Camacha
That night in which He was betrayed
Winter Brook
That sight of love unveiled
Springhill
The atoning work is done
St. John's / St. John / Parish / Stockton
The atoning work is done
Lawe's Psalm 47
The bread and wine are spread
Morcambe
The bread and wine are spread upon the board
Dalkeith
The bread and wine are spread upon the board
Parting
The Churchā€™s one foundation
Aurelia
The countless multitude on high
London
The Cross! the Cross! the blood-stained Cross!
The Cross
The Cross, the cross
Hudson
The day of glory bearing
Salvatori / Edensleigh
The day returns, into His Name
Beatitudo
The day Thou gavest, Lord, is ended
Radford
The day Thou gavest, Lord, is ended
St. Clement
The gloom of dark Gethsemane
Floodtide
The gloomy night will soon be past
Palestine
The glory shines before me
Day of Rest
The glory shines before me
Ewing
The glory shines before me
Pilgrimage
The God of Abraham praise
Leoni
The King of love my Shepherd is
Dominus Regit Me
The King of love my Shepherd is
St. Columba
The Lord is risen: now deaths dark judgment
Song 22
The Lord is risen: the Red Seaā€™s judgment flood
Victor (11.10.11.10.)
The Lordā€™s my Shepherd, Iā€™ll not want:
Crimond
The Lordā€™s my Shepherd, Iā€™ll not want:
Wiltshire
The love that Jesus had for me
Tongue Can Tell
The love that Jesus had for me
Tongue Can Tell
The night is wearing fast away
Bishopgarth
The perfect righteousness of God
Mendon
The sands of time (dift last line)
Rutherford (7.6.7.6.D.)
The sands of time are sinking
Rutherford
The sorrows of the daily life
Gideon / Brookfield
The sorrows of the daily life
Mason
The veil is rent: Lo! Jesus stands
Glasgow
The veil is rent: Lo! Jesus stands
St. Peter
The wanderer no more will roam
Content
There is a fountain filled with blood
Cleansing Fountain
There is a fountain filled with blood
I Do Believe / Campmeeting tune
There is a gate that stands ajar
Gate Ajar
There is a green hill far away
Green Hill
There is a green hill far away
Horsley
There is a Name I love to hear
Belmont
There is a Name I love to hear
How I love Jesus
There is an eye that never sleeps
St. Saviour
There's a land that is fairer than day
Sweet Bye and Bye
Thine is the love, Lord, that draws us together
Epiphany Hymn
This is my Father's world
Terra Beata
Thou art coming, O our Saviour!
Thou Art Coming (McGranahan)
Thou art the Everlasting Word
Arabia
Thou art the Everlasting Word
Supremacy
Thou hidden love of God, whose height
Rest (Stainer)
Thou hidden love of God, whose height
St. Petersburg
Thou hidden love of God, whose height
Vater Unser
Thou who didā€™st come to die
Malvern
Thought-views that neā€™er grow dim
Memories
Thrice blessed hope that cheers the weary soul
Earnvale
Through Him to Thee, His God
Aaron's Rod
Through the love of God our Saviour
Southgate / Evensong
Thy broken body, gracious Lord
Federal Street
Thy love we own, Lord Jesus
Ezra
Thy Name we bless, Lord Jesus!
Cyprus / Goshen
Thy Name we bless, Lord Jesus!
Zoan II
Till He come! Oh let the words
Nassau
Till He come! Oh let the words
Redhead No. 76 / Petra
Tis past, the dark and dreary night
Harington
Tis we, O Lord, whom Thou hast shown
Winchester New
To Calvary, Lord, in spirit now
St. Paul
To Thee, O gracious Saviour!
Munich
Together at the feast
St. Austin
Twas on that night, when doomed to know
Rockingham
Until He come, and we shall be at home
Lomond
Unto Him who loved us, gave us
Triumph
Unto the end with even pace
Stability
Walk in the light, so shalt thou know
Emmanuel / Woolworth
Was it for me, for me alone?
Cantabria
We are but strangers here
Pilgrim Song
We are but strangers here
St. Edmund
We are waiting for the moment
Hertfordshire/Will the Circle be Unbroken
We bless Thee, God and Father
Lymington
We feast on the fruit that He bears
Ayton
We look upon the loaf and cup
Milton
We remember glory shining midst the moral night
Fragrance
We saw Thee not when Thou didst come
Credo
We saw Thee not when Thou didst come
David's Harp
We saw Thee not when Thou didst come
Pater Omnium
We saw Thee not when Thou didst come
We Saw Thee Not
We sing the praise of Him who died
Affection / Greenwood's Psalmody
We sing the praise of Him who died
Breslau
We sing the praise of Him who died
Uffingham
We would prepared, O God, this lordly day
Approach
We would remember, Lord, Thy Cross
St. James
Weā€™ve no abiding city here
Andre
What a Friend we have in Jesus
Erie / Converse
What grace, O Lord, and beauty shone
St. Bernard (Richardson)
What was it, O our God?
Lennox / Lenox
What will it be to dwell above?
Stella (adapted by Hemy)
What will it be when all lifeā€™s toil is finished?
Rhys
When first to Jesusā€™ Cross I came
Giessen
When first to Jesusā€™ Cross I came
The Solid Rock
When I survey the wondrous Cross
Deep Harmony
When I survey the wondrous Cross
Boston / Hamburg
When languor and disease invade
Leicester
When this passing world is done
Mt. Zion
When this passing world is done
Noricum
When this passing world is done
Wells
While in sweet communion feeding
Salvator
Who At My Door Is Standing
Alberta
Who can cheer the heart like Jesus?
All That Thrills My Soul Is Jesus
Who is He in yonder stall?
Who is He?
With fitting reverence and awe
Remembering
With His lowly condescension
Star of Peace / Light of Life
With Jesus in our midst
Selma
With praise, O God, our hearts abound
Gilead
With revā€™rence we remember Him
Dunmore
With steady pace the pilgrim moves
Irish
Worthy of homage and of praise
Saxby / Storrs
Ye gates, lift up your heads on high
St. George's / Edinburgh
Ye servants of God, your Master proclaim
Laudate Dominum
Ye servants of God, your Master proclaim
Paderborn
Ye servants of God, your Master proclaim
Worship (E. P. Crawford)
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